Vivir a lo Joven

Page 1

Vivir

a lo

Joven Fortalecimiento de iniciativas juveniles en municipios de la Cordillera NariĂąense



Vivir

Contenido

a lo

5Contexto

Familiar

11SituaciónLa

del Joven de Hoy

13Juventudes e Identidad Territorial

16Jóvenes

y sus Derechos

Fortalecimiento de iniciativas juveniles en municipios de la Cordillera Nariñense

19Entorno

7Proceso que Transforma

Joven

15La

Identidad Territorial desde la Mirada Juvenil

22Marginalidad 27Habilidades para la Vida Uso del Tiempo Libre

Social y Económica

25Participación Política en Perspectiva de Construcción de Paz

28Empoderamiento

31Espiritualidad

de Derechos

33Espacios de Encuentro para la Vida


La presente cartilla fue elaborada por: Servicio de Pastoral Social Vicaría San Juan Bautista SEPASVI - Diócesis de Ipiales Con el apoyo de: ACNUR Ocina Pasto Financiado por: UNIÓN EUROPEA Agradecimientos especiales a: FASTENOPFER Caritas Noruega Coordinadora SEPASVI: Elena Ascuntar Zarama Coordinador del proyecto SEPASVI-ACNUR: Jairo Díaz Equipo SEPASVI: Aracelly Benavides Magaly Salas

Equipo responsable de la elaboración de la cartilla: Coordinación General: Juan Pablo Villota Villarreal Asesoría Pedagógica: Rosa Evira Díaz López Fotografías: Flavio Velázquez y Equipo SEPASVI Diseño y diagramación: Víctor Hugo Larrañaga


Contexto El proceso de Fortalecimiento de iniciativas juveniles en municipios de la Cordillera Nariñense, desarrollado por el SEPASVI abarca los municipios de Cumbitara, Santacruz Guachavés, Providencia, Los Andes, La Llanada, Samaniego, Linares y Ancuya.

SEPASVI, Servicio de Pastoral Social de la Vicaría San Juan Bautista, lleva 15 de años de trabajo en la región y nació como una respuesta de la Iglesia Católica local frente a los dicultades que vivía y aún padece la región fruto del histórico abandono estatal, el incremento del conicto armado y la presencia de cultivos de uso ilícito que poco a poco fueron deteriorando el tejido social de la región. Los efectos constantes y visibles como el desplazamiento, el connamiento, víctimas de minas antipersonales van de la mano de otros no tan visibles pero igual de impactantes como el miedo, la desconanza, la pérdida del sentido de la vida y la ruptura de los valores esenciales que identicaban a esta región. Estos fenómenos han ido afectando de manera continua y gradual a las comunidades tanto de las cabeceras municipales como de las veredas; estos hechos son más patentes en la población juvenil que en muchos casos ha sido invisibilizada y poco atendida por parte de las instituciones y organizaciones sociales.

DATOS

Nariño, de acuerdo con los datos del DANE, posee una población aproximada entre los 12 y 17 años de 200.373 personas.


Muchos de los jóvenes que hacen parte del proceso de iniciativas juveniles, han sido afectados directa o indirectamente por el conicto armado, la presencia de cultivos de uso ilícito, el desplazamiento, los actores de la guerra y en general por el abandono histórico en regiones como la que atiende el SEPASVI. Los jóvenes y señoritas han tenido que presenciar en forma silenciosa, sin mucha atención, los efectos de los fenómenos antes descritos y han asimilado nuevos parámetros de conducta trastocados por los escenarios de conicto cercanos a ellos.

La población joven del departamento, entre los 18 y 28 años, es aproximadamente de 330.546 jóvenes.

DATOS

Dinámicas ahora presentes en el territorio, como el peligro por la vinculación a grupos armados no estatales, el aumento en el consumo de sustancias psicoactivas, en especial alcohol, tabaco y marihuana, rompimiento de sus entornos protectores, violencia de género, entre otros unidas al desconocimiento de la problemática juvenil, la falta de política públicas concretas y ecientes ubican a los jóvenes de la región en un alto grado de vulnerabilidad. SEPASVI ha procurado a través de sus intervenciones y del apoyo solidario de instancias de Cooperación Internacional como ACNUR, FASTENOPFER y Caritas Noruega consolidar unas constantes alianzas de esfuerzos institucionales y sociales para atender las demandas y brindar oportunidades de equidad en el acceso a los derechos y servicios que requieren los jóvenes.


Proceso que Transforma Los últimos años, nuevos y desaantes enfoques han ido apareciendo en torno a la juventud, todos ellos con un mismo propósito: ¿cómo realizar acciones sin daño?, ¿cómo comprender las múltiples y maravillosas formas en que la vida de las y los jóvenes se expresa?. SEPASVI ha buscado encontrar conjuntamente respuestas a estos nuevos retos.

El proceso ha tomado como enfoque principal la comprensión que las juventudes son una categoría en permanente construcción, a partir de la temporalidad que representa en el tiempo esta etapa de la vida. Su segundo enfoque ha sido la mirada de la diversidad y la heterogeneidad que alberga a los jóvenes, de tal manera que no es posible encasillarles en modelos únicos, en categorías únicas o en soluciones únicas. Un tercer enfoque parte del análisis de pensar que las juventudes no son una categoría aislada de la sociedad, sino que ellos se encuentran inmersos en la red de relaciones y de interacciones sociales múltiples y complejas. Para SEPASVI ha sido enriquecedor contar con múltiples miradas interdisciplinares e intersectoriales que le ha permitido un mayor acercamiento a su realidad y a la forma de hacer por y con las juventudes. El Equipo de trabajo ha entendido que el enfoque ideal para cada situación lo da el contexto, lo dan los mismos jóvenes. No hay un solo enfoque, como no hay un sólo camino.

?

DATOS

Un enfoque es una herramienta metodológica o una estrategia que anima; lo fundamental lo ponen las personas y hace parte del equipamiento que va de la mano que despliega el tallerista o el animador del proceso.


