Las bases filosóficas de la psicología Por: licenciado Juan José Azurdia Turcios 1
Resumen La psicología, entendida como tratado o estudio de la psique, implica el conjunto de ideas que tratan de explicarla, sin embargo esto implica un reto para el intelecto, la filosofía y la misma epistemología, pues el alma es reconocible sólo por sus manifestaciones. En este ensayo se presenta el recorrido histórico de dichos tratados, desde sus orígenes como parte de la filosofía griega hasta la modernidad con Sigmund Freud y Carl Jung. Palabras clave: alma, facultades, funciones.
Abstract Psychology, understood as the study of the psyche, or soul, entail a number of ideas that for years have tried to explain it, however, it is a challenge itself because philosophy and epistemology agree that the soul, now called self, is recognizable only by its manifestations. This essay goes through a historical journey of many treatises, from its origins as part of Greek Philosophy to modernity with Sgimund Freud and Carl Jung as well. Key words: soul, faculties, functions.
No cabe duda que las concepciones de la psique y los enfoques que se utilizan para su estudio, han distado, en ciertos momentos históricos, de sus conceptos antiguos. Esta característica se ha debido en gran medida a que, para ser reconocida como ciencia, la psicología tuvo que subordinarse al paradigma científico predominante: el positivismo.
Este recorrido dejará en evidencia el hecho de que la psicología, no puede subordinarse al positivismo, ya que la riqueza de sus categorías y sobre todo, de su objeto de estudio, podría quedarse perdida y dejar fuera elementos importantes que han estimulado la curiosidad humana: ¿Tenemos un alma? ¿Cómo es esta? ¿Cuáles son sus funciones o facultades?
A continuación, se realiza un recorrido histórico por los principales tratados del alma (o pisque), particularmente los desarrollados por Platón, Aristóteles, Kant, Sigmund Freud y Carl Gustav Jung.
Se iniciará con la más importante base que sustenta la psicología: los diálogos de Platón (1972), en este ensayo se expondrán las ideas principales de Fedón, Fedro y La República. En el Fedón, Platón describe la
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Licenciado en Psicología por la Universidad de San Carlos de Guatemala, Maestrante en educación con especialización en organización y gestión de centros educativos por la Universidad de Cervantes de España. Actualmente administrador educativo y docente revisor de trabajos de investigación de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala y Profesor titular de la Universidad Rafael Landívar.
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escena de muerte de Sócrates, aprovechándola para tratar el tema del alma y su inmortalidad.
Otra obra platónica importante en el estudio de la psique es el Fedro, cuyos temas centrales son la retórica, la filosofía y el amor. Para los fines de este ensayo, se abordarán aquellos que describen al amor como una expresión de locura inspirada por los dioses ya que actualmente el amor es una categoría de estudio de la psicología.
En Fedón, se exponen varias ideas, entre ellas la inmortalidad del alma, la reminiscencia y el nacimiento a partir del opuesto. En este diálogo, Sócrates se siente contento por su muerte, ya que al haberse dedicado a la filosofía y no a los placeres del cuerpo, irá al lado de los dioses, sus discípulos cuestionan su actitud y a partir de allí inicia el desarrollo de su pensamiento.
En este diálogo, el Sócrates platónico, habla sobre la locura, indicando que esta se subdivide en dos tipos: la locura como enfermedad humana y la locura como inspiración divina.
Expone la idea de que todo lo que pertenece al mundo sensorial (lo que se aprecia en el mundo material, expresión del mundo de las ideas) nace de su contrario, como la vida surge de la muerte y lo bello de lo feo y así el alma, que es esencia, transita por medio de un cuerpo, que es su manifestación que nace y muere una y otra vez hasta que el alma se purifica. Explica que en esa serie de muertes y nacimientos, se da la reminiscencia, cuyo postulado principal indica que el fenómeno psicológico de la percepción, es una forma de recordar las ideas que se adquirieron en vidas anteriores. Es decir, que ya se nace sabiendo, y la vida mundana y las experiencias sensoriales solo tienen la función de hacer recordar al alma aquello que ya sabe.
