DIARIO DE UN CONGO

Page 1

diario de un congo memorias del Carnaval en Portobelo

jordi relano fulvio capurso joao caeiro




gracias a : rui, rodrigo, antony, gimel y todos los ninos de la escuelita del ritmo, aurora, isabel, lourdes, gabino, tati, nicanor, putulungu, arana, mane, yaneka y al espiritu de catalina, la reina mas querida de portobelo.


diario de un congo memorias del Carnaval en Portobelo

texto

jordi relano ilustraciones

fulvio capurso joao caeiro


20 de enero, San Sebastián Al caer la noche seguiría el sol hasta doblar el horizonte. Andaría sobre el mar, nadaría en el aire, volaría sobre bosques: siento que algo despierta. Muy pronto en Portobelo empezarán a borrarse fronteras. Hoy comienza el Tiempo de Satro donde sueño y realidad se mezclan...



En algunos lugares eso ocurre muy a menudo. Anthony sueña con dar voz a una batería y la escuela donde va convierte en ritmos cada uno de sus latidos. Para los que tienen un tambor como corazón… ¡no hay nada más contagioso!


Hoy, por primera vez Anthony oye un latido que retumba tierra adentro. Un tambor antiguo y grave que habla de tiempos lejanos. Tiempos donde en Portobelo rugieron los ca単ones, se acumulaban los tesoros y aullaban los corsarios.


Omar, Sergio y Jorge oyen también la llamada del tambor. Miran a su alrededor pero nadie parece inmutarse ¿a quien podrían preguntar? Pronto recuerdan que hay en Portobelo quien más sabe de tambores… - ¿Pensáis lo mismo que yo? - ¡el maestro Nicanor!


HAY QUE AFINALO BIEN...

El maestro viodinista sonríe al verles llegar. Se diría que les estaba esperando. Mientras afina viejos tambores Nicanor escucha. ¡Dum tadum tun dum! Nicanor reconoce la voz de cada tambor sabe de qué árbol nació, que piel lo recubrió cuantas manos lo tocaron.


e s Á F R IC A .. . n iñ o s


Nicanor les muestra como el latido profundo va dibujando costas lejanas. Es la tierra de sus ancestros donde tantos ritmos nacieron. Hombres y mujeres fueron arrancados de ella tiempo atrås. Ven los barcos y las armas, oyen gritar a los soldados. La codicia sembraba los mares de ritmos muy graves‌gravísimos


25 de enero Mis amigos empiezan a leer en piedras, colores y leyendas. Gimel es la primera en oĂ­r el fututo del pajarito. Lo ve volar de casa en casa con un mensaje urgente entre las plumas. De repente Gimel se detiene ante una risa profunda. MaĂąe les ha estado observando y tiene mucho que contarles..


d e c h o .. . A s e o g n o c mi nombre


...y Adecho les habla del origen del Congo en nuestra tierra. De como, según la tradición de Portobelo el Pajarito enlazaba a cimarrones de las montañas con los esclavos de las haciendas. Acá se cuenta que era hijo de la Reina y gracias a un pacto podía moverse libremente.


Utilizando la lengua inversa, que solo el negro conocĂ­a, transmitĂ­a toda clase de mensajes. Informaba a los cimarrones de los cargamentos que se acercaban: cuantos vĂ­veres, cuanta plata, cuantos soldados. Los congos de haciendas vecinas aprovechaban sus vuelos para difundir cuando reunirse bajo el palenque...


…Adecho les recuerda que el congo nació en las montañas, lejos del hombre blanco. Hombres y mujeres llegaban de las haciendas por caminos de techo verde. Oían el palenque antes de verlo: los tambores anunciaban baile, el único suspiro entre jornadas de duro trabajo.


Imagino la corte, como se reunía, cada congo en su lugar: viodinistas, cantalantes, el Rey Juan de Dios, Nuestra Mecé la Reina, las meninas…A ritmo de quinto y requinto hechos cotidianos se transformaban en canciones. Batían las palmas y las polleras giraban en la noche anchas como la libertad.


31 de enero Preguntando aquí y allá los jóvenes congo aprendemos nuestra historia. Aunque con la luz y los autos el congo se debilitó, la magia sigue escondiéndose en las cosas más sencillas. Oscurece cuando Mili ve brillar un pedacito de tela. Flotaba y brillaba tanto que se decidió a seguirlo por todo Portobelo.


