Tertulian@s @
Relatoría de las Tertulias de Diversidad Sexual realizadas en Caracas en el 2005. Año 1. Nº 3. Agosto
Crónica
Café, Charla, Velada… ¡Tertulia!
David Puigmartí Semánticamente, son tres las acepciones más generales que podríamos encontrar en un diccionario sobre el significado de la palabra “tertulia”. La primera hace referencia al lugar físico, sitio de encuentro o esparcimiento social al que podríamos llamar “café” (o incluso, “tasca”: salta a mi memoria La Tertulia, tasca de La Candelaria a la que era asiduo en mi época de estudiante de pregrado). La segunda remite a la social y humanamente necesaria noción interaccional de charla, conversación, diálogo. Y la tercera conlleva la idea, más social todavía, de velada, reunión, encuentro. Desde febrero de este año, he venido escuchando sobre las Tertulias de Diversidad Sexual organizadas en Caracas, gracias a mi pareja quien ha estado participando y colaborando activamente en ellas. Aun así, yo no había podido asistir porque los martes –día de tertulia- me tocaba dar una clase en ese horario, razón más que válida… aunque secretamente debo confesar que más allá de esa validísima razón se escondía en mí algo de recelo por este tipo de actividades. Llegadas las vacaciones, aparté un poco mi incredulidad y decidí ir, por fin, a una Tertulia.
¿Cómo lo lleva mi familia? Ese era el título de la velada. Yo, sobre el tema, tengo mil cosas que exponer, narrar, argumentar, tanto por mi experiencia personal, como por la nueva experiencia que desde hace meses enfrento con Amilcar (mi compañero) y su familia, amén de tantas otras experiencias de amigos, conocidos o extraños que
uno va recogiendo por la vida. Sin embargo, estaba casi seguro de que no me haría escuchar esta vez –mi primera vez-, no sé si por mi carácter que tiende a veces a la timidez, o porque prefería –como suelo hacerlo- escuchar a los demás. Así fue: llegué al Café Arabica, saludé, conocí gente, me reencontré con otra gente, me senté, escuché, fumé y bebí. De este recuento de acciones, sin duda lo mejor fue precisamente “escuchar”: escuché con delicada atención a cada persona que habló, y al final me quedó un sabor muy rico en los labios (¿o en los oídos?). Fue absolutamente grato escuchar tal diversidad de opiniones, ver tal cantidad de perspectivas –algunas comunes, otras disímiles; algunas cerca de mi esquema de experiencia, otras tan distantes- y sentir que todas cabían en ese rincón de Arabica, que ninguna sobraba, que ninguna desentonaba. Entonces, recordé todos los significados de la palabra tertulia… sentado en un café, tomando una cerveza, participando –aunque pasivamente- de una charla enmarcada en una armónica velada. Entonces, recordé que cualquier “excusa” es buena para satisfacer las necesidades expresivas naturales en el ser humano, para hablarnos, para escucharnos, para recordarnos que no estamos solos… y aunque sé que para muchos esto tiene que ver con una seria y respetable labor de activismo en torno a la diversidad sexual, yo prefiero quedarme con la idea que he esbozado sobre la “tertuliaridad”: café, charla, velada. Más que eso: Humanos… gays, lesbianas, heteros, transgéneros, transexuales… Humanos con necesidad de hablar, de oír, de tertuliar. Prometo que la próxima vez hablaré; tengo la necesidad. Lástima que sólo quede una tertulia antes de irme de viaje.
Próximas tertulias
El Amor Martes, 6 de septiembre, La Ghiringhella, Los Palos Grandes. 6:30 pm Entrada libre
La Bisexualidad
Martes, 4 de octubre, La Terraza del Ateneo, Bellas Artes. 6:30 pm Entrada libre
Cuéntanos tu historia Escribe tu crónica. Queremos que nos cuentes qué te pareció la tertulia y el tertulian@s, qué te gusto y qué no te gustó. Mándanos tu crónica al correo tertuliasdsx@yahoo.com y la publicamos en la próxima relatoría. El texto no debe ser mayor de 1 página a espacio y medio.
Acéptate, acéptalo Guía para padres y amigos de GLBT Bob Powers y Alan Ellis El Armario heterosexual Mientras que muchos de nosotros somos conscientes de la existencia de una puerta cerrada tras la que nuestra sociedad esconde a gays, lesbianas y bisexuales, pocas personas se dan cuenta del impacto que estos grupos tienen en los heterosexuales y aún son menos los que saben que los heterosexuales –familiares y amigos de las minorías–, luchan por abrir dicha puerta. En este armario encontramos las oscuras emociones: miedo, terror, pavor, que, en un principio, paralizan a lesbianas y gays obligándoles a ocultarse y, con el tiempo, les conducen a salir del escondite, a abrir esa puerta en busca de su propia aceptación. A la mayoría de los heterosexuales ese armario les causa pavor. Cuando la familia y los amigos se enteran de que una de las personas a las que aman es gay, lesbiana o bisexual, se ven inmersos en un proceso de “destape” como padre, hijo, esposa o amigo, similar al proceso que experimentan aquellos que pertenecen a cualquier minoría sexual. También los heterosexuales necesitan salir del armario. En referencia a la orientación sexual, la mayoría de las familias todavía optan por hacer suya la política del ejército de los Estados Unidos basada en el lema: “NO PREGUNTES, NO LO DIGAS”. En otras palabras: “No te preguntaré si eres gay y si lo eres, no quiero que me lo digas”. Esta actitud tiene consecuencias desastrosas en la vida familiar, ya que destruye cualquier posibilidad de una relación familiar íntima. Dilemas de gays y heterosexuales Si en un hogar reina la política No preguntes, no lo digas, el miembro de esa familia que sea gay o lesbiana puede hacer lo siguiente: (1) sacar el tema a relucir, (2) distanciarse de la familia o (3) odiarse a sí mismo.
