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Carlos Fernánez Martín -- pág
Carlos Fernández Martín
De “Auriga de estrellas”
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VELO DE SILENCIO
Qué bien se está en la frondosidad de estos árboles. Su inmensidad, velo de quietud infinita, me acoge en la noche.
Los ruiseñores de la ribera trazan volutas en el cielo, un canto alegre entre los alcornoques heridos y resecos del verano. La naturaleza muere, y mi alma la acoge en su seno de infancia.
Volverá el azul del invierno, y los altos chopos, como lanzas de sol mortecino, hallarán mi sueño.
Qué bien se es aquí. En el silencio de estos valles, fuera del tiempo.