La locura como enfermedad divina puede subdividirse en cuatro tipos: la profética inspirada por Apolo; los rituales místicos inspirados por Dionisio; la poética inspirada por las musas y la del deseo corporal inspirado por Eros y Afrodita. Por lo tanto Sócrates concluye en que el amor se trata de algo bueno, de una locura causada por la posesión divina que es deseable para tener acceso a la verdad. En Grecia, la institución social aceptada para expresar el amor en pareja era la del erómeno y el erastés. Esta institución consistía en que el erastés amaba y contemplaba la belleza del erómeno, es decir que se reconocía que una parte de la pareja amaba, mientras que la otra era amada. Sócrates utiliza esta institución para explicar cómo el amor del erómeno hacia el erastés transforma a ambos. Al respecto Lozano (2014, p 204) lo explica como la fenomenología del enamoramiento:
Hace también la aclaración de que lo que es en esencia no tiene un opuesto, por ejemplo, el calor no puede ser frío sin dejar de ser calor, y así el alma no puede ser la muerte porque el alma es vida en esencia, por lo tanto el alma es inmortal.
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Mediante la “fenomenología del enamoramiento” que aparece en 251a252b, se describe esta conexión: la experiencia transformadora que produce en el amante (erastés) la contemplación de la belleza del amado (erómenos). Ésta le producirá admiración y veneración, y verá al amado como la misma imagen de un dios, ágalma (251a) (Cf. Nigthingale, 2004: 157-168).
En resumen, el primer gran filósofo que intentó explicar la psique en su estructura y funcionamiento fue Sócrates, cuyas ideas conocemos por medio de Platón. Sus pensamientos fundamentales describen al alma como inmortal, como una especie de molde cuyo reflejo es el cuerpo físico del que debe liberarse mediante un proceso de purificación que lo acerque a los dioses. El medio para alcanzar la iluminación se encuentra en buscarla y renunciar de manera consciente a los engaños del mundo y los sentidos.
Mediante esta relación amorosa contemplativa, ambos: erómenos y erastés se benefician ya que, el erómenos era el puente entre la divinidad y el erastés, y el erómenos al ser contemplado como un dios, se acercaba también más a ellos.
Sin embargo, hay un placer acerca al alma a la iluminación, es el de entregarse al amor, para que por medio de su locura el alma se acerque a los dioses, como indica la alegoría, que el auriga logre canalizar al caballo negro hacia la iluminación.
Una alegoría importante que expone Platón para explicar el funcionamiento de la psique es la del carro alado. Utiliza esta para ejemplificar al alma y su estructura. Esta consiste en que el auriga es la razón, quien conduce un carro tirado por dos caballos: uno blanco y noble, que representa los impulsos pasionales positivos que elevan al alma y otro negro, opuesto en carácter, que representa las pasiones irracionales del alma y tira el carro hacia abajo. . Manejar el carro representa un problema para el auriga, ya que cada uno de los caballos alados tira en sentido opuesto al otro, y es su deber lograr que el carro llegue hacia la verdad, la luz y la iluminación. No está de más señalar que esta alegoría comparte puntos similares con el modelo estructural propuesto por Sigmund Freud en su publicación de 1923 “El Yo y el Ello”, de la cual se hablará más adelante.
Aristóteles, discípulo de Platón, es otro filósofo importante que marcó la vida y pensamiento del mundo occidental, ya que aún hoy en día, muchas de sus estructuras mentales reflejadas en la organización de sus tratados, al igual que los silogismos, predominan nuestro pensamiento, la estructura de la ciencia y la forma en que percibimos al mundo. Un dato importante que vale la pena resaltar, es que la peculiaridad del pensamiento altamente organizado de Aristóteles surge por la creencia de que todo cuanto es, existe en determinado orden para cumplir un gran propósito o gran designio (Brennan, 2000). Debido a lo anterior, los escritos de Aristóteles consisten en tratados organizados en introducciones y desarrollos sustentados
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acerca de seis temas principales: la lógica, la ciencia (naturales, biología y psicología), metafísica, estética, ética y política. Para los fines de este ensayo, se hará énfasis en el tratado del alma, que forma parte de su tratado de la ciencia psicológica.
En tercer lugar, a lo largo de los últimos capítulos de este tratado, Aristóteles aborda el tema de la imaginación y de la inteligencia. Indica que la imaginación no es sensación ni intelecto, no es sensación pues no requiere de la estimulación directa de los sentidos más sí de su experiencia y tampoco intelecto pues inteligir no es imaginar. :
El Tratado del Alma, está organizado en tres libros. En el libro primero, Aristóteles expone el objeto de estudio, en este caso el alma y las dificultades de su estudio. Además realiza una síntesis de los tratados previos al suyo. En los libros segundo y tercero profundiza en las facultades del alma racional (Martínez, 2014). A continuación se presenta una síntesis que no hace justicia al tratado original, pero que servirá para presentar brevemente las ideas principales del mismo que interesan para comprender su explicación del alma, sus componentes y facultades.
