Juan Francisco José DÁVILA SÁNCHEZ FÁBRICAS DE CURTIDOS y TENERÍAS. COMERCIO DE PIELES y LANAS: Una floreciente industria en Quintana de la Serena (Badajoz) <<Así es –dijo el licenciado-; porque no pueden hablar también los que se crían en las Tenerías y en Zocodover como los que se pasean casi todo el día por el claustro de la Iglesia Mayor…>> (Miguel de Cervantes: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Cap. XIX. II Parte). TENERÍA. Curtiduría. Tenería es sinónimo de curtiduría. Lugar donde se curten las pieles. Su nombre proviene del tanino empleado en el curtido de las pieles desde la antigüedad, que se extraía de la agalla producida por cinípidos como el Andricus gallaedtinctoriae en ciertos árboles como el roble y la encina. En la Gran Enciclopedia de Extremadura se define, como: <<Lugar o instalación donde se curten y trabajan las pieles para su transformación en cueros, badanas y otros productos semejantes>>.
Agallas de roble
Casca molida
Desde tiempos prehistóricos el hombre ha tenido la necesidad de utilizar las pieles de los animales, sobre todo para protegerse del frío, en la fabricación de calzado y, últimamente, en otras aplicaciones y objetos más modernos, aunque no tan necesarios. Una vez quitada la piel al animal es necesario conservarla y evitar la putrefacción, lo que, a lo largo de la historia, se ha solucionado con diversos procedimientos, desde el ahumado hasta la utilización de productos químicos pasando por el uso de productos naturales como el tanino.
El tanino se obtenía de la corteza y hojas de diferentes árboles y arbustos como la encina (Quercus ilex), la coscoja (Quercus coccifera) y el zumaque (Rhus coriaria). La casca era la corteza de la encina y de la raíz que, una vez molida, se dejaba secar para su posterior uso; de aquí, los topónimos: Cercón de los Zumajes y Agalla. “… y luego en estando bien manadas que no tengan agua, se han de descoser, y tender, y arrojar el zumaque que tienen…” (Larruga, E. 1788). A finales del siglo XIX, se desarrolló en Quintana una importante industria de curtidos que se iniciaría en los primeros años de la década de los noventa con la inauguración de la Tenería de Diego Martín en 1892 y la de R. B. H. en 1897, que duraría hasta el cierre y desaparición de esta última a principios de la segunda mitad del siglo pasado. Posiblemente, Quintana de la Serena fue, junto con Zafra la localidad donde mayor número de tenerías llegaron a existir dentro de la provincia de Badajoz: <<… y Zafra, y a un gran número de tenerías en este último pueblo y en el de Casar de Cáceres>> (S. Miñano Bedoya, 1826). En la Gran Enciclopedia de Extremadura se menciona a Quintana de la Serena y Zalamea, junto con otras localidades (González Rodríguez, 1992: 288). Todavía podemos ver los restos de algunos edificios en los que tuvo lugar esta industria, y dentro de ellos se pueden observar los pilos, pilas o piletas que eran unos depósitos construidos con losas de granito donde se realizaba el curtido de las pieles y en los que se sumergían para mantenerlas en contacto con el tanino y otros curtientes. Estas tenerías se ubicaban próximas al Arroyo del Tío Pepe y, sobre todo, en las afueras de la población; ello se debía al fuerte olor que producían algunos de los productos utilizados en las distintas operaciones que se practicaban, pues hasta la introducción de otros métodos más modernos como el curtido al cromo (bicromato de potasa), sulfatos, etc., en los sistemas antiguos se estuvo utilizando el excremento de perro, la orina, leche agria, y otras materias grasas. Al mismo tiempo, las tenerías consumían gran cantidad de agua, por lo que, además de disponer de abundancia en los pozos debían deshacerse de la usada y el arroyo al lado les permitía desaguar con facilidad (Plasencia, 2007).
Pilos y tinajas de antigua tenería de Diego Martín
En aquella época había tres o cuatro fábricas de curtidos importantes: estas dos que hemos mencionado; la que se encuentra al lado de la antigua fábrica de harina cuyo propietario era don Rafael GómezCoronado Barquero; y otra que estaba situada en el local que hoy ocupa la biblioteca, conservando aún por debajo del solado los antiguos pilos. Todavía podemos leer en la fachada lateral de la Casa de la Cultura “FABRICA DE PAN Y CURTIDOS. PRECIOS FIJOS”.
