La Jornada Semanal

Page 1

And

Vil

r

lag

óm

Wa zej

ez

jda

Sla

r

o

tra y le

nd

a

na

ia, n o l

ltu

f

ul ch

Ma z

zto

Pen

ius

ys de

Jul

Krz

sk

i

cu

Fer

• Po

Ew

wo

a

mi

r

s Lip

ka

Mr

oz

ek

■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 23 de marzo de 2014 ■ Núm. 994 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver

re ck i

Otra vez R olando H inojosa

E wa

Wis

ta Aga

l aw

a

Ba

Szim

in laz

bo

ska

rsk

a


Afirma la ensayista Ewa Agata Balazinska que “la cultura polaca contemporánea no se parece mucho a la que tradicionalmente suele imaginarse”, y que se trata de “un paisaje cambiante, una obra en construcción”, de manera aún más intensa desde la adhesión de Polonia, en 2004, a la Unión Europea. En ese sentido, los últimos diez años han visto incorporarse al panorama intelectual polaco a una enorme cifra de nuevos protagonistas, de los que dan cuenta los artículos de Fernando Villagómez, mexicano avencindado en Varsovia desde hace décadas, así como la propia Balazinska. Completan esta noticia sobre la Polonia cultural dos cuentos de Slawomir Mrozek, y una breví­sima muestra poética, a cargo de Ewa Lipska y Wislawa Szimborska. Publicamos además un artículo sobre el autor mexicano-estadunidense Rolando Hinojosa, que recientemente recibió el Premio a la Trayectoria Creativa del National Book Critics Circle.

de asombros

bazar H

Hugo Gutiérrez Vega Tomóchic y los milenarismos (iii de vi)

eriberto Frías Alcocer nació en Querétaro en 1870, hijo de un militar retirado y de una aristócrata local. Creció, tímido y callado, en su ciudad natal, y se aficionó muy pronto a la lectura. Participó en una pequeña tertulia dirigida por poetas postrománticos. En 1884 la familia se trasladó a Ciu­ dad de México y Heriberto ingresó a la Escuela Nacio­ nal Preparatoria que vivía las glorias del positivismo. La muerte del padre hundió a la familia en la pobreza. La madre regresó a Querétaro pero Heriberto se quedó en la capital para seguir estudiando. Desempeñó to­ dos los oficios imaginables para costearse los estu­ dios. Los trabajos excesivos dañaron su visión y debi­ litaron su fuerza vital. Su juventud es la de poeta ro­ mántico y de político jacobino. Su situación empeoró, pero siguió leyendo infatigablemente: Victor Hugo, Lamartine, los románticos alemanes. La necesidad lo llevó a cometer un robo de famélico y pasó en la cárcel de Belén casi un año, compartiendo celda y patio con rateros y asesinos de distintos rumbos de la ciudad. Pronto se convirtió en consejero de sus compañeros de cárcel, que le dieron el cariñoso mote de el Roto Tuerto. Al salir de la cárcel desempeñó, en medio de la pobreza, sus oficios. A pesar de sus problemas de sa­ lud, encontró que su único camino eran los estudios en la academia militar. Ingresó a esa institución y llegó a obtener el grado de subteniente. Su vida está lle­ na de arrestos y de tensiones. Visitó en varias ocasiones la prisión militar de Santiago Tlatelolco. Por esa época publicó algunos poemas en revistas de la capital. El 3 de octubre de 1892 participó en el sitio, toma y destrucción de Tomóchic. La masacre le abrió los men­

guados ojos y se puso a escribir para dar testimonio de la horrenda injusticia y de la crueldad sin límites del régimen de Díaz. Ya en Chihuahua y en calidad de te­ niente, Frías se hundió en la depresión y en la bebida, empeñó espada y uniforme de gala y se convirtió en mendigo. La protección de una amiga, Concepción Montejo, le permitió recuperar en parte su dignidad. Disgustado por la forma en que el gobierno federal, a través de periodistas incondicionales, trató la masa­ cre de Tomóchic, Frías escribió un primer manuscrito testimonial y lo mandó a Joaquín Clausell, director de El Demócrata. En este periódico y por entregas fue pu­ blicando su novela testimonial. La respuesta de Díaz fue otra vez clásica: directores a la cárcel y periódico cerrado. La novela se publicó sin firma, pero todo ha­ cía sospechar que el autor era el teniente Frías, quien fue hecho prisionero y fue amenazado con el fusila­ miento. No pudieron probar su “culpabilidad”, pero su carácter de sospechoso se acrecentó. Estuvo bajo incomunicación cuatro meses y por fin fue acusado de divulgación de secretos militares. Clausell, amigo ge­ neroso, se declaró autor de la novela, mientras que otro amigo logró localizar y destruir el manuscrito original. Esta novela de misterio termina con la libera­ ción de Frías y con su baja en el ejército. En ese momen­ to se inició el vagabundeo por las calles de Chihuahua buscando trabajo. Fue expulsado de Chihuahua y re­ gresó a México. La segunda edición de Tomóchic llevaba ya el nombre de su autor, que adquirió una rápida celebri­ dad. La bebida siguió dañando al escritor. Sin embar­ go, su trabajo siguió adelante y sus novelas Naufragio y El último duelo tuvieron un éxito modesto. Trabajó en El Imparcial y publicó poemas y cuen­ tos en distintas revistas. Esta fue su época de mayor actividad y, poco a poco, se fue deteriorando su sa­ lud. Ya recuperado se casó con Antonia Figueroa, re­ nunció al vicio de la morfina y siguió escribiendo sus artículos para el diario y sus cuentos y narraciones cortas. Sus obligaciones conyugales lo forzaron a disminuir su actitud crítica y a publicar sus Episodios militares mexicanos, en los cuales alaba al her­ mano del dictador y al general Bernardo Reyes, ministro de Guerra • (Continuará.)

Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx

Tomóchic en la prensa de la época

jornadasem@jornada.com.mx

Directora General: C a r m e n L i r a S a a d e , Director: H u g o G u t i é r r e z V e g a , Jefe de Redacción: L u i s T o va r , E d i c i ó n : F rancisco T orres C órdova , Corrección: A leyda A guirre , Coordinador de arte y diseño: F rancisco G arcía N oriega , Diseño Original: M arga P eña , Diseño Columnas: J uan G abriel P uga , Iconografía: A rturo F uerte , Relaciones públicas: V erónica S ilva ; Tel. 5604 5520. Retoque Digital: A lejandro P avón , Publicidad: E va V argas y R ubén H inojosa , 5688 7591, 5688 7913 y 5688 8195. Correo electrónico: jsemanal@jornada.com.mx, Página web: www.jornada.unam.mx

Portada: Resurgimiento Collage de Marga Peña

La Jornada Semanal, suplemento semanal del periódico La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de CV; Av. Cuauh­t émoc núm. 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, Delegación Benito Juárez, México, DF, Tel. 9183 0300. Impreso por Imprenta de Medios, SA de CV, Av. Cui­ tláhuac núm. 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, Azcapotzalco, México, DF, tel. 5355 6702, 5355 7794. Reserva al uso exclusivo del título La Jor­nada Semanal núm. 04-2003-081318015900-107, del 13 de agosto de 2003, otorgado por la Dirección General de Reserva de Derechos de Autor, INDAUTOR/ SEP. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. La redacción no responde por originales no solicitados ni sostiene correspondencia al respecto. Toda colaboración es responsabilidad de su autor. Títulos y subtítulos de la redacción.

2


Una vez más

Jornada Semanal • Número 994 • 23 de marzo de 2014

Rolando Hinojosa Ricardo Bada

L

a ocasión es propicia porque el 13 de marzo, en Nueva York, Rolando Hinojosa ha recibido el Lifetime Achievement Award con que el Natio­ nal Book Critics Circle galardonó la tarea de su vida: la creación de un universo propio que se lla­ ma El Valle, en el Sur de Texas, de una Texas profunda que hunde sus raíces en los tiempos de la conquista española. El Valle y los Hinojosa han sido sucesiva­ mente españoles, mexicanos, texanos y estaduniden­ ses. Ni siquiera los padres peregrinos del Mayflower pueden vanagloriarse de semejante pedigrí. Y la ocasión es propicia porque hace unos meses un amigo me preguntó qué me parecía el nuevo pre­ mio cervantes (sí, con minúsculas), y le contesté que ni fu ni fa porque para mí es una farsa y, de momen­ to, y si continúa en la misma tesitura, no le concedo la más mínima atención ni la más mínima impor­ tancia. Pero conste que esto lo digo con todo respe­ to a Elena Poniatowska, cuya obra aprecio y segu­ ramente merecía ese Premio. Quede pues en claro y a salvo de cualquier otra interpretación: no juzgo su Premio, juzgo el premio cervantes [sic]. Después de lo cual insisto en que es una farsa porque lo rigen la ley del embudo y la del más fuer­ te, también conocida como ley de la sartén por el mango. Que benefician a los españoles, quienes lo reciben una vez cada dos años, cuando de acuerdo a la densidad del gremio literario debería ser una vez cada cinco. O seis. O siete. Hagamos números, para que se vea claro en qué consiste la farsa. De 1976 acá se ha concedido trein­ ta y nueve veces en total, de las cuales veinte a au­ tores españoles distribuidos así: 8x Castilla, 5x An­ dalucía, 2x Galicia, 2x Cantabria, 2x Cataluña, 1x Asturias. O sea, ningún valenciano (y ya se les mu­ rió Tomás Segovia), ningún aragonés (idem Ramón j . Sender), ningún vasco (idem Blas de Otero), nin­ gún navarro, ningún mallorquín, ningún canario, ningún murciano, ningún extremeño. Ni con sus compatriotas saben comportarse de manera equitativa. Frente a ellos diecinueve latinoamericanos, de los que cinco son mexicanos, cuatro argentinos, tres cubanos, tres chilenos, un uruguayo, un paraguayo, un peruano y un colombiano, Álvaro Mutis. Es de­ cir, ni un solo centroamericano, ni un solo venezo­ lano, ni un solo ecuatoriano, ni un solo boliviano, ni un solo caribe no cubano, ¡¡ni un solo estaduni­ dense hispanoescribiente, a pesar de lo mucho que se pavonean con que su idioma es el segundo más hablado en Estados Unidos!! Y para más inri , por si todo ello fuera poco, en 1979 el inconcebible tras­ pié de otorgárselo a Borges ¡¡ex aequo!! con un poe­ ta español, por muy Gerardo Diego que fuese. Y la lista de latinoamericanos muertos sin recibir­ lo es de lujo: los tres Juanes (Rulfo, García Ponce y Arreola) en México, Augusto Monterroso en Guate­ mala, José Coronel Urtecho y Pablo Antonio Cuadra en Nicaragua, Manuel Mejía Vallejo y Germán Espi­ nosa en Colombia, Juan Sánchez Peláez y Eugenio Foto: mikokings.wordpress.com

Montejo en Venezuela, Jorge Eielson y Antonio Cis­ neros en el Perú, José Donoso en Chile, Mario Bene­ detti en Uruguay, Julio Cortázar, Juan José Saer y Roberto Fontanarrosa en Argentina, y suma y sigue. Pese a todo lo dicho, y considerando que tanto la ley del embudo como la del más fuerte, también conocida como ley de la sartén por el mango, pare­ cen ser inderogables, a la luz de la distinción que se ha concedido a Rolando Hinojosa en Nueva York insisto asimismo en repetir lo que postulé en estas mismas páginas el 24/vi /2007: “Rolando Hinojosa for Cervantes Prais!” Dije entonces y lo repito ahora, con harto mayor peso a favor de mi argumento: “La trayectoria lite­ raria de Rolando Hinojosa es de tanto calibre que solamente cabe llevarse las manos a la cabeza al constatar que un narrador tan grande, tan fabuloso, ‘tan rico en aventura’, es gloriosamente desconoci­ do fuera de su público estadunidense (y algo en Mé­ xico), y de los medios académicos de todo el mundo que se han especializado en literatura chicana. Para ellos, el nombre de Rolando Hinojosa es un santo y seña, el patriarca de esas letras, el fundador de un territorio mítico, El Valle, que en los propios Estados Unidos compite con el Yoknapathawpha de Faul­ kner, y en nuestro mundo hispánico se echaría un pulso con Comala y Macondo.” Volveré a enhebrar como perlas de un collar los títulos de sus libros: Estampas del Valle y otras obras, Klail City y sus alrededores (Pre­ mio Casa de las Américas 1976, cuando ese premio significaba algo), Mi querido

El fundador de un territorio mítico, El Valle,

compite con

3

el Yokna-

pathawpha de Faul­kner.