La imaginación es, a su vez, algo distinto tanto de la sensación como del pensamiento. Es cierto que de no haber sensación no hay imaginación y sin ésta no es posible la actividad de enjuiciar. Es evidente, sin embargo, que la imaginación no consiste ni en inteligir ni en enjuiciar (Aristóteles & Calvo, 2014, p 94).
Respecto a la inteligencia, indica que esta es una parte del alma “con que el alma conoce y piensa —ya se trate de algo separable, ya se trate de algo no separable en cuanto a la magnitud, pero sí en cuanto a la definición— “ (Aristóteles & Calvo, 2014, p 99). Se observa en esta definición la división que hace Aristóteles en una mente activa y una mente pasiva, que corresponde a la analogía del yo conocido y el yo conocedor que más adelante en la historia utilizará William James para explicar el autoconcepto en la psicología funcional.
Primero, Aristóteles acepta la idea de la indestructibilidad del alma, pues es el fin último o esencia del cuerpo. Asimismo se ocupa de describir los sentidos y afirmar que no existen más que cinco de ellos y que son estos los que dan la existencia al alma. En segundo lugar, explica la jerarquía de tres tipos de almas, todas con distintas facultades: vegetativa, animal y racional. Indica que el alma vegetativa es propia de todas las formas de vida, sus facultades se relacionan con la alimentación y el crecimiento; el alma animal es aquella que permite experimentar sensaciones y formas básicas de inteligencia, diferenciándose del alma racional porque esta última pertenece al hombre, es inmortal y posee todas las facultades intelectuales y la voluntad.
A pesar de que Aristóteles sostiene que inteligir no es imaginar, explica que estas facultades del alma están relacionadas, ya que para inteligir y actuar en consecuencia a lo inteligido, el alma debe recurrir a los contenidos previos captados por los sentidos, es decir imaginar. Este proceso psicológico se explica hoy en día con las categorías de 4
sensación y percepción, es decir, que para percibir, la mente primero debe contar con información recogida de manera previa por los sentidos.
empirismo, el conocimiento se adquiere mediante los sentidos, pues solo se conoce aquello que se percibe. La postura de Kant era que ambas posturas se interrelacionan, es decir que la información recibida por los sentidos, es interpretada por la razón que viene dada de manera inherente, dando así como resultado el fenómeno de la percepción, una actividad de la mente.
Para terminar las ideas expuestas respecto a la filosofía de Aristóteles, puede decirse que el gran aporte tácito que hizo a la hoy ciencia psicológica, es el haber tomado al alma y explicarla en términos de un objeto de estudio científico y describir sus funciones o “facultades”. Asimismo debe reconocerse que aún hoy en día el pensamiento lógico está descrito en función de relaciones de causas y consecuencias, en el campo de la ciencia, evidenciado en la concepción inductiva o deductiva que puede aplicarse de acuerdo a los grandes paradigmas a saber: positivista y hermenéuta. Además, muchos psicólogos han tomado de manera directa o indirecta sus explicaciones del alma, para exponer así fenómenos psicológicos como el autoconcepto y las contingencias en el caso de algunos tratamientos cognitivos.
Sus grandes aportes a la psicología se sintetizan en el hecho de haber recuperado la percepción de la mente como algo activo y no como un elemento pasivo que solamente reacciona a la información que le trasladan los sentidos (Brennan, 2000). Esta idea la sostiene en su obra titulada Crítica a la razón pura (2017), en la cual rompe con la dicotomía entre el empirismo y racionalismo, evidenciando así que uno está relacionado con el otro. Puntualmente explica que el mundo existe fuera de la persona y no se puede conocer en su totalidad sino solo parte de éste mediante los sentidos (fenómenos), sin embargo estos mensajes adquiridos por el mundo sensorial son interpretados por la razón, que viene dada de manera innata, explicando así el fenómeno de la percepción.
Dejando atrás a los grandes representantes de la cultura griega, pasando el medioevo y llegando a la ilustración, se encuentra otro filósofo cuyas ideas fueron relevantes para la psicología alemana particularmente. Este filósofo es Immanuel Kant.
