Año 1 - Número 2, octubre 2013. PVP: 7 €
“Desde todas partes y en todos sus puntos, Toledo es alucinante y desmesurado”.
Ortega y Gasset Circo Romano, 8 - 45004 TOLEDO - Tel.: 34 925 28 00 27
Tesoros de hierro S. Sánchez-Cabrera
Los artistas del hierro tuvieron durante siglos su meca en la ciudad de Toledo. La Catedral Primada ha sido destino ansiado de los más grandes maestros rejeros y en ella han dejado obras sublimes. A la posteridad, investidos de la gloria, han pasado sólo algunos, como Francisco de Villalpando, Domingo de Céspedes, Juan Francés o el Maestro Pablo. Pero obras no menos sublimes realizaron para la Dives Toletana maestros como Juan Piñas, Juan López, Benito de la Capilla, Alonso de Zamora, Bartolomé Rodríguez, Juan Alvares o Antonio Rojo. Entre todos ellos conformaron el más preciado catálogo de la rejería desde el gótico hasta el siglo XIX. De entre toda esa producción, de la que algunas piezas no se conservan, han destacado como obras maestras las rejas de la Capilla Mayor y la del Coro, realizadas por Villalpando y Cépedes en el siglo XVI. El Renacimiento llegó imponiendo sus reglas y coincidió con los deseos del cardenal Juan Tavera de dar mayor realce a la Capilla Mayor y al Coro, para lo que, junto con el Cabildo de la Catedral, convocó en 1540 concurso para sustituir las rejas góticas existentes por otras acordes con las nuevas tendencias. Se llamó para que presentaran sus propuestas al toledano Domingo de Céspedes, que firmaba como maese Domingo; a Francisco de Villalpando, que trabajaba en Valladolid; y a Cristóbal Andino, que tenía su taller en Burgos.
4
tendencias
l
Tesoros de hierro
l
Catedral. Reja del Coro y detalle.
l
Además de que presentaran sus trazas, se les pidió su opinión sobre el material con que debían realizarse las rejas. Cristóbal Andino era partidario del metal –él era un gran fundidor– por ser de mayor calidad, perfección y durabilidad que el hierro, mientras que Villalpando, que también era fundidor, junto con Maese Domingo preferían la forja del hierro por ser este un trabajo de mayor valor y no correr el riesgo de quebrarse en el momento del vaciado. Coincidían estos últimos en la opinión con Alonso de Covarrubias, arquitecto de la catedral. Y el Cabildo, sin pronunciarse a favor de ninguno de los rejeros, se decantó por la forja, admitiendo detalles de fundición. Los tres convocados presentaron sendas propuestas escritas. Domingo Céspedes, que concurría con su yerno Hernando Bravo como ayudante, presentó dos trazas, una para la reja de la Capilla Mayor y otra para el Coro. Desde un primer momento se evidenció gran rivalidad entre Andino y Villalpando, que optaban a realizar la reja de la Capilla Mayor. Los conocimientos de arquitectura de éste último, muy importantes para la ejecución de la obra, le daban cierta ventaja sobre Andino. En su primera propuesta Villalpando tasó su obra en 8.000 ducados y Andino en 10.000, más el oro y la plata que requiriera el dorado y plateado en ambos casos. Con ánimo de conseguir rebajas en las minutas los canónigos se sirvieron de la argucia de filtrar a uno y otro sus respectivos presupuestos, lo que dio como resultado inmediato que dos días después Andino rebajara su propuesta a 5.500 ducados y
TENDENCIAS
Toledo
Villalpando a 5.000. Las drásticas rebajas alertaron al cardenal Tavera, quien pidió que se hicieran muestras para apreciar la calidad del trabajo, lo que dio como resultado que Andino volviera a la tasación original de 10.000 ducados y Villalpando a 8.900. Alonso de Covarrubias,ayudado por el escultor Alonso de Berruguete, que en ese momento trabajaba en la sillería del coro, fue encargado por el cardenal Tavera de examinar las muestras y los proyectos de los aspirantes. Entre tanto, a la vista de que la adjudicación de la reja de la Capilla Mayor se debatía entre Andino y Villalpando, Domingo Céspedes y Hernando Bravo se adjudican la reja del Coro en un precio de 6.000 ducados y un plazo de ejecución de dos años y medio. Quedando en pugna sólo Villalpando y Andino, el cardenal Tavera decide que sean ambos los que ejecuten la obra, lo que hubiera dado lugar a una fructífera competencia. Pero Andino no aceptó la decisión, por sentirse herido por la forma en que el cardenal Tavera había redactado las condiciones de la obra. La escritura al efecto, que adjudicaba a cada uno la mitad de la reja, daba sin embargo libertad a Andino de aceptar o no el encargo, a la vez que obligaba a Villalpando a realizarla en solitario en caso de renuncia de su oponente. En cuanto a la obra en sí, el cardenal Tavera adaptó las condiciones elaboradas por Alonso de Covarrubias, quien estableció condiciones tales como que “los pilares debían ser labrados en redondo con sus muy buenas bases e capiteles todo de hierro e entallados de más de medio relievo de obra bien abultada labrada de cinzel en hierro maciço”, que “el friso ha de ser rico de fondos, medallas, grutescos,