Rafa, Claros varones de Belken y last but not least –co­ mo decimos los puristas–, Becky y sus amigos. Wolf­ gang Karrer, un profesor alemán especializado en esta obra, ha establecido el censo de los personajes que pueblan El Valle, y su número se acerca al mi­ llar. Es un mundo lleno de savia y de vida, de gra­ cia narrativa como muy pocas veces le ha sido con­ cedida a un narrador de nuestro idioma: a Galdós tal vez, tan amado por Hinojosa, cuya tesis doctoral versó sobre el dinero en la obra de don Benito. A mayor abundancia, en la Enciclopedia del español en el mundo, editada entre otros por el Instituto Cervantes, las cifras cantan: hace diez años se eva­ luó en 41.3 millones la población latina estaduni­ dense, y en seis millones el número de estudiantes matriculados en idioma español en la enseñanza pública y privada, y en el propio Instituto (datos que deben estar más que sobrepasados); “y el mer­ cado –cito de esa Enciclopedia– está muy lejos de su saturación: por lo visto, hay todavía una posibili­ dad de crecimiento de hasta un 60% más. Las con­ secuencias de esta contabilidad, sin duda, imponen un ejercicio de responsabilidad”. Me limito a volver a tirar la piedra sin esconder la mano. Ahora se impone saber hacer frente a ese ejercicio de responsabilidad, la cual incluye el re­ conocimiento de una literatura escrita en el peculiar español de allende el Bravo, y dentro de ella, so­ bre todo, el de la chica­ na. Pocas veces se po­ drá otorgar con tanta justicia ese Premio, en el otro lado del gran charco, como distin­ guiendo a Rolando Hinojosa, quien ha izado tan alto en el mástil la bandera del español en Esta­ dos Unidos •


4

Polonia Carteles de las películas Walesa, Hombre de esperanza y Ambassada, ambas protagonizadas por Robert Wieckiewicz

E

ste año ha surgido algo sobresaliente en la vida de Lech Walesa, además de haber festejado sus setenta años, el 29 de septiembre, con mu­ cha pompa, acompañado, elogiado y obsequiado por celebridades de todos los sectores de la sociedad po­ laca, además en este otoño apareció en los cines una película dedicada a su persona, escrita por el cono­ cido escritor polaco Janusz Glowacki y dirigida por el famoso director de cine Andrzej Wajda. El hecho resulta muy interesante porque une a tres grandes personalidades mundiales y a una posible futura personalidad del mismo calibre. Empecemos por Andrzej Wajda, persona conocida en muchas es­ feras socio-culturales de gran parte del mundo, don­ de han circulado bastantes versiones de películas dirigidas por él. De entre las más conocidas, pode­ mos mencionar El hombre de mármol, El hombre de hierro, Cenizas y diamantes, El Canal, La Tierra Prometida, Las señoritas de Wilko, Don Tadeo, Katyń, y ésta, su úl­ tima película, Walesa. Hombre de esperanza. Wajda, como pionero en la historia de la cinematografía po­ laca, fue galardonado en 2000 por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas ( ampas , por sus siglas en inglés) con un Oscar honorífico por sus numerosas contribuciones al mundo del cine. Seis años más tarde, Wajda recibió otro premio honorí­ fico semejante al de Estados Unidos, durante el Fes­ tival Internacional de Cine de Berlín: el Oso de Oro, en reconocimiento a toda su obra. La segunda perso­ nalidad: Janusz Glowacki, es un conocido escritor, dramaturgo y guionista, y muchas de sus obras han tenido éxito. Con Wajda no es la primera vez que tra­ baja; ya lo había hecho anteriormente en una pelícu­ la llamada En la caza de las moscas. Glowacki salió de Polonia por los conflictos políticos-sociales de prin­ cipios de la década de los ochenta y desde 1983 vi­ ve de forma permanente en Nueva York. En Estados Unidos desarrolló su carrera de dramaturgo y consi­ guió llamar la atención en el ambiente teatral esta­ dunidense con dos obras que lo hicieron más famoso: En la caza de las cucarachas (1986) y Antígona en Nueva York (1992). Sus obras son constantemente presen­ tadas en muchos teatros del mundo. El tercer perso­ naje es Lech Walesa, también muy conocido en casi todo el mundo por haber sido el iniciador de la caí­ da del llamado socialismo real en los países del Es­ te europeo; fue él quien organizó huelgas y consiguió que se reconociera el movimiento independentis­ ta llamado Solidaridad. Fue presidente de Polonia y ganador del Premio Nobel de la Paz. Muchos polacos quieren y agradecen a Walesa su valor por haber echado abajo esas estructuras socialistas envejecidas

y no adecuadas a la cultura y el carácter nacional po­ laco; aunque también hay quien, y no son pocos, que no lo quieren; por el contrario, lo critican y atacan por muchas y diferentes razones. Otra cosa en común que tienen estas tres celebridades es que son más queri­ das y valoradas fuera de su país que dentro de él. El actor que representó a Walesa, Robert Wiec­ kiewicz, podría ser la posible futura personalidad en ser reconocida mundialmente, precisamente por su talento y por la representación de tan importante per­ sonaje. Se dice, incluso, según los medios de comu­ nicación y la gente cercana a Walesa, que el actor lo representa mejor que el mismo personaje real. Wiec­ kiewicz cuenta ya con una larga trayectoria en el cine polaco; ha actuado en un buen número de películas de diferente género, con reconocidos directores de cine y ha recibido algunos premios. Fue el actor principal en la película polaca En la oscuridad, de Ag­ nieszka Holland, nominada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, lo cual le dio más prestigio a su carrera artística. Casi al mismo tiempo, hacia el final del rodaje de Walesa. Hombre de esperanza, Wieckiewicz empezó a trabajar para otro famoso director polaco, productor, guionista y escri­ tor de cine, uno de los mejores directores del género de comedia, Juliusz Machulski, en un papel sorpren­ dente por el tipo de personaje después de haber ac­ tuado como el exlíder de los astilleros de Gdansk, nos referimos al papel de ¡Adolfo Hitler! No es la primera vez que Robert Wieckiewicz co­ labora con Juliusz Machulski. Se puede decir que Wieckiewicz “pertenece al establo” de Machulski. Incluso, hace unas semanas Wieckiewicz declaró an­ te los medios de prensa que en una ocasión Machul­ ski le dijo que siempre encontraría un espacio para él en alguna de sus producciones. A Juliusz Machuls­ ki desde siempre le ha gustado trabajar con los jóve­ nes, les ha ayudado a formar su carrera. Gracias a este director muchos actores y actrices de la escena polaca han saltado al primer plano de la populari­ dad. A Robert Wieckiewicz también le dio un fuerte empujón en ese camino. Machulski es conocido en el

Joanna Bator, autora del libro Oscuro, casi noche

mundo del cine desde que era muy joven. Hijo de padres actores y talentosos, durante muchos años fue el productor, director y guionista más joven en el mun­ do cinematográfico. Se hizo famoso gracias a una película futurista, creada y dirigida por él mismo, la cual, hasta ahora, sigue gustando al público de todas las edades: Sexmisión (1983). Esta película entró en el canon de la comedia polaca, fue ganadora de algunos premios y fue elegida en 2008 por los lectores de la revista Film, la “Comedia de los Cien Años” (¿del centenario?). Después, Machulski aumentó su fama con la realización de otros filmes importantes, entre los que resaltan Vabank i y ii , Kiler, Kiler-ów 2-óch, v . i. p., El Escuadrón y otras en donde actúa Robert Wiec­ kiewicz: El dinero no lo es todo, Superproducción, Vinci, Canción de cuna y, la última, Ambassada (no se traduce el título original por el juego de las consonantes ss ). Esta última película de Machulski, Ambassada, que también fue estrenada en este otoño polaco, es una comedia en dos épocas diferentes: la actual y otra, en 1939, un poco antes de que los alemanes invadieran Polonia. Todo se logra a través de un vehículo del tiem­ po que parece ser el ascensor. En un piso es un tiempo; en otro piso es otro tiempo. Los personajes centrales son dos jóvenes recién casados, que se van a vivir a casa del tío del esposo, en un edificio nuevo, moder­ no, en donde a inicios de la segunda guerra mundial se encontraba la embajada de Alemania y, por razo­ nes desconocidas, fue bombardeada por las propias fuerzas aéreas alemanas, quedando sólo los escom­ bros del edificio. Con base en esta historia, Machuls­ ki construyó el guion de esta comedia. Y si ya hablamos del cine polaco, vale la pena men­ cionar que también en este otoño dorado de Polonia se llevó a cabo la cuarta edición del Se-ma-for Film Festival (del 9 al 13 de octubre). Fueron presentadas alrededor de 250 películas cortas y algunas de larga duración. Estuvieron presentes las mejores pelícu­ las animadas, tipo stop motion, y también algunos de los creadores y productores de este tipo de películas. El evento tuvo lugar en la ciudad de Lodz, la ciudad de la cinematografía polaca, antigua ciudad de fábricas textiles. Sesenta películas fueron seleccionadas para


23 de marzo de 2014 • Número 994 • Jornada Semanal

acultural:

esbozos de un panorama Fernando Villagómez

Karolina Cicha y Bartek Palga

tomar parte en el Concurso Internacional para la me­ jor Animación Stop Motion. Hubo tres categorías de evaluación: profesional, estudiantil y para los niños. Paralelamente al concurso principal, se abrió un con­ curso para seleccionar y premiar a la mejor anima­ ción polaca, en la que participaron veintisiete filmes. Cambiando de tema, podemos comentar ahora sobre otro acontecimiento que se celebra en octubre, cada año, desde 1997, en Varsovia: la designación del ganador del premio literario, al mejor libro del año, que ofrece la Fundación del Premio Literario nike (que no tiene nada que ver con los artículos deporti­ vos). Este año, el premio fue otorgado a Joanna Bator por su libro Oscuro, casi noche. El jurado eligió siete libros de entre los veinte nominados y en los que había novela, poesía, cuento, ensayo y reportaje. El domingo por la noche, en gran gala final, en la Biblio­ teca de la Universidad de Varsovia, se anunció el veredicto que otorgó a Joanna Bator el menciona­ do premio nike 2013. Y ya que andamos por el campo de los libros, cabe mencionar que el exportavoz de prensa de Walesa, cuando éste fue líder de Solidaridad, Jaroslaw Kur­ski, escribió un libro sobre ese personaje, Wódz (El líder), basándose en la experiencia y cercanía que tuvo con Walesa en su calidad de portavoz de octubre de 1989 a julio de 1990. El libro acaba de aparecer en las libre­ rías. Jaroslaw Kurski, después de haber trabajado con Walesa, empezó su carrera en el periodismo en 1992, como publicista político en Gazeta Wyborcza (periódico de izquierda moderada o de derecha li­ beral, uno de los más importantes diarios del país), donde sigue laborando como jefe de redacción ad­ junto. Es posible que aprovechando la coyuntura del cumpleaños de Walesa y la película de Wajda, el libro de Kurski tenga buena aceptación. Hablando de homenajes en Polonia, por lo que se refiere al área de la música, en este caso la clásica, tam­ bién tenemos otro polaco homenajeado y recono­cido mundialmente: el relevante compositor Krzys­z ­t of Penderecki (quizá alguien recuerde que es el autor de la música de la famosa película El manuscrito encontrado en Zaragoza). En este año, con motivo de su

cumpleaños ochenta, el compositor ha estado lleno de actividades “festejando”. Todo el año ha sido aga­ sajado y homenajeado; recibió hace unas semanas el doctorado honoris causa en Universidad de Cracro­ via, pero lo más importante para él es el festival que se llevará a cabo en Varsovia, del 17 al 23 de noviem­ bre con motivo de su aniversario (su cumpleaños es el 23 de noviembre). Por esa razón, al festival se le ha denominado El Festival de Krzysztof Penderecki. Se presentarán algunas de sus obras dirigidas por ami­ gos famosos del compositor ‒él mismo dirigirá el día de la apertura‒, y por ejecutantes que siempre han estado ligados a su música. Sobre el tema de la música podríamos comentar dos eventos más. El primero se refiere al concierto que ofrecieron cuatro cantantes mexicanos acom­ pañados de un pianista de origen polaco, quien vive desde hace muchos años en México. El concierto se llevó a cabo en la famosa Sala de Conciertos Witold Lutoslawski, el 16 de octubre, con motivo del 203 aniversario de la Independencia de México. Duran­ te el concierto fueron ejecutadas piezas, sobre todo mexicanas, de diferente género, iniciando con un vals de Ricardo Castro, del siglo xix , pasando por fragmentos de zarzuela hasta melodías muy cono­ cidas como Bésame mucho. Los artistas mexicanos estuvieron acompañados por la Orquesta de la Ra­ dio Polaca, dirigida por Lukasz Borowicz. El segun­ do evento es el concierto que se llevará a cabo en un club de jazz varsoviano, en el que se presentarán Karolina Cicha y Bartek Palga del Grand Prix y Pre­ mio del Público (2013) en el Festival Folklórico de la Radio Polaca, Nueva Tradición (evento muy pres­ tigioso). En su último disco, Muchos idiomas/ 9 lenguas, su música es interesante e impactante, más que Krzysztof Penderecki

música tradicional es una mezcla de ésta con ritmos modernos, electrónicos, muchos de ellos ejecu­ tados por Karolina Cicha, una chica multi-ins­ trumental: piano, acordeón, looper, voz, percussion triggers, y Bartek Palyga, violonchelo eléctrico y chelo eléctrico, canto difónico (voz de la garganta), flauta, mandola, arpa de boca. La música propia­ mente tiene su influencia del este de Polonia, dentro y fuera de sus fronteras: Lituania, Estonia, Ucrania, Bielorrusia entre otros países. En el este de Polonia viven comunidades de lituanos, ucranianos, bielo­ rrusos y rusos. Cicha proviene de esa región, donde antes de la segunda guerra mundial habitaba tam­ bién una comunidad grande de judíos. Es una re­ gión donde se unen y entrecruzan culturas y etnias; donde se profesan diferentes re­l igiones y se hablan distintas lenguas. En cambio, Palyga tiene una fuer­ te influencia de la música y canto de Asia Central y de Asia Occidental. Siguiendo con la racha de octubre en Polonia, ahora en el teatro, bajo la consigna “Mundos Parale­ los”, se inicia el Festival Reminiscencias Teatrales de Cracovia. La estrella principal de este año es el gru­ po Rimini Protokoll, de Alemania, con su proyecto 100 Por Ciento Cracovia. En el teatro, la conocida actriz polaca Katarzyna Warnke piensa debutar co­ mo dramaturga y directora en el teatro varsoviano Nowy, con una obra escrita y dirigida por ella: El seductor. Por otra parte, en el teatro tr Warszawa se presenta de nuevo, después de una larga pausa, la obra: 4.48 Psicosis dirigida por Grzegorz Jarzyna. Últimamente, esta obra se presentaba sólo en festi­ vales de teatro en el extranjero. El estreno tuvo lugar hace once años. Es una historia sobre mujeres que están al borde del suicidio. La obra 4.48 Psicosis es el último texto que la autora, Sarah Kane, alcanzó a es­ cribir– a los 28 años antes de suicidarse. Regresando al tema con el que iniciamos este es­ crito, sobre el exlíder y expresidente de Polonia, Lech Walesa, en octubre, cuando regresaba de Londres, después de haber estado en la presentación de la película de Wajda Walesa. Hombre de esperanza, en el aeropuerto se encontró con un controlador de adua­ nas muy apegado a la ley quien, pese a encontrar­ se ante importante personaje, le hizo abrir su maleta para revisarla. Según los medios de comunicación, Lech Walesa, después de la presentación de la pe­ lícula, recibió de regalo cuatro botellas de champaña que metió en la maleta de viaje. Cuando pasó por el control electrónico, en el monitor aparecieron las botellas. Los controladores británicos no quisieron hacer excepción a la regla y decomisaron las botellas bajo la justificación de que en el territorio de la Unión Europea está prohibido subir al avión con contene­ dores de líquido de más de 100 mm. El expresidente, furioso culpó a la gente de la embajada polaca de negligencia, ya que pudieron haberle arreglado el paso de vip sin complicaciones. Aunque sin botellas, afortunadamente el expresidente Walesa pudo re­ gresar a Polonia sin más complicaciones •

