CONTENIDO
Año 3
Número 1
Ene-Feb 2009
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PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO Y SAN JOSÉ / ARQ. DE MÉXICO / 2A. VICARIA / PUBLICACIÓN GRATUITA
Editorial
TRES EN UNO: UN TRÍPTICO
Después de la Solemnidad de la Epifanía (4 de enero), celebramos la Fiesta del Bautismo del Señor (11 de enero) y luego La presentación del Niño Jesús en el Templo (2 de febrero) o la Candelaria. El Dios hecho hombre se muestra a los Magos de Oriente (cf Mt 2, 1ss); es presentado por el Padre en el Jordán (<<Este es mi Hijo muy amado>>: Mt 3, 17); y luego es presentado por sus padres en el Templo (<<Luz para alumbrar a las naciones>>: Lc 2, 22ss). Las fiestas de la Navidad terminan con la celebración del Bautismo del Señor pero, a su vez, marcan el inicio de la Vida Pública del Señor. Jesús, el Verbo hecho carne, ha venido al mundo para manifestar el amor del Padre por los hombres y para iluminar nuestra oscuridad (cf Jn 1, 5; 8, 12). Reconocer a Jesús-Dios, JesúsHombre, Jesús-Rey entre nosotros, tiene que ver irrenunciablemente con su seguimiento, como los discípulos de Juan el Bautista: <<Maestro: ¿dónde vives?>> (Jn 1, 38). Pero también tiene que ver con el dejarse conducir por Él, que es el Nuevo Moisés que quiere llevar a su pueblo, a través de un inmen-
TEOLÓGICO n
so desierto (el mundo), hacia la tierra prometida (el cielo), pasando a través de las aguas del Mar Rojo (muerte y resurrección: bautismo). Dejarnos iluminar por estos misterios del Dios hecho hombre que entra en el Templo es la razón de la celebración de la Fiesta de la Candelaria. Dios se ha manifestado en Jesús para iluminar no sólo algunos momentos de nuestra vida, sino toda ella. Dejarme iluminar de Dios es dejarme trasladar <<del dominio de las tinieblas al reino del Hijo Amado>> (Col 1, 13) en quien el Padre tiene todas sus complacencias. Dejarme iluminar es convertirme al Señor, dejándome purificar por Él en las aguas del bautismo y sumergirme con Él en su muerte y resurrección (cf Rom 6, 2-11). Dejarme iluminar del Señor es entrar en sus misterios por la meditación de la Palabra. Aprovecha, déjate iluminar del Señor y medita los textos que te presentamos en este Boletín para salud de tu alma. P. CARLOS ORTIZ FIGUEROA, S DE J 1
LA CENIZA
NO SIRVE PARA NADA…n
Sé que el título puede causar escándalo sobre todo en un boletín de una Parroquia católica. Pero lo puse así de intención para atraer tu atención. ¡Cuántas personas acudimos a los templos católicos el Miércoles de Ceniza! Pero ¿cuántas de ellas saben en realidad lo que esto significa? ¿a cuántas les acompaña una disposición sana, espiritualmente hablando? ¿cuántas sabrán que la ceniza no sirve de nada si no va acompañada de una actitud interior de verdadera renuncia al pecado y conversión declarada a la gracia? Mucha gente entra y sale del templo; algunas de ellas sólo entran a ponerse la ceniza y se retiran. Qué pocas son las que aunque con un poco de prisa porque tienen que ir a trabajar, se arrodillan delante
EL ICONO del Santísimo y hacen un gesto sincero de arrepentimiento y oran por algunos momentos con explícito recogimiento y piedad. <<La mirada de Dios no es como la mirada de los hombres… el Señor mira el corazón>> (1ª Sam 16, 7b). “Caras vemos, corazones no sabemos”, dice el dicho, por eso no hay que juzgar. Pero qué bueno sería que este Miércoles de Ceniza asistiéramos a la Iglesia como el publicano en el Templo del que nos habla San Lucas (18, 9-14) o con el espíritu tan hermosamente penitencial con el que reza el Salmo 50 (51): <<Misericordia, Dios mío, por tu bondad… Pues yo reconozco mi culpa; tengo siempre presente mi pecado… pecador me concibió mi madre… rocíame con el hisopo, quedaré limpio>>. Que a todos nos mueva este Miércoles de Ceniza un sincero espíritu de conversión como el de San Pablo; que sin poner tanto énfasis en lo exterior (la ceniza, que es sólo un signo), pongamos todo el acento en lo interior: un verdadero deseo de sometimiento a los mandamientos del Señor y a su Santísima Voluntad en nuestras vidas. Confesar y comulgar más frecuentemente.
P. CARLOS ORTIZ FIGUEROA, S DE J
25 DE FEBRERO: MIÉRCOLES DE CENIZA. IMPOSICIÓN DE CENIZA EN LAS M ISAS DE 8:00, 13:00 Y 18:30 HRS . A LO LARGO DEL DÍA CELEBRACIONES CADA 10 MINUTOS PARA ESCUCHAR Y MEDITAR LA P ALABRA DE D IOS . ORACIÓN PARA PEDIR SANACIÓN A LAS 19:30 HRS.
