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AGO-SEP-OCT-NOV 2016
Aร O 14 - Nยบ 82
PARECE MENTIRA, PERO...
EDITORIAL
… SON VERDADES!!
AGO-SEP-OCT-NOV 2016 AÑO 14 - Nº 82
FIE Federación Interamericana Empresarial Asociación Empresarial Continental Joyce de Ginatta Presidenta Global Guayaquil, Ecuador Consejo Editorial: Giovanni Ginatta Director Ejecutivo FIE Ecuador Julita Maristany Secretaria General Buenos Aires, Argentina Rodney Goodwin Presidente Sector Noreste EE.UU. Carolina Serani Presidenta Sector Sureste EE.UU. Claudio de Rosa Presidente Sector El Salvador Fidel Márquez Rector de la Universidad Tecnológica Ecotec Franklin López Profesor Adjunto de Universidad de Tulane
En la carátula de la revista de mayo-julio del 2016 decía: “se busca un mago para el 2017”; pues el mago se adelantó, y por arte y magia desaparece once mil millones de dólares de la deuda de este país... Esto ha quedado en la retina tanto de los habitantes de este país como de los posibles inversionistas extranjeros; es que el maquillaje no es conveniente cuando se trata de economía, cuando se trata de inversiones, lo importante e imprescindible es que cuando un país necesita traer inversiones, es tener credibilidad. Para lograr conseguirla, se requiere cero discrecionalidad, absoluta rendición de cuentas, certidumbre, cuentas claras. ¿Qué nos está pasando? ¿Por qué se duda del país? Porque las cosas no son claras ni objetivas. Se manipula la verdad y se pintan las cifras. En el mundo entero se ha dejado claro que ya no se trata de elecciones, se trata de claridad, de una ruta de desarrollo, que reestablezca la credibilidad. El que vaya a Carondelet tiene que saber que no se trata de una sirena que avisa del paso de un presidente, sino que sepa que en Carondelet ha llegado un estadista que por amor a su país y en unión de los que aquí habitamos, tendrá las agallas para armar lo que encuentra desarmado, para empujar lo que sea necesario para incorporar a este rico país en la comunidad internacional de los que convierten a los habitantes haciéndolos ciudadanos. Por lo tanto, rendición de cuentas y cuentas claras son importantes para recuperar la certidumbre y un futuro en acción.
la
Coordinación Paola Valarezo Baidal Impresión POLIGRáFICA C.A.
Ing. Joyce Higgins de Ginatta
MIPYMES es una publicación de la Federación Interamericana Empresarial. Sus artículos pueden ser reproducidos previa autorización de la presidencia de la FIE. El contenido de esta revista también está disponible en los sitios web www.fiepymes.com y www.joyceginatta.com Para comentarios e inscripciones contactarse al Telf: (593-4) 2886332 o al correo: jginatta@joyceginatta.com
Guayaquil, noviembre de 2016
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Contenido Principios Básicos Dr. Pablo Lucio Paredes
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Precios altos del petróleo Ing. René Ortiz
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Deuda pública y vulnerabilidad fiscal Eco. Jaime Carrera
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Las cifras del empleo derrumban el discurso de la recuperación económica CORDES
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Tras la reprimenda en la sabatina, ¿qué se puede esperar de las estadísticas laborales? CORDES
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Las inversiones jamás llegan Sr. Alberto Medina M. (Argentina)
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TERRIBLE: SEGUIMOS IGUAL Por qué reproducir! Ing. Joyce de Ginatta
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Chile: 10 virtudes para el desarrollo Suplemento FIE #3 / 5 de Junio del 2006
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Crónica de un desastre anunciado Suplemento FIE #3 / 5 de Junio del 2006
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Para recordar Evento Chocolatino / 16 de julio del 2007
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¿Hasta cuándo desarmamos? Suplemento FIE # 5 / 22 de junio del 2009
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El dólar es más popular Lcdo. Paúl Tapia Goya
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ECONOMÍA
PRINCIPIOS BÁSICOS Dr. Pablo Lucio Paredes Decano Escuela de Economía - USFQ La vida económica no es fácil, porque involucra muchas cosas a la vez: la complejidad propia de los sistemas sociales, la naturaleza humana, la incertidumbre y riesgos ligados a la toma de decisiones descentralizadas, y tanto más. Pero, en cambio, los principios y temas básicos que rigen el funcionamiento más adecuado de los sistemas económicos son bastante más claros. Uno, y sin discusión, la productividad. Es decir, producir más y/o mejor con un uso más eficiente de los recursos. Es un factor clave, pero de una dimensión quizás un poco más amplia de lo que normalmente se cree. Por un lado, porque se aplica a distintos factores: la productividad laboral que nos dice cuánto se produce en cada hora de trabajo; la productividad energética; cuánto se produce con cada kilovatio de energía; productividad de la tierra, cuánto se produce por hectárea; incluso productividad del medio ambiente, cuánto se produce por cada tonelada de carbono emitido; y otras más aplicadas a cada uno de los tantos factores existentes. Por otro lado, porque tiene enfoques distintos, los cuales podríamos, de alguna manera, resumir en tres: productividad económica, que es la producción de bienes y servicios por unidad de los distintos factores; la productividad social, que nos dice cómo usamos los recursos globales para generar un mejor entorno social en temas esenciales, como por ejemplo educación y salud; y finalmente productividad institucional que es el resultado de organización social (confianza, cohesión, visiones etc…) la cual se logra con el uso de los recursos orientados hacia eso (pueden ser recursos explícitos o implícitos de la sociedad, porque un mejor marco institucional se alcanza con acciones diseñadas con ese objetivo, pero sobre todo con acciones descentralizadas no conscientemente voluntarias en la vida diaria). La productividad es clave… pero difícil, requiere de un gran esfuerzo en calidad, innovación, tecnología, inversión y mucho más. Dos, la demografía. Poco la tomamos en cuenta, pero tiene un efecto enorme sobre las tendencias económicas de mediano y largo plazo, y además, contrariamente a la productividad (punto anterior), es un buque que cambia de rumbo con mucha lentitud y parsimonia, los 20 o 30