Existe la inquietud cuando se trabaja con juventudes de determinar ¿cuál es la mejor metodología de trabajo? ¿Cuál es la receta perfecta para que los resultados aoren, sean perceptibles y causen impactos reales?

Ÿ Ser humanizante, importa la persona por

SEPASVI ha entendido que así como no hay un enfoque único tampoco puede existir una metodología única que indique el camino a seguir para lograr las metas propuestas. Pero lo que sí es importante es que la metodología a utilizar guarde coherencia entre los pasos, los objetivos y la pedagogía. A esto le llamaríamos criterios,

Ÿ Personalizante y no masicador, la calidad

No se puede hacer una amalgama de actividades sin un horizonte pedagógico y metodológico ya que termina confundiendo a los participantes y perdiendo esfuerzos valiosos. Los criterios metodológicos con los que ha trabajado el SEPASVI el proceso de acompañamiento han sido los siguientes:

encima de todo Ÿ Abierto, tanto a las posturas como a las

propuestas

sobre la cantidad Ÿ Pluralista, como proceso incluyente y

constructivo Ÿ Concientizador, no es un espacio sólo para

pasarla bien Ÿ Renovador, quien participa debe sentir

cambios positivos en su vida. Ÿ Crítico, impulsar una reexión sobre el

estado actual de su entorno y el deseado. Ÿ Acogedor, ayudar a encontrar razones para

vivir y soñar Ÿ Dialogal, por encima de la autoridad y la

imposición de posturas


Durante este proceso, se pueden determinar algunos saberes y actitudes que pueden servir de orientación a la hora de acompañar los procesos juveniles: · El proceso debe responder al momento que viven los jóvenes y adolescentes. Debe pensarse desde los participantes y no al revés. · El proceso está determinado por el contexto social, cultural, político, económico, ambiental y religioso que viven sin dejar a un lado ninguna de estas variables. · Repensar continuamente las prácticas en función de poder innovar que resulten más ecaces a la hora de generar reales efectos en la población juvenil. · Entender los procesos juveniles desde la temporalidad y movilidad de quienes participan. No siempre serán jóvenes ni siempre estarán

ellos en un mismo lugar. · Los impactos reales del proceso se podrán observar a futuro. Lo que les va sucediendo a los jóvenes cuando se encuentran con la posibilidad de generar espacios juveniles coordinados con su participación activa se ve reejado en sus roles como personas adultas con posterioridad. · Entender a las juventudes como agentes activos de desarrollo y cambio. Darle voz a las juventudes para que desarrollen sus propias iniciativas desde su propia mirada y no desde la que determinan los adultos. · Valorar plenamente la orientación de joven a joven. Por una parte implica creer en sus capacidades y criterios y por otra potencializar sus propios testimonios de vida como referentes.


Ÿ “Desescolarizar” los procesos de formación. “Salir del aula” como espacio

privilegiado del conocimiento y adentrarse a la investigación y la acción participante. Ÿ Provocar la reexión por parte del acompañante y no hacerla. Ÿ Problematizar la realidad, poner en duda lo que parece está

autodeterminado. Ÿ Garantizar espacios de encuentro entre jóvenes, y entre jóvenes y adultos.

Los mismos son sumamente importantes en tanto el reconocimiento del potencial de cada joven en particular, siendo ellos los protagonistas de sus propias historias y logros en los procesos de transformación y movilización social. Ÿ Generar procesos de intercambio entre jóvenes. Para ello son útiles los

encuentros, convivencias, talleres, campamentos que les permite por una parte ampliar su horizonte social y por otra reconocer sus propias capacidades y trabajar sus limitantes. Ÿ Valorar abiertamente sus horizontes espirituales como motor de su

existencia sin caer en juicios moralizantes o de rótulos que les impidan encontrarse consigo mismo y con lo que para ellos representa o signica lo trascendente. Eje fundamental del proceso es propiciar espacios de seguridad y afecto que permitan fortalecer sus capacidades de encontrarse con el mundo, afrontar los fracasos y éxitos con serenidad. Un proceso que genere una capacidad de acoger las angustias y necesidades de quienes participan.


Las dinámicas que ha sufrido el territorio donde se ubica la Vicaría San Juan Bautista han ido cambiando los imaginarios, sueños y valores que existían entre las juventudes.

La

Situación del Joven de Hoy

Estos nuevos escenarios impuestos por el conicto armado, la presencia de cultivos de uso ilícito, la creciente inuencia de las nuevas tecnologías entre otros fenómenos generan transformaciones territoriales, no solo físicas, sino también sociales, económicas y culturales que afectan directamente a la población juvenil. Poco a poco el mundo que vivieron las anteriores generaciones ha ido perdiendo sus tonalidades e identidades propias. La región era un territorio marcado más por las interacciones del mundo rural. Cuando hablamos de lo rural, hay muchos conceptos e investigaciones sobre lo que puede representar o signicar. En esta publicación lo vamos a determinar por la inuencia de lo rural sobre la vida cotidiana y por la densidad poblacional. Las juventudes de este territorio no son ajenas a las realidades cambiantes; por el contrario, su forma particular de apropiarse y vivir el territorio se afecta en la medida en que sus prácticas cotidianas y dinámicas grupales se alteran, se limita la movilidad en los espacios que antes eran de libre acceso y las identidades territoriales comienzan a recongurarse.


Las juventudes de los territorios rurales sigue al margen de los intereses institucionales y sociales, es muy poco atendida y por ende sigue persistiendo un desconocimiento de sus realidades y dinámicas territoriales; más aún cuando se percibe un proceso acelerado de expansión urbana, que transforma y recongura las prácticas sociales y culturales y, por ende, las identidades juveniles de zonas como las de la Vicaría. Por lo tanto, el trabajo que desarrolla el SEPASVI procura que los contextos hablen de estas nuevas representaciones sociales y que las instancias institucionales y sociales aborden los fenómenos de la realidad, con el n de saber más sobre la situación de las juventudes de hoy, de qué manera la interpretan y de qué modo responden a las demandas sociales de este sector poblacional. Esta publicación tiene como objetivo reconocer las voces, las interpretaciones y las respuestas de las juventudes sobre los fenómenos que rápidamente ha transformado las dinámicas territoriales, al igual que poner en evidencia una realidad que está afectando el tejido social y cultural de los territorios rurales no bajo las respuestas academicistas sino las propuestas comunes que surgen de la construcción colectiva que SEPASVI ha venido impulsando.

