REVISTA
CONTENIDO
AÑO: I
NUMERO: III
Noviembre-Diciembre 2015
Cerro polanco
Propietarios: DAVILA LTDA.
Marcelo Berguño: Director Comercial
La Serena
Francisco Véliz: Edición Periodistica
Rancagua
Annais Suazo: Edición Periodistica
Juan Pablo Dávila:
Comida Campestre
Director de Arte
Mi Primer Treking
Web: www.chileandworld.com www.facebook.com/Chileandworld Ventas Y publicidad: Marcelo Berguño Dirección: Santa Cruz 7225, Renca Contacto: Chileandworld@gmail.com
Gohst Tour Pomaire
Director responsable: Marcelo Berguño
EDITORIAL
LA SERENA encanto de las olas
La Avenida del Mar es un paseo frente al mar, situado en el sector turístico más importante de La Serena. Comienza en las cercanías del Faro Monumental, ícono de la ciudad, y se extiende por poco más de cuatro kilómetros hasta la vecina área de Peñuelas en Coquimbo, donde se inicia la Avenida Costanera.
E
l nombre de esta ciudad, La Serena, poco y nada nos dice, ya que su nombre podría hacernos creer que es una ciudad muy tranquila. Sin embargo, posee un dinámico comercio gracias a la explotación frutícola y minera, junto con una importante producción pisquera y sus muchas iniciativas culturales. Sin embargo dejaremos de lado, en esta oportunidad, su centro histórico o esas riquezas pisquera y agrícola, para centrarnos en su mar. El movedizo escenario muchas veces sirve para relajar nuestros sentidos, a la vez que se disfruta al estar al aire libre y bajo el sol. Por este motivo, iniciaremos nuestro recorrido por la Avenida Francisco de Aguirre, específicamente, en la Avenida del Mar. Desde este punto se enmarca una extensa costanera de seis kilómetros de largo, recorrida por una ancha playa que se encuentra bordeada a un costado por la infraestructura turística más exclusiva de la región. A pesar de la intensa neblina costera o camanchaca, la cual parecía rehusarse a partir, no nos dimos por vencidos
y continuamos nuestro itinerario, en el que casi sin darnos cuenta, fueron sucediéndose unas tras otras las diferentes playas: “Los Fuertes”, “Mansa”, “Playa Blanca” y “La Barca”. El graznido de las gaviotas parecía multiplicarse a medida que el mar avanzaba sobre la fina arena y, pronto, la neblina fue desapareciendo y la línea del horizonte comenzó a dibujarse en un intenso azul marino. Finalmente nos detuvimos en la playa “Canto del Agua”. No obstante, y ya más atrás eso sí, habíamos dejado las playas “Hipocampo” y “Las Gaviotas”, las cuales nos mantienen lejos de los ruidos de la ciudad y nos entregan una gran oportunidad para descubrir la magia de esta localidad.
Rancagua: Un viaje a la Historia
S
ituada a 90 kilómetros al sur de Santiago, la capital de la VI región se caracteriza por ser una ciudad de tradiciones campestres y ello se
percibe desde que se entra a su entorno. Altos árboles rodean la avenida principal, en un silencio casiabsoluto. Es tal la tranquilidad que hasta se puede captar el ruido de los de pájaros, que revolotean por el lugar. A un costado se divisa la polémica Medialuna Monumental de Rancagua, esa misma que cada 18 de Septiembre recibe a cientos de amantes de este deporte y, contrariamente, a detractores animalistas que llegan a interrumpir el evento.
Calles que
más
abajo
montan
sus
se
encuentra
espectáculos
en
a
artistas
callejeros
diferentes
esquinas.
A unos minutos está la Plaza Los Héroes. Cuatro calles confluyen en ese lugar, pero con una particularidad: llegan al centro de cada lado de la plaza. Ahí fue donde Bernardo O´Higgins luchó por la independencia de Chile en la Batalla de Rancagua. Al centro se observa un gran monumento al padre de la Patria. Bajo sus pies, se lee: “A mí, muchachos. Vivir con honor o morir con gloria”, frase emblema que demuestra la valentía de las tropas chilenas frente a las españolas, y que el prócer pronunció en la Batalla del Roble.