próximos ya están dados en materia demográfica, cualquier cambio tiene efectos más allá de una generación. No importa si los países tienen poca o mucha gente (hay países exitosos o no exitosos en ambas situaciones), pero sí es muy importante la estructura de edad de la población; y se habla de una ventaja demográfica positiva cuando la mayor parte de la población está, digamos, entre 15 y 60 años, que es cuando más energía se tiene, se ahorra, se invierte, se arriesga, etc. la propia población empuja el desarrollo incluso si las condiciones de entorno no son las más favorables; obviamente si el entorno es demasiado negativo más bien se generan pocas oportunidades y hay frustración y conflicto social. El Ecuador está justamente en la situación demográfica positiva, hasta dentro de 30 años más o menos. Hay que aprovecharla. Si es que en esa ventana no se logra impulsar el crecimiento, la generación de riqueza y la mejora en la calidad de vida colectiva, es evidente que esto se vuelve aún más complicado en la fase siguiente en la que ya no hay el empuje de la demografía, y hay que sustituirlo con empuje en productividad. En vez de cantidad, hay que ir al esfuerzo en calidad, más complejo. Tres, la estabilidad macroeconómica, entendida como la capacidad de que no haya mayores sobresaltos en el camino (siempre los hay, pero podemos minimizarlos). Hay varias cosas detrás de este aparentemente simple criterio. Por ejemplo, tener baja inflación, lo cual implica una política monetaria sana, o en el caso de Ecuador, mantener la dolarización. Por ejemplo, si uno depende de recursos naturales volátiles (Ecuador), tener fondos de ahorro que permitan manejar los buenos y los malos momentos de manera ordenada. Por ejemplo, mantener un nivel de endeudamiento razonable para no encontrarse con sorpresas financieras en el mediano plazo. Por ejemplo, fondear con tiempo las inevitables necesidades de financiamiento de los sistemas de jubilación. Por ejemplo, … eso y más. La estabilidad es económicamente importante porque alarga el horizonte de planificación de los agentes, y socialmente porque permite sobre todo a la gente de menos recursos no enfrentar riesgos excesivos que limitan su capacidad de salir de las trampas de pobreza. Principios básicos, que unos aplican… ¡y otros no! 5
ECONOMÍA
PRECIOS ALTOS DEL PETRÓLEO: ¿QUIÉNES QUIEREN Y POR QUÉ QUIEREN?
Ing. René G. Ortiz
Exsecretario General de la OPEP; Exministro de Energía y Minas de Ecuador; Fundador y Expresidente de la Asociación de la Industria Hidrocarburífera del Ecuador, AIHE; Expresidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones de la Producción; actualmente, Presidente de La Asociación Nacional de Empresarios, ANDE.
Los fundamentos del mercado, para muchos – incluido el suscrito – ,parecían que habían comenzado a funcionar en el mercado del petróleo de 2011, bajo el examen severo de un precio internacional del petróleo, respondiendo casi exclusivamente a clásicos efectos de oferta y demanda, dice RGOrtiz*. En este contexto, • Observar que cada una de las políticas de todos los productores OPEP y NO-OPEP apunta hacia un objetivo: AUMENTAR la producción. Era evidente. • Intuir que detrás de cada política petrolera estaba incluida una especie de “estratagema tapada”, tendiente a ASEGURAR su propia porción creciente de mercado “growing MARKET SHARE”, la cual se hizo realidad. Era casi axiomático. • Ignorar que el RIESGO diario de los inversionistas estaba “casi controlado”, asumiendo como referencia acciones recientes de la mismísima OPEP, durante la crisis económica mundial de 2008. Era infantil y hasta inexperto. Y, • Confiar otra vez en la OPEP, e inclusive, pedir públicamente la INTERVENCIÓN OPEP en el mercado petrolero mundial – siguiendo la tradición de los últimos 40 años – respondiendo a muchos voceros del mundo más proclive al rigor de las reglas del mercado, EEUU. Era impensable, confirma RGOrtiz. Algo muy importante ocurría mundialmente en el mercado petrolero y en la industria petrolera. Un gran cambio estaba en proceso de gestación con indicativos casi inequívocos, y con resultados de innovaciones y aplicaciones 6
de ciencia y tecnología; desde la prospección buscando petróleo, pasando por técnica sísmica bidimensional (2D), tridimensional (3D) y hasta sísmica 4D, dirigidas a disminuir el costo y riesgo de perforar un prospecto (“an oil play”, como se dice en la jerga petrolera) en las profundidades de mares y océanos, en macizos de rocas impregnadas de petróleo y gas natural, en el corazón prístino de la amazonía, y hasta en los casquetes polares. Con un evidente e incontrastable cuidado ambiental - apoyado con una logística aerotransportable –, la perforación, desde una sola plataforma, penetraba con uno, cinco, diez, quince, veinte y hasta treinta pozos, las entrañas de un yacimiento hidrocarburífero y llegaba con operaciones robóticas, inclusive en aguas ultraprofundas, donde el ser humano no puede llegar. El resto ya era solamente “management” para extraer petróleo, transportarlo a puerto de exportación y monetizarlo para convertirlo en dinero-ingresos. El trabajo en el “mar verde” de la amazonía, era casi un “copy/paste” de operaciones costa-afuera, comenta RGOrtiz*. Esta industria petrolera, de más de cien años de existencia, con la actividad científica y tecnología más dinámica y con altísimas inversiones, en mi opinión, no estaba dispuesta a “dar su brazo a torcer”. Esta industria no estaba dispuesta a dejarse vencer por tesis y políticas petroleras empecinadas en “dar por terminada” esta fabricación de energía, con teorías públicamente desafiadas por la otra parte de la comunidad científica que está en desacuerdo con la proclamación que el CO2 - de las emisiones de gases de la quema de combustibles de origen fósil – es la fuente principal del calentamiento global. Esta industria del petróleo podría mostrar a futuro que la ciencia
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química, apoyada en la nanotecnología, es capaz de capturar y convertir el CO² en etanol. La ciencia no puede ni debe detenerse. Este es un mensaje para la academia universitaria. Todavía hay mucho por investigar, dice RGOrtiz* Pero, ¿cuáles son los argumentos de la industria que quieren precios altos y por qué los quieren? A fin de responder técnicamente esas dos preguntas, hay que hacer una distinción entre sus actores, sin interesar si son actores de la industria petrolera principal o marginal. Hay unos productores de petróleo, en los EEUU por ejemplo, cuya aspiración es extraer petróleo y hacer negocio vendiéndolo en el mercado local, puesto que en esa nación es donde mejor responden los fundamentos del mercado. La oferta y la demanda obedecen a la gestión de los actores del mercado donde los precios reflejan esas tareas; y, además, esos son los precios que van marcando el ritmo también en el mercado
Hay otros productores de petróleo cuyo principal objetivo ha sido y es lograr SER EXPORTADORES NETOS de petróleo, y capitalizar una renta petrolera derivada de las exportaciones de petróleo a los mercados internacionales. Ese es el caso de los países miembros de la OPEP, incluido el Ecuador como uno de los miembros de esa organización. También podría ser el caso
petrolero internacional. Para estos productores EL MERCADO INTERNACIONAL no estaba entre sus principales objetivos empresariales, aparte de que, para el caso de EEUU, la normativa impedía, desde 1973, las exportaciones de petróleo crudo. Ahora, los tiempos han cambiado y las compañías operadoras de petróleo en EEUU ya están autorizadas para exportar, por ejemplo, gas natural y también petróleo. Es que EEUU es la nación donde el “oil trading”, compraventa de bienes y servicios, es parte congénita de la dinámica del comercio. En la tabla, los principales 10 países importadores de petróleo del mundo también tienen la condición de ser productores de petróleo propio, unos 20’371.000 bopd, equivalente al 21.44% de la producción mundial. Pero, mantienen su condición de importadores de petróleo, con 27’500.000 bopd, equivalente al 28.9% de la producción mundial. Probablemente, estos productores nunca alcanzarán la categoría de exportadores netos de petróleo. La excepción podría ser EE.UU.
