Comprensión, estudio e intervención de la familia desde el modelo del ciclo vital

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Comprensión, estudio e intervención de la familia desde el modelo del ciclo vital Por: Lic. Juan José Azurdia Turcios 1

Resumen La familia puede ser comprendida desde diversos enfoques teóricos, como el psicodinámico y el estructural. Ambos aportan un orden a la compleja realidad de la familia, facilitando con ello su comprensión e intervención. El modelo del ciclo vital concibe a la familia como un organismo vivo que nace, se reproduce y muere. En consecuencia expone una serie de fases secuenciadas, que la familia atraviesa y van desde el desprendimiento del joven de la familia de referencia hacia la consolidación de la pareja, la llegada del primer hijo, la adolescencia de los mismos y su desprendimiento para comenzar un nuevo sistema y dejar a la familia nuclear como la pareja que fue en sus inicios. Palabras clave: psicología de la familia, enfoque psicodinámico, enfoque estructural, modelo del ciclo vital, intervención familiar.

Abstract Family can be understood from different theoretical approaches such as the psychodynamic and the structural, which contribute in setting an order to the family’s complex reality, enabling understanding and response. The life cycle sees the family as a living organism that is born, reproduces and dies. The Family life cycle is a series of developmental stages a family moves through over time. The first stage is unattached adult, accepting parent-offspring separation, the second phase would be newly married adults, followed by childbearing, which will become a teenage child who would look for independence and will begin a new system of his own. Key words: family psychology, psychodynamic approach, structural approach, life cycle, family intervention

(1) Psicólogo, Diplomado en Proceso Terapéutico Fenomenológico y Psicodinámico, Maestrante en Educación con Esp. en Organización y Gestión de Centros Educativos. Profesor en la Licenciatura en Psicología Clínica de la Sede Regional de la Universidad Rafael Landívar en La Antigua Guatemala y Administrador educativo de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala. E-mail joseazurdiat@gmail.com, azurdia.juanjose@usac.edu.gt y jjazurdia@correo.url.edu.gt sitio web www.joseazurdia.com

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y liga simultáneamente a la sociedad: la familia.

Introducción Actualmente la familia es un objeto de estudio de la psicología. El propósito de tomarla como categoría de la psicología es describirla como un organismo vivo, un conjunto de personalidades interactuantes mediante la comunicación verbal, organizada en estructuras jerárquicas que establecen normas para su funcionamiento (Minuchín, 1983; Estrada, 2012).

Además de la perspectiva psicoanalítica, existe el enfoque estructural, cuyo máximo exponente es Salvador Minuchín. Este enfoque se caracteriza por concebir a la familia como un sistema estructurado, compuesto por sub sistemas u holones que tienen funciones específicas y se interrelacionan entre sí.

Además de ello, la familia puede compararse con los organismos vivos que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Asimismo pues, la familia cruza una serie de etapas que implican alegrías y desavenencias.

En este documento se expondrán comparativamente las propuestas de Lauro Estrada Inda, Salvador Minuchín y Ángel Valdés Cuervo con la finalidad de tener una visión integral acerca del ciclo vital de la familia, sus fases, las dificultades que podría enfrentar y de qué manera deben intervenirse.

Dichas etapas pueden estudiarse a partir de dos grandes teorías psicológicas: el psicoanálisis y la psicología estructural.

El ciclo vital de la familia

Históricamente la psicología psicoanalítica surge como el estudio de los fenómenos psicológicos individuales comprendidos en términos de la movilización de la energía psíquica o líbido y la existencia del inconsciente.

Lauro Estrada Inda (2012), a partir de la sub división de Pollak propone una división didáctica más amplia del ciclo vital de la familia para comprender las etapas por las que pasa en su evolución, los conflictos que tendrá y las tareas que deben promoverse para su resolución. Esta división tiene también la finalidad de proponer modelos de estudio que faciliten su comprensión y comparación con otras familias, a partir de la cual se promueva su salud y prevención de posibles patologías en la familia. Dichas fases son seis y se enlistan a continuación.

Sigmund Freud registró el proceso para brindar psicoterapia y promover el cambio psicológico (Estrada, 2012). Fueron los discípulos de Freud, como Adler, Jung y Horney quienes comenzaron a poner énfasis en las influencias externas en la configuración y funcionamiento del aparato psíquico, dando a la psicología el nuevo enfoque psicosocial.

1. 2. 3. 4.