DATOS

Muy frecuentemente se utiliza el termino ADOLESCENCIA en sentido de entender que es una etapa de la vida en donde “se carece de”. La hemos escuchado, aprendido y repetido cientos de veces de esa manera. Pocos nos cuentan que adolescente, que viene del latín adolescere, significa comenzar a crecer, comenzar a nutrirse, esto es, potencia viva.

?


DATOS

Juventudes e Identidad Territorial

La exclusión generacional crea una situación de “limbo social”, por lo cual los jóvenes tienen derechos nominales pero no los pueden ejercer.

Comúnmente la denición de juventud ha sido determinada por la edad, desconociendo factores tan importantes como son los contextos social, cultural, geográco, de género, etnia y clase social, que determinan la condición de las juventudes –en plural–. Para el sociólogo Roberto Brito “la juventud tiene diversas formas de manifestarse y sólo una de ellas es su duración; se deben agregar diversas variables como la clase social, el género, la región y el momento histórico” (Brito, 1996: 4). El territorio es una construcción social y no un espacio que se pueda ver, tocar o delimitar a primera vista; por lo tanto, como construcción social, da lugar a que se tejan relaciones sociales entre los distintos grupos y actores que lo habitan y por ende se tejen diversos tipos de relaciones: poder, cooperación, solidaridad, etc. Las juventudes de los territorios de contextos rurales no cuentan con las mismas oportunidades ni con las condiciones necesarias para vivir su vida a plenitud; en los contextos rurales las y los jóvenes sufren las consecuencias de la exclusión y la marginación, por tanto, su reconocimiento y espacio social se pierde, se estrecha o lo viven de manera deciente.


Las sociedades no son estáticas, siempre se encuentran en constante movimiento y cambio, lo que permite la interacción cada vez más directa con otras culturas y modos de vida. Estos cambios se han acelerado en los últimos años debido al proceso de globalización y a la expansión de las nuevas tecnologías, que inevitablemente tienden a recongurar las identidades. A veces en el imaginario existe la tendencia a pensar que este tipo de procesos se pueden frenar, evadir o mantener al margen de los mismos. En este sentido, Ludwing Huber considera que “la globalización es un proceso irreversible que tiene múltiples facetas contrapuestas y que destruye, pero a la vez reconstruye formas de identidad cultural” (Huber, 2002: 18).

El concepto de identidad ha tenido un signicado de pertenencia a un territorio determinado, así como el hecho de compartir tradiciones, valores, símbolos, prácticas, etc., que van creando una “noción de pertenencia”. En este sentido, la identidad territorial concibe aspectos propios de las comunidades, que se ven reejados en la idiosincrasia, la pertenencia, la vocación del territorio, las prácticas cotidianas familiares, laborales, recreativas, etc., las que, en el caso de la Vicaría San Juan Bautista, están siendo reconguradas.

Generalmente las juventudes están más abiertas al cambio y son, en su mayoría, quienes propician la reconguración de las identidades donde pueden existir juntas las prácticas tradicionales con las nuevas tendencias culturales. La pregunta que cabe es ¿qué tanto la sociedad se viene preparando para afrontar estos cambios y ofrecer respuestas positivas a las nuevas generaciones?

DATOS

La nueva Ley de Juventud en Colombia (Ley 1622 de 2013) entiende por joven a las personas entre los 14 y 28 años de edad. Con la nueva norma se expide el Estatuto de Ciudadanía Juvenil y se reemplaza la Ley 375 de 1997 o Ley de Juventud.


La Identidad Territorial desde la Mirada Juvenil A pesar del progresivo proceso de envejecimiento de la población colombiana, los jóvenes siguen siendo un grupo poblacional importante y con muchas capacidades de aportar a la innovación de sus regiones. Sin embargo, este grupo poblacional -en especial, entre los más vulnerables- descubre en sus propias palabras que en ellos hoy en día se concentran problemas de exclusión, falta de oportunidades, reproducción de la pobreza.

DATOS

La población joven colombiana para el año 2015 (entre 14 a 28 años) representaba el 21% del total de la población del país.

Las juventudes observan que en medio de sus comunidades padecen altos índices de muertes violentas y menores expectativas de vida por el aumento de las conictividades sociales y su escasa transformación positiva. Muchas están marginadas de la ciencia y la tecnología, el trabajo, la participación política, la recreación y las posibilidades de expresión, convirtiéndose así en el "caldo de cultivo" para su ingreso a los diversos circuitos de ilegalidad: grupos armados (guerrilla, paramilitares, delincuencia común), redes del narcotráco y contrabando, prostitución, etc. En 2013 se aprueba la nueva Ley de Juventud, estableciendo un sistema institucional para el diseño, la implementación y la evaluación de la política pública de juventud, la creación de mecanismos de protección de los jóvenes y de participación de la sociedad civil en la gestión, a través de diversas modalidades operativas. Sin embargo, los asuntos de juventud no han logrado entrar aún en las agendas públicas. El gran desafío es tomar conciencia del protagonismo de las juventudes y potenciar la visión de y sobre ellas como "sujetos de derechos", para el ejercicio pleno de la ciudadanía y el establecimiento de garantías sociales e institucionales, el respeto y cumplimiento de sus derechos fundamentales.


