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100 Años de Hermandad Revista del Centenario de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Benacazón Nº 2 – Septiembre 2015

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INDICE 2. Palabras del Vicepresidente 3. Volvamos la vista atrás, por Antonio Vergara 4. Homilía de inauguración del Centenario por el Cardenal Fray Carlos Amigo 8. Entrevista a Antonio Ramos Valero 10. Entrevista a Manuel Pérez Expósito 12. Nota aclaratoria de José Oropesa

13. Historia de la Hermandad (2ª parte) 15. Galería de fotos de la época 18. Recuerdo del Vizconde 21. La voz de la calle 22. La Casa Real, en Benacazón 23. Publicidad 24. Bando de la Misa Estacional

Palabras del Vicepresidente Queridos hermanos de esta bendita y centenaria Hermandad: Ya estamos inmersos en este nuestro Centenario. Son muchos los actos que hay programados, que suponen un discurrir lleno de trabajo, pero con muchísimas ilusiones y satisfacciones. Tengo 57 años y tengo la suerte de que en este año del Centenario cumplo 50 años como hermano. Empiezo a recordar y se me vienen a la mente tantísimos rocieros que han luchado y trabajado por esta Hermandad para que hoy a sus 100 años esté en lo más alto. Desde aquí quiero agradecer a todas esas personas la labor tan grande que hicieron fomentando y transmitiendo la Fe rociera a Nuestra Madre Bendita la Virgen del Rocío. También recuerdo mi primer camino. Tenía diez años y mi padre, Fernando “el zorrillo”, me arrendó un borrico. Hice todo el camino junto a él, me enseñó el camino al lado del Simpecado, a querer a la Virgen como buen rociero, y desde entonces todos los años que puedo no falto. Y yo, junto a mi mujer, hemos transmitido esa misma Fe y esos mismos sentimientos antes a nuestros hijos y ahora a los nietos. Por todo esto, yo quiero dedicar este Centenario a todas esas personas que de una forma u otra han fomentado y transmitido la Fe rociera a lo largo de estos cien años. Va por todos ellos. ¡Viva mi Hermandad Centenaria!

Francisco Rojas Luna ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------100 Años de Hermandad Edita: Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Benacazón Imprime: Imprenta Las Baderas, tlf. 954750077 PILAS Dirección: Juan Ignacio García Conde, Vicesecretario 1º Redacción: Presidencia y Secretaría de la Hermandad, Grupo Joven, Mª Angeles Martín Camacho Fotografía: Hermandad del Rocío de Benacazón, Archivo familiar del Vizconde de Dos Fuentes, Fotos Soriano, Hemeroteca ABC

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como tenemos que ser. Si no tenemos presente el motivo del nacimiento, no seremos como tenemos que ser.

Volvamos

Mucho se cuenta de los famosos piñoneros que recorrían aquellos caminos,… germen de peregrinos, de romeros… pero, dejando lo pintoresco a un lado, busquemos más adentro, miremos atrás. Este pueblo supo unirse en su amor a la Virgen de una manera concreta, andando caminos. Un pueblo cuyo amor a la Madre de Dios traspasaba el nombre de Nieves, desbordándose más allá, llegando hasta la Marisma. Desde entonces, ese amor ha ido creciendo, superando crisis, guerras, persecuciones religiosas, apogeos fugaces, modas pasajeras… la devoción mantenida, heredada, como el mejor de los legados. Antigua, pero siempre nueva.

la vista atrás…

Mirando atrás, debemos contemplar el gozo de lo vivido, pero también el lastre que en ocasiones acumulan las cosas viejas. Antigua la tradición, con solera, como la de los vinos de esta tierra,… pero vieja cuando se desvirtúa y no es trasmitida en su pureza.

El temor al pasado, a mirar hacia atrás, ha marcado al hombre a lo largo de la historia. En ocasiones, ese sentido vital no ha significado un avance, incluso se ha tratado en ocasiones en una huída, aunque hacia adelante, un huída. Quizás sea herencia de lo que le sucedió a la mujer de Lot se convirtió en estatua de sal cuando miró hacia atrás mientras salían de Sodoma (Génesis 19:15-17).