A partir de allí se evidencia la necesidad de expandir los estudios de la mente y las emociones del individuo hacia la primera institución social que lo separa 2

Desprendimiento. Encuentro. Los hijos. La adolescencia.


5. El reencuentro. 6. Soledad y muerte

El desprendimiento es doloroso, pero necesario para que el adolescente salga del sistema familiar de referencia y pueda conformar uno nuevo de manera exitosa. Indudablemente esta fase implica una crisis en el sistema familiar, ya que también es difícil para los padres quienes deben promoverlo.

Vale resaltar que Estrada contempla cuatro áreas a las que debe prestarse atención a saber: identidad personal, sexual, economía y fortalecimiento del yo. La identidad personal se refiere a la orientación personal a lo largo del tiempo, el área sexual implica el intercambio psíquico y biológico, la economía se refiere a la división de roles para el sustento económico y el fortalecimiento del yo a las defensas en la interacción familia – sociedad.

Cuando el sistema familiar no puede hacer frente a este desprendimiento, los padres por lo regular utilizan dos herramientas para mantener al hijo sujeto a la familia de referencia: el dominio y el control. Mediante ese dominio y control sobre las acciones, los padres obligan al adolescente a hacer lo que ellos quieren. Tal principio se observa en las familias donde los padres influyen activamente en la toma de decisión vocacional y de pareja del adolescente, entre otras.

Por su parte, Minuchín (1983) también hace una descripción aún más breve del ciclo vital de la familia, indicando la existencia de 4 etapas diferenciadas: 1. Conformación de la pareja. 2. La familia con hijos pequeños. 3. La familia con hijos en edad escolar o adolescentes. 4. La familia con hijos adultos.

Ante esta situación, el rol del terapeuta no consiste en mitigar el dolor favoreciendo la homeostasis como se pudiera pensar, sino en asegurar que el sistema familiar pase de una fase a la siguiente, de la mejor manera posible. Es decir, promoviendo la separación y el desequilibrio que ello conlleva.

A continuación se hará una exposición de cada una de las etapas, sus características, dificultades y tareas para su resolución. Se utilizarán las etapas descritas por Estrada Inda ya que son más amplias que las propuestas por Minuchín.

Además del dominio y el control, existen otros factores implicados en el proceso de desprendimiento (Estrada, 2012): la búsqueda de intimidad, la fusión y la idealización.

Desprendimiento La primera fase del desarrollo familia, de acuerdo a Estrada Inda (2012), consiste en el momento en el que el hijo adolescente abandona el hogar para formar una nueva familia. Este proceso es el desprendimiento.

Si la familia ha cumplido con su función de preparar al adolescente como un individuo sano capaz de formar una nueva familia entonces buscará la cercanía 3


con otra persona, la aceptará con sus aspectos positivos y negativos, es decir, como una persona completa. Al contrario, el deseo de fusión se caracteriza por un desarrollo inmaduro en el que el joven buscará realizar su autoimagen sosteniendo el mito de “estar de acuerdo en todo” con su pareja, para posteriormente atribuirle todos sus problemas.

Respecto a la idealización, esta es normal en los primeros años de la pareja, sin embargo con el paso del tiempo y la convivencia esta se rompe, ya que se perciben aspectos que antes no se detectaron.

Área de identidad: deberá garantizarse que ambos miembros son personas independientes y autónomas capaces de transferir el anclaje afectivo de los padres a la pareja. Área sexual: consistirá en la expresión de las necesidades de cada uno para alanzar ambos la satisfacción. Área económica: implica la adquisición de cosas pequeñas como perfumes, regalos, etc. hasta los electrodomésticos según sea el caso. Área de funciones del yo: implica aprender a ser pareja, a ser novia, novio, etc. y las funciones sociales que se le atribuyen a cada rol.

Encuentro No está de más aclarar que el joven deberá buscar la búsqueda de intimidad y no la fusión e idealización, ya que es por medio de la búsqueda de intimidad, que la pareja establece una alianza saludable. Si la pareja no tiene dicha alianza, lo más probable es que renuncien al intento de establecerse como tal. Sin la alianza de la pareja es muy probable que la familia no sobreviva a las siguientes fases y se desintegre, ya que la alianza de la pareja es el fundamento de la familia, su médula espinal.