Nos encontró tras otros pedazos que se atraían como imanes y juntos le seguimos la pista hasta un porche oscuro. Bajo un farolillo una máquina de coser zumba y unas manos, sabias, se mueven veloces junto a la aguja…



Sin levantar la vista la costurera nos saluda. Con complicidad de cantalante nos recuerda que antes, sin “brands” ni las tienditas chinas, la ropa escaseaba. Las polleras se cosían con retales de ropa vieja, a mano, y crecían hasta ser flores que bailan. ¡ Ven ! dicen al hombre al abrirse. ¡ Vete ! Le dicen al cerrarse.


5 de febrero Portobelo va despertando. Puedo sentir el corazón congo de los adultos. Algunos laten en lagunas de nostalgia, otros miran hacia adelante,todos siguen palpitando. Los pequeños saben adivinar ya quien es cantalante y quien negre macha. Un bastón, un tambor, unas flores…¡El congo deja siempre buenas pistas!


En Tiempo de Satro hasta las plumas de gallinazo pueden serlo. Cuando Omar se ha puesto a recogerlas, lo seguimos curiosos. Sin darnos cuenta nos conducen hasta una casa sin luz, parecida a un barco, peque単o, antiguo, de madera. De su penumbra de misterio se levanta una risa contagiosa...


¡pronto uztede tendrán el suya!

En su interior observamos boquiabiertos un universo de mil objetos. Trozos de juguete, corteza de palmera, collares, rosarios, botellines, hierbas…Los ojos del congo Adaña brillan en una sonora carcajada. “¡Adaña guada matediale pada sombredos!”. Nos dice en el secreto lenguaje inverso...


tón sin bas ga el con e no tien … d e f epnersroo o un ped a lo podí ! tiá juduba

Congo veterano Adaña viste como se debe: ropa al revés para burlarse del patrón, zambrón cruzado contra el demonio, bastón y chuncho para, cruzar bosques, muñecos evocadores de los ancestros… Para entrar en la corte cada negre macha contacta con su espíritu: él les dirá como vestirse.


7 de febrero Ver, imaginar…¡qué delgada diferencia! Falta tan poco para el carnaval que nuestros ojos ya no son fiables. Mis amigos dicen haber visto varios congos que venían de las montañas... ¿Quién sabe? Esta vez sólo la selva los detuvo, quizá otro día no duden en seguirles.


De regreso encuentran al congo Mangueda, vigilante siempre. Su voz truena llena de misterio: “se recuerdan a menudo los ataques de Morgan, Vernon y Drake pero…¡también los congos asaltában!”. “En tiempo de Satro”, sigue, “expediciones congo cruzaban las selvas…”



…cortes enteras partían a la toma de un palenque vecino. Por sendas estrechas y largas desafiaban la oscuridad y el diablo de mil caras. Si el Pajarito robaba la bandera del palenque, serían sus nuevos gobernantes. La corte vencida prepararía un gran sancocho y el baile y el fuego les unirían a todos…


Martes de carnaval, tarde Entramos en el corazón del carnaval. Reaparecen pies descalzos, collares, polleras, sombreros… Algunos de mis amigos se visten mientras otros dudan aún. En cualquier caso las historias que escucharon, se abren ya en ellos. Como pequeñas semillas que toman su tiempo en crecer.


Los congos gurubatean en la carretera para que no falte nada en la corte. Algunos desoyen la tradici贸n y rebuscan para su bolsillo. Hasta no hace mucho a los congo desobedientes, se les amarraba al palo de las hormigas. Que no lo olvide nadie 隆quedan hormigas en Portobelo!


Cerca del palenque hierve ya la olla del sancocho. La noche será larga y no puede faltar alimento. Mayra recuerda a Catalina la última gran reina a quien todos respetaban. Creo que fueron buenos tiempos. Cuando Mayra aún era niña fue Catalina quien le encargó su primer sancocho…


…con sus amigos pedían verdura o carne puerta tras puerta. No siempre los conseguían. Mayra sonríe: robar tomates o gallinas, eran travesuras congo. A nadie le gustaba echar de menos algunas gallinas, claro, pero al final…¡todo el mundo quería un buen sancocho!


La Reina nos cuenta el secreto de nuestro brebaje misterioso: cualquier ingrediente es bienvenido mientras se mezcle con alegría. Debe ser lo que mantiene viva nuestra tradición en un mundo que cambia tanto. Se diría que es un sancocho gigante y ¡mucho más removido!


