A la sombra del silencio dadismos”, al que la RAE se resiste a abrirle “Esus puertas; sosiego, el necesario para saborear el relente de la mañana; reposo, en su justa medida para recuperar fuerza e ilusión; y calma, mucha calma para que la musa acuda a la cita…
Jesús Cerezal Fernández
Sombras del valle a la sombra del silencio al calor del filandón
T
odos ellos a la vez, y cada uno a su tiempo, son el venero de donde remanece el verso que hoy te ofrezco, por si te ayuda a huir del peso del fantasma con el que el mal llamado “edadismo”, amenaza a los de lento caminar…
S
osiego y reposo son era y trilla donde se ofrece el grano del encuentro en cercanía.
Rumores a la intemperie. a la sombra del silencio
Trilogía poética Rumores a la intemperie:
Jesús Cerezal Fernández, 1942
Rumores a la
intemperie
Jesús Cerezal Fernández
A la sombra del silencio
N
ació en Sabero (León), cuenca minera floreciente, por aquellos días. Creció como crecían los niños del Valle: aprendiendo el lenguaje de la mina, respirando el polvo del carbón y escuchando las toses lastimeras del minero, para aprender a esquivarlas. En las vacaciones escolares de verano los niños eran útiles para labores menores, pero importantes: correr tras las vacas, tirar del rastro, y ayudar en las faenas de la ceba y el ordeño. A los libros se les daba un prolongado descanso por aquellos días. Consciente de ello, y atento a la voz de lo alto, un día que el tío Tomás retejaba, haciendo equilibrio sobre el tejado con su gran humanidad, le dijo: “Rapaz, que dice el primo que si queréis ir alguno a los frailes”. Lo que diga mi madre, fue la respuesta. Todo lo demás fue llegando poco a poco: los latines, las dudas, el año de reflexión más profunda, los estudios serios en la Facultad de Teología y la ordenación sacerdotal. El verso surgió de pronto, cuando menos lo buscaba, como látigo de luz a su cabecera. Si bien, ya antes se aficionó a coleccionar palabras, prosa familiar para hacer llegar a las comunidades las noticias de la familia Agustino Recoleta en la Antena Informativa. Tarea que se le encomendó por los superiores durante 16 años largos. Fruto de esta encomienda fueron, además de la publicación periódica, la coordinación de tres publicaciones conmemorativas de otros tantos centenarios: IV Centenario de la llegada de los Agustinos Recoletos a Granada; Cien años de Historia: Imágenes con texto y Convento de Monachil: Escuela, Templo y Hogar. En 2018 vieron la luz dos publicaciones en prosa poética, tituladas Pintor de Sueños y Arreboles en el Camino. Hoy, en la conmemoración de su 50º aniversario de Ordenación sacerdotal, os ofrece este poemario y con él su gratitud y cariño.
Rumores a la intemperie
A LA SOMBRA DEL SILENCIO Fue él, el silencio, quien me trajo a la paz de estos pagos, al reposo de aquellas labores; a sestear a la sombra de la sebe que cerca la viña de mis cuidados; que genera el mosto que alegra mi despertar cada mañana. Allí, recostado, escuché, y creí entender, una voz que decía: “Venid a mí vosotros solos a descansar un poco a un lugar apartado” (Mc. 6,30-34).
Jesús Cerezal Fernández
Rumores a la intemperie A LA SOMBRA DEL SILENCIO
GRANADA 2019
© Jesús Cerezal Fernández Trilogía poética, Rumores a la intemperie A LA SOMBRA DEL SILENCIO © Diseño y maquetación: TADIGRA. Motivo de cubierta: Aurora Montes Quesada. Imprime: Taller de Diseño Gráfico y Publicaciones, S.L. Granada. tadigra@tadigra.com puede imprimirse: Fray José María Sánchez Martín, Vicario Provincial. Protocolo nº 86/2019
Printed in Spain
Impreso en España
“Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.”
CAMINANTE Desde esta parte del tiempo donde abunda la escasez, cuando cesan las tormentas y el sol templa la montaña, se ven otros horizontes, lejanos hasta estos días, aparecen valles nuevos, se oyen otras melodías, se muestran verdes florestas que cantan tus alegrías. Todas repletas de vida derramada en la ladera, sima de sueños distantes que guardan viejas quimeras, y en el teso, allá en lo alto, resplandece una luz nueva anunciando un nuevo día que canta tus maravillas, que sueña en claros oscuros, que aproxima a tu grandeza. Si te paras, caminante, a recoger tus avíos, si te tomas un respiro merecido por tu esfuerzo, deja vagar la mirada, no la vendes con lisonjas, que la luz es don del cielo, aunque a veces pinte sombras que sofocan, que dan pena, que te entorpecen y estorban. Cada nuevo amanecer te ofrecerá su caricia; tú seguirás el camino disfrutando el nuevo día, de su luz, de su grandeza, de los paisajes lejanos, de las hierbas del camino en que nunca reparaste… sigue llenando el zurrón, y deja atrás los pesares.
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ELOCUENCIA PASOS EN CALMA
El silencio acampó en esta parte en la suave quietud del camino, y nos trajo momentos lujosos de paz y de arrullo, de sosiego y mimo. El claustro disfrutó contigo recordando otros tiempos, ya idos, y le vino a la mente las risas, los saltos, el son de tabletas llamando a retiro… La huerta se llenó de andares, de pasos en calma y silencios vivos; y admirada preguntó al más viejo, al vetusto olivo, ¿cuál era la causa? ¿Dónde está el motivo? … No hallaron respuesta, nadie dio razón del recogimiento, del el ir y venir, de tanto silencio que te hace sentir más hondo, más suelto, más dueño de ti.
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JESÚS LE DIJO… “…Jesús le dijo: Bien has hablado. Puedes irte: el demonio ya ha salido de tu hija”. (Mc. 7,24-30) En su corazón de madre tiene crecida una pena: la hija de sus entrañas, sin juventud ni contento, con la mirada espantada, yace postrada en el lecho. Sirofenicia era ella, venía de un mundo extraño, de incomprensión y distancias, de recelos mal curados, marcados por desencuentros, rupturas y desengaños. Aquella madre extranjera, sin abolengo de raza, sabía bien el camino donde la fuente manaba, y se dirige hacia ella, y allí la salud demanda. La respuesta, desorienta, pone trabas a la gracia, pero la fe fue mayor, supo avivar la esperanza, y arrancó salud y vida confiando en la Palabra. El pan, alimento y vida, a los hijos destinado, ya es patrimonio común, al extranjero ha llegado, que la oración de la madre el Maestro ha escuchado.
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GRATITUD La tarde con su penumbra me llena de gratitud hacia el Señor de la vida, dador del tiempo y la luz, con su chispa de alegría, con su pellizco de llanto, que ponen sabor y gracia en la mesa del descanso. Llega después, claro está, la digestión del banquete, el poso que deja el sueño, el cansancio que se siente, el llanto de las arterias cada mañana, que es gracia, poniendo luz en los ojos y alegría en la mirada. La tarea es apremiante, urge no perder el tiempo, pero has de ir a tu paso, con sosiego, con aliento, para celebrar la vida, siendo en el lance paciente, dándote de corazón para ayudar a la gente. Entonces descubrirás, con regocijo y contento, que en la vida no vas solo, que a tu lado van creciendo gentes que tú ni sabías que contigo caminaban, pero seguían tu paso, en tus huellas se apoyaban. Y darás otra vez gracias al Señor de los caminos, al que te salió al encuentro mientras fuiste peregrino y aligerando la carga, Él puso ritmo a tu vida, para que al fin tú celebres, y amando a la gente vivas.
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REPOSA, SOSIEGA Y CALMA “Venid vosotros solos a descansar un poco a un lugar apartado” (Mc. 6, 30-34) Sal a mi encuentro, Maestro, para hablar de intimidades, para descansar un poco, para escuchar mis andares, para enjugar los desaires de mares fieros y altivos que amenazaron empeño, que causaron extravío. Dame sosiego a tu amparo, calma toda tempestad que olas levantan al paso, rugiendo como huracán que se despierta enojado, lanzando llamas de espanto, y amenaza entre suspiros que los aires van surcando. Cuando ya haya descansado en el lugar donde moras, quiero volver a la mar, remar en tu compañía, desplegar velas al viento para arribar en tu orilla, y allí descansar, por siempre, gozando de tu alegría.
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HAY UN AMOR QUE ACOMPAÑA Amor de caminante que sale al paso en momentos de gloria, de duda y llanto, es amor verdadero, de hechura firme, que nutre su existencia allá en la hondura, desbrozando las penas en la espesura. Por eso, caminante, si el cierzo arrecia, si en medio de la noche pierdes la estrella que guía tus andares, que marca el rumbo, no dudes un momento, vuelve la cara y allí estará el amigo que te acompaña. Tal vez, parco en palabras, vaya mohíno, como rumiando el viento que sopla y pasa, con la mente en la cumbre, o allá en la meta, pero sigue velando tu ritmo incierto para llevarte a hombros al mejor puerto.
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INTIMIDAD, POR SI LLEGA… Tener la casa habitada, con presencia, ordenada, por si quisiera llamar… para poder atenderle y compartir la velada, para hablar de vuestras cosas con calma e intimidad, será primordial tarea en la que te has de ocupar. Unificar pensamientos, lo que vives, lo que quieres, es programa principal, que ha de ocupar ilusiones, los sentidos, los afectos, que mientras vas de camino tus pasos han de guiar. Saber que tú eres el dueño, el que cuida la posada, que ha de mantenerse en vela, por si el amigo llegara, para abrir presto la puerta, para no hacerle esperar, porque pasó muchas veces, pero tú no estabas dentro para compartir su paz.