de otros países productores no miembros de la OPEP como Azerbaijan, Brasil, Kazajistán, México, Omán y la Federación Rusa, que se han juntado, por ejemplo, a la primera reunión del Acuerdo de Argelia, para sumarse en la primera reunión del Comité de Alto Nivel del Acuerdo de Argelia entre países OPEP y No-OPEP, de esta pasado sábado 29 de octubre de 2016. 7
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El objetivo entre esos dos grupos de productores de petróleo – de acuerdo con el comunicado de prensa de la OPEP - es lograr restablecer la estabilidad de los mercados, mediante la reversión de los precios del petróleo y la reducción de su volatilidad en el mercado. Como se puede apreciar, las metas de esos tipos de actores en el mercado, a saber: los que buscan producción petrolera y los que buscan renta petrolera parecen aparentemente diferentes. Sin embargo, las características que sustentan sus negocios, pareciendo distintos, se unen en los precios. Los unos – operadores de petróleo de “fracking” y los operadores de extracción de petróleo de aguas ultraprofundas – solamente pueden llevar adelante sus actividades sustentablemente financieras con precios relativamente altos. En cambio, los otros operadores de petróleo convencionales necesitan precios del petróleo relativamente altos para mejorar los ingresos fiscales de sus países y financiar los presupuestos venidos a menos debido al derrumbe de los precios, desde la segunda mitad de 2014. Entre este grupo de operadores petroleros están los que ahorraron y los que agotaron la monetización de sus barriles; es decir, entre desesperados por decisiones, y tranquilos que quieren más y más análisis. Entonces, en un escenario de buenos precios del petróleo (que no me atrevería a describir cuál es), parecería, que se han juntado intereses dispares. Son los intereses de los “frackers”, los intereses de los petroleros de aguas ultraprofundas, de los de “shale/tight oilers”, de los de extrapesados, de los de pesados, de los de medianos y ligeros, que se estarían JUNTANDO para funcionar con un “precio dado”. Ninguno de ellos tiene la “bolita de cristal”, para decir cuál es ese precio. ¿Se podrían lograr esas metas de precios estables? Para los BUSCADORES DE RENTA PETROLERA, unos precios muy altos alentarían en el otro lado a los operadores de petróleos caros para aumentar su producción y desplazar/sustituir aún más rápidamente a los de petróleos baratos del mercado de importaciones. 8
Para los BUSCADORES DE REACTIVACIÓN DE LA PRODUCCIÓN, con unos precios altos del petróleo, aun cuando apoyarían para recompensar a los operadores que han aguantado los tiempos de malos precios con profundos cortes de producción y despidos de trabajadores, corren el riesgo de hacer que esa “luna de miel” de precios buenos sea efímera. Para el caso de productores/exportadores marginales, como Ecuador, unos precios entre 50 y 60 dólares por barril sería manejable y mediaría para que el gobierno pague las cuentas atrasadas; las deudas gubernamentales caras y de corto plazo con entes chinos; y lo más útil, ayudaría a los gobiernos a ser más pequeños (que no significa que sean menos eficientes en la regulación y el control gubernamental, que es su real tarea), a ser más eficientes, a ser más austeros, a ser más ahorradores, a ser menos empresarios, a ser menos entrometidos en las actividades que normalmente deberían ser exclusividad de las personas y entidades privadas, y no de los gobiernos. Así, creo yo, le iría mejor a la nación, que es lo que importa. Pero, a la industria petrolera de Ecuador no hay que trancarla y declararla terminada. No, esa soberbia no se ve en ninguna parte. A las grandes, medianas y pequeñas naciones – con petróleo no se les ha ocurrido dar por terminado el papel del petróleo en su desarrollo. Estamos atrasados, pero algunas personas muy confiables y versadas comentan con entusiasmo lo buena que ha sido la industria petrolera para Ecuador. Es tan buena y es tanta la dinámica que envuelve a esta industria que, por ejemplo, en la década de los años 70 se hablaba de pronósticos de reservas del orden de los 1750 millones de barriles. Sin embargo, esos mismos yacimientos, ya han producido, hasta ahora, más de 5000 millones de barriles. Esto confirma la tesis que es la ciencia y la tecnología, bien aplicada, la que ha hecho posible extraerle a la naturaleza más y más petróleo de un mismo yacimiento que antes; con otras formas tecnológicas operativas simplemente no era posible. Creo que otros mejores tiempos estan por llegar.