Por la antes llamada Villa Santa Cruz de Triana Calles, establecimientos comerciales y museos aún mantienen parte de sus fachadas originales. Con su sello distintivo en ellas se asoma la huella de la Colonia, como en el Museo Regional situado en pleno Paseo Estado y emplazado en dos de las casonas más antiguas de la ciudad. La entrada a la Casa de Ochavo da paso a un gran patio, con la típica distribución colonial. Tres puertas abiertas muestran cómo eran las habitaciones de la época.
Al frente está la Casa de Pilar de Esquina. Con una similar estructura, mantiene su fachada interna intacta. Los techos son bajos y el piso, que llega a rechinar, de madera. Sus más de mil piezas de colección constituyen una importante reliquia histórica.
Al regresar a la Plaza Los Héroes aparece la Catedral de Rancagua, igualmente conocida como Parroquia El Sagrario. Es la principal iglesia católica de la capital de la VI región y tiene la categoría de Inmueble de Conservación Histórica. Su construcción data de 1861.
O´Higgins, quien se refugió durante dos días en una de sus torres para resguardar a sus tropas y a la espera, en vano, de la llegada de José Miguel Carrera quien iría a reforzarlos en la batalla. Las propias calles rancagüinas hablan por sí solas de la importancia histórica de esa ciudad. Es por eso que no sólo puede identificarse Rancagua por sus tradiciones campestres o por ser una de las productoras de vinos más importante del país, sino por constituir el co-
Frente al monumento a Bernardo O´Higgins se encuentra la iglesia de La Merced, una de las más antiguas de la ciudad. Perteneciente a la Orden Mercedaria, destacan sus pinturas. Un diacono nos cuenta que el templo fue construido en el siglo XVIII y albergó al propio Bernardo
ZONA CENTRO
P O M A I R E
SALTO HUILO HUILO X REGION PANGUIPULLI
TradiciĂłn, sabores criollos y cientos de visitantes son tres conceptos que definen lo que sucede todas las semanas en el pueblito de Pomaire. La localidad brilla por su atractiva artesanĂa de greda y sus empanadas de kilo.
S
on sólo 60 kilómetros los que separan a Santiago de Pomaire, aproximadamente 45 minutos de distancia, para aventurarse en una localidad con tradiciones vigentes. Una que se pasa de generación en generación. Una que convive con cientos de turistas todas las semanas. Una en donde la gastronomía criolla brilla todos los días del año. Nos aventuramos un sábado para conocer más sobre este pueblo. Al ingresar, de inmediato los lugareños nos hacen señas con pañuelos blancos para ofrecernos un lugar para estacionarnos. Ya instalados, podremos recorrer la calle principal a pie, sin otra preocupación más que admirar la belleza de cada uno de los rincones de esta localidad.
Son pasadas las 14 horas y la calle San Antonio ya comienza a llenarse. Familias numerosas, parejas, abuelitos y extranjeros se mezclan con los lugareños al caminar por la principal avenida de Pomaire. Ambas veredas nos ofrecen una variedad infinita de productos de greda, principal material utilizado en el pueblito. Con el pasar de las horas, el sol cae sobre nuestras cabezas como si estuviésemos en pleno febrero. Seguimos observando la belleza del trabajo en greda. Ollas, tazas, alcancías de chanchito y librillos son sólo algunos de los objetos que se venden. Artesanos nos cuentan que la alfarería comenzó a trabajarse en el pueblo en siglo XX y era una profesión que era preferentemente de las mujeres. Ya son cerca de las 19 horas y el poco viento que hay logra que nuestro olfato perciba ese rico olor. Un olor que nos transporta a nuestra infancia, cuando nuestros abuelos nos preparaban los mejores platos de campo, el cual nos permitía reunir a toda la familia. Ya la gente se ha ido, el cansancio se apodera de nuestros cuerpos tras recorrer más de dos cuadras de este pequeño pueblo. Un pueblo que nos deja invitados a difundir su belleza, a contar nuestra experiencia, a volver en un futuro próximo para seguir visitando los rincones de esta zona donde artesanía y comida de campo convergen a la perfección.
