Nueva Orleans, historia con ritmo de jazz

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Número 204 • enero • 2014

ejemplar de cortesía / complimentary copy

Número 204 • enero • 2014

copenhague • Churchill • nueva orleans

Copenhague 72 horas en la capital danesa

churchill, manitoba osos polares y aurora boreal

Nueva Orleans historia con ritmo de jazz


Nueva

HISTORIA CON RITMO DE JAZZ Sabemos que en Nueva Orleans, capital cultural de Louisiana, surgió el jazz; el cómo y el por qué son materia más difusa. Buscando el origen de este fenómeno, Jonás Alpízar, con una libreta, y Lidia R. Wah, con una cámara, se adentran en la ciudad con mayor riqueza étnica de Estados Unidos.

Restaurante Bistreaux, en el hotel Maison Dupuy; página opuesta, el bar Frtizel’s, en Bourbon St.


Orleans


“ Qué va con la langosta?” ?

Destino: NUEVA ORLEANS, LOUISIANA País: ESTADOS UNIDOS Extensión: 907 KM2 Población: 369,250 Idioma INGLÉS, FRANCÉS Símbolo: LA FLOR DE LIS

pregunto a Eliska, la mesera del Palm Court Jazz Café. Como respuesta menciona tres opciones que son silenciadas por el solo de Lionel Ferbos, increíble trompetista de 102 años de edad. Su banda, la residente Palm Court Jazz Band, está en el escenario. Logro discernir algo que suena a house wine, asiento a esta última. Llevo tres días en Nueva Orleans y no me avergüenza admitir que casi todas mis comidas han sido frías, me parece una falta de tacto desatender a la música que se toca en los restaurantes. No se puede tener todo, y mis prioridades siempre han estado del lado auditivo. En la calle Decatur, a pocos pasos del Mississippi, se encuentra este acogedor local. Las ventanas están cubiertas por recortes de periódico reseñando las propias noches de gloria. Centenares de discos de vinyl ocultan un papel tapiz ahora invisible. Los aplausos se ven combinados con el sonido de cubiertos y copas. ¿Qué más se puede pedir? Siempre hay algo que festejar en Nueva Orleans. Lo de esta noche podría ser que la temporada de tormentas ha terminado; que el paso de los recientes huracanes más apenas causó daño; o que el Superdome está lleno, no de damnificados, sino de aficionados a los Saints, franquicia local de la nfl. Si éstos ganan habrá otra razón para celebrar. Esta ciudad, conocida como El París de los pobres, es famosa por muchas cosas: la gastronomía criolla y cajún, el colorido Mardi Gras, la vida nocturna y la música que aquí se ha generado. El estado de Louisiana se encuentra en el sureste de Estados Unidos, entre Mississippi y Texas. Su suelo ablandado a golpes de huracán, su proximidad con grandes cuerpos de agua (Golfo de México, Lago Pontchartrain, río Mississippi) y el abrasante porcentaje de humedad, hacen que esta ciudad pertenezca más al mar y menos a tierra firme. Esto se confirma si viajamos al interior del estado, de camino a Baton Rouge, donde los anchos brazos pantanosos rodean la autopista interestatal 10. De vuelta a Decatur, la cena ha terminado, y aunque aún haya personas esperando por entrar al Palm Court Jazz Café, yo dirijo mis pasos hasta Jackson Square, hacia el antiguo mercado francés, donde desde hace siglo y medio reside el icónico Café du Monde. No es recomendable sino imperativo probar las beignets, deliciosos cuadritos de harina bañados con azúcar glass, acompañadas con un café negro. El otrora puesto callejero es ahora un local con gran capacidad. En este mismo escenario era donde terminaban las largas noches de carnaval, donde los blancos y criollos de color, todavía ataviados con sus mejores galas, degustaban la especialidad de la casa. Tanto antes como ahora, el Café du Monde abre las 24 horas del día. Recorrer todo el French Quarter es algo inevitable. Mi hotel está en Toulouse, entre Burgundy y Rampart. No pasará mucho tiempo antes de que aprendas los nombres