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DEUDA PÚBLICA Y VULNERABILIDAD FISCAL Eco. Jaime Carrera Director del Observatorio de la Política Fiscal
Entre enero-septiembre de 2016, el Gobierno tomó créditos de diverso género por unos $10.883 millones un 11 % del PIB (cuadro 1). Unos $4.000 millones son préstamos del Banco Central con la Reserva Internacional (RI) y Certificados de Tesorería, ambos instrumentos de plazos menores a un año. Este desproporcionado y agresivo endeudamiento condujo a la relación deuda pública/PIB al 39,3 %, considerando los rubros reconocidos oficialmente como deuda pública. Sin embargo, al incluir el real endeudamiento público, la relación deuda pública/PIB supera el 47 % (cuadro 2). En Ecuador, el límite legal de tal relación es 40 % del PIB, magnitud que en la región se estima puede garantizar la solvencia de un país para cubrir el pago de la deuda pública. El pago de intereses de la deuda pública interna y externa creció de modo exponencial entre 20102015; en relación con el PIB, pasó del 0,8 % al 1,8 %, y el servicio total de la deuda que incluye las amortizaciones, aumentó del 2,3 % al 7,7 % del PIB (cuadro 3). Algunas colocaciones de bonos de deuda soberana se realizaron con tasas de interés de 10,75 %, de las más altas del mundo, y muy superiores a otros países de la región (cuadro 4). La calificación de la deuda pública en moneda extranjera es “B” o equivalente a bonos basura. Mientras, la economía decreció en 2015, aunque las cifras oficiales dicen lo contrario. En 2016 la contracción económica será importante. En los últimos años, el pago por intereses y amortizaciones de la deuda externa representó una porción cada vez más creciente de las exportaciones, hasta el 17 % del PIB en 2015. Entre 2010-2015, el stock de la deuda externa en relación con las exportaciones de bienes
y servicios, pasó del 49,6 % al 110,1 % del PIB (cuadro 5). En una economía dolarizada como la de Ecuador, el flujo de dólares hacia el exterior por el pago del servicio de la deuda externa aumentó exponencialmente, al tiempo que el ingreso por exportaciones se redujo drásticamente. Desde 2014, Ecuador mantiene déficits globales y primarios entre el 4 % y 7 % del PIB, tanto en el Sector Público no Financiero como en el Gobierno Central, aunque las cifras oficiales reflejan niveles menores debido a inadecuados registros de ingresos y gastos, y opacidad en las cifras. Deterioro de la solvencia y vulnerabilidad fiscal. El entorno descrito, reflejado en tasas de interés muy superiores al crecimiento económico, elevados déficits globales y primarios, acelerado endeudamiento que supera el 40 % del PIB y creciente servicio de la deuda pública, ha deteriorado progresivamente la solvencia del Ecuador para pagar las deudas y sostener el gasto público en el futuro. El sector externo de la economía también se ha debilitado de modo importante, tanto por la reducción de las exportaciones petroleras y no petroleras, así como por el aumento del servicio de la deuda externa y su stock. Contexto que, a su vez, deteriora las calificaciones de riesgo del país. Hacia la sostenibilidad fiscal, arduo camino. La sostenibilidad de las cuentas públicas, entendida como la capacidad del país para pagar sus deudas en el marco de una trayectoria de ingresos y gastos públicos sostenibles en el mediano y largo plazos, 9
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es requisito sine qua non para el crecimiento económico y progreso social. Su consecución exigirá profundas transformaciones económicas y fiscales. Para recuperar y mantener un adecuado nivel de solvencia y sostenibilidad fiscal, se requiere articular para los próximos años un riguroso programa de reducción de gastos, generación de
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ingresos, atracción de inversiones y recuperación del crecimiento de la economía. Armonizar la progresiva disminución del déficit y endeudamiento públicos con las crecientes demandas de atención de las ilimitadas necesidades de los más desposeídos, exigirá acuerdos de gobernabilidad entre los diversos estamentos representativos de la sociedad.
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OPINIÓN
TEXTO TOMADO DEL SUPLEMENTO DE CORDES DEL 17 DE OCTUBRE DEL 2016 LAS CIFRAS DEL EMPLEO DERRUMBAN EL DISCURSO DE LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA Las cifras sobre la evolución del mercado laboral que publicó esta mañana el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) echan por tierra el discurso oficial, según el cual en el segundo trimestre de este año la economía ecuatoriana entró en una fase de recuperación. Por el contrario, dan sustento a la opinión (generalizada entre los analistas independientes) de que se trata tan sólo de un repunte circunstancial, explicado por el agresivo proceso de endeudamiento que el gobierno ha emprendido para inyectar liquidez a la economía antes de las elecciones, y no de una recuperación genuina, basada en el incremento de la actividad y, por tanto, de la demanda de empleo por parte de las empresas. Entre septiembre de 2015 y el mismo mes de este año, se perdieron, según el INEC, 340.000 empleos adecuados. En otras palabras, el número de puestos de trabajo adecuados se redujo en casi un 10% en el último año. De hecho, la tasa de empleo adecuado reportada para septiembre de este año (39,2%; 6,8 puntos menor que en septiembre de 2015) es, junto con la de diciembre de 2009, la más baja desde 2007, cuando las estadísticas del mercado laboral se empezaron a calcular con la actual metodología. Los más afectados por la pérdida de puestos de empleo adecuado son los jóvenes de entre 15 y 34 años, que en septiembre de 2015 representaban el 42,6% del total de personas con un empleo de ese tipo (es decir, que trabajan la jornada legal y reciben un ingreso no menor al salario básico unificado), y en la actualidad representan el 38,5%. La evolución del empleo adecuado no coincide con el dato repetido por el presidente y las autoridades económicas, de que a partir de agosto se incrementó el número de afiliados al IESS. En realidad, si se compara la cantidad de empleos plenos existentes en junio de este año con los reportados por el INEC para septiembre, se registra una caída de 60.000 puestos de trabajo. Lo que sí ha crecido, y de manera significativa, es el número de subempleados (personas que reciben un ingreso menor al salario mínimo y/o trabajan menos horas de la jornada legal y quieren trabajar más), que pasó de 1.122.000 en septiembre de 2015 a 1.560.000 en septiembre de este año, es decir, un crecimiento del 39%, o de 438.000 personas. En menor medida, también se registró un aumento en las demás categorías que, junto con el subempleo, componen lo que el INEC denomina “empleo no pleno”: las personas con empleos no remunerados (que pasaron de 656.000 a 834.000) y las que tienen otro tipo de empleos no adecuados (de 1.962.000 a 2.064.000).