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Los familiares y amigos de alguien gay también cuentan con tres opciones: (1) el rechazo y la negación, (2) la aceptación o (3) la preparación para asumirlo. Llegado a este punto, es válido preguntarse ¿se encuentra mi familia dentro o fuera del armario?, ¿te gustaría hablar de estos temas con ellos?, ¿tu familia puede tener una conversación franca sobre esto? Estadios de aceptación Todos, independientemente de nuestra inclinación sexual, atravesamos diversos estadios de aceptación. Este proceso empieza con (1) la autoadmisión; sigue con (2) la admisión ante los demás, primero de forma privada y luego públicamente, y finaliza con (3) el paso a la acción. El paso a la acción es el equivalente a salir del armario y no es algo que se haga una sola vez. En realidad es un proceso continuo. Cuántas más veces se destape uno mismo, más numerosas serán las experiencias de autoaceptación, así como las de aceptación por parte de los demás. La línea mágica Los primeros pasos del sendero hacia la aceptación están plagados de oscuras emociones tales como el miedo, el terror o el pavor. En un determinado punto de este sendero, cruzarás una línea en la que ya no sentirás miedo a que la gente diga que eres gay, o que tienes una hermana lesbiana, un esposo bisexual o un amigo transexual. Una vez alcanzado este punto al que llamamos “línea mágica”, sentirás alegría, amor, paz y serenidad. Te darás cuenta de lo valiente, compasivo y cariñoso que eres y experimentarás una especie de orgullo o satisfacción por todo lo que te ha costado llegar a este punto. Aceptar a los demás y a nosotros mismos tal como somos es un acto de amor y valentía. Texto tomado del libro «Acéptate, acéptalo. Cómo explicar -y comprender- las distintas orientaciones sexuales» (1999). Paidós. España.
Diez principales temores que nos llevan a encerrarnos en el armario ¿Por qué muchas familias optan por la política de No preguntes, no lo digas? La respuesta está en el miedo. He aquí 10 de los principales miedos que hacen que las familias se encierren en sí mismas: 1.- Miedo a la propia vergüenza. 2.- Miedo a la recriminación pública o al ostracismo social. 3.- Miedo a ser calificados como “anormales”. 4.- Miedo a tratar temas desagradables o sexuales dentro de la unidad familiar. 5.- Miedo a perder a familiares y amigos. 6.- Miedo a la duda sobre la propia sexualidad. 7.- Miedo a la violencia. 8.- Miedo a intentar ser “ligado”. 9.- Miedo a la discriminación económica o laboral. 10.- Miedo al SIDA. Estos diez temores hacen que la gente hetero y homosexual permanezca en el armario. En última instancia, todos tenemos la oportunidad de reconocerlos y enfrentarnos a ellos y, consecuentemente, adoptar la actitud más tolerante que encamine a nuestras familias al diálogo abierto basado en el lema PREGUNTA, DILO.
Dos historias: Padre e hija Courtney Powers, hija de Bob *
Bob Powers, padre de Courtney *
Tengo dieciocho años y vivo en California. Mis padres son Bob y Terri Powers. Al igual que muchos padres, los míos estás divorciados. El divorcio no fue a causa de la infidelidad, ni de las peleas, ni de las dificultades económicas. El motivo fue que mi padre es gay.
Después que me separé de mi esposa y asumí que era gay conocí a Alan, mi pareja. Mi hija vino a visitarnos durante las primeras navidades que pasamos juntos. Por entonces, yo ya había pasado por la (terrible) experiencia de decir a mis amigos y familiares que era gay. En general, todos me apoyaron. Les dije que iba a decírselo a Courtney, que todavía tenía cuatro años. Nadie, excepto Alan, quería que lo hiciera. “Espera a que sea mayor” – me aconsejaban–. Yo no podía hacerlo, pensaba que si esperaba su cabeza ya estaría llena de sentimientos de odio hacia la homosexualidad, lo cual haría imposible nuestra relación. Así que se lo dije:
No recuerdo exactamente cómo me di cuenta de que mi padre era gay; es como si siempre lo hubiera sabido. Creo que tenía unos cuatro años cuando mi padre me dijo que era gay. Dice que cuando me lo contó yo enseguida capté lo más importante (gente que ama a gente del mismo sexo). Me lo quiso decir desde pequeña porque no quería verme crecer odiándole porque era gay u odiando a cualquier persona por este motivo. Bien, no estoy en contra de ello y me alegro que me lo dijera en ese momento. Quizás le hubiese odiado si no me lo hubiera dicho; no porque fuera gay, sino por ocultarme la verdad. Cuando era muy pequeña tenía miedo de decirles a mis amigos que mi padre era gay. No era porque estuviera avergonzada, de ningún modo; sino porque no quería dejar de gustarles porque mi padre fuese gay. No quería que se burlaran de mí e hirieran mis sentimientos. Sabía que los niños podían ser muy crueles y quería caerles bien a todos. Me resultaba muy difícil decírselo a la gente porque me preocupaba su reacción. Ahora lo veo de otra manera. Cuando pienso que debería decírselo a alguien, o surge el tema, se lo digo. No hay problemas. ¿Cómo ha influido en mí que mi padre sea gay? No ha influido en modo alguno, salvo en el hecho de que he aprendido a no juzgar a la gente. He aprendido a aceptar a las personas tal como son y a luchar por lo que creo. Tener un padre gay no significa que sus hijos se vayan a volver gays. Yo soy prueba de ello. Los gays no son diferentes a los demás. Tienen buenos y malos momentos como todo el mundo. Tenemos que aprender a no discriminarlos ni a ellos ni a nadie.