5


6

Dos poetas

Jornada Semanal • Número 994 • 23 de marzo de 2014

Wislawa Szimborska

Ewa Lipska

A todos alguna vez

Movimiento

A todos alguna vez se les muere alguien cercano, entre ser y no ser obligado a escoger lo segundo. Nos cuesta reconocer que es un acto banal, conectado con el transcurso de los hechos, de acuerdo con los procedimientos; antes o después a la orden del día, de la tarde, de la noche o del pálido amanecer; y evidente como un dato en un registro, como un apartado en un código, como una fecha cualquiera en el calendario. Pero esas son las leyes e infracciones de la naturaleza. Así, como al azar, su presagio y naufragio. Esa su evidencia y omnipotencia. Y sólo en ocasiones, cierta amabilidad de su parte: a nuestros muertos cercanos nos los pone en los sueños.

Hay quienes Hay quienes llevan a cabo la vida más hábilmente. Tienen orden en su interior y a su alrededor. Para todo la manera y la respuesta adecuada. Adivinan inmediatamente quién a quién, quién con quién, con qué objetivo, por dónde. Ponen el sello en las verdades absolutas, arrojan a la trituradora los hechos innecesarios, y a las personas desconocidas a las carpetas destinadas a ellas de antemano. Piensan justo lo debido ni un segundo más, porque tras ese segundo acecha la duda. Y cuando los dan de baja de la existencia, dejan su puesto por la puerta señalada. A veces los envidio –afortunadamente se me pasa.

No imaginé que me llamara el pájaro y me dijera que volamos juntos en este mundo. Y aunque yo sin alas y él sin rostro humano leemos conjuntamente el movimiento. La lectura de la existencia.

Cracovia ¿Qué sé de mi país? Una minusválida nube gira sobre mí cuando cruzo la frontera y pongo la radio del coche. Un fascista de derechas añora a Hitler. Una pecaminosa oración en los éxitos musicales. Admiro la toalla del campo. Los rasgos semíticos de las montañas. La ordinaria vida de las pequeñas ciudades. Las expresivas características de la puesta de sol. ¿Qué sé de mi país? Llegan volando las campanas y tocan a alarma. Se tambalea la tarde cuando me acerco a la ciudad. A una ciudad que echo de menos y mis amigos dicen: por suerte hay suerte y se puede vivir aquí. V ersiones de A bel M urcia y G erardo B eltrán


7

Jornada Semanal • Número 994 • 23 de marzo de 2014

Dos cuentos

Street art por ARYZ en Lodz, Polonia. www.galeriaurbanforms.org

Slawomir Mrozek Eso no se hace

L

eí en un periódico que por encima de nosotros vuelan satélites. No se ven a simple vista, ni tampoco con prismáticos, ya que vuelan en el cosmos. Pero ellos nos ven a nosotros. Y como si eso fuera poco, fotografían todo lo que hay en la Tie­ rra, y con tanta precisión, que cualquier cosa que no mida menos de medio metro de largo o de ancho sale en la foto con la misma exactitud que si nos la hubie­ se hecho un primo durante una fiesta de cumpleaños o una boda. “No hay motivo para preocuparse –pensé–. Mi cara tiene menos de medio metro.” No obstante, empecé a estudiar el asunto. La cara se me puede hinchar a causa de un dolor de muelas o –Dios no lo quiera– porque alguien me la rompa y entonces saldré en la foto. Sin embargo, de momento la dentadura no me causaba problemas y nadie se animaba tampoco a pegarme. Pero mi alegría duró poco pues una ma­ ñana, al abrir el periódico, me enteré de que habían perfeccionado los satélites y que ahora ya fotogra­ fiaban incluso aquello que medía menos de medio metro y más de treinta centímetros. “Qué le vamos a hacer –pensé–. Tendré que afei­ tarme al menos una vez a la semana. Hay cierto ries­ go de que en la foto salga horrible.” No me gusta afeitarme, pero tengo mi pundonor, así que empecé a hacerlo una o incluso dos veces a la semana, sobre todo antes de salir de casa. Pero la prensa no tardó en anunciar que la técni­ ca había dado un paso más y que ya lo fotografiaban todo, independientemente del tamaño. Para estar a la altura de la técnica tuve que afeitarme cada día y comprarme una corbata nueva, lo cual supuso un gasto imprevisto. También me limpiaba los zapatos y, en fin, me veía obligado a ofrecer cada día el aspec­

to que antes sólo tenía los domingos. Sólo las cuchi­ llas de afeitar y el betún me costaban siete veces más que antes de la era de la técnica. Cuando presenté mi solicitud de jubilación, me hicieron adjuntar una foto. Pensé: “¿Por qué he de ir a un fotógrafo y gastarme una pasta, si tienen can­ tidad de fotos mías?” Así que escribí a Naciones Uni­ das para que me enviaran una. Creo que me deben al menos una, ¿no? Pero no hubo respuesta. Esperé, esperé, y nada. Mientras tanto se me acababa el plazo para presentar la solicitud y entonces no me iban a dar la jubilación. Fui a un fotógrafo, me hizo la foto, le pagué de mi propio bolsillo y presenté la solicitud. Después su­ bí a un tranvía y fui hasta la última parada. Desde allí caminé un buen trecho, hasta que me encontré en medio del campo. Miré a mi alrededor, no había ni un alma, sólo unas vacas, pero estaban lejos. Me bajé los pantalones y saqué el culo en dirección al cielo. Que sepan lo que pienso de ellos.

El octavo día

D

ios trabajó seis días y descansó el séptimo. El hombre no es Dios, se cansa antes, por lo que consideró que el sábado también le corres­ pondía como día de descanso. Esta decisión no en­ contró una expresa objeción por parte de la Instancia Suprema. “Si ha salido bien con el sábado, tal vez también se cuele el viernes”, pensé, y dirigí a Dios una solici­ tud con el siguiente contenido: “A causa del cansancio que siento después del lunes, el martes, el miércoles, el jueves y el viernes, ruego tenga a bien otorgarme también el viernes co­ mo día libre de trabajo: Homo Sapiens.” No hubo respuesta, por lo que consideré que tam­ bién el viernes me había sido otorgado.

Sin embargo, entre el miércoles y el resto de la se­ mana quedaba el horrible jueves. Nada cansa más que el trabajo el último día de la semana laboral. Así que escribí, esta vez con más atrevimiento: “‘El hombre es una caña pensante’ (Blaise Pascal, 1623-1662). Yo pienso que tampoco debo trabajar los jueves.” Ahora, mi semana laboral acababa el miércoles por la tarde. Sí, pero ese miércoles... El silencio de Dios me dio valor. “Exijo la supresión del miércoles como día labo­ rable: Prometeo.” En cuanto al martes, me rebelé ya abiertamente: “Llamarse hombre llena de orgullo” (Máximo Gorki, 1868-1936). El martes atenta contra mi dignidad. Es­ toy en total desacuerdo y acabo el lunes. No hubo respuesta, así que con el lunes fue muy fácil. Bastó con un telegrama: “El lunes también queda excluido.” Ahora tenía siete días de la semana libres y me sentía orgulloso de mi rebeldía (L´homme révolté, Albert Camus, 1913-1960). Pero al cabo de un tiem­ po me di cuenta de que la semana sólo tenía siete días y, por tanto, yo no podía tener más de siete días libres a la semana. Semejante limitación de mi li­ bertad me pareció inadmisible. Así que telegra­ fié a Dios: “Crear inmediatamente un octavo día.” No contestó, lo cual me afirmó definitivamen­ te en mi convicción de que Nietzsche tenía razón (Friedrich Nietzsche, 1844-1900) y Dios no existía. Pero en ese caso, ¿quién era el culpable de que la semana sólo tuviera siete días y de que yo no pudie­ ra tener más de siete días libres a la semana? Cogí un palo y me puse al acecho en la escalera. Cuando pase un vecino, le arreo. A fin de cuentas, alguien tiene que ser el respon­ sable de la injusticia que se me ha hecho •


P

8

P

ermítaseme empezar con una anéc­ dota de cuando vivía en España. Muchas veces, cuando decía que soy de Polonia, la reacción de la gente era: “Ah, sí, hace frío y hay osos polares, no?” O: “Ah, sí, Juan Pablo Segundo.” Algunos también sabían del movimiento de Solidaridad con su líder Lech Walesa y de la caí­ da del comunismo en 1989. En cuanto a acontecimien­ tos más recientes, algunos oyeron hablar de la ca­ tástrofe del avión del presidente polaco y que, supuestamente y a pesar de la recesión mundial, la economía polaca seguía creciendo. Asimismo, las personas más cultas seguramente conocían al escritor Gombrowicz, al director del cine Polanski, a la poeta Szymborska o al famoso sociólogo Bauman. Sin em­ bargo, al hablar con los jóvenes, resultaba que sólo sabían de Lewandowski, el futbolista que marcó cua­ tro goles en una semifinal de la Liga de Campeones a principios de este año. Esa cantidad de conocimientos sobre Polonia no es muy significativa, especialmen­ te teniendo en cuenta que se trata de un país relativa­ mente grande, con más de 35 millones de habitantes, además de haber entre 10 y 15 millones de polacos en el extranjero. ¡Que levante la mano quien de ustedes sepa algo más sobre Polonia y su cultura! Como pro­ bablemente no haya demasiadas manos levantadas, a continuación propongo una presentación breve so­ bre la cultura polaca contemporánea que, en mi hu­ milde opinión, es un paisaje cambiante. No todos los aspectos estarán incluidos, claro, pero intentaré dar una introducción breve para entender el panorama. Para quien no lo sepa, Polonia se halla entre Ale­ mania y Rusia, y aclárese una cosa: no hay osos po­ lares, aunque sí puede hacer mucho frío en invierno. Debido a su ubicación geográfica, Polonia se desa­ rrolló en la confluencia entre la Europa Occidental y Oriental, y esta mezcla ha influido mucho en el carácter nacional. La cultura del país se ha visto pro­ fundamente afectada por sus vínculos con las cultu­ ras germánica, latina y bizantina. Asimismo, ha sido de gran influencia el diálogo con las minorías que han vivido en Polonia, por ejemplo con los judíos, que hasta la segunda guerra mundial constituían casi una tercera parte de la población polaca. Después de 1945, la estructura social cambió drás­ ticamente: en lugar de una convivencia de diferentes culturas con sus propias lenguas, el nuevo régimen comunista no toleraba nada más que la homogenei­ dad. En las décadas de los años cuarenta y cincuenta, en el mundo de las artes visuales sólo podían funcio­ nar obras de “realismo social”. Después de ese perío­ do, todos los artistas tenían que afrontar la censura estatal. Muchas tradiciones populares y católicas se perdieron en ese momento, y es hasta muy recien­ temente que los polacos están recuperándolas; como es el caso de las procesiones el Día de los Reyes, así como otras costumbres locales. Parece increíble, pero la diversidad de las regio­ nes polacas y sus idiosincrasias casi no existían en el

Ewa A

Gombrowicz, Szymborska, Polanski y Bauman

discurso oficial. El régimen trataba a las minorías étnicas de manera instrumental y, en muchos casos, las reprimía o las forzaba al exilio por razones polí­ ticas, como paso con los judíos polacos en 1968. La cultura libre polaca solamente se manifestaba en la clandestinidad o en el extranjero. Así sucedió has­ ta finales de los años ochenta. Este 2014, Polonia celebra el vigésimo quinto ani­ versario de la caída del comunismo. A pesar de su reincorporación al mundo occidental europeo, exis­ te una separación enorme entre la cultura polaca y la europea occidental, debido a los contextos históricos y sociales de la segunda mitad del siglo pasado. Algu­ nas de las principales razones de ser del arte polaco durante la época comunista fueron la protesta ciu­ dadana y la defensa de la soberanía espiritual contra las limitaciones impuestas por el régimen comunis­ ta. La única institución que podía defenderse ante dicho régimen en Polonia era la Iglesia católica. Por eso los activistas de oposición cooperaban con la Igle­ sia y los artistas también utilizaban la religión cris­ tiana y sus temas en sus obras. Los pintores, como Jerzy Nowosielski (1923-2011) o los artistas del colec­ tivo Gruppa (activos desde 1983), exploraban los te­ mas de lo sagrado y lo espiritual, a pesar del ambien­ te ateo del espacio público impuesto por el régimen. La ruptura incruenta del año 1989 del bloque so­ viético fue la razón de muchos artistas para romper con los temas religiosos y, entonces tratar al catoli­ cismo polaco como una limitación más a la libertad de expresión. Conviene destacar algunos nombres de las artistas del movimiento de arte crítico (sztuka krytyczna), como Katarzyna Kozyra, Alicja Zebrows­ ka o Dorota Nieznalska, que saltaron a los titulares de los medios de comunicación por su tratamiento inconformista de los temas del cuerpo, la política, la sexualidad y los símbolos nacionales. En su artículo sobre escándalos artísticos en Polonia después del año 1989, la crítica del arte Magda Ujma resume los casos más curiosos de los ataques contra los artistas

polacos que se atrevían a discutir los temas política­ mente incorrectos. Ujma termina exponiendo que el consentimiento para atacar al mundo de las artes fue desapareciendo lentamente, y que ahora se obser­ va el desarrollo de una nueva generación de polacos que se oponen a la influencia de la Iglesia católica en la sociedad. De hecho, en la sociedad polaca aún per­ siste un debate público sobre el nivel de la inter­ vención de la Iglesia en los asuntos ciudadanos y polí­t icos. Aunque la sociedad sigue siendo princi­ palmente católica (de acuerdo con una investigación del Pew Research Center de febrero de 2013, más del noventa y dos por ciento de los polacos se consideran católicos), en los últimos años hemos observado un aumento más agudo de la influencia de grupos no relacionados con esta religión, que intentan rene­ gociar su posición en el espacio público, hasta ahora monopolizado por el cristianismo. Como ejemplos podemos mencionar el caso de la campaña por el de­ recho de los homosexuales al matrimonio, o el deba­ te continuo sobre la igualdad de género. Aunque nos quedan muchos asuntos pendientes, se nota que la sociedad polaca está cambiando.

