SAN ILLÁN DE CEBOLLA, LABRADOR, SANTERO Y MILAGRERO

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SAN ILLÁN DE CEBOLLA, LABRADOR, SANTERO Y MILAGRERO Hoy, 16 de Mayo, la piedad popular de nuestra comarca celebra al Bendito San Illán, protector contra la rabia, en su santuario de la Ermita de Ntra. Sra. de la Antigua y San Illán de Cebolla (Toledo). Su leyenda se remonta al siglo XII, y le hace pertenecer a una Santa familia muy conocida: hijo de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza. Aunque esto no se haya podido demostrar con documentos, su historia le ha convertido en toda nuestra comarca en devoción secular de Santidad, a pesar de no estar beatificado ni aparecer en el santoral de la Iglesia Católica. Todos conocemos bastante bien las vidas de San Isidro y de Santa María de la Cabeza gracias al manuscrito de Juan Gil de Zamora, Diácono de Madrid (más conocido como Códice de Juan Diácono), de finales del siglo XIII. Según este texto, San Isidro nació en Madrid entre 1080 y 1082, momento en que no había sido aún reconquistada. De padres mozárabes, antes de ser labrador se dedicó a trabajar como pocero. El asedio almorávide sobre Madrid hizo que huyera a Torrelaguna, donde conoció a la joven María Toribia, con quien contrajo matrimonio. Juntos marcharon a Caraquiz, aldea en la que Isidro se dedicó a cultivar las tierras, mientras María se ocupaba de cuidar la ermita de Nuestra Señora de la Página 1


Piedad. Allí pudo nacer su hijo, del que no conocemos el nombre documentalmente, y quien fue bautizado por la tradición con el nombre de Illán.

San Illán. Ermita de Ntra. Sra. de la Antigua y San Illán de Cebolla Hacia el año 1119, Iván de Vargas llamó a Isidro a Madrid para trabajar sus campos, instalándose el matrimonio junto a la iglesia de San Andrés, en una casa propiedad de los Vargas. En esta ciudad se produjeron sus principales y más conocidos milagros, como el milagro de los bueyes, con la ayuda divina en el campo; el milagro de los pájaros, a quienes dejó la mitad de su saco de trigo cuando iba al molino y al llegar seguía lleno; el milagro del borrico y el lobo; el milagro de la olla; el milagro de la aparición de fuentes y manantiales; el milagro del banquete de la cofradía o el milagro de la resurrección de María de Vargas. Página 2


El Milagro del pozo. Alonso Cano. 1638. ©Museo Nacional del Prado

Otro de los más famosos milagros de San Isidro es el del pozo, donde aparecen las únicas noticias que tenemos de Illán de pequeño, y le sitúan junto a sus padres en Madrid, en la casa citada anteriormente. Allí tuvo lugar el milagro, cuando el pequeño cayó accidentalmente al profundo pozo de la casa, de 27 metros. Sus padres, llenos de angustia, pensaron que moriría ahogado por no poder sacarlo. Fue entonces cuando se pusieron a rezar a Dios, y milagrosamente el agua empezó a subir hasta que el niño subió a la superficie, saliendo sano y salvo.

Si hacemos caso a la secular tradición que ha llegado hasta nuestros días, Illán comenzó a trabajar para el amo de su padre. Fue enviado a cultivar unas tierras de su señor que poseía en Cebolla y en el entorno de Villalba de Bolobras, del que se conserva su castillo, como también en las aldeas de Vacas y La Aldehuela. Allí estuvo viviendo y cultivando la tierra, dedicando por su educación religiosa, algún tiempo a la oración. Algunos de sus compañeros se llegaron a quejar al señor por ello, pero no pudieron decir nada a Illán, ya que el trabajo salía adelante, gracias a la Virgen de la Antigua, su patrona, que guiaba los bueyes durante la labor.

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Aparición de Ntra. Sra. de la Antigua a San Illán. Retablo de azulejos en la ermita de Stra. Sra. de la Antigua y San Illán de Cebolla

Al tiempo que Illán dejó de cultivar la tierra se retiró como santero a la Ermita de su patrona, la Virgen de la Antigua, a poco más de un cuarto de legua de Cebolla. Allí siguió rezando, atendiendo obras de piedad, y haciendo muchos milagros entre los que le pedían ayuda: resucitó el caballo de su amo; labraba más que los demás, después que varios campesinos se quejaran al amo; amansó unos toros bravos para labrar el campo…

Milagro de la resurrección del caballo de su amo. Retablo de azulejos en la ermita de Stra. Sra. de la Antigua y San Illán de Cebolla

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Cabe destacar otro de ellos: el milagro de la Fuente del Santo. Un día, la Virgen de la Antigua se le apareció a San Illán, señalándole donde debía labrar la tierra con su arado para encontrar agua. Y así lo hizo. Cuando pasó la rejada por una piedra, manó agua en abundancia.