–Courtney, tú sabes que las personas se quieren – le dije. –Sí – respondió. –Bueno, pues hay hombres que quieren a otros hombres, como yo quiero a Alan. A estos hombres se les llama homosexuales –añadí. –¿Y cómo se les llama a las mujeres que quieren a otras mujeres? –me preguntó. –Se les llama lesbianas –contesté. Me pareció que pasó una eternidad hasta que esa niña de cuatro años se pronunció. Finalmente, me miró y me dijo: –Papi, ¿por qué tienen esos nombres tan difíciles? Aunque parezca raro, supe que lo había entendido. No había entendido la parte sexual, pero yo le estaba hablando de amor, no de sexo. Y eso sí lo entendió. También le conté que algunas personas no les gustan los gays y que si decidía decírselo a los demás quizás se burlarían de ella o no la aceptarían, y que era ella quien debía tomar esa elección.
* Texto tomado del libro «Acéptate, acéptalo. Cómo explicar -y comprender- las distintas orientaciones sexuales» (1999). Paidós. España.
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Entre Comillas El padre de una hija lesbiana, la hermana de un trans masculino, la sobrina de una tía bisexual, la madre con dos hijos gays, ¿cómo lo manejan? ¿bien, neutro o mal? ¿se preguntan constantemente dónde estuvo la «falla»? ¿lo discuten abiertamente? ¿lo llevan en silencio sin saber qué hacer con el tema? ¿se dice «todo bien» sin que sea así?¿cómo se maneja la bisexualidad o transexualidad de un cónyuge? ¿hay clósets familiares? al romperse un clóset individual, ¿intenta la familia crear uno grupal? si yo soy hetero y tres de mis hermanos no lo son, ¿soy yo la equivocada? entre todas las formas y maneras, ¿cómo lo manejas tú?
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Rodrigo Mi salida del closet fue repentina, abrupta y además descubierta por mis padres cuando yo tenía 14 años. Me descubren y me echan el cuento de que eso no está bien. Mi padre en su visión muy comunista de la realidad me dice que eso no es otra cosa que “una debilidad pequeño burguesa del sistema capitalista”. A los 14 años tú sientes que es la cosa más fea que te puede pasar.
Veinte años después, mi sorpresa es que un día mi padre se me acercó y me dice sabes que los cubanos cometieron un error. Los cubanos nunca entendieron la diversidad sexual, no fueron capaces de respetar la orientación de los individuos y pensaron que todos los individuos tenían que ser iguales. Le pregunté qué quería decir con eso y me dijo bueno que yo acepto la homosexualidad porque he tenido miles de amigos homosexuales y no sé cómo no te había aceptado a ti antes.
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Tuvieron que transcurrir 20 años para que pasara de debilidad ideológica a aceptación, pero esos 20 años creo que valieron la pena en términos de trabajo tanto mío hacia ellos como de ellos hacia mí. Eso quiere decir que loro viejo sí aprende a hablar.
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Amílcar Cuando uno decide salir del closet frente a la familia, los padres pueden pensar que uno no es el que ellos habían pensado. Pero yo creo que uno es el mismo de siempre, el que ustedes conocen, el trabajador, el buen estudiante, el que le echa bola, el que está aquí cuando te enfermas, uno sigo siendo el mismo, y el hecho de que conozcan una nueva faceta mía, eso quiera decir que uno sea otro. Yo sigo siendo el mismo.
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Gisela Verdú Soy la madre de Rummie Quintero. En cuanto ella comenzó a asistir a la escuela, me pasaron la citación para darme las primeras observaciones acerca de su conducta porque el niño en aquel entonces buscaba siempre grupos de niñas. Me mandaron a llevarla a un psicólogo, a que la inscribiera en un deporte, etc. Un buen día me dije mi tercer hijo vino de una manera diferente, yo no me voy a enloquecer buscando el porqué, simplemente asumí la responsabilidad el cual el poderoso me había dado. Los primeros años de nuestro compartir fueron duros, yo quería cambiar su comportamiento como esperaba la sociedad. Sentí que me iba yendo por un hoyo. Pero un buen día me dije que ¡no!, no le voy a dar el gusto a la sociedad, queremos ser perfectos y no somos, todos cometemos errores de una manera u otra y es difícil poder complacer a la sociedad. Le dije mi amor ya que viniste a la vida así, yo te acepto, nos uniremos y lucharemos contra el mundo, seremos una sola y aquí estamos, luchando contra vientos y mareas. Ella es mi amiga, yo soy su amiga. Yo como madre jamás dejaré a Rummie, jamás. Y si tengo que dejar mis amistades por querer apoyar a mi hija pues que se vayan las amistades, que yo sigo con mis hijos. Aquella madre que haya botado a su hijo a la calle por ser diferente, yo le ruego que por favor se revise y trate de ser más humana, porque si otros aceptaron a sus hijos como son, porqué nosotros no. En Divas de Venezuela estamos para apoyar y escuchar a los padres y madres que atraviesan esta situación (Telf. 0212 - 8581183). Si en un momento dado necesitan hablar sobre un problema con sus hijos, allá estamos mi muchacha y yo fuertes como un roble.
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Rummie Primero quería darle las gracias a mi mamá que tan valientemente ha asumido el rol de madre. Estoy orgullosísima de ti. Asumir la orientación sexual o identidad de género es un proceso fuerte. Yo nunca salí del closet, el closet siempre estuvo abierto para mí y creo que esa fue la situación más fuerte que tuvo que enfrentar mi familia. Yo sé que para nosotras/os es muy difícil asumir nuestra situación ante la sociedad. Imagínense cómo debe ser para un padre, una madre, un hermano, un familiar… yo comprendo que es difícil para ellos asumir una postura tan liberal ante la sociedad. Sin embargo, hay que tratar de educarse en cuanto al tema. Traten siempre de consolidarse con su familia, respeten también el punto de vista de cada uno. Pero eso sí, no se dejen aplastar por nadie, ni siquiera con su mamá ni con su papá. Yo para llegar a este nivel con mi mamá tuve que enfrentarme fuertemente con ella. Le decía tú quieres respeto me tienes que respetar. Hoy en día es mi gran amiga, mi todo. Creo que se logra con esfuerzo, hay que enfrentarse sin miedo y sin vergüenza de lo que somos.