Jóvenes y sus Derechos

Las juventudes carecen de muchas oportunidades, servicios de educación y de salud, empleo, viven en hogares con diversas necesidades que van desde lo económico pasando por la posibilidad de tener espacios de diálogo y afecto. Varias veces sus derechos son desconocidos o relegados a un segundo plano por un mundo regido por las decisiones de los adultos. La lucha por los derechos por parte de los mismos jóvenes no tiene que ver con la rebeldía que plantean las personas como característica principal de estos. Por el contrario es su manera de ser tomados en cuenta en la participación ante la sociedad. Es una nueva forma de participación ante la sociedad y el estado para la promulgación de sus derechos de inclusión en la toma de decisiones del Estado. Entre sus principales derechos están: El derecho a la autonomía. Gozar de los medios de desarrollo y de ejercer progresivamente las responsabilidades que le permitirán el acceso a la autonomía y su participación en la sociedad. El Derecho a la Identidad como Joven. Ser considerados como un grupo especíco, con sus valores propios y con un rol en la sociedad y no como un agregado más de la misma.


El derecho de amar. Elegir sus amigos sin discriminación de clase, de sexo o de raza bajo la orientación de sus padres frente a los peligros pero sin la censura. El derecho a ser amado. Ser respetado, comprendido y amado por su familia. El derecho a ser escuchado.Expresarse libremente, el derecho a ser escuchado y considerado, aún si su opinión diere de la de los adultos. El derecho a ser informado. Recibir una información objetiva con relación a las realidades de nuestra sociedad sin los sesgos impuestos por los adultos. El derecho a la participación. Organizar actividades, de participar en ellas y de comprometerse libremente en ellas en su escuela o en su barrio de forma efectiva y constructiva. El derecho a la vida escolar. Una vida escolar estable, lo mismo que a un horario equilibrado que le permita tiempos libres necesarios para las actividades e intercambios entre estudiantes y profesores. El derecho a oportunidades iguales. Una educación no selectiva y no competitiva. El derecho al trabajo. Un trabajo conforme con sus capacidades y sus aspiraciones.


El derecho a la inexperiencia. Poder acceder a un medio de trabajo sin experiencia condicionada o anterior. El derecho al error. Cometer errores y de corregirse de ellos. EL derecho al tiempo libre. Tener en su medio un lugar que le permita dedicarse a un tiempo libre constructivo El derecho a la ser parte de la construcción social. Participar en la elaboración de las leyes que le conciernen y de ser respetado por las fuerzas del orden.

El derecho a la protección. Ser protegido contra toda suerte de manipulaciones: publicidad, adoctrinamiento, experimentaciones diversas (cientícas, educativas, etc.). El derecho a los valores espirituales. Elegir, de vivir y de expresar sus valores espirituales sin oposición de los Estados. El derecho a la solidaridad. Crecer en un espíritu de paz y de solidaridad, y de tener ante sus ojos ejemplos de compartir y de ayuda mutua que le inviten a construir un mundo más fraternal.

DATOS Consejos de Juventud en Colombia: · Actúan como interlocutores ante la administración y las entidades públicas para los temas concernientes a la juventud. ·Proponen a las respectivas autoridades los planes y programas necesarios para hacer realidad el espíritu de la Ley de la Juventud. · Cumplen la función de veedores en la ejecución de los planes de desarrollo, en lo referente a juventud. · Establecen canales de participación de los jóvenes para el diseño de los planes de desarrollo. · Fomentan la creación de organizaciones y movimientos juveniles. · Eligen representantes ante otras instancias de participación juvenil, y · Adoptan su propio reglamento.


Para el joven este tipo de relaciones familiares, en especial con sus padres le parece que es signo de despreocupación por su existencia, y comienzan a darse rupturas y vacíos que peligrosamente pueden ser suplidos por otros espacios externos al ambiente familiar. Las juventudes, en especial los adolescentes, requieren de entornos seguros para poder desarrollarse como personas. Entre esos espacios el más vital sigue siendo la familia.

Entorno Familiar Las y los jóvenes, de esta zona del departamento tienen fuertes arraigos al núcleo familiar y apego por su terruño y hogar. Sin embargo, el grupo familiar se puede mostrar con pocas relaciones de afecto o habilidades para generar climas de seguridad comunicarse entre las generaciones –adultos-juventudes- y suelen reemplazar por actividades con escasa posibilidad de integración real del grupo familiar.

La familia es la unidad básica y debe educar con normas y límites, ejerciendo una autoridad afectiva, compartida y responsable. Es la entidad idónea como transmisora de factores protectores para las juventudes.


DATOS Hoy las familias se construyen de diferentes maneras, siendo superada la gura de la familia nuclear; existen grupos familiares en los que por razones económicas, conviven varias generaciones, compartiendo espacios, gastos e incluso responsabilidades (familia extensa); grupos en los que sólo existe un progenitor: máxima autoridad y responsable económico (familia monoparental); familias denidas por la presencia de hijos adoptivos (familia adoptiva); otras, donde las guras parentales conforman una familia después de haber disuelto un vínculo (reconstituidas) o bien, las familias alternativas, formadas por nuevos tipos de relación interpersonal como tíos y sobrinos, abuelos y nietos, etc.

Cualquier intervención con jóvenes, sin importar sus características y alcance, debería incluir a sus familias. Las familias no pueden seguir siendo las grandes ausentes en nuestras intervenciones.

Hay que dejar en claro que el tipo de construcción familiar no es en sí mismo un factor de riesgo. El riesgo surge de la incapacidad de sus miembros para adaptarse a las reglas de convivencia, a que cada uno asuma su función y su responsabilidad y al tipo de disciplina, conanza y afecto que exista. La falta de espacios afectivos, dialogantes y participativos se convierten en factores de riesgo para la vida de las juventudes lo cual les puede llevar a buscar respuestas a la vida en lugares ajenos a la familia o la escuela. Es aquí donde otras manifestaciones sociales aparecen y se hacen participes, acogiendo el pensamiento de un joven que busca una identidad, la cual no puede desarrollar en su principal eje social (familia) y pronunciarla ante la sociedad.


