CONTENIDO
Año 3
PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO Y
CENIZA
Y AGUA VIVA n
El Miércoles de ceniza iniciamos la Cuaresma, los cuarenta días de preparación a la Semana Santa y a los 50 días alegres de la Pascua. En estos tres meses encontraremos signos y elementos que nos ayudarán a vivir el sentido del tiempo: La ceniza, el agua bendita, los cirios de Pascua, el canto del Aleluya, el Cordero Pascual, etc. La ceniza es un signo penitencial milenario, en la Biblia se menciona su uso como señal de arrepentimiento. El rey de Nínive “se sentó en la ceniza” y ordenó un ayuno como señal de conversión, al escuchar la profecía que anunciaba que en cuarenta días la ciudad sería destruida (cf. Jonás 3, 6). Job dice: “me retracto y me arrepiento echado en el polvo y la ceniza” (Job 42, 6). ¿Para qué recibir la ceniza? Sólo tiene sentido si se recibe con fe en Dios, dolor por los pecados y propósito de llevar una vida nueva, de ahí que una de las palabras al imponer este signo sea: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” (cf. Marcos 1, 15). Recibir la ceniza debe ser la señal de que emprendemos seriamente el camino cuaresmal.
Número 2
Mar-Abr 2009
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SAN JOSÉ / ARQ. DE MÉXICO / 2A. VICARIA / PUBLICACIÓN GRATUITA
Editorial
El agua es un elemento que nos da vida, limpieza y destrucción. El agua es bendecida especialmente en la Pascua, y con ella somos rociados en memoria de nuestro bautismo. Jesús prometió el agua viva del Espíritu Santo a los sedientos, a los que creyeran en Él (cf. Juan 7, 37-39). Siempre que recibimos el agua bendita nos debe recordar que fuimos bautizados en Cristo para revestirnos de Cristo (cf. Gálatas 3, 28) y llevar una vida limpia. Los cirios pascuales nos recuerdan la luz que recibimos de Dios. Desde el inicio del cristianismo se decía que el ser bautizado era ser “iluminado” (cf. Hebreos 10, 32). El cirio nos invita a ser luz unidos a Cristo. Nuestras buenas obras manifiestan esa luz (cf. Mateo 5, 16). El canto del Aleluya se suprime en Cuaresma, pero predomina en toda la Pascua. Es el canto gozoso que nos invita a la alabanza de Dios, y literalmente significa “alaben al Señor”. Vivamos la Cuaresma y la Pascua renovando nuestra fe y ayudados de estos signos cristianos. PADRE GILBERTO, S DE J PÁRROCO (padregilberto1@hotmail.com)
AÑOS VAN Y AÑOS VIENEN, OPORTUNIDADES LLEGAN Y OPORTUNIDADES SE VAN, CUARESMAS VAN Y CUARESMAS VIENEN… ¿QUÉ TANTO APROVECHAS EL TIEMPO QUE DIOS TE REGALA EN ESTE PEREGRINAR HACIA EL CIELO, LA VERDADERA TIERRA PROMETIDA (CF. HEB 12, 22-24)? PORQUE ES NECESARIO RECORDAR QUE NADIE TIENE AQUÍ MORADA PERPETUA; ERES FORASTERO (CF.
EX 6, 4). Y SI ESTÁS DE PASO POR ESTE MUNDO: ¿ESTÁS CONSCIENTE DE CUÁL CAMINO DEBES SEGUIR (CF. DT 30, 15SS)?, ¿REVISAS SI VAS POR EL BUEN CAMINO (CF. PR 28, 18) O LO DAS POR HECHO?
LA SEMANA SANTA n
¡Atrévete, Cruza el Jordán y cumple con la Alianza!