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Ricardo En mi caso mi mamá me preguntó si yo salía con un chico y si a mí me gustaban los chicos… no fui yo quien tuvo que buscar una manera de decírselo. Escuchar aquí todas las historias rompe con eso que estructural y teóricamente queremos saber sobre cómo funciona la sociedad… son historias de amor, de desamor, son experiencias al fuero del afecto que van más allá de las teorizaciones que en la academia podemos hacer. El elemento está allí, en lograr ese respeto al ras del amor que nos une como familia.
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Naki Tener a Gianni como compañero de ruta es una cosa maravillosa con todo lo que supone su personalidad. Creo que tenerlo en mi vida ha ayudado a muchos otros seres a hacer de la experiencia de estar aquí, una experiencia mejor y creo que en la medida que esto se sabe, se conoce y lo mostramos, ayuda no a hacer masa crítica sino a hacer corazones críticos, porque la aproximación al otro no nace desde la racionalidad sino desde la emoción, desde lo que le profeso a esa otra persona. Por eso yo me siento muy orgullosa. Yo hasta ahora no he conseguido el testimonial de ningún amigo o amiga que me ame más porque soy heterosexual. Nadie me dice te quiero mucho naki porque eres heterosexual. A mí la gente que me quiere, me quiere por mis virtudes, por mis defectos y por mi manera de estar en el mundo. Luego del mismo modo amo a quienes amo por lo que son. Lo digo porque siento que hay una necesidad para quienes tenemos amigos homosexuales de justificar ante un tercero según el paradigma de es que es tan inteligente, es que es tan bueno, es que tiene tan buenos sentimientos como si esto se convirtiera en una liga de superhéroes. No, el tema no es el salón de la justicia. Él es un tipo tan humano y tan pueril como lo puedo ser yo. El tema es ponte tú en esos zapatos, no en el de la minusvalía sino desde la valía de lo que eres.
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Farah
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En mi caso es un período inconcluso porque estamos en la etapa de duelo y hay un silencio tal vez molesto, estamos en una etapa de brecha. Eso de ponerse en el papel de terapeuta con el padre no me funcionó. Cuando les dije fue una mezcla extraña porque uno espera el escándalo, el grito, y me quedé esperándolo. Recibí una respuesta extraña pero creo que sólo mi madre ha podido darla: Cálmate, tranquilízate, serénate, tienes una prueba el martes en la universidad. De hecho sí tenía parciales el martes en la universidad.
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Mariana Es la primera vez que participo en estas tertulias y me parecen maravillosas. Yo soy prima de Alejandro y a él desde muy joven se le notaba que era diferente. Creo que todos pensamos que era así y estábamos esperando una confirmación de su parte. Cuando llegó la confirmación él tenía 16 años y yo le dije pero es que tú eres un niño, cómo vas a ser para ser feliz, la gente te va a rechazar, eso es una locura, espérate un poquito más, vive un poco más, prueba un poco más. Después de muchas conversaciones quedó claro que él sabía cuáles eran sus gustos y quizás lo que necesitaba era el afecto de las personas que lo rodeábamos. Esa es su condición sexual, su preferencia, su elección de vida que hizo y a mí me parece que él es una persona maravillosa, inteligente que tiene que vivir su vida como mejor quiera vivirla. Creo que más allá del afecto lo que quiero decir es que te amo y ¡qué bueno que estés rodeado de gente así como ustedes porque este es el espacio que él necesita y que necesitan otras muchas personas para sentirse bien consigo mismo! porque no es un asunto de que nosotros los aceptemos sino que ustedes se sientan bien y se sientan cómodos con lo que son.
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Hubo un intento de conversar sobre mi vida, mi intimidad y si estaba saliendo con alguien, pero no funcionó muy bien, creo que ninguna de las dos estamos en este momento preparadas para eso. Hay una brecha grande, gigante. Este fin de semana después de una conversación molesta fue que pude sacar el tema de nuevo, ella ya habló con mi padre, ya es algo bien hablado en la familia, bueno, aunque está bien callado porque ya nadie habla.
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Diego Mi experiencia en cuanto a la aceptación por parte de mi familia no ha sido tan traumática. Mi mamá después de cierto tiempo se dio cuenta que no estaba saliendo con ninguna chica, porque las mamás no son bobas y ellas saben. Entonces un día me lo preguntó y se lo dije de lo más normal. La comunicación con mi mamá ha sido muy buena. Somos muy amigos. Yo no pensé que mi mamá iba a reaccionar así porque hablamos de mi intimidad incluso algunas veces yo le pido consejos sobre qué hacer con mi vida amorosa. Yo traje a mi mamá en la tertulia pasada que era sobre el tema de si nacen o se hacen, porque creía necesario traerla y salió muy satisfecha de la tertulia porque logró entender más aún el tema gay. Ahora estoy empezando a trabajar con mi papá que ya se está dando cuenta de mi orientación sexual y le cuesta asumirlo. No se lo he dicho de frente pero ya ha habido ciertos encontronazos.
