La primavera del postconcilio L. Pintas
l Descomposición acelerada. El 15 de marzo, la Congregación para la Doctrina de la Fe, al dubium “¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?” respondió “Negativamente”. La oleada de rechazo a esta respuesta tan obvia incluyó al cardenal arzobispo de
Viena, Christoph Schönborn (“No me gustó”, Der Sonntag, 24 de marzo), al presidente de la conferencia episcopal alemana y obispo de Limburg, Georg Bätzing (“Esto no ayuda”, Redaktionsnetswerk Deutschland, 16 de abril), al obispo de Amberes, Johan Bonny (“Me avergüenza mi Iglesia”, The Brussels Times, 17 de marzo) o al obispo de Coira, miembro del Opus Dei, Joseph Bonnemain (“Una provocación”, SRF [Radiotelevisión Suiza], 10 vor 10, 10 de mayo), por citar solo algunos de los más agresivos. El 10 de mayo, como para dejar claro quién manda en la Iglesia, decenas de sacerdotes alemanes bendijeron a cientos de parejas homosexuales en templos
de todo el país, ante la pasividad o complacencia de sus respectivos obispos. l Salvar al soldado Biden. Joe Biden, católico de bautismo, se ha comprometido a proteger e impulsar el derecho al aborto incluso un minuto antes de que nazca el niño. Esto supone un problema para la conferencia episcopal estadounidense, dado que el actual inquilino de la Casa Blanca, que presume de devoto del rosario y va a misa, no ve obstáculo en comulgar. Una mayoría de los obispos (entre ellos, su presidente, José Gómez, arzobispo de Los Ángeles) son partidarios de declarar que un cargo público que favorece el aborto no puede hacerlo, por la manifiesta profanación del sacramento y el escándalo que supone para los fieles e incluso los infieles. Por el contrario, una minoría de obispos quiere dejar correr el asunto y no indisponerse con quien en estos momentos ocupa el Despacho Oval. El caso es que el obispo de Fort WayneSouth Bend, Kevin Rhodes, defensor del respeto al sacramento, solicitó formalmente que el tema se aborde en la próxima asamblea, y conforme a los estatutos que rigen la conferencia el tema debería abordarse. “¡Horror!”, debió pensar alguien en el Vaticano, donde tanto han hecho para acabar con el presidente más provida de la Historia y apoyar al más abortista. Y se tocó a rebato. El 7 de