Capital de la cultura europea En este 2014, Polonia también va a celebrar el déci­ mo aniversario de su adhesión a la Unión Europea, un hecho que ha cambiado dramáticamente el pa­ norama social y cultural polaco. Los polacos han aprovechado bien la oportunidad que les ofreció la libertad de movimiento por la comunidad europea; muchos de ellos se trasladaron a estudiar y trabajar en otros países, especialmente Inglaterra, Irlanda y Alemania. Según el diario inglés The Guardian, la lengua polaca es ahora el segundo idioma más ha­ blado en Gran Bretaña. Este gran movimiento tam­ bién cambia el perfil de la sociedad polaca, debido a los migrantes que regresan a Polonia después de años en los países más liberales. Muchas veces,


Polonia letra y cultura

23 de marzo de 2014 • Número 994 • Jornada Semanal

Agata Bałazinska

quienes han vuelto empiezan a cuestionar los pode­ res tradicionales y el statu quo. Además, gracias al apoyo de la Unión Europea, Polonia sigue haciendo grandes reformas y participa activamente en progra­ mas de cooperación internacionales, tanto en el ám­ bito político como social, económico o deportivo, y su rápido avance sigue siendo reconocido en el mun­ do. Por ejemplo, en 2011 Polonia ocupó por primera vez el cargo de la Presidencia del Consejo Europeo. Dentro del programa cultural polaco, se organizaron más de mil eventos en el país y en el extranjero, in­ cluido el Congreso Europeo de Cultura. Otro proyecto que puede servir como ejemplo del regreso de Polonia a la vida del Viejo Continente es el proyecto de la Capital Cultural Europea. Desde su comienzo, esta iniciativa se ha convertido en uno de los eventos culturales más prestigiosos de Europa. El título es concedido cada año por la Comisión Europea y se estableció en primer lugar para resaltar la riqueza de las diferentes culturas del continente. Otros obje­ tivos incluyen facilitar que la gente de diferentes paí­

Katarzyna Kozyra, Wiözy Krwi, 1995. Foto: artbazaar.blogspot

ses se ponga en contacto y coopere. Las ciudades no sólo compiten para obtener el título ante el jura­ do oficial de la Comisión Europea, sino que asimismo participan en una red de colaboración internacional. Conviene destacar que las ciudades ganadoras son elegidas por lo que ya son, pero sobre todo por lo que planean hacer en el futuro, que debe ser excepcional. El año de la capital cultural se llena de festivales, con­ ciertos, conferencias y otros proyectos artísticos, cul­ turales y sociales que tienen el objetivo de captar la atención no sólo de los habitantes de la ciudad, la re­ gión y del país, sino también de todo el continente. La ciudad Capital de la Cultura Europea tiene la oportu­ nidad de promover el desarrollo de diferentes formas de turismo en su región. Esto, a su vez, se asocia con Exposición de Dorota Nieznalska. Foto: magdalenaszady.wix.com

Obra de Jerzy Nowosielski. Foto: mountshang.blogspot

una mejor situación económica y una serie de benefi­ cios. Hay estudios que han demostrado que el evento es una buena oportunidad para regenerar las ciuda­ des, elevar su perfil internacional e, igual de impor­ tante, mejorar la imagen de la ciudad ante los ojos de sus propios habitantes. Estos resultados constituyen exactamente lo que desea lograr Wroclaw (Breslavia) en el suroeste de Polonia. Para Wroclaw, el título de ciudad Capital de la Cultura Europea 2016 significó la culmina­ ción de intensos esfuerzos para desarrollar esta re­ gión que, según el historiador británico Norman Davies, representa “un microcosmos de la historia de la Europa central en su conjunto”, con hitos que podrían ser interpretados como la experiencia par­ ticular de esta parte del mundo. Estos distintivos incluyen el asentamiento multinacional, la presencia de una comunidad judía y la exposición en el siglo xx al nazismo y al comunismo soviético. Antes de la segunda guerra mundial, Wroclaw se llamaba Breslau y era una ciudad alemana. Después del asedio y la caída del régimen nazi en 1945, la ciu­ dad fue reducida a escombros debido al ataque del Ejército Rojo. A consecuencia de los acuerdos de Yal­ ta y Potsdam, la Polonia se anexó la ciudad y toda re­ gión de Silesia, y se procedió a la deportación en masa de la población alemana. La repoblación de la ciudad se produjo en gran parte con polacos que habían sido deportados de terrenos de Leópolis (la actual Ucra­ nia), que antes había pertenecido a Polonia. Las au­ toridades comunistas intentaron borrar el pasado multinacional de la ciudad pero, tras el fin de la Gue­ rra fría, Wroclaw empezó a redescubrir su historia y entablar contactos con los antiguos habitantes. En cuanto a aspectos económicos y culturales, Bres­l avia se ha convertido desde 1989 en una de las ciudades más dinámicas de toda Polonia. Gracias al

proyecto de la Capital Cultural Europea 2016, se es­ pera profundizar los cambios que ya estaban puestos en marcha e incrementar la participación de los ciu­ dadanos en la creación cultural de la ciudad. Wro­ claw sigue abriéndose y descubriendo los sabores de diferentes culturas a través de proyectos como Brave Festival (contra el exilio cultural) que presenta ac­ tuaciones, rituales y obras de arte de los pueblos, tribus, grupos o personas de todo el mundo. Como afirmó Marcin Jasinski, del impart 2016 Festival Centre, la compaña organizadora del proyecto de la Capitalidad Cultural en Wroclaw, la ciudad conti­ nuará sus esfuerzos para dinamizar oferta cultural después del año 2016, como ha sido el caso de mu­ chas otras capitales culturales.

Obra en construcción A fin de cuentas, la cultura polaca contemporánea no se parece mucho a la que tradicionalmente suele ima­ ginarse. A pesar de su dramática historia durante la segunda mitad del siglo xx , Polonia salió adelante y se incorporó con éxito a la Unión Europea. Ahora sigue desarrollándose y, por la multitud de cambios en el ámbito político y económico, va redefiniendo su identidad cultural. Ser polaco no necesariamen­ te significa ser católico y conservador; el debate pú­ blico se va ampliando e incluye más ciudadanos y grupos ciudadanos antiguamente ignorados. Polo­ nia quiere darse a conocer al resto del mundo, y con su participación en los proyectos e intercambios in­ ternacionales cada vez se abre más a la diversidad. La cultura polaca contemporánea es verdaderamen­ te un paisaje cambiante, una obra en construcción, un proceso continuo y difícil, pero fascinante. Toda­ vía no se puede decir cuál será el producto final de todos estos cambios •

9


leer La última noche en Twisted River, John Irving, Tusquets Editores, México, 2013.

Aparecido en su idioma original en 2009, la traducción al español de esta que es la más reciente novela del célebre autor de El mundo según Garp y Una mujer difícil, entre varias otras, fue hecha por Carlos Milla Soler en 2010, mismo año en el que fue publicada en España y en México, simultáneamente. La presente edición, de bolsillo y parte de la colección Fábula, es de hecho una reimpresión. Valga la minucia editorial para indicar la prontitud con la que el trabajo de Irving es editado, vendido y, según todo parece indicar, leído. Al respecto, no es ocioso recordar que la fama –o al menos el favor mediático, que no por fuerza significa lo mismo– del también autor de Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra, en buena medida se debe a que precisamente esta última novela es el origen literario en el cual se basó el filme The Cider House Rules, cuyo guión recibió el premio Oscar. Lo que está fuera de toda duda, más allá de orígenes de la celebridad y sus respectivos empujones cinematográficos, es la pericia de Irving para el desarrollo de historias de muy largo aliento, la estructuración de tramas complejas, la construcción de personajes con volumen y, en fin, el entramado de universos autosuficientes y redondos, que trascienden la necesaria eficiencia narrativa, absolutamente intraliteraria, y alcanzan el nivel de representaciones completas de grandes fragmentos de una época en particular o, vale bien decir, del espíritu de la misma. En el caso de La última noche…, ese universo espaciotemporal se ubica en el norte de Estados Unidos y abarca una cincuentena de años, casi hasta tocar el momento presente. Armada bajo las líneas básicas de un thriller, pero trascendiéndolas en virtud de la profundidad a la que hace llegar la historia tan‑ to de los personajes como el retrato fiel del contexto en el que van moviéndose, la novela tiene por meollo la persecución o, mejor dicho, la auténtica cacería a la que son sometidos un padre y su hijo a partir de un accidente fatal.

23 de marzo de 2014 • Número 994 • Jornada Semanal

El suplicio comienza con la luz, poesía reunida 1949-2000, Blanca Varela, unam , México, 2013.

EL PUERTO DE BLANCA VARELA JOSÉ ÁNGEL LEYVA

E

n una de esas escasas y breves entrevistas, luego de afirmar la imposibilidad de definir la poesía, Blanca Varela agregaba ante la insistencia del periodista: “es una forma de estar, de ser en la vida”. La afirmación conlleva un sentido de coherencia y de armonía, de dialéctica entre el ser y el hacer, entre el pensar y el deber ser. Y es así, pero debemos acotar su sentido y sus significados. El concepto aplica sólo para el oficio, para la vocación. Ser y estar en la poesía; la vida es otra cosa. Nadie mejor que Baudelaire, quien definió al poeta en su poema “El albatros” para mostrarnos su imagen de vuelos elevados en su andar terreno: “Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!/ Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!” Para la poeta peruana (Lima, 1926-2009) la conciencia, la sensibilidad, la lucidez no conducen a la felicidad vegetal o de la bestia, sino al dolor del entendimiento y a la pregunta, a la búsqueda. Por ello, el verso que da título a la antología publicada por la Coordinación de Humanidades de la u n a m , en su colección Poemas y ensayos, dirigida por Marco Antonio Campos: El suplicio comienza con la luz, es ya una revelación de la materia poética que define a su autora. La preocupación confesa de la poeta de no ser sentimental sino acuciosa, muy exigente, radica en su lucidez de la naturaleza humana, de su destino. Con gran ironía lo dibuja en su poema epigramático, “Justicia”: “vino el pájaro/ y devoró al gusano/ vino el hombre/ y devoró al pájaro/ vino el gusano/ y devoró al hombre.” No se queda en la anécdota, en el trazo biográfico o narrativo, en la imagen pura, sino que somete a la materia poética a sus múltiples posibilidades significativas, expuestas en los dobleces de la palabra y el lenguaje, en la emoción que sugieren los versos que nacen de una especie de ritual del caos surrealista. Pero como ella misma lo aclara en un poema dedicado a Octavio Paz, “Del orden de las cosas”: “Hasta la desesperación requiere cierto orden. Si pongo un número contra un muro y lo ametrallo soy un individuo responsable.” Blanca Varela es una poeta que nos muestra, a contrapelo de la poesía mexicana, que la peruana es una lírica de búsquedas formales, de atrevimientos y audacias que les han faltado a nuestros poetas del pasado siglo. No se trata de establecer una relación de mejor o peor, sino de diferencias en sus trayectorias. Emilio Adolfo Westphalen, Antonio Cisneros, Rodolfo Hinostroza, Jorge Eduardo Eielson, son ejemplos de una poesía inconforme, dinámica, de riesgos, como lo es la de Blanca Varela. Porque no sólo hay juegos de lenguaje, hay también imágenes contundentes, expresiones de una realidad histórica, una sentimentalidad que recorre su país y el continente. Blanca Varela contrajo matrimonio con una de las grandes figuras de las artes plásticas de Perú, Fernando de Szyszlo, y con él tuvo dos hijos, Vicente y Lorenzo. Este último fallecería en un accidente aéreo. Varela confiesa que fue en París, en 1947, primero, y luego a su regreso en 1953, separada por primera vez del artista, cuando se percata del dolor de su país, de sus conflictos culturales y socia-

les, de su pertenencia latinoamericana. En 1955 retorna a Lima y se reconcilia con De Szyszlo, para más tarde divorciarse definitivamente. “Todos los monstruos estaban vivos en París”, diría el artista para reconocer por un lado la impronta de los acontecimientos históricos más desastrosos de las guerras europeas, y por otro la presencia en la Ciudad de las Luces de lo más granado de la inteligencia y la creatividad. Allí conocerían a Octavio Paz con quien crearon una amistad y una complicidad que desembocó en la publicación, en 1959, del primer poemario de la peruana: Ese puerto existe, con el sello de la Universidad Veracruzana. Ella contaba la anécdota de que el libro llevaría el nombre de un poema: “Puerto Supe”. Paz la cuestionó, ¿qué es eso? Y ella respondió, “ese puerto existe”. El mexicano apuntó, “ese es un título, es el título de tu obra”. La obra de Blanca Varela es breve, muy concisa, sin desperdicios. Ocho libros compactos la conforman. Un magnífico prólogo de Rocío Silva Santisteban nos aproxima a los detalles de su poesía y al conjunto de sus versos, en medio de una vida reservada y plena a la vez. “Blanca Varela es una poeta que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con sus cantos”, dijo de ella Octavio Paz. Al leerla no podemos contradecir al poeta de quien celebramos el primer centenario de su natalicio • Biología de angiospermas, Judith Márquez Guzmán et al., Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2013.