Fachada lateral Casa de la Cultura
Prensa de enfardar pieles
Las tenerías o fábricas se curtir que figuran en 1931, eran: Coronado Gómez (sic), Rafael Gómez, y Viuda de Francisco Martín. Relacionados con la industria de la piel estaban los almacenistas y comerciantes de pieles curtidas y sin curtir. Figuran como comerciantes de pieles sin curtir: Tiburcio Fernández, Marcelino Rey Horrillo, Diego Rey y Diego Rey B. (sic) (Anuario General de España Bailly-Baillière-Riera, 1931). Tomás de Aquino Barquero Barquero, nos dice que Quintana de la Serena en el año 1931 <<… no tenía industrias importantes, tres o cuatro fábricas de curtidos, unas canteras de piedra de granito mal explotadas, la fábrica de harina y electricidad y un comercio de pieles y lanas…>>. También no habla de que se celebraban <<Mítines […] en la vieja Fábrica de Curtidos llamada de los Tiritos…>> (Barquero Barquero, 1979: 13 y 19). A mediados del siglo XX, ya en plena decadencia, aparece en el programa de Ferias y Fiestas de agosto del año 1951, una poesía en la que unos versos nos hablan de la industria en Quintana: <<Hace cueros suaves cual seda, tiene industrias de pieles y lanas y canteras de duro granito…>> (ANFERTEN). Iniciada la década de los sesenta, encontramos: <<Dos fábricas de curtidos tradicionalmente acreditadas, trabajando en la actualidad por el procedimiento de curtición rápida, y, además,
otra que trabaja por el procedimiento lento o antiguo de poca producción, y tres tenerías>> (Casco Arias, 1961: 251). En el mismo programa de Ferias y Fiesta de agosto, 1951, encontramos los anuncios publicitarios: -“José Rey Fernández. Almacén de Lanas y Pieles. Cosechero de Vinos. Ruiz de Alda, 13.” -“Rafael Rey Horrillo. Almacén de Pieles y Lanas. Frutos del País. Teléfono 1”. -“Viuda de MARCELINO REY HORRILLO. Fábrica de Curtidos y Almacenista de Lanas”. -“Ezequiel Fernández Coronado. Almacén de Curtidos y Desperdicios de goma”. Amargura, 8”. Don Juan Casco Arias nos habla del apellido Rey, de un modo especial: <<Sus miembros se han dedicado a la industria de pieles, mereciendo citarse en la actualidad a los almacenistas D. Marcelino Rey Fernández y a su hermano D. José, que han fomentado esta industria, dando trabajo y medios de vida a muchas personas…>> (Casco Arias, 1961:173). A principios de la década de los setenta, encontramos en el epígrafe de “Curtidos”: Francisco Chacón García, en calle Gral. Yagüe, 55 (actual calle de Rodeo); Pedro Pozo Tejado, calle Miguel Barquero, 12; Marcelino Rey Fernández, en calle José Antonio, 6 (actual calle Abajo); y José Rey Fernández, en calle Ruiz de Alda, 15 (actual calle de Francisco Pizarro). Y en el epígrafe de “Piel”: Vda. de Rey, en calle José Antonio, 6 (Abajo); Vda. de Marcelino Rey, en calle Huertos, 15 (actual calle de Ntra. Sra. de Guadalupe); y Rafael Rey Horrillo, en calle Gral. Franco, 19 (Cacería) (Anuario Telefónico. Páginas Amarillas. 1971-1972, Tomo II, C.T.N.E. Gráficas Ramón Sopena, S.A. Madrid-Barcelona, 14ª Edición.