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Marielena Me siento afortunada de haber conseguido este grupo y estar compartiendo con ustedes los primeros martes de cada mes. Primero no había notado que mi madre en todo ese proceso que ha sido casi 10 o 20 años tuvo su proceso y tuvo su sufrimiento. Creo haber pasado por una etapa de negación por miedo y por temor a aceptar ese sentimiento y viví esa situación de bisexualidad hasta que llega el momento en que se define Marielena y me digo qué está pasando. El proceso ha sido fuerte. Hoy por hoy a la edad que tengo me siento orgullosa porque estoy viviendo una etapa bien plena con mis padres, con mis hermanos, con mi familia y de alguna manera no hay nada que esconder, por el contrario me siento a conversar con mis hermanas y podemos hablar de relaciones sentimentales sin tener algún tipo de categorización de que si lo tuyo es con hombres y lo mío es con mujeres. Hoy me siento bien orgullosa de mi madre que está sentada al lado mío, está escuchando y está compartiendo todas esas experiencias y ahora me acaba de decir algo bien gracioso porque ella es una persona católica comprometida y me dijo a lo mejor no hubiese querido que fueras lesbiana, pero en el momento en que me lo dijiste entendí sencillamente que es Dios y que es la vida la que me pone en esta circunstancia y ha sido un aprendizaje. De verdad que la amo y cómo dices tú la familia puede ser en un momento dado tus grandes aliados o tus grandes enemigos. Como todos ustedes, yo también tuve las grandes guerras, las grandes separaciones y me sentí muy necesitada de ese amor. Hoy por hoy orgullosamente digo que me siento muy bien siendo lesbiana y me siento excelente teniendo la familia que tengo.
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Emmanuel Voy a hablar un poco sobre mi experiencia personal. Yo vivi toda mi vida bastante reprimido con esto de la homosexualidad, pero era una represión total, absoluta. Eso me llevó a vivir un tiempo aislado. Llegó un punto en que la broma me deprimió al máximo. Y mi vida se divide en un antes y un después que le dije a mis padres. Yo realmente veo que uno se llena mucho de preocupaciones y prejuicios. Al final me doy cuenta que estaba viviendo una mentira, o sea nada de lo que estás viviendo es realmente lo que es. Entonces así voy con mi drama a decirle a mi padre, muriéndome, casi un poco que exagerando la vaina, y lo que obtuve fue la respuesta más utópica que se puede esperar de un padre ante un hijo gay. Me dijo algo así como que la sexualidad es complicada, incluso tu hermano también tuvo experiencias de este tipo… y yo me quedé esperando la pelea, los gritos. Fue una respuesta utópica porque me dije que igual me iba a querer y que ahora me quiere más por haberle confiado eso.
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Mensajes tertulianos
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Mauricio Siguiendo la onda de Jorge, pregunto ¿cuántos de nosotros no hubiésemos preferido que nuestros padres no lo supieran? Lo otro, a los padres y a los amigos que son solidarios que nos aceptan, sinceramente, ¿tendrían la esperanza de que nos “curáramos”? Lo otro ¿no será que estamos esperando la aceptación de nuestras familias y nuestros amigos para aceptarnos a nosotros mismos?
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Marlene El ingrediente básico y fundamental que une a todas las historia que hemos escuchado esta tarde es que son todas unas historias de amor, todas se resumen al amor. El ingrediente básico para que las cosas funcionen y haya aceptación es amar.
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«Jesús y demas amig@s de las Tertulias: Reciban mis felicitaciones por el boletín Tertulian@s. Gracias por esta maravillosa iniciativa que tanto necesita nuestra comunidad GLBT en Venezuela. Cuenten con nuestro total apoyo. Saludos. Alberto Nieves».
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Jesús Mauricio preguntó que si cuando estábamos buscando la aceptación de nuestros padres, no estamos buscando realmente aceptarnos a nosotros mismos, y entendí con la pregunta como si eso era algo malo. En mi caso particular yo me apoyé en ellos para tratar de aceptarme a mí. Mi proceso de aceptarme a mí mismo fue muy difícil, y para mí era importantísimo contar con el apoyo de mi familia. Yo tenía claro que nunca me iba a terminar de aceptar a mí mismo si ellos no sabían por lo que estaba pasando, más allá de si estaban de mi lado o no, pero que lo supieran. Toda mi familia me ha apoyado de una manera maravillosa.
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«Mucho más ágil y agradable de leer. Felicitaciones por los avances. Saludos, Leoncio Barrios». «¿Nacen o se hacen? es la misma interrogante que espere descubrir por medio de los buscadores que no dieron ninguna respuesta 100% aclaratoria. Los temas iban desde los más repudiables, como el que: es una enfermedad y que los padres cuiden a sus hijos (me llene de rabia), hasta las tertulianas, lo que me pareció interesante. Pero note que solo se trataba el ámbito sexual, el biológico de las hormonas o el de las malas experiencias tenidas en la niñez en todos los artículos que leía... ...recuerdo que cuando estaba en el jardín (tendría 4 años), me ilusioné con un niño... y luego las siguientes ilusiones fueron con niñas más que con niños, pero a los 15 me enamoré de una chica... Entonces, a lo que quiero llegar es que, creo que el ser humano es capaz de enamorarse independientemente del sexo, raza, u otros factores. Y que a mis 22 años aún amo a la misma chica y la verdad no me interesa ni hombres ni mujeres, por aquello que muchas veces se olvida tratar llamado “amor”... que es otro factor que infiere. Espero noticias pronto. Una amiga desde Ecuador. El amor nunca pregunta... ¿Como? ni ¿porque?». «Felicitaciones por esos TERTULIANOS que nos han llegado. Excelente presentación, ¿será que buscamos presupuesto para imprimirlos y distribuirlos? Saludos, Daniel Márquez».