Aprovechemos este año para volver a la raíz rociera de nuestro pueblo, a su autenticidad, a su razón de ser, que no es otro que el amor a la Virgen en el bendito nombre de Rocío. Cómo dijo San Juan Pablo II, al camino, al mundo que gira en torno a la Santísima Virgen del Rocío, se le ha acumulado mucho polvo. Hay que limpiar. Cuando hoy echamos la vista atrás debemos reconocer como se nos han ido adhiriendo cosas que no son y que no deben ser; cosas que no estaban en esas devociones auténticas de la gente de nuestro pueblo hacia la Santísima Virgen.

Ciertamente, vivir anclado en el pasado es un error, pero no deja de ser otro error, aún mayor si cabe, el no tener conocimiento de dónde se viene, de quiénes fuimos, de qué éramos. Este año se cumple el Centenario fundacional de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Benacazón. La inercia nos llevaría sólo a mirar hacia delante, buscando la forma de festejar el aniversario únicamente con la realización de actos, de planes de futuro; terminar la casa de Hermandad en la Aldea,…proyectos, intenciones, preparar la próxima romería… Pero hoy, también, es momento de mirar hacia atrás. No hay que temer a hacerlo; es más, debemos hacerlo.

El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, dicen por ahí… aquí no es condena, es necesidad; conocerla para repetirla, para reproducirla, para actualizarla. Hacer nuestra esa devoción auténtica que movió a nuestros antepasados a fundar una Hermandad en honor y gloria de la Reina de las Rocinas.

Es momento de volver al origen. De sacar del álbum comunitario del pueblo las fotografías color sepia, los recuerdos olvidados, las historias, los apellidos, las anécdotas, que narran el nacimiento de la devoción rociera de todos los benacazoneros.

Perdonadme que en esta mirada atrás me haya puesto a vuestro lado; que haya usado la primera persona en plural. Permitidme que en este centenario me sienta rociero, pero de Benacazón. Y por muchos años, hasta otro centenario. El próximo, junto a la Reina de las Rocinas, en el cielo.

Cien años no resumen todo. Fueron muchos más… sirva esta cifra, redonda, buscando perfección, cien, para pararnos y mirar atrás. Pero, ¿para qué?, podríamos preguntarnos. La respuesta: para ser

+ Antonio Vergara González

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Homilía de la Misa de Inauguración del Centenario pronunciada en la parroquia de Santa María de las Nieves el día 5 de junio de 2015 por el Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla

Fray Carlos Amigo: “Benacazón no es solo el pueblo donde he nacido, es la vida que vive en mí… Es una historia, es una forma de hacer, es un acento en las palabras”

Querido don Florencio, párroco de esta Iglesia, presidente y Junta de Gobierno de esta Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Benacazón, señora alcaldesa, representaciones de las distintas Hermandades, queridos hermanos y hermanas todos... ¿Pero qué ha pasado aquí?, ¿PERO QUÉ HA PASADO AQUÍ?... Si este hombre es completamente distinto, pero si estaba triste, apesadumbrado, ...no sabía por dónde ir, estaba confundido... y resulta que de la noche a la mañana pues aquel hombre... está lleno de esperanza, y de alegría, de cordialidad, es que había subido al monte, ...ese hombre se llamaba Moisés, y, de cuando en cuando, subía al monte a hablar con Dios. Y bajaba del monte completamente transformado... Esta celebración es para dar gracias por la Romería de este año, pero, ¿qué ha pasado si ustedes han vuelto transformados?... Pues que hemos estado en el Rocío. Fuimos con una cara de noche y hemos vuelto con un rostro de mediodía, con Fe rociera... Fuimos a ver a la Virgen del Rocío, pero lo más milagroso es que fuimos a ver a la Virgen y vimos a Dios. Fuimos a ver a la Madre y nos hemos encontrado con el Hijo. Y esta es la causa de nuestra alegría, porque el Señor nos ha mirado con misericordia, y esta es la causa de que vivamos en paz, y también pues emprendemos el Camino... pero si no acabamos de terminar uno y ya... sí, pero este es un Camino especial, el Camino del Centenario... Cien años, hay que ver cómo pasa el tiempo... si, si, el tiempo pasa, pero los amores permanecen...