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VIDA CONSAGRADA Hoy, tu ayer hecho de ausencias y desmayos, venció los clamores del dolor en esta orilla. las sombras que avanzaban taciturnas, huyeron con la luz del nuevo día. La brisa puso el canto en tus labios de poeta, y entonó la canción de eterna melodía, no podrá ya obsequiarte mi saludo, compartiendo canciones de otros días. Tus pasos, vacilantes e inseguros, te llevaron al descanso en la otra vida. Llenaste de perfume tu vida consagrada, hiciste de esta noche poesía.
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DUEÑO DE LA VIÑA, FIN DE LAS LABORES… Fuisteis arquitectos de vuestros destinos, plantasteis rosales, semillas de amor; cosecháis perfume, fragancia exquisita, cariño de hermanos, luceros en flor. Tuvisteis inviernos muy duros, nevados, y mayos floridos en brisa y ardor, veranos cargados de espigas doradas, y, ya en el otoño, rezumáis amor. Afán y ternura sembrasteis en tierra, fue vuestra tarea fuente de sudor; hoy cosecháis flores de luz y alegría, fruto del esfuerzo, de entrega y tesón. Ya amanecen días tranquilos, sin prisas, salario de gloria por vuestra labor; vividlos en calma, maduros, gozosos… celebrad la vida, regalo de Dios.
A mis hermanos Miguel y María Susana, que son trabajadores fieles en la viña del Señor. Ellos emplearon sus talentos al servicio de la Comunidad, mientras duró su jornada; hoy reciben la merecida jubilación y el tiempo preciso para amar y sentirse amados.
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ENTREGA Soñaba con panes nuevos, con viandas y manteles, con eras y parvas blancas, con manjares de otras mesas, con labores de otros campos, con andares y placeres. Mas el sembrador, que sabe la hondura de cada grano, puso en él las intenciones, le habló de don y de entrega, le contrató los afanes, le pidió la vida entera. El surco arropó el misterio en actitud reverente, le prestó cálido lecho para abrigar la tarea, gustoso le dio el abrazo de bienvenida y de muerte. Pasaron noches oscuras, de frío y de soledad, viviendo sólo por dentro, ensimismado en sus cosas, en conversación callada, expectante, en amistad. Mas el invierno fue crudo, las fuerzas fueron faltando, la tierra arropó sus carnes, el grano aspiró su esencia, la vida durmió su sueño, y el grano se fue apagando. Cubrió su entrega amorosa fecundando su presencia, rompió a cantar la esperanza, aguardó la madrugada, en el silencio del surco donde la semilla aguarda. Hoy ya luce tallo verde, cargado de mil promesas, admiración de ababoles que su hermosura contemplan, y cuentan a los que pasan cómo la vida se entrega.
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ORACIÓN DE LA TARDE
Sentir que el cuerpo descansa, notar que late por dentro, apagar todas las velas recogido en tu aposento.
al terminar la tarea, a impulsos de vida nueva, y respirar la quietud entre la sombra y la luz,
Saber que el alma despierta, que respira su presencia,
del letargo del invierno, que pone amor y contento,
que se acurruca a su lado enamorada y contenta.
para sentir los ardores, escuchando sus canciones.
Dejar que la luz derrame el calor que da la vida, respirar la brisa suave, darle aliento a su venida.
su blanco manto temprano, cuando llega de su mano, que perfuma y embelesa, para disfrutar la fiesta.
Llorar de gozo y contento, para empapar la oración, con lágrimas de alegría, que riegan erial reseco,
Abrir puertas y ventanas, del perfume que Él derrama, de manantial muy profundo con engaños de éste mundo.
Rendirse ante su llegada dejarse llenar de paz, y repetir como un niño, hágase tu voluntad,
Alfombrando la vereda, sosegar la vida entera que de un mal sueño despierta, en mí y en toda la tierra,
Poema para ser leído unidos, o separados, los versos, teniendo sentido de ambas maneras.
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CONFESION Estaba el alma serena negociando en amistad, disfrutando del perfume mientras la brisa pasaba, y la conciencia en silencio para no romper la paz de aquel encuentro de amigos que de sus cosas trataban. La Palabra sabedora de sus dudas y flaquezas, preguntó a la concurrencia, como quien nada sabía, por sus hambres y dolores, por sus sueños y alegrías, por el polvo del camino…, sus cansancios y agonías. Se cruzaron las miradas sin encontrar la vereda, hubo gran desasosiego, la duda se abrió camino, brotaron los comentarios sin acierto, peregrinos, pero nadie dió razón de tan ilustre vecino. Y vosotros, mis amigos, que camináis a mi lado, que habéis comido a mi mesa, que todo lo habéis dejado, ¿Qué decís de mi persona? ¿Qué sabéis de mi pasado? ¿qué contareis a las gentes de lo que habéis contemplado? La conciencia, antes callada, de súbito despertó… y de repente una voz, la de Pedro, en este caso, confesó: “Tú eres, Señor, el Hijo de Dios amado, el que fue enviado al mundo para ser por Tí salvado”.
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ENCUENTRO EN AMISTAD Los sentidos volvieron al reposo, dejaron pasar la tempestad, el alma recobró sosiego y calma, queriendo hablar por siempre de amistad. Allí, quedos, humildes, silenciosos, rondaron la cabaña del Señor, esperando que torne de las bodas, y les abra el refugio de su amor. Apoyados en el quicio de la puerta, escuchando en silencio su canción, se asomaron al amor de otros encuentros, recordando cuán dulce fué su son. Retornaron a la luz del día nuevo gozando en la presencia de su amor, y bailaron al eco del silencio, al ritmo de un nuevo corazón.
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QUIERO CURAR MIS HERIDAS Hoy, Señor, vengo a buscarte para conformar mi vida al ritmo de tus andares, a la luz de tu presencia, al calor de tu mirada…, y así contarte mis males. Pero ando en oscuridad, inquieto por mil pesares, ocupado en mis asuntos, alejado de tus lares…, por eso no puedo verte, me es imposible encontrarte. Mas hoy, que caigo en la cuenta y me siento desgarrado, cargado de mil razones…, quiero contarte mis cosas, sentarme cerca de ti y disfrutar tus canciones. Quiero curar mis heridas,
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olvidarme de traiciones, perdonarme mis torpezas, soùar que sigo creciendo al amparo de tus dones acogido a tus grandezas. Te pido que me aconsejes, que atiendas mis intenciones, que perdones mis torpezas‌, que, aunque no me lo merezco, es necesidad de un pobre que hambriento llama a tu puerta.
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CONJUGANDO LA VIDA Acoger es dar un sí al que viene de camino, al que comparte tu día, al Dios vivo y peregrino que acompaña nuestros pasos y comparte tu destino. Aceptar es abrir puertas al que viene desde lejos, asumir las diferencias y respetar su pasado, sabiendo que es el regalo que Dios Padre nos ha dado. Conocerse en verbo recio, de difícil comprensión, es encuentro verdadero que acapara gran empeño, es relación con el otro, siendo de mis actos dueño. Compartir es diferente, hoy es verbo popular que acicala las conciencias de quien muy poquito da, porque aunque da algunas cosas, se reserva mucho más. Madurar como la espiga para hornear nuevo pan, desgranarse en el otoño en entrega personal, y ser servido a la mesa de generosa hermandad. Acoger, aceptar, conocerse, compartir y madurar, son apenas cinco verbos, pero tiene mucha gracia que en ellos se deposite los cimientos de la casa.
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Cinco verbos son la pauta de nuestra comunidad, en ellos está el secreto para juntos caminar. Cinco verbos esculpidos en el frontis de la vida, hacen posible el proyecto de encuentro y fraternidad, de trabajo en armonía, de paz y felicidad. Cinco verbos son regalo del lenguaje del amor, de quien acepta y comparte entregándose al hermano, sin tener en cuenta el yo. Cinco verbos, para el otro, que vive su entrega a Dios a la vera de mis días, cerca de mi corazón, creciendo en mi propio huerto que siembro con gran pasión, compartiendo el mismo sueño de acogida y de perdón. Cinco verbos, son apenas, camino de donación, de senda y de crecimiento en entrega y comprensión, en acogida al hermano que es regalo del Señor.
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UN NIÑO NOS HA LIBRADO Entreabierta está la puerta por si el amor quiere entrar, y acallar los alborotos de un corazón lastimado, que sufre males de ausencia del Dios que viene a salvarlo. Libre de pesares, libre, sin haberse percatado, porque antes no lo sabía, y andaba de Dios penando, corriendo tras emociones, buscando sosiego en vano. Mas una voz en la noche de soledad y de llanto, le advierte de su presencia, el Dios Niño está llegando, ya no hay tiempo para el luto ni razón para quebrantos. Ya todo es gozo en el alma, todo es vida y alegría; la noche cerró los ojos, la estrella señala al Día, y la luz de su mirada pone sosiego en la mía. 24
CUARESMA Desierto de vida yerma, de soledades y de engaños, de noches de ausencia y frío poblada de mil rigores, dime tú, si es que lo sabes, ¿quién da color a las flores? Sequedad que agrieta el alma y cuartea la razón, calcinando la esperanza que brota en roca bravía, dime tú, si es que lo sabes, ¿quién da vida a la alegría? Soledad que llena el alma de sosiego, calma y paz, regando la tierra abrupta con la gracia de la brisa, dime tú, si es que lo sabes, ¿dónde se oculta la risa? Ayuno de pan y amigos, de razones y consuelos, sembrando tierra baldía que brote en semilla nueva, dime tú, si es que lo sabes, ¿quién pintó la primavera? Oración que alivia el luto de pesares y de llantos, curando olvidos antiguos de quimeras y dolores, dime tú, si es que los sabes, ¿dónde perdí mis amores? Penitencia, perla fina, regalo de enamorado, prendida en el corazón del que vuelve a tu regazo, dime tú, si es que lo sabes, la razón de tal abrazo…
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LA PUERTA DE PAR EN PAR Verte muy cerca, Señor, y descubrir en tu frente, a la luz de tu mirada mi cansancio y tu dolor, el gozo de cada día al terminar la jornada, el calor de la acogida, el abrazo a la llegada. Saber que escuchas mis quejas, que entiendes de soledades, que sabes de pena amarga, de dolor y sufrimiento, de caminos de amargura que conducen a la entrega, de luces de mediodía que iluminan mi ceguera. La puerta de par en par, para sentir tu presencia, el descanso en el encuentro, el afán hecho canción, el pan servido a la mesa como manjar de la vida, que nutre nuestras flaquezas, y nos llenan de alegría.