¿Cómo lo lleva nuestra familia? Gabrielle Güeron La familia… ¿cómo lleva nuestra diversidad? Las historias son diversas. Hay familias en las que hay aceptación, e incluso apoyo. Otras en las que la situación que se vive es de mucha tensión, llegando hasta el rechazo y la exclusión. En otras, el tema se convierte en intocable: ni te preguntan ni quieren que les cuentes. Hay un dicho que dice que cuando sales del closet te encuentras con tus padres que se están metiendo en él. Para muchas familias (*ojo*, no necesariamente para todas), es muy duro enterarse que su hija, hijo, o hermanit@ querid@ no se ajusta a la “norma”. Sean conservadores o muy progresistas, de repente resulta que algo ha cambiado en su vida: lo que creían saber de nosotr@s, de cómo iba a ser nuestra vida, se ve amenazado radicalmente. Sea porque se enteren por nuestra boca, o porque lo descubran por sí solos, la verdad es que muchas veces es como un proceso de duelo o de pérdida: de la hija que creyeron conocer (o el hermano), que ahora es, tal vez, una persona distinta. “Perderán la percepción que un día tuvieron de su hij@, a quien creían conocer, y todavía no saben si les gustará la persona real que está reemplazando esa idea. Aquellos que experimentan el shock más grande cuando su hija o hijo salen del closet son probablemente aquellos que sufren el sentimiento más grande de perdida y rechazo. No es que se separan de su hijo, sino más bien que sienten que su hijo se ha separado voluntariamente de ellos.” Por ello, si nos animamos a contárselos, la tarea va implicar recordar a la familia que un@ sigue siendo la/el mism@, y que nuestro deseo de compartir esa parte de nuestra vida es para permitir que nos conozcan mejor. No todas las familias podrán aceptarlo, y es bueno evaluarlo antes de plantearlo.
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Al principio, si se enteran porque un@ les está contando, los papeles están cambiados: es la hija o el hijo quien se puede convertir en padre de sus padres. Lo más pro-
Si nos animamos a contárselos, la tarea va implicar recordar a la familia que un@ sigue siendo la/el mism@, y que nuestro deseo de compartir esa parte de nuestra vida es para permitir que nos conozcan mejor. No todas las familias podrán aceptarlo, y es bueno evaluarlo bien antes de plantearlo. bable es que un@ sepa del tema más que ellos, y va a tocar enseñarles cosas que nunca se imaginaron que tendrían que aprender. Esa es una de las razones por las cuales, si tenemos dudas sobre cómo reaccionará nuestra familia, antes de hablarles del tema la primera vez nos conviene estar tranquil@s, bien claros y muy bien informados. Si nos ven afligid@s o confundid@s, eso sólo aumentará su confusión. Aunque es importante saber que ninguna otra, se han descrito las familia es igual a otra siguientes fases de este proceso (muy similares a aquellas del duelo):
1 Shock. («¿¡¡¡que quéeeee!!!?»)
2 Negación Negación: esta “ayuda a escudar a una persona de un mensaje amenazante o doloroso. Es distinta del shock, porque indica que la persona ha escuchado el mensaje y está tratando de construir un mecanismo de defensa para bloquearlo.” La negación puede tomar muchas formas: hostilidad (“ningún hijo mío es maricón”…), falta de escucha, te cambian el tema (“qué bueno, cariño… ¿qué quieres cenar?”); rechazo: («esta chica está confundida», «está
pasando por una fase… seguro que son las malas compañías, pero ya se le pasará cuando conozca a su príncipe azul», «lo que le hace falta es terapia”)… o hacer que no les importa (“si escoges ese estilo de vida, no quiero escuchar al respecto”). Es un momento en el que tienes que tener paciencia, persistencia y saber acercarte, de modo personal (más que desde grandes razonamientos y teorías sobre cómo debe ser el mundo...) para lograr que se reconecten.
3 Culpa. Muchas veces queremos explicar las cosas. Sentimos que si sabemos por qué ocurren, quizás podemos revertirlas. A menudo, los padres se preguntan si no fue por su culpa. Es muy común sobre todo entre los que tienen el mismo género/sexo del vástago, que se pregunten si no fueron un buen modelo para sus hijos. Puedes escuchar cosas como «¿qué hice mal para que mi hija me haya salido así? ¿será que no la eduqué bien?» «seguro que es porque me divorcié»… En esta fase puede ser conveniente poner al alcance de nuestros seres queridos material que ayude a disipar estas ideas, tales como libros o folletos especializados. Es muy posible que busquen apoyo e información, y deben tener plena libertad para hacerlo: lo
que podemos hacer es facilitarle otras fuentes (y aunque nos inquietemos porque justo le preguntaron a la persona más conservadora del mundo). Asimismo, es bueno explicar que no se conoce el origen de nuestras diferencias, aunque no pocos han buscado averiguarlo, pero casi con seguridad no es algo de lo cual se tengan que responsabilizar los padres.
4 Expresión de sentimientos sentimientos. Puede pasar un cierto tiempo antes de que los padres estén en posibilidad de entrar en esta fase. Este es el momento en que tal vez pueden comenzar a haber conversaciones constructivas con ellos. Aunque los mensajes puedan dolernos, hay que tener en cuenta que son la expresión honesta de necesidades no satisfechas. Posiblemente escuches cosas como «realmente me decepciona saber que no me vas a dar nietos», «todavía no puedo hablar de esto con la gente, por favor, no se lo cuentes a la abuela», «me gustaría no haberlo sabido»...). ¡No nos desesperemos! Si ya pueden hablar desde allí, lo importante es escuchar los sentimientos que tienen, sin deslegitimarlos, y
Crónica
darnos la posibilidad de expresar los nuestros de una forma constructiva y no agresiva.
5 Toma de decisiones personales En la medida en que disminuye el “trauma emocional”, es posible que puedan manejar de una manera más racional el asunto. Es común que en este punto las personas se retiren un poco para considerar qué hacer. La respuesta de cada persona puede ser distinta: no todos nuestros familiares van a reaccionar igual. En esta etapa pueden decidir apoyarte, aceptar a regañadientes lo que estás viviendo, o convertir el tema en uno de guerrilla constante en la familia. Hay toda una gama de respuestas.