LA BELLEZA DOCUMENTADA RICARDO GUZMÁN WOLFFER

M

ientras se habla de la reforma energética y cómo se verán afectadas las reservas de hidrocarburos y sus derivados, parece olvidarse la existencia de otras riquezas que deberían ser igual o más cuidadas. Una de éstas es la flora mexicana, y hay quienes se preocupan en preservarla para próximas generaciones. Parte de este esfuerzo es evidente en este catálogo de angiospermas, tan abundantes en México y en el resto de América Latina. Bajo las aportaciones de sesenta expertos, se describen estos fascinantes seres vegetales, entre los cuales hay muchas flores que vemos todos los días: orquídeas, rosas y muchísimas más; sus frutos integran la dieta sugerida (piña, higo, etcétera). Parte del atractivo de este trabajo es acercar al lector regular conceptos para comprender la importancia de esta parte de la riqueza vegetal mexicana, sin dejar a un lado la profundidad técnica que en ciertos capítulos no puede evitarse. Es una obra de divulgación científica, pero también para conocedores, especialmente los bioquímicos: muestra la importancia de tal disciplina en la preservación del ambiente, pero también de su estudio en la vida cotidiana. Mención aparte tienen las fotografías que inundan esta obra: desde las microscópicas, tan difíciles de conseguir fuera de los circuitos académicos, hasta las relativas a la polinización, éstas bajo la óptica de los funcionalistas botánicos, que siempre difieren del publicista o el ecologista. Para los amantes de las flores, las láminas del libro serán una delicia. Incluso, se tratan los orígenes enigmáticos de este linaje viviente de plantas con semilla: Darwin lo llamaba “el abominable misterio”. Sólo en México hay 22 mil especies de angiospermas, de las cuales una buena cantidad son de uso ornamental: entre estas se encuentran las orquídeas, cuya popularidad ha llevado a ferias especializadas y a la creación de sociedades de aficionados y estudiosos de las orquídeas. La relación entre plantas aparentemente desligadas, muy conocidas ambas, será sorprendente para muchos.

10


11

leer

Jornada Semanal • Número 994 • 23 de marzo de 2014

El libro no se limita a las plantas: su entorno se extiende al análisis de la biodiversidad mexicana: ¿cuáles son los tipos de vegetación?, ¿qué especies son endémicas, cuáles se han exportado para colonizar otras latitudes? El capítulo dedicado a las cactáceas no tiene desperdicio. Se exponen métodos de propagación de especies de interés hortícola y ornamental. El diseño invita a seguir leyendo en este exhaustivo estudio: supera los viejos modos de exponer la ciencia, para destacar las fotografías e incluso hace atrayente la exposición del a p a r t a d o re l a t i v o a l o s f a c t o re s bioquímicos de estas plantas. Los extraordinarios trabajos de muchas facultades suelen pasar inadvertidos por su poca distribución fuera del circuito universitario. Este es un trabajo muy acabado que cristaliza en una obra señera de la botánica mexicana • Desmodus, el vampiro, José Carlos Vilchis Fraustro, Conaculta/ inba /Terracota, México, 2013

UN VAMPIRO EN CIUDAD DE MÉXICO GERARDO BUSTAMANTE BERMÚDEZ

¿Aún deseas llegar hasta donde te has propuesto?” A lo largo de la novela el autor hace referencias intertextuales con escenas de Cortázar, Camus y Shakespeare, además de constantes recursos cinematográficos y musicales. El tiempo del relato está marcado por las acciones y las veinticuatro horas que pasan, desde el momento en que el personaje es perseguido por la policía hasta la escena final de la morgue y la sorpresa del médico de guardia. La noche, la ciudad de México y sus calles, la iglesia de San Hipólito, el bar y el hotel son los espacios por los que Desmodus sortea los peligros no sólo de la policía, sino los que se le plantean ya en su nueva realidad a la que debería adaptase. Desmodus es la metáfora de la sobrevivencia en su lucha con la otredad, ya sea como sujeto paria o como vampiro; la fusión del caos viene a advertirle que, quizás, los humanos estamos en una lucha y en una metamorfosis constante que nos traga a pesar de nuestra voluntad. Desmodus, el vampiro es una novela poco tradicional y nada predecible, pues su autor supo cuidar la dimensión humana de su personaje, sus conflictos y tropiezos en medio de una ciudad nebulosa sobre la que corre la vida y sus desesperanzas • Los héroes no le temen al ridículo. La Revolución Mexicana según Jorge Ibargüengoitia, Carlos Martínez Assad, Textos de Difusión Cultural unam, México, 2013.

U

no asiste a las librerías y encuentra la sección de literatura gótica o de terror. Este tipo de lectura es ampliamente difundida en círculos dark y con frecuencia llevada al cine. El personaje del vampiro ha sido extensamente revisado por narradores, guionistas, dramaturgos y hasta poetas. Al leer la novela de José Carlos Vilchis Fraustro titulada Desmodus, el vampiro, lo primero que se viene a la mente es el gran reto que tiene un joven autor que debe demostrar que vale la pena que su novela sea leída. En Desmodus, el vampiro se anuncia desde el título la esencia y actividad del personaje, lo cual ya le da una ventaja para atraer lectores interesados en el tema. El nombre del protagonista encuentra sus orígenes en las Cartas de relación de Hernán Cortés, cuando en su calidad de informante habla sobre un tipo de murciélago de las regiones americanas a los que llama Desmodus rotundus. La novela de Vilchis Fraustro se construye con un narrador omnisciente y un narrador personaje en sus veintiseis capítulos breves y un epílogo. Se trata de una novela cronológica que de forma acertada no se arriesga en la forma. Para acentuar la pérdida de la voluntad del personaje frente a los entes que lo metamorfosean, éste aparece como escucha de un mensaje casi en eco que le recuerda su condición humana: “Vas a morir y no soportas el dolor. Te he quitado la libertad de disponer de ti como te plazca. ¿Has muerto lo suficiente?

PARA BAJAR(LOS) DEL PEDESTAL

El microscopio enfoca entonces la obra de quien también fuera periodista y cuentista en aquella época: se pasa revista a sus albores como escritor para teatro, a sus puestas en escena, su nacimiento como novelista, las adaptaciones de dichas obras al cine y su punzante talento para arrastrar a próceres mexicanos y anécdotas taquilleras a los escenarios que (re)creó su pluma. Ibargüengoitia logró remasterizaciones con pizcas de ficción, sin tomar partido. El lector de este libro será testigo de la demolición de anécdotas aceptadas por todos. Incluso se sumergirá en los micromundos teatrales de El atentado (1963) y La conspiración vendida (1980). También reconocerá algunos pasajes famosos (pero corregidos y aumentados) en las novelas Maten al león (1969) y Los relámpagos de agosto (1965). En menos de ochenta páginas se aprende que el ridículo es un buen revés al heroísmo, que la corrupción es una característica frecuente de las deidades revolucionarias y que nadie escapa a la suspicacia de Ibargüengoitia. Al respecto, el escritor Juan Villoro apunta algo insoslayable: “sus bromas tienen una carga crítica, pero no ultrajante; en cierta forma, las burlas redimen a sus sujetos”. Este libro no es un crudo análisis de contenido. Más bien, es una revaloración contextuada de la capacidad desmitificadora de Ibargüengoitia. Cuando termina de leerse, se comprende que la gloria es relativa; que sacudir el polvo del tiempo es un ejercicio sano y que los héroes no le temen al ridículo, porque nacieron siendo humanos •

OLLIN VELASCO Álbum Iscariote, Julián Herbert, Era/Conaculta, México, 2013.

L

a gloria de la Revolución Mexicana está tatuada sobre nuestro orgullo, o al menos eso nos han enseñado. Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) fue de los que no compartieron tal idea y optaron por desacralizar las epopeyas oficiales y sus protagonistas. Su obra es una sátira constante e irreverente de la historia de nuestro país, desde la literatura. Una vez que se lee a este escritor guanajuatense, se empieza a dudar de que México sea como nos lo han pintado todo este tiempo. Los héroes no le temen al ridículo es un tributo con cuerpo de ensayo que el investigador Carlos Martínez Assad dedica a Ibargüengoitia, a treinta y cinco años de su muerte. Este libro, editado por la unam , recuerda puntualmente cuánto aportó el homenajeado a la humanización de los héroes nacionales. Su lectura encamina a dudar que las coordenadas históricas señaladas en compendios de gestas intocables estén bien colocadas. Assad arranca desde el aniversario de los primeros cincuenta años del inicio de la Revolución. Revive con fechas y lugares exactos el ambiente de fiesta forzosa de aquellos días y empieza a delinear la participación honoraria de Ibargüengoitia como representante de la enérgica corriente revisionista que desluce los motivos del jolgorio nacional.

Poeta, novelista, cuentista, ensayista, antologador, y, por lo que indica su currículo, auténtico coleccionista de premios literarios –además de cantante–, Herbert es dueño, sin duda, de una de las voces más interesantes que actualmente pueden leerse en México. Canción de tumba, su novela más reciente, ha sido unánimemente aplaudida, y sólo ha venido a confirmar que los registros escriturales de este acapulqueño de nacimiento no son de los que se agotan en un libro, un estilo o, peor, un hallazgo creativo al cual aferrarse –como sucede con otros autores. Así lo comprobará el lector de este poemario, que sus propios editores califican como “desconcertante” y producto de “la búsqueda de un estilo”.

visita nuestro PDF interactivo en: http://www.jornada.unam.mx/

próximo número

LA LIBERTAD Y LA PALABRA. Centenario de Octavio Paz Aguilar, Argüelles, Gutiérrez Vega, Ogarrio y Valle

La Jornada Semanal

@JornadaSemanal


arte y pensamiento ........

23 de marzo de 2014 • Número 994 • Jornada Semanal

Enrique López Aguilar

Naief Yehya

alapiz2000@gmail.com

naief.yehya@gmail.com

Calvino y Borges en el laberinto (iii y última)

el “privilegio” de habitar esa memoria, de adueñarse inoportunamente de la misma cuando aparezca una nueva mujer, y así hasta el fin de las memorias y la capacidad aventurera del narrador. Entre Yu Tsun y Casanova se encuentra una fraternidad: ambos son personajes narradores que requieren de la palabra escrita para dilucidar su encuentro con el laberinto, sin que éste parezca exorcisarse por el hecho de quedar descrito sobre la hoja en blanco. Yu Tsun aspira a morir para reencontrarse con Stephen Albert en otro universo paralelo y poder mantener con ese Goethe una relación de amistad que en este plano del laberinto no pudo sostener; Casanova escribe t rat a n d o d e d i l u c i d a r s u s perplejidades, pero no consigue sino establecer el principio de un sistema de permutaciones memorísticas que volverían asunto más que proustiano el intento de recuperar la esencia de una sola de las mujeres entrevistas durante su experiencia decir, 1 + 2 + 3… 91: el número resultanamorosa. Mientras que Yu Tsun vive en te de esa suma sería la cantidad de comun laberinto y desea pasar a otro, Casano- binaciones posibles que la memoria de va percibe difusamente que él es el labe- Casanova podría hacer con el recuerdo rinto o, peor aún, es al mismo tiempo el de noventa y un mujeres distintas, lo Minotauro y el Laberinto. El perverso me- cual apenas se deja atisbar en el abiscanismo de su infelicidad se vuelve más mo enunciado por Calvino, pues el unicomplejo conforme aumenta el número verso que maneja durante los cinco de mujeres en su vida. Si se piensa en esa momentos del relato es de sólo siete numerología un tanto burlona que Da personajes femeninos. El resultado de la Ponte pone en boca de Leporello, en Don factorialización turca, según Mozart-Da Giovanni, de Mozart, la cifra resulta abru- Ponte, es de 4 mil 186 memorias de posimadoramente atroz no bien se traspone bles mujeres. De proseguir en esta misóa las memorias de Casanova mediante gina colección, los enunciados factoriaun simple cálculo probabilístico: Mada- les serían: 1 640 + 1 231 + 1 100 + 1 91 + 1 1,003. mina, il catalogo è questo / delle belle che Borges diría que el resultado es mensuamò il padrón mio: / un catalogo egli è che rablemente finito y elevado, aunque exho fatt’io; / osservate, leggete con me. / In cesivo para la limitada memoria humana, Italia seicentocuaranta, / in Almagna lugar donde se ramificarían los posibles duecentotreintuna, / cento in Francia, in recuerdos del seductor italiano hasta lleTurchia novantuna, / ma in Ispagna son già gar al olvido y la confusión. El resultado / mille e tre. En la cuenta de Mozart y Da final, humanamente hablando, sería equiPonte son 2 mil 065 mujeres burladas por valente al de la eternidad. Ambos cuentos concluyen en un pundon Juan, guarismo lo suficientemente elevado como para que sea equivalente to donde el resto es suponer alguna clase al zahir borgeano: en esa suma final ubi- de encuentro con el laberinto, sea temcada en las postrimerías de la vida del poral o memorístico, y bien podrían comprotagonista, todo es resta y olvido: nin- partir el mismo final:“No sabe (nadie puegún rostro puede emerger con claridad de saber) mi innumerable contrición y cansancio”, concluye Stephen Albert en desde ese borroso magma. Cotejar lo poco que se encuentra tra- “El jardín de los senderos que se bifurcan”, ducido al español de las Memorias del después de haber asesinado a Yu Tsun. El cuento de Borges es más vasto y Casanova histórico permite suponer que las cifras proferidas por Leporello no hu- complejo, más fundador que el de Calvibieran sido del disgusto del veneciano, no, pero éste tiene la sabiduría de planpero puede tomarse el caso menos nu- tear el laberinto desde una liza individual, meroso, el de Turquía: noventa y un mu- desde la certeza un tanto vertiginosa de jeres. El proceso de la memoria de Casa- que las bifurcaciones de la memoria tamnova tendría que ser factorial: 1 91 , es bién son una forma de la pesadilla •