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BUSCANDO SE ME VA EL DÍA Ando buscando, Señor, por valles, sotos y prados, sin saber a ciencia cierta dónde dirijo mis pasos…, porque no sé lo que busco, ni dónde poder hallarlo. Con corazón dividido camino hacia cualquier lado, por si encontrara la dicha que a mi vida va faltando, pero no sé dónde hallarla, a tientas sigo buscando. Siento ansias de absoluto, muy valioso es regalo que brindas a los que quieres, por puro amor derramado, pero el alma no lo entiende, por eso sigue buscando. Necesito hacer silencio, reposar en tu regazo, escuchar la voz del Padre que me dice: yo te amo…, con esto tienes bastante, no debes seguir buscando.
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ACCIÓN DE GRACIAS Quiero agradecer, Señor, tu grandeza en el hermano, el que me salió al encuentro, el que detuvo su paso, el que me tendió la mano para aliviar mi cansancio, el que caminó a mi lado compartiendo la fatiga, poniendo luz y contento al quehacer de cada día. Hoy pregono las virtudes que pusiste en su persona: las obras que hiciste en él, reflejo de amor y entrega, su corazón generoso que derramaba ternura, sus elocuentes silencios en los quiebros del camino, para curar las heridas con ese ungüento divino. Darte gracias por su vida, en servicio derramada, por el don de su alegría cantando tus maravillas, por el gozoso regalo compartido en amistad, por saber que nos esperas, nos acompañas y animas, siendo testigo de amor que a nuestro lado camina.
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ERA DE NOCHE Los discípulos tuvieron miedo…, era de noche. (Jn. 6,12-21) En tu barca, perdida en la noche, navegabas buscando otros mares, y la luz a tu playa llegaba cargada de espuma, de sal y pesares Era el miedo sirena varada que contaba sus sueños al viento, entre risas de las caracolas, y aplausos vacíos…, tinieblas sin cuento. La palabra sembraba esperanza, las redes cubrían fríos y despojos, y el clamor de las olas callaba al llegar el día…, al sol de tus ojos.
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FUENTE CRISTALINA Jn. 6, 35-40
Fuente donde mana el agua que vida nueva genera, venero de amor y gozo florecido en primavera… déjame saciar la sed con el rocío divino, y refrescarme a tu vera mientras hago este camino. Fuente misma del amor que mana de tu costado, cauce por do el agua corre desde tu orilla a mi lado… riega mi tierra baldía tan reseca y calcinada, da tempero a esta tu viña a tu siervo regalada. Fuente manantial de paz donde el alma se serena, refugio del peregrino, consuelo del alma en pena, da solad a este pesar, pon cordura en tanto enojo que ronda mi caminar entre espesura y abrojos 30
A LA HORA DE PARTIR A la hora de partir, al final de la jornada, cuando el sol cierra los ojos y se acuesta a descansar, en mis manos vuestros nombres rotulados con mil trazos, todos ellos entrañables, de lectura desigual… Hermanados en el gozo, cada etapa del camino, fatigados, sudorosos, romeros y peregrinos, celebramos la alborada rezando cada mañana, disfrutamos del paisaje, compartimos la esperanza. Vuestras mesas, hoy vacías, guardan aroma y figura, porque se sienten testigos de flores de mil colores, de ilusiones y canciones, de llantos y de tareas, de sueños primaverales, de fantasmas y quimeras. En el corazón cansado, como fragancia exquisita, el aroma de mis flores derramado con largueza, dando gracias al Señor por el regalo tardío de regar flores tan bellas, florecidas al estío.
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EL BUEN PASTOR Pastor que a la amanecida, apenas despunta el alba, va al encuentro de las suyas que confió a la majada, es pastor enamorado, entregado a su rebaño, y lo conduce gozoso hasta las cumbres más altas. En el valle queda el miedo, el dolor y la ignorancia, los perros, los atropellos, el cansancio y la nostalgia; y en la cima luminosa donde la mañana es clara, el rebaño y el pastor con las nubes se solazan.
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ATARDECE Seca quedó la fuente do manan las palabras, oculto en la penumbra el venero quedó, muda la risa joven que pone fin al día, la brisa matutina a otros pagos voló. Aquí en esta ribera do el alma lucha y pena, la noche se aproxima, el sol se oculta ya, se encienden las estrellas en lejanas praderas, los nuevos resplandores empiezan a brillar. Silencio derramando las sombras del otoño, la tarde en su agonía sigue su caminar, las cumbres traspasando hacia nuevas veredas guían al peregrino do su destino está.
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PARA MI SED (Jn. 6,35-40)
Fuente donde mana el agua que vida nueva genera, venero de amor y gozo florecido en primavera, déjame saciar la sed con el rocío divino, y reposar a tu vera mientras ando este camino. Fuente de eterno manar que siembra vida y frescor, cauce donde disfrutar las fragancias del amor, deja mi llanto correr mientras sueño esta canción, que desafinada y pobre me brota del corazón. Fuente misma del amor que brota de tu costado, manantial de agua serena al que con sed he llegado, apaga tú los ardores, pon solaz en tanto enojo en que el alma vive y pena entre sequía y abrojos. 34
ECOS DEL SILENCIO Aquí, Señor, en la altura, donde a tientas he llegado, busco el rostro del Amigo, el que siempre me ha esperado para hablar de nuestras cosas, para mirarle a los ojos, para pedirle perdón por haber tardado tanto en escuchar su llamada, que paciente ha reiterado. Aquí arriba, en la montaña, donde el silencio es un canto, brotan palabras de aliento, de amistad y de cansancio, de perdón y regocijo, de pesar y de descanso, porque el retraso fue grande, porque el camino fue largo… y tarde llego al silencio…, y Tú sigues esperando. Le cuento que soy feliz, que tardé…, mas ya he llegado, que quiero por siempre estar en su tienda cobijado, que con paso lento y torpe por fin la cima alcancé para vivir el encuentro que me tiene preparado.
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DE VUELTA A CASA (Mt. 18, 12-14)
Tú, Señor, lo dejas todo, cuando de buscar se trata al que camina perdido, al que abandonó la casa, sembrando dolor y pena en los que en ella moraban. Tú buscas aquí y allá, entre zarzas y espesura, llamándole por su nombre, por si tu voz recordara y al fin decide tornar al amor que abandonara. Tu voz resuena serena, sin reproches ni amargura, invitándole a volver con palabras de ternura al calor de tu redil, donde la vida es holgura.
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SOLEDAD Madre del mayor dolor, que vives el desconsuelo de ver clavado en el suelo, al Señor mi Redentor. Escucha tú mi oración, que quiero velar contigo al Jesús que está tendido, roto de entrega y amor. Asómate a la mañana, contempla la comitiva que camina compungida, presa de un beso traidor. No llores más, Madre mía, seca tu llanto y espera…, que asoma la primavera que Jesús nos mereció. Mas, mientas tanto, Señora, Madre de Dios, Madre mía, acepta mi compañía, que contigo pena y llora.
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CIEN AÑOS
Cien años hubieras hecho si aquel cincel indolente no modelara tu tronco, buscando vida inmanente…, que en eterna primavera caminaste hacia la orilla, donde tu imagen perdura noble, grandiosa, sencilla. Cien años, cien primaveras, mil rosales encendidos con brotes de sabia nueva, de tu tronco renacidos…, que no llegaron a verte porque la sombra ocultó el verdor del tronco viejo, que a la tarde se inmoló. Cien años y mil recuerdos, desgranados día a día del jardín de las andanzas, en alegre algarabía…, que hoy revivo en mis adentros mientras que el cincel me talla, y da vida a la figura que en mi tosco leño se halla. 38
COMUNIÓN Antes, cuando el tiempo era tu amigo, y cercaba los tapiales de tu estancia, caminabas seguro, decidido, presuroso, avanzando hacia la meta deseada. Antes, cuando el tiempo era futuro, promesa repartida a la mañana, te mecían los vientos del deseo, y en corrientes de sueños te llevaban. Antes, cuando el día amanecía, pintando con su magia tu ventana, el fulgor del lucero matutino, regaba con su luz toda tu estancia. …Más hoy que el verso de tu vida, se derrama en la mía, hecho palabra, contemplo, callo, admiro y gozo, en comunión de amores y esperanza.