DEL
ENCUENTRO MUNDIAL
DE LAS
FAMILIAS n
El presente icono tiene una connotación importante, y su presencia en el “VI Encuentro Internacional de las Familias” responde a la necesidad de mirar a las raíces de toda familia cristiana: la familia de Nazaret. Esta obra de arte fue realizada por el pintor español Francisco Argüello (Kiko), iniciador del Camino Neocatecumenal, para los Encuentros Mundiales de las Familias. El icono simboliza el viaje de vuelta de Jerusalén, después de que Jesús fuera encontrado en el Templo. San José lleva a hombros a Jesús, el cual se vuelve hacia su madre la Virgen María. Ella, durante el camino, le entrega el papiro con las palabras que anuncian su misión; en griego aparece escrito el texto de Isaías 61,1-2: “El espíritu del Señor está sobre mí, pues me ha ungido...”. El rostro de San José refleja los rasgos del Siervo de Yahvé (según se ven en la faz de la sábana santa), como signo de preparación para la misión del Siervo de Dios que carga con los pecados del mundo. Las letras estilizadas en griego recuerdan el misterio que se contempla, y simbolizan lo siguiente: s %N LA AUREOLA DEL .I×O *ESÞS LAS LETRAS Alfa y Omega, primera y última del alfabeto griego. Jesús es el Principio y el fin, el Primero y el Último, en Él todas las cosas tienen su fundamento (Cf. Apocalipsis 1, 8; 21, 6; 22, 13). s !L LADO DEL .I×O SOBRE LA CABEZA DE 3AN *OSÏ LAS LETRAS QUE significan Jesús Cristo: Jesús es el Ungido (que se dice Cristo en griego o Mesías en hebreo), es el Enviado del Padre. Es una fórmula de fe proclamada solemnemente por San Pedro el día de Pentecostés: “Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien ustedes han crucificado..” (Cf. Hechos 2, 36). s 3OBRE LA CABEZA DE LA 6IRGEN -ARÓA LAS LETRAS QUE SIGNIlCAN Madre de Dios: En el siglo V los cristianos defendieron este título en el Concilio de Éfeso; no aceptarlo lleva a no aceptar plenamente la fe en Jesucristo, que es Dios y hombre verdadero, en la unidad de una sola Persona. EL LOGOTIPO DEL ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS
Queridos hermanas y hermanos: Este 4 de noviembre pasado, nuestra Comunidad Parroquial se alegró por la visita de nuestro Vicario Episcopal, el RP. Nicolás Gómez Sánchez y su equipo, el Pbro. Héctor Peña, Pro Vicario y el Pbro. Francisco Alvarado, Secretario. La Santa Misa a las 7:00 p.m., fue un bello inicio de encuentro con la comunidad. Luego, pasamos al salón de Nuestra Señora, donde el P. Nicolás exhortó a la Comunidad a expresar las cosas positivas y negativas del caminar en la Comunidad Parroquial. Cada uno de los coordinadores de nuestros grupos y comunidades pasaron al frente para hacer su exposición. También pasaron otros fieles de la Comunidad Parroquial a expresar su sentir.
HACIA EL PLAN DE PASTORAL PARROQUIAL n Al final, la evaluación fue buena. Dentro de este encuentro se le presentó al Vicario Episcopal el Plan Preliminar de Pastoral Parroquial; se le expuso muy sucintamente, y él y su equipo dieron el visto bueno. Ahora a toda la Comunidad Parroquial nos toca echar a andar esta fase preliminar del Plan, para luego armar el Plan de Pastoral Parroquial que definirá por un periodo de algunos años el caminar de la Pastoral en nuestra Parroquia. Exhortamos a todos 2
nuestros fieles miembros de nuestros grupos y comunidades y a los que no pertenecen a ninguna de estas a que nos apoyen con sus opiniones, sus propuestas y trabajo, para que el Plan Vicarial de Pastoral se pueda hacer una realidad en nuestra Comunidad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José. P. CARLOS ORTIZ FIGUEROA, S DE J
El Logo representa a la familia, a través de siluetas humanas, que nace del amor -simbolizado en tres corazones- y regido por la fe, representada por la cruz al tope. La cruz representa la presencia de Dios como sostén de la unidad de la familia. Cristo da fuerza, luz y vida. Los 3 corazones unen o representan a la familia unida por el amor y la relación. La actitud de los miembros de la familia es de confianza y alegría en el Señor. Los tres elementos: la familia, los corazones y la cruz tienen como base una elipse –representando el mundo- con el fin de que se vea como una fraternidad global. Se trata también de representar a la familia, unida por el amor y la fe, lo cual es fundamento de un auténtico desarrollo de todos los valores humanos y cristianos; es decir, del desarrollo integral de la persona a partir de la familia. La familia está en el mundo, pero trasciende fuera de él, gracias a que vive los valores humanos y cristianos. La figura de la mujer, finamente delineada mostrando un embarazo, apunta al tema de la vida, primer valor fundamental, promovida, custodiada y celebrada por la familia. El color verde significa, por una parte la alegre esperanza en el futuro de la Familia, y por otra, el color de México, donde se celebra el VI Encuentro Mundial de las Familias. La combinación de colores negro y verde le da seriedad, elegancia y solemnidad al Encuentro y, al mismo tiempo, un toque de juvenil alegría. Consulta: www.emf2009.com
MISA SOLEMNE EN LA BASÍLICA DE GUADALUPE EL 18 DE ENERO A LAS 9:30 HRS. (ABIERTO PARA TODOS). CONGRESO ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS: DEL 13 AL 16 DE ENERO EN EXPO BANCOMER SANTA FE. EVENTO FESTIVO Y TESTIMONIAL EL 17 DE ENERO A LAS 18:00 HRS. EN LA BASÍLICA DE GUADALUPE.