Esta Cuaresma y Semana Santa representan una buena oportunidad para que revises por dónde van tus pasos, en dónde tienes tu tesoro (porque ahí está tu corazón: Mt 6, 21), hacia dónde apuntan tus deseos más altos: hacia la Vida eterna o hacia la vida terrenal-mundana. ¡Atrévete a enfrentar tu realidad, sea la que sea!, pero sé más osado: ¡Atrévete a aceptar tu condición de peregrino, a tomar el camino que marca tu bautismo (“el Jordán”) y no rompas más la Alianza que el Señor hizo contigo (cf. Ez 36, 25-27) el día en que recibiste este sacramento! El Señor te sacó de la esclavitud de Egipto (cf. Ex 6, 7; Lv 26, 13), de la esclavitud del pecado: ¿has aceptado esta liberación o sigues atado añorando las cadenas del pecado con indecisión? Cuántas han sido las oportunidades de atravesar el “Mar Rojo” para liberarte de la esclavitud y, ¿las has aprovechado? No olvides que, para la mayoría, el bautismo fue una experiencia que se vivió en la inconsciencia como se vive todo nacimiento: ¿quién recuerda el día en que nació? Sin embargo, ahora el Señor te llama cada día a renovar de manera consciente y personal las promesas del bautismo: ¿aceptas mi alianza de santidad?, ¿quieres vivir realmente como hijo mío?, ¿andas cada día por el camino que mi Hijo Jesucristo (Nuevo Moisés) te señala hacia la Tierra prometida?, ¿comes del verdadero maná que da la Vida eterna (cf. Jn 6, 32ss): el Cuerpo y la Sangre del Señor? Esta Semana Santa, como todas, es una oportunidad inigualable para vivir tu Pascua, tu paso de este mundo hacia Dios. Un paso que se da a través de las aguas impetuosas que a unos dan vida y a otros muerte, según el espíritu con el que se sumerja en ellas: si es con el Espíritu de Dios, proporcionarán vida; si es con el espíritu del mundo, originarán muerte. 2
El Domingo de Ramos abre la puerta a esta experiencia real (cf. Sacrosanctum Concilium, n. 102) y maravillosa de liberación. La celebración litúrgica de este día es una invitación a reconocer al verdadero Moisés, al verdadero Liberador de los hombres, al verdadero Rey y Mesías: Jesucristo. Lo podrás aclamar con ramos, con palmas, con un corazón sincero que lo reconoce como Rey y Señor de tu vida. Lo importante no son las palmas benditas que se ven, sino la disposición de tu corazón, que no se ve. La lectura de la Pasión en este día permite a las personas, sobre todo a las que no se acercan el resto de la Semana Santa a la celebración de los oficios, “adelantar” su participación en los misterios de la pasión y la muerte de Nuestro Señor, para que el Domingo de Resurrección completen la consideración del Misterio único: Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Luego, Lunes, Martes y Miércoles Santos se hace memoria de la unción en Betania (Jn 12, 1-11), del anuncio de la traición de Judas (Jn 13, 21ss) y de la mención precisa del traidor (Mt 26, 14-25), respectivamente.
El Jueves Santo celebramos la maravillosa inauguración de la Nueva Alianza en el precioso Cuerpo y la preciosa Sangre del Cordero de Dios. Este es un día perfecto para alabar y dar gracias al Señor por el Don hermoso de los sacramentos de la Eucaristía y del Orden sacerdotal, que nos permiten alimentarnos con su misma Vida: su Cuerpo y su Sangre. En esta celebración puedes renovar de manera muy particular tu disposición a aceptar el amor esponsal con el que Dios te llama a serle fiel (cf. Os 2, 21ss).
En el Viernes Santo, la liturgia es impresionante por su sobriedad, sus silencios, sus gestos y, desde luego, por la consideración de la Pasión y Muerte del Redentor: “Ya se acercan los estandartes del Rey. Resplandece el Misterio de la Cruz” (Himno latino Vexila Regis). Los sacerdotes se postran en el suelo como signo penitencial; se lee la narración de la Pasión, por demás conmovedora; se hacen preces largas y muy solemnes que nos instruyen en que la salvación de Cristo es para todos (cf. 1 Tm 2, 4); la cruz se desnuda poco a poco recordándonos, paso a paso, que es “el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo”. Se imparte la comunión y todos se retiran en un silencio de piedad solemnísima, no sin antes haber recordado en las oraciones finales la esperanza en la Resurrección de nuestro Redentor.
El Sábado Santo la Iglesia permanece como María Magdalena (cf. Jn 20, 11-18) junto al sepulcro. La Iglesia-esposa se mantiene en duelo y en la amorosa esperanza; mientras, Jesús-Esposo, aún vive una prolongación a la ignominiosa humillación de la cruz: el descenso a los infiernos —lugar de los muertos— que confesamos en la fórmula del Credo Apostólico. El realismo de la muerte de Jesús es total: su Alma se separa de su cuerpo para ir al lugar donde están las almas de los justos, al seno de Abraham (cf. Lc 16, 19-31). No obstante, es este el primer movimiento de su victoria, porque el Señor no baja para “refugiarse” en el seno de Abraham, sino para liberar a todos los que creyeron en la fidelidad del Dios de la Vida: Yahvé Sebaot. No desciende a los infiernos para someterse a la muerte, sino para proclamarse Rey y Señor de vivos y muertos.
