COMERCIO, DESARROLLO Y LUCHA CONTRA LA POBREZA Reflexiones del Consejo Pontificio «Justicia y Paz» con ocasión de la «Ronda del milenio» de la Organización Mundial del Comercio (Seattle, diciembre de 1999) En vísperas de la III Conferencia Ministerial de la OMC, el Consejo Pontificio «Justicia y Paz» desea expresar su aprecio por la labor desempeñada por dicho organismo con vistas a liberalizar el comercio tradicional en el marco de un sistema basado en reglas. En su calidad de observadora, la Santa Sede ha seguido con gran interés el debate ininterrumpido sobre el fin y los objetivos de las próximas negociaciones de la Ronda del Milenio. Este Consejo aprovecha dicha ocasión para expresar algunas preocupaciones y proponer sugerencias sobre cuestiones que están en tela de juicio. El cumplimiento inicial de los acuerdos tomados por la Ronda Uruguay ha demostrado el significativo avance de los países en vías de desarrollo en la adopción de políticas de liberalización de mercados. Sin embargo, no se ha derrotado la pobreza ni la marginación, de manera que muchos países en vías de desarrollo así como economías en fase de transición siguen necesitando tiempo y ayuda para incorporarse plenamente al sistema comercial mundial. Resulta particularmente relevante que la cuota de comercio internacional de los Países Menos Adelantados (PMA) sea tan sólo del 0,5 por ciento y haya ido descendiendo desde 1990. Se necesitan pues esfuerzos adicionales para garantizar que todas las partes tengan la oportunidad de beneficiarse de unos mercados abiertos, así como de la libre circulación de bienes, servicios. y capitales. Como ha escrito el Papa Juan Pablo 11 en su Carta encíclica Centesimus annus: «Los pobres exigen el derecho de participar y gozar de los bienes materiales y de hacer fructificar su capacidad de trabajo, creando así un mundo más justo y más próspero para todos. La promoción de los pobres es una gran ocasión para el crecimiento moral, cultural e incluso económico de la Humanidad entera» (n. 28: ECCLESIA, núms. 2.527-28 [199111], pág. 729). En su Mensaje al Foro Global para la Erradicación de la Pobreza, el director general de la OMC, Sr. Mike Moore, afirmó con toda claridad que, bajo su punto de vista, «los objetivos del comercio y del desarrollo, así como la reducción de la pobreza, es tan indisolublemente vinculados entre sí». «El objetivo del comercio -escribe- ha de ser la mejora del nivel de vida». El hecho de que en el mundo actual comercio, desarrollo y lucha contra la pobreza estén tan íntimamente relacionados exige que la OMC trabaje con mayor asiduidad conjuntamente con todas aquellas organizaciones cuya labor está encaminada hacia la consecución de un marco general de desarrollo. El Consejo Pontificio «Justicia y Paz» invita pues a los participantes en la reunión ministerial a afrontar las necesidades de los países en vías de desarrollo y las dificultades que encuentran para acceder a los mercados internacionales. Un trato especial y diferenciado en favor de estos países, al tiempo que les proporciona asistencia técnica, legal y financiera constituye un paso adelante en esa dirección. Globalmente enfocado, dicho trato especial y diferenciado va más allá de tarifas preferenciales y períodos de transición, hasta afrontar elementos clave del crecimiento y desarrollo económico: conocimientos, capacidades tecnológicas e información. Especialmente en áreas como comercio electrónico, política medioambiental, política de competencia, y servicios financieros y de telecomunicación, se precisa ayuda para la capacitación. Algunos miembros han propuesto la extensión de la próxima Ronda de negociaciones de la OMC a nuevas áreas como la política de competencia, la inversión y las cuestiones medioambientales y de derecho de los trabajadores relacionadas con el comercio. El Consejo Pontificio «Justicia y Paz» comparte la opinión de que la atención prioritaria de las negociaciones debe centrarse en el cumplimiento total y eficaz de los Acuerdos de la Ronda Uruguay y en las normativas que atañen específicamente a los países en desarrollo y a los menos desarrollados. También hay que dar prioridad a las cuestiones y temas aún pendientes de los Acuerdos cuya revisión está en curso. 1