LAS
APARICIONES DE LA
VIRGEN
¿Conoces alguna mujer que se llame Lourdes? Seguramente sí, dado que hoy es un nombre muy común y apreciado. Hace más de 150 años no era así, lo ha sido a partir de que la Virgen María se apareció 18 veces a una niña en la gruta de Masabielle, cerca del pueblo de Lourdes, en Francia. La niña que contempló las apariciones de la Virgen María se llamaba MarieBernarde Soubirous (María Bernarda), y de cariño le decían Bernadette (Bernardita). En el tiempo de las apariciones tenía 14 años. Su familia vivía en pobreza, se había arruinado el molino que era la fuente de trabajo, y además Bernadette no tenía buena salud porque sufría de asma. Sus estudios fueron difíciles porque no hablaba el francés sino el gascón de la región (en el que le habló la Virgen), y por su mala memoria no retenía los textos, incluso el catecismo. Ella misma escribió que cuando iniciaron las apariciones era “tan pobre y tan miserable” que, cuando la veían, la gente decía: “¿Esa cosa es ella?”. Pero se cumple así lo que dice la Sagrada Escritura: “Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo, para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios” (1 Corintios 1, 27-29). El cuerpo de Santa Bernardita, que en su vida ella consideraba “digno de compasión y putrefacto” a 4
EN
LOURDES: n
11 DE
causa de sus enfermedades, después de haber sido exhumado 30 años después de su muerte con ocasión de la causa de beatificación, se encontró incorrupto, y admirablemente se ha conservado desde 1925 en una urna relicario en la capilla del convento de San Gildard de Nevers, donde ella ingresó años después de las apariciones. Lourdes se ha convertido en uno de los lugares de peregrinación más visitados. Es un sitio muy hermoso, rodeado de montañas, con la cercanía de los Pirineos franceses. Se respira un ambiente de oración y fervor, personas que visitan y tocan la gruta donde se apareció la Virgen, que encienden velas para acompañar sus súplicas, que acuden a beber de la milagrosa agua de la fuente o a sumergirse en las piscinas, numerosos enfermos en camillas o sillas de ruedas ayudados por cientos de voluntarios. En las tardes se hace la procesión con el Santísimo Sacramento y bendición a los enfermos en una plaza repleta, en las noches los peregrinos con su vela en la mano rezan el Rosario como lo hiciera la Virgen y Santa Bernadette, aunque ahora cada misterio en un idioma distinto como signo de la universalidad de la Iglesia, acompañado del canto Ave María de Lourdes entonado con gran fervor. La primera aparición fue el jueves 11 de febrero de 1858, Bernadette, su hermana y una amiga van a recoger leña al borde del río Gave y se acercan a la
FEBRERO
gruta de Masabielle. Por delante de la gruta pasaba un arroyo y el agua estaba muy fría. Las dos niñas más pequeñas, aunque llorando por el frío, cruzaron el arroyo; pero Bernadette no se atreve a causa del asma que padece. Oye una ráfaga de viento y nota que los árboles no se mueven; y entonces, en un hueco de la gruta, ve un resplandor y, en seguida, a una jovencita muy hermosa, de su misma edad, que le sonríe. La Virgen llevaba un vestido blanco, un velo de color blanco, un cinturón azul y una rosa amarilla en cada pie. Bernadette hace la señal de la cruz y reza el rosario con la Señora.La gruta entonces era un lugar húmedo, sucio, oscuro y frío, y le llamaban “el cubil de los cerdos”, porque allí iban a resguardarse los cerdos que pastaban en los alrededores. Es un signo de que Dios viene a encontrarse con nosotros en medio de nuestras miserias y pecado, para manifestarnos su amor. La gruta será transformada en tierra sagrada y lugar de oración, como la gruta de Belén donde nació Jesús. El domingo siguiente, Bernadette insiste para que su madre le permita regresar a la gruta. Nuevamente comienza a rezar el rosario, y después de la primera decena ve aparecer a la misma Señora. Le echa agua bendita. La Señora sonríe e inclina la cabeza. Terminado el rosario, la Virgen desaparece. El jueves siguiente Bernadette acude nuevamente a la gruta y por primera vez habla con la Virgen. La Señora le dice que no le promete ha-
cerla feliz en este mundo, sino en el otro, y añade: “¿Quiere usted hacerme el favor de venir aquí durante quince días?” A partir del 19 de febrero Bernadette llega con una vela bendecida y encendida. De ese gesto nace la costumbre de llevar velas para encenderlas en la gruta. Las velas acompañan la oración, y nos recuerdan a Cristo que dijo: “Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8,12). Unidos a Jesús somos luz del mundo e hijos de la luz, nos lo dicen en el bautismo al encender nuestra vela en el cirio pascual. En las apariciones la niña entra en éxtasis, y suceden cosas extraordinarias, por ejemplo el 7 de abril la niña sostiene en la mano su vela encendida, y en un cierto momento la llama lame su mano sin quemarla. Este hecho es inmediatamente constatado por un médico. Las apariciones continuarán hasta el 16 de julio. Poco a poco irán llegando multitudes, de cientos a unas ocho mil personas. Vendrán momentos difíciles, como los interrogatorios del comisario de policía Jacomet y posteriormente del juez Ribes, quien amenza a la vidente con meterla en la cárcel. Llega un momento en que se pone una barricada en la gruta, para impedir que llegue la niña y la gente. Incluso el párroco Peyramale, a quien la niña ha acudido para transmitir el mensaje de la Virgen y la petición de construir una capilla, ha usado duras palabras con Bernadette y le exige que pida a la Señora que diga su nombre y que haga florecer el rosal de la gruta.