Respecto al desempleo, el INEC reporta un crecimiento importante en el número de personas en esa condición, que pasaron de 325.000 en septiembre de 2015 a 419.000 en septiembre de este año, es decir, actualmente hay 94.000 desempleados más que hace un año (lo que se refleja también en el aumento de la tasa de desempleo, que pasó de 4,3% a 5,2% en el período analizado). Casi la totalidad de este incremento en el desempleo se explica, además, por el aumento en el desempleo cesante, es decir, personas que tenían un trabajo y lo perdieron. Entre junio y septiembre de este año, la tasa de desempleo pasó de 5,3% a 5,2%, movimiento que, probablemente, sea destacado por alguna autoridad oficial poco rigurosa o poco honesta intelectualmente como una nueva señal de la “recuperación de la economía”. Lo cierto 1Ver: http:// www.cordes.org/images/publicaciones/2016/Cordes_ Opina/Opina-24-08-2016.pdf es que entre ambos meses, el número de desempleados habría crecido en más de 2.000 personas (dado que la variación es tan pequeña, lo más conveniente es hablar de una estabilidad en ese indicador). Si la tasa de desempleo mostró ese leve descenso, no se debe, entonces, a una reducción en el número de desempleados, sino al notorio aumento de la población económicamente activa (PEA), sobre la que se calculan las tasas de desempleo, subempleo y empleo adecuado. La PEA (conformada por las personas que están trabajando o están buscando activamente un trabajo) aumentó en casi 460.000 personas en el último año y en 225.000 personas en el último trimestre (mucho más que la población en edad de trabajar). De hecho, el informe del INEC muestra que en la actualidad las tasas de participación bruta y global (es decir, PEA/ población total y PEA/población en edad de trabajar, respectivamente) se encuentran en niveles máximos. Esto, lejos de sustentar la idea de una recuperación en el nivel de actividad, muestra que en los hogares ecuatorianos cada vez más miembros se vinculan al mercado laboral (lo que no significa que empiezan a trabajar, sino que empiezan a ofrecer sus servicios laborales) con la esperanza de colaborar con los ingresos familiares. Las cifras oficiales muestran, sin embargo, que en el mejor de los casos estos nuevos miembros de la PEA encontraron algún trabajo precario. Realidades de la situación económica que ni siquiera el insostenible y oneroso endeudamiento al que el gobierno ha accedido en los últimos meses consigue ocultar. 13
OPINIÓN
TEXTO TOMADO DEL SUPLEMENTO DE CORDES DEL 24 DE OCTUBRE DEL 2016 TRAS LA REPRIMENDA EN LA SABATINA, ¿QUÉ SE PUEDE ESPERAR DE LAS ESTADÍSTICAS LABORALES? En el último enlace ciudadano, el presidente Correa dedicó varios minutos a explicar el que, según él, es el modo correcto de interpretar las estadísticas de mercado laboral que el INEC presentó el lunes pasado. Más allá de que su interpretación está lejos de ser la correcta, en el tiempo que dedicó al tema, el presidente hizo algo aún más preocupante: reprendió públicamente a los funcionarios del instituto estadístico por la manera en la que presentaron las estadísticas laborales ya que, según él, el formato utilizado “no traduce la realidad”. Ese llamado de atención siembra dudas sobre el modo en que las cifras de empleo, uno de los temas más sensibles para el gobierno (más aún en campaña electoral), se presentarán de aquí en adelante. Respecto a la interpretación de las estadísticas por parte del presidente, hay varios puntos que merecen ser comentados. El primero se refiere a los 363.000 “empleos” que, según él, generó la economía entre septiembre de 2015 y el mismo mes de este año. En realidad, las cifras del INEC muestran claramente que en ese período se perdieron más de 340.000 empleos adecuados (es decir, personas que trabajan la jornada legal y tienen un ingreso no menor al salario mínimo) y que los 363.000 nuevos “empleos” a los que se refirió el presidente corresponden, principalmente, a subempleados (es decir, personas que trabajan menos horas de las que quisieran y tienen un ingreso menor al salario mínimo) y, en menor medida, a las demás categorías de lo que se denomina “empleo inadecuado”; es decir, trabajadores no remunerados o personas que trabajan menos horas de la jornada legal y tienen un salario inferior al mínimo pero no tienen disponibilidad o voluntad para trabajar más tiempo. La economía, por tanto, no ha generado nuevos puestos de trabajo, por el contrario, se han destruido por miles, pero las personas que perdieron su empleo o que ingresaron a la población económicamente activa (PEA, es decir, que empezaron a ofrecer sus servicios laborales) se han dado formas para tratar de llevar algún ingreso a sus hogares. Por eso es que, en el caso del Ecuador, analizar solamente la tasa de desempleo, como hacen el presidente y varios de sus ministros, no es adecuado, porque el principal problema del país en materia laboral es que un altísimo porcentaje de las personas que quieren trabajar (y que no pueden darse el lujo de dedicarse a tiempo completo a buscar un trabajo sin generar algún tipo de ingreso) sólo pueden hacerlo en condiciones precarias. Respecto al desempleo, las cifras del INEC muestran que entre septiembre de 2015 y el mismo mes de este año, casi 94.000 personas cayeron en esa condición. Al respecto, el presidente dijo que esos nuevos desempleados “no es que estaban trabajando y se los botó, no”, sino que corresponden a la diferencia entre las 457.000 personas que ingresaron a la PEA y las 363.000 que consiguieron un “empleo” (lo que él definió como una “buena noticia”, pero que, como ya se mencionó, son principalmente empleos precarios). En realidad, según el INEC, contrario a lo que aseguró el presidente, más del 90% de los nuevos desempleados son cesantes, es decir, personas que tenían un trabajo y lo perdieron. El problema está en que el presidente no incluyó en su análisis a los 340.000 puestos 14