Kant explica la realidad con base a fenómenos y nómenos. Los fenómenos son las manifestaciones que pueden percibirse por los sentidos, y los nómenos son los acontecimientos independientes a la persona y sus sentidos. Por lo tanto, sólo los fenómenos pueden estudiarse mediante la ciencia, por el contrario, el alma, los valores y demás categorías metafísicas no pueden ser objeto de estudio científico por ser nómenos (Savater, 2017).
En el momento histórico en el que Kant desarrolla su sistema filosófico, había dos posturas antagónicas: el racionalismo y el empirismo. Según el racionalismo, la capacidad de entendimiento y el conocimiento está dada de manera inherente en el ser humano, mientras que según el
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el del concepto de inconsciente del cual se versará a continuación.
Otro de los aportes kantianos a la psicología, es el de la autonomía, la voluntad y la moral, explicadas ampliamente en su obra Crítica a la razón práctica. La idea fundamental que interesa para este ensayo es que “los valores no son tradiciones sociales a posteriori, sino condiciones apriorísticas de la mente” (Brennan, 2000, p 131), es decir que la moral, que reside en la voluntad no es aprendida, sino inherente a todo ser humano. Con ello, Kant hace saber a la humanidad, que su responsabilidad social descansa sobre la moral a priori, que es una estructura de la mente ligada a la voluntad, evitando con ello que dicha responsabilidad descanse sobre bases teológicas.
Para iniciar con la exposición del concepto psicoanalítico del inconsciente, no está demás dejar en evidencia que dicho concepto psicoanalítico pareciera no tener una herencia filosófica clara asumida por el mismo Freud. Al respeto, Gallegos (2017) afirma que filósofos como Arthur Schopenhauer y Eduard von Hartmann ya hacían uso del término, además de otros psicólogos como el mismo Wundt, científicos, literatos y poetas. Ellos utilizaban el concepto para hacer referencia a todo aquello que no tenía “la fuerza” requerida para sobrepasar el “umbral” que divide lo inconsciente de lo consciente.
En resumen, la filosofía de Immanuel Kant, da un nuevo rol activo a la mente dado por su función de percepción como un proceso activo que permite interpretar los datos obtenidos por los sentidos. Sin embargo, coloca a la psicología como una inquietud humana y que indica que el alma, al ser un tema metafísico que no puede ser catalogado como un fenómeno porque no puede percibirse con los sentidos.
El concepto de inconsciente es abordado por Freud a partir de 1900, cuando publicó su primer obra psicoanalítica “La interpretación de los sueños”, lo reconoce como “una instancia del "aparato psíquico", cuyo rol es proporcionarle al sueño la fuerza constitutiva para su formación” (Gallegos, 2017 párr. 21). A partir de entonces el concepto de inconsciente fue madurando cada vez más, ligado a un intento de describir el aparato psíquico desde una dinámica, una tópica y una económica.
Otro personaje importante en este recorrido histórico es el médico neurólogo Sigmund Freud quien evidenció un particular interés por comprender las causas de la histeria para trascender así a su maestro Jean Martin Charcot quien hizo una mera clasificación taxonómica de dicho padecimiento al reconocer sus signos y síntomas (Herman, 2004). Un descubrimiento o reconocimiento que vino junto a la identificación de las causas de la histeria, fue
Más adelante, en la estructuración del texto “Lo inconsciente”, publicado en 1915 (Galegos, 2017), Freud plantea cuatro postulados respecto a lo inconsciente. Primero, que la represión es el filtro que indicará cuáles contenidos mentales irán al inconsciente y cuáles a la conciencia. Segundo, que todo lo reprimido estará en el
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inconsciente, pero no todo lo que está en el inconsciente ha sido reprimido. Tercero, que se puede tener conocimiento de lo inconsciente solamente por sus manifestaciones deformadas en la conciencia y cuarto, que se puede conocer al inconsciente, de manera transfigurada, por medio del psicoanálisis.
que hoy día nos permiten comprender mejor la psique, se expondrá a continuación la teoría de la psicología analítica de Carl Gustav Jung. Carl Gustav Jung fue discípulo de Freud, sostuvieron comunicación por correspondencia durante siete años antes de conocerse en persona. A lo largo de la amistad entre Freud y Jung, este acompañó a su maestro incluso en la primera presidencia de la Asociación Psicoanalítica Internacional, sin embargo ambos se fueron distanciando en la medida que Jung cambió su perspectiva sobre la teoría psicoanalítica, sus fundamentos y constructos (Brennan, 2000).