Homs, capital de la revolución Abdul Basset Saroot es una celebridad en Siria y especialmente en su ciudad natal de Homs. Basset es un joven bien parecido y carismático, fue portero suplente de las fuerzas inferiores de su equipo nacional y es un exitoso cantante popular que participó desde las primeras manifestaciones anticorrupción y a favor de los derechos humanos, inspiradas en la efervescencia eufórica de la Primavera árabe, que comenzó el 19 de diciembre de 2010. Después de décadas de autoritarismo, represión y corrupción, el pueblo salió a las calles a manifestarse pacíficamente en marzo de 2011 en la ciudad de Daraa y fue reprimido de forma sanguinaria por el régimen de Bashar el Assad. Homs se convirtió en la capital de la revolución y centro de operaciones del Ejército Libre Sirio (els). En consecuencia, fue la primera ciudad en ser bombardeada por la artillería del ejército y es probablemente la zona urbana con mayores pérdidas materiales y humanas en la guerra civil.

L a resistencia pasiva es inútil El documental Regreso a Homs, de Talal Derki, es un registro, filmado entre 2011 y 2013, del crescendo atroz de la violencia que evolucionó en una guerra fratricida entre el ejército y el pueblo. La cinta de Derki se enfoca en Basset y sus amigos, quienes después de la matanza de Khalediya en febrero de 2012 deciden que “la resistencia pacífica es inútil”. Los morteros del gobierno asesinan el espíritu de las manifestaciones masivas donde se cantaban canciones de protesta, se bailaba, se coreaban eslóganes y se intentaba convencer al gobierno de la urgencia de democratizarse. La caída de la ciudad en el caos parece suceder en un parpadeo y, al tiempo que las construcciones quedan reducidas a ruinas y las calles cubiertas de escombros, cientos de miles de habitantes huyen, dejando Homs a las tropas, a los rebeldes y a los más pobres y frágiles, a aquellos que no tenían a dónde escapar o la fuerza para abandonar su ciudad.

Ciudad invertida

ficado en una ciudad fantasma. Las vísceras laberínticas de esa urbe despedazada son el símbolo más elocuente del estado en que se encuentra Siria hoy.

La cara humana de la resistencia Regreso a Homs describe una inmensa tragedia a través de la destrucción de una ciudad, y en particular de la matanza de un grupo de amigos, pero en realidad se trata de la épica de un héroe, un joven valiente que organiza, pelea, expresa sus emociones cantando y anima a sus compañeros a seguir en la lucha. Pero lejos de ser el retrato de un líder inquebrantable, vemos a un Basset devastado, confundido y seriamente herido, que sin embargo vuelve una y otra vez a la batalla con la obsesión de liberar a su ciudad. La cinta es importante, ya que contrapone la imagen de una guerrilla humana al diluvio de imágenes que han surgido de este conflicto, que circulan por internet y en las que se muestran escenas aterradoras y confusas, desde aquélla del rebelde que le arranca el corazón a un enemigo para morderlo, hasta toda clase de crímenes de guerra, incluyendo el presunto ataque con armas químicas en agosto de 2013. Aquí se muestra cómo se integran a la guerrilla de Basset soldados desertores del ejército y jihadistas salafis, y se explica que reciben armas de donadores extranjeros. La revuelta sería imposible sin esos mínimos recursos y sin la ayuda de individuos con experiencia militar, aunque algunos de ellos provengan de las filas del fundamentalismo armado; sin embargo, esto compromete la integridad e imagen del els.

El nivel de desolación de Homs alcanza tonos apocalípticos cuando el cineasta acompaña a los rebeldes a recorrer la ciudad a través de un sistema de tú- ¿Mito bélico? neles creados al romper paredes entre Derki y su equipo filmaron hasta donlas casas abandonadas, con lo que ha- de fue posible, arriesgando sus vidas, cen pasadizos relativamente prote- y después dejaron cámaras a los progidos de los francotiradores y de los pios combatientes, quienes registraron puestos de control del ejército. Esta red imágenes sin precedente de la tragede salas, comedores y habitaciones se dia. Aunque la intención es convencer convierte en una urbe invertida, una de que la justicia está del lado de Basgeografía destripada y un doloroso set y sus hombres, en ningún momenperiférico a través de la intimidad do- to el filme celebra el nefasto mito de méstica de las familias ausentes. Los la guerra, esa ideología necrófila que muebles rotos y los objetos abandona- pregonan principalmente quienes nundos parecen reliquias de un mundo ca han tenido que defender a su familia perdido, fósiles emocionales, recono- y vecinos de las bombas y cañones de cibles pero despojados de todo signi- un enemigo inmensamente superior •

Regreso a Homs

JORNADA VIRTUAL

AS MEMORIAS DE CASANOVA muestran los procesos de un personaje en el que, a pesar de él mismo, todas las experiencias tenidas con mujeres, cada figura, cada rostro y cuerpo, hacen acto de presencia de manera casi simultánea, por encima, incluso, de los deseos y las intenciones del protagonista. Cada mujer condena a Casanova a tenerla en la memoria y a hacérsele presente frente a otra, no bien inicie una nueva aventura, y si la nueva debe combatir con el fantasma de otra (simultánea, del pasado, con ella misma en su juventud, con su condición borrosa o con ella en el futuro, sin Casanova y con otros hombres), ella tendrá

Regreso a Homs, el infierno de la guerra civil siria

A LÁPIZ

L

12


........ arte y pensamiento

Germaine Gómez Haro

Alonso Arreola @LabAlonso

germaine@pegaso.net

Los signos mutantes de Astrid Sommer

India. Brocados en el aire (i de ii)

L

V

A CREACIÓN DE ASTRID Sommer se ha caracterizado por una vocación lúdica que la lleva a derrochar formas y colores con una frescura y espontaneidad sorprendentes. Astrid no pinta la realidad sino la fugacidad, o por decirlo de otra manera, reduce la realidad a signos mutantes, huellas que transitan de un lienzo a otro dotando a la serie de pinturas de un lenguaje propio y reconocible en el plano formal. Su vocabulario plástico se articula a partir de un colorido vivaz y está conformado por un caleidoscopio de evocaciones que danzan en sus composiciones al ritmo de las melodías cromáticas. Un interminable desfile de matices se regodea en sus lienzos de gran formato que mucho tienen de musical, haciendo de su energía desbordada un acto creativo irreve-

rente y juguetón. El proceso de combinar colores sobre las amplias superficies blancas es el verdadero objetivo de su arte. “Aprendamos a pensar en colores y veremos el mundo de forma muy distinta”, dice el gran estudioso de los colores, Michel Pastoureau. Siguiendo esta premisa, Sommer pinta las vibraciones de su mundo interior con un cromatismo vibrante, libre de miedos y prejuicios. Diluye, salpica, arroja la pintura con toda libertad: simplemente se deja llevar sin resistencia. Hay cierta gracia ingenua y mucha frescura en sus lienzos caprichosos que no se pueden encasillar fácilmente en una categoría. ¿Abstracción, figuración velada, simbolismos? Qué más da. Mark Rothko sostenía que “el arte no representa nada, sólo expresa emociones”, y la pintura de Astrid Sommer se despliega precisamente en ese camino. Aunque informal, su lenguaje no es abstracto en el estricto sentido del término. Su obra evoca referencias captadas de la realidad circundante, entre el registro concreto de lo visible y la emoción sensible. Descubrimos aquí y allá figuras reconocibles que tienen una presencia más formal que conceptual: sillas, escaleras, letras, números, acaso algún escorzo de figura humana… Elementos aislados que, combinados con formas circulares y cuadradas, actúan a manera de pattern para equilibrar la vertiginosa marea cromática. Su fin último es comunicar una emoción estética por medios puramente plásticos. Hay un ritmo que surge del caos organizado: explosiones, silencios, movimiento, quietud. La artista tiende a recurrir al horror vacui en sus superficies construidas a partir de capas y capas de pintura superpuestas a manera de palimpsesto que trasluce su contundente gestualidad. Actualmente se presenta en la Bolsa Mexicana de Valores la exposición titulada Color index. En los lienzos que conforman esta serie se podría hablar de “variaciones sobre un mismo tema” en el sentido de que –insisto– es una pintura que no

busca una lectura ni una interpretación racional, sino que nos invita a captar su esencia desde el plano sensorial. En esta ocasión, la pintora hace un guiño humorístico a la jerga bursátil titulando sus obras con términos relativos a ésta: Expectativas, Análisis, Potencial, Inversión, Volatilidad, Comisiones… La artista juega con formas alusivas a dicho lenguaje, las trastoca, y deja al espectador el camino libre a su interpretación personal. Pongamos como ejemplo dos piezas que visualmente resultan antagónicas: Potencial es una pintura de talante sereno, realizada con una paleta austera, en tonos invernales, resultado de la sutil combinación de blancos, grises y azules, simbiosis que dota al cuadro de cierta melancolía y un hálito nostálgico. Una línea roja ascendente que evoca la gráfica de índices bursátiles cruza la superficie en sentido diagonal, rompiendo en forma contundente la apacible quietud de la composición. Privilegios revela un sentido diametralmente opuesto: exuberantes formas circulares invaden la superficie de la tela creando un dinamismo acentuado por la insolente presencia de los colores rojos, naranjas y rosas, tonos que remiten al fuego, a la pasión y al erotismo. Si el primero crea en el espectador una sensación de apacible quietud, el segundo es el triunfo de la exuberancia sobre el recato. La pintura que no es plenamente figurativa exige por parte del público un ejercicio de introspección, una profunda exploración de la mirada. Explorar la pintura de Astrid Sommer es adentrarse en el mundo de colores que Pastoureau define como la quintaesencia de la emoción sensorial. La de Sommer es una pintura que busca ser alegría pura y lo consigue sin mayores pretensiones • Potencial, Arriba: Privilegios

ISITAR EL DARGAH SHARIF de Ajmer, ciudad del Rajasthan, es un convite a los sentidos. Se trata del oratorio musulmán más sagrado de India. Por la recta bulliciosa del bazar que lo precede, menos que reptando, varios hombres poliomielíticos o amputados tras la lepra se convierten en arañas, cantan y se lamentan empanizados por un polvo fino cuyo olor difiere del sándalo. Siendo justos, también así podrían comenzar la crónica de un viaje sonoro por el norte de India, donde más de mil millones de personas coexisten divididas en numerosas castas, culturas y religiones, donde la mayoría se queja –¡cuándo no!– de la corrupción de sus políticos.

Dejamos fuera nuestro calzado, ingresamos al templo en que yace el santo sufí Khwaja Moinuddin Chishti. Nos disolvemos en fervores que arrastran a un ahogo inevitable. Flores y sudarios bordados, collares y billetes. Todo colorea violentamente al ojo, al oído que ya percibe el rezo de un Imán concentrado en la lectura que no para nunca. De pie frente a la tumba se aprietan hombres, no mujeres. Apenas notan un comportamiento fuera de protocolo. Así de entregados se hallan, a diferencia de quienes cuidan el santuario desde sus cuidadas barbas, confirmando algo con un gesto sin gesto: lo observan todo. También podríamos presentar este cuadro. Sucede en la fiesta del Mahashivratri (nupcias entre los dioses Shiva y Parvati) en Benarés, Varanasi o Kashi, como llaman a esta ciudad quienes resisten diariamente sus embates. Esencial para los indios, se compara con La Meca, Jerusalén o El Vaticano. “A la derecha vaca y a la izquierda caca”, dice quien nos lleva por callejones que apenas permiten el tránsito de un sol distinto. Entre monos y perros famélicos que hurgan en la basura, surge de pronto el más sagrado néctar de India, su Ganga milenaria, el río en que se bañan y rezan los vivos, en que se disuelven las cenizas de los muertos. Atardece. Comienza el Aarti, ceremonia de alimento al torrente que se ha vuelto espectáculo en el Ghat Dashashwamedh (una de las escalinatas principales del Ganges). Antes de acercarnos a los músicos que ya bordan el aire, tomamos té, pensamos en los niños, embarazadas y enfermos que, al morir, no son quemados con leña sino hundidos con piedras en el río. Tragamos. Las canciones que nos arropan son extraordinarias. Armonio, voz, tabla y campanas enmarcan la coreografía de siete sacerdotes jóvenes, diestros en la restauración de una deidad líquida que pacientemente aguarda al monzón para limpiarse la frente. A lo lejos, cuando la música para su largo trance, suenan los quejidos de un perro moribundo al que nadie ayuda. Mañana veremos a otro comiéndo-

se a su semejante, a otros más buscando restos en el crematorio Manikarnika. Porque aquí la vida fluye con el río, pero no se impulsa. Es la linga de Shiva, el amado destructor. Otra estampa fiel de lo que suena en India sucedería en el cuarto de cualquier hotel. La televisión está encendida. ¿Canales? Eliminemos los que no sean nacionales. Todavía quedan bastantes. Podemos clasificarlos burdamente: unos pocos de entretenimiento y ventas por teléfono, otros religiosos (muchos) y sí, los que muestran videoclips de cintas de Bollywood, la Hollywood de Mumbai. Una más bella que la otra, las estrellas femeninas del cine indio bailan sensualmente, lejos de la vulgaridad. Vestidas vaporosamente, sus rasgos revelan influencias exteriores pero nunca abandonan esos ojos profundos, esa cabellera negra, esos labios carnosos. Poderosas, coquetean con musculosos galanes que no saben el significado de la palabra pena. Bailan como ellas desde hace siglos. Así lo muestra Ganesh, el dios cabeza de elefante, en la piedra milenaria de Khajuraho. Así lo muestran viejos extractos de películas que se combinan sin parar con los éxitos del día. Balada y pop son los géneros. De calidad variopinta, es más que interesante. Con todo, son las transmisiones religiosas las que ofrecen la mejor música clásica de India si no se tiene suerte de asistir a un festival que la provoque. De rato en rato aparecen grupos de alabanza que ponen la piel eriza. Y es que no es fácil, querida lectora, lector, que los instrumentos nos asalten por la calle. Fuera de los encantadores de serpientes y de los vendedores de suvenires, del rezo de las mujeres y santones, del radio ahogado por un claxon interminable, cuesta toparse con intérpretes avezados, de esos que enaltecen la reputación del subcontinente como uno de los más sofisticados. Pero los hay y pudimos escucharlos. Lo contaremos en siete días. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos • (Continuará.)