de empleo adecuado que se perdieron en el último año. Por tanto, las personas que empezaron a buscar trabajo no son sólo quienes se vincularon a la PEA, sino también quienes tenían un empleo y lo perdieron. Pero, más allá de la errada interpretación de las estadísticas laborales (el presidente incluso llegó a pedir que se comparen las cifras actuales con las que había antes de su gobierno, cuando él debería saber que eso no es posible porque las metodologías de medición no son las mismas), lo más preocupante es la reprimenda pública a los funcionarios del INEC. “Esta semana salieron las cifras de desempleo –dijo el Presidente al empezar a referirse a ese tema–. En verdad hay buenas noticias, pero la prensa sacó unos titulares para deprimirnos, tengo que reconocer que con el entusiasta apoyo de los propios tecnócratas del INEC, porque ¡qué manera de presentar las cifras! La respuesta es que “este es el formato”. ¡Qué formato, señores! Esto no traduce la realidad.” Y más adelante insistió: “Los medios de comunicación, con ayuda de los tecnócratas del INEC, nos ponen todo lo negativo”. Si, en opinión del presidente, el modo en que el INEC presenta las estadísticas laborales “no traduce la realidad”, ¿qué se puede esperar para el próximo informe, que debería publicarse en enero de 2017, es decir, justo antes de las elecciones? ¿Va a permitir el gobierno que el INEC mantenga su metodología de cálculo y la forma en que presenta los resultados (sobre los que no tuvo críticas mientras le eran favorables) o lo va a obligar a cambiarlos (en cuyo caso, sería bueno conocer con qué argumentos técnicos)? En otras palabras, ¿las cifras van a mostrar la realidad real o la que le conviene al gobierno? Lamentablemente, en esta administración hay varios antecedentes de un manejo al menos poco riguroso de las estadísticas económicas: ahí está el Banco Central, que ha incumplido repetidas veces su propio calendario de publicaciones y cuyas cifras de crecimiento del PIB registran incongruencias que desde CORDES hemos denunciado, o el Ministerio de Finanzas, que incluso antes del último cambio respecto al modo de contabilizar la deuda pública ya la venía subestimando y que, a la vez, sobrestima los ingresos fiscales para mostrar un menor déficit. También hay antecedentes de gobiernos afines al nacional, como el venezolano o el argentino (durante el kirchnerismo), que ante una realidad que no les era favorable, dejaron de publicar cifras sensibles o las manipularon groseramente. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el Gobierno se ha empeñado en mostrar a la ciudadanía una supuesta “recuperación económica”, que en realidad es el resultado de la estrategia de endeudarse agresivamente y patear el ajuste hacia adelante. Obviamente, esa estrategia no despeja la incertidumbre sobre el futuro de la economía y, por tanto, no se ha traducido en una mayor demanda laboral por parte de las empresas, como muestran las últimas cifras del INEC. Si los resultados del próximo informe (correspondientes al cuarto trimestre) son tan negativos como lo fueron los del último, sería lamentable que, en lugar de tomar medidas para tratar de corregir la situación, el Gobierno opte por barrer la suciedad debajo de la alfombra.
ENFOQUE
LAS INVERSIONES QUE JAMÁS LLEGAN Sr. Alberto Medina Méndez Periodista. Consultor Privado en Comunicaciones (Argentina)
Los gobiernos siempre las prometen. En campaña todos parecen estar dispuestos a conquistar a esos grandes capitales que aterrizarán en estas tierras algún día, trayendo consigo fuentes de trabajo y prosperidad. Cuando algún caso aislado brota, el oficialismo de turno se encarga de multiplicar su impacto mediático anunciando con gran estridencia la millonaria cifra que desembolsarán y los nuevos puestos que ese flamante emprendimiento significará para el país. En los últimos años, es mucho más lo que se espera que suceda que lo que finalmente ocurre. Es difícil saber si los dirigentes políticos realmente no comprenden los mecanismos que entusiasman a los inversores, o es que no están dispuestos a hacer los deberes necesarios para ser más atractivos. En estas latitudes, se pueden identificar buenos modelos de cómo trabajar en la dirección apropiada. Varias naciones han logrado combinar esfuerzos y proponer una fascinante plataforma que ha enamorado a los inversores con mayúsculas, esos mismos que luego depositan cuantiosos recursos y generan un genuino desarrollo en esos lugares. Muchos de los caudillos locales no tienen idea alguna de cómo recorrer este derrotero puertas adentro, pero a la luz de los resultados empíricos se podría decir, sin duda alguna, que solo una acotada nómina de países ha hecho las cosas un poco mejor que el resto. Eso ya parece indiscutible.
No es necesario ser especialista en finanzas o un erudito académico en economía para comprender el razonamiento clásico de los empresarios de riesgo, esos que realmente toman decisiones prudentes para diseñar sus más ambiciosos y comprometidos proyectos. Siempre se pueden captar oportunistas, personas dispuestas a asumir ciertas contingencias de corto plazo, apostando marginalmente su capital para obtener una rentabilidad interesante sin mayores contratiempos. Esos personajes pululan por el mundo y, seguramente, ellos también contemplarán este escenario alternativo para sacarle el máximo provecho. A no engañarse. Ese tipo de negocios también sirve. No se debe caer en la trampa de minimizar su trascendencia. Todo suma en esta etapa y hasta puede servir para construir ese puente entre la coyuntura y el futuro que tanto se precisa. Lo que no resulta lógico es poner todas las fichas en ese tipo de aventuras furtivas como única estrategia de crecimiento. Si realmente se quiere cautivar a esos capitalistas de las grandes ligas, se deben encarar las verdaderas cuestiones de fondo que no parecen estar, al menos por ahora, en la agenda contemporánea de la política doméstica. Nadie invertirá en serio aquí sin un horizonte de mediano plazo, en el que convivan las diferentes vertientes de la política y la sociedad civil bajo el paraguas de una visión compartida que aporte sustentabilidad.