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New Orleans, history in a jazz pace “What goes with the lobster?” I ask Eliska, the waitress of the Palm Court Jazz Café. As an answer, she mentions three choices that are silenced by the solo of Lionel Ferbos, an incredible 102 years old trumpetist. His band, the resident Palm Court Jazz Band, is hitting the stage. Out of Eliska I manage to understand something that sounds like “house wine”, I nod to this one. I have been three days in New Orleans and I’m not ashamed to admit that I have let all my meals grow cold, I find a lack of good taste to disdain the live music played at the restaurants. You can’t have it all, and my priorities have always been in the hearing sense. On Decatur St., a few steps aside the Mississippi, this cozy bar has its address. The windows are covered with newspaper scraps reviewing past nights of glory. Hundreds of vinyls hide the now invisible wallpaper. Rounds of applause combine with the sound of cups and dishes. What else could you ask for? There’s always something to celebrate in New Orleans. Tonight could be that hurricane season is over, or that the Superdome is packed, not with flood victims but with Saints followers, local nfl franchise. If they win tonight we’ll have another reason to celebrate. This town, once called The Poor Man’s Paris, is famous for numerous things: creole and cajun cuisine, colourful Mardi Gras, the nightlife and the music. The state of Lousiana is in the american southeast, between the Mississippi and Texas. Its soil, softened by hurricane strikes, its proximity to large bodies of water, and the burning percentage of humidity, makes this city belong more to the water and less to the land. It gets confirmed if we venture in-land to Baton Rogue, actual capital of Louisiana, where the wide water arms sorrounds the I-10 highway. Back to Decatur St., dinner is over, and even when there’s people waiting to get inside the Palm Court Jazz Café, I pont my steps towards Jackson Square, next to the old French Market, where we can find the century-and-ahalf old iconic Café du Monde. The order “must try the beignets” isn’t enough, you really should not leave New Orleans without tasting these delicious bread squares covered with powder, along a cup of black coffee. The once a street vending cart is now a high capacity restaurant. On this very spot all que long nights of carnival meet its end, all the white men and creoles of color, still dressed up with their finest clothes, tasted the house special. Café du Monde opens 24 hours a day. Walking around the French Quarter is something unavoidable. It won’t take long before you learn the names and locations of the five streets long and thirteen streets wide that conforms Vieux Carré. St. Louis Church, facing Jackson Square, is the center of it all, two blocks away from the Mississippi is Bourbon St. (famous for the Mardi Gras parades) and two blocks more is Rampart, french for wall, the line where the original city ended. Outside of it there was only the St. Louis Cemetery number 1. Nouvelle, Nueva and New Orleans If New Orleans is the heart of Louisiana, is in the French Quarter where its soul resides. It was here where the first


Anuncio de los primeros viajes en ferry sobre el Mississippi, Rural Life Museum; tranvía sobre Canal St.; uno de los tantos músicos callejeros en Bourbon St.; Lionel Ferbos y la Palm Court Jazz Band; escena nocturna en Royal St, en el French Quarter. ENERO 2014 // DESTINOS DEL AIRE

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Interior del House of Napoleon, uno de los bares mรกs viejos de Nueva Orleans.

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y localización de las cinco calles a lo alto y trece a lo ancho, que conforman el Vieux Carré. La basílica de St. Louis, frente a Jackson Square, es el centro de todo, dos calles después de Decatur está Bourbon (famosa por los desfiles en Mardi Gras), y en dos más está Rampart, francés por muralla, era justamente eso: el muro circundante del primer cuadro de la ciudad. Afuera de éste se encontraba únicamente el cementerio St. Louis número 1.