Conocer y compartir espacios de interés. El SEPASVI ha generado procesos en donde se puedan fortalecer las relaciones al interior de las familias propiciando espacios de encuentro y diálogo, pero sobre todo apoyando la generación de habilidades comunicacionales tanto por parte de los jóvenes como de sus padres o adultos responsables. “Romper el hielo” intergeneracional a partir de espacios mutuos de interés familiar ha sido una experiencia exitosa. Son espacios donde el joven comparte sus sueños y frustraciones y los adultos sus preocupaciones y metas. “Desarrollar habilidades”. Denitivamente el incentivar el diálogo ayuda a mejorar la

comprensión mutua de todos y cada uno de los miembros de la familia. “Involucrar a los grandes”. Otro aporte es involucrar a la familia en las actividades que realizan las juventudes; a veces el simple permiso para asistir a un evento no es suciente, se observa que es necesario que existan espacios para que los padres y tutores conozcan los ambientes en lo que se desenvuelven y se derriben prejuicios generacionales que ayudan a prevenir los escenarios de riesgo a los que se ven abocados los y las jóvenes. SEPASVI se ha propuesto acompañar a las juventudes y construir experiencias signicativas para sus vidas desde su idea de familia pero, ante todo, desde la familia en que nacieron y viven y no desde un


No cabe duda que las juventudes en Colombia y especialmente en nuestra región viven grandes retos. Por lo tanto es importante que en los procesos juveniles se tengan en cuenta los ámbitos especícos que condicionan la identicación de las realidades, los modos de comprender y sentir, las contradicciones y los conictos a los que se enfrentan, los objetivos e instrumentos que se privilegian. Cada día son más las juventudes que están por fuera de los servicios y los programas educativos, de salud, de preparación e intermediación para el trabajo, de acceso al mundo de la cultura, la ciencia y la tecnología, a las posibilidades de la expresión artística, a la recreación y uso creativo del tiempo libre.

Marginalidad Social y Económica No existe el joven "típico" colombiano, es una abstracción que pronto se deshace entre las singularidades regionales; así que no existe el “modelo” de joven a seguir en el departamento e incluso en la misma región. La heterogeneidad es una máxima a tener en cuenta a la hora de adelantar trabajos con las juventudes.

El reto inicial parte de la realidad de que una gran parte de las juventudes de esta región se enfrentan todos los días al desafío de sobrevivir y encontrar un lugar en el mundo. Padecen de la marginación social y económica que les impide construir su “propio nombre”. Muchos carecen de una alimentación suciente y nutritiva, de servicios de educación y de salud, de empleo, y viven en familias con precariedades. Están expuestos al trabajo infantil, a modelos externos que favorecen la delincuencia, la prostitución y el consumo de drogas baratas.


¡Debemos ir a ellos y caminar con ellos!

emprendieron procesos de encuentro y reconocimiento social.

Es un deber el conocer a los jóvenes y permitirles que se reconozcan. Quienes en las regiones detentan los diferentes poderes sociales, económicos, políticos y culturales deben conocerlos realmente en vez de creer que los representan, acompañarlos en sus vidas y sus afanes, con el n de ayudarlos a ser rebeldes y pelear por ideales.

Todo comienza con la movilización sobre lo que a los jóvenes les afecta y desde ahí intuyeron que temas pueden despertar interés. En un dialogo abierto, permanente y de mutuo respeto, sin imposiciones.

La Casa del Joven en Sotomayor Cada que los jóvenes desean encontrarse han descubierto en el proceso del Comité de Pastoral juvenil de Los Andes Sotomayor el espacio ideal para hacerlo. Son varios años del proceso iniciado en la Parroquia por iniciativa de padres de familia, jóvenes y apoyada por varios párrocos que preocupados por la situación de abandono y desconocimiento de las situaciones de riesgo en las cuales se encontraban


De pronto ahí está la clave de este proceso que ha desembocado en la conformación de un espacio propio como es la Casa del Joven, en donde ellos y ellas pueden compartir, interactuar sanamente y fortalecer sus liderazgos como jóvenes que a la vez van siendo reconocidos y aprovechas por otros espacios e instituciones presentes en el municipio y sus alrededores. Hoy la Casa y los integrantes del Comité de Pastoral Juvenil se autorreconocen y validan el espacio donde los y las jóvenes del municipio lo pueden apropiar y aprovechar. SEPASVI ha apoyado el proceso de formación de sus integrantes y ha contribuido con el fortalecimiento del este espacio, sobre todo con el apalancamiento de capacidades al interior de sus integrantes para que sean ellos quienes posteriormente continúen con la sostenibilidad de la Casa a través del empoderamiento, visibilidad y gestión de sus acciones y benecios.

Incontables jóvenes del municipio de Los Andes se enfrentan todos los días al desafío de vivir y encontrar un lugar para desarrollarse como jóvenes. La casa ofrece servicios de recreación, capacitación, encuentro, aprovechamiento creativo del

DATOS


Sin lugar a dudas es necesario involucrar a las juventudes en la participación política y que la usen como una herramienta que tienen para promover sus derechos y garantizar la legislación que les reconozca y apoye. Por otra parte la mayor y efectiva participación de las juventudes en los ámbitos de la vida pública y la participación política pueden permitir a nuestra sociedad colombiana garantizar el tránsito hacia una sociedad más incluyente, pacíca y respetuosa de las diferencias. La resolución del conicto social y armado que atraviesa el país es un reto enorme que la generación actual de jóvenes puede asumir de manera innovadora y creativa; deben ser los nuevos líderes de una sociedad que se cimenta sobre el respeto al otro, el uso de la palabra y el diálogo como una herramienta de transformación positiva de los conictos.

Participación Política en Perspectiva de Construcción de Paz Para muchos colombianos, y entre ellos las juventudes, la participación política se reduce muchas veces a la elección de autoridades en lo local, regional y nacional y pare de contar. Y si a ello le agregamos que las juventudes que pueden hacerlo no suelen votar ni les importa porque no sienten suya la política que existe en su región, por consiguiente, muchos pueden ser acarreados precisamente por los culpables de la vida que llevan, si les resuelven algunas de sus necesidades más urgentes.