La fase del encuentro tampoco es sencilla, ya que fundamentalmente implica renunciar al rol de hijo, y las ganancias emocionales que ello implica, y asimilar esa seguridad proporcionada por los padres para volverla interna y al mismo tiempo el sí mismo incluya a la pareja. Estrada Inda, propone cita el término “Contrato matrimonial” de Sager para referirse a los conceptos individuales de naturaleza consciente o inconsciente que pueden ser expresados verbalmente o de otra forma. Por su parte Minuchín describe esta etapa como aquella en la que se deben establecer las pautas de interacción del holón conyugal. Su reto es armonizar los estilos y expectativas diferentes, es decir, negociar y establecer fronteras. Esto se ilustra en el caso de decidir dormir con la ventana abierta o cerrada, qué hacer con el amigo que la

Respecto a la alianza de la pareja, esta puede explicarse como un anclaje emocional que tiene cada uno de los miembros de la pareja hacia el otro. El propósito es que este anclaje afectivo se traslade de la relación de los padres, hacia la relación de pareja. Las orientaciones en esta etapa consisten en las siguientes: 4


pareja no soporta, la frecuencia de visitas de la hermana gemela de él, etc.

Cuatro razones pueden dificultar el establecimiento de este contrato matrimonial:

 

1. Simplemente se ignora su existencia. 2. Ambos miembros de la pareja viven con contratos distintos e incongruentes. 3. Las expectativas son imposibles. 4. La fantasía sobrepasa la realidad.

     

A lo largo de la intervención familiar, es importante que el terapeuta traiga a la conciencia de la pareja este contrato al verbalizarlo. Así se conocerán las expectativas del otro y podrán negociarse, logrando que sean realistas y funcionales en lugar de inconscientes e irracionales.

De acuerdo a Estrada, las orientaciones en las áreas prioritarias son las siguientes:  

Algunas expectativas que se tiene en pareja son las siguientes (Sager en Estrada, 2012, p 62)      

Garantía de una familia y participación en el desarrollo de los hijos. Que la relación enfatice más a la familia que a la pareja. Incluir o excluir a otros según sea el caso: amigos, padres, hijos, etc. Una casa, un refugio. Posición respetable, status social. Seguridad económica. Unidad social, propósito en la vida. Justificación para ganar dinero, riqueza y posición. Fachada respetable para los impulsos agresivos.

Compañero ideal, devoto, amoroso y exclusivo. Apoyo constante contra el resto del mundo. Compañía y seguro contra el resto de la sociedad. Casarse y vivir felices el resto de la vida. Obtener calma y orden en el caos de la vida. El matrimonio visto como un compromiso para el resto de la vida. Garantía de sexo rápido y a la mano.

Identidad: realizar el esfuerzo de anclar la emocionalidad a la pareja. Sexualidad: expresar las necesidades sexuales de cada uno de la pareja para que tuvieran mejores relaciones. Economía: hacer saber a ambos que la responsabilidad económica es compartida por igual. Funciones del yo: establecer las reglas necesarias para funcionar como esposo- esposa (hay cosas que pueden hacerse soltero pero no casado).

Los hijos Desde el enfoque estructural, es importante el acompañamiento cuando la pareja tiene a su primer hijo, ya que este evento desencadena una crisis que debe ser resuelta por medio del establecimiento de nuevas reglas. Dentro de estas reglas debe 5


El concepto de “anclaje emocional” es importante ya que si ambos padres no lo establecen con el hijo, hay riesgo de regresión. Puede ser que al no sentirse parte de la recién establecida triada, el miembro que se sienta rechazado o no integrado, busque el anclaje emocional con otro sistema distinto al familiar, por ejemplo regresar a los padres o buscar un amante, evidenciando así la regresión a etapas previas al establecimiento de la pareja.

asumirse la creación de un nuevo holón (paterno-filial) que conlleva el anclaje emocional de ambos padres hacia su hijo. No hacerlo puede poner en duda la lealtad de la madre si esta desplaza al padre por atender al nuevo hijo. Si el proceso de anclaje no se sobrelleva adecuadamente, puede dar origen a coaliciones intergeneracionales, como la unión de la madre y el hijo contra el padre. En esta etapa el terapeuta deberá acompañar el establecimiento de las nuevas reglas, el contacto de la familia con nuevas instituciones sociales y la unión entre padre-madre-hijo. Además de ello deberán definirse los roles que jugarán los abuelos, hermanos y demás familiares así como el estilo de crianza que se utilizará (Valdés Cuervo, 2004).

La adolescencia La dificultad que presenta la adolescencia en el sistema familiar está relacionada con la competencia de la familia contra el grupo de pares del adolescente. En esta edad las influencias de la sociedad, percibidas por el adolescente, hacen que este demande cada vez más autonomía y reducción del control, requiriendo de los padres el cambio de las reglas que hasta el momento habían funcionado (Minuchín, 1983).