Nouvelle, Nueva y New Orleans

Si Nueva Orleans es el corazón de Louisiana, es en el French Quarter donde reside su alma. Fue aquí donde se establecieron los primeros asentamientos de los colonizadores; cuando, en 1718, el franco-canadiense Jean Baptiste Lemoyne es designado director general de la recién fundada Nouvelle Orléans. El lugar ya estaba siendo ocupado como puerto mercantil por varias tribus indias. Por necesidad de mano de obra, estos lugareños fueron capturados y esclavizados; sin embargo, siendo grandes conocedores de la zona, a la menor oportunidad escapaban. Los esclavos traídos de África, a punta de castigos, resultaron ser más sumisos; además de que su tierra natal estaba más lejos y huir hacia ésta se antojaba más difícil. La administración francesa no estuvo exenta de problemas: el clima (tropical), el terreno (pantanoso), las enfermedades que los pobladores sufrían (malaria y disentería), las interminables pugnas (rebeliones de esclavos, ataques de tribus indias), y la llegada de más colonizadores de origen variopinto, causaron que los gobernantes galos buscaran deshacerse de la colonia. De Nouvelle pasó a Nueva y la etapa española comenzó. Tras un difícil proceso de adaptación, la conflictiva entidad aceptó a los gobernantes ibéricos en 1766. En esta época fue cuando florecieron la ciudad y el comercio. Todas las edificaciones del French Quarter, incluida la catedral de St. Louis y Jackson Square, son de hechura española. La repentina bonanza provocó que más inmigrantes canadienses o acadianos (el término cajun es una derivación fonética de acadian) y cubanos y dominicanos, se asentaran en la colonia. Antes de que la república de Louisiana fuera finalmente comprada por Estados Unidos, ésta ya había vuelto a manos francesas. Después vino la Guerra Civil y la subsecuente abolición de la esclavitud. De repente miles de esclavos fueron liberados. A este significativo día se le llama Juneteenth (algo así como juniodiecinueve) ya que fue el 19 de junio de 1865. ¿A qué viene a cuenta tanta historia para explicar el origen del jazz? A todo. De los cantos y bailes africanos se extrajeron los patrones intrincados de ritmo y la fácil improvisación; de Europa: los instrumentos; de la ópera italiana, las canciones folclóricas francesas y las marchas españolas: el esquema de composición y la melodía. Todo el bagaje étnico y cultural que en Nueva Orleans reinaba se manifestó en varias formas, una de estas fue en lo que a la postre sería conocido como jazz.

settlements of colonists were established when, in 1718, the French-Canadian Jean Baptiste Lemoyne was appointed chief of the newly founded Nouvelle Orléans. The place was already being occupied as a trading port for several native tribes. Out of necessity of labor, these villagers were captured and enslaved, but knowing all the whereabouts of the area, they escaped whenever they could. The slaves brought from Africa prove to be more submissive, in addition that their homeland was further away and to flee to it seemed more difficult. The french administration was not without problems: the climate (tropical), the terrain (swamp), the diseases that colonists suffered (malaria and dysentery), the endless struggles (slave rebellions, attacks of native tribes), and the arrival of more settlers, caused the french to want to get rid of it. Nouvelle changed to Nueva as the spanish era began. After a difficult process of adaptation, the troubled entity accepted the Iberian rulers in 1766. This is the time when the city flourished and trade became prosper. Before the Republic of Louisiana was finally purchased by the United States, this land became part of France once again.

Cancioneros de esclavos, en la Destrehan Plantation; tumba al ras del piso en el St. Louis Cemetery No. 1; gran roble sureño, árbol característico de Louisiana; instrumentos musicales traídos de África.