En una de las apariciones la Virgen dará el nombre que sorprenderá al párroco: “Que Soy Era Inmaculada Councepciou” (Yo soy la Inmaculada Concepción)”. La joven vidente salió corriendo, repitiendo sin cesar por el camino (para no olvidarlas), aquellas palabras que no entiende. Las palabras conmueven al párroco, pues la niña ignoraba esa expresión teológica que sirve para nombrar a la Santísima Virgen. Antes, en 1854, el papa Pío IX había declarado ese dogma de fe. Mucha gente tomará a la niña por una loca o una impostora, pero los acontecimientos irán mostrando la verdad de los hechos. Cuatro años después, habiendo investigado seriamente las cosas por una Comisión compuesta de sacerdotes prudentes y hombres de ciencia, Mons. Laurence, obispo de Tarbes, declara auténticas las apariciones. La convicción se ha basado en el testimonio humilde y sincero de la niña, pero, sobre todo, en los hechos que se han producido y que no pueden explicarse sino por intervención divina. Se han dado curaciones en enfermos desahuciados al beber del agua de la gruta. Se dan maravillas de la gracia, la gente vuelve a vivir su fe, a la oración y a los sacramentos, e incluso hay conversiones de ateos. Esto sigue ocurriendo en el siglo XXI. Como Dios hizo con algunos profetas, la Virgen pidió a Bernadette realizar algunos signos. El 24 de febrero dijo a la niña: “¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Peni-
tencia! Le pidió besar el suelo sucio y rogar a Dios por los pecadores. En otra aparición: “Me dijo que fuera a beber a la fuente (...) no encontré más que un poco de agua fangosa. Al cuarto intento, conseguí beber; me mandó también que comiera hierba que había cerca de la fuente, luego la visión desapareció y me marché”. En cuatro apariciones la niña realiza los gestos penitenciales y se ensucia la cara con el lodo. Posteriormente, algunos enfermos alcanzarán la salud con el agua de la fuente. Estos gestos nos hacen recordar la curación del ciego de nacimiento (cf. Juan 9), ahí Jesús escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, untó los ojos al ciego y le dijo: “Vete, lávate en la piscina de Siloé (que quiere decir enviado). Él fue, se lavó y volvió ya viendo” (Cf. Juan 9, 7). Pero el agua de Siloé, como la de Lourdes, se convierte en símbolo del bautismo que da vida nueva y luz en la fuente de agua viva. Hermosamente dijo Juan Pablo II al ir como peregrino a Lourdes: “Bendito sea Dios, que ha hecho brotar aquí... al mismo tiempo que el pequeño manantial de Massabielle, una fuente viva en la que se renueva la fe, se curan los cuerpos y las almas y se fortalece el sentido de la Iglesia”. Para más información puedes consultar en http://www.lourdes-france.org P. GILBERTO A. CHÁVEZ FLORES, SIERVO DE JESÚS
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LA JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO, CELEBRADA EL 11 DE FEBRERO EN LA FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LOURDES, NOS PLANTEA INTERROGANTES SOBRE LA ORACIÓN POR LA CURACIÓN Y EL MODO CORRECTO DE REALIZARLA. ¿PODEMOS PEDIR A DIOS QUE NOS SANE? ¿CÓMO HACERLO? ¿POR QUÉ ALGUNOS ENFERMOS NO SON SANADOS EN SU CUERPO? ¿EXISTE UN CARISMA DE CURACIÓN? ¿ES CORRECTO HABLAR DE “MISAS DE SANACIÓN”?
¿JESÚS SIGUE
SANANDO HOY? n
Dado que recientemente se han multiplicado encuentros para orar por sanación (como lo hacemos en nuestra Parroquia cada último viernes de mes), la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el 14 de septiembre de 2000 el hermoso documento Ardens felicitatis (El anhelo de felicidad), Instrucción sobre las oraciones para obtener de Dios la curación. De este documento tomaremos algunas orientaciones, pero recomendamos leerlo completo (disponible en www.vatican.va). Entre los sufrimientos que más agobian al ser humano está la enfermedad, el hombre desea verse libre de ella, y los profetas anunciaron para los tiempos mesiánicos una liberación. “Jesús recorría todas las ciudades y aldeas; enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia” (Mateo 9, 35; cf. 4, 23). Buena parte de los Evangelios relatan curaciones, que no sólo manifiestan la compasión del Señor por quien sufre, sino que son signo de que Él es el Mesías que había de venir (cf. Lucas 7, 20-23). También son una señal para percibir realidades sobrenaturales: demostrar que Jesús tiene el poder de perdonar los pecados al hacer andar un paralítico(cf. Marcos 2, 1-12), manifestar que Él es la luz del mundo al dar vista a un ciego de nacimiento (cf. Juan 9), etc. El ministerio de sanación no puede separarse del anuncio del Evangelio, los milagros confirman las palabras, y las palabras dan sentido a los milagros o señales (como les llama San Juan). Sin embargo, no podemos considerar los mi6
lagros de curación como condición necesaria para nuestra fe cristiana: no es necesario ver para creer (cf. Juan 20, 24-29). La primera evangelización fue acompañada de curaciones prodigiosas, según la promesa de Jesús: “Estas son las señales que acompañarán a los que crean: (…) impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien” (Mc 16, 17-18). Así encontramos milagros en Felipe (cf. Hechos 8, 5-7) y en Esteban (cf. Hechos 6, 9). A Pedro le colocaban en camillas los enfermos en las plazas, para que al pasar al menos su sombra les cubriera y sanaran (cf. Hechos 5, 12. 15). Milagros no comunes obraba Dios por medio de Pablo, bastaba colocar pañuelos o mandiles suyos sobre los enfermos para que sanaran o fueran liberados de espíritus malos (cf. Hechos 19, 11-12). Los milagros son fruto de la fe: “El que os otorga, pues, el Espíritu y obra milagros entre vosotros, ¿lo hace porque observáis la ley o porque tenéis fe en la predicación?” (Gálatas 3, 5). Entre los diversos carismas que el Espíritu Santo concede para la edificación de la Iglesia, se menciona el de curación (cf. 1 Corintios 12, 9. 28. 30). En toda la historia de la Iglesia Dios ha realizado prodigios por medio de muchos santos en su vida, y cada canonización exige un milagro. En tiempos recientes, sacerdotes y laicos han recibido de Dios un don especial para orar por los enfermos. El Padre Emiliano Tardif fue conocido mundialmente por este ministerio de sanación, y escribió sus testimonios (cf. Jesús está vivo, y Jesús es el Mesías). En el nombre de Jesús