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Si a esto se le agrega que el país está parado sobre un peligroso coctel explosivo, pues no parece demasiado inteligente creer que alguien piense en aterrizar pronto por aquí con gigantes planes de largo aliento. La brutal presión impositiva y una corrupción estructural indisimulable, un costo laboral desproporcionadamente elevado junto a un sistema judicial hostil con el mundo empresario, y la omnipresencia de un Estado regulador y burocrático que lo entorpece todo, brindando deficientes servicios, no parece un ámbito demasiado seductor para ningún entendido. Si se quiere realmente conseguir que, algún día, esos referentes de los negocios universales pongan sus ojos en estas tierras, hay que sentarse a trabajar duro para fijar acuerdos que perduren en el tiempo. Esa tarea no sólo le compete al oficialismo circunstancial, sino también, fundamentalmente, a quienes se proponen como opciones diferentes a los que gobiernan y aspiran a convertirse en la mejor alternativa al presente. Esos grandes inversores quieren conocer no solo las medidas económicas de los actuales gestores, sino también la vocación de quienes desean ser una opción electoral, para mantener esas reglas de juego vigentes. Cuando los paradigmas de los sectores políticos contrapuestos no tienen puntos sólidos de contacto, el horizonte está repleto de incertidumbre, esa que se suma a las ya naturales vacilaciones que la realidad propone.
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Para aquellos que odian visceralmente la idea de incorporar capital al país, ya sea porque son extranjeros o porque simplemente son personas con abultados recursos económicos, habrá que decirles que la consigna de “vivir con lo nuestro” ya ha fracasado estrepitosamente en reiteradas oportunidades, sin que puedan exhibir un solo caso de éxito verificable . Existe la oportunidad de convivir eternamente con la miseria, dilapidando oportunidades, expulsando a los mejores e invitándolos a que busquen mejores destinos para sus vidas. En ese caso, sería saludable discutirlo para luego, eventualmente, explicitar esta decisión asumida. Eso evitaría confusiones, interrumpiría este perverso zigzagueo y todos sabrían a qué atenerse. Se necesitan grandes acuerdos para convocar inversores. Esos consensos hoy no están presentes y es por ello que, difícilmente, florezcan oportunidades en el medio de este mar de dudas respecto del porvenir. Si se espera contar con el apoyo de quienes hoy disponen del capital, resulta imperioso abordar un proceso serio que permita construir esos acuerdos esenciales y al mismo tiempo acometer, con convicción, las profundas reformas siempre postergadas, que hoy ni siquiera asoman. Esto no pasa, como creen muchos ciudadanos, por la falta de confianza en el Gobierno, o por la percepción sobre sus políticas. Los que toman decisiones globales observan otros elementos, que por ahora están ausentes. Mientras no se privilegie la sensatez, todo seguirá exactamente igual y la gente seguirá esperando por las inversiones que jamás llegan.
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ENFOQUE
POR QUÉ REPRODUCIR!
Ing. Joyce de Ginatta Presidenta de la Federación Interamericana Empresarial (FIE)
Se preguntaran porque copiamos temas de suplementos de la FIE del año 2006, etc., lo hacemos para que nuestros lectores se percaten que todo sigue igual, que han pasado 10 años y seguimos en las mismas, como ejemplo: el texto tomado “CRÓNICA DE UN DESASTRE ANUNCIADO” de junio 5 del 2006, habla del tema de la OXI, cual es el resultado de lo que hicieron, Diego Borja y en aquel entonces Eco. Correa, Ministro de Finanzas; y como ustedes pueden leer que mientras tenían a Al Cárdenas en Miami negociando con la OXI, acá se tomaban la OXI. Eso nos ha costado tener que pagar este año mil millones de dólares, eso es lo que pasa en el Ecuador hacemos y deshacemos y no nos importa, ni cuanto más nos va a costar, el saltarnos las normativas de las normas internacionales, por eso hemos querido repetir aquello que se predijo el 5 de junio del 2006 y por eso es que hablamos hasta cuando desarmamos. Por otra parte, repetimos para pensar en algo positivo también el evento del 2007 en este caso si hemos avanzado para reforzar a los pequeños y medianos empresarios del Arca del Cacao.
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ENFOQUE
TEXTO TOMADO DEL SUPLEMENTO #3 DE LA FIE DEL
5 DE JUNIO DEL 2006
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CIFRAS
TEXTO TOMADO DEL SUPLEMENTO #3 DE LA FIE DEL
5 DE JUNIO DEL 2006
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CIFRAS
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CACAO
PARA RECORDAR, EVENTO DEL CHOCOLATINO, GRAN ÉXITO
TEXTO TOMADO DE LA REVISTA MIPYMES EDICIÓN JULIO-AGOSTO DEL 2007
Este evento marca el inicio de la revolución cacaotera en un sector que compromete a miles de productores, aquí se tomó conciencia que teníamos un gran escenario de exportación de nuestro cacao pero que había que cambiar las cosas y en este evento se unieron productores con compradores, también pymes italianos, vinieron 30 italianos incluido el Ministro que llegaron acá a la misión. Han transcurrido casi 10 años y estamos viendo el resultado positivo.
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CACAO
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CACAO
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CACAO
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OPINIÓN
TEXTO TOMADO DEL SUPLEMENTO #5 DE LA FIE DEL
22 DE JUNIO DEL 2009
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OPINIÓN
EL DÓLAR ES MÁS POPULAR
Lcdo. Paúl Tapia Goya Licenciado en Ciencias Sociales
COMO BLINDAJE DEL VALOR ADQUISITIVO POPULAR Y CAMISA DE FUERZA DEL DERROCHE FISCAL, LA DOLARIZACIÒN ECHÓ POR TIERRA LAS PROFECÍAS DE LOS ACADÉMICOS E INTELECTUALES Los intelectuales y académicos aún se niegan a reconocer el éxito rotundo de la dolarización. Su sesgo ideológico marxista estatista les impide aceptar el evidente beneficio popular de lo que llamaron la “privatización monetaria” o la “pérdida de la soberanía” Aferrados a su torpe necedad, hoy anuncian una era ¨postneoliberal¨ al final de estos más de 16 años de estabilidad monetaria. Contra toda evidencia, son heraldos negros de la apocalipsis de la dolarización. Si los académicos atacan al sistema, es porque sus bondades contradicen las catastróficas profecías de sus libros y publicaciones. En el 2000, Ecuador perdió la confianza en su moneda nacional tras una larga historia de devaluaciones que empobrecieron a la gente y enriquecieron a los burócratas. Con el pretexto de “abrir mercados para exportación” los gobiernos ocultaban la corrupta gestión pública reduciendo el poder adquisitivo y la confianza de la moneda. Empobrecían al pueblo y evitaban rendir cuentas sobre el pobre rendimiento de los bienes, fondos nacionales. En la era de las devaluaciones se premiaba, además, la improductividad de exportadores privilegiados y se desalentaba a los eficientes emprendedores. Los datos sobre próximas depreciaciones se filtraban días antes, como pago politico. Se multiplicaron millonarios de la noche la mañana, al precio de encarecer la vida y destruir la fe pública.