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INTERVALOS DE SILENCIO Es el deseo de ser por lo que el alma suspira, un deseo, un desafío en el que juegas la vida en la mesa del silencio, con las cartas a tu nombre, hábilmente repartidas. Ser un hombre, una mujer, de prestigio e hidalguía, bautizado, mar a adentro, con olas que riza el viento, con amigos y recuerdos, que acompañan la partida en la nada de las horas, de las noches, de los días. Tener alguien que te quiera, que te odie, que te espere, sentir ilusión y enfado, fuerza, holganza y alegría…,darte cuenta, en tus cabales, que navegas contra el viento, que aquí fuera no eres nadie, que el valor lo llevas dentro. Tener un nombre a tu alcance, apellido y buenas leyes, sentimientos encontrados frente al bien y la maldad, una guitarra, un amigo con quien poder conversar, son tesoros escondidos, que tú puedes conquistar. Cuando te cubra el asombro y el pasado ya no exista, y el vacío del presente abra la puerta a lo eterno, ya no habrá mas resistencia, todo tu ego entregado flotará en la vida nueva, que por fin has alcanzado.
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ALELUYA DEL CIELO BAJA UN RESPLANDOR, QUE ES VIDA NUEVA, LUZ Y AMOR, Y ES TODA MI ALEGRIA… ¡MI VIDA! EL MUNDO ENTERO TRANSFORMÓ, AQUÉL LUCERO QUE ENTONÓ, SU CANTO AL NUEVO DÍA… ¡ALELUYA! ESTRIBILLO ALELUYA, ALELUYA ALELUYA, ALELUYA. AQUÍ, MI BIEN, POSTRADO ESTOY, ANTE TU TIERNA HUMANIDAD QUE EL MUNDO VINO A REDIMIR… ¡MI VIDA! POR ESO YO QUIERO CANTAR A TU DIVINA MAJESTAD, ARPEGIOS DE ALEGRÍA… ¡ALELUYA! ESTRIBILLO ALELUYA, ALELUYA ALELUYA, ALELUYA.
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ASÍ, MI VIDA, CONTEMPLAR, DE TU MIRADA DISFRUTAR, EN DULCE SINFONÍA… ¡ALELUYA! UNIR MI ALIENTO AL RESPIRAR, A MIS HERMANOS INVITAR, Y TODOS JUNTOS ENTONAR… ¡ALELUYA! ESTRIBILLO ALELUYA, ALELUYA ALELUYA, ALELUYA.
Cpoposición poética compuesta para ser cantada con la música del Aleluya de Lonard Cohen.
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Vestido de fiesta
¡Oh Dios! Que el orbe entero renazca de la Pascua, que cante de alegría la vida en el erial…, borradas las miserias que antaño florecían, abre Tú las mazmorras que al mundo retenían en sombras de pecado, en amargo penar. Al filo del silencio rota quedó la noche, la sombra del soldado medrosa se ahuyentó escondiendo los miedos para callar la afrenta, gritando a cuatro vientos que Cristo sigue vivo…, que rotas las cadenas a la muerte venció. Aleluya es el canto que alumbra la mañana, levantando del suelo al preso en su penar…, porque la vida es nueva, porque Cristo ha vencido, y a todos nos regla con vestido de fiesta, para cubrir las penas y vendar las heridas, para gozar, al fin, la dicha de reinar.
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TARDE TRANQUILA Y SERENA Sereno es el fluir del torrente de vida que mana en la penumbra, mirando al más allá, su discurrir, pausado, alegre, jubiloso, al ritmo del cansancio que los años le dan. Tranquila la jornada del día venidero, sin prisas ni congojas que turben al andar, con paso lento y firme, la mirada profunda, irradia amor y gozo en cada despertar. Las curvas del camino que encuentras cada día son señales que el tiempo a su paso dejó, luces que te recuerdan llamadas del Amigo presencia permanente de su infinito amor.
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LÁGRIMAS El agua rompe el silencio por las colinas lejanas, Ccabalgando, sierra adentro, sobre luceros de plata, soñando capotes blancos, de madreselvas y holganza. La noche, caballo negro, embridando la nostalgia, quiere detener su paso, relincha buscando el alba, porque se ocultan las nieves, porque se derrite el alba, corriendo a playas de estrellas, de sol y arena dorada. La espuma, novia del viento, con ansias de enamorada, bate pañuelos de triunfo sobre las gradas calladas, y llora “pa” sus adentros al ver discurrir el agua, acariciando sus brillos, perdiéndose en la distancia. En el lecho del torrente, donde muere la quebrada, suenan canciones profundas, son los quejidos del alma que descienden de la altura, llevando penas colgadas camino de mar adentro, donde el silencio descansas.
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CORRIENTE DE AGUA VIVA A solas en mi aposento, escuchando viejos sueños, quise apaciguar mi tienda de vientos enfurecidos, que soplan en la solana, gritos de angustia y hastío… En el refugio interior, aquél viento huracanado silenció su voz errante, sosegó su grito fiero, dejó paz en mi guarida… Hoy escucho sus caricias que dicen: nada te espante. Aquí los ritos sagrados del día que ya amanece, celebran el nuevo encuentro más allá de la corriente, que fluye rica y feraz, y en lontananza se pierde…
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¡¡SILENCIO!! Deja que cante el silencio su tonada victoriosa, que ponga paz y sosiego, armonía creadora. Que torne en quietud y calma aquellos sentires yertos, que causaron desazón, enojos y desalientos. Ahora que llega la tarde y la luz es suave y mansa, deja a la puerta las sombras que aturden el pensamiento, disfruta de gracias mil, derramadas a tu lado, vive el gozo de la tarde, regalo que Dios te ha dado. Deja que reine en la anchura, que inunde la tarde entera, que disfrute de los vientos que en esta orilla navegan, que goce las horas idas vagando por estos sotos, buscando sombras ocultas, entre mil zarzas y abrojos.
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TRÁNSITO Cuando el silencio se adueña del dolor de las heridas, dejando en su pasar el sopor de la tardanza, un nuevo canto resuena allá…, en montes lejanos, do el viajero fatigado se detiene, suspira de amor…, resuella y canta. Atrás dejó el cansancio cosechado, en jornadas muy tensas de labranza, de ausencias de calor, tardes de estío, do el viajero peregrino de esta vía gozó del requiebro lisonjero, bebiendo el aplauso, premio artero, la embriaguez que en su era cosechaba.
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SOLAD Y DESCANSO Saliendo yo a vagar por los caminos, por hallar el remedio a tantos males, topéme con su amor que me buscaba, el Dios que trae consuelos a raudales. Allí me sorprendió la madrugada, allí abracé su suerte en tal manera, que no puedo vivir sin su mirada, que no quiero vivir sin su presencia. Así mi voluntad quedose presa de su amor y poder, que es infinito, ajena a los sentires de otros dueños, atenta a los pesares y cadenas, rendida a los designios del amado; mirarme en su mirar es ya mi oficio.
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SIEMBRA, RIEGA Y ESPERA Con empeño generoso vas tejiendo vidas nuevas, que brotan en tu jardín, promesas de primavera. Mas no dudes, jardinero, que la semilla que entierras en surco roto y profundo, pasado el sombrío invierno te dará el ciento por uno. Sin escatimar labores ni esperar la recompensa, has de sembrar con empeño, a voleo, puño a puño; regar a manta de dios…, y vigilar el terruño, que es encomienda sagrada que no se pierda ninguno.
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CAMPANAS DE GLORIA Lanzaron las campanas el lamento en cortejo de lutos y tormentas, acunaron las olas peregrinas, pregoneras del alba, pregoneras. La tarde despertó de su letargo, ronco trueno le trajo la noticia, negras sombras corrieron a ocultarse, y celaron temblando sus mejillas. La tronera que oculta los secretos entre paños de duelo y plañideras, volvieron su mirada al horizonte donde fluye el mensaje que libera. Repicaron a gloria las montañas, pregonaron su nueva a cuatro vientos, rompieron a gritar en aleluyas, porque Cristo ya reina en las alturas.
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DIOS ES AMOR y LUZ Si conocieras a Dios, que es todo amor, que envuelve con su luz toda presencia, dejaras de vagar por otros pagos, mendigo de caricias y quimeras… Vendrías a su encuentro, luz presente, camino y luz que alumbra tu carrera. Si abrieras el cerrojo de la casa, tras el cual se oculta tu ceguera, quedarías bajo el sol de su mirada sanado en el dolor de tu pobreza. Si no fueras esquivo a sus halagos, ni sordo a sus requiebros y lisonjas, sanaras de tus males y privanzas, gozaras de su amor en su presencia .
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DEJARNOS TOCAR POR ÉL Con corazón suplicante y humillado, mirando con rubor tu rostro herido, hoy quiero trepar al leño de tu cruz, al trono del amor, abierto, dolorido. Hoy vengo a pedirte que me ayudes a cargar con firmeza mi madero, que es, apenas, una astilla pequeñita, de tu leño pesado, carpintero. Mas mis fuerzas son pocas, bien lo sabes, mi voluntad es enferma y negligente, por eso te encomiendo mi promesa, y te pido que me seas indulgente, que alivies el peso de mis deudas y olvides que un día fui rebelde.
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PEDIR Pedir porque estoy vacío, menesteroso, sediento, y no puedo resistir el amor de tu mirada que aturde mi caminar por los senderos del alba… Yo necesito una estrella que me guíe en el sendero, donde poder descansar, tras esta dura jornada en el remanso de paz, que mi dueño me regala. Pedir porque voy cansado de remar contra corriente, sin las fuerzas necesarias para gobernar mi nave que camina en mar abierto, ante fuertes tempestades. Pedir, y seguir remando; remar, y seguir pidiendo; porque pedir es oficio del pobre necesitado; mendigar por los caminos que el dueño le ha señalado.