se dieron numerosas sanaciones de ciegos, leprosos, paralíticos, etc. El Padre Tardif decía quién hacía el milagro: “yo oro, y Jesús sana”, y cuidaba que no se le viera como un curandero, sino como un evangelizador. La oración por la sanación debe ser integral: en lo espiritual, en lo emocional o psicológico y en lo físico. Por eso, tradicionalmente se ora por sanación interior y por sanación física. Hay personas que no manifiestan enfermedades corporales, pero van cargando fuertes heridas que les han enfermado el alma, y necesitan que el Señor sane por el poder del Espíritu Santo esos corazones desgarrados y vende sus heridas (cf. Salmo 147, 3). No se debe buscar la curación física sin tender a la conversión. Jesús primero le perdonó los pecados al paralítico y luego le hizo caminar (cf. Marcos 2, 1-12). El Padre Tardif contaba el testimonio de Myriam, una prostituta sanada de cáncer en un encuentro de oración, que luego se confesó y comulgó. Ella inició un grupo de oración con otras compañeras, a las que luego llevó a un retiro espiritual donde la mayoría se convirtieron. Con aceptación de la voluntad de Dios es bueno orar por los enfermos, el documento Ardens felicitatis nos dice: “Los fieles son libres de elevar oraciones a Dios para obtener la curación”. Creer en el poder de la oración para pedir sanación no excluye el ir con los médicos, Dios también actúa a través del conocimiento que les concede a ellos. Hay que evitar caer en el extremo de algunos grupos y sectas que reclaman promesas a Dios para que los cure, y evitan ir al especialista porque suponen que eso es falta de fe. Hay personas que han puesto en riesgo su vida por no tener este discernimiento. Algunos piensan que si un enfermo no se cura es porque le falta fe, sin embargo, esta visión agrega un sufrimiento a otro. Si el no sanar significara no tener fe, entonces muchos santos habrían tenido menos fe que nosotros, porque algunos estuvieron enfermos gran parte de su vida. Incluso San Pablo, que tuvo que pasar muchas pruebas, pidió tres veces al Señor que le quitara una espina en la carne, pero Jesús le dijo “Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza” (2 Co 12, 9). El Padre Raniero Cantalamessa dice que “Dios tiene dos maneras de socorrer y mostrar su poder: quitando el mal o dando fuerza para soportarlo de una manera nueva, libre y, finalmente gozosa, uniéndonos a Cristo “completando lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia” (Colosenses 1, 24)” (cf. El poder sanador de Dios, Editorial San Pablo). La oración por los enfermos debe ser hecha con fe (cf. St 5, 1516). Las oraciones no litúrgicas también las pueden hacer los laicos, no sólo los sacerdotes. De aquí que en nuestra Parroquia
algunos fieles oran por los enfermos en reuniones de oración no litúrgicas en las que se medita la Palabra de Dios, siguiendo la recomendación de Ardens felicitatis de “mantener un clima de serena devoción en la asamblea”, y no llegar “a formas semejantes al histerismo, a la artificiosidad, a la teatralidad o al sensacionalismo”. No hay oraciones mágicas, no podemos coaccionar a Dios, confiamos en su libre voluntad y misericordia. Existen procesos de sanación en personas que necesitan varios momentos de oración, como Naamán que para ser curado de la lepra se debió bañar siete veces en el Jordán (cf. 2 Re 5), o el ciego de Betsaida a quien Jesús le impuso las manos dos veces (cf. Marcos 8, 22-26). Varios salmos constituyen una súplica por la curación (cf. Salmo 6; 37 [38]; 40 [41]; 87 [88]) y cualquiera puede usarlos para orar por sí mismo o por otro. Las disposiciones disciplinares de Ardens felicitatis pretenden fomentar lo bueno y evitar desviaciones, y el no confundir las oraciones litúrgicas con las no litúrgicas. Las litúrgicas, (como la Misa por los enfermos, las preces propias por ellos, las bendiciones, la unción de enfermos, etc.) deben seguir los libros litúrgicos y ser presididas por ministros ordenados; las no litúrgicas son espontáneas y las pueden hacer también los laicos. Ardens felicitatis dispone que: “queda prohibido hacer oraciones no litúrgicas en la celebración de la Santa Misa, de los Sacramentos, o de la Liturgia de las Horas”. Por eso, aunque toda Misa tiene una dimensión de sanación, porque Jesús está vivo y actuante en ella (“una Palabra tuya bastará para sanarme”), no es correcto hablar de “Misas de sanación” si se entiende que en la celebración se harán oraciones no litúrgicas para pedir la curación de los enfermos. Pero sí se puede incluir la unción de enfermos en la Misa, u ofrecer la Eucaristía propia por los enfermos. También se puede celebrar la Misa, y ya terminada, realizar una oración espontánea por la curación. Con mayor razón, las oraciones de liberación se deben evitar en la Eucaristía, aunque se pueden incluir en las preces intenciones por la liberación de ataduras del maligno. Estas normas deben ser respetadas también en la adoración eucarística, donde lo primordial es adorar a Jesús, pero se permite hacer la procesión con el Santísimo Sacramento y bendición a los enfermos, como se realiza en Lourdes (ahí se han dado muchas sanaciones). Finalmente, no olvidemos que tenemos dos sacramentos de curación: la reconciliación y la unción de enfermos (cf. Santiago 5, 14), que podemos solicitar a los presbíteros teniendo las disposiciones espirituales necesarias. P. GILBERTO A. CHÁVEZ FLORES, S DE J
MIÉRCOLES 11 DE FEBRERO, JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO: LA UNCIÓN DE ENFERMOS SE DARÁ AL FINALIZAR LAS MISAS POR LOS ENFERMOS DE 8:00, 13:00 Y 18:30 HRS . L A PUEDEN RECIBIR QUIENES TENGAN UNA ENFERMEDAD GRAVE , VAYAN A SER OPERADOS , O SEAN DE EDAD AVANZADA . E S CONVENIENTE CONFESARSE ANTES Y COMULGAR EN LA M ISA . O RACIÓN CARISMÁTICA PARA PEDIR SANACIÓN 19:30 HRS .