6 Aceptación verdadera (ojalá todos llegaran acá...) Cuando nuestros familiares llegan a esta etapa, comienzan a apoyarte de manera más o menos activa, y deciden que lo que es intolerable es la discriminación contra los que somos diversos. Hay que tener en cuenta que si a un@ le
costó aceptarse, los demás también van a vivir su proceso. Incluso los padres más «progresistas», pueden vivir un disgusto al enterarse que su hija querida no va a seguir los pasos que soñaron para ella (¡cómo le cuesta a la gente olvidarse de una boda con velo y corona...!). Es más fácil ser tolerante cuando eso no afecta tu familia. La experiencia indica que este no es un proceso lineal, a veces puede saltar etapas, otras veces el asunto parece andar dos pasos pa’lante y uno pa’trás. Por otro lado, parece que es muy útil para los padres conocer a otros que ya han transitado ese camino. En Venezuela, algunas de las organizaciones que trabajan en nuestra comunidad están abiertas a crear espacios para este tipo de encuentros. Fuente: Muchas de estas ideas son una apretada adaptación de www.outproud.org%2Fbrochure_coming_out.html ------------------------------------------Para los padres: La Fundación Reflejos de Venezuela (www.reflejosdevenezuela.com) es una fuente de invaluable apoyo.
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Tertulia:
Cruzado de ideas, familiares, orientaciones y opiniones Amilcar J. Aponte J. Llegamos a Café Arabica de Altamira (cuna de las TDS) a golpe de 6.30 p.m. luego de un día súper cargado de correderas. Mi pareja me acompañaba por primera vez a una tertulia y yo simplemente esperaba que le gustara, como siempre me ocurre cada vez que algún conocido responde a mi invitación. Full de gente, tropiezos y los acostumbrados movimientos acelerados de los organizadores. Como siempre me pongo a la orden para cualquier cosa que haga falta, pero afortunadamente, y supongo que gracias a la época de vacaciones, había suficientes manos picando verduras para ese sancocho. Fue interesante ver que gran cantidad de la gente “de ambiente” tiene suficiente confianza con ciertos familiares como para invitarlos a una tertulia sobre diversidad sexual.
Entonces se prendió el fuego, se echó el agua y se montó la olla de opiniones que comenzó con una pluralidad bien rica de saborear, de allí: Una madre diciéndole a su hija en un mensaje de texto que estaba con ella (“autonomía en un contexto de interdependencia”) y otra madre, en vivo y en directo, que –insisto- quisiera que fuera mi terapeuta. Cuentos fueron y vinieron, muchos nos sentimos identificados con algunos y no tanto con otros, se notaba por las caras y los gestos de acuerdo o desacuerdo que se podían observar en los asistentes, vivencias diferentes y parecidas a las de cualquiera fue lo que abundó y alguno que otro condimento de “contradicción” que ciertos participantes se encargaron de colocar, ya que en general se trataba de un tema mas vivencial que polémico. Luego se hace urgente echarle más agua a la olla, ya que aún la verdura no estaba suficientemente blanda y se cierra el derecho de palabra con las personas que
quedaban anotadas en la lista (tal como ocurre regularmente). Al final, el cruzado de ideas, familiares, orientaciones y opiniones quedó buenísimo, simplemente quedé con ganas de otro plato pero eran ya las 9:30 p.m. Ojalá mi familia hubiese asistido, o por lo menos les hubiese invitado, no sé si no lo hice porque se me olvidó o porque no tenía valor, pero en definitiva, esto estaba dedicado a ellos. Afortunadamente a mi pareja le gustó y ya con eso me siento bastante lleno.
Recomendaciones tertulianas Para leer
Para ver [en familia]
Acéptate, acéptalo
Matrimonio a la Italiana
Cómo explicar –y comprender– las distintas orientaciones sexuales (Título en inglés A Family and Friend’s Guide to Sexual Orientation) Autores: Bob Powers y Alan Ellis Editorial Paidós, 1999, España. Este libro contiene conmovedoras historias que te ayudarán a comprender de forma sorprendente lo que significa ser gay o lesbiana en la sociedad actual y además, ser amigo o familiar de alguien que lo sea. El objetivo del libro es ayudar a construir puentes entre homosexuales y heterosexuales a través del testimonio de personas que ya atravesaron el camino de la aceptación propia y del otro. Este libro es ideal para familiares y amigos que desean conocer más sobre este aspecto de tu vida. Se encuentra en las principales librerías del país.
(Título original Mambo Italiano) Esta es una divertida comedia ideal para ver en familia. Trata sobre Angelo Barberi, un joven de padres italianos que decide salir del closet en su casa. Su novio, Nino Paventti, no está preparado para hacer pública su orientación sexual, primero porque es policía; y segundo porque su madre, Lina de Paventi, no lo dejaría en paz. Esta «salida del closet» desata una serie de hechos divertidos e hilarantes que te harán pasar un rato muy agradable. ----------------------------------------------------
Otras historias para ver en familia A mi mamá le gustan las mujeres Comedia española. Ubícate (Get Real) Historia británica. La suma de nosotros (The Sum of us) Cinta australiana. Yo quiero ser como Beckham (Bend like Beckham) Filme británico.
Para seguir leyendo Comunicación no violenta Cómo utilizar el poder del lenguaje para evitar conflictos y alcanzar soluciones pacíficas. Rosenberg, Marshall. 2000. Editorial Urano. Ofrece un enfoque útil para ayudarnos a escuchar y expresar nuestras emociones y necesidades. Altamente recomendable para los que queremos comunicarnos de manera sincera y positiva.