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El Domingo de Resurrección es explosión de gozo y vida ya desde la Vigilia Pascual (sábado por la noche): “Esta es la noche en la que, por toda la tierra, los que confiesan su fe en Cristo son arrancados de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, son restituidos a la gracia y son agregados a los santos” (Pregón Pascual). La bendición del fuego y la preparación del Cirio Pascual (signo de Cristo Resucitado) fuera de la Iglesia, nos introduce en esta noche en el gran misterio de la Luz. Cristo, “Luz del mundo” (Jn 8, 12), abre paso en medio de las tinieblas a su Nuevo Pueblo Santo que peregrina detrás de Él, disipando con su Luz toda oscuridad del pecado. El templo se ilumina todo con la llegada del Cirio Pascual. La
asamblea considera en la larga y solemnísima Liturgia de la Palabra toda la historia de la salvación que apunta, toda ella, a la Alianza Nueva y Eterna en Jesucristo, único y verdadero Salvador del Mundo (cf. Hch 4, 12). Los bautizos que se celebran en esta liturgia o, en su defecto, la bendición del agua, nos recordarán a todos nuestro paso de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad, de la mundanidad a la cristiandad; nos recordará nuestro propio bautismo. La liturgia eucarística nos conmemorará la Alianza Nueva y Eterna de Dios con su Pueblo, Alianza de amor eterno (cf. Jr 31, 3). ¡Atrévete, cruza el Jordán y cumple con la Alianza!
POR EL PADRE CARLOS ORTIZ FIGUEROA, SDEJ
INVOCACIÓN A SAN JOSÉ
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Juan XXIII
“San José, guardián de Jesús y casto esposo de María, tú empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber, tú mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que recurren confiadamente a ti. Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas. Se dirigen a ti porque saben que tú los comprendes y proteges. Tú también conociste pruebas, cansancio y trabajos. Pero, aún dentro de las preocupaciones materiales de la vida, tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría por el íntimo trato que goza con el Hijo de Dios, el cual te fue confiado a ti a la vez que a María, su tierna Madre. Amén.” 4
MODELO DE PADRE Y ESPOSO, PATRÓN DE LA I GLESIA UNIVERSAL , DE LOS TRABAJADORES , DE LAS VOCACIONES Y DE LA BUENA MUERTE .
SAN JOSÉ, PATRONO
DEL TRABAJO Y DE LA BUENA MUERTEn
El 19 de marzo celebramos la Solemnidad de San José. Para nuestra comunidad parroquial es doble motivo de alegría, ya que estamos bajo su patrocinio. También lo celebramos el 1° de mayo como San José obrero. Tenemos en él un modelo e intercesor para los trabajadores, para pedir un trabajo digno, y para los que ya lo tienen la protección y santificación en el mismo. Juan Pablo II dijo el 19 de marzo de 1980: “«Al despertar José de su sueño -leemos en Mateo-, hizo como el ángel del Señor le había mandado» (Mt 1,24). En estas pocas palabras está todo. Toda la decisión de la vida de José y la plena característica de su santidad. «Hizo». José, al que conocemos por el Evangelio, es hombre de acción. Es hombre de trabajo. El Evangelio no ha conservado ninguna palabra suya. En cambio, ha descrito sus acciones: acciones sencillas, cotidianas, que tienen a la vez el significado límpido para la realización de la promesa divina en la historia del hombre; obras llenas de la profundidad espiritual y de la sencillez madura”.