QUE LOS
AÑO JUBILAR PAULINO
CRISTIANOS SEAMOS UNO n
Cada año, del 18 al 25 de enero, los cristianos que queremos tomar en serio la oración sacerdotal de Jesús en la última cena (Cf. Juan 17), oramos por la unidad de todos los cristianos, de aquellos que creemos en el Dios Trino y en Jesucristo como Hijo de Dios, Señor y Salvador. Debemos esforzarnos por cumplir su oración “para que todos sean uno... y el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17, 21). Buscar la unidad de los cristianos es un deber de cada bautizado, por ser una exigencia del Evangelio y una condición para que todos crean. A la búsqueda de esa unidad se le llama ecumenismo. El ecumenismo tomó un gran avance en 1964 con el Concilio Vaticano II y el Decreto Unitatis redintegratio. Juan Pablo II publicó otro documento fundamental sobre este tema: Ut unum sint (Que sean uno). Todavía hay cristianos que rechazan la palabra ecumenismo y siguen anclados en posturas de ataque y separación, o afirman que no es necesaria la unidad de una Iglesia visible, pues debería existir la diversidad entre las distintas comunidades aún sin compartir aspectos esenciales. No es esa la voluntad de Jesús, ni fue así en la comunidad cristiana primitiva: “La multitud de los creyentes no tenía sino un sólo corazón y una sola alma”,y “todos los creyentes vivían unidos” (Hechos 4, 32; 2, 44). La unidad en la verdad y en la caridad debe ser para los cristianos una exigencia de nuestra fe. Juan Pablo II dijo que la división “contradice clara y abiertamente la voluntad de Cristo, es un escándalo para el mundo y perjudica a la causa santísima de predicar el Evangelio a toda criatura”. También en Ut unum sint escribió: “Creer en Cristo significa querer la unidad; querer la unidad significa querer la Iglesia; querer la Iglesia significa querer la comunión de gracia que corresponde al designio del Padre desde toda la eternidad. Este es el significado de la oración de Cristo: «Ut Unum Sint»”. En enero de 2007, a un día de concluir la semana de oración por la unidad de los cristianos, el Papa Benedicto XVI, insistió: “todo se puede alcanzar orando, cuando sabemos obedecer con confianza y humildad al mandamiento divino del amor y
adherirnos al anhelo de Cristo por la unidad de todos sus discípulos... El primer deber común es el de la oración. Orando, y orando juntos, los cristianos toman mayor conciencia de su condición de hermanos, aunque todavía estén divididos; y orando aprendemos mejor a escuchar al Señor, pues sólo escuchando al Señor y siguiendo su voz podemos encontrar el camino de la unidad”. Para vivir la unidad en la verdad debemos conocer nuestra fe, y procurar entender las posiciones de los hermanos separados, sin olvidar que la Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia Católica. Además de conocer la Biblia, nos ayuda ir a los escritos de los primeros cristianos, para tener claro cómo vivieron la fe en sus comunidades. Hace unos años, como fruto de la mutua comprensión, católicos y luteranos publicamos una declaración conjunta sobre el tema de la justificación. Con muchas comunidades separadas se han dado grandes acercamientos. “Estarán unidas en tu mano” (Ez 37,17). Los cristianos del mundo entero oraremos por la unidad en 2009 “con el fin de que estén unidos en tu mano” (cf. Ez 37,17). Ezequiel fue llamado a devolver la esperanza a su pueblo en la situación política y religiosa desesperada que siguió a la caída y la ocupación de Israel, y al exilio de una gran parte de su pueblo. En Ezequiel (37,15-19; 22-24a) descubrimos el deseo ardiente de unidad que Dios quiere para las tribus divididas de Israel. El gesto profético inspirado a Ezequiel -cuyo nombre significa “Dios lo hace fuerte”-, de juntar dos trozos de madera, es la imagen de la reunificación de los reinos del Norte y del Sur de Israel: “Junta estos trozos uno contra otro para formar uno sólo, y estarán unidos en tu mano” (Ez 37,17). También hoy Dios quiere derramar su Espíritu en los cristianos “y serán una sola cosa en mi mano” (Cf. Ez 37, 19). Todo el mundo necesita unidad, hay pueblos, como Corea, que viven esta división y esperan la reunificación. Oremos para que todos seamos uno. Si deseas encontrar materiales para orar por la unidad búscalo en: www.vatican.va P. GILBERTO A. CHÁVEZ FLORES, SDEJ
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LA CONVERSIÓN
DE
SAN PABLO
Convertirse, en el sentido cristiano, no es sólo “dar la vuelta”, no es sólo cambiar de dirección, sino que es cambiar de principio, de motor y de fin (cf Flp 1, 21; 3, 8; Gal 2, 20). Este 25 de enero celebramos, dentro del Año Jubilar Paulino, la Fiesta de la Conversión de San Pablo. Y este es en realidad un motivo de festejo porque San Pablo es un santo excepcional que, de estar radicalmente en contra de la Iglesia de Jesucristo, se entrega total y radicalmente a edificarla. Toda verdadera conversión pasa por una purificación seria del alma a través del sufrimiento (cf 2ª Cor 11, 23ss). Poco a poco, el alma que ya ha cambiado de camino (Jesucristo), de principio (Jesucristo), de motivación (el Espíritu Santo) y de fin (Jesucristo) (cf Jn 14, 6; Ap. 21, 6; 22, 13), es decir, la persona que se ha convertido verdaderamente, empieza a ser iluminada (Hch 9, 3ss; 26, 13ss) por la luz de la Palabra (cf Sal 119, 105), por la luz que viene del Espíritu. Así, no sólo comienza una nueva vida, sino que sabe conducirse rectamente hacia Dios en medio de las oscuridades, tribulaciones y sinuosidades del andar terreno. Por eso San Pablo se sostiene a pesar de innumerables adversidades en el camino del Señor (cf Rom 8, 35ss; 2ª Cor 12, 7ss). El ser fieles al Señor a pesar de las tribulaciones lleva a la unidad íntima con Él por el amor (cf Gal 2, 20), y ya nada nos puede separar de su amor. “Para mí la vida es Cristo”: esto es la conversión. Y tú querido(a) hermano(a): ¿te has convertido ya a Jesucristo? P. CARLOS ORTIZ FIGUEROA, S DE J