La devaluación del circulante era la anterior forma clientelar para “redistribuir” privilegios quitando ceros a la moneda por coyunturas politicas o electorales. La práctica de meter mano al bolsillo de los mandantes vía devaluación, fue la norma de los mandatarios, durante la vida útil del sucre. EL CASINO MONETARIO El Banco Central como instituto emisor era en realidad un casino monetario antes de la dolarización. Desde la “Revolución Juliana” de 1925, los gobiernos tomaron el control del dinero con fines politicos, mediante la centralizaciòn bancaria en manos de la tecnocracia fiscalista. Al sucre no lo mató el dólar, sino el Banco Central, al despojarlo de valor. Por algo dice John Saul que ”la confianza es la reducción de la incertidumbre”. A principios del siglo XX, el dólar norteamericano y el sucre de Ecuador tenían una estable paridad, como signos monetarios de confianza. Pero las crisis fiscales se fueron agravando. Los gobiernos despilfarraban fondos públicos y luego los recuperaban tomándolos de los ahorros e inversiones privadas. La suma de pérdidas fue abriendo la brecha de la cotización. El sucre se depreciaba sin remedio. Si devaluar ¨incentivara exportaciones¨ como cree Semplades, el Bolívar “duro“ de la Venezuela bolivariana sería moneda de reserva. La moneda del país del socialismo del siglo XXI es, por el contrario, un montón de papeles sin valor, aquejados de la inflación más alta del planeta (por encima de 700 %). El despilfarro bélico de Hitler se financió devaluando sistemáticamente. Al final del regimen nazi, las personas debían ir a comprar pan arrastrando fajos de dinero en carretillas. La plata no valía nada. Muchos la usaban para hacer fuego en invierno, por ser más barata que la leña.
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OPINIÓN
“El dinero es confianza” lo dice Samuelson. Tal vez es la parte intangible, inmaterial que no cuenta para los tecnócratas del Banco Central ni para los intelectuales académicos. Por eso Bastia decía que “el buen economista ve y prevé lo que no se ve”. El dólar goza de una creciente confianza y se vuelve cada dìa más popular, mucho más en esta década de incertidumbre crónica. La gente remata casas, edificios y propiedades por convertirlos en dólares y blindar su patrimonio. (Por la incertidumbre de los altos tributos confiscatorias del patrimonio y las herencias.) Los intelectuales estatistas suspiran con una segunda “Juliana” que restaure la soberanía (y reabra el casino fiscal) o ´instituto emisor. No les basta con el nuevo fracaso del mercantilismo estatal (sustitución de importaciones), al que llaman “nueva matriz productiva”. BOOM TO BUST! Según la ley de Gresham, si hubiera una emisión inorgánica de “efectivo” virtual, la gente saldría rápido de la moneda “soberana” y guardaría el dólar en su “colchon bank” Se demuestra que el dinero no pierde su valor en dólares. Todo lo contrario. En Argentina, un exfuncionario escondía sacos con millones en divisas dentro de bóvedas en un monasterio. Iban a dormir el sueño de los justosa añejando valor a través de muchas devaluaciones de monedas latinoamericanas. ¿Por qué no ocultaban pesos argentinos, bolívares venezolanos o cucs de Cuba? ¿Qué habría pasado en Ecuador si no estuviera dolarizada la economía? La misma catastrofe venezolana, según Hanke. Ecuador está entre las peores economías por “rendimiento” del mundo (Venezuela en la cola). El Gobierno culpa al dólar (también al crudo y al terremoto). Pero los indicadores de Bloomberg y The Economist no miden ingresos ni egresos sino buena o mala “gestión”. Ecuador cayó de una bonanza histórica de materias primas a una iliquidez total (“Boom to bust”). Las cifras oficiales ocultan el “rendimiento” del monto
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bruto, (la propaganda solo da “el total invertido”). Gastaron el capital, $300.000 millones por tributos y petróleo. Con sobreliquidez, la obra pública se hizo por deuda sin capitales de riesgo ni concurso de precio. Ineptitud y opacidad de gestión juntas. Es el Gobierno quien encarece los costos con impuestos al ingreso de dólares (ISD), sobretasas arancelarias, pagos de útilidad “adelantada”, “techos de utilidad” y otras medidas de rentismo fiscal sofocante.¿Fue el dólar culpable de tan mala administración? ¿No es el dólar un blindaje de la economía popular? ¿No es a la vez una camisa de fuerza para la locura de despilfarro fiscal que suele afectar a los gobiernos populistas? No estaríamos en caos con sucres fácilmente devaluables entre gallos y medias noches? LA POPULARIDAD DEL DÓLAR Soros dice que los recursos no tienen la culpa de una crisis, sino la mala administración. No se entiende cómo los intelectuales consideran al dólar el “peor error histórico”.¿Para ellos la “soberanía” del fisco està sobre el bienestar del pueblo? La gente agradece tener dólares.¿No un gran ventaja para el consumidor ecuatoriano? El dólar nos ha permitido ahorrar, comprar a plazos siendo sujetos de crédito, como nunca antes. El dólar es la moneda interbancaria del mundo, con más del 82% de depósitos. No es solo la “moneda del imperio”, como dicen los intelectuales marxistas. Ya lo decía Octavio Paz “El marxismo es el vicio intelectual de Latinoamérica. Los intelectuales nunca reconoceràn sus errores”. Walter Benjamín llamaba al ideal marxista una “religión política”. Mientras se derrumba un ensayo político rentista, el dólar fortalece su imagen como aliado del bolsillo de la gente. Por eso, en medio de la terrible crisis de iliquidez fiscal, es cada día más popular. Si hubiera un consulta, ¡el dólar la ganaría con más del 90% de los votos!.