Una buena Reina debe mantener la esencia del congo aunque los tiempos cambien. Pero sola no podrá hacerlo. La riqueza del congo… ¡se esconde en tantos pequeños detalles! Los nuevos negre macha, las futuras cantalantes y los congos mayores debemos ayudarla.



Entrada la noche el palenque vibra. Tambores, palmas y voces calientan como una hoguera. Los bailarines se miran y sus pies, desnudos y conectados a la tierra, dibujan la alegría que todo lo salpica. Se abren ventanas de libertad y, como siglos antes, el baile borra todas las fronteras‌


Los jóvenes congo gritan y el palenque se estremece...el visitante más temido se acerca. Cientos de cascabeles y el restallar de su wipi componen su ritmo infernal. Wiipiiii! el visitante golpea a los más osados y una canción crece en el aire: “…el Diablo tun tuuuun, el diablo tun tuuun”.


Mamonia, diablo de mil caras ya no se esconde. Algunos congos huyen, el Rey protege a la Reina, pero el visitante no se detiene. Reina y diablo compiten danzando y látigo y pollera se estrellan sin cesar. El diablo abandonará el palenque, pero todo congo sabe que no tardará en volver…


La ausencia de Mamonia es breve como un suspiro. Cuando la noche termina sus cascabeles reaparecen en un silencio terrible. El Diablo busca, llama y golpea de calle en calle las puertas donde mås lo temen. Como el conquistador al que representa, Mamonia sabe muy bien lo que quiere‌


Los j贸venes congos no tienen miedo y lo siguen a una distancia prudente porque el wipi del Diablo muerde como una culebra. Por eso lo tem铆an los antepasados, cuando el conquistador golpeaba al negre macha y raptaba sus mujeres. Hoy el wipi ya forma parte del juego: siempre supimos divertirnos.


Miércoles de ceniza, mañana Mamonia desafía a todos ante la iglesia de San Felipe. Sabe que no puede entrar. Antes tampoco podían entrar los congos, pero eso cambió. Con la cruz de ceniza ya en la frente los jóvenes comparten aventuras. Tienen mucho que contarse…


De repente un gigante de manos grandes se nos acerca. Su voz es profunda y sus movimientos enĂŠrgicos. Podria cruzar la selva en sĂłlo cuatro brincos. Le hemos reconocido al instante: a veces se acerca a la Escuelita del Ritmo. De su intensa aura congo se desprenden historias increĂ­bles...


Nolis Boris, el Revellín de los Bumbales, tiene mucho que decirnos. Infatigable explorador de las tradiciones congo nos enseña a rastrearlas. Mucho se esconde en los Golpes congo, sus letras se hunden hasta las raíces porque lo que cuentan nuestras canciones es lo que una vez fue...


¡no lo olv ide n nu nc a! no sól o ha y co ng o en Po rto be lo

Nolis nos habla del congo como si fuera un árbol. De “un mismo tronco, cada Corte generó sus propios relatos”. Personajes “de acá, allá cambian o no aparecen”. El Holandés, pirata terrible, encarna el mal en Costa Abajo, donde el Pajarito es mensajero pero también un traidor.


Cuenta como el Hojarasquín “No tiene sentido que se pierda, porque protege contra el diablo. Antes en miércoles de ceniza, pueblos enteros subían al Cerro Brujo y bajaban como Hojarasquín… Camuflagiados como la naturaleza, protegidos con flores, hojas y mata, el Diablo no podría pegarles…”.


Para saber como surgen las tradiciones, hay que viajar. En pueblos remotos se esconde el origen de personajes cercanos. En sus Golpes viven incluso aquellos que ya desaparecieron. Por eso cada entrevista, cada letra, cada viaje ayudan a construir un gran relato. “Hay que reunir la informaciĂłn dispersa para ver el conjunto de todas las piezasâ€?.


Las palabas de Nolis Boris son la chispa que faltaba. El último empujón para los que dudaban. Mis amigos sienten la llamada de su propio tambor y corren a casa. Buscan, buscan y rebuscan en todos los rincones…han tomado una decisión al fin y ¡no tienen mucho tiempo!