Estrada Inda por su parte coincide con que las reglas del subsistema conyugal deben reestructurarse con la llegada del nuevo hijo ya que este afectará la vida sexual, emocional, económica y social de la familia.

Esto genera un nuevo desequilibro en la distribución del poder y la autoridad en la familia.

La vida sexual se ve interrumpida ya que la madre deberá cumplir otras funciones como amamantar. Al mismo tiempo deben enfrentar como pareja las demandas de la sociedad como la casa, luz, internet, transporte, juegos, etc. y ello afectará definitivamente la economía familiar. Debido a que el niño requiere de diversos cuidados, los padres deberán tener contacto con otras instituciones sociales como las escuelas, hospitales, tiendas, etc.

Otro factor importante que debe tomarse en cuenta en esta etapa del ciclo vital de la familia, es la edad de los padres y de los abuelos (Minuchín, 1983). Los padres se encuentran ya en la madurez y se ven obligados a revivir la adolescencia junto a la de sus hijos. Simultáneamente deben lidiar con el envejecimiento de sus propios padres quienes demandan más cuidados por su parte debido a posibles quebrantos de salud (Estrada Inda, 2012).

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En la orientación que se da a la familia en este ciclo consiste en fortalecer a la pareja frente al crecimiento de su hijo y la posible pérdida de sus padres.

El desprendimiento de los padres e hijos es difícil, sin embargo debe llevarse a cabo y observarse que los padres no estén reteniendo al hijo, manteniéndolo adolescente indefinidamente, con tal de no renunciar a su rol de padres.

El contrato matrimonial debe re estructurarse para asegurar el apoyo de la pareja frente al duelo por el desprendimiento del hijo del sistema familiar. También debe llamarse la atención de que en este momento del ciclo vital los padres ya no tienen las mismas responsabilidades de crianza, por lo que el factor económico se beneficia pues los gastos de crianza se reducen. Debe animarse a los padres a abandonar el rol de padres y volver a ser pareja, aprovechando el tiempo ya que cuentan con los recursos económicos para realizar otras actividades que antes, por la crianza no podían desarrollar.

Algunas orientaciones que deben tomarse en cuenta son: 

Al adolescente debe motivársele a desprenderse y apoyar en el desarrollo de su identidad. Como indica Erickson, en esta etapa el adolescente define su identidad. Tres indicadores de ello son los siguientes: 

Capacidad de sentir culpa y preocupación además del deseo genuino de reparar el comportamiento agresivo después de una crisis. Capacidad de establecer relaciones duraderas no abusivas con maestros, amigos y otros adultos, así como tener una percepción profunda de lo que son los otros. Expander y profundizar en una serie de valores y conceptos acordes o no a la cultura.

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Identidad: deberá enfocarse en la competencia entre hijos y padres, sobre todo cuando los jóvenes son más fuertes que los viejos. Asimismo el momento en que el adolescente des idealiza a sus padres. Es un momento para que la pareja renueve sus votos matrimoniales pues los hijos se van y con ellos la juventud. Sexualidad: ha de evitarse la seducción del padre o madre hacia el hijo o hija, como método para retenerle y evitar así el desprendimiento. En este momento es común que los padres hayan renunciado a sus roles de esposo y esposa por ser padres. Economía: en esta etapa los padres ya tienen cierta seguridad económica. Ahora también tienen el tiempo para disfrutarla, retomando pasatiempos, deseos de viajar. Cuando los padres no pueden retomar esta libertad, es común que se aferren al pasado y la añoranza como única forma de sentir felicidad. Funciones del yo: se deberá adaptar a los roles que se adquieran


y los retos sociales que implique cada caso particular.

todo el contexto, su dinámica y valores ha cambiado. Para la intervención familiar en esta etapa, debe considerarse las áreas de identidad, sexualidad, económica y del fortalecimiento del yo. En el área de la identidad de la pareja, esta se reencuentra y junto al reencuentro viene la reedición de viejos problemas. Por ello debe procurarse el apoyo mutuo y la libertad de que cada uno haga lo que quiera, sin dejar de ser una pareja. En el área de la sexualidad deberá asegurarse el apoyo mutuo a cualquier afección derivada de la edad, además de encontrar o inventar los caminos que les hagan sentir satisfechos por dejar una generación mejor de la que encontraron.

El reencuentro. También llamada como la fase del “nido vacío” (Estrada Inda, 2012) (Minuchín, 1983). Este concepto se atribuye a McIver en el año 1937. La característica de esta etapa es que los hijos son adultos ya han partido del hogar para formar sus propios proyectos con amigos, cónyuges o familias. Por tanto la familia originaria vuelve a ser de dos personas. Esta etapa se aplica solo a las familias nucleares, donde han vivido padres e hijos, dado que la familia pasa por diversas crisis que demandan su reorganización y re planteamiento de normas como puede ser el duelo, divorcio o la desintegración y no permitan que la familia llegue “completa” a esta etapa (Minuchín, 1983).

Asociado al cambio económico viene la jubilación y la orientación debe considerar que el padre ingresará a los terrenos del hogar que típicamente pertenecen a la esposa, por lo que deben establecerse los límites pertinentes para que ambos convivan en armonía. Además deberá indicarse a la persona que se jubila, la necesidad de buscar una ocupación ya que las demandas sociales y laborales serán menores.

Los padres deben re elaborar el contrato matrimonial y al mismo tiempo asimilar la forma en la que se relacionarán con los hijos. Es en esta fase de “nido vacío” cuando la madre puede entrar en depresión por haber perdido su rol de madre al no tener más hijos de los cuáles cuidar.

Soledad y muerte Esta fase es la menos estudiada, ya que las personas de la tercera edad rara vez quieren ser estudiadas y analizadas.

Otros factores que deben observarse en el holón conyugal en esta etapa están: el proceso de asumir el rol de abuelo (ya que debe hacerse espacio emocional para los nietos y otros miembros nuevos de la familia), el deterioro de la salud, los problemas de jubilación y la brecha generacional ya que

Valdés Cuervo (2004) indica que las tareas principales de la persona que llega a esta fase están relacionadas con la muerte, ya que deberá prepararse para la muerte de los hermanos, el cónyuge y la propia. 8


En esta etapa es frecuente encontrar dos casos en las familias: uno en el que el anciano es rechazado y otro donde es aceptado, siendo la más adecuada la segunda.

Dando preferencia así a la pareja reproductiva (Valdés Cuervo, 2004). Este enfoque deja de lado a otros tipos de familia como la de par de dos (Minuchín, 1983), extendida, monoparental y después del divorcio, que son más comunes en la actual realidad de las sociedades de américa latina.

En esta edad el anciano se encuentra ante la posibilidad de morir y ante la realidad de no ser comprendido por las nuevas generaciones debido a los cambios constantes que lo rodean, y es entonces cuando surge la necesidad de asumir un nuevo rol, y este es el rol de consejero para los jóvenes. Este rol debe ser aprovechado por las nuevas generaciones tal como se hace en algunas culturas orientales donde es un honor portar una barba y lucir canas, ya que son un símbolo de sabiduría, puesto que como bien indica Estrada Inda (2012): “una familia sin viejos es una familia sin complemento histórico, una familia mutilada.”

Conclusión La familia puede ser comprendida desde diversos enfoques y escuelas psicológicas como el psicoanálisis o la teoría de sistemas. En ambas teorías se aprecian hitos similares que se conceptualizan de manera distinta por su base epistemológica.

Simultáneamente en esta etapa, debido al deterioro de su salud, el anciano vuelve a ser niño, y ocupa el rol de hijo siendo protegido por sus hijos, quienes se vuelven sus padres.

Sin embargo, ambos enfoques ayudan a orientar al psicoterapeuta en la intervención familiar ya que facilitan el orden de la información que se recibe de la familia, garantizando un diagnóstico más acertado que facilita el establecimiento de los objetivos terapéuticos y la selección de las estrategias de intervención en función de la fase del ciclo vital que atraviesa la familia en el momento de la consulta.

Crítica al modelo del ciclo vital

Referencias

Ningún modelo es perfecto, inevitablemente la realidad es compleja y reducirla a un modelo es una tarea sumamente difícil que conlleva dejar fuera alguna de sus partes. En el caso del modelo del ciclo vital, la crítica principal es que está fundamentado en la familia tradicional nuclear, pues implica que la familia, para ser considerada como tal, deberá partir de una pareja que tiene hijos.

Estrada Inda, L. (2012). El ciclo vital de la familia. México: Debolsillo clave. Minuchín, S. (1983). Técnicas de psicoterapia familiar. Barccelona: Paidós. Valdés Cuervo, A. (2004). Familia y desarrollo. Intervenciones en terapia familiar. Ciudad de México: El Manual Moderno.

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