Crónicas Torrichanas 18 La Virgen de la Encina y la ermita del Cerco

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Una recopilación de mis mejores artículos publicados

Crónicas Torrichanas Nº 18

La Virgen de la Encina y su ermita del Cerco

Jesús Sánchez de Haro


© Jesús Sánchez de Haro 2014

Se permite su reproducción parcial sin fines de lucro, toda vez se cite la fuente y se informe al autor.


Vista de la ermita del Cerco. 2013

La Virgen de la Encina y su ermita del Cerco Este edificio singular, centro de la devoción carrichana más profunda, cobija la imagen de Santa María de la Encina. Artículo publicado en el Programa de Fiestas de Carriches, El Pregonero, en agosto de 2013.

Cuando las fiestas del año 2012 se disponían a concluir, la Señora de Carriches estaba a punto de marchar de nuevo a su retiro invernal en “la Ermita”, para velar desde allí por todos nosotros y por las almas de nuestros antepasados, nos llegó la feliz noticia de la restauración inmediata de la ermita de la Virgen de la Encina. Los proyectos estaban en marcha, los alarifes preparados y el “money”, no todo, pero lo suficiente para comenzar las obras.

Puestos a pensar sobre el artículo de este año en nuestro querido Pregonero, y haciendo un poco de memoria, pude comprobar que se cumplían justamente 300 años del comienzo de las obras de construcción de la Ermita del Cerco, el actual edificio que todos conocemos. Por ello, creo que es el mejor momento para recordar avatares y anécdotas de aquellos años, entre 1712 y 1730, en Carriches.

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Santa María de la Encina a los pies de su encina. 2011

De la ermita de La Encina, a la del Cerco

mayor y más decente la ermita de Ntra. Sra. de la Encina, y hacer un retablo” dejando 12 fanegas de

Ante la imposibilidad por parte de la parroquia y el Concejo de Carriches de co nc lu ir las o bra s de acondicionamiento de la ermita de Santa Ana (por los pocos caudales de dinero con los que contaban ambas instituciones) se decide, de mutuo acuerdo, derribar la antigua ermita de La Encina y ampliar la del Humilladero, muy pequeña, que se encontraba justo enfrente de la anterior.

tierra pertenecientes a los bienes dotales de la ermita y así realizar los tradiciones “peujares”, o lo que es lo mismo, los vecinos de Carriches trabajarían dichas tierras y lo que se sacara, sería utilizado en los gastos de las obras.

Es en primero de Mayo de 1712 cuando se reúne el Concejo y vecinos del Lugar de Carriches, según hemos dicho, para “hacer

Como esos mismos días se encontraba el Visitador del Arzobi spado de Toledo en Carriches, dio el visto bueno para la demolición de la ermita de Santa Ana y la ampliación de la ermita de la Encina, concediendo las licencias oportunas para trabajar los días de fiesta.


El año 1713 comenzaron a sembrarse las tierras para los peujares, con 11 fanegas y 6 celemines de trigo, del que se recogieron al año siguiente 47 fanegas y media. También se recogió el grano en 1715, “de cuyo fruto fue depositado

y corrieron sus gastos por el dicho Gabriel Ruiz Cano, mayordomo de los bienes y rentas de dicha ermita”. A los pocos años de comenzar a sembrar los peujares empiezan a destechar la ermita de Santa Ana, quedando “en ser y cuidado del cura

los materiales para ayuda a levantar la (ermita) que se intenta hacer de nuevo”. A primeros del mes de Octubre de 1723, el mayordomo de la Encina junto con el cura párroco, se trasladan a Toledo para solicitar ante el Consejo de la Gobernación la licencia para comenzar la obra de la nueva ermita. El siguiente paso era contratar un maestro albañil para su construcción, lo que se realizó el 20 de Enero de 1724 tras la firma del contrato entre Manuel Sánchez, vecino de El Carpio, como maestro alarife, y el mayordomo de la ermita. El remate de dicha obra se hizo en 2.300 reales. Muy razonable fue que el maestro, al comenzar el proyecto de ampliación de la ermita del Humilladero, planteara una nueva posibilidad no barajada antes: construir de nueva fábrica la ermita de la Encina, derribando también la

Dibujo del siglo XVIII de la ermita del Cerco

ermita del Humilladero, ya que los costes eran muy similares. Reunidos de nuevo alcalde y cura deciden aceptar esta última propuesta. El visitador expuso de nuevo algunas condiciones a este proyecto para su aceptación, entre las que se encontraban “aprovechar los

materiales que lleva confesado tener en su poder del derribo de la ermita de Santa Ana y los que procedan de la de Ntra. Sra. de la Encina”. Pronto comenzaron a derribar las 2 ermitas: primero Santa Ana (por aquello de ser más antigua) y después la del Humilladero, con tan sólo 100 años de existencia. Cuando concluyeron los trabajos, el cura y el mayordomo junto con el maestro alarife eligieron el nuevo emplazamiento donde construir la

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Vista de la ermita y el cementerio. 2013 5

ermita. El lugar elegido se encontraba pocos metros más abajo, en lo que por entonces era un cornejal que daba salida al camino llamado Molinero: El Cerco.

A falta de muy pocos detalles, la imagen de la Virgen debía volver a su ermita para celebrar sus fiestas. Era el año 1730 y los vecinos de Carriches esperaban ansiosos el Día de la Colocación.

La obra general quedó terminada a mediados de 1727, salvo algunos detalles, como solar el camarín de la Virgen con los azulejos que salvaron del zócalo de la ermita de Santa Ana o colocar las dos piedras que compraron para el dintel de la puerta.

Jesús Sánchez de Haro Cronista Oficial de Carriches



Cronista Oficial de la

Villa de Carriches (Toledo)


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