Los procesos participativos desarrollados en la Vicaría San Juan Bautista se pueden encontrar desde dos esferas. La primera es la esfera de la acción colectiva, en la cual por medio de organizaciones sociales compuestas por jóvenes (no importa si son de carácter transitorio) se canalizan procesos de demandas, exigencias reforzados por la acción conjunta de sus integrantes. La otra esfera es la pública, en la cual se vela por una realización del interés común, por medio de los mecanismos y canales institucionales como los Consejos de Juventud.

DATOS

Cuando las juventudes participan y lo hacen como sujetos transformadores, legitiman en sus contextos mecanismos diferentes e incluyentes que permiten evidenciar un compromiso político y social. Sus acciones hacen parte de acciones colectivas de manera intencionada en busca de metas y logros específicos que deben ser escuchados y atendidos.


Muchos podrán pensar que una marcha o un dibujo no cambian nada, pero todo puede transformarse cuando cada persona hace dentro de sí mismo una pequeña revolución por el cambio.

La semana por la paz En todos y cada uno de los municipios y parroquias que conforman la Vicaría San Juan Bautista se ha impulsado e institucionalizado la celebración de la Semana por la paz en la primera semana de septiembre. Dentro de ella se realizan un sin número de actividades a través de las cuales se busca fortalecer una cultura de paz y transformación pacíca de los conictos. En una región en donde el conicto armado y la imposición de nuevos modelos de vida a causa de las economías ilícitas generadas por la cadena del narcotráco, la Semana por la Paz se ha convertido en una de las pocas manifestaciones de la sociedad civil que rescata la capacidad de las comunidades por transformar los hechos negativos en acciones cargadas de solidaridad y esperanza. Y dentro de cada actividad de la semana por la paz quien ha cobrado un papel preponderante y visible son las juventudes. A través del arte, la pintura, el deporte, los encuentros, las marchas y otras manifestaciones más los y las jóvenes maniestan su deseo por construir una sociedad diferente a la que les ha tocado vivir.

El arte, el juego y la manifestaciones simbólicas como las marchas son puertas de entrada para formar juventudes proactivas y dispuestas a construir una sociedad en paz. Es a través de estos lenguajes que ellos exploran, crean y reexionan sobre sí mismos desde la razón y la emoción.


El SEPASVI ha abordado el tema del uso creativo del tiempo libre como un eje central en el desarrollo integral de los y las jóvenes que participan en el proceso. El proceso advierte cómo una juventud privada de tiempo de juego, empobrecida en las posibilidades de aprendizaje, limitada de espacios, contextos y apoyos para el buen desarrollo personal y en trabajos que permitan algún grado de autorrealización es una juventud que ha perdido la valía de esos años. En la juventud, el tiempo libre es de suma importancia porque como bien sabemos, es una etapa de la vida en la cual el individuo está logrando formar su identidad y el manejo de estos tiempos suele ser crucial en su desarrollo personal y social.

Habilidades para la Vida Uso del Tiempo Libre DATOS

Es mejor no hablar de juventud sino de juventudes: ya que son muchas, diversas, multiformes, creativas, transitivas y la idea es que todos y todas quepan y participen.

El tiempo libre ocupa un lugar especial, debido a la inuencia que el mismo tiene en la maduración de la personalidad e integración social del joven. Es un espacio que se debe valorar positivamente y abarcar actividades productivas y provechosas, necesarias para desarrollar las propias cualidades y obtener habilidades. No existe una guía para saber cómo ocupar creativamente el tiempo libre, todo depende del contexto social, económico y cultural en el que está inserto el joven. En la utilización del tiempo libre existe el riesgo que muchos jóvenes lo empleen con nes que pueden ser poco claros para su vida, llevándolos a la pereza y desorganización. Pero sí es necesario considerar un aspecto relevante, como es la cultura del consumo que nos impulsa a emplear nuestro tiempo libre con el único n de consumir, vaciando de contenido a este valioso momento, siendo que el tiempo libre, debería estar destinado a favorecer el desarrollo de la creatividad y la reexión.


La participación política por parte de las juventudes se ha convertido en una doble acción, por una parte se les empodera en la construcción de entornos democráticos, dialogantes e incluyentes y a su vez es un medio para la transformación pacíca de los conictos sociales que han tenido que experimentar.

Empoderamiento de Derechos

La participación política juvenil, entendida como un proceso social, que radica en la "la posibilidad que tienen los ciudadanos de incidir en el curso de los acontecimientos políticos" (Sabuceo, 1998); es decir, las acciones que realizan los jóvenes para incurrir en los asuntos del Estado, y en el ámbito político, social y cultural en el que están inmersos, se logra a través de los mecanismos establecidos por el Estado o que son creados y legitimados por ellos mismos como son los movimientos, colectivos, grupos, etc. Una situación y un escenario de apertura política en el cual como jóvenes preguntamos ¿Cuáles son los mecanismos existentes para que la situación actual cambie? ¿Cuáles se pueden crear?¿Quién o quiénes pueden hacer algo para mediar la diferencia, para contrarrestar la intolerancia? ¿Cómo generar nuevos espacio de convivencia?. Aunque no se requieren respuestas inmediatas a estas preguntas, sí se quiere evidenciar la importancia de los jóvenes en la construcción de ciertas formas de relaciones sociales y políticas, que minimizan las expresiones de injusticia y marginación que tienen que vivir.