En efecto, de San José se dice que es un varón “justo” (cf. Mt 1, 19). Esta definición indica que es un hombre que busca hacer la voluntad de Dios. Es ejemplo de fe, Dios le habla tres veces en sueños, y sin dudar cree en los anuncios que se le dan y cumple sin demora lo que se le encomienda (cf. Mt 1, 20 ss.; 2, 13-15. 19-21). Cree que la Virgen María concibe por obra del Espíritu Santo, no cuestiona los designios de Dios y está dispuesto a vivir en tierra extranjera. A José se le confía el nombre que se ha de poner al niño: “Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (cf. Mt 1, 21). Jesús será llamado “hijo de José” (cf. Jn 1, 45; Lc 4, 22) e “hijo del carpintero” (cf. Mt 13, 55). La palabra griega “tekton” se ha traducido como artesano o carpintero. José ejerció un trabajo sencillo y transmitió la enseñanza del trabajo humano a Jesús. Juan Pablo II llama a San José “Custodio del Redentor”, y nos dice que: “Al igual que cuidó amorosamente de María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Igle-
19 DE MARZO
sia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo” (Redemptoris Custos n.1). Por eso es Patrono de la Iglesia Universal. Suponemos que José murió antes de que Jesús iniciara la vida pública, pues no se le menciona en las bodas de Caná y en la cruz María está sola. Tradicionalmente se ha creído que murió con paz en los brazos de Jesús y de María, y por eso es patrono de la buena muerte. De ahí la jaculatoria: “Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía”. Gran devota de San José fue Santa Teresa de Jesús, quien decía:“No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo.No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea más aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a Él se encomiendan. Sólo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca y tenerle devoción.” 5
SON SIMPÁTICOS Y ATENTOS; HACEN SU APARICIÓN EN EL MOMENTO PRECISO EN VELATORIOS O PANTEONES , EN DONDE SE ACERCAN SUTILMENTE A LOS FAMILIARES DEL DIFUNTO A OFRECER SUS SERVICIOS A CAMBIO DE UNA CONSIDERABLE CANTIDAD DE DINERO ; CAMBIAN CONTINUAMENTE DE NOMBRE Y ANDAN A “ SALTO DE MATA ” DE UNA DIÓCESIS A OTRA PARA NO SER DESENMASCARADOS .
DIGA
NO A LA PIRATERÍA SACERDOTAL n
Ataviados como los sacerdotes de la Iglesia Católica para que su “numerito” les salga a la perfección, tienen la desfachatez de repartir en fiestas, funerarias, etcétera, tarjetas personales con datos como teléfono celular, pero no de la parroquia a la que pertenecen. Los abusos de falsos sacerdotes no son nuevos, datos de la Arquidiócesis de México señalan que el problema data desde hace más de 40 años, aunque lamentablemente los casos de curas “piratas” se multiplican en el país, pues les resulta fácil ponerse una sotana y portar documentos falsos para legitimarse como presbíteros. Es triste saber que algunos fieles, alejados de la vivencia de la fe y tratando de evitar los trámites que pide la Iglesia para recibir los sacramentos, acuden a gente sin escrúpulos que los engaña y vacía su bolsillo. Los falsos sacerdotes y sacerdotes suspendidos o sin licencia, no tienen consideración a las orientaciones del obispo del lugar. Por ejemplo, no está permitido celebrar sacramentos en jardines, playas o salones, y ellos lo hacen a cambio de dinero. La recomendación es acudir directamente a las parroquias de la Arquidiócesis de México cuando se necesite algún servicio religioso. El directorio de parroquias y sacerdotes se puede
AVISOS Y ACTIVIDADES
consultar en: http://directorio.arquidiocesismexico.org.mx. También es importante denunciar a los presbíteros apócrifos. El Reglamento de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público establece que quienes usurpen funciones de ministros de culto serán sujetos a las sanciones que prevé la Ley, y que van desde una amonestación hasta una multa de 20 mil días del salario mínimo general vigente en el Distrito Federal. CONSUELO MEDINA ORTIZ
PARROQUIALES n
Entrega del diezmo o cooperación a la Iglesia diocesana: recuerda que el tiempo termina en febrero. Es un día de salario al año, con lo que ayudas a sostener a sacerdotes enfermos y ancianos, y a realizar la labor evangelizadora de la Iglesia en la ciudad de México. Solemnidad de San José: el 19 de marzo. Misas: 8:00, 13:00 y 18:30 hrs. La novena de preparación inicia el 10 de marzo al terminar cada Misa. Une tu ayuno a la misericordia. Trae despensa para los necesitados. Fin de semana de convivencia parroquial: 1 al 3 de mayo en Puebla. Inscribirse en la oficina. Grupo “Reconciliación” para personas en duelo: Si has sufrido algún tipo de pérdida, como la muerte de un familiar, te ofrecemos el apoyo de una comunidad que te brindará comprensión y ayuda tanatológica para afrontar tu dolor. Martes de 17:00 a 19:00 hrs. Adoración nocturna: Ven y vive la experiencia de adorar por la noche a Jesús en el Santísimo Sacramento. El último sábado de mes a las 20:00 hrs. Reunión de formación ese mismo día a las 19:00 hrs. Al anón: Para familiares de alcohólicos. Espacio para recibir apoyo, compartir experiencias y aprender a tener una mayor comprensión y aceptación de nuestras limitaciones. Jueves a las 17:00 hrs. 6
MÉXICO TUVO EL PRIVILEGIO Y LA BENDICIÓN DE DIOS PARA SER EL ANFITRIÓN Y ORGANIZADOR DEL VI ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS. EVENTO PROMOTOR DE IGUALDAD HUMANA EN EL QUE LAICOS Y AUTORIDADES DE LA JERARQUÍA ECLESIAL, MINISTERIAL Y POLÍTICA, ATENUARON DIFERENCIAS DE CUALQUIER TIPO PARA CONFORMAR UN SÓLO ESPÍRITU CON UN FIN COMÚN: DAR NUEVOS LINEAMIENTOS A LA FAMILIA COMO FORMADORA DE VALORES HUMANOS Y CRISTIANOS.