HACIA EL CAPÍTULO GENERAL DE
LOS
Queridos hermanas y hermanos de la Parroquia de nuestra Sra. del Perpetuo Socorro y de San José. El motivo de esta carta es hacerles conocer que el próximo 16 de julio del presente año los Siervos de Jesús inciaremos nuestro Capítulo General Ordinario en la ciudad de Puebla, Pue. Un capítulo general es una reunión que se lleva a cabo cada siete años, en la cual se encuentran representados todos los miembros de incorporación perpetua y tiene como finalidad ser signo y promoción de la unidad en la caridad. En esta ocasión el tema del próximo capítulo general es “la misión del Siervo de Jesús en el ejercicio de su ministerio”. Los Siervos de Jesús tenemos como fin propio apostólico, contribuir a formar el espíritu social cristiano de los fieles a todos los niveles y ambientes, para imbuir del espíritu del Evangelio la vida pública - profesional, social, jurídica y política – a través
SIERVOS
DE
JESÚS n
de aquéllos y extender así la realeza de Cristo sobre los hombres y sobre las sociedades. En este capítulo queremos reflexionar nuestra misión propia a la luz del Espíritu Santo que se manifiesta de modo particular en el testimonio del Papa Benedicto XVI, quien nos ha invitado a meditar en el auténtico sentido del “Evangelio del Reino de Dios” profundizando en las palabras de Jesús para comprender su anuncio (acciones y sufrimiento)1. Es por ello que pedimos sus oraciones para que cada Siervo de Jesús disponga su corazón, en oración continua, buscando únicamente la voluntad de nuestro Padre Dios, amando y sirviendo como nos ha enseñado Jesús con su propia vida. EN EL SEÑOR JESÚS, P. CARLOS BALDERAS, S. DE J. Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Planeta, 2007, p. 76
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-YO
ME ALEJÉ DE LA IGLESIA
CATÓLICA
PORQUE EVITA
ABORDAR MUCHOS TEMAS DE LOS QUE ES NECESARIO HABLAR-, DECÍA UN HOMBRE DE UNOS
55 AÑOS A UN PAR DE SACERDOTES A LOS QUE HABÍA DADO ALGUNOS BUENOS “TIPS” PARA EL JUEGO DEL TENIS EN UN PARQUE DEPORTIVO PÚBLICO. -¿AH SÍ?-, RESPONDIÓ UNO DE LOS PRESBÍTEROS. -¿ME PODRÍA USTED DECIR COMO DE QUÉ TIPO DE TEMAS OPINA USTED QUE LA IGLESIA EVITA HABLAR?
PARA SENTIR CON LA IGLESIA n
“VOLVIÓ JESÚS JUNTO A SUS DISCÍPULOS Y LOS ENCONTRÓ DORMIDOS; ENTONCES DIJO A PEDRO: ¿NI SIQUIERA HABÉIS SIDO CAPACES DE VELAR UNA HORA CONMIGO?” (MT 26, 40).
40 HORAS
DE
ADORACIÓN
Su Santidad Juan Pablo II dijo que una hora de adoración vale más que cualquier otra actividad y es que, fieles a las palabras de nuestro querido Papa, confirmamos que Jesús no es una idea, ni un sentimiento, ni un recuerdo. Jesús es una persona viva siempre, y presente entre nosotros. Adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento, es sentir, en la profundidad de nuestro corazón, la comunión que tenemos con Él. Es una ocasión privilegiada para contemplar su majestuosidad y su amor. Es orar, permanecer amorosamente en su presencia. La adoración infunde en nuestros corazones paz y esperanza, porque estamos ante la presencia de Nuestro Dios vivo, en contacto íntimo. En las horas de guardia fortalecemos nuestro estado de gracia. En diferentes momentos se expone al Santísimo Sacramento en el Altar. Por ejemplo, en el Jubileo de las 40 horas
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en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José, que se llevará a cabo los días 26, 27, 28 y 29 de enero. El Santísimo estará expuesto durante 10 horas cada día y es la ocasión oportuna para que asistas a ese encuentro personal con Jesús Sacramentado, para que le dediques a Nuestro Señor unos momentos respetuosos de adoración. La adoración nocturna es también un momento muy especial para alabar y adorar a Jesucristo en la Eucaristía, cuando en esa misma hora hay quienes lo ofenden, o quienes por alguna enfermedad están sufriendo en esos instantes de la noche, o quienes están a punto de morir. Herman Cohen fundó en París la adoración nocturna en 1848, y se estableció en España con la aprobación pontificia de 1877, por D. Luis Tréllez y Noguerol (Siervo de Dios). La Federación Mundial de Adoración Nocturna se creó en París en
1963, con la participación de 40 países. Actualmente existen más de cuatro millones de adoradores en todo el mundo. Los adoradores nos comprometemos a velar al Santísimo al menos una noche al mes, en las 40 horas, en el Jueves Santo y en Corpus Christi. Se hace oración por las intenciones personales, por las de la Iglesia universal y por el mundo entero. El Papa Juan Pablo II dejó la encomienda de pedir especialmente por el aumento y perseverancia de las vocaciones sacerdotales, diaconales, religiosas y de la vida consagrada. La invitación es también para que asistas los últimos sábados de mes, de 20:00 a 21:00 horas a la Adoración Nocturna, a disfrutar del regalo infinito que es la presencia real de Jesús en el Santísimo Sacramento.