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BUSCAR Buscar mientras brilla el sol, porque en la noche el sendero se vuelve misterio y sombra, engañoso y traicionero. Buscar, porque estás ausente del camino verdadero, y quieres cambiar el rumbo, volver al amor primero. Buscar el amor del padre que se asoma a los caminos, por si su hijo volviera sin fuerzas, ahíto y roto, para preparar la fiesta del encuentro más hermoso.
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NOCHE DE LLANTO Y LUTO, DÍA DE LUZ y GLORIA Se rompió el silencio, sonaron clarines, lloraron trompetas su amargo dolor, se cubrió de luto la noche morena, se vistió la magia de amargo dolor. Los cielos callaron para oír el llanto, celaron su rostro al brillo del Sol, Dios es elevado en madero santo, cubierto de oprobio, de gloria y amor. Un rayo de luna que cuidaba el alba en cofre de brillos y luz celestial, dejó la encomienda de alumbrar la noche, de guardar silencio, de acunar al día, y en loco arrebato comenzó a cantar: ¡Que suenen clarines, que canten trompetas, que ha vuelto la vida del Dios que es amor, que Cristo está vivo y me abrió el camino, de gloria futura de resurrección! ¡Reine la alegría, viva el mundo en paz, Él nos dio la vida de la eternidad!
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FAVORES QUE NO MEREZCO Vacía y sin horizonte, llena de vacío y nada, encuentro mi habitación en esta tarde cerrada… Y tengo tiempo a mi antojo para poder orientarla, hacia la luz de tus ojos, hacia el sol de tu mirada. Vengo a pedirte esta tarde que seas mi consejero, que guíes mis inquietudes, porque sabes que te quiero… Mas solo, sin tu consejo, no atino con el sendero que me guíe hasta tu casa por el camino certero. Por eso vengo a rogarte que seas mi luz y guía, que acompañes mi mudanza en esta tarde baldía… Porque si Tú no me ayudas a ordenar mis aposentos, no habrá paz en mi guarida, ni en mi corazón contento. 57
OBRAS SON AMORES… Corriendo tras tu amor por esos montes, absorto ante la luz de tu palabra, yo quise convencerte, Jesús mío, que tu amor, en mi vida, es el que manda. Sabiendo yo encontrarme en carestía, quise entrar en secretos con mi alma, y entendí que sin Tí, nada podía, sabiendo que por mí, todo me falta. Tus ojos me miraron con cariño, me pediste que escuchara tu consejo: “el sermón del anciano ha de ser breve”, el amor al hermano, su reflejo. Me fueron regalados mil presentes, que en ofrenda de amor nadie te gana; hoy tengo recogidos mis sentidos, gozando del presente de tu gracia.
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MARTES SaNTO EN GRANADA Salieron las cofradías, piedad de un pueblo en la calle, arrastrando las cadenas de su pasar penitente, oración, suspiro y canto, con lágrimas a raudales, que brotan en cada esquina, entre suspiros y “ayes”. Todos inclinan el rostro al paso de tu figura, peso de pecado y culpa, de contrición y dolor; el paso sigue avanzando camino de cruz y muerte, el pueblo sigue esperando que el reino se haga presente. La lanzada en el costado abrió la puerta sagrada, de donde brotó la vida, de donde manó la gracia, vida, solad y descanso para el alma enamorada, que reza al paso de Cristo, que llora mientras le canta. Humildad, Amargura y Penas, son sentimientos del alma, que expresan las emociones del pueblo que sufre y calla, mientras ve pasar a Cristo, con la túnica morada, a hombros del Pueblo humilde, que le jalea y aclama.
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PASIÓN GITANA (Cristo de los Gitanos de Granada)
Gitanos de cobre y luna que paseáis vuestra raza a golpe de castañuelas, de flamenco y de guitarra, abrid vuestros corazones y preparadle una zambra, porque bajó el Nazareno a las calles de Granada. Los perros quedan ladrando los primores de la Alhambra y avisan a los civiles con sus ladridos de plata, que les han robado a Cristo, que lo llevan por Granada un grupo de costaleros, y el capataz que los manda. La comitiva camina bajo los rayos del alba, los gitanos le echan flores y una saeta le cantan, para que vuelva a la cueva para celebrar la Pascua, que la cueva, sin su Cristo, no es una cueva gitana. Los churumbeles aplauden cuando ven que Cristo pasa, que le oyeron a “la mamá” que aquel Cristo es de su raza, y quiere a los gitanillos, color de trigo moreno, que se asoman a la cueva a rezar al Cristo bueno.
A José Aº, Gitano Mayor, y a sus tres gitanillos, que acompañan al Señor en este miércoles santo por las calles de Granada.
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CONDENAMOS AL AMOR PACIENCIA, CONSUELO Y PENAS (miércoles por las calles de Granada)
Pasión de un Pueblo que canta sus miserias por la calle al recogerse la vida, al rebufo de la sangre, ha de ser pasión profunda para brotar a raudales, por los ríos de sus venas, desde ocultos manantiales. Paciencia, Consuelo y Penas se unen a la comitiva, que las penas fueron muchas, el consuelo escaso y pobre, la paciencia necesaria para seguir aguantando, la pasión de cada día, hasta llegar al Calvario. Tres Caídas y un misterio de amargura y de dolor pregonaron la sentencia del Amor ajusticiado; debajo, los costaleros, de injusticia coronados por el alto tribunal sobre sus tronos sentados. La Reina de tanto duelo, Madre de dolor y llanto, bajó desde el Sacromonte, donde vive avecindada, al escuchar la sentencia que la multitud dictó, vociferando y pidiendo que condenen al AMOR.
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¡¡SILENCIO!! Deja que cante el silencio su tonada jubilosa, que ponga paz y sosiego, armonía en nuestras cosas; tornará en quietud y calma aquellos sentires yertos, que causan angustia y llanto, enojos y desaliento. Mira que llega la tarde, y la luz es muy melosa, cierra la puerta a las sombras, que pase la luz del día; disfruta los mil favores derramados a tu paso, vive el gozo de la tarde, regalo que Dios te ha dado. Abre tu amor a la gracia, que inunde tus aposentos, empápate de la brisa que en esta orilla navega; olvida las horas idas vagando en otros mares, buscando paz y consuelo, entre zarzas y pesares.
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CORRIENTE DE AGUA VIVA A solas en mi aposento, escuchando viejos sueños, quise apaciguar mi tienda de vientos enfurecidos, que soplan en la solana…, gritos de angustia perdidos. En el refugio interior aquél viento huracanado, sosegó su porte fiero, puso paz en el semblante, y me susurró al oído: “Tranquilo, nada te espante”. Aquí los ritos sagrados del día que ya amanece, celebran el nuevo encuentro más allá de la corriente, que fluye rica y feraz, y en lontananza se pierde…
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¡¡ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA!! Saltaron los cerrojos, la luna fue testigo, la tierra estremecida se recogió llorando, la piedra que cubría tan santo relicario, rodó callada y presto, muda ante tanto espanto. Las sombras, temerosas, huyeron de la vida, gritaron al silencio, presas de miedo y llanto: el Señor de este mundo que por amor murió, ha subido a los cielos, vive resucitado. Las piadosas mujeres que del Amor sabían, llorosas y afligidas, recién amanecido, corrieron al sepulcro donde su bien dejaron… mas no hallaron tesoro, de vida tan preciado. Un ángel, peregrino, mensajero del alba, al ver la tumba abierta y el sepulcro vacío, les contó, jubiloso, el hecho acontecido: ¡No asustaros, les dijo, el Maestro está vivo! El Ángel, admirado, por amor tan certero, les consoló diciendo: ¡mujeres, alegraros!, ¡que no os lo han robado, ya reina en las alturas! ¡Cristo ha resucitado! ¡Hoy es todo ventura!
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ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO Si alguien oye, y me abre, entraré y comeremos juntos (Ap. 20,3) Hoy quiero cantar contigo la luz de la vida nueva, el perfume de las rosas, el canto que el valle alegra, el cascabel de tu risa, el candor de tu belleza. Quiero que cantemos juntos al Dios que alumbra la estrella, al Hijo que dió su vida, al Padre que cuida de ella, al Espíritu Divino, que nos invita a la mesa. Después que hayamos cantado con la creación entera, al amor, hecho manjar, que nuestra vida alimenta, adoremos al Pan Vivo, contemplemos su grandeza, admiremos al Amor, que por amor se te entrega, y bendice cada día, cada hora, cada estrella, que por amor se derrama y llena tu vida nueva.
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A LA LLEGADA DEL ALBA En la quietud de la noche, cuando el silencio reinaba, el rebaño duerme y sueña con volver a la majada, para vivir la amistad, para compartir la calma en la soledad del monte, en la quietud más callada. El pastor, que vela atento, mientras la puerta entornaba, saludando a sus ovejas de esta manera les habla: “¡Silencio, que llega el alba cantando por la majada, saludando, con su risa, al ganado que allí pasta, en el campo de los sueños, cubierto de mieses blancas!” Con silbos guía a las suyas hacia la fuente do mana el torrente de agua viva, que los brocales rebasa, para mitigar la sed, como reposo del alma. Allí descansó el ganado, sus hambres ya mitigadas, allí gozó de amistad, del silencio enamorada, mientras escucha al pastor, oyendo sus enseñanzas.
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INVITADOS A LA MESA Pareciera que fue ayer cuando llamabas, en demanda de acogida, peregrina, a las puertas de la casa familiar; y la casa de Dios Padre, cuna y mesa, jubilosa te signĂł como cristiana con abrazo de acogida y amistad. Muchos dĂas, mucho amor en el camino, derramado por los tuyos al andar; hoy acudes a la mesa, Pan de Vida, en demanda del Amor, hecho manjar. Anotadas van quedando en tu memoria las caricias de Su amor al caminar. Su presencia, que es regalo y es misterio, te conduce, jubiloso, hasta el altar.