BEMOL SOSTENIDO

Jornada Semanal • Número 994 • 23 de marzo de 2014

ARTES VISUALES

13


arte y pensamiento ........

23 de marzo de 2014 • Número 994 • Jornada Semanal

14

Jorge Moch

Ana García Bergua

L

A CALLE EN LA que vivimos es el estacionamiento de los valet parking de los comercios cercanos. Desde muy temprano, nuestra empedrada vía coyoacanense se cuadricula y picotea como los mapas de guerra de las películas, se llena de cubetas, cintas y gordas piedras, para después convertirla en una especie de archivo de coches en batería que entran y salen y benefician a toda clase de personas, excepto las que ahí amanecemos, comemos y dormimos. Los vecinos ya podemos tardar siglos en salir de casa entre marismas de automóviles o pedir a nuestros invitados que lleguen en paracaídas porque en coche es imposible: la calle es de los famosos valets y sus amos, quienes cobran por ofrecer a sus clientes pedazos de espa-

cio público. Y eso que estamos junto a uno de los edificios de la Delegación: nuestras cartas, cuando hemos osado protestar, no han servido de nada. Todo esto para explicar por qué, cuando propusieron poner parquímetros, nos pareció magnífico. Por fin, pensamos, los restauranteros tendrán que conseguir un espacio para los autos de los comedores de pizza, churrasco y sirloin; o ellos quizá, buscarán su propio lugar, que a fin de cuentas les saldría más económico. Pero otros vecinos nos hicieron ver la monserga que son esos parquímetros, especialmente para quienes vivimos en privadas, vecindades o edificios de departamentos con una sola entrada, a los cuales nos otorgarían una única tarjeta correspondiente para estacionar un auto sin pagar. O los que vienen a trabajar a Coyoacán en coche. A todos les saldría carísimo pagar por tener todo el día el coche estacionado en las calles de este pueblo. Ahora entró el inah a detener las obras y la verdad me alegré, pues ver Francisco Sosa cuadriculada en blanco me provocó una horrenda melancolía, además de que comparto la desconfianza general sobre el destino del dinero que se deposita en los parquímetros: nos informan en una hoja que se ha distribuido entre los vecinos que el treinta por ciento se destinará a obras públicas. ¿Y el resto? ¿Será para el delegado y la compañía tragamonedas? Amigos que viven en la Condesa y la Cuauhtémoc nos dicen, sin embargo, que los parquímetros han sido benéficos para sus calles, pues han terminado con los viene-viene y los valets, que se apoderan de ellas. La delegación de Coyoacán ha tenido siempre un curioso matrimonio con los viene-viene: útiles en épocas de elecciones, les han dado credenciales, mandiles y permisos, les han asignado calles y, por épocas, les han permitido imponer precios y disponer del espacio como muy pequeños terratenientes; en otras

épocas deciden expulsarlos durante una semana, al cabo de la cual regresan, y así. Sólo falta que les pongan moños o les enseñen danza hawaiana. Y muchos vecinos y comerciantes prefieren negociar con su viene-viene de confianza; por lo menos saben a dónde va a parar el dinero que por fuerza hay que pagar. Seguramente ustedes han visto las noticias sobre todas las protestas que se han organizado y el delegado que se esconde o deja plantados a los quejosos (y es literal: a quien esto escribe le tocó hace meses, mientras hacía un trámite en la delegación, ver al señor delegado utilizar el popular escape por el baño del fondo, pues había un grupo de manifestantes en la puerta). En fin, yo creo que los viene-viene están desde siempre en las calles de Tenochtitlán, ofreciendo sus servicios al mejor postor, que es ahora el coche y antaño a saber qué sería. Serán producto del desempleo, de la carencia de oficio, del amor al aire, cosas que ignoro. Pero el verdadero problema, pienso yo, es que el espacio público es público y nadie debería cobrar por él: ni la compañía de los parquímetros, ni los valets, ni los comercios, ni los viene-vienes. Con lo fácil que sería quitar cubetas y postes, impedir que dispongan del espacio, aplicar la ley y arreglar las banquetas para que la gente prefiera caminar. ¿O tan terrible es que la calle se utilice libremente, al ritmo de quien llega y quien se va, dentro de las reglas, sin que nadie se apropie o beneficie? Si seguimos así, en el futuro aparecerá un valet que cobrará a los transeúntes por detenerse a platicar en una esquina. Si respiran mucho, son diez pesos más. Ya existen, me cuentan, coches que se estacionan solos. Quizá les seguirán coches que se van a comer solos también o a platicar entre ellos, en lo que encuentran lugar para estacionarse. Y en época de elecciones, tendrán su delegado •

Calderón, sus montajes No me toques, estoy endemoniado. No puedo

dormir porque los condenados incendian mi cama… Julio Inverso, Baile de soñadores

E

N MÉXICO HEMOS PADECIDO una cáfila de expresidentes de la peor ralea y ninguno ha estado preso aunque hayan desangrado el país. Corruptos y de maneras más o menos disimuladas vinculados a diversas formas de delincuencia, demagogos o simplemente imbéciles los presidentes mexicanos han dejado

sexenales herencias lamentables. Allí sentó a cinco hombres como los sicalos casos más sonados de crueldad re- rios del narcotráfico culpables de un ciente, como el 1968 de Díaz Ordaz, o ataque con coche bomba en Ciudad las tarascadas represivas de Luis Eche- Juárez. Los cinco jóvenes eran residenverría; la carrera delictiva de simios tes de la zona. Fueron acusados, golcomo Arturo Durazo bajo las protecto- peados, torturados para que confesaras alas de cuervo de José López Porti- ran lo que no habían hecho, como llo, las atrocidades de guerra sucia y consigna la nota de Daniela Rea en El asesinato selectivo durante los grises Universal (15 de marzo) y casi cuatro años de De la Madrid y Salinas, masa- años después liberados con un “uscres como Acteal y Aguas Blancas cuan- ted disculpe”. Los cinco están destrodo hizo que gobernaba Ernesto Zedi- zados, como los demuestra la aplicallo; ahí la bestial escalada de violencia ción del correspondiente Protocolo durante la gestión lamentable del de Estambul. burdo Fox… Pero ni en la Decena TráA principios de 2011, en Ensenada, gica murió tanta gente de maneras Baja California, la señora Miriam Isaura cruentas como durante la desastrosa López Vargas fue acosada por elemencabalgata genocida que encabezó ese tos de la Secretaría de Marina en el reenano moral que es Felipe Calderón tén de Loma Dorada. Envió un correo quien, como sabemos hasta la náusea, electrónico de queja a la Sedena y en fue impuesto con un burdo fraude febrero fue secuestrada por un comanelectoral –como Peña ahora que sabe- do que luego resultó ser de militares. mos que efectivamente rebasó topes Fue detenida, humillada, torturada de campaña en ¡4 mil 599 mil millo- –golpeada, violada repetidamente, asnes!– y le urgía untar de legitimidad fixiada con bolsas de plástico, electroinmundicias y asegurar potestades. cutada en los genitales– para que se Su guerra contra el crimen, improvisa- confesara culpable de un crimen, cualda para amigarse con Estados Unidos, quiera, que no cometió. Su caso ha enardeció la violencia que se venía co- sido tomado por los diputados Ricarcinando a la sorda desde antes. Calde- do Mejía Berdeja y Ricardo Monreal rón y sus criados como Genaro García para obligar a puntos de acuerdo parLuna, sabedores de que no iban a poder lamentario en las investigaciones que desarticular de veras grupos crimina- lleven a reparar, en lo posible, tanto les, optaron por multiplicar frentes… daño a la vida de Miriam. Solamente en televisión. Mientras el país empe- por cualquiera de esos casos en que zaba a consumirse a estallidos y críme- las fuerzas armadas que comandó con nes violentos, Calderón quiso estirar tanta pompa durante seis larguísimos cortedades con montajes televisivos años violaron derechos de ciudadaque lesionaron gravemente el tejido nos inermes y los torturaron, Caldesocial y causaron perniciosas farsas rón y sus secuaces, civiles o uniformajurídicas (y paradójicamente mediá- dos, deberían estar purgando largas ticas porque terminaron colocando condenas. A finales del mismo año el a las instituciones en ridículos inaudi- jurista Netzaí Sandoval denunció ante tos) que además han estado siendo la Fiscalía de la Corte Penal Internacioaplastadas en tribunales. El caso más nal a Felipe Calderón por actos de lesa sonado fue, claro, la doble captura de humanidad. En respuesta, días desla francesa Florence Cassez y la banda pués la Presidencia contestó con una de secuestradores de los Vallarta. Pe- bravata en la que afirmaba explorar ro ahora sabemos que la tan cacarea- “alternativas para proceder legalmente”, da muerte del narcotraficante Nazario según afirma la nota de Proceso el 27 Moreno fue otra farsa propagandística. de noviembre de 2011, contra “persoLas detenciones falsas, las confesio- nas que acusan temerariamente […] nes obtenidas con tortura, no se hicie- de abusos y violaciones a los derechos ron esperar. Ciudadanos inermes fueron humanos”. El proceso continúa. acusados de crímenes terribles, someMe pregunto si Calderón trabaja en tidos a procesos infames y crueles… y sortear la posibilidad, anhelada por exhibidos en la tele. En agosto de 2010 muchos mexicanos, de que termine en la Policía Federal de García Luna pre- la cárcel •

CABEZALCUBO

De parquímetros y cosas peores

PASO A RETIRARME

tumbaburros@yahoo.com Twitter:@JorgeMoch


Jornada Semanal • Número 994 • 23 de marzo de 2014

........ arte y pensamiento

Juan Domingo Argüelles

L

A DIRECTORA GENERAL DEL Registro Civil de Sonora, Cristina Ramírez Peralta, salió a presumir en los medios la prohibición, en ese estado, de sesenta nombres propios. Oronda, dijo que esta prohibición es para “proteger a los niños sonorenses de sufrir bullying en las escuelas”, y justificó el abuso de autoridad amparándose en el artículo 46 de la Ley del Registro Civil local que “prohíbe registrar al menor con nombre propio que sea peyorativo, discriminatorio, infamante, denigrante, carente de significado o que constituya un signo o siglas”. Según la funcionaria, esto “es un acto de buena fe para que los padres tomen conciencia”. Pero ningún abuso de autoridad puede ser de buena fe.

