UNA NEVADA HISTÓRICA EN CARRICHES (TOLEDO) Nadie esperaba algo así. La llamaron borrasca “Filomena”, por aquello de favorecer que la comunicación sea más efectiva ante episodios adversos de viento, nieve o lluvia. Así no se nos olvidaría nunca. Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología anunciaban que el ojo de la borrasca se instalaría sobre nuestra zona. Pero no sólo ellos: hubo también muchos meteorólogos que presagiaban nevadas sin precedentes en décadas, y advertían del peligro. Pero jamás pensamos en una nevada así en Carriches. La altura sobre el mar de nuestro pueblo (según el Instituto Geográfico Nacional) es de 545 metros y en muchas ocasiones, la nieve ha hecho acto de presencia, pero no ha cuajado. ¿Qué podía pasar? ¿Los Reyes Magos nos traerían nieve? pues, sí. Más de lo esperado. Una gran nevada se convierte en el fenómeno meteorológico y ambiental con mayor impacto sobre nuestra memoria. Mucha gente menciona en alguna ocasión que recuerda la nieve en su infancia o adolescencia, asociado a momentos alegres de diversión y entretenimiento.
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