CONSUELO MEDINA ORTIZ
-La economía y la justicia social-, contestó apresuradamente el interrogado. -¿Ha leído usted la Rerum Novarum de León XIII? --No- contestó el hombre. -¿Ha leído la Quadragesimo anno de Pío XI o la Octagesima adveniens de Paulo VI o la Centesimus anus del Papa Juan Pablo II?-. – No- respondió nervioso, pero añadió inmediatamente: -La Iglesia evita hablar del matrimonio de los sacerdotes y de la pederastia- Su rostro mostraba ahora cierto dejo de gusto y de revancha. -¿Ha leído usted la Encíclica Sacerdotalis Caelibatus de Paulo VI o la Carta del Jueves Santo de 1993 del Papa Juan Pablo II a los sacerdotes donde habla del trato del sacerdote célibe con la mujer? ¿Ha leído el libro del entonces Cardenal Ratzinger, Sal de la tierra, donde contesta contundentemente al tema del debate sobre el celibato con argumentos de la Sagrada Escritura y la Tradición de siglos de la Iglesia? ¿Leyó usted el discurso que con motivo de los escándalos de pederastia en los Estados Unidos pronunció el Papa Juan Pablo II? ¿Se enteró usted de… Y, el hombre, abrumado por tantos datos de los que se notaba que no tenía ni la más remota idea, interrumpió: -Pero la Iglesia se ha quedado atrás en cuanto a muchos avances
de la ciencia. Por ejemplo (y pronunciaba ufanamente estas palabras como queriendo hacer ver que en este argumento era irrebatible, por ser médico): el tema de la fecundación artificial. -¿Ha leído la encíclica Veritatis Splendor del Papa Juan Pablo II o la encíclica Evangelium Vitae del mismo Papa, donde da argumentos científicos muy interesantes a este respecto? -Pero es que la Iglesia es muy cerrada y pone muchas reglas- interrumpió cansado el hombre. -Creo que no puede afirmar esto si no ha leído ni un solo documento de los que le he mencionado y mirar en ellos si son sólo normas o se dan explicaciones convincentes a los problemas-, concluyó uno de los sacerdotes. -Bueno. Otro día nos vemos para jugar tenis-, contestó rendido. -Ojalá coincidamos-, respondió uno de los sacerdotes… Que fácil resulta hablar, no sólo de Dios y de su Iglesia, sino de cualquier otra persona o tema sin estar suficiente y realmente instruidos. Dios nos conceda más responsabilidad y prudencia en el fácil hábito de soltar la lengua. Dios sí quiere que nos preparemos para estar lo suficientemente instruidos para defender a Nuestra Santa Madre Iglesia. También quiere que tengamos la humildad de reconocer los errores de sus hijos cuando estos son reales. Pero, sobre todo, que el Señor nos conceda su Santo Espíritu para Sentir, como católico(a) con la Iglesia, sabiendo que somos realmente miembros vivos de ella (cfr. 1ª Pe 2, 5; 1ª Cor 6, 15; 12, 12ss) y que lo que le afecta a ella nos involucra inevitablemente a cada uno de sus hijos bautizados. P. CARLOS ORTIZ FIGUEROA, SIERVO DE JESÚS
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SERVICIOS
PARROQUIALES n
PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO Y SAN JOSÉ SIERVOS DE JESÚS
AVISOS Y ACTIVIDADES
PARROQUIALES n
Peregrinación Arquidiocesana a la Basílica de Guadalupe: sábado 10 de enero a las 9:00 hrs. en Peralvillo. Llevar ropa de color rojo. Asamblea de oración carismática: viernes de 19:00 a 20:30 hrs. El último viernes de mes oración para pedir sanación. El primer viernes de mes Misa a las 19:30 hrs. Misas para los devotos de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro: todos los martes a las 8:00 hrs. Al finalizar bendición con el agua bendita. Misas para encomendarse a la Divina Providencia: todos los días primeros de mes en los horarios ordinarios. Laudes: ora con la liturgia de las horas, “con salmos, himnos y cánticos inspirados” (cf. Efesios 5, 19). De lunes a sábado al terminar la Misa de 8:00 hrs. ¡Ven y adórale! Jesús en el Santísimo Sacramento te espera: - Jubileo de las 40 horas de adoración: 26 al 29 de enero de 8:30 a 18:30 hrs. Apúntate para hacer guardia de oración en alguna de las 40 horas. - Adoración Nocturna: el último sábado de cada mes de 20:00 a 21:00 hrs. Reunión de formación a las 19:00 hrs. - Noches de adoración eucarística con el Grupo Emmanuel: viernes de 20:45 a 21:45 hrs. “El que canta ora dos veces” (San Agustín). - Jueves de adoración: de las 8:30 a las 19:30 hrs. con vísperas y bendición. Inscríbete para una guardia semanal o mensual. - Hora Santa Dominical: a las 18:00 hrs. “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré” (Mt 11, 28). - Hora Santa del viernes primero de cada mes en reparación al Sagrado Corazón de Jesús: a las 12:00 hrs. y Misa a las 13:00 hrs.
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2 de febrero, la presentación del Señor. Las Misas y bendición de imágenes serán a las 8:00, 13:00 y 18:30 hrs. Traer velas para bendecir.
Villalongín 36, Col. Cuauhtémoc. Tel. 5535 7472. e_mail: padregilberto1@hotmail.com
OFICINA: De lunes a viernes de 10:30 a 13:30 hrs. y de 15:30 a 19:00 hrs. Sábados de 10:00 a 13:00 hrs.
MISAS: Domingos: 8:00, 10:00, 12:00, 13:30 y 19:00 hrs. Lunes sólo 8:00 hrs. Martes a Sábado: 8:00; 13:00 y 18:30 hrs. (En el 2009 se cambia a las 18:30 hrs.). El primer viernes de mes en la tarde la Misa es a las 19:30 hrs.
CONFESIONES: Domingos en las Misas. Viernes de 19:15 a 21:45 hrs. Otros horarios: solicitarlo al sacerdote antes o después de las Misas.
PLATICAS
PREBAUTISMALES:
El primer o el tercer miércoles de cada mes a las 19:00 hrs.
OTROS: Bendiciones para las embarazadas e imposición de la medalla de San Gerardo María Mayela: al final de cualquier Misa solicitarlo al sacerdote.