Recuerdan los consejos de los mayores, de la reina, de las cantalantes. Reuniendo los elementos fundamentales completan su disfraz y saltan a la calle. No importa que el vestido sea hoy sencillo, habrå tiempo para mejorarlo. Lo importante es estar dentro, vivir el congo, gozar‌


…no muy lejos en el fuerte de San Fernando algo se mueve entre cañones. Siluetas oscuras, grandes y pequeñas se agitan entre las piedras. Aparecen máscaras diabólicas, wipis y más y más cascabeles. Ante los valientes que observan todo se tiñe de rojo y negro, algunos hasta pueden sentir un olor a azufre.


No creo que pueda tomar muchas más notas. El bautizo de diablos va a empezar y esta vez Mamonia no viene solo. Han venido diablos de todas partes, algunos tan cabezudos como lentos, otros tan ágiles como el wipi que manejan. ¡Wiiipiiiiii! Los observadores salen corriendo ¡Los nuevos congos lo tendrán difícil!


Y la multitud va rodeando el rectángulo de juego ¡Empieza el bautizo! Los congo toman posiciones junto a la carpa, laten los viodines y la reina arranca el baile. Una nube de latigazos anuncia los diablillos. Ahí va Jose Maria, salta, corre, esquiva ¡ una ! ¡ dos ! ¡ tres veces ! ...y ¡ Wiiipiii ! ¿¡le arrancaron el bastón!? ¡NO! Yaneka, por la banda, lo recupera tras un regate…


ángel congo diablo ...bien amarrados a su cuerda siete ángeles ordenan el gran desmadre. ¿Amarraron ya un diablo? No...¡SE ESCAPÓ! dos congo le cortan el paso y entre latigazos desesperados… ¡diablillo capturaaaado! La albahaca bendita salpica el altar y cae la máscara del diablillo…¡primer bautizo completado!


Mientras las sombras se alargan el juego sigue y sigue. Los diablillos parecen multiplicarse y sus wipis se enroscan en las piernas como serpientes de afilados colmillos. Tambores, palmas y baile alimentan a todos para seguir luchando. Congo que batalla es congo sin miedo.


Los más chicos reúnen fuerzas y… ¡se suman a la batalla! He dudado un instante antes de seguirlos pero ya se sabe: para contar algo mejor vivirlo primero. Siento la música, los latigazos y las risas, ¡ sí ! sobretodo risas estallando por todas partes. ¡Hay prisa! Debemos amarrar y bendecir todos los diablillos antes de que caiga el sol y llegue la hora de la verdad...


¡Y AHÍ VIENE MAMONIA! Los espectadores huyen en todas direcciones, el Diablo se abre paso a latigazos y sus cascabeles cortan el aire. Esta vez desafiará a todos, ¡incluso a la Reina! y los congos no podrán detenerlo, ni si quiera el Rey que trata de interponerse. El sol se oculta cuando la Cantalantes arrancan: “ el diablo tun tuuun, el diablo tun tuuuun ”.


Sin dejar de bailar nuestra Mecé y diablo miden fuerzas en un torbellino de música. El wipi estalla contra la pollera, la reina se protege y cae contra los tambores… por un momento parece que Mamonia va a vencer y… ¡nuestra Mecé sonríe! Segura de su victoria, redobla su baile, como si de su movimiento dependiera la vida entera...


…y poco a poco nuestra Mecé amansa a Mamonia, lo domina, lo vuelve inofensivo. Los siete ángeles, atentos, lo amarran con su gran cuerda y, cuando el fuego protector prende, todo está listo para el bautizo final. La Reina en persona será la madrina y la albahaca bendita salpicará el altar por última vez.


En un último suspiro el fuego se levanta al ritmo de los viodines. Casi puedo oler las llamas mientras siento su calor. El bautizo quita los poderes al Diablo Mayor y el orden queda reestablecido un año más. La victoria ha llegado justo a tiempo: el bien se ha impuesto cuando el sol ya se escondía.


Sacamos a vender al Diablo pero nadie quiere comprarlo. Es el final del Carnaval aunque el Congo continuará en los palenques. Con Mamonia...bueno, uno no debe bajar la guardia. Bien atado hoy, volverá quien sabe bajo que forma. Venga como venga estaremos ahí, todos los nuevos congo…¡con renovadas fuezas para derrotarlo!



...e l Co ng o no se pe rd erรก jam รกs , ยกte ne mo s gr an de s ma est ro s!




¿tu crees que muchos seguirán nuestros pasos?

¡seguda!





Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.