Bitácora
H
Mi primerTrekking
abía escuchado que el trekking era el deporte de moda y debo advertir que el caminar largas
horas no era algo que me llamara la atención, más aún si llevaba un gran tiempo sin realizar algún tipo de actividad física que no fuera bailar al ritmo del Just Dance. Después de meditarlo por algunas semanas, decidí aventurarme y probar lo que sería mi primera experiencia con el trekking. En mi súper plan fitness lo primero que había que hacer era buscar un buen lugar donde realizar una caminata dentro de Santiago.
Buscando y preguntando, me dieron el dato que en la comuna de La Reina había un parque ideal para la práctica de este deporte… el Parque Natural Aguas de Ramón. Investigué y sí, precisamente este era un buen lugar para iniciarme en esto. Tenía tres circuitos, una cascada, un puente colgante, hermosas vistas del Gra Santiago y un ambiente fitness increíble. Todo parecía perfecto. El gran día D había llegado. A eso de las 8:00 de la mañana comencé tomando un buen desayuno para que la subida no me “pillara” débil y sin nutrientes. El día estaba caluroso así que unas calzas, una polera ligera, mis zapatillas, la botella de agua y mis lentes favoritos me servirían para realizar todo el recorrido de lo más bien. O al menos eso creía. Después de aproximadamente unos 45 minutos llegué al Parque Aguas de Ramón. Familias, celebración de cumpleaños, y deportistas ya hacían fila para inscribirse en la lista de cada ruta; todo como medida de seguridad. Yo ya había tomado mi decisión, mi ruta escogida sería el Paso Los Peumos. Un sendero de 6,6 kilómetros que duraba entre tres y cuatro horas (contado ida y vuelta). El recorrido me ofrecía un puente colgante y pequeñas cascadas por lo que me aventuré en mi primer trekking.
Subiendo a la cima, o ¡eso quería! Con mi agua en mano comencé a subir poco a poco. La respiración aumentaba en mi intento de escalar. Con agua en mano me detuve un poco para calmar mis palpitaciones. Creo que se notaba que hace mucho tiempo no realizaba deporte. Después de unos minutos me detuve. Mientras descansaba aproveche de admirar la belleza de Santiago. El sol iluminaba toda la capital, mientras mariposas volaban alrededor de mí. Definitivamente una buena forma de empezar el día. Seguí uno metros más mi ruta pero ya mi cuerpo no respondía. Dicen que “de lo bueno poco” y mi primera caminata se trató exactamente de eso. Mi entusiasmo sólo alcanzó a llegar a los 300 metros. Me sentí una verdadera “loser” al volver al punto de partida, pero supongo que no podía exigirle más a mi cuerpo en una subida tan empinada. En mi replanificación decidí ir por la ruta básica Canto del Agua, un paseo que dura alrededor de 25 minutos y que recorre el sector bajo del Estero de Ramón. Para alguien que no ha hecho deporte o se está recién iniciando en el trekking es ideal por la baja dificultad. Quizá no tenga un puente colgante o cascadas, pero si se pueden apreciar la belleza de la naturaleza. El sendero es plano por lo que sólo recorrí el pequeño bosque disfrutando de lo que el parque me ofrecía. Pájaros cantaban mientras caminaba, el sonido del río se escuchaba de fondo y la energía del sol hizo olvidarme de mi fracasada subida al cerro. Todo era perfecto, y lo mejor es que logré terminar mi corto primer trekking.
Cuchillos y Tenedores
RM
C
uando se habla de Pomaire, lo más probable es que se se vengan primeramente a la cabeza la greda, las ferias y los puestos artesanales.