Ese mundo juvenil se convierte en un actor potencial del cambio, un actor cada vez más político y no politizado; esto no sucede desde la pertenencia a un partido político, o desde los consejos locales, o desde su participación en las elecciones. La participación como “actor político” contribuye a que el joven reconozca al otro como un igual porque diere y contradice, valore el cuerpo como parte de la expresión simbólica, se involucre en la vida local como una base para pensar lo global, a que construya desde la diferencia y no que destruya al otro porque diere. La juventud asistió al más estruendoso derrumbe de las ideas políticas. Para muchos, nacidos y crecidos al estricto cuidado de sus padres en burbuja de cristal, no existe lo político, no porque no crean en la política, sino porque, simplemente, no hace parte de su lenguaje, de su memoria. Por otra parte, esta participación está caracterizada por las causas sociales, puntuales o momentáneas, por el uso signicativo de las Tecnologías de Información y las Comunicaciones TIC. (tecnoparticipación, tecnopolítica) y de otros medios alternativos de comunicación; así mismo, por sus marcadas manifestaciones estéticas o desde lo estético (artísticas, simbólicas, antropomórcas).


El SEPASVI ha impulsado la realización del Concierto por la paz como una manera de visibilizar los valores artísticos que están presentes en los jóvenes y que contribuyen en la construcción de una paz verdadera. Desde hace algunos años, en el marco de la Semana por la Paz, el SEPASVI convoca a las diferentes parroquias que conforman la Diócesis de Ipiales para que los jóvenes que tienen talentos musicales participen del evento. La respuesta ha sido amplia y demuestra por una parte el deseo que tiene los jóvenes por mostrar sus capacidades y talentos y por otra la necesidad de crear más espacios que contribuyan al uso creativo del tiempo libre. El concierto más que un concurso se va convirtiendo en el encuentro de las juventudes y la demostración que con voluntad, iniciativa y perseverancia se pueden realizar acciones creativas, constructivas y de integración que tanta falta hacen y que las comunidades reclaman.

DATOS

Está demostrado que la música es constructora de imaginarios comunicacionales y puede ser un gran motor para la construcción de nuevos imaginarios sociales porque para muchos es más fácil sentir e imaginar que explicar o definir un tema, asunto o hecho que acontece.


Las juventudes han experimentado los cambios o incluso las caídas de paradigmas como la familia, la escuela, el amor y de igual manera lo hizo el de la fe fundada en una sola manera o un único camino.

Espiritualidad

Muchas juventudes, sobre todo en las ciudades, desencantadas de no encontrar espacios prácticos para su realización se despidieron denitivamente de cualquier idea del Dios cristiano, otros lo han reinventado en su corazón y lo han reubicado en su existencia, y algunos más lo aceptan pero lejos de toda congregación o credo ocial. Lo cierto es que para muchos jóvenes la relación con lo trascendente, con Dios, es quizás lo más vital que pueden encontrar y los espacios que ofrecen las parroquias son quizás los únicos existentes en medio de sus comunidades. Acaso sólo después del fútbol, el movimiento espiritual es el único capaz de llenar plazas y estadios. A la par que se produjo la aparición de las más diversas formas de entender el sentido de trascendencia, la vivencia de la fe o de la espiritualidad se viene presentado el encuentro y la defensa del Planeta Tierra y sus seres vivos; la meditación, el yoga, o los ejercicios espirituales; la sana alimentación, los retiros, la sanación, los cursos de liderazgo y superación personal, la programación neurolingüística, entre otras.


En denitiva, espacios de sanación y cultivo del espíritu, el retorno al cuidado del ser interno, son buscados continuamente. Pero a diferencia de lo que se puede pensar es que el joven no ha perdido el sentido de trascendencia. Al contrario, desde hace ya varios años los estudios realizados con población escolar sobre factores de protección del consumo de drogas han señalado que la idea de Dios y la espiritualidad aparecen como los principales factores de protección. Programas de intervención con jóvenes en condiciones de vulnerabilidad o en aquellos que buscan resaltar su talento artístico, los jóvenes expresan una y otra vez la importancia que tiene la espiritualidad en sus vidas y la búsqueda de una dimensión trascendente que dé sentido a su existencia. La promoción de la dimensión espiritual de las juventudes, entendida como su conjunto

de creencias, valores, actitudes y prácticas, cualquiera que éstas sean, orientan su conducta ética y son fundamentales en la conguración de su sentido de vida. Es por ello importante valorar y rescatar esta dimensión, siempre y cuando conlleve a la formación integral de las juventudes y no conduzca a una mera militancia en uno u otro movimiento religioso, a una peligrosa separación entre la práctica de fe y la realidad que vive o simplemente a la asistencia de ellos o la utilización de su entusiasmo y creatividad a favor de actividades puntuales. Es vital potencializar una sana espiritualidad en las juventudes, en donde puedan abarcar todas las dimensiones de su existencia y encuentren las herramientas para afrontar su vida y su futuro pero a la vez comprometerse con los cambios que la sociedad necesita y los mismos jóvenes reclaman.


Los jóvenes necesitan ser escuchados y sentirse que son parte de la sociedad desde su perspectiva y realidad cotidiana.

Espacios de Encuentro para la Vida

En este aspecto, los movimientos, grupos, comités o espacios similares de los jóvenes tienen un gran valor comunicativo; recordemos que la comunicación humana tiene como principal sentido el conrmar a los participantes y en un grupo de jóvenes adquiere mayor relevancia este objetivo. Lo que no encuentran en otros entornos sociales, como la familia, la escuela, el barrio o sus espacios comunitarios más próximos, el espacio juvenil lo hace y permite que las acciones dialogantes cobren signicado. Toda comunicación consiste en ofrecer a los integrantes del grupo la propia denición sobre sí mismo con el n de obtener raticación y poder reconocerse así como existente. Es el permanente decir “así como yo me veo en la relación con usted en esa situación; ¿Me ve usted del mismo modo?”. Para cada joven, obtener conrmación de sí mismo es posiblemente el factor que más pesa en su desarrollo y estabilidad sicológicos. Es el encuentro y la relación con el otro, sus pares, lo que crea, mantiene y desarrolla la conciencia de sí mismo. Esta ausencia de la conrmación da paso a lo que algunos sociólogos llaman la desconrmación o la “anomia” o sea el pasar desapercibido socialmente. Hecho que trae consigo graves consecuencias desorganizadoras en los jóvenes; sería una pérdida de su mismo ser.