AMA A TU FAMILIA
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Ponentes que cuentan con un reconocimiento internacional, procedentes de los distintos continentes, expusieron de manera clara, profunda y contundente la postura inamovible que ha de mantenerse para rescatar, cuidar, favorecer y proteger a la familia como: -Base sobre la que se construye la identidad. -Patrimonio insustituible de la humanidad. -La primera y más decisiva fuente de educación y de valores éticos, sociales, económicos, políticos y culturales. -Generadora de virtudes (justicia, paz, amor, verdad y libertad) y de bienes sociales. -Escuela de fe, misionera y espacio donde se promueve la santidad. -Capital social. -Institución del pasado y garantía del futuro de la sociedad. La familia establece sus derechos como sujeto importante que es, y las leyes deben ser creadas y legisladas considerando a la familia como sujeto social y eclesial. La política de un país debe considerarse con y para las familias. Una parte vital en la familia es la educación integral que han de proporcionar los padres a los hijos. No debe delegarse la transmisión de valores morales al estado, pues las consecuencias son lamentables. Es derecho y obligación de los padres comunicar de manera explícita y clara los valores morales sobre los que se fundamenta el proyecto de vida de la familia cristiana. Todo aquello que dejemos de decir a nuestros hijos, llegará a través de otros “educadores” como las escuelas laicas, los medios de comunicación, la música y otros más. Algunos de los principios que como cristianos debemos tener
claros y transmitir a nuestros hijos son: -No a las relaciones prematrimoniales. -El matrimonio es monógamo e indisoluble. -El fin de la familia es la procreación. -No a los relaciones homosexuales. -No a la cultura de la muerte (aborto, eutanasia, esterilización del ser humano, uso de métodos anticonceptivos artificiales, etc.). -Cuidar de manera amorosa a los enfermos y ancianos de la familia. Es indispensable que todos los integrantes de la familia mantengan una comunicación estrecha y directa, que los padres brinden una educación sexual adecuada a sus hijos basada en la dignificación de la femineidad y la masculinidad, así como el respeto al cuerpo que Dios nos ha dado. Por estar la procreación y la educación íntimamente relacionadas, es fundamental elegir una escuela que transmita principios cristianos a nuestros hijos. Promover noviazgos cristianos con sólidos fundamentos morales, éticos y religiosos, pues tienen mayor probabilidad de formar familias que cuenten con un padre y una madre que acompañen a sus hijos hacia la plenitud de sus vidas. Familia y sociedad son interdependientes, hay que construir redes de familias en donde los valores cristianos sean promovidos, a fin de ser un contexto en la sociedad. La oración en familia es esencial para mantener unidos a sus miembros. El matrimonio es la primicia del Amor de Dios, pues hombre y mujer fuimos creados para amar y en pareja ser uno solo, como la Santísima Trinidad. ¡Familia: conócete, vive, celebra y cree lo que eres! BERENICE PÉREZ ROBLES 7
EN EL SIGLO III DE NUESTRA ERA, SER CRISTIANO ERA RAZÓN SUFICIENTE PARA SER PERSEGUIDO Y EJECUTADO EN EL CIRCO ROMANO. PARA CONTINUAR VIVIENDO, LO ÚNICO QUE EL IMPERIO “PEDÍA”, ERA RETRACTARSE DE LA FE CRISTIANA. DURANTE EL GOBIERNO DEL EMPERADOR DIOCLECIANO SE LLEVÓ A CABO LA ÚLTIMA Y MÁS SANGRIENTA PERSECUCIÓN CONTRA LOS CRISTIANOS; YA QUE PROFESAR QUE SÓLO HAY UN DIOS CONTRADECÍA LOS INTERESES DEL IMPERIO Y SU MANDATARIO, QUIEN SE HABÍA AUTOPROCLAMADO DIOS Y REQUERÍA QUE TODOS SUS SÚBDITOS LE ADORARAN Y LE TRATARAN COMO SI FUESE UNA DIVINIDAD.
