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Editorial: Una de cal y otra de arena
Editorial
Una de cal y otra de arena
En Béjar (Salamanca) se recupera un miliario y en la España en obras que nos ha tocado vivir se ponen en riesgo elementos patrimoniales de los caminos antiguos y sus obras de fábrica.
Que todos los Miliarios somos extravagantes es una tautología, tan cierta como que nuestro propio adjetivador por excelencia Gonzalo Arias, retirado ya en el Olimpo junto a los otros Héroes que beben de la Fuente de la Memoria, era otro extravagante. Los de El Nuevo Miliario, casi recién nacidos, aspiran, ilusos, a la gloria de la extravagancia, pero no saben todavía que el camino es largo y que su Ítaca es quizás sólo un sueño, al que accederán, si los Dioses les son favorables, después de incontables aventuras.
Pues eso una aventura, una peripecia, una quijotesca y peregrina situación es la que me aconteció como miliario de Béjar, cuando después de casi 2000 años de servicio en la calzada de la Plata, en el mismo lugar allá por la montaña salmantina, junto al preciso paraje del río Sangusín fui trasladado, sin comerlo ni beberlo, nada menos que al aparcamiento de los Nuevos Ministerios en Madrid, con motivo de un congreso de carreteras en los años sesenta. Lo que pudo ser un viaje divertido y de desentumecimiento se convirtió en una horrible estancia en aquella Corte de los Horrores de la España franquista, rodeado de estatuas a caballo del Dictador y de toda una cohorte de tristes funcionarios aduladores de toda laya y grey que poblaban aquel patio de Monipodio. Sin amigos, sin campo, en un triste aparcamiento, sin ni siquiera tener la oportunidad de haber ido al concierto de los Beatles en Madrid, pasé los años más amargos de mi vida; varias veces estuve a punto de suicidarme por la impotencia y no es que no supieran de donde venía, porque allí estaban bien claritos mi número de milla , la 142, el nombre de mi Emperador, Trajano y todas las tribunicias potestades y demás zarandajas derivadas de mi nombramiento, sino que no había Dios que me devolviera a mi sitio.
El milagro se produjo ya en pleno siglo XXI, cuando Manuel Santonja llamó a su amigo Ministro Jesús Caldera, casualmente paisano mío, para interesarse por mi circunstancia y devolverme a mis lares. De ese largo proceso administrativo se da cuenta en la entrevista que un servidor mismo ha realizado y en efecto es la primera vez que un miliario entrevista con éxito a un Ministro y además quedan amiguetes.
La portada, las fotos de mi traslado y mi situación en la otra orilla del río Sangusín a la que tenía habitualmente, generó cierta polémica (a mí me da igual, después de los Nuevos Ministerios, hubiera firmado hasta por el cercano entonces césped del Bernabéu como marcador simultáneo) pero ahora estoy como nunca, rejuvenecido, oliendo a campo y a monte, cumpliendo otra vez mi
función y recibiendo cada vez mas visitantes y amigos gracias a proyectos de tanta credibilidad como el denominado Vía de la Plata, que muy bien podrían imitar en otros lugares de España. Además me han asignado un Ángel de la Guarda, también en parte jubilado como yo, que se llama Urbano Domínguez Garrido, de la Asociación de Amigos de la Vía de la Plata, de Béjar, que además en un artículo en este número les informa con precisión y cariño sobre mi vida y pide cosas tan sensatas como que recuperen a mi primo hermano miliario el número 140, que sigue en el Parque de carreteras de Guijuelo, y que fue trasladado como yo, solo que un poco mas tarde en los años 80.
Hasta aquí la de cal, ahora la de arena y nunca mejor dicho, porque como España está en obras, hemos decidido crear una nueva sección para documentar monográficamente los daños que obras aceleradas pueden generar en nuestro entorno patrimonial sea en el paisaje o en restos arqueológicos como sucede en la Vega Baja de Toledo o sea en elementos camineros, vías y obras de fábrica. En este caso comenzamos con un monográfico sobre "El Puente de Toledo y la M-30" en Madrid, pero nos iremos trasladando de ciudad en ciudad, allá donde haga falta que nuestro dedo acusador señale a los infractores. También a veces recibimos denuncias sobre la posible desaparición de tramos de vías sea en la propia revista o a través de los foros de Internet a los que prestamos atención desde el Miliario. Este ha sido el caso de la urbanización "La Losilla" en Chinchilla (Albacete) en el que presuntamente peligraba un tramo de la vía romana Cartago-Nova Segóbriga, a su paso por "el Pozo de la Peña", por las 1.500 viviendas de próxima construcción en la zona de contacto entre Albacete y Chinchilla. Afortunadamente en este caso el asunto sólo se ha quedado en el susto inicial, puesto que todavía la urbanización está en fase de anteproyecto y puestos en contacto con la Delegación de Cultura de Albacete y el Ayuntamiento de Chinchilla, tenemos un escrito de la propia Delegada, Llanos Moreno, que atendió muy amablemente al Nuevo Miliario, así como la técnico de Patrimonio Maite Rico, en el que nos informa de la "próxima realización de un Estudio de Valoración de Afecciones al Patrimonio Histórico por un profesional especializado, con el fin de identificar y valorar los efectos de dicho proyecto sobre el mismo". Bueno, pues nos alegramos de que todas las instituciones de Castilla la Mancha estén atentas a que un viejo camino de más de 2000 años no sólo no desaparezca, sino que se vea revalorizado. Por supuesto que es perfectamente compatible la construcción de viviendas en 237 Hectáreas con que sólo en 7 de ellas se prestase atención e incluso se mimase a ese viejo camino, adornándolo con cipreses y explicándolo y si la empresa que va a llevar a cabo la urbanización fuera inteligente, no sólo lo haría sino que hasta yo mismo, como miliario amigo me ofrecería para la propaganda gratuitamente diciendo aquello de "Viva usted como un romano" y pasee cada día como asendereado Quijote por un camino de más de 2000 años. Por si lo han olvidado en la zona, este miliario les recuerda para finalizar, la respuesta que el cercano pueblo de la Roda, dio a la pregunta 57 de las famosa Relaciones de Felipe II , perfectamente válida también para Chinchilla: "Y ansí mismo dixeron: Que en este término de esta villa, una legua de ella hacia la parte do sale el sol y al norte, traviesa un camino rea que dicen El Murciano, que en su hechura es muy notable, porque va todo empedrado en forma de calzada con muchos aljibes. Viene dende Cartagena y pasa a Castilla la Vieja, y es camino muy antiquísimo, y se tiene memoria en esta tierra que lo hicie-