Las Tertulias de la Diversidad Sexual Las Tertulias de la Diversidad Sexual crean un espacio de discusión, reflexión, cuestionamiento y polémica. En un clima de camaradería y sinceridad exploramos el difuso mundo de la diversidad sexual. Las tertulias son un espacio de encuentro diferente a un bar, una tasca, un sauna o una ONG. No debes pagar entrada, ni ser activista, ni tener algún compromiso político… lo único que necesitas son ganas de hablar o escuchar a otros/as como tú, de conocer gente nueva, de encontrarse con personas en un lugar diferente. Las tertulias se realizan desde noviembre del 2004 los primeros martes de cada mes. Son un espacio abierto a todo público y a todo tipo de opiniones. Por su parte, Tertulian@s es el boletín electrónico que recoge las relatorías de esta actividad. Tiene una periodicidad mensual y está abierto a tus colaboraciones. Con el tema de ¿Cómo lo lleva mi famlia? continuamos el tercer ciclo de tertulias. Esperamos contar con tu presencia para este ciclo.
¿Dónde encontrar nos?
Más que amigas . Quiles, Jennifer. 2002. Barcelona. Plaza y Janés. «Está destinado a mujeres que sienten o se han sentido alguna vez atraídas por otras mujeres y no han sabido muy bien cómo asimilarlo, a aquellas que tienen claros sus sentimientos pero que sufren y no saben qué camino tomar, a todas las lesbianas y bisexuales que aún buscan respuesta a ciertas preguntas. Pero también a todas las personas que sienten curiosidad por las relaciones afectivo-sexuales entre mujeres y quieren ampliar sus conocimientos por encima de tópicos e ideas erróneas.» Equipo organizador: Jesús Ravelo, Ricardo Domínguez, Gabrielle Güeron y Jorge González. Colaboraciones: Amilcar Aponte y David Puigmartí. Diseño: Jorge González. Grupo de Trabajo GLBT y Contranatura.
Las relatorías de las tertulias están en la página web de Contranatura, un grupo de estudio de la diversidad sexual que se reúne en la Universidad Central de Venezuela todos los martes a las 6:30 de la tarde. La entrada es libre. www.geocities.com/contranatura_ucv Asimismo los invitamos a incorporarse al grupo de discusión de yahoo Studiorum Sexualis. Por este medio nos mantenemos informados sobre las actividades y eventos de grupos GLBT venezolanos, de América Latina y de otras partes del mundo.
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bonus track Diversidad impresa El pasado domingo 7 de agosto salió en la revista Dominical la columna Sexología en tus manos escrita por el doctor Miguel Sira quien trató el tema de la orientación sexual y la familia. A continuación transcribimos el texto que seguramente será de gran ayuda a familiares y amigos de personas gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros.
Papá, mamá, soy gay «Hola Dr. Sira, quiero hacerle una pregunta acerca de las inclinaciones sexuales de mi único hijo varón, resulta que a los 26 años de edad me ha confesado que él es gay. Me explicó que desde hace tres años mantiene relaciones con un hombre de 30 años y que nunca le han atraído las mujeres. Lloré durante meses, pero acepté su homosexualidad cuando descubrí que no había nada que pudiera hacer al respecto, más que aceptarlo y respetarlo. Mi pregunta es: ¿Por qué una persona es homosexual? Romina, vía Internet.»
Nuestra sociedad en realidad no informa ni prepara a un padre o a una madre para escuchar a su hija o hijo la frase: “Soy lesbiana” o “Soy homosexual”. De ahí que la mayoría de las personas tengan una imagen bastante irreal de lo que es una persona gay. Es muy común la idea de que ser homosexual, heterosexual o bisexual es una acción; esto es un gran error, pues la orientación sexual tiene que ver con todo un sentimiento de atracción erótica, sexual, romántica y afectiva para con otros. Por ejemplo, una persona de patrón homosexual pudiera tener una relación heterosexual ocasionalmente y eso no cambia sus sentimientos homosexuales. Los seres humanos suelen saber cuál es su orientación sexual mucho antes de llevarla a la acción; por ejemplo, una persona virgen sí sabe por quien se siente atraída y no necesita llevar esta atracción a la práctica para comprobarlo, a menos que así lo desee. ¿T uvimos la culpa? ¿Qué hicimos mal? Algunos ¿Tuvimos padres se sienten culpables cuando se enteran de que su hija(o) no es heterosexual; piensan que su desempeño como padres influyó en la identidad sexual de ésta(e) y se dicen cosas como: “Tal vez fui una madre muy exigente o castrante” o “Fui un padre demasiado hogareño”. Tenga cuidado con la propaganda que tiende a culpar a los padres reforzando estos mitos y prejuicios. Estudios científicos han demostrado que no existe forma alguna en que un padre o una madre puedan ser culpables de la orientación sexual de sus hijos. Vivimos en una sociedad homofóbica, en la que la mayoría (incluyendo a los
5, página 22. l, 7 de agosto de 200 Revista Dominica
médicos, psicólogos, psiquiatras, etc.) conoce poco sobre la gente homosexual y sobre la variedad de familias de las que proviene. ¿Existe una base genética u hormonal de la homosexualidad? Muchos padres se preguntan si existe alguna base genética o biológica de la homosexualidad. La respuesta es incierta; aún no se ha encontrado nada que la determine. Incluso se ha estudiado, sin éxito, a gemelos que provienen del mismo huevo o cigoto y uno es homosexual y el otro no. ¿Se puede curar? Si ha pensado en consultar a un terapeuta con la esperanza de cambiar la orientación sexual de su hijo(a), es inútil; así como no hay nada hasta hoy que determine la homosexualidad de una persona, tampoco hay nada que la quite. Se ha comprobado científicamente que la homosexualidad no es una enfermedad; por lo tanto, no puede ser curada. Dr. Miguel Sira, Sexólogo. Correo: miguel@miguelsira.com
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