Fuente del Santo frente a la ermita de San Illán Falleció en la ermita, como su santero, y fue enterrado a los pies del templo, en una bóveda formada por un arquillo. Allí la conoció el Doctor Thomás Ibañez, cura propio de Cebolla en enero de 1698 cuando la describe en una carta dirigida al Doctor don Gaspar de los Reyes y Mesa, cura propio de San Andrés de Madrid. En esta carta, como diremos más adelante, aparecen datos sobre las procesiones que realizaban los vecinos de Carriches hasta San Illán. Tras su muerte, la celebridad y aureola de santidad fue tal, que la ermita de Ntra. Sra. de la Antigua se convirtió en centro de peregrinación comarcal, dedicando un culto especial a su tumba. Se le consideró como excepcional “abogado del mal de la rabia, en donde de infinitas tierras vienen a valerse de su patrocinio los infeccionados de semejante mal.” como se indica en las Relaciones del Cardenal Lorenzana, o se observa en los exvotos que se recogen en la misma ermita, como un cuadro donde se recrea la curación de un vecino de Sonseca, tras la mordedura de un perro. Página 5


Como hemos dicho más arriba, la ermita de San Illán se convirtió en foco de peregrinaje de toda la comarca, y allí acudían muchos pueblos en romería a visitar su sepulcro, entre ellos Carriches.

La primera noticia documentada la encontré en un libro del Archivo Parroquial de Carriches, entre las clausulas testamentarias de Sebastián Fernández para la fundación de un vínculo en el año 1608: “Así mismo dar 100 libras de pan cocido, buen pan y bien sazonado, para la romería y procesión del señor San Illán, para que el día que la procesión de este lugar va a la dicha romería se lleven a la dicha iglesia del señor San Illán y allí se den de limosna a los pobres más necesitados del dicho lugar que allí se hallaren, habiendo ido en la procesión. Y estas 100 libras de pan sean obligados los dichos poseedores a las entregar un día antes que la procesión vaya a esta romería, a la Justicia del dicho lugar que fuere de cada un año, para que la tal Justicia lo envíe o lleve a la dicha romería. Y si los poseedores del dicho vínculo mío y memoria quisieren tomar trabajo de llevar estas 100 libras de pan aquel dicho día a la dicha iglesia del señor San Illán, lo puedan hacer, y en la dicha iglesia repartirlo según se declara, sin que la dicha Justicia ni otra persona se lo pueda impedir. Y si acaso algún año se dejare de ir a la dicha romería en procesión el día de Pascua del Espíritu Santo, que es cuando se va en cada un año, quiero que los sucesores del dicho vínculo no se escusen por eso de dar las 100 libras de pan dichas, antes mando que la dicha Pascua las repartan en el dicho lugar de Carriches entre los más pobres”. Página 6


Algunos años después, en enero de 1698 como dije más arriba, el Doctor Thomás Ibañez, cura propio de Cebolla escribió una carta al Doctor don Gaspar de los Reyes y Mesa, cura propio de San Andrés de Madrid, dándole noticias de la devoción en su parroquia a San Illán, hijo de San Isidro y Santa María de la Cabeza.

En la carta aparecen dos referencias a Carriches: La primera de ellas, cuando expresa la gran devoción de la Villa de Cebolla y sus contornos, y las procesiones “a visitarle en su capilla y altar, y hacerle rogativa todos los años. Carriches venía el segundo día de Pascua del Espíritu Santo; Illán de Vacas el segundo día de Pascua de Resurrección; Domingo Pérez, Mesegar y Malpica el día de San Marcos, habiendo tenido sus competencias sobre cual había de entrar primero en la ermita”. La segunda referencia aparece unas líneas más abajo, cuando después de contarnos que las romerías cesaron por órdenes del Sínodo Diocesano de 1682, no así la devoción “pues vienen estos días y otros de estos lugares comarcanos en cuadrillas. Y las doncellas de Carriches vienen todos los años a traer un cirio, que hacen de limosna, que piden en su mismo lugar, y hoy hay trece o catorce colgados en la pared del colateral del evangelio del altar de nuestro santo habiéndolos gastado los demás en sus fiestas y rogativas”. Página 7


De esa devoción por Ntra. Sra. de la Antigua y San Illán, los vecinos de Carriches realizaron a su costa un lienzo con el verdadero retrato de Ntra. Sra. de la Encina para entregarlo en la ermita. Está fechado en 1762, y se encuentra en la actualidad detrás de la puerta principal del Santuario. Qué mejor regalo podían hacer nuestros antepasados que entregar su más preciado tesoro, una imagen de aquella en la que depositaban todas las oraciones, sus alegrías, sus penas… Han pasado 300 años, y hoy, al igual que ayer, Carriches y los carrichanos se sienten amparados bajo el manto de la Señora del Cerco, por la Virgen de la Encina. La Virgen de la Antigua y el Bendito San Illán de Cebolla nos lo recuerdan a diario. Jesús Sánchez de Haro Cronista Oficial de Carriches

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FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA ARCHIVO DE LA PARROQUIA DE LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO EN ANTIOQUÍA Y SAN MIGUEL DE ADOVEA • Libro de la Capellanía de Sebastián Fernández. 1649. Signatura MS1. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA • Gómez Jara, Jesús (1996). San Illán Labrador. Culto, iconografía y su ermita en Cebolla (Toledo). • Serrano, P. Francisco Antonio (1752). Historia puntual y prodigiosa de la vida, virtudes y milagros de la Beata María de la Cabeza, digna esposa del glorioso San Isidro labrador, natural y Patrón de la coronada Villa de Madrid.

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