Casa de la Cultura Ecuatoriana – Núcleo de Manabí Presidencia del Dr. Dúmar Iglesias Mata 2015
Ponencia
Conocimiento del cambio ortográfico y el concepto de la palabra Montuvio. Por Lic. Joselías Sánchez Ramos, Doctorando de la Universidad de Holguín “Oscar Lucero Moya”, Cuba Miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Manabí sjoselias@gmail.com – 2015-03-13
Panel: Invitados: Dra. Susana Cordero de Espinoza, Directora de la Academia de la Lengua del Ecuador y Socióloga María Arboleda Vaca, catedrática de la FLACSO. Panelistas: Lcdo. Joselías Sánchez Ramos, Lcdo. Eumeny Álava Párraga; Raymundo Zambrano Macías y Dr. Carlos Avellán Vera. Moderador: Dr. Patricio García Villavicencio.
Fecha: viernes 13 de marzo de 2015 / Hora: 18:00 Lugar: Sede institucional de la Casa de la Cultura del Ecuador, núcleo de Manabí. Portoviejo, Ecuador, 13 de marzo de 2015
Joselías Sánchez Ramos
Tema: Conocimiento del cambio ortográfico y el concepto de la palabra Montuvio.
Por Joselías Sánchez Ramos sjoselias@gmail.com “El quijote no decía palabras, decía conjuntos de letras”. Miguel de Cervantes sobre las palabras.
Introducción:
Nos
reúne
montuvio
(con
una
palabra:
V)
y
su
concepto: campesino de la costa. Doct. Joselías Sánchez Ramos
Esta palabra, con la diferencia de una letra ha generado una discusión que debemos abordar académicamente. Es lo que hace la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Manabí al convocar a tan distinguidos y distinguidas intelectuales así como a tan selecta audiencia.
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Joselías Sánchez Ramos
La otra palabra es “montubio” (con B) que implica dos acepciones: “persona montaraz, grosera”, la una; y, “campesino de la costa” colombiana y/o ecuatoriana, la otra.
Dr. Dumar Iglesias Mata, Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Manabí; discurso de apertura del debate.
Montuvio
En el año 2004, el Lic. Ángel Loor Giler, Decano de la Facultad Ciencias de la Comunicación de la Universidad Particular San Gregorio de Portoviejo convoca a los manabitas a observar las dos acepciones de la palabra “montubio” e inicia gestiones para que el Diccionario de la Real Academia Española -DRAE- incluya el Página 3 de 11
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término "MONTUVIO", con “UVE” e “impedir que la globalización aplaste las raíces manabitas”.
Con los docentes Juan Vergara (escritor juninense) y de Fernando Pérez
(periodista
MONTUVIO
profesional),
significa
“habitante
coinciden
en
afirmar
del campo de
la
que costa
ecuatoriana”. Aspiran que “la RAE añada al uso la palabra MONTUVIO para, a nivel mundial, figurar con una identidad cultural propia. Tenemos que evitar la destrucción de nuestra diversidad”. Y convocan a la Sra. Susana Cordero de Espinoza, miembro de la Real Academia de la Lengua Española en Ecuador, para solicitarle que inicie gestiones en este sentido.
En Enero del 2015, doña Susana Cordero de Espinoza publica en Diario El Comercio su artículo “Montubio, no: montuvio” relatando su reunión en Portoviejo de hace 10 años, la emoción que le manifiesta Ángel Loor al observar que la palabra “montuvio” consta en la edición 23 del diccionario de la RAE y su feliz impresión al ver incluido el término en el DILE con marca Ecuador con “su propia y única acepción de
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campesino de la costa”, al mismo tiempo que felicita al pueblo montuvio.
Montubio El artículo en referencia genera una “indignada sorpresa” de doña María Arboleda Vaca quien, mediante carta dirigida a Diario El Comercio pregunta: “¿cómo puede la RAE aceptar criterios unilaterales y dar paso a arbitrariedades sin pensar siquiera en el uso cotidiano o en una consulta?” y, enfatiza: “Por ello, me declaro montubia, con b de montaraz, de gritona, de lo que sea, en desobediencia a la RAE y a las “limpiezas” y arbitrariedades cometidas “en nuestro nombre”.
Lengua y habla
Ello
me lleva a Ferdinand Saussure, creador de la moderna
lingüística para quien, el lenguaje es una institución humana, es un puro consenso social sin ninguna relación con su objeto de allí que hayan tantos lenguas como seres humanos que las hablan como Página 5 de 11
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resultado directo de la observación de su entorno al que interpretan y califican según sus maneras de ser, es decir, según sus culturas.
