1 minute read
Usos en la cocina
by Jorgetw
Pulpa de coco
Se puede consumir madura o gelatinosa, aunque esta última contiene una menor concentración de nutrientes, por lo cual también resultará menos calórica. Si la pulpa está madura, esta se puede consumir entera, rallada, cruda o asada. Además, de esta se obtienen los chips de coco y el coco deshidratado.
Advertisement
Agua de coco
Se trata del agua que el coco contiene dentro, que de hecho contendrá más cuanto más verde esté. Este agua puede ser una buena opción como bebida rehidratante tras un entrenamiento gracias a los minerales que contiene. Además, es una buena alternativa a refrescos y bebidas azucaradas. Y, por supuesto, puede formar parte de smoothies y batidos de frutas y verduras.
Leche de coco
Se trata del líquido que resulta de exprimir la carne del coco, la cual se tiene que triturar primero para después añadirle agua y que se convierta en más líquida. Es una bebida vegetal bastante calórica en comparación con otras, aunque su composición es más o menos parecida a la del coco. La leche de coco se usa mucho en la cocina asiática para la elaboración de currys, pero también para preparar smoothies y otras bebidas refrescantes mezcladas con frutas frescas.
Aceite de coco
La consistencia de este aceite es mucho más densa que la de otros aceites o grasas. De hecho, a temperatura ambiente, sobre todo en invierno, se suele solidificar, mientras que en verano tiene una consistencia más líquida.
El aceite de coco es de color blanco y se compone de grasas saturadas casi al completo, por lo que se trata de un producto calórico.
Se usa igual que el aceite de oliva, aunque hay que diferenciar entre aceite de coco virgen y el refinado, pues este último no tiene las mismas características y propiedades que el primero, ya que ha sido tratado y, por lo tanto, reducido sus nutrientes y antioxidantes.