Restos de la antigua tenería de Diego Martín
Además de estas cuatro, hemos localizado otras de menor tamaño y que se limitaban a realizar algunas operaciones relacionadas con el curtido: Tenería en la carretera de Valle de la Serena. En el solar diáfano que hace esquina con la Avenida de la Constitución y la carretera de Valle de la Serena. El edificio ha desaparecido totalmente pero aún puede se apreciar algún resto del borde superior de uno de los pilos: <<D. Miguel Ortiz y Ortiz. Un edificio destinado a fábrica de curtidos en los extremos de la villa de Quintana de la Serena, al sitio Camino del Valle>> (BOP. 06/12/1904). Según testimonios orales perteneció también a Don Alejandro Barquero. Existían otros lugares que aunque no disponían de pilos para el curtido se dedicaban a otros manejos con las pieles; o bien a su almacenaje y comercio: Tenería en la calle Cacería. Diego Rey Dávila. Tenería en la calle Camino de Zalamea. Perteneció a los Chuquitos. Eugenio Chuquito. Localizada en el número 136 de la calle Camino de Zalamea. Tenería en la calle Camino de Castuera. Localizada en el actual número 7. En la fachada existía una puerta de corralón, hoy casi tapiada, donde todavía se observan las bases de granito que sostenían los jambas de la misma piedra y desde las que arranca el arco de la portada realizado con ladrillo. Tenería de Antonio Martín. En el antiguo corralón de El Bodegón, donde, actualmente, se encuentra la antigua discoteca Xanadú. Tenería en la calle Juan XXIII (Cerros de Gómez) También se fabricaban suelas para zapatos. En 1931, figuran como fabricantes de suelas, Hijos de Pedro Benjamín Barquero, Rafael Coronado y Viuda de Francisco Martín y relacionado con este oficio estaba el de despellejador de animales, figurando Manuel Murillo. (Anuario General de España Bailly-Baillière-Riera, 1931). Tenería de Diego Martín. En el camino que sale de la calle Juan XXIII y pasa por la Ermita de los Mártires, nada más cruzar el Arroyo del Tío Pepe, nos encontramos con un edificio en ruinas en cuya portada podemos leer la siguiente inscripción: TENERIA DE DIEGO MARTIN. AÑO 1892. Se trata de una antigua fábrica de curtidos ubicada en un amplio solar paralelo y al borde del Arroyo del Tío Pepe, cuyas traseras dan a la calle
Camino Castuera. Todavía conserva la puerta metálica en la entrada figurando el año de su inauguración (1892). Accediendo por ella nos encontramos con una amplia nave donde se encuentran algunos pilos y un pozo que conserva el poste de granito con una horquilla de hierro en donde se disponía el cigüeñal con el que se sacaba el agua; a la izquierda, una puerta da paso a una nave alargada donde se encuentra un conjunto de pilos dispuestos en paralelo y, tan solo, separadas por un estrecho pasillo. En la parte trasera, toda diáfana encontramos otro pozo que también conserva el poste de granito para el cigüeñal y unos depósitos abiertos que debieron utilizarse para almacenar algunos restos de aquel proceso. En el conjunto de pilos, hemos contabilizado un total de 22: unos de forma cuadrada y otros rectangulares; 16 de ellos con un tamaño aproximado de 1,50 x1,50 x1,80 cm -esta última, la profundidad, es más difícil de determinar por la gran cantidad de escombros que contienen como consecuencia del derrumbe de la techumbre que cubría esta nave(M. F. Represa. 1994); y 4 de un tamaño de 3x1,50x1,80. Todo el conjunto está formado por un pasillo central de unos 60 cm de ancho a cuyos lados se extienden dos filas de estos depósitos, abarcando una extensión de 105 m2, siendo su longitud de 15 m. y su anchura de 7 m. En el primer depósito de la fila de la izquierda encontramos los restos de unas piezas metálicas bastante oxidadas que formarían parte del bombo de curtir, habiendo desaparecido las piezas de madera que lo componían; a continuación, existen cuatro pares de pilos del tamaño pequeño y dos grandes, al final. A la derecha del pasillo central encontramos un depósito de mayor tamaño que el resto, de 3x3 m. y a continuación dos de 3x1,50, al que le siguen cuatro pares de pilos pequeños. Todos estos depósitos se encuentran unidos y tan solo separados por la pared que los conforman y que consisten en grandes losas de granito unidas con cal y arena; el suelo no se puede apreciar, por lo comentado anteriormente, pero pensamos que deben tener como base la misma piedra de granito. Además de Diego Martín (1892), encontramos como propietarios: Viuda de Francisco Martín (Anuario General de España Bailly BaillièreRiera, 1931) y Gabriel Martín Tena: <<Robo de una fábrica de curtidos. Fábrica de curtidos de Gabriel Martín Tena 8 Kg. de suela, una piel de burranca pequeña, 21 pieles de ternera, 7 badanas, 5 pieles de cabra y 2 pieles de alfombras. Todas curtidas>> (BOP. 05/04/1944).