Sin embargo, hay muchísimo más que eso en esta localidad, ya que por ejemplo nos encontramos ahí con la empanada más grande de la Región Metropolitana. Entre las característica del lugar están sus platos XL, ya que la empanada de kilo y casi 30 centímetros de largo (que alcanza para cuatro persona) es un buen inicio para comenzar, de aperitivo, una comida abundante que se irá enriqueciendo durante el almuerzo. Si aún queremos seguir probando comidas típicas de la zona, en las diferentes cartas de sus restaurantes se encuentran cazuela en paila, parrilla a la greda, pastel de choclo, entre variados otros platos; éstos, por lo demás, son preparados al momento y cuentan, también, con un tamaño que hacen reflexionar si se desea continuar con esta travesía culinaria.
P O S T R E S
¿Y el postre? Es, por supuesto, a elección,
precios? Son convenientes dada la calidad de
ya que su gran variedad va desde el mote
los platos y su tamaño, ya que en promedio
con huesillos y la leche asada hasta un pas-
un menú para cuatro personas, en que la en-
tel que deja un dulzor tan abundante como
trada es una empanada de kilo, más el plato
los platos de fondo. Sin embargo hay que
de fondo, bebestible individual y postre, bor-
recordar que, al igual que el aperitivo y el
dea los $6.000 por persona. Todo esto hace
almuerzo, se trata de platos XL, lo que per-
que detenerse en Pomaire constituya una al-
mite compartir con alguien el postre.
ternativa más que ventajosa para el turista.
Finalmente, la pregunta del millón: ¿y los
CHILE
360
OUTDOOR & AVENTURA
Actividades al aire libre y atractivos naturales hacen del Parque Tantauco un lugar imperdible a la hora de elegir un panorama diferente. La experiencia es entretenida y llena de aventuras.
Con sus 118.000 hectáreas y situado al sur de la Isla grande de Chiloé, el Parque Tantauco es uno de los territorios con más áreas vírgenes de Chile y uno de los más ricos en biodiversidad endémica a nivel mundial. Este lugar sorprende a muchos por el impresionante número tanto de interesantes ecosistemas como de variadas especies que se pueden observar. más extremo: existen senderos de
muchas especies de aves y, también,
más alta dificultad y larga duración,
no es difícil divisar por ahí, sorpresiva-
que permiten explorar durante varios
mente, a un huillín o coipo.
días el Parque, disfrutando de los re-
Finalmente, para quienes tienen un
Son muchas las actividades aptas para
fugios, acampando, y descubriendo la
objetivo sólo familiar o en busca de la
toda la familia.
flora y fauna local.
naturaleza, el Parque Tantauco ofrece
Están las caminatas por espectacula-
Y si se quiere más de aventura, el lu-
un paseo en lancha por el río. Es de
res senderos y playas, y las visitas al
gar es ideal para la práctica del kayak.
medio día de duración y recorre el río
huerto y vivero experimental. Si se
Tanto los campings de Inio y Chaigua-
Inio, partiendo por el muelle hasta su
quiere imprimir un poco más de aven-
ta cuentan con kayaks sit-on-top do-
nacimiento, lo que equivale a un tra-
tura, el Parque Tantauco ofrece va-
bles para ser arrendados. Con estos es
yecto de 14 kilómetros. La navegación
riadas alternativas de alojamiento en
posible remar por el Lago Chaiguata
permite conocer humedales, aves y
camping, domos o en el Hostal de Inio.
o por el río Inio, donde se observan
fauna nativa, y los impresionantes
Pero se puede experimentar algo aún
bosques inundados.