POR
SUPUESTO, LOS
PRIMEROS CRISTIANOS PREFIRIERON LA MUERTE ANTES QUE ABANDONAR A CRISTO, Y LOS ROMANOS QUE PRESENCIARON LA GRAN FE DE AQUELLOS HOMBRES SE ADMIRARON Y CREYERON.
EL SUEÑO DE CONSTANTINO
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Posteriormente, el Emperador Diocleciano abdicó el poder y con ello se desataron una serie de guerras para unificar al Imperio Romano. Uno de los contendientes por el imperio fue Constantino, quien más tarde se convirtió en emperador de Roma. Sin embargo, a pesar de la importancia histrórica que pueda tener la sucesión del poder del imperio romano, hay un hecho dentro de todo esto que encierra una lección de fe que puede ser verdaderamente valiosa y útil en nuestros días. Durante el tiempo de guerra, Constantino tuvo un sueño: en el sueño él se veía a sí mismo luchando al frente de su ejército y sobre su cabeza estaba la Cruz de Cristo con las siguientes palabras: “In Hoc Signo Vinces”, que significan “Bajo este signo vencerás”. Constantino mandó bordar la cruz y el monograma de Cristo en sus estandartes, y cuando fue a la guerra luchó bajo el signo de la cruz, tal y como lo había soñado, y venció a sus enemigos. Posteriormente abrazó el cristianismo, que se convirtió en la religión oficial del imperio, y con esto cesaron las persecuciones contra los cristianos. Hoy, 18 siglos más tarde, en buena parte del mundo seguir a Cristo no es razón para ser perseguido o ejecutado; ahora podemos practicar libremente el culto a Dios y las enseñanzas de Jesucristo. Sin embargo, pareciera que el hombre de hoy no tiene interés alguno en acercarse a Dios, y mucho menos a dedicarse a vivir a imitación de Cristo. Es en este punto donde yo quiero hacer la siguiente observación. En el siglo III, el hombre vivía bajo un sistema de religiones paganas donde lo mismo daba practicar el Mitraísmo, el Neoplatonismo, y el Estoicismo, entre otras; y es bien sabido que los excesos no eran mal vistos entre los romanos. En cambio, los seguidores de Cristo eran perseguidos como si fueran criminales o 8
peor, y ello trae a mi mente varias preguntas: ¿Por qué si en ese tiempo era incluso peligroso seguir a Cristo, muchos lo siguieron hasta la muerte? ¿Por qué en ese mundo en que todo era preferible y más conveniente que creer en Jesucristo, muchos se convirtieron? ¿No habrá sido doblemente difícil? ¿Por qué entonces y no ahora? El día de hoy sólo basta con caminar un par de calles y entrar en la iglesia, que es nada más y nada menos que la Casa de Dios; nada hay que temer, y sin embargo, cada vez son menos hombres los que la visitan. El día de hoy la humanidad se ampara en el avance de la ciencia para darle la espalda a Dios y a la Realidad Espritual, cuando incluso la ciencia basta para demostrar que somos limitados y sugerir que hay un Dios que nos lo ha dado todo. Y si fuera necesario citar un ejemplo, he aquí el siguiente: Ahora, todos sabemos la fórmula química del agua, que es H2O, es decir: 2 moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. Luego entonces, yo pregunto: ¿Ha podido el hombre, con toda su ciencia, producir una sola gota de agua? Al fin, son sólo 3 moléculas. Incluso, el día de hoy, los científicos no logran ponerse de acuerdo para definir qué es la luz. Es decir, todos la vemos, pero, ¿podemos decir qué es? No lo creo. Volviendo al caso de Constantino, él, al igual que todos nosotros, tuvo la opción de creer en la Cruz de Cristo, o no. He querido tomar a este hombre como ejemplo de conversión porque él fue sólo un hombre más, un hombre ordinario como lo somos todos, y que sin importar la magnitud de su cargo, se le presentó el momento para seguir a Cristo, tal y como se nos ha presentado a todos nosotros en algún punto de nuestras vidas. Hace 18 siglos, un hombre ordinario llamado
