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Cuarenta años en España
Padre Felipe Pazat
Estimados amigos, me cuesta escribir los años de la fundación de la Hermandad Sacerdotal en España por una parte porque muchos elementos ya se fueron de mi memoria y por otra parte porque no me siento orgulloso de muchos fallos. Es cierto que cada momento de la historia de una institución tienen sus propias dificultades, y no es conveniente comparar las dificultades de ayer con las de hoy. Lo que pretendo en este breve artículo es únicamente exponer las situaciones que tuve que confrontar en esta fundación.
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La Hermandad Sacerdotal San Pio X ya tenía contactos con España gracias a las traducciones de la carta a los amigos y bienhechores hechas y difundidas con la generosidad de la señora Clara Veil, valiente defensora de Mons Lefebvre. También gracias a la ayuda de amigos y de mi familia Su excelencia Mons. Lefebvre tuvo la ocasión de dar algunas conferencias en Barcelona y Madrid que permitieron establecer algunos contactos muy apreciados en el momento de la fundación.
Los años iniciales fueron ciertamente muy duros y, aunque no lamento haberlos vivido, no deseo a ningún joven sacerdote pasar por ellos.
La fundación empezó el 3 de Septiembre 1978 con mi primera misa cantada en una sala de hotel. (De hecho, mi primera misa cantada fue en Múnich, el 6 de agosto. Madrid fue la segunda) Las primeras semanas me quede en casa de mi familia e iba a celebrar Misa en la parroquia del Niño Jesús, hoy desaparecida. Fui algunas veces a Barcelona celebrando Misa en la parroquia de San Félix. Mi primera tarea fue alquiler un piso, calle San Bernardo 15, transformando en capilla algunos cuartos que comunicaban entre ellos. Compré madera para hacer un altar, un sagrario y algunos objetos sagrados; las sillas fueron compradas al rastro y viejas guías telefónicas servían de reclinatorio. Así comenzó el priorato Santiago Apóstol: un joven sacerdote con la energía juvenil pero sin la sabiduría de la experiencia, sin el apoyo directo de ancianos, sin coadjutor, sin hermanos religiosos, sin monjas… solo y aislado humanamente hablando. Mi familia se había mudado para Francia a los pocos meses de la fundación. Obviamente, como era en todo el mundo, tuve que confrontar la oposición del clero local y la mala fama dada por la prensa. Tal vez un aspecto particular a España fue el hecho de que los católicos siempre celebraron misa en una iglesia, y solamente las sectas protestantes que aparecieron
Cuarenta años en España después de Vaticano II celebraban sus ritos en locales que no eran iglesias. En este aspecto externo, éramos asimilados a ellos, así también por la aparente desobediencia al Papa.
Por algunos meses España dependió del Distrito de Argentina, también recién fundado, pero la distancia hizo imposible la comunicación necesaria (recuerden que esta historia empezó en el siglo pasado antes de la invención del internet). Por eso el Priorato se volvió lo que llamamos en la Hermandad San Pio X una “ casa autónoma ” .
Después de seis meses, la asistencia a misa incrementó al punto de ser necesario buscar otra solución. Además, los vecinos del inmueble no apreciaban demasiado la venida y salida de mis feligreses. Por eso mudamos a un piso mayor y muy bien situado en Madrid, Calle General Goded (General Arrando). La casa pertenecía al Marques de Albaicín, el cual asistía a misa. En 1983 alquilamos la planta baja del mismo inmueble, haciendo posible abrir la capilla a pie de calle, y habiendo la posibilidad de usar las demás salas por otras funciones. Mi sueño, que así se quedó, era eventualmente abrir un pequeño colegio, empezando por los años superiores. Empecé también a fundar un pequeño grupo de boy Scouts que llamé boy scout de San Miguel, y la publicación de un pequeño boletín llamado, “Voz del campanario ” .
En septiembre 1982 Su Excelencia Mons. Lefebvre me envió un coadjutor, el Padre Dominique Bourmaud, recién ordenado. La satisfacción de tener un ayudante no duró mucho. En 1983 la pérdida de 9 Sacerdotes en Estados Unidos, obligó al Superior General a quitarme mi coadjutor, sin reemplazo por varios meses, hasta la venida del Padre Guillaume Devillers. LasmisassecelebrabanlosDomingos
en Madrid, y con una frecuencia que no recuerdo, en Vitoria y Barcelona. Esporádicamente también se celebró la misa en Valencia, Salamanca y por lo menos una vez en Sevilla.
Ciertamente, algunos “ sobrevivien–tes ” de esta era fundadora podrían completar esta muy breve historia del inicio de la Hermandad San Pio X en tierra de las Españas. Aprovecho para agradecer públicamente primero a la Divina Providencia y Nuestra Señora, todas las bendiciones y protecciones recibidas; Luego agradecer a tantas almas y amigos que me ayudaron. Por los que desgraciadamente pude ofender, además de esperar misericordia, que sepan que desde hace muchos años, celebro misa todos los meses por todas las personas que directa o indirectamente pude ofender. Muchos de estos amigos ya pasaron a mejor vida. Que Dios los tenga en Su gloria. m
El P. Felipe Pazat, a la derecha, en una ceremonia en Kenia, en 2012.