Una recopilación de mis mejores artículos publicados
Crónicas Torrichanas Nº 15
Carriches y los tapices de la Magistral de Alcalá de Henares
Jesús Sánchez de Haro
© Jesús Sánchez de Haro 2014
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Vista parcial de la Magistral de Alcalá de Henares. © www.alcalingua.com
Carriches y los tapices de la Magistral de Alcalá de Henares Datos curiosos sobre uno de los curas propios que tuvo Carriches en su parroquia de la Cátedra de San Pedro en Antioquía. Artículo publicado en la Revista Cultural Adovea, en agosto de 2012. Buceando por el mar de Internet, profundo y misterioso, comienza esta historia sobre un personaje que vivió en Carriches muy poco tiempo, cuatro años, pero que dejó una impronta importante entre los vecinos del pueblo durante ese periodo. Estamos hablando del Dr. Diego Román de Ugarte. Hijo de Diego Román, y de Doña Inés de Ugarte, naturales y vecinos de Madrid, estudió Teología en la Universidad de Alcalá. Eminente en las dos Teologías (Escolástica y Expositiva), fue varón de
extremadas ventajas, de prudencia y virtud. El 28 de junio de 1630 fue admitido por individuo de la Venerable Congregación del Apóstol S. Pedro, de sacerdotes naturales de Madrid, a la que sirvió en los varios ejercicios de virtud y caridad, en que se emplea este ilustre Cuerpo. En su iglesia mandó hacer el altar al Apóstol Santiago, y el de San Isidro Labrador. Tuvo un hermano también Sacerdote, llamado el Maestro Luis Román de Ugarte, que fue Capellán mayor de la Congregación de S. Pedro.
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3 Vista de Alcalá de Henares. Palacio Arzobispal © Biblioteca Nacional de España
Llegó a Carriches en 1631, procedente de Madrid, para sustituir a su compañero el Dr. D. Diego Reyno. Durante su corta estancia en el pueblo no pudo realizar ninguna obra importante, si bien, colocó una nueva campana en la torre de la parroquia. En cuanto a su labor pastoral, siempre repartía limosnas entre los vecinos más pobres; incluso enseñaba en la iglesia a los niños la doctrina cristiana basándose en las pinturas del retablo mayor. Tras su paso por Carriches volvió a Alcalá de Henares, donde fue Colegial Teólogo de la Universidad de Alcalá, y Canónigo de aquélla
Santa Iglesia Magistral. Fue una de las personas más distinguidas que tuvo aquel Cabildo. Como decía al principio, buceando por Internet, he localizado algunos datos más sobre del Dr. D. Diego, que se sumarán a los pocos datos localizados en nuestro archivo parroquial. Sabido es que las iglesias, y mucho más las colegiatas o catedrales, se adornaban en su interior con ricas colgaduras en las principales festividades del calendario litúrgico anual. Tenemos muy cerca las ricas y hermosas colgaduras que doña Teresa Enríquez donó a la Colegiata
Vista de Alcalá de Henares. Magistral
de Torrijos para que adornaran sus paredes durante las fiestas del Corpus Christi, llegando a sobrepasar a las que colocaba la Santa Iglesia Catedral de Toledo para esas mismas fiestas. En Alcalá de Henares, su catedral, llamada Magistral porque todos los sacerdotes que componían el cabildo tenían que ser profesores de la Universidad, llegó a atesorar ricas colgaduras y numerosos tapices que antaño adornaran sus paredes. Lamentablemente, no sólo han desaparecido estos tapices (invasión francesa, desamortizaciones, guerra civil) sino que, además, resultan ser muy
escasas las representaciones gráficas existentes de los mismos. Existían dos series diferentes de tapices que colgaban de los muros de la Magistral. Cada serie se compondría de diez tapices y ambas habrían sido regaladas al cabildo magistral en el siglo XVII por dos benefactores de los que hablaré más adelante, uno de los cuales fue don Diego. Anselmo Reymundo, erudito alcalaíno, hace una precisa descripción de los mismos, ya que este autor tuvo ocasión de conocerlos personalmente justo antes de su desaparición; la cita
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está tomada de su conocida obra
Datos históricos de la ciudad de Alcalá de Henares y dice lo
siguiente:
"En ordenada colocación, cuelgan
de los muros de la iglesia c om p le ta nd o s u a d or n o y majestuosidad diez gruesos tapices flamencos de grandes dimensiones, regalados por don Diego Ramón [Román] de Ugarte en 1657, con escenas de la vida del Rey Salomón, tan primorosamente tejidos que aún, a pesar de su gran antigüedad, se sostiene en toda su intensidad el suavizado matiz de los colores de sus figuras y contrastes. Sin embargo, como el tiempo produjo en algunos de ellos importantes deterioros, hubo necesidad de
restaurarlos, lo que se realizó por el año 1929, con tan gran acierto, que ninguno perdió con el arreglo el más minucioso de sus detalles. ...La sala capitular, que tiene en sus paredes otros diez tapices donados por don Francisco de la Peña en 1689. Éstos no están inspirados en asuntos religiosos; son todos ellos paisajes de singular concepción, en los que, a más mérito que les da su confección y su antigüedad, tiene el de que en su tejido entran solamente los colores azul y verde e n d i s t i nt a t on a l id ad , ta n perfectamente combinados que reputan como insuperable al artista que sólo dos colores sacó de los telares esa colección de tapices tan originales que son bien pocos los