Dónde comer en Nueva Orleans Arnaud’s A cien años de su apertura, este tradicional dining room ofrece la mejor sopa de tortuga del French Quarter. Pide mesa de

ventana, no hay nada como ver Bourbon St. con un café broulée. 813 Bienville St. Tel. 504.523.5433. www.arnaudsrestaurant.com

Brennan’s Para olvidar las noches de excesos, no hay como el mejor desayuno de la ciudad. Brennan’s tiene los mejores eggs

hussarde. Must: el Banana Foster, orgullosa invención del fundador. 417 Royal St. Tel. 504.525.9711. www.brennansneworleans.com

DICIEMBRE 2013 // DESTINOS DEL AIRE

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NUEVA ORLEANS, EN LETRAS Y BEATS

EL LIBRO La conjura de los necios de John Kennedy Toole. Más allá de ser la crónica de los ires y venires del gordo e hipocondríaco Ignatius J. Reilly y de su atormentada madre, Este libro se ha convertido en el fiel retrato de la sociedad de Nueva Orleans. El lenguaje, la complejidad de los personajes y el papel de la ciudad misma, hacen de la obra póstuma de Toole, quien se suicidó antes de verla publicada, la mejor lectura para acompañar el viaje. Beckham´s Bookshop, 228 Decatur St. $11 dólares.

Llamando al Dr. Jazz

Existen pocos hechos documentados acerca del inicio formal del jazz. Sabemos que se derivó del ragtime, un estilo surgido no en Louisiana pero sí muy cerca, en Missouri; sabemos también que cuando el ritmo trepidante de los músicos negros se combinó con las marchas y polcas del rag, algo sucedió. Sabemos que en 1902 un pianista afro-francés no sólo se autoproclamó como el creador del ragtime, sino de ser también el inventor del jazz. Este criollo tenía por nombre Ferdinand Lamothe, pero respondía mejor a su mote de escenario: Jelly Roll Morton. Jelly Roll, un criollo de color nacido en Nueva Orleans, utilizaba este alias en los tugurios y burdeles donde le era permitido tocar. El uso de sobrenombres era común, muchos de los músicos, por diversas razones, eran perseguidos por la ley, y de esta forma ocultaban su verdadera identidad. Fue así como Morton, con buena dosis de arrogancia, se sentó al piano y tocó su versión de Stars and Stripes Forever, una marcha que enaltecía a la nación que negaba no sólo su identidad, sino su existencia misma; y lo hizo a ritmo de jazz, o a lo que a la postre sería llamado como tal. En lugar de venerar la máxima pieza de John Philip Sousa, Jelly Roll la africaniza, la acompaña con un ritmo asincopado y, entre los versos, improvisa libremente. Se puede debatir si esa interpretación detonó lo que hoy conocemos como jazz, pero resulta imposible sobrevalorar el parteaguas que ésta significó. De su autoría quedan clásicos como Black Bottom Stomp y Doctor Jazz. De acuerdo a esta versión, el jazz nació en Storyville, el distrito rojo de Nueva Orleans. En este mismo lugar, alrededor de la calle Basin, famosa por el Basin Street Blues, y cerca de los dos cementerios St. Louis, nacería otro protagonista quizá más importante que Jelly Roll.

Louis Armstrong, el showman

A diferencia de Jelly Roll, Armstrong no pudo costearse una educación musical. Mientras Morton gozaba de una posición social cómoda, y sólo visitaba los burdeles para tocar y, claro, divertirse; Louis vivía en el empobrecido y peligroso Storyville. Desde pequeño aprendió que sólo trabajando podría salir adelante, así que comenzó a seguir a las Second Lines que marchaban por las calles, aprendiendo de oído todo lo que escuchaba. Los historiadores de música en pocas cosas se han puesto tan de acuerdo como en la relevancia que tuvo Louis Armstrong para todo el movimiento del jazz. No sólo contribuyó elevando el nivel musical con sus grandiosos solos de trompeta, el mismo Miles Davis lo dijo: “no puedes tocar nada en una trompeta que Louis Armstrong no lo haya hecho antes, y sin duda, mejor”; sino que su presencia en el escenario y su carisma significó la apertura del jazz a los grandes mercados. De considerarse una clase de sub-música subversiva y primitiva, el jazz se volvió popular, se tocaba en los shows televisivos, y con el tiempo, fue considerado un género elitista, digno de verdaderos conocedores. ¿Cómo cambió tan drásticamente

Is all this history important explaining the origin of jazz? Yes. From the african chants and dances, intricate patterns and easy improvisation were extracted; from the french folk music and spanish marchas, the composition scheme and the melody; from italian opera, the instruments. All this ethnic and cultural baggage that reigned in New Orleans was manifested in several ways, one of these was what eventually would be known as jazz.