El grupo, comité, movimiento o similares se convierte en la experiencia en la cual los participantes, integrantes o miembros se conrman entre si, en sus cualidades y capacidades, como lo que son y lo que podrían llegar a ser. Las pedagogías que han movido a estos espacios se determinan por algunas características similares a los grupos, en medio de su heterogeneidad. Cabe recordar que cada grupo es una experiencia propia ya sea por el contexto, los integrantes, las motivaciones o incluso la iniciativa misma que les llevó a conformarse. Los rasgos más comunes en el éxito de estos espacios conrmatorios de las identidades juveniles son ser testimoniales, comunitarios, experienciales, participativos, transformadores y progresivos.

DATOS Contrario a las predicciones de los escépticos, quienes persisten en señalar la no participación de los jóvenes (quizá siempre ubicados desde la participación formal de tipo partidista y electoral) la fuerza de la participación juvenil hoy es más viva, más dinámica, más imparable, más difícil de comprar. Lo que se requiere es promover más espacios de participación tanto institucionales como comunitarios y respaldar los que auténticamente las juventudes crean.


Este rasgo expresa la necesaria coherencia que los jóvenes le reclaman al mundo, de diversas formas y en distintos tiempos. Es la relación entre el contenido y las actitudes que se expresan en sus relaciones. Los y las jóvenes aprecian sobremanera que los contenidos formativos tengan concordancia con las relaciones del grupo y de quienes les acompañan. Es una relación entre el mensaje verbal explicito (información) y la relación entre los participantes.

El rasgo testimonial encuentra su coherencia práctica en la experiencia comunitaria e incluyente. En ella se hacen vida las nuevas relaciones que brotan en el grupo. Cobra todo sentido el grupo como espacio de vivencia comunitaria que en muchas ocasiones no se percibe en sus entornos fundamentales, familia, escuela, barrio, etc.


Hace referencia que el grupo debe nacer de la vida y servir para la vida. El grupo y todo lo que le rodea se debe convertir en una experiencia de vida, que aporta al momento de vida de los jóvenes. De ahí su carácter vital y su transitoriedad. Suele hablarse de experiencia asociada a la edad; “entre más años mayor es la experiencia”. Sin embargo, desde que nacemos venimos teniendo un encuentro vital con la realidad. No somos un espejo que reeja todo lo que vemos. El encuentro con la realidad se realiza en función de nuestra necesidad de desarrollarnos. Para los jóvenes es importante que los procesos de formación vayan acompañados de las experiencias de vida. En ellas están en juego su manera de vivir, la identidad, autoestima, sentimientos, emociones, como también su capacidad intelectual.

La participación signica acogida y promoción de los aportes de cada miembro; es un fenómeno multifacético que pasa por la toma de decisiones, el uso de la palabra y el aporte en la búsqueda de respuestas y soluciones. Estimular la participación no solamente entendida como motivación del intercambio, del uso de la palabra o de las acciones en conjunto, sino sobre todo como valoración de los hechos que cada uno hace. Con eso se muestra la convicción que la verdad surge de la búsqueda común y la posibilidad que tiene todos de acceder a ella. De esta búsqueda nace la necesidad de conocer la realidad, de auscultar el contexto en que viven las juventudes, porque ello permite comprender las concisiones bajo las cuales atribuyen signicado a sus vidas, a lo que hacen, sienten y piensan.


La experiencia comunitaria, grupal, cuando se busca la verdad y se profundiza en la realidad, ejerce una función crítica y de darle un nuevo sentido a la vida cotidiana. Cada joven, a través de la experiencia del espacio juvenil, vive su vida como una práctica liberadora personal y comunitaria. Sus gestos y acciones tienen una resonancia social y política concreta. Recupera el valorar su presente, con sus aciertos y dicultades, afectos y angustias, lo convierte en oportunidad para vivir y ayudar a vivir. El presente encuentra una dimensión nueva, no solo es una relación con lo inmediato ni una ensoñansión del futuro, es una relación entre presente y pasado y con relación al futuro: las cosas maravillosas hechas que hoy me permiten ser y que me potencian en lo que puedo llegar a ser como promesa futura esperanzadora.

DATOS

Los jóvenes no quieren ser escuchados o escuchar discursos (aunque algunos apenas si pidan ese derecho y, muchos otros, sean inmensamente sordos), sino conversar, en un diálogo de saberes para construir entendimientos compartidos.


Como individuo el espacio de encuentro tiene una temporalidad y como espacio grupal debe ser progresivo, ir de la mano de lo que va sucediendo alrededor del grupo debe ayudar a pasar de la conciencia actual a la conciencia posible, o sea fomentar la conciencia crítica. La formación y la acción de los espacios juveniles consisten en capacitar a los jóvenes para asumir su propia vida en su complejidad y multiplicidad hasta determinar el rumbo saludable de sus decisiones. Es decir el espacio ayuda a que las juventudes asuman su historia personal, dentro de su precariedad y conictividad; apoyarles adesarrollar una mentalidad sana para afrontar los fracasos y también los éxitos.

Los jóvenes, como todo ser humano, no son conciencias vacías. Todos ya hemos sido impregnados de una u otra manera por la familia, la escuela, la comunidad cercana y han vivido diversas experiencias, de modo que tienen una “visión del mundo” más o menos elaborada. A eso le llamamos conciencia actual. El espacio debe respetar esa conciencia actual, en el sentido de tenerla en cuenta, como el punto de partida para iniciar el proceso de crecimiento. La conciencia posible es es el límite que cada individuo alcanza en su proceso de crecimiento; solicitarle al joven ir más allá es someterlo al querer de quien orienta los procesos y resulta engañoso el cambio. De este modo el proceso del grupo juvenil se realiza en etapas sucesivas que van desde la conciencia actual hasta la conciencia posible, en pasos graduales y progresivos.




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.