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Tomás Milhou -- pág

LA NATURALEZA DEL HOMBRE

Cuando hablamos de naturaleza pensamos en aquello que hacemos por instinto. El hombre sobrevive, ama, odia y protege su casta como lo haría cualquier otro animal, sin embargo, nadie medita estas acciones, tan solo las llevamos a cabo porque así está escrito en alguna parte de nuestro código genético. Lo mismo ocurre con el sexo. En los tiempos modernos no existe nada tan humano y natural como la sexualidad. Nuestra función vital es reproducirnos, por eso es que somos fértiles, y la unión de dos cuerpos desnudos, el placer y la empatía son los temas más humanistas que se pueden tratar. En la ilustración aparecen varios simbolismos. En primer lugar, la propia composición ha sido realizada de manera que pueda ser observada desde cualquier punto de vista. Así se respeta la equidad de ambas figuras y se deconstruye cualquier tipo de jerarquía. La flor que aparece al centro de la imagen es una representación de la fertilidad y del amor carnal; y por último, cada uno de los cuerpos aparece de un color (blanco y negro), haciendo alusión al principio filosófico “Ying yang” y al mestizaje como curso natural del ser humano.

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