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CORRIENTES DE AGUA VIVA La vida fluye serena como canto jubiloso, creando corrientes nuevas en el cauce de los días; escucho su caminar como misterio gozoso, que arrulla con sus cantar al que la vía transita, por el lecho de su canto, seco de tanto bregar, agrietado de esperar, yerto de pereza y llanto. Cada nuevo amanecer el fluir de la corriente, refresca mi caminar al arrullo de su canto, y oigo nacer en la orilla, al despertar de aquel sueño, la canción de la corriente que ilumina y enamora, mientras se pone la aurora su blanca bata de cola. Así me sorprende el día, así me regala al alba, soñando con la corriente que de las alturas baja, para dar vida y aliento a la semilla enterrada en el surco de mi hijuela, reseca y abandonada.
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PARA PODER PLATICAR En tarde ya avanzada en ocios y labores, ausente y peregrino por rutas otoñales, dejé volar los sueños, solté los mil pesares que vienen al encuentro, hambrientos, demandando atenciones y bondades. Y puse aquí morada donde vive el presente, ahíto de texturas, de risas y colores, y aficioné mis días “aquesta” su presencia, hecha de luz y vida, de huidas y clamores. Aquí me avecindé cansado de vagar, buscando yo solar donde fijar la tienda, donde escuchar su paso en noche ya cerrada, y poder platicar a solas con mi dueño, en remanso de paz, cual alma enamorada.
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A TIENTAS Tus entrañas son negras, ¡oh, Valle de Sabero! Están petrificadas, calcinadas, yertas, Perdidas e ignoradas, olvidadas, Borrosas en la agenda mugrienta del poder. Por tus calles corrió con abundancia la alegría, El vino, la pelea y la tizne del carbón, Origen y motor de la abundancia Que templó los rigores del invierno. Tus niños crecieron entre escombros, Tiznados por el miedo hacia el grisú, Compartiendo lamentos de viudas tempraneras, Que soportaron con grandeza la ausencia de su amor. Mas aquello pasó como un mal sueño, De repente la boca del pozo se cerró, Tus gentes huyeron ceñudas, cabizbajas, Dejando sepultados recuerdos, futuro e ilusión. Los fantasmas del Valle saltaron de alegría, Se adueñaron del alma de cada callejón, Calentaron tus oídos con promesas no cumplidas De otra nueva vida sin llanto, que a ti nunca llegó.
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… y tú, terco, te resistes, lo intentas, luchas Por recoger, siquiera, los lamentos errantes, Que suben y bajan del río hasta la Peña, Como recuerdo respetuoso del adiós.
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¡VAMOS CORRIENDO AL PORTAL! La estrella de la mañana, que su paseo seguía, se asomó, buscando al Sol, a la galaxia divina, y quedó de Dios prendada por su bondad infinita. La estrella, como era niña, y de amores entendía, se sintió de Dios amada, de su calor preferida, y brilló sobre el pesebre donde el mismo Sol dormía. Una estrella perezosa que oyó cantos en el cielo, quiso sumarse a la fiesta y rauda bajó hasta el suelo. Allí adoró al Sol viviente, que entre pajas se escondía, y gritó a los cuatro vientos: ¡Parió la Virgen María!
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Otra estrella desvelada, que los cielos recorría, oyó cantar a un lucero que buenas nuevas traía, y preguntó la razón de tan gran algarabía. Así corrió la Noticia, así llegó a los pastores que vinieron a cantar al Señor de los señores, que se ocultó en carne humana y asumió nuestros errores. El sol, la luna y el viento, al conocer esta Nueva, cesaron en sus quehaceres para volar al pesebre, y adorar la Humanidad del Dios que todo lo puede. Allí acudieron las nubes a rendirle pleitesía, la escarcha de la mañana, el ardor del mediodía, y hasta el trueno belicoso, dobló ante el Niño la rodilla.
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PARA CUADROS DE CATEQUÉSIS EN EL I CENTENARIO SEMINARIO N. S. DEL BUEN CONSEJO (COSTUMBRES DE LOS CRISTIANOS)
Era costumbre piadosa de aquellas gentes sencillas iniciarles en la fe, depositar la semilla, en el corazón del hijo cuando llegaba a la vida. C. I Signarles con devoción, invocar la Trinidad, susurrar a sus oídos las grandezas del Señor, era el eco cotidiano, era romance de amor. C. II El ejemplo de sus vidas, la verdadera hermandad, la bendición de la mesa agradeciendo los dones, era alimento de vida que orientaba sus acciones. C. III Así, con gestos sencillos y sin humana elocuencia, recibían los chiquillos de labios de sus mayores la fe en el Dios verdadero, el amor de sus amores. C. IV
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En clase con los maestros aprendían la doctrina, cultivaban la semilla, recitaban oraciones, preparaban el camino al Señor de los Señores. C. V Cuando al fin llegaba el día de tomar la comunión, eran reyes de la casa, principales, regalados, y aquella fecha grabada, por siempre la han recordado. C. VI En el claustro del convento la alegre chiquillería, continuaba la enseñanza en alegre algarabía, y la madre, complacida, bendecía al catequista, que era niño algo mayor, y más versado en doctrina. C. VII En el taller de la vida aquellos niños de antaño crecieron y maduraron, dieron cosechas de flores, vivieron en armonía fieles a las enseñanzas, hoy, con gratitud y gozo, vienen a decirte ¡gracias!
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CONVERSIÓN Es tiempo de luz y gracia dictado con ilusión, trabajo de cada día, encomienda en la jornada apenas despunta el día, mientras el hombre camina con la mirada en la cima, es gozo del corazón. Es un grito en la tinieblas, una llamada a la luz, un salmo de acción de gracias, canción para el desaliento, callejón de pasos mil, sin salida en la penumbra, es andar entre pesares, llevando a cuestas la cruz. Noche sin luz, peregrina, ofrenda de la razón es tarde rota y cansina, lucero sin horizonte, cuesta que sube al calvario por la angostura del monte, tiempo de luto y pesares derramado en oración. Es abrazo entre sollozos que te devuelve a la vida, dejar atrás los abrojos de caminos polvorientos, reconocer la vereda que te lleva hasta la mesa donde la fiesta te aguarda, olvidando tu partida.
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REGRESO Se hace tarde, lo presiento, he de volver, ¡qué dolor! y voy en alas del viento caminante, que al pasar, me recuerda con su silbos muy certeros, mi llegar. Hoy las horas y los días se me escapan, ¡frenesí!, al cobijo de las nubes peregrinas que dejé, sin beber, bajo un manto de silencio en la mirada, que canté, la alegría del regreso de este sueño, que es volver. Mas la tarde que se ausenta tan deprisa, junto a mi, me recuerda la presencia de la infancia, que dejé, en las nubes de otras tardes que se han ido, en que lloré, y es regalo de agua fresca y cristalina, que beber.
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“FIAT” DE DOLOR Y GLORIA (Ofrenda de amor)
En tarde de dolores, de viernes coronada, cargas con la sentencia que mereció mi culpa; el cielo se estremece, la turba lo celebra, los siglos y la historia contemplan la algarada. La muchedumbre, ciega, te sigue hasta el Calvario; embrutecida grita, celebra tus caídas…, y aquella burla andante camina entretenida entre sombras de llanto, y peso de agonía. La luz contempla, y calla, y a tu paso se inclina aquél canto de muerte que hacia el monte subía, para encender la noche, para velar el día hasta que rompa el alba en mañana florida. Mas antes ¡ay dolor! perdida entre la gente, con una espada a cuestas clavada en sus entrañas, la Madre ofrece al Hijo como ofrenda sagrada, culminando aquél “Fiat” que un día pronunciara.
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DOS AMORES, DOS CIUDADES… (Viernes Santo)
“Dos amores edificaron dos ciudades. El mor de sí mismo hasta el desprecio de Dios. El mor de Dios hasta el desprecio de sí mismo”. Ciu 14,28 Voy trasponiendo los montes desde los tesos al valle, cuando ha mediado la vida y apuntan debilidades, que cargo sobre mis hombros, antes que la tarde acabe. En el valle de los días me crucé con dos ciudades, lujosamente vestidas, mas en su ser, desiguales; hijas de amores distintos, cunas de distintos lares, con gentes que van y vienen pregonando sus verdades. Dos amores, mil requiebros, te encandilan por las calles, en la feria del olvido, donde crecen vanidades: soberbia, arrogancia, envidia, resuena por los portales, como un elixir milagro que cura todos los males. En la otra, por el contrario, la luz alumbra la entrada, adornados para el caso, porque la fiesta es sagrada... A lo lejos un murmullo de comunidad triunfante, celebran el nuevo día con gran gozo en el semblante.
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Dos ciudades, dos presencias, vocean su mercancía: y tú, peregrino amigo, dotado de mil razones, has de empadronar tu vida, eligiendo una morada donde puedas ser por siempre de Dios criatura amada. En el stand de la vida se proyectan realidades: oración en apertura a Su Bondad, que es muy grande, silencio propiciatorio para hablar de intimidades… Mientras construyes la casa en la ciudad de tu Padre.
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MEJOR ASÍ, SOLO. Uno debe sentarse ante sí mismo completamente solo. Asomarse al canto del silencio, completamente solo. Sin presencias que distraigan la mirada, sin ausencias que reclamen tu presencia. Completamente solo. Escuchar el latir de la conciencia, dejar que la aurora en la otra orilla hable el dulce lenguaje del silencio; sin cantos de sirena en esta playa. Mejor, completamente solo. Al final del camino tú vas solo, completamente solo. Sin pareja ni hermanos ni amigos que mitiguen el peso de tu gloria; completamente solo. Sin tregua ni descanso en el Adviento que aguarda la corona de laureles, trenzada con el paso de la ausencia… Completamente solo. 81
ORACION MUDA Hoy, Señor, me encuentro torpe, algo menguado, decaído. Me cuesta comprender letras de siempre, con alma y con mensaje…, con espíritu. Hoy me encuentro sin discurso que contarte, sin oración ni verbo que rezarte. Espeso, mudo, algo perdido… Hoy te traigo el torpe razonar de mente torpe, cubierta con las sombras del Otoño, que peina de nieve la montaña altiva, mientras a tientas aguarda tu venida. Hoy, Señor, hay tinieblas en mi alcoba, estoy sin gallardía que ofrecerte, sin ganas de sacar el alma a pasear, sometido por el peso de esta suerte. Hoy herido de sopor y de silencio, el aliento de las sombras me desvela. Rezo arrastrando las notas de los salmos al abrigo de tu amor, que siempre espera.
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CUERO CURTIDO EN LA ESTEPA Leída en la misa funeral del Padre de Aurora Montes, celebrado en la Virgen de las Angustias de Granada. Este cuerpo curtido por los golpes del camino, despierta de la noche para jugar la partida. Sus clavijas chirrían desajustes y quebrantos, que discurren por desiertos desolados de agonía. Este cuero, pellejo maltratado por los golpes, cual tambor resignado de ronda pregonero, hoy se asoma al barranco del olvido, ya olvidado, a beber del torrente de los sueños oxidados, a la espera que florezca en la estepa nueva fuente. Este cuero golpeado y dolorido por los años, al que el viento le arrancó, sin piedad, la lozanía, se resiste al abrazo del invierno, allá en la cumbre, y se aferra a la plegaria del otoño en su partida. Este saco de abundancia, de despojos y pesares, compañero de caminos, de veredas y porfías, se derrama bajo el peso de la noche en el desierto por el que anda, peregrino, cada tarde hacia la Vida. Hoy se duele y se lamenta, lastimero, mientras anda, de las grietas que aparecen en la alcoba de su cuero, y saluda jubiloso al oasis que refresca la ribera, con señales de ternura, de paciencia y agonía. 83
ORACION DE CERCANÍA Es estar a su lado, en amor y compañía, convivir concentrado en su presencia, descubriendo que no hay yo verdadero, si el amor de mi Dios no está en mi vida. Es sentir el silencio que me hiere y aletea con su sombra en mi costado, es el rezo silente que florece de labios de mendigo enamorado. Es estar a la puerta, bien despierto, vigilante con la lámpara encendida, esperando que el amado llegue presto y te encuentre bien dispuesto a la partida.
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PUERTA CERRADA, SIEMPRE ABIERTA Hoy me desperté soñando que la cárcel no era cárcel, que las rejas de mi celda eran de niebla y de viento, que no tienen consistencia para detener mi marcha, ni son lo bastante recias para retenerme dentro. Al despertar me di cuenta que vivo en cárcel abierta, que si permanezco dentro contemplando los barrotes, al abrigo de los miedos que guarecen mi aposento, es porque soy carcelero que vive tranquilo adentro. Desde mi patio interior, asomado a la ventana, pude contemplar la calle con sus prisas y contentos…, y una ráfaga de luz, que buscaba la salida, me aconsejó, entre pesares, que se está mejor adentro. Más yo quiero libertad, despojarme de mis miedos, decir en calles y plazas que amistad es mi contento, y si la puerta está abierta, y se me invita a salir, he de romper las cadenas, no puedo yo seguir dentro.
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REGALOS QUE NO MEREZCO Ayer, al amanecer, cuando el día me alcanzó, me sorprendió entretenido recontando mis razones: los tesoros que acumulo en el desván de los días, buscando seguridad, complacencia y acomodo. En el stand de los días tengo muy ricos haberes que me causan desazón, por no haber seguridad: tengo días, tengo noches, estrellas de luz chiquita que me producen temores, tengo prisas, tengo flores… Tengo ideas, ¡ya lo creo!, son tesoro muy preciado, ellas alumbran la vía por donde avanzan los años. Pero ¡ay!, a veces se nublan y me dejan desolado. Tengo cosas, muchas cosas, un baúl de gran tamaño; son regalos de las gentes que yo vengo atesorando, obsequios que no merezco que mis amigos me han dado. Tengo un olivo en el patio que florece de alegría, un jazmín de flores blancas que perfuman la mañana, un canario en una jaula que canta por bulerías la condena de sus rejas, que son cárcel de agonía.
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Tengo millones de besos, una moto y un delfín, un cortijo en la Alpujarra que me da paz y descanso en días de viento y nieve, donde puedo meditar y volver a mis andares…, para otra vez empezar. Tengo hermanos que me quieren, amigos que no merezco, personas a las que amar mientras me regalen tiempo, gentes que van a mi lado por esta vía corriendo, a las que debo mi amor, sin ignorar el encuentro.
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RESPUESTA Qué es meditar, preguntaste, cuando el día era muy niño. No supe que responder, por ser nuevo en el camino. Acaso es hablar de amores con el Dios enamorado, que ha descendido a mi suelo para elevarme a lo alto… Tal vez es guardar silencio, permanecer contemplando la locura del Dios Hombre, que escucha por si le hablo… Quizás gozar su presencia, saber que estoy a su lado, sentirle cerca, muy cerca, cobijarme en su regazo… Hoy, muchos días después, del almanaque han caído hojas que el viento llevó, sin que yo hubiera leído.
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Y Tú sigues preguntando, por si aprendí la lección, mas no sé que responder… y los días van pasando. Al fin me miras y dices con el candor del amor: meditar es ser tú mismo, dejarse amar del Amado, sentirse por Él querido, como un loco enamorado.
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SOBRE ROCA FIRME “He aquí que pongo en Sión una piedra escogida, una preciosa piedra angular, y el que crea en Él no será confundido” (1 Pedro 2:6) En este paisaje desolado, yerto y frío, ando creciendo en ausencia de tempero y vida, mas, he de regar el surco de mi fe creyente, y cultivar el venero de la fe creída. Yo bien sé que es tarea de amor y mucho empeño, trabajo sin desmayo del alma que confía; que hacer es sembrar en tierra propia los amores, vigilar atento con rigor la hacienda propia, y beber el consuelo del alma que suspira. No es contento vivir soledad, sin juicio, roto, caminar cabizbajo, huido, de puntillas; conviene bucear la Palabra, mar adentro, respirar el sabor de la fe que en Él confía.
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ESPERPENTO Hoy vengo herido de cordura y de silencio, el aliento de la sombra aletea en mi ventana cual mariposa de luz, que llora su extravío en tarde de agonía, por ella encandilada… Es fuego que abrasa, enmudece y purifica mientras llora, saeta de luz que vuela y canta, lánguida flor de abril que exhala su perfume, rosal de amor en flor, que muere de nostalgia. Es concierto de silencio, plañidera sin voz, remos al viento que baten, luchan y porfían, ola salvaje que busca reposo en playas yertas, sin hallar balada que celebre su llegada. Quedo mendigo de luz en horas de penumbra, ciego de ruidos sordos, de llanto y de amargura, ladrón de sueños al acecho en cada esquina, rosa temprana de amor, de púrpura y cordura.
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BUSCANDO LA LUZ “Solo hay que parar, callar, escuchar y mirar” … y eso, es meditar. Parar las prisas del día, parar la mente que vuela, parar llantos y alegrías…, detener al centinela que tiene prisa en llegar, que va quemando las velas sin pararse a contemplar cada brizna del camino que crece en su caminar… eso dicen, los que saben, es meditar… Callar la mente revuelta que flota sobre la orilla, callar las risas de siempre que perturban nuestra paz, que brotan de la corriente del río que se agavilla, tras los montes de la noche y tras la estrella fugaz, eso dicen, los que saben, es meditar… 92
Escuchar el paso leve de la sangre a borbotones, escuchar el trino mudo de la alondra en su volar, que va rompiendo fronteras de odios y enemistades, de orgullos y de codicias en angosto caminar‌ eso dicen, los que saben, es meditar‌ Mirar por fuera y por dentro, dejar a la luz entrar en los rincones del alma, para mejor respirar, el horizonte que vive en los linderos de atrås, eso dicen, los que saben, es meditar.
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RONDANDO LA CERCA Puerta sin giro a la calle ni goznes que la gobiernen, siempre abierta al vendaval que ríe a impulsos del viento, es puerta que gira y gira, que va y viene sin parar como sombra que se oculta, para llorar su pesar. Religión sin un dios vivo en quien poder abrevar las ansias del corazón que navegan sin parar, es religión engañosa que nace de la ilusión, sin orientarse a la vida que anhela tu corazón. Amistad sin don ni entrega que se acerca a tu portal, en demanda del abrazo que la amistad sabe dar, es amistad engañosa, fruto de necesidad que camina cabizbaja, buscando a quien engañar. 94
LA CRUZ AL CUELLO La Cruz, tu cruz, mi cruz, es un regalo, es signo de amor y pertenencia, sello regio que Cristo nos ha dado, patrimonio común de nuestra herencia. Tú llevaste la Cruz, Uno por todos, y a cada cual regalas una astilla ligera, cultivada, prenda humilde…, que en cuentas de sufrir es calderilla. Yo trencé un cordón de amor y lino fino, y con él colgué a mi cuello una mañana la astilla pequeñita que me diste, para llevarla como prenda en tu compaña. Mas, a veces, Jesús, aunque es ligera, se clava en mi costado y me lastima, y olvido que mi cruz es leve, muy pequeña, porque Tú, Señor, la llevaste hasta la cima.
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POR LA CRUZ A LA LUZ Hoy, Señor, dejé mis cosas en la era, donde aguarda la mies para la trilla… El grano que arrojé en la sementera, ya es pan tierno de vida en las gavillas. Y es que hoy me urge tu presencia, necesito el encuentro, estar contigo… Yo bien sé que tu amor es providencia, que mi vida en tu ausencia es un castigo. Quiero hablarte, Señor, como a un amigo, abrir mi corazón a tu presencia, beber de tu torrente el agua pura que cure mi ceguera e impaciencia. Quiero verte, Señor, mas mi estatura no alcanza los destellos de tu luz… por eso, cual Zaqueo, he de subirme, al árbol de la vida, que es tu Cruz.
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SAETA AL SEÑOR DE LAS CAIDAS Los perros que el rebaño custodiaban, rondando la majada y su misterio, ladraban a la luna entre tinieblas, defendiendo al pastor de malos sueños. Queriendo detener tan cruel cortejo, lanzaban a los vientos su plegaria; mirando aquella cruz, fuente de vida, lloraban compungidos por la rabia. Denunciaban con ladridos la injusticia, lloraban por los hombres sus pecados, ungiendo con sus voces las heridas, que Cristo en sus caídas va sembrando. Al son del yunque frio los gitanos, que atizaban los fuelles en la fragua, templaron el llorar de las guitarras y ofrecieron al paso de amargura la saeta de dolor mejor cantada. Las vírgenes gitanas que velaban un cuarto de la luna entre dinteles, sacaron del arcón negras mantillas, colgaron de sus faldas los caireles, y cantaron, al Señor de las caídas, saetas de perdón y de quereres. 97
A LA SOMBRA DEL SAGRARIO Hoy, Señor, me urge tu presencia, necesito el encuentro, estar contigo. Yo bien sé que tu amor es providencia, que mi vida sin ti es cruel castigo. Quiero hablarte, Señor, como a un amigo, abrir mi corazón a tu clemencia, beber de tu torrente la luz pura, para curar mi ceguera e impaciencia. He dejado mis cosas en la era donde aguarda la mies para la trilla. El grano que enterré en la sementera es hoy pan de vida en las gavillas. Ese pan triturado, blanco y tierno, que sacia con su entrega el hambre mía, se me ofrece cada tarde en cada mesa, sacrificio de amor, Eucaristía.
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índice
CAMINANTE................................................................................ 7 ELOCUENCIA ............................................................................. 8 JESÚS LE DIJO…......................................................................... 9 GRATITUD..................................................................................10 REPOSA, SOSIEGA Y CALMA..............................................11 HAY UN AMOR QUE ACOMPAÑA.....................................12 INTIMIDAD, POR SI LLEGARA…......................................13 VIDA CONSAGRADA..............................................................14 DUEÑO DE LA VIÑA, FIN DE LAS LABORES...................15 ENTREGA ...................................................................................16 ORACIÓN DE LA TARDE......................................................17 CONFESIÓN...............................................................................18 ENCUENTRO EN AMISTAD................................................19 QUIERO CURAR MIS HERIDAS..........................................20 CONJUGANDO LA VIDA .....................................................22 UN NIÑO NOS HA LIBRADO..............................................24 CUARESMA..................................................................................25 LA PUERTA DE PAR EN PAR...............................................26 BUSCANDO SE ME VA EL DÍA...........................................27 ACCIÓN DE GRACIAS ...........................................................28 ERA DE NOCHE.......................................................................29 FUENTE CRISTALINA............................................................30 A LA HORA DE PARTIR.........................................................31 EL BUEN PASTOR....................................................................32 ATARDECER...............................................................................33 PARA MI SED (JN. 6,35-40)......................................................34 ECOS DEL SILENCIO.............................................................35 DE VUELTA A CASA (MT. 18, 12-14) ..................................36 SOLEDAD....................................................................................37 CIEN AÑOS.................................................................................38 COMUNIÓN................................................................................39
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INTERVALOS DE SILENCIO................................................40 ALELUYA.....................................................................................41 VESTIDO DE FIESTA..............................................................43 TARDE TRANQUILA Y SERENA........................................44 LÁGRIMAS...................................................................................45 CORRIENTE DE AGUA VIVA..............................................46 ¡¡SILENCIO!!................................................................................47 TRÁNSITO...................................................................................48 SOLAD Y DESCANSO.............................................................49 SIEMBRA, RIEGA Y ESPERA................................................50 CAMPANAS DE GLORIA.......................................................51 DIOS ES AMOR Y LUZ............................................................52 DEJARNOS TOCAR POR ÉL.................................................53 PEDIR............................................................................................54 BUSCAR.........................................................................................55 NOCHE DE LLANTO... DÍA DE LUZ Y GLORIA.............56 FAVORES QUE NO MEREZCO............................................57 OBRAS SON AMORES…........................................................58 MARTES SANTO EN GRANADA........................................59 PASIÓN GITANA (Cristo de los Gitanos de Granada).......60 CONDENAMOS AL AMOR...................................................61 ¡¡SILENCIO..................................................................................62 CORRIENTE DE AGUA VIVA..............................................63 ¡¡ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA!!....................................64 ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO........................................65 A LA LLEGADA DEL ALBA..................................................66 INVITADOS A LA MESA........................................................67 CORRIENTES DE AGUA VIVA............................................68 PARA PODER PLATICAR.......................................................69 A TIENTAS..................................................................................70 VAMOS CORRIENDO AL PORTAL!...................................72 PARA CUADROS DE................................................................74 CONVERSIÓN............................................................................76 REGRESO....................................................................................77 “FIAT” DE DOLOR Y GLORIA (Ofrenda de amor).........78 DOS AMORES, DOS CIUDADES… (Viernes Santo)........79 MEJOR ASÍ, SOLO.....................................................................81 ORACION MUDA......................................................................82
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CUERO CURTIDO EN LA ESTEPA....................................83 ORACION DE CERCANÍA.....................................................84 PUERTA CERRADA, SIEMPRE ABIERTA.......................85 REGALOS QUE NO MEREZCO..........................................86 RESPUSTA....................................................................................88 SOBRE ROCA FIRME...............................................................90 ESPERPENTO............................................................................91 BUSCANDO LA LUZ................................................................92 RONDANDO LA CERCA........................................................94 LA CRUZ AL CUELLO.............................................................95 POR LA CRUZ A LA LUZ........................................................96 SAETA AL SEÑOR DE LAS CAIDAS..................................97 A LA SOMBRA DEL SAGRARIO..........................................98
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Este libro se terminó de imprimir en la mañana del 26 de julio del año 2019, festividad de San Joaquín, bajo el cariño y cuidado de los maestros artesanos de Taller de Diseño Gráfico y Publicaciones S.L. (TADIGRA), en Granada. Impreso con tecnología digital.
A la sombra del silencio dadismos”, al que la RAE se resiste a abrirle “Esus puertas; sosiego, el necesario para saborear el relente de la mañana; reposo, en su justa medida para recuperar fuerza e ilusión; y calma, mucha calma para que la musa acuda a la cita…
Jesús Cerezal Fernández
Sombras del valle a la sombra del silencio al calor del filandón
T
odos ellos a la vez, y cada uno a su tiempo, son el venero de donde remanece el verso que hoy te ofrezco, por si te ayuda a huir del peso del fantasma con el que el mal llamado “edadismo”, amenaza a los de lento caminar…
S
osiego y reposo son era y trilla donde se ofrece el grano del encuentro en cercanía.
Rumores a la intemperie. a la sombra del silencio
Trilogía poética Rumores a la intemperie:
Jesús Cerezal Fernández, 1942
Rumores a la
intemperie
Jesús Cerezal Fernández
A la sombra del silencio
N
ació en Sabero (León), cuenca minera floreciente, por aquellos días. Creció como crecían los niños del Valle: aprendiendo el lenguaje de la mina, respirando el polvo del carbón y escuchando las toses lastimeras del minero, para aprender a esquivarlas. En las vacaciones escolares de verano los niños eran útiles para labores menores, pero importantes: correr tras las vacas, tirar del rastro, y ayudar en las faenas de la ceba y el ordeño. A los libros se les daba un prolongado descanso por aquellos días. Consciente de ello, y atento a la voz de lo alto, un día que el tío Tomás retejaba, haciendo equilibrio sobre el tejado con su gran humanidad, le dijo: “Rapaz, que dice el primo que si queréis ir alguno a los frailes”. Lo que diga mi madre, fue la respuesta. Todo lo demás fue llegando poco a poco: los latines, las dudas, el año de reflexión más profunda, los estudios serios en la Facultad de Teología y la ordenación sacerdotal. El verso surgió de pronto, cuando menos lo buscaba, como látigo de luz a su cabecera. Si bien, ya antes se aficionó a coleccionar palabras, prosa familiar para hacer llegar a las comunidades las noticias de la familia Agustino Recoleta en la Antena Informativa. Tarea que se le encomendó por los superiores durante 16 años largos. Fruto de esta encomienda fueron, además de la publicación periódica, la coordinación de tres publicaciones conmemorativas de otros tantos centenarios: IV Centenario de la llegada de los Agustinos Recoletos a Granada; Cien años de Historia: Imágenes con texto y Convento de Monachil: Escuela, Templo y Hogar. En 2018 vieron la luz dos publicaciones en prosa poética, tituladas Pintor de Sueños y Arreboles en el Camino. Hoy, en la conmemoración de su 50º aniversario de Ordenación sacerdotal, os ofrece este poemario y con él su gratitud y cariño.