Para lograr una interpretación plausible de la ley, Friedrich Karl von Savigny propuso en el siglo XIX unos cánones para interpretar las leyes, como también antes lo hicieron, los maestros del Siglo de Oro; y comentó los varios aspectos o canales de acercamiento al hecho interpretado: el gramatical, el histórico, el sistemático y el teleológico. Hasta la expresión “interpretación auténtica” viene de los antiguos glosadores
A la ley humana positiva civil o eclesiástica se refiere la doctrina de la “interpretación” propuesta por Salas. Si la ley natural se conoce por los principios mismos de la razón, la ley positiva se conoce por la significación positiva que le imprime su promulgación. Por eso la ley positiva, en principio, no vale para todos los tiempos y lugares. El legislador al promulgar la ley –o sea, al manifestarla y darla a conocer– utiliza un lenguaje natural hablado por sus súbditos, los cuales reciben eficazmente en ese lenguaje las directivas correspondientes.