Los nombres proscritos en Sonora son pueden prohibir nombres tan romanos y los siguientes: Aceituno, All Power, Aniv- castellanos como Caralampio, Cesárea, delarev, Aguinaldo, Batman, Benefecia, Delgadina, Diódoro, Gorgonio, MarciaBurger King, Caraciola, Caralampio, Che- na, Patrocinio, Petronilo, Procopio, Sobeiyenne, Christmas Day, Cacerolo, Cesárea, da, Telésforo, Tránsito y Virgen? ¿Y qué Circuncisión, Culebro, Delgadina, Diódoro, noción tendrán de la eufonía si no distinEmail, Escroto, Espinacia, Facebook, Fula- guen la intención poética en Zoila Rosa? nito, Gordonia, Gorgonio, Harry Potter, ¿Y qué harán con los apellidos? ¿ProhiHermione, Hitler, Hurraca, Iluminada, Indio, birlos también? Agapito no está entre los James Bond, Lady Di, Marciana, Masiosare, nombres proscritos. El señor Peláez puede Micheline, Patrocinio, Panuncio, Petronilo, nombrar Agapito a su hijo. Y Agapito PePiritipio, Privado, Pocahontas, Procopio, láez irá por el mundo albureándonos, ¡porPomponio, Rambo, Robocop, Rocky, Ro- que ese es su nombre y punto! Isela tamlling Stone, Terminator, Sonora Querida, poco está proscrito en Sonora, cuando el Sobeida, Telésforo, Tránsito, Tremebundo, albur es facilísimo para el bullying: Isela Twitter, Usnavy, Virgen, Verulo, Yahoo y Zoi- recuerdo, Isela dejo ir, etcétera. Salomé la Rosa. ( Vale decir que ninguno de los tampoco tiene prohibición. El señor Terán, nombres prohibidos corresponde a los de puede ponerle Salomé a su hija. Y Salomé los diputados de la lx Legislatura sonoren- Terán al igual que Agapito Peláez no tiese, entre los cuales hay una Perla Zuzuki, nen por qué esconder sus nombres, pero, un Próspero, un Vernon, una Shirley y un a lo mejor, el Registro Civil de Sonora les Gildardo.) prohibirá sus apellidos. ¿Protección conEn México, los “legisladores” suelen ha- tra el bullying? ¿Y qué puede hacer el niño cer leyes a partir de sus ocurrencias y en Porfirio si su padre se apellida Bello y su razón de su ignorancia y analfabetismo. madre Del Hoyo?, ¿y qué hace la niña ItLa Ley del Registro Civil de Sonora es un zel, si su padre se apellida Zepeda y su atentado contra la libertad y ya la Comi- madre, Urrea? Porfirio Bello del Hoyo e sión Estatal de Derechos Humanos inició Itzel Zepeda Urrea simplemente no tuuna queja de oficio, por una razón eviden- vieron suerte. te: nadie (y menos el Estado) puede limitar En Querétaro la directora estatal del la libertad de los ciudadanos de poner a Registro Civil, Martha Fabiola Larrondo sus hijos los nombres que se les dé la gana. Montes, afirmó que también allá se proUna ciudadana sonorense llamada Sobei- híbe a los padres “registrar a sus hijos con da se inconformó por el hecho de que, en nombres raros, a fin de que no los exponcaso de tener una hija, le sea prohibido gan al escarnio”. ¿Y con qué derecho? Naponerle ese mismo nombre. Y la Constitu- da más por sus pistolas. ¿Nombres raros? ción política le dará la razón. Apanicado, el ¿Escarnio? No hace falta llamarse Torcuapanista que promovió la nueva ley (¡y que to, Próculo, Robocop o Casiano para ser se llama Luis Nieves Robinson!) ya anun- motivo de burla. Basta con apellidarse ció que meterá reversa para, en vez de Larrondo. “prohibir”, “sugerir” a los padres que no reLa solución no está en prohibir el uso gistren a sus hijos con nombres “que pue- de nombres propios, sino en educar, para dan causarles problemas en el futuro”. (A enseñar la eufonía del idioma, que es lo ver cómo entienden los brillantes funcio- más cercano a la poesía. Sólo así dejarán narios del Registro Civil el verbo “sugerir”.) de existir las Yésica Galindo, los Benito CaLos diputados ignoran, como es obvio, melo, las Alma Madero, las Dolores Meraz, las sutilezas y los poderes del lenguaje. etcétera. Pero prohibir el uso de determiMás allá de los nombres extravagantes nados nombres propios es autoritarismo, que los padres les enjaretan a sus hijos, fundamentalismo e ignorancia de los de¿de dónde sacan los “legisladores” que rechos humanos •

@luistovars

JORNADA DE POESÍA

Nombres propios: autoritarismo e ignorancia

Luis Tovar (Auto)referencia

P

ARA CUALQUIERA ES MÁS que evidente, incluido el cinéfilo menos interesado en el cine mexicano y, por lo tanto, menos conocedor del mismo: El crimen del cácaro Gumaro (Emilio Portes, México, 2014) basa su propuesta en un ejercicio, simultáneo y sostenido, de referencialidad y parodia. Propósito y, al mismo tiempo, medio para lograrlo, la mirada antisolemne/irreverente/sarcástica/burlona que la cinta arroja sobre sus pares –aquí, mejor dicho, sus antecedentes/referentes–, se hace tan extensiva como lo permiten el pietaje y el desarrollo de una trama cuya sencillez, infortunadamente, resulta igual de damnificada que Güémez, el pueblo ficticio donde la historia tiene lugar.

El juego de tiro al blanco de este largo antihomenaje comienza, desde luego, con el propio título, parafraseo de la conocida cinta dirigida por Carlos Carrera y protagonizada por Gael García; continúan inmediatamente con la parodia directa a la escena pivote de Amores perros –aquí rebautizada como “Olores perros”–, y no se detiene: ya sea que consista en clarísimas referencias a la filmografía nacional, por ejemplo la reconstrucción burlesca de una escena perfectamente reconocible del documental Presunto culpable, o la totalmente palmaria de Luz silenciosa, así como uno de los protagonistas vestido en alusión obvia a Pedro Infante-Pepe el Toro, o un personaje de reparto que refiere al ciego interpretado por Miguel Inclán en Los olvidados; ya sea que consista en guiños rápidos, verbigracia un cartel de la película “El güey del barrio”, un table dance con el nombre de Sara García, y un sinfín de copias pirata de cintas tituladas “Hola, mi trailera”, “Y tu agüela también”, “Cinco días sin ñora”, y así por el estilo.

Cine mirando cine Afortunadas –es decir graciosas, tratándose como se trata de una cinta de humor, aunque por otro lado jamás hilarantes– en prácticamente todos los casos por lo que respecta a dicho nivel de alusión cercana o lejana, las referencias paródicas, así como la presencia en pantalla de este o aquel actor-personaje, no pueden sino ser un arma de doble filo, pues basta con que el espectador desconozca el origen de esta o aquella presencia o referencia para que el gracejo pierda la gracia. Por dar dos ejemplos al azar: uno, los “rescates” de Jorge Rivero, Alfonso Zayas y Alberto Rojas, meros cameos, pierden sentido si quien mira desconoce lo conspicuo de ese trío actoral (por cierto pésimo, como el cine que perpetraron en su tiempo de infausta jauja, por más que hoy esté tan de moda el comedimiento de una revaloración sin asideros que no sean meramente nostálgicos) en lo que fuera ese

cine de albures, falsamente porno, que medrara en México hace algunas décadas. Ejemplo dos, la aparición de José Sefami caracterizado exactamente como el personaje que hiciera en Conozca la cabeza de Juan Pérez: nada le dirá ese payaso encarcelado a quien no haya visto la ópera prima de Emilio Portes. En esto último está la clave del innegable descenso que El crimen del cácaro Gumaro comienza a mostrar en cierto punto de su trama. Ya que se habla de alusión y vinculación con el cine mexicano previo, quienes hayan visto Pastorela, Naco es chido y El Santos contra la Tetona Mendoza, no podrán dejar de reconocer que el debut cinematográfico del televisivo Güiri-Güiri guarda más de una similitud con esa tríada de filmes, aunque desgraciadamente para mal. Guionistas junto con Andrés Bustamante, Emilio Portes y Armando Vega Gil parecen haber optado por la autorreferencialidad antes que por la autocrítica, como lo deja ver claramente esa tendencia al engolosinamiento y el exceso: los mutantes ojiverdes de El crimen… son calcas directas del ejército de diablos de Pastorela, y las falsas vueltas de tuerca que desfiguran una trama sencillísima –dos hermanos en pugna por cuestiones de herencia– recuerdan sin remedio los retruécanos que alargan sin sentido a Naco es chido. En última instancia, como mínimo es de bastante mal gusto e inmodesto citarse a sí mismo, a la manera de los antólogos literarios que incluyen obra propia en sus antologías. Pero que Jis y Trino, presentes a cuadro, no se confundan. Aunque el guión los hace salirse a media función diciendo que lo que miran es peor que El Santos…, en realidad no es así: en más de una ocasión, El crimen del cácaro Gumaro es rescatada de sus propias trampas por el talento de Bustamante, de quien cabría esperar un siguiente filme que dependa, para mover a risa pero de principio a fin, menos de la puntada y más de la continuidad •

CINEXCUSAS

15


creación

Ilustración de Juan G. Puga

23 de marzo de 2014 • Número 994 • Jornada Semanal

N

o se puede despreciar a la gente nomás así –aconsejaba Décimo Limas a Donoso, el candidato presidencial que no quería aceptar al Pacho Abregoziel Orellano en la mesa de invitados a una discreta cena de amigos en Monterrey. Décimo había sido bautizado con ese nombre (y no con el de Mendocino, como una guapa vidente española había sugerido) para honrar el mandamiento bíblico número diez, que “prohíbe la codicia del bien ajeno, que es la raíz del robo, del pillaje y del fraude; prohíbe dejarse llevar de la concupiscencia de los ojos, que lleva a tantos pecados; y prohíbe la avaricia y la envidia, que son enemigas del orden y la concordia entre los individuos, las familias, los pueblos y las naciones” (la visionaria referencia había sido tomada del Catecismo básico, publicado por la Agencia Católica de Informaciones en América Latina). Pero Décimo, que obviamente no tenía santo, s i n o p o rc e n t a j e , s e r í a , a l p a s o d e l t i e m p o , buenísimo para el billete, el trago, los toros y otros sacrificios diocesanos. Las artes adivinatorias de quien ponía nombres a los hermanos Limas quedaron históricamente de manifiesto al momento de clasificar al que más famoso sería, Cargos, a quien con aquellas prefiguraciones bautismales se creía encaminar de manera inevitable a la adquisición de plazas, funciones y cometidos públicos, vaticinio que en ese tópico se cumplió pero que conllevaba otro augurio, negativo, escondido como cookie de internet, pues al advenimiento deseado de nombramientos gubernamentales se sucedieron también acusaciones, imputaciones y recriminaciones, es decir, los otros cargos (judiciales y éticos) derivados de los primeros (administrativos y políticos). El apellido tampoco se salvaba del toque irónico: Limas, como los instrumentos de acero clásicamente usados por los presos para desgastar los barrotes carcelarios. Yo limo, tú limas, todos limamos en ese ejercicio estriado con el que pretendemos disimular nuestras imperfecciones o fugarnos de nuestras celdas existenciales. Había, desde luego y como en toda familia expuesta a las habladurías públicas, versiones en el sentido de que el apellido original no era el de los frutos del limero, sino que en maniobras típicas de prestanombres había acabado siendo Limas lo que en realidad era Salim e, incluso, que

a este apellido le habían limado una vocal telefónica, llegando el chismorreo al extremo de sugerir que, en el fondo, esos apellidos eran uno solo en el que se fundían –a veces simulando largas distancias temporales– los poderes político y económico del país, entrelazados como el nombre de una delgada –en inglés, slim– cadena de restaurantes llamada Carlie&Charlos. ¡Felicidades por el primerísimo lugar de Nosotros los Forbes y Ustedes los Carlos! –Entiéndeme, Décimo. No puedo, no debo y, la verdad, no quiero. Entiéndeme y ayúdame. Dile a tus amigos que me esperen, que no puedo correr riesgos, que más delante platicaremos –decía Aldo Luis a aquel personaje que había sido clave en la construcción de las carreras tanto de su hermano Cargos como del propio Donoso. –Hay cosas que no se pueden pedir, chino –contestaba con su voz bajita, suave, casi en tono Corleone, el hermano encargado de los asuntos económicos de La Familia, agregando ese elemento de identificación inicial, la referencia al pelo ensortijado que en mata lucía años atrás el sonorense recién llegado del extranjero al que Cargos había presentado como una especie de hijo político a Décimo, el Mister Ten per Cent que entonces había decidido llamar “chino”, con capilar confianza, al joven en tutela. –Ni tú me puedes pedir que no los invite –continuaba– ni yo puedo pedirles a ellos que no vayan. Sería una grosería extrema de mi parte el transmitir un mensaje así, y sería peligroso el que

Los mentados hermanos Limas* Julio Astillero

tú te atrevieras a tratarlos de esa manera. Piénsalo, licenciado Donoso, señor candidato, futuro presidente, y me vas diciendo… –cerró la plática Décimo, ya con un tono distinto en las palabras finales, entre desilusionado y cansado, como si al estar hablando pudiese ver frente a él las estampas sangrientas del futuro que en esos momentos comenzaba a tomar forma. –No necesito pensar más, Décimo. No quiero ver en estos momentos a ese tipo de gente cerca de mí; ni en la campaña, ni en reuniones privadas. Y te quiero pedir de favor que no me hables así, de “licenciado”, “candidato” o “presidente”. Sabes bien que hoy y siempre nada más he de ser tu amigo, simplemente tu amigo, tu amigo Aldo Luis –y acompañó las palabras con una sonrisa franca, abierta, que, aun cuando con cierto retraso fue retribuida en términos parecidos por el visitante en retirada, no sería nunca más la misma, rota como allí había quedado una relación básica, literalmente vital. Restaurante D’Tortari MacKill Donald

prepara

Hamburto

doble

y

–¿Y qué cree este hijo de la chingada, que el dinero de la campaña lo cagamos? ¿De dónde supone que salieron los millones de dólares que le acabamos de entregar nomás pa’ que cubra gastos de estos días? ¿Ahora se va a declarar blanca palomita que no sabe cómo se hace la política en México, ni cómo se ha hecho todo para que yo sea presidente, ni cómo se harían las cosas si él llegara a sucederme? ¿El señorito nacido en Mafialena de a Kilo no quiere saber nada de “esos asuntos”? ¡Dime, Baúl, dime qué chingados sucede! (a veces, en la intimidad, Cargos llamaba Baúl a su hermano Décimo, pues lo consideraba una especie de cofre guardián de los secretos familiares y de otro tipo de riquezas menos espirituales). ¿Ahora ya no hay amigos, y a los que nos han ayudado a hacer política les damos una patada en el culo? ¿Se ha vuelto loco este cabrón, o qué? • * El periodista Julio Hernández López (@julioastillero) escribió Lomas Salinas y otros c(r)uentos como parte de una serie de textos de “política ficción” sobre las elecciones de 2006 que no ha sido publicada. El libro completo, disponible en la versión online de La Jornada, se refiere al tema específico del asesinato del candidato presidencial del pri , Luis Donaldo Colosio, veinte años atrás.

16


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.