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que des este tipo en España se conocen". ¿Qué es lo que sabemos de estos personajes? De Francisco de la Peña, sencillamente, desconozco por completo su biografía aunque me aventuro a sospechar que pudiera haber sido un canónigo de la Magistral. De Diego Román Ugarte nos dice Fernando Sancho en sus Bagatelas que fue canónigo de la Magistral en 1640 siendo sepultado en esta misma iglesia; continúa relatando Fernando Sancho cómo durante las obras de restauración del templo, a principios del siglo XX, fue levantada su lápida apareciendo el cadáver perfectamente momificado y ataviado con los ropajes de
inquisidor general, lo que motivó que los alcalaínos de entonces le consideraran por algún tiempo como poco menos que un santo. El marqués de Ciadoncha, en su Índice de colegiales..., añade algún dato más: Era natural de la villa de Madrid y aparece matriculado en 1620 en el colegio menor de la Madre de Dios o de Teólogos, cuyo edificio es actualmente la sede del colegio de abogados. Moez Iturbide, por su parte, puntualiza que el enterramiento de Diego Román Ugarte estaba ubicado en la girola de la Magistral, añadiendo que poseía un epitafio escrito por don Pedro de la Escalera y Guevara en el cual se alababan los grandes méritos de nuestro personaje.
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Continuemos con la historia de los tapices, que no siempre fue muy halagüeña como nos relata Liborio Acosta en su Guía publicada en 1882; describe este autor cómo en su momento los tapices fueron utilizados como alfombras, lo que unido al poco cuidado con el que fueron tratados, acabó reduciéndolos a un penoso estado de conservación que obligó al cabildo magistral a mandarlos forrar y componer. En cuanto a su colocación, a finales del siglo XIX parte de ellos decoraban los entrepaños libres de la nave del templo mientras que el resto se repartía entre el aula -o salacapitular (nueve) y la antesala capitular, donde estaban los tres restantes. La larguísima
restauración de la iglesia Magistral, iniciada en la primera década de nuestro siglo, supuso el traslado forzoso de los tapices, junto con el resto de los objetos muebles de la misma, a la iglesia de Jesuitas habilitada temporalmente como sede de la iglesia principal. Allí los conoció Elías Tormo en 1906 contando un total de dieciocho, sin que podamos precisar cuáles eran los dos restantes y si habían desaparecido o, en su caso, pudieran estar depositados en otro lugar. En 1929, estando todavía en la iglesia de los Jesuitas (la Magistral no sería reabierta al culto hasta julio de 1931), los tapices fueron sometidos a una nueva
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restauración, que es a la que alude Reymundo. Elías Tormo, en esa misma época, explica en su Guía como estaban distribuidos por la nave de la iglesia de la Compañía de Jesús, actual parroquia de Santa María: En el crucero, a izquierda y derecha, estaban seis tapices flamencos y en la capilla interior de la sacristía otros varios. Terminada la restauración de la Magistral los tapices volverían a su antigua ubicación, como corrobora Cruz de la Cruz (Rafael Sanz de Diego) en su obra El templo Magistral de Alcalá de Henares. De estos años anteriores a la guerra civil es Anselmo Reymundo quien nos da algunos interesantes datos tales como la valoración de los tapices en dos millones de pesetas
de la época. Estallada la guerra civil la iglesia Magistral sería víctima de un incendio y de un posterior abandono a su suerte durante buena parte de la contienda, lo que motivó la desaparición de la mayor parte de su patrimonio artístico incluyendo, según creemos, la totalidad de los tapices, que nunca serían recuperados sin que se sepa a ciencia cierta si ardieron en el incendio o si, por el contrario, se salvaron de la destrucción siendo trasladados a otro lugar o, simplemente, sustraídos aprovechando la confusión del momento; el hecho cierto es que nunca volvieron a la reconstruida Magistral.
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Vista del interior de la Magistral después del bombardeo
La cuestión del paradero de los tapices no está, pues, nada clara. Según relata el ya citado Reymundo, algunos alcalaínos afirmaron años después haber visto algunos de ellos en Barcelona. Otros autores como Antonio y Miguel Marchamalo, recogen el testimonio directo de Julio San Luciano, según el cual dos de los antiguos tapices
de la Magistral se encontraban en posesión del Patrimonio Nacional allá por los años cincuenta, sin embargo, consultado el Catálogo de tapices del Patrimonio Nacional no ha sido posible encontrar ninguno de tema similar a los desarrollados en los tapices alcalaínos. La duda se mantiene, pues, a la espera de futuros estudios. Jesús Sánchez de Haro Cronista Oficial de Carriches
Cronista Oficial de la
Villa de Carriches (Toledo)