Tenería de D. Martín
Restos del bombo de curtir
Rafael Gómez-Coronado Barquero. En lo que hoy se conoce como la Antigua Fábrica de Harina, no solo existió ésta, sino que en su entorno se gestó un importante foco industrial compuesto por: una panadería, una fábrica de hielo y una fábrica de curtidos. El propietario era don Rafael Gómez-Coronado Barquero. En 1931, figura como “Fábrica de pieles en el epígrafe de curtir del Anuario General de España Bailly-Ballière-Riera. En 1944, encontramos una referencia a este edificio: <<En término de Quintana, al sitio de las Cruces […] linda […] Norte, con baldío de las Cruces […] Dentro del perímetro de esta finca existe un edificio para la fabricación de curtidos>> (BOP. 02/10/1944). En 1947: <<Viuda de Francisco Gómez-Coronado. Fábrica de Curtidos. Teléfono 32>> (Anuncio publicado en el Boletín del Colegio Nacional de Secretarios, Interventores y depositarios de Administración Local, Núm. 35, noviembre, 1947). En el Programa de Ferias y Fiestas, agosto de 1951: <<Hijo de Francisco G. Coronado y G. Coronado. Fábrica de Curtidos, sistema antiguo, Premiada en la Exposición Ibero Americana de Sevilla con Diploma y Medalla de Plata>>. Tenería de los Tiritos (1). Junto al antiguo Matadero, en la actual Plaza de la Concordia, existió una fábrica de pieles de la que se conserva parte de fachada y en la que podemos ver la siguiente inscripción: R B H 1897 En 1947: <<Viuda de Marcelino Rey. Fábrica de Curtidos>> (Anuncio publicado en el Boletín del Colegio Nacional de Secretarios, Interventores y depositarios de Administración Local, Núm. 35, noviembre, 1947).
Esta fábrica fue la última en cerrar y con su cierre finaliza y desaparece aquella pujante industria del curtido en Quintana de la Serena.
Antigua tenería en la actual Plaza de la Concordia Nota 1. En esta misma plaza había otro local que también disponía de pilos situada frente a la que vemos en la foto de arriba y que fue propiedad de José Sánchez Miranda quien la adquirió por compra – según referencias orales- a Hijos de Pedro Benjamín Barquero a no habiendo sido posible determinar si una u otra pertenecían al mismo dueño o se trataba de propiedades diferentes, por lo que quedamos pendiente de nuevos datos que determinen con exactitud la referida “Tenería de los Tiritos” y la lectura del nombre y apellidos de las iniciales R.B.H. BIBLIOGRAFÍA ARISTOS. Diccionario Ilustrado de la Lengua Española. Editorial Ramón Sopena, S.A. Barcelona, 1972 GRAN ENCICLOPEDIA DE EXTREMADURA (1992). Dr. Fco. José Mayans Jofre. Ediciones Extremeñas, S.A. Mérida. Tomo IX, Tenerías. Alberto González Rodríguez. pág. 258 BARQUERO BARQUERO, Tomás de Aquino. (1979): Un trozo de historia de mi pueblo. Quintana de la Serena (Badajoz). G. Robles, S.A. Humanes de Madrid. CASCO ARIAS, Juan. (1961): Geobiografía e historia de Quintana de la Serena. Editorial Prensa Española. Madrid. DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO ABREVIADO. 6ª edición. Tomo VI. Espasa-Calpe, S.A. Madrid, 1955. LARRUGA, EUGENIO. (1788): Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España…. Tomo III. Madrid. MARTÍ I BERNADAS, Joan Francesc: Aguas residuales en los procesos de curtición al cromo de pieles bovinas.
MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián. (1826): Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal. PERIS BARRIO, Alejandro (): “Las antiguas tenerías madrileñas”. Revista de Folklore. Fundación Joaquín Díaz. Edición digital. Nº 368. http://www.funjdiaznet/folklore/ PLASENCIA LOZANO, Pedro: La presa renacentista del Casar de Cáceres, Norba-Arte, vol. XXCII (2007)/ 9-28 REPRESA, María Fca. (1994): Tenerías palentinas. La pervivencia de una tradición. Revista de Folklore. Fundación Joaquín Díaz, Núm. 165. VALDIVIESO ARCE, Jaime L.: El oficio de botero y corambrista en trance de desaparecer en la provincia de Burgos. Revista de Folklore, nº200. 1997, pp. 64-68. FUENTES ANUARIO GENERAL DE ESPAÑA BAILLY-BAILLIÈRE-RIERA (1931): Barcelona. ANUARIO TELEFÓNICO. Páginas Amarillas. 1971-1972, Tomo II, C.T.N.E. Gráficas Ramón Sopena, S.A. Madrid-Barcelona, 14ª Edición. BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA. Diputación Provincial de Badajoz. LIBRO DE FERIA (1951). Ayuntamiento de Quintana de la Serena. PÁGINAS WEB www.funjdiaznet/folklore/ www.euetii.upc.es FOTOS DÁVILA SÁNCHEZ, Juan Francisco José.
Quintana de la Serena (Badajoz), 2015.