Existen dos planos ontológicos en la psicología de la voluntad humana. Uno, que está orientado al fin fundamental del hombre y que interviene en cualquier acto concreto de nuestro apetito racional: no se debería llamar "acto singular", sino acto "concomitante" a todo acto particular. El segundo plano es reconocido como voluntad deliberativa, aquel que define el uso de nuestra libertad concreta. Al primero lo llamo trascendental (aunque así no lo llamara Santo Tomás). El segundo es llamado voluntad deliberativa, el cual ordena toda nuestra acción.