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Cuando tu hijo era pequeño, le querías con toda el alma, y ahora que es mayor, también. Cuando tu hijo te da una alegría, Dios mío, cómo le quieres, y cuando te mata a disgustos... también. El tiempo pasa, los amores permanecen. Y el amor a la Madre de Dios, nuestra señora del Rocío, la Señora de Pentecostés, es el amor grande que permanece. El calendario de Dios no se cuenta por días ni por años ni por siglos, se cuenta por FIDELIDAD, y la fidelidad es el amor mantenido, constante, a pesar de todos los pesares, incluso de la muerte. ¿Cuántos años hace que murieron tus padres? Y fíjate, parece que sientes la mano de tu madre y de tu padre, ahora mismo, que te dice, hijo mío, hija mía, a pesar de todos los pesares... Y esto es lo que nosotros queremos celebrar con este Centenario, es recoger el mensaje profundo del Rocío. Y en ese mensaje tan profundo del Rocío, lo diremos también con una copla rociera que me han oído mil veces... que el amor es invisible como la cara del viento, que no se ve ni se toca, pero que te requema por dentro Y esta es la fuerza del espíritu, no se ve ni se toca, pero se vive... Así, pero bueno, cien años, cien años de la Hermandad del Rocío, pero ¿cómo es posible?, con lo que cambian las cosas, las circunstancias, los momentos, las personas, todo, todo..., pero es que, aquí solamente queda pues traemos a la memoria la historia de aquel primer año... recordar no es simplemente traer el pasado a la actualidad, sino que recordar es pasar por el corazón..., no es una simple memoria, sino que ese recuerdo es pasar por el corazón de nuevo. Tú recuerdas a tus padres y ¿qué más? Porque no es simplemente: “pues si cuando yo era pequeño, mi padre me traía, me llevaba...”, lo has pasado por el corazón, éste es el recuerdo. Y así ha de celebrarse este Centenario... Pero raíces muy profundas debe haber aquí y en esta Hermandad. Raíces muy profundas y no solo los cimientos, pero ¿cómo es posible? con el tránsito de tantas y tantas cosas, de personas, de acontecimientos, de ideas, de todo... Uno le preguntaba a un rociero, bueno, ¿pero tú por qué haces el camino? Que es muy fatigoso y tal, pero tú ¿por qué pasas este calor, este frío o esta lluvia? Pero tú ¿por qué duermes de forma tan incómoda? Aquí, en dónde sea. Pero tú ¿por qué vas descalzo? Y el hombre pues... decía una cosa y otra, pero no le convencía. Mira: porque esto es lo más grande que mi gente me ha dejado. Esta es la herencia que yo he recibido, es mi Fe. Es la Fe a la Madre de Dios, a la que con tantos títulos conocemos y nos suena de una forma especial como ROCIO. Qué es suavidad, qué es dulzura, que es esperanza, que es consuelo... Porque esto es lo más grande que mi gente me ha dejado. Y es la Fe cimiento tan profundo, cuando Isabel le dice a Santa María: “dichosa tú, porque has creído”. ¡Esto es lo más grande! Bueno, dichosa tú pues que vas a tener iglesias muy bonitas, imágenes preciosas como esta Virgen de las Nieves de Benacazón. Pues tú vas a estar en los labios con poesías y músicas... Y le dice, lo más grande: Te has fiado de Dios. ¡Eso es lo más grande! Has hecho caso a Dios. Y así has podido. Cimiento grande, pues es, qué duda cabe, el cimiento de la FAMILIA. ¿Es que concebís vosotros cualquier fiesta religiosa sin la familia? Vas a celebrar, pues, qué se yo, la fiesta de tu santo, y has preparado la comida y todo, y estáis todos sentados a la 5


mesa, vosotros, vuestros hijos que han venido de lejos para estar aquí celebrando la fiesta, y cuando estáis todos sentados, hay una silla vacía, porque tu hija no ha querido venir porque la semana pasada riñó con sus padres... ¡Se terminó la fiesta! Porque para los padres, aunque tengan muchos hijos, cada uno es hijo único. Y en una madre no cabe, no cabe una silla vacía... Por eso este cimiento de la familia. Cuando decimos: mi gente, mi niño, lo más íntimo, es... lo que me da razón de vivir... Y es cimiento importante. Benacazón no es solamente el pueblo donde se ha nacido. Es una historia, es una forma de hacer, es un acento en las palabras, es un estilo... No, no. Benacazón no es solamente el pueblo donde he nacido, es la vida que vive en mí. Y puedo estar yo muy lejos y en los primeros días de agosto lloro sin cesar, porque me acuerdo de mi Virgen de las Nieves. Y puede venir el día de Pentecostés y yo muy lejos, muy lejos, muy lejos, y parece que estoy besando con los pies las arenas de la marisma... Benacazón no es solamente el pueblo donde he nacido, es la vida que vive en mí. Y donde quiera que voy, me llevo.