Calling Dr. Jazz

There are few documented facts about the beginning of jazz as we know it. We do know that it was derived from ragtime, a style emerged not in Louisiana but not very far, in Missouri, and we do know that something happened when the fast pace of the black musicians combined with marches and polkas of rag. We do know that in 1902, an african-french pianist not only proclaimed himself as the creator of ragtime, but the inventor of jazz as well. This creole of color name was Ferdinand Lamothe, but responded to his artistic nickname: Jelly Roll Morton. Jelly Roll, a native color born in New Orleans, used this alias in the slums and brothels where he was allowed to play. The use of nicknames was common, many of the musicians, for various reasons, were persecuted by the law, and thus hide their true identity. This is how Morton, with a good dose of arrogance, sat at the piano and played his version of Stars and Stripes Forever, a march that exalted the nation that denied not only his identity but his very existence, and he turned it into jazz, or what eventually would be called as such. Instead of worshiping the tune of John Philip Sousa, Jelly Roll africanized it by introducing an off-beat rate between verses, improvising freely. One can debate whether this interpretation detonated what we know now as jazz, but it is impossible to overstate the game changer it meant. Of Morton’s authorship are classics like Black Bottom Stomp and Doctor Jazz. According to this, jazz was born in Storyville, the red light district of New Orleans. Right on this place, around Basin St., known for the famous Basin Street Blues, and the two cemeteries, another jazz player was born, a character maybe even more important than Jelly Roll himself.

Louis Armstrong, the showman

Unlike Jelly Roll, Armstrong could not afford a musical education. While Morton enjoyed a comfortable social position and just visited brothels to play music and, of course, have fun, young Louis lived in the impoverished and dangerous Storyville. Since childhood, he learned that working hard was the only way to success, so he began following the Second Lines marching through the streets, learning by ear everything he heard. There are few things all music historians agree on, the relevance of Louis Armstrong had in the jazz movement. Not only he helped raising the musical level with his great trumpet, Miles Davis once said, “You can not play anything on a horn that Louis Armstrong has not done

Dónde escuchar jazz en Nueva Orleans Palm Court Jazz Café En las altas paredes de este edificio siglo xix hacen eco los mejores jams de la ciudad.

Visítalo cuando Lionel Ferbos tenga presentación. 1204 Decatur St. Tel. 504.525.0200. www. palmcourtjazzcafe.com

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Fritzel’s Es todo lo que uno esperaría de un club de jazz: el local es pequeño, y sobre este escenario han desfilado muchos

músicos y grupos de fama internacional. 733 Bourbon St. Tel. 504.586.4803. www.fritzelsjazz.net


EL DISCO The Best of Dixieland, de Pete Fountain. Con suaves y alegres melodías conducidas por un piano o un clarinete, el llamado dixieland es una de las primeras formas del jazz, y Pete Fountain podría ser el mejor de sus exponentes en activo. Las versiones de clásicos como Basin Street Blues o The second line convierten a este disco en la mejor vía para adentrarse en el jazz más tradicional. Peaches Records and Tapes, 408 North Peter St. $9.49 dólares.

Las famosas Second Lines son los desfiles musicales que se montan para festejar tanto bodas como entierros.