Constantino abrazó la Cruz y cambió la historia del mundo. Hoy, el imperio romano dejó de existir, asi como muchas otras cosas han comenzado y terminado; muchos hombres han vivido y han muerto y sólo la Cruz de Cristo ha perdurado en la eternidad. Yo creo que muchos tienen la opción de abrazar la Cruz y cambiar al mundo. Con este motivo es que estoy realizando la siguiente pintura, que se titula “El Sueño de Constantino”. Leí acerca de la conversión de Constantino hace poco más de 10 años y en verdad me impactó; en ese momento incluso deseaba que Dios me hablara así (en sueños), aunque uno siempre piensa que eso es para personas muy especiales y que no es posible que suceda. Fue tan importante para mí, que aún sin ser creyente, memorizé la frase que soñó Constantino: “In hoc signo vinces”. Tengo 28 años, mi propia conversión sucedió en el 2005, y en el 2006 me acerqué a la Iglesia. A partir de entonces he visto la obra de Dios en el mundo que me rodea, en los demás y por supuesto en mi vida y en mi trabajo. El dejar los malos hábitos, las tentaciones y demás costumbres que alejan del camino justo, es un proceso lento y en mi caso debo apuntar que también es doloroso, porque uno se ve enfrentado consigo mismo, y cuando la verdad es vista de frente y nuestros pecados quedan expuestos, duele. Este es un boceto que empecé de manera muy íntima; desde que lo comencé no he tenido intenciones de tratarlo como a uno más de mis cuadros (es decir siguiendo el proceso de exposición y venta). No, es más que eso, es como cuando uno retrata a su propia madre o incluso más; “este cuadro es para Dios Padre” me dije, Él ha hecho todo por mí y yo he querido ofrecer esto de la manera más sincera que puedo y eso es pintando, que es el lenguaje que Dios me dio.
Esta es la parte central de un proyecto grande, ya que planeo añadirle lienzos arriba, abajo y a los lados para que tenga forma de cruz (incluso he visto la obra terminada en mi mente). Me he puesto en el centro, es mi forma de decir: “Soy tuyo”. Estoy de rodillas orando, eso quiere decir: “Creo firmemente que Dios escucha”. Arriba de mi cabeza apenas he esbozado un Cristo (al que le faltan muchas correcciones en el aspecto plástico), que parece rozar la cabeza de mi retrato con sus pies, como si la golpeara y al hacerlo, hace una chispa,“la chispa divina” que quiere decir: “Conversión”,”despierta”. La vestidura de cruzado trata de esa lucha interior, y el decir abiertamente:“elijo luchar bajo el signo de la cruz”. Sin embargo la espada está enfundada, el cruzado está de rodillas y con los ojos cerrados a merced del demonio que está representado a un lado. Este detalle es muy importante porque expresa que mi confianza está puesta en Dios y que solo Él puede vencer nuestros pecados; que teniendo la posibilidad de tomar la espada y atacar, mi fe me lleva a no hacerlo, sino a arrodillarme y a orar, a confiar en Dios, porque soy suyo y Él no abandona a los suyos. Ese demonio está vencido y en llamas, la sola presencia de Dios basta para derrotarle; ese demonio representa el pecado. Aún no he logrado terminar este dibujo y convertirlo en una pintura. Desde que lo comencé todo ha pasado; incluso me lo robaron y gracias a Dios lo recuperé. Espero que Dios me conceda acabarlo como es debido porque siempre le ha pertenecido y espero que esta imagen pueda ayudar a otros. Nadie dijo que sería fácil pero tenemos a Dios con nosotros y con eso basta.
PEDRO N. SACRISTÁN ARTISTA PLÁSTICO
ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL n Escrita Por El Papa León XIII
SAN MIGUEL ARCÁNGEL, DEFIÉNDENOS EN LA LUCHA; SÉ NUESTRO AMPARO CONTRA LA PERVERSIDAD Y ACECHANZAS DEL DEMONIO.
¡QUE DIOS MANIFIESTE SOBRE ÉL SU PODER ES NUESTRA HUMILDE SÚPLICA!, Y TÚ, OH PRÍNCIPE DE LA MILICIA CELESTIAL, CON EL PODER QUE DIOS TE HA CONFERIDO ARROJA AL INFIERNO A SATANÁS Y A LOS DEMÁS ESPÍRITUS MALIGNOS QUE VAGAN POR EL MUNDO PARA LA PERDICIÓN DE LAS ALMAS.