“Cimiento grande es, qué duda cabe, el cimiento de la familia”

“Raíces muy profundas debe haber aquí y en esta Hermandad”

“La Hermandad es… pues una gracia que el Señor os ha dado”

Y también es fundamento y raíces profundas la HERMANDAD. La Hermandad no es solamente un grupo de personas, de buenos amigos, que se han puesto de acuerdo para hacer una romería y muchas otras cosas. No, no. La Hermandad es... pues una gracia que el Señor os ha dado. El Señor ha sido tan bueno, tan bueno, tan bueno con vosotros que os ha dado la gracia de pertenecer a una Hermandad, en este caso, de Nuestra Señora del Rocío, que cuánto te ha ayudado en tu vida, cuánto te ha arropado en momentos de dificultad. Es verdad que unos hermanos están todo el día metidos en la Casa de Hermandad, es verdad que otros aparecen solamente los días del Camino. Es verdad que otros solamente aparecen el día de las fiestas principales, y hay algunos que no aparecen nunca, pero que cuando salen de casa todos los días, echan la mano al bolsillo, sacan la estampa de la Virgen del Rocío y la besan: “ayúdame, Señora del Rocío”. Están todos, pero cada uno en un sitio, donde Dios ha querido que estén. La Hermandad es y tiene una fuerza tremenda.

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Por eso celebrar este Centenario es recoger el mensaje de todo esto y ofrecérselo al Señor. Bueno a veces decimos que estas cosas no se comprenden. Las cosas grandes no se comprenden, SE VIVEN... Tú dices que no comprendes a tu hijo, que no comprendes a tu hija, su forma de ser, sus gustos, sus horarios, su lenguaje, sus vestidos… yo no comprendo! Y les quieres con toda el alma. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? La Virgen María recibe el anuncio del Ángel que le dice que va a ser la Madre de Dios. Ella no lo comprende, pero lo guarda en su corazón. Después nace en el portal de Belén, los ángeles, los pastores, señales en el cielo... sí, sí, Ella no lo comprende, pero lo guarda en su corazón. Después cuando ve a su hijo que se pierde en el templo, uno, dos, tres días, y cuando encuentran al niño, dice el niño: “es que yo tengo que ocuparme de cosas más importantes”. La Virgen María diría: “pero es que puede haber algo más importante que tus padres”, y San José, con todos mis respetos y cariños, diría: “vaya con el niño”... es decir, que se representa a la Fe y la humanidad. María no comprende, lo guarda en el corazón. Para José, no comprende, pero es su hijo. Como me decía aquella madre, después de visitar una cárcel, le llamo, le voy a ver, le dicen, pues mire su hijo parece que está un poco mejor y tal, dice ella... mi hijo, es un sinvergüenza y un delincuente, pero es mi hijo. Ahí está esa profundidad, profundidad de Fe, pero ¿os habéis fijado? Profundidad tan humana. Si eso lo palpamos, lo mascamos, lo vivimos. Cuesta hasta trabajo decirlo porque nos hace llorar. Pero es que Dios se hizo hombre en las entrañas purísimas de la Virgen María, y tomó carne de nuestra carne y se metió en nuestras entrañas, en las entrañas de nuestra naturaleza. Y por eso María y Jesús son MI GENTE! Lo más santo de mi familia, lo más querido.

¡Cuánta vida tiene esta celebración! Esto es un especial camino hacia la Ermita Santa, y allí nos encontraremos con la Santísima Virgen María del Rocío. Y ¿qué le vamos a decir? Señora, ¿qué tenemos que hacer? Y la Señora nos dirá: “pues haz lo que te diga mi Hijo Jesucristo”. Amaos unos a otros, porque esto es lo que más deseo. Lo que más hace sufrir a los padres, a las madres es cuando ven a su familia desunida, que los hijos van cada uno por un sitio, que se olvidan de todo... Por lo que más queráis, AMÁOS UNOS A OTROS. Es que a mí no me comprenden mis padres... Bueno, lo importante es que tú les comprendas a ellos. Es que a mí no me comprenden mis hijos... Bueno, lo importante es que tú les comprendas a ellos. ¡Qué lección más grande de Fe y más grande también de humanidad! Pues bendigamos a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, a la Santísima Virgen María, nuestra Madre y Señora del Rocío... y también a la Hermandad de Benacazón, porque en estos Cien Años nos ha dado unas lecciones que nunca podremos olvidar. Amén. 7


ANTONIO RAMOS VALERO, RECUERDOS DE UN HERMANO MAYOR Hermano número 7 de la Hermandad “Lo doy todo por la Hermandad del Rocío y estoy muy satisfecho de haber colaborado en todo lo que a mi Hermandad le ha hecho falta, quedando cada hecho para la posteridad”.