conozcamos
Re
EL LUGAR OCULTO DE VALPARAÍSO
P
ara conocer la ciudad de Valparaíso es necesario caminar por sus lugares más escondidos, inquirir por su historia a los mismos locatarios, fotografiar cada
uno de sus rincones y construcciones, subir los cerros en sus históricos ascensores y sorprenderse en los miradores que ofrecen una vista privilegiada. De esta forma la llamada Joya del Pacífico descubre su verdadera belleza arquitectónica y su autenticidad. Al poner el primer pie en la avenida Argentina, el visitante se impregna de la cotidianidad de los porteños. Y ahí su característica feria logra atraer a muchos que buscan algún objeto o, simplemente, hurgar y disfrutar de un paseo en familia. No tan lejos se deja ver el Congreso Nacional, edificio que destaca por su gran altura y cuestionada modernidad dentro del casco histórico porteño. A sólo unos pasos, en calle Uruguay, se encuentra el Teatro Municipal donde con-
viven diversas expresiones artísticas. Ya la brisa del mar hace lo suyo y logra atraer
hacia el Mercado Cardonal, que ofrece comida típica chilena. La introducción a la V región ya se ha realizado: ahora sólo queda comenzar a recorrer y contemplar la belleza de sus cerros. Valparaíso es una de esas ciudades que cada vez que se recorre permite descubrir un rincón distinto. Por más que se camine nunca llevará por el mismo circuito. Y ello no es menor si se piensa que el principal puerto del país posee más de cuarenta cerros que logran adornar las calles de la ciudad de forma inigualable e irrepetible, no sólo por sus colores sino por la idiosincracia de sus mismos habitantes. En esas vueltas, y gracias a un porteño, llegamos al Cerro Polanco, cuyo ascensor fue declarado Monumento Nacional en 1976. Locatarios nos habían indicado que para llegar hasta ese extremo de la ciudad es necesario tomar el mini bus 506 que nos dejará a un paso del cerro. Tras unos minutos de trayecto, la solitaria y colorida calle Simpson nos recibe. Al llegar, la vista se dirige directamente hacia una torre amarilla, que nos pareció no haber visto jamás. La torre sin número da paso a un lúdico túnel de 150 metros. Ampolletas de bajo voltaje iluminan
el paso, mientras el cambio de temperatura varía bruscamente luego de apenas unos segundos. El ambiente frío se apodera de cada fibra de nuestra piel. Hasta el momento, la caminata por este oscuro pasadizo logra ser toda una experiencia. Gotas y pequeños velos de agua caen por sus paredes. Cierto eco también se escucha en el camino. ¿Con qué nos encontraremos? Muy luego las puertas se abren hacia una vista privilegiada del puerto de Valparaíso. Diríamos que estamos en uno de los miradores con mejor perspectiva de la ciudad. Ahí, desde la misma cúspide de la torre, se logra admirar el azul del infinito océano Pacífico y las coloridas casas que rodean este anfiteatro natural. El viento sopla fuerte desde esa altura, y ahí se podría estar admirando toda una tarde. Pero no podemos seguir contemplando la belleza de la Joya del Pacifico. Seguimos y una larga pasarela de madera se atraviesa en nuestro camino. Comenzamos el descenso a pie por el sector El Almendral. Durante la bajada es posible observar el arte porteño impregnado en los muros de las antiguas casas. Una identidad que se descubre sólo en esos lugares ocultos, en aquellos rincones desconocidos por muchos, y -cómo señalábamos al principio- a los que sólo se puede llegar cuando se habla con un porteño.
HI EX
ISTORIAS DE XTRANJEROS
Cuando al fin pisé Isla Negra y la casa del vate, aquel lugar sobre el que imaginé cuando tenía 12 años leyendo a Skármeta, fue como si hubiera llegado a la Luna. Más viejo, en mis 27, descendí de la micro que me traía a botes desde Santiago, botes de pura alegría. Para justificar el éxtasis que sentí, me vale con extender una doble razón, de tiempo y distancia. La primera, es el claro ejemplo de cómo el tiempo es almíbar para un anhelo, mientras transcurre, más se conserva la dulzura de éste. La segunda se explica porque siempre viví a unos 15.000 kilómetros de este litoral central, en cierto modo más lejos que la Luna, a la que sí pude ver siempre desde mi ventana. Este anhelo que a mí me llevaba era uno del poeta, que es como decir era un anhelo de un anhelo. Por eso todo lo que recuerdo de ese día está ligado a Neruda, que es decir está ligado al mundo, al mar, a Chile.