Es en 1923, cuando Freud publica su obra “El Yo y el Ello” (2011), texto en el que enriquece la conceptualización que se tenía hasta el momento sobre el inconsciente y lo inconsciente. Es en este escrito en el que propone una clasificación estructural del aparato psíquico consistente en el ello, el yo y el super yo. Indica entonces que lo inconsciente radica en el ello, pero con ramificaciones en el yo y el super yo.
La psicología analítica de Jung se fundamenta en explicar a la personalidad como una estructura compuesta por un inconsciente individual y otro colectivo. El inconsciente individual contenía fundamentalmente experiencias reprimidas de acuerdo a su inconveniencia social, relacionadas con la crianza de cada persona que derivan en complejos y la formación de la sombra; mientras que el inconsciente colectivo contiene arquetipos cuya proveniencia está la herencia cultural o colectiva (Cloninger, 2003).
Hasta aquí, es evidente que el inconsciente puede ser un lugar pero también un contenido. No cabe duda que los grandes aportes del psicoanálisis son varios, pero en este ensayo se resaltan dos: uno a la vida cotidiana y otro a la psicología. A la vida cotidiana, brindó la revolución en las nociones subjetivas de la época victoriana: en una sociedad que se percibió ubicada en el pináculo de la racionalidad, un médico neurólogo encontró la evidencia de que la irracionalidad era quien en realidad gobernaba la mayor parte de la vida cotidiana de las personas. Además brindó a la psicología el concepto del inconsciente como categoría científica y objeto de estudio psicológico. Para terminar la exposición de los pensadores que aportaron importantes ideas
La idea del inconsciente colectivo es de las más rechazadas por muchos científicos, ya que no existe evidencia empírica para sustentarlo. Esto hace parecer la teoría sea percibida más como una mera suposición personal que como una teoría científica. No está de más recordar que Jung estaba interesado en temas esotéricos de las filosofías orientales, tales como los fenómenos espiritistas, los mitos, símbolos y
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la adivinación mediante el I Ching y el Tarot. Estas tendencias particulares, le costaron a Jung su asociación con Sigmund Freud, ya que paulatinamente se fueron separando hasta romper su relación.
En resumen, el gran aporte de Jung está íntimamente relacionado con el regreso de categorías metafísicas a la psicología, que había estado tratando de encajar en el paradigma positivista que impera hasta hoy en día. Esto sin duda es un tema controversial, ya que discute con los esfuerzos de la psicología por diferenciarse de pseudociencias como la adivinación que tiene categoría de conocimiento, pero no de conocimiento científico; asimismo intenta tratar esos mismos temas desde una actitud científica de curiosidad y cuestionamientos que buscan una respuesta.
Desde la perspectiva de Jung las diferencias individuales se explicaban por dos tipos psicológicos: la introversión y la extraversión que afectan las cuatro funciones psicológicas: la sensación, el pensamiento, los sentimientos y la intuición. La extraversión dirige las fuerzas psicológicas hacia los otros y el entorno, mientras que la introversión conduce hacia la introspección, contemplación y estabilidad. La salud mental se conseguía entonces al obtener un equilibrio entre ambas fuerzas. Esta idea de Jung estaba contrapuesta a la energía libidinal de Freud, con lo que “superó el acento que Freud ponía en la sexualidad” (Brennan, 2000, p 239), motivo más para que Jung se alejara más de la teoría psicoanalítica.
Para terminar este ensayo, puede concluirse en que muchas mentes brillantes se han ocupado por responder a la pregunta trascendental: ¿Qué es el alma? y sin importar la época histórica, la respuesta implica reflexiones metafísicas, difíciles de comprender desde un paradigma positivista que busca el respaldo empírico de enómenos, por definición inaccesibles para los sentidos. Sin lugar a dudas aún hay más preguntas que respuestas con sustento empírico y muy seguramente faltan más sabios, filósofos, científicos y poetas que aportarán a la comprensión del alma y sus asuntos.
Un dato interesante sobre el desarrollo de la personalidad, desde la perspectiva de Jung, es que la integración del sí mismo o la plenitud se alcanza al armonizar todos los componentes de la misma: la persona, el yo, la sombra, el sí mismo, etc. (conceptos que no se aclaran por la extensión y el propósito del ensayo). Esta integración, según Jung en Cloninger (2003), se alcanza cerca de la mediana edad, en torno a los cuarenta años, después de haber superado las dificultades que se encaran en el desarrollo psicológico infantil y el reconocimiento e integración de la sombra, auxiliándose de las fuerzas de la introversión y la extraversión.
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