Aquello era para vivirlo, no para contarlo, aquello sí que era un Rocío”. Al ir creciendo, sobre 1960, Antonio se unió a varios amigos de su edad y formaron una reunión “buena y de verdad” que durante casi 20 años hizo el camino y colaboró con la Hermandad en todo lo que era necesario. Nos cuenta como durante los años de camino en reunión, todos los amigos fueron un año Hermano Mayor de la Hermandad. Los primeros fueron Antonio Ramos y ‘Camuña’, en 1967. En el Rocío del año antes los dos partieron el bizcocho y llevaron a la Hermandad al año siguiente con mucho trabajo y mucha ilusión. “Vendimos papeletas y almanaques, porque partir el bizcocho en aquella época no era como partirlo ahora, antes se preparaba todo de forma muy diferente”.

Con esas palabras nos recibía Antonio, un hombre que después de muchos años sin hacer el camino por circunstancias de la vida, sigue emocionándose al hablar de los Rocíos de antaño. Fue por los años 50 cuando siendo un zagal comenzó a ir al Rocío con Dolores Santana. Su familia no era de hacer el camino, aunque nos confiesa que su madre sí sentía mucha devoción por la Virgen del Rocío; pero a él desde muy jovencito le gustó la idea de andar por las arenas. “En aquellos años era todo muy diferente, aquellos eran los Rocíos que se vivían y se sentían de verdad: sin aire acondicionado, sin gambas ni trajes caros; antes lo que llevábamos era chorizo, vino y algún que otro conejo o pollo vivo para allí luego comérnoslo.

Dice Antonio que fue el Chico Marcelo (q.e.p.d.) quien en el Rocío de 1966 los animó a partir el bizcocho. “Veníamos de dormir la siesta cuando 8


el Chico Marcelo nos llamó, y aunque dudamos al principio, finalmente dijimos que sí. Nos sentíamos muy orgullosos tanto ‘Camuña’ como yo porque siendo Hermanos Mayores compramos la casa en el Rocío en la calle Villamanrique junto a varios rocieros más de nuestro pueblo. Entre todos pusimos dinero y así en 1966 fue el último año que dormimos en El Acebuchal y Benacazón tuvo su primera casa en el Rocío”.

muchas labores, fue reconocido su esfuerzo y trabajo en el año 1989 siendo nombrado “Rociero del Año”. Con orgullo, Antonio enseña el pergamino enmarcado en su salón donde se recoge su labor durante años para con la Hermandad. La vida va cambiando y por circunstancias, Antonio va dejando poco a poco de hacer el camino. “Ya me casé, tenía mis hijos, el trabajo…y el camino completo lo hicimos sólo un par de años; aunque me gustaba irme todo el fin de semana y ponerme cerca de mi Hermandad para ver llegar a la Virgen”.

Al hablar de aquellos años y de amigos rocieros, Antonio se emociona y apenas casi le sale la voz: se nombra a Perico Poyato (q.e.p.d.). “Era él quien estaba pendiente de todo y quien me comentó la idea de poner dinero entre unos cuantos para comprar la Casa de Hermandad en nuestro pueblo”, nos relata Antonio. “Perico Poyato era un buen amigo, mi compadre, y para la Hermandad todo nos parecía poco. Después de comprar la casa, a los años se puso más dinero para levantarla y ponerla como está hoy en día. Fueron muchos hermanos los que participamos con la Junta Directiva que había en aquellos años, que luego fue devolviendo el dinero a todos los que iniciamos el proyecto”.

Al ser preguntado por el Centenario de la Hermandad, Antonio nos relata que para él es algo muy importante ya que coincidirá también con los 50 años que hará en 2016 de que él partió el bizcocho; pero que ya no se encuentra con fuerzas para participar en los actos que durante todo este año se están llevando a cabo. “Para lo que haga falta ahí voy a estar, sólo tienen que venir a buscarme, porque voy a estar con mi Hermandad hasta el día que me muera”, finalizaba Antonio notