CARRICHES Y LAS CELEBRACIONES EN TORNO A SAN ANTÓN “San Antón, San Antón, quita a mi gallinita el tapón, a la mía sí y a la tuya no" Una vez pasada la época navideña, la primera de las grandes fiestas del invierno que se celebran en Carriches es la de San Antón o San Antonio Abad, en torno al 17 de enero. Fiesta singular, de reciente celebración en nuestro pueblo (principios del siglo XX), pero cargada de respeto y tradición. Sobre su vida San Antonio Abad fue el patriarca de los cenobitas de la Tebaida. Su vida, escrita en griego en el año 357 por san Atanasio y, posteriormente, traducida al latín por Evragio de Antioquía, se difundió por todo el Occidente medieval. Nació en una aldea de Egipto llamada Qeman hacia el año 251. Al morir sus padres, vendió todos sus bienes, donó el dinero a los pobres y se consagró a la vida eremítica. Durante su vida de anacoreta, fue atormentado y tentado por el demonio, quien le ofreció riquezas y placeres, a los que el santo respondió con un aumento de sus oraciones y penitencias. Al final de sus días visitó a san Pablo ermitaño, cuya presencia le fue revelada en sueños.
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Pasado un tiempo, san Antonio se enteró de la muerte de su compañero y, con la ayuda de dos leones, se encargó de enterrarlo. San Antonio Abad falleció en el año 356, a los 105 años de edad. Fue inhumado por sus discípulos en un lugar secreto, siendo su cuerpo milagrosamente hallado doscientos años más tarde. Sus restos fueron desenterrados en el año 561, durante el gobierno del emperador Justiniano. El santo habría aparecido envuelto en una túnica de fibras de palma que le habría regalado san Pablo ermitaño. En el año 663, con motivo de la revuelta del pueblo egipcio contra el emperador Heraclio, los restos fueron trasladados a la iglesia San Juan Bautista de Constantinopla. En el siglo X un caballero francés de nombre Jocelin, hijo del conde Guillaume, con motivo de su peregrinación a Tierra Santa, se ganó los favores del monarca de Constantinopla, quien le habría hecho entrega de las reliquias del santo. Ello explicaría la presencia de estas en una abadía del Delfinado, que tomó el nombre de Saint Antoine la Motte, en la que, con motivo de los sucesivos brotes de peste, se edificó un hospital y un hospicio para la atención de afectados y mendigos. La popularidad de san Antonio hay que atribuirla, en gran medida, a su condición de santo taumaturgo. Los antoninos, conscientes de la necesidad de captar fieles para garantizar tanto el correcto mantenimiento del hospital como el sustento de la comunidad de religiosos, recorrieron los caminos predicando y exhibiendo las reliquias del santo, propiciando así las peregrinaciones al santuario. Recurrieron también a la crianza de cerdos, los cuales gozaron del privilegio de libre pastoreo. La congregación fue confirmada como orden hospitalaria en 1228 por Honorio III. Fue así como san Antonio Abad se ganó la fama de curandero del conocido como fuego de san Antón (herpes zoster) y se convirtió, por extensión, en el santo protector de los animales domésticos.
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San Antón en Carriches Como he comentado más arriba, las fiestas de San Antón en Carriches se comenzaron a celebrar a principios del siglo XX. No hay constancia en el archivo parroquial que testimonie una celebración antigua, ni relación en libros o inventarios de imagen asociada al culto de este santo antes de este siglo.
La primera referencia localizada en el archivo se corresponde con un inventario y arancel parroquial, donde se encuentran las respuestas al cuestionario ordenado por S.E. el Cardenal Segura en el año 1928. En él aparece relacionada una imagen de San Antón, sin especificar su lugar ubicación.
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Por una imagen de los años 40 del interior de la parroquia se la puede localizar en el retablo neogótico de Santa Teresa, en el arco de la izquierda.
Todo apunta a que, tras la llegada a la parroquia de don Julio del Prado y Arroyo (que tomó posesión de la misma el 14/11/1908) se encontró una situación bastante complicada respecto a la integridad material de dos edificios significativos: la iglesia y la casa parroquial. Literalmente dijo en su homilía al encontrarse el templo en ruinas “que sin casa de oración era imposible la reunión de fieles, y por consecuencia, no se podía enseñar la doctrina del Evangelio”. Años antes, y tras una visita del arquitecto del arzobispado, se mandó clausurar el templo por el peligro inminente de ruina, al igual que se encontraba cerrada la casa del cura por grandes desperfectos estructurales en los tejados. Por ello, en el año 1901 se realizó un expediente para las obras en el templo parroquial (techumbres, cubiertas y muros) que se conserva en el Archivo Diocesano de Toledo (Sección Reparación de Templos, Legajo To. 30 Expediente 10). Durante el año 1909, recién llegado don Julio a Carriches, se puso en marcha para dar comienzo a las obras y dejar nuestra iglesia en buenas condiciones para el culto. Así lo atestiguan las cuentas de esos años, con gastos en albañilería, carpintería, pintura y gastos de adorno. Página 4
En 1913 también consigue restaurar el órgano, gracias a los donativos de vecinos del pueblo y del Arzobispado, por el artista Pedro de Bernardi, miembro de una familia de organeros genoveses que llegaron a España a finales del siglo XIX. Durante la homilía de las fiestas de la Cátedra de San Pedro en Antioquía del año 1914, don Julio expuso al pueblo que “viviendo en perfecta armonía, ha hecho en poco tiempo cosas extraordinarias, como son: la reedificación del templo parroquial, la adquisición de nuevas imágenes para el culto divino, la restauración de todos los altares y la imponderable reparación del órgano”. Tuvo que ser en este momento cuando se debió comprar la imagen de San Antón para la celebración de su fiesta (1910-1912), una bella imagen del santo representado como un anciano, que viste un sayal pardo con capucha. Sujeta con su mano derecha el bastón y el libro con su mano izquierda. A sus pies, sentado, el cerdo. Fiestas Las fiestas en honor de San Antón se celebraban en torno al fin de semana más próximo al día 17 de enero, su solemnidad tradicional.
Se oficiaba una misa con sermón, y a continuación se desarrollaba una concurrida procesión de personas y animales de toda clase y condición. Este día, todos los animales del pueblo eran ricamente adornados, siendo los protagonistas de las fiestas.
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Participaban como digo, en la tradicional procesión de San Antón, muy engalanados con sus amos o criados, para dar las “vueltas al Santo” alrededor de la iglesia, donde a la puerta recibían la bendición del sacerdote. Tampoco podía faltar el refresco popular y la entrega a los hermanos de las tradicionales roscas bendecidas. Tradición También el guarro Antón tuvo importancia en esta fiesta, y en la tradición asociada a ella.
La Hermandad del santo compraba un pequeño cerdito, al que dejaban suelto por todo el pueblo. Durante varios meses se alimentaba de la caridad de los vecinos, pues se sentía una cierta obligación de darle de comer. Se rifaba después del verano para matarlo en las tradicionales matanzas, y lo recaudado se guardaba para los gastos de la siguiente fiesta. Jesús Sánchez de Haro Cronista Oficial de Carriches
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FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA ARCHIVO DE LA PARROQUIA DE LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO EN ANTIOQUÍA Y SAN MIGUEL DE ADOVEA • Cuaderno de cuentas de Fábrica nº. 6 de la Parroquial de Carriches 19051934. Signatura FA/6. • Cuaderno de cuentas de Fábrica nº. 7 de la Parroquial de Carriches 19421959. Signatura FA/7. • Inventario parroquial. Arancel parroquial. Respuestas al cuestionario ordenado por S.E. el Cardenal Segura en el año 1928. Signatura FI/01. ARZOBISPADO DE TOLEDO. PATRIMONIO DIOCESANO • Carpeta Parroquia de Carriches. ARCHIVO MUNICIPAL DE TOLEDO • Hemeroteca. El Castellano. Número 741. 04/03/1914 BIBLIOTECA VIRTUAL DE PRENSA HISTÓRICA • El Eco Toledano: Diario defensor de los intereses morales y materiales de Toledo y su provincia: Año IV. Número 868. 14/11/1913 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA • LUCÍA GÓMEZ- CHACÓN, Diana (2015): "San Antonio Abad", Base de datos digital de iconografía medieval. Universidad Complutense de Madrid.
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