AMÉN. 9
AL COMENZAR LA CUARESMA, UN TIEMPO QUE CONSTITUYE UN CAMINO DE PREPARACIÓN ESPIRITUAL MÁS INTENSO, LA LITURGIA NOS VUELVE A PROPONER TRES PRÁCTICAS PENITENCIALES A LAS QUE LA TRADICIÓN BÍBLICA CRISTIANA CONFIERE UN GRAN VALOR
—EL AYUNO, LA ORACIÓN Y LA
LIMOSNA— PARA DISPONERNOS A CELEBRAR MEJOR LA PASCUA Y, DE ESTE MODO, HACER EXPERIENCIA DEL PODER DE DIOS QUE, COMO ESCUCHAREMOS EN LA VIGILIA PASCUAL, “AHUYENTA LOS PECADOS, LAVA LAS CULPAS, DEVUELVE LA INOCENCIA A LOS CAÍDOS, LA ALEGRÍA A LOS TRISTES, EXPULSA EL ODIO, TRAE LA CONCORDIA, DOBLEGA A LOS PODEROSOS” (PREGÓN PASCUAL).
AYUNÓ CUARENTA
DÍAS n
Del mensaje cuaresmal del Papa Benedicto XVI El Buen Samaritano / Rembrandt
En mi acostumbrado Mensaje cuaresmal, este año deseo detenerme a reflexionar especialmente sobre el valor y el sentido del ayuno. En efecto, la Cuaresma nos recuerda los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública. Leemos en el Evangelio: “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre” (Mt 4, 1-2). Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley (cfr. Ex 34, 8), o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb (cfr. 1R 19, 8), Jesús orando y ayunando se preparó a su misión, cuyo inicio fue un duro enfrentamiento con el tentador. Podemos preguntarnos qué valor y qué sentido tiene para nosotros, los cristianos, privarnos de algo que en sí mismo sería bueno y útil para nuestro sustento. Las Sagradas Escrituras y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. Por esto, en la historia de la salvación encontramos en más de una ocasión la invitación a ayunar. En el Nuevo Testamento, Jesús indica la razón profunda del ayuno, estigmatizando la actitud de los fariseos, que observaban escrupulosamente las prescripciones que imponía la ley, pero su corazón estaba lejos de Dios. El verdadero ayuno, repite en otra ocasión el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial, que “ve en lo secreto y te recompensará” (Mt 6, 18). Él mismo nos da ejemplo al 10
responder a Satanás, al término de los 40 días pasados en el desierto, que “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4, 4). El verdadero ayuno, por consiguiente, tiene como finalidad comer el “alimento verdadero”, que es hacer la voluntad del Padre (cfr. Jn 4, 34). Si, por lo tanto, Adán desobedeció la orden del Señor de “no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal”, con el ayuno el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su bondad y misericordia. La práctica del ayuno está muy presente en la primera comunidad cristiana (cfr. Hch 13, 3; 14, 22; 27, 21; 2Co 6, 5). El ayuno es, además, una práctica recurrente y recomendada por los santos de todas las épocas. Escribe San Pedro Crisólogo: “El ayuno es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le súplica” (Sermo 43: PL 52, 320, 332). En nuestros días, parece que la práctica del ayuno ha perdido un poco su valor espiritual y ha adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo. Está claro que ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una “terapia” para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios.
Privarse del alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación. Con el ayuno y la oración Le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios. Al mismo tiempo, el ayuno nos ayuda a tomar conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos. En su Primera carta San Juan nos pone en guardia:“Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?” (3, 17). Ayunar por voluntad propia nos ayuda a cultivar el estilo del Buen Samaritano, que se inclina y socorre al hermano que sufre (cfr. encíclica Deus caritas est, 15). Al escoger libremente privarnos de algo para ayudar a los demás, demostramos concretamente que el prójimo que pasa dificultades no nos es extraño. Precisamente para mantener viva esta actitud de acogida y atención hacia los hermanos, animo a las parroquias y demás comunidades a intensificar durante la Cuaresma la práctica del ayuno personal y comunitario, cuidando asimismo la escucha de la Palabra de Dios, la oración y la limosna. Este fue, desde el principio, el estilo de la comunidad cristiana, en la que se hacían colectas especiales (cfr. 2Co 8-9; Rm 15, 25-27), y se invitaba a los fieles a dar a los pobres lo que, gracias al ayuno, se había recogido (cfr. Didascalia Ap., V, 20,18). También hoy hay que redescubrir esta práctica y promoverla, especialmente durante el tiempo litúrgico cuaresmal. Por lo tanto, que en cada familia y comunidad cristiana se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo. Pienso, especialmente, en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el Sacramento de la Reconciliación y en la activa participación en la Eucaristía, sobre todo en la Santa Misa dominical. Con esta disposición interior entremos en el clima penitencial de la Cuaresma. (Mensaje completo en www.vatican.va)
SU SANTIDAD BENEDICTO XVI
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