Los Cabos. Sueños de estrellas y biznagas

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destinos Texto y fotos Jonás Alpízar

Pasajes del Sheraton

Hacienda del Mar Golf & Spa Resort, San José del Cabo

Espacios de Barceló

Los Cabos Palace Deluxe, San José del Cabo.

Restaurante Nicksan,

Cabo San Lucas

54 › Julio

2013 | Mujer Ejecutiva


Los Cabos, sueños de estrellas y biznagas

L

San José del Cabo y Cabo San Lucas, en Baja California Sur, son el lugar donde los placeres más mundanos alcanzan niveles celestiales. Ni hablar, hay que rrojarse a estos, una y otra vez

cómo soñar despierto

os dedos rozan la superficie fría del vaso, al tiempo que me recargo en el respaldo del asiento. Al voltear hacia arriba: el cielo estrellado; al lado izquierdo: el océano, con su inagotable murmuro, tranquilo; al derecho: una firme y vetusta biznaga que me mira, o quizá mire al mar, o a las estrellas. La brisa salada empaña los ojos y el vaso, cubre todo con una sábana finísima. No existe mejor invitación para soñar que ésta. Los Cabos, con la simple mención de este lugar la mente y, principalmente, el corazón evocan escenas que parecieran habitar solo en la fantasía. El faro en el malecón, las dunas del desierto, los campos de golf, los impresionantes complejos hoteleros y los yates hacen que la distancia entre Cabo San Lucas y San José del Cabo sea, dependiendo del estado de ánimo, muy corta o muy larga.

Los grandes hoteles han dejado de ser solo eso. El hospedaje, aunque resulte placentero en su totalidad, viene acompañado de otros servicios o amenities que dan un plus difícil de rechazar. Los hoteles como el Sheraton Hacienda del Mar Golf & Spa Resort, o el Barceló Los Cabos Palace Deluxe, ambos en San José del Cabo, tienen paquetes de spa que compiten directamente con su misma oferta de alojamiento y gastronómica. Lo mejor de todo es que, generalmente, no es necesario ser huéspedes para tener acceso a estos fabulosos servicios. Quien diga que unas vacaciones en Los Cabos son algo superficial y hedonista puede no estar tan equivocado. Pero no hay que llamarlo así, un merecido y reparador descanso suena más apropiado, y no hay nada mejor que un masaje a cuatro manos, acompañado de la bebida preferida, en alguna de las salas privadas de los spas.

Pinturas rupestres, conquistadores y piratas Hurgando en los orígenes de esta región resulta que son pocos los vestigios que hay de los primeros grupos que la habitaron. Los pericúes, guaycuras y aripes, civilizaciones indígenas del sur de la península, fueron tribus nómadas, a quienes el árido desierto y el calor los obligaba continuamente a buscar mejores condiciones de vida. Por esto mismo es que no hay edificaciones, como, por ejemplo, Chichén Itzá, en Yucatán. Las pinturas murales en la Sierra de San Francisco, cuya antigüedad data de 4,000 años, es la mejor prueba de que estos pueblos se distinguieron en varios ámbitos. Más adelante, en 1650, llegaron los españoles y no fue sino hasta el tercer intento que los ibéricos pudieron establecerse en el Estero de San José. El hallazgo de perlas negras en la región hizo que Hernán Cortés en persona viajara hasta Los Cabos. Pero a pesar de que estas hermosas joyas también atrajeron a los piratas ingleses y daneses, Los Cabos logró convertirse en un puerto ideal para los barcos que viajaban de Acapulco a Filipinas. Hoy, los principales barcos que surcan las aguas del Mar de Cortés y del Océano Pacífico, son los pesqueros. Ya sean en los yates particulares o en los grandes buques comerciales, la pesca del marlín conforma uno de los principales atractivos del turismo nacional e internacional. Sin duda, los mejores meses para pescar son octubre y noviembre.

Placeres con manteles largos Los Cabos tiene mucha presencia de hoteles All Inclusive y viéndolo de una forma práctica no suena nada mal, pero para quienes deseen salirse de la zona del paradisiaco confort, la ciudad tiene muchas cosas que ofrecer, especialmente en lo que a gastronomía se refiere. Restaurantes como Nicksan, con su cocina japonesa fusionada con platillos locales; y La Panga Antigua, cocina mexicana contemporánea con especialidad en mariscos, son apenas dos buenos ejemplos que el exigente sibarita puede disfrutar. Si se visita este último, no hay mejor actividad para complementar la sobremesa que recorrer el Art District de San José del Cabo, zona comprendida por varias calles cuyo común denominador son las galerías, tiendas de arte y talleres de artistas. Aquí se pueden encontrar desde las artesanías más “mexicanas” a ojos de los extranjeros, hasta piezas de verdadero valor artístico. Mar y océano, pesca y gastronomía, descanso y spas ¿qué placeres habrán quedado desatendidos? si es que quedara alguno por ahí que haya sido desdeñado, quedémonos seguros que éste encontrará en Los Cabos la dosis ideal de satisfacción. Ya sea que ésta pertenezca a la realidad o a los sueños.

Galería del artista Frank Arnold,

Art District, San José del Cabo

Art District, San José del Cabo

Mujer Ejecutiva | Julio 2013

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