Por ello es que la lengua que hablan las personas es el habla, el habla como lenguaje en acción, el habla como ejecución individual de cada hablante. Victorio Zechetto, en su obra “Seis semiólogos en busca del lector” (2000, 21) destaca que, a diferencia del habla, la lengua es “la estructura, el mecanismo, los códigos
referenciales
que
usan
los
individuos para hablar, sin los cuales no sería posible el habla”
Lic. Eumeny Álava Párraga
Ferdinand Saussure dice: “Al separar la lengua del habla se separa al mismo tiempo: 1) lo que es social de lo que es individual; 2) lo que es esencial de lo que es accesorio y más o menos accidental”. Es lo que estamos observando en las palabras “montuvio” con “V” para los campesinos manabitas, y montubio con “B” para los campesinos de Salitre, provincia del Guayas y/o la propia Sra. María Arboleda como prefiere llamarse. Página 6 de 11
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La Real Academia de la Lengua Española ha sido sabia y ha incluido las dos palabras y las dos acepciones. En síntesis, como sostiene Zechetto sustentado en Saussure, “la lengua es la estructura y la armazón del sistema de un idioma, mientras que la práctica de los hablantes es efectivamente el habla.
Significante y significado
La palabra es un signo lingüístico. Un signo lingüístico vincula entre sí dos aspectos de mismo fenómeno, el elemento fónico-acústico y el concepto asociado con él.
Estas dos palabras: montuvio, montubio y Lic. Carlos Avellán Vera
sus conceptos conducen también a una
observación fonética de la “V” y la “B”. Al respecto, Ferdinand Saussure asume el “signo” como una “diada”, un compuesto de dos elementos íntimamente relacionados entre sí: el significante, la representación sensorial de algo, en Página 7 de 11
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nuestro caso, la palabra montuvio o montubio, compuesta de letras; y, el significado, es decir, su acepción en el diccionario y/o su concepto. Ambas cosas: significante y significado, se asocian en nuestra mente. Charles Pierce agrega un tercer elemento: “referencia” para construir el triángulo semiótico: significante, significado y referencia.
De allí que, montuvio (significante), como campesino de la costa (significado y referencia); y montubio (significante) como persona montaraz, grosera (significado), se asocian en nuestra mente como un signo lingüístico, como combinación del concepto y de la imagen acústica.
Cultura e identidad
No hago ningún juicio de valor porque la divergencia es un asunto de cultura. La cultura implica identidad. La cultura revela lo que soy, y la identidad, quien soy.
Cada pueblo está generalmente satisfecho de la lengua que ha recibido y ello explica por qué los signos lingüísticos tienden a mantenerse fijos, pero ello no explica que sean inmutables. Página 8 de 11
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La palabra montuvio estaba vigente hasta los años 40 del siglo XX, luego, por disposición ministerial y asumiendo lo descrito en el Diccionario de la RAE, devino en “montubio”.
La aspiración del Lic. Jorge Loor Giler, Juan Vergara, Fernando Pérez, José de la Cuadra, Humberto Robles, Susana Cordero de Espinoza, Willington Paredes Ramírez, Miguel Donoso Pareja y muchos otros ciudadanos, ha sido el de recuperar el carácter histórico y social del montuvio como sustento de la ecuatorianidad. Si hay otros campesinos que no quieren conceptualizarse así, están en todo su derecho constitucional de hacerlo. El DRAE incluye la palabra “montuvio” para responder a una realidad presente y viva en nuestro país cuya Constitución de la República nos reconoce como Estado plurinacional e intercultural integrado, entre otros, por los pueblos montuvios, indígenas y afro ecuatorianos. Y, aunque no incluya a los pueblos cholos del litoral, Manabí sigue siendo una identidad chola – montuvia donde el montuvio es todo lo contrario a una persona grosera y/o montaraz.
Conclusión
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Concluiré recordando al semiólogo Roland Barthes: “Los escritores deben contribuir para que su público sea más consciente de la sociedad en la que vive”. Concluiré repitiendo al antropólogo Claude Lévi-Strauss: “Las estructuras no son realidades concretas, sino más bien modelos cognitivos de la realidad que sirven al hombre en su vida cotidiana.” “Las reglas por las que las unidades de la cultura se combinan no son producto de la invención humana; sigue unas leyes ya determinadas por su estructura biológica.
Concluiré afirmando que los manabitas tenemos más de mil años construyendo nuestra identidad, identidad que debemos asumirla como una ideología chola – montuvia sustentada en la territorialidad para convertirla en la cosmogonía costeña del Ecuador.
Damas y caballeros. Bibliografía
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