5
6
tendencias
l
Tesoros de hierro
l
de muy buena obra transparente labrada de a dos hazes y en esto se podrá hacer de metal toda la compostura que los maestros quisieren, con algunas medias figuras con la obra de metal y hierro que se hiciere sea maciça”. Y en cuanto al copete, establecía que, “habrá de llevar la dicha rrexa encima de los pilares grandes un remate de candelero del alto que convenga, labrado de talla y molduras, que comience por abaxo en cuadro e de allí arriba de buena ordenança e compostura todo de hierro maçiço que no se pueda quebrar…” En el centro se alza el escudo de Carlos I y sobre él el candelabro que sirve de peana al crucifijo. En 1548 Villalpando da por terminada su reja, que comenzó en 1540 con la ayuda de su hermano Rui Díaz del Corral. El mismo año, el maestro Domingo y su yerno Fernando Bravo dan por terminada la reja del Coro, iniciada en 1541, con unas dimensiones similares a las de la Capilla Mayor. Menos rica en sus adornos y más sencilla que la de Villalpando, pero considerada como una de las más armoniosas del Renacimiento español. No está dividida en pisos, en contra de lo que era habitual en la época. En el centro de la crestería luce el escudo del cardenal Silíceo dentro de un óvalo. Presenta la novedad de que en el centro va colocada una columna balaustrada que da lugar a una doble entrada. La reja está hecha de una aleación de hierro, cobre y latón. Domingo de Céspedes realiza también en la catedral las rejas de la capilla de los Reyes Viejos, la de los Reyes Nuevos y la capilla Bautismal, y ha pasado a la historia como un gran rejero. Pero al final de su existencia –murió en febrero de 1565– vivió en la indigencia, ya que la incorrecta tasación de la reja del Coro le habría llevado a la ruina. “Allí quedan frente a frente dos obras geniales”, dice Fernando de Oleguer-Feliú refiriéndose a las rejas del Coro y de la Capilla Mayor. “Ahí están en noble competencia que tan dignamente sostienen. Más rica y suntuosa en su barroquismo la de Villalpando, más serena y armoniosa la de Céspedes. A principios del siglo XX ambas rejas fueron restauradas para que se pueda contemplar el oro y la plata con que están bañadas. Durante la Guerra de la Independencia fueron camufladas bajo una capa de brea y betún para evitar el saqueo de las tropas francesas, y así habían permanecido. De Francisco de Villalpando son también los púlpitos de bronce adosados a ambos lados de su
l
reja, que le fueron encargados en 1542. Son de forma octogonal y están asentados sobre unas bichas que se apoyan en dos gruesas columnas. Dice Sixto Ramón Parro que “su friso es de lo más elegante que puede escogitarse, así como todos sus adornos son graciosísimos y no se encarecerá nunca bastantemente lo bien acabado de su prolija ejecución”. Finalizó la obra diez años después de comenzada. De Villalpando es también la reja del Altar de Prima del Coro de la Catedral, que contrató en agosto de 1555 pero que no puedo terminar porque falleció en 1561, debiendo ser acabada por su hermano Ruy Díez del Corral en 1564.
Catedral. Detalles de la reja de la Capilla Mayor.
TENDENCIAS
Toledo
Orfebre, arquitecto, escultor y traductor, Villalpando viaja a Italia probablemente entre 1533 y 1537. Fue un gran humanista, destacando entre sus trabajos la traducción del toscano de los libros tercero y cuarto del tratado de arquitectura “Tutte l’opere d’architettura et prospettiva”, del italiano Sebastián Serlio, de donde provienen algunos elementos decorativos que pueden apreciarse en la reja de la Capilla Mayor, como figuras humanas con alas vegetales, leones o tarjas. Puso, así, al alcance de los artistas españoles las más novedosas técnicas de la época, al tiempo que valorizó la profesión de arquitecto.
7
Venta del Alma Carretera Piedrabuena, 35 tel.: 925 25 42 45
Toledo
Empresas Colaboradoras
Apostando por Toledo
ParĂs, 7 925 22 98 17
Avenida Irlanda, 9 925 25 56 96
Toledo
Calle DublĂn, 6 tel.: 925 22 62 38
Toledo