Xavier Aristu 28 años España
De la casa, cuantos más pequeños detalles se me oxidan, más seguro estoy de lo impresionante que era, y se me olvidan porque me emborraché con tanta belleza que me hacía darme vueltas para uno y otro lado. Había un ventanal desde el que veía la profundidad del océano, donde se reflejaban cientos de barcos en un embotellamiento imposible y perfecto, botellas de las que seguramente me bebí el licor porque nunca vi tantas musas juntas entre unas paredes, y qué paredes tan sublimes de maderas rectas y curvadas en piedras, que en su inmensidad tienen cada rincón hecho con alma de artesano. Quien ha estado sabe de lo que hablo y también se preguntó “¿Cómo se le habría ocurrido todo esto?”, justo lo mismo que con sus versos. La gente mundana como yo tendemos a buscar explicaciones sencillas. La más inmediata se me ocurrió tras el último habitáculo del tour. Al salir por la puerta, contemplé la naturaleza del lugar, el estallido de esencias que brindan el océano azul, la espuma blanca y el agua hecha sombra negra entre los roqueríos. Recorrí la playa y me senté en las piedras y como en ellas el viento puro e incesante talló mi cara, y lo respiré tal y como lo hacen las plantas y árboles de la verde ladera que tenían por jardín marítimo Pablo y Matilde. Dos amantes de la vida a los que, como debe ser, nunca les faltarán flores en la tumba. Del mundo, del mar y de Chile. Por la tarde me volví a la capital en otra micro. No daba botes, daba saltos, y esa noche dormí de nuevo teniendo 12 años.
DISCOVER
Ghost Tour: un paseo de miedo pero histรณrico
E
n pleno siglo XIX, años en que la cólera y la tuberculosis arrasaban, el Hospital San José constituía una clara señal de muerte segura. Quizás por ello sus instalaciones se en-
contraban al lado del Cementerio General. En la actualidad, sus antiguos pasillos sólo guardan recuerdos y una que otra aparición fantasmal, las mismas que ahora se pueden revivir en uno de los tours más novedosos de la capital. Cuando las penumbras van transformándose en un negro uniforme, apoderándose de los rincones de la ciudad, los fantasmas, las ánimas y los duendes pareciera que encuentran la oportunidad de salir a vagar. ¿Su lugar favorito? Los barrios viejos, como Recoleta, donde se entremezclan dos puntos neurálgicos de la historia de nuestro país: el Cementerio General y, precisamente, el antiguo Hospital San José. Nuestra historia comienza en avenida La Paz, donde el guía, César Parra, prolífico investigador de temas fantasmales y autor del libro “Guía mágica de Santiago”, envuelve a la gente, aproximadamente una treintena de personas por noche, con una buena conversación, mística, humor y cultura. Desde ahí la caravana bordea el camposanto para entrar en las dependencias del viejo hospital. A lo largo del recorrido, el ruido del entorno provoca una mística
muy particular, la que incita a que el miedo se haga más latente y ocasione una interesante simbiosis entre ficción y realidad. A medida que se avanza en el recorrido y se relata la historia del lugar, angustia y adrenalina mantienen alerta al visitante ante cualquier movimiento o sonido. El guía, eso sí, explica que aquello es normal dado el mucho dolor que se vivió en el lugar,
donde murieron aproximadamente unas 180 mil personas.
Cementerio General: más allá de la muerte tras un par de horas de recorrido llegamos al Cementerio General, bajo una luna llena de antología que aparece, poderosa, tras el Cerro Blanco. Poco a poco, el ajetreado ritmo de la capital va cediendo al reposo nocturno, mientras la travesía continúa en este camposanto. Al ingresar alguien murmura la ya clásica frase: “Hay que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos”. El recorrido por los diferentes pasillos del Cementerio General entrega una paz hipnótica. Asimismo, los relatos contados por César, durante el trayecto, reflejan de modo claro y ameno, pasajes trascendentales de la historia de Chile y del mismo lugar. No obstante, esa tranquilidad se ve quebrada al pasar por mausoleos pequeños, donde se cuenta la historia de personajes como la mítica “llorona”. El paseo en un principio parecía como uno más del recorrido. Sin embargo, los comentarios generan una mística diferente, en que los sonidos captados por las grabadoras resultan espeluznantes y generan un enigmático mensaje que puede interpretarse por algunos como llegado desde el más allá.