Qué hacer en Nueva Orleans Rural Life Museum Este recinto cuenta con las mejores piezas y artefactos de uso cotidiano desde la colonia hasta la guerra

civil. El mejor museo de historia del estado. 4560 Essen Lane. Baton Rouge. Tel. 225.765.2437

Destrehan Plantation Una de las plantaciones de azúcar mejor conservada en Louisiana. Se pueden apreciar cabañas y edifi-

caciones históricas. 13034 River Road. Destrehan. Tel. 1.877.453.2095. www.destrehanplantation.o

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Terraza del Palace Café, en Canal St.; icónica fachada de la Catedral St. Louis, en Jackson Square; interprete callejera en el French Market..

la percepción de aquellos “rasgueos libidinosos” de Storyville? Es difícil explicarlo en tan poco espacio. Conocer esta pequeña porción de historia del jazz y, de paso, de Nueva Orleans, me ha hecho traspasar varias barreras preconcebidas de gente y de música. Me ha acercado mucho a esta ciudad.

Donde se alzan las copas

El mesero es un verdadero maestro del fuego, del licor y de los granos de café. No puedes visitar el restaurante Arnaud’s, en la esquina de Bienville y Bourbon, sin pedir el Café Broulée, si no por el sabor al menos por es espectáculo de su preparación. Pero no, hazlo por el sabor. Los turistas ¿japoneses? toman fotos y me sonríen afablemente. Yo, después del primer trago, me doy cuenta que quiero ser amigo de todos, pues este primer trago me sabe a brandy, a naranja, a corteza de lima y a todas las cosas hermosas de la vida. La banda local ha estado tocando todo este tiempo. Desde el siempre cómodo tiempo presente, desde donde el dolor y el cansancio de los tiempos difíciles se aprecian deslavados, alcemos la copa por los reinos de España y por los de Francia, por la adquisición estadunidense y por la Guerra Civil, por el piano de Jelly Roll Morton y por la trompeta de Louis Armstrong, por Katrina y por Isaac; y, más que por otra cosa, por la orgullosa frente en alto de Nueva Orleans. Y por tener la suerte de estar aquí. Salud. Por cierto, los Santos ganaron esta noche. Salud otra vez. What a wonderful world. //

before, and certainly better”, but its presence in the scenario and charisma meant the opening of jazz to larger market. Regarded as a kind of subversive and primitive music, jazz became popular, was played on television shows, and in time, was considered an elitist genre worthy of true connoisseurs. How do the “libidinous strumming” of Storyville changed so drastically, it is difficult to explain in such a short space. Knowing this small piece of jazz history and, incidentally, of New Orleans, has made me pass several preconceived barriers of people and music.

Where glasses are raised

The waiter is a true master of fire, liquor and coffee beans. You can not visit Arnaud’s Restaurant without ordering a Café Broulee. Japanese tourists are taking photos and smile pleasantly. I, after the first drink, realize that I want to be friends with everyone, and its because of the first sip that tastes like brandy, orange, and lime rind and all the beautiful things in life. The jazz band has been playing all this time. From the always comfortable present time, where the pain and fatigue of hard times appears faded, I raise my glass for the kingdoms of Spain and France, for the American Civil War, for the piano of Jelly Roll Morton and Louis Armstrong‘s trumpet, for hurricane Katrina, and, more important than anything, for this prod city that had stood tall after all of this. And because we are lucky to be here. Cheers. By the way, the Saints won tonight. Cheers again. What a wonderful world. //

Dónde quedarse y cómo llegar Maison Dupuy Esta gran casa convertida en hotel es la mejor opción para alejarse de la bulliciosa Bourbon St. sin salir del

centro. Tiene dos restaurantes y un agradable jardín central. 1001 Toulouse St. Tel. 504.586.8000. www.maisondupuy.com

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CÓMO LLEGAR No hay vuelos directos desde México al Louis Armstrong International Airport. Con una o dos

escalas, usualmente a Houston o Atlanta, el trayecto puede tomar, en su totalidad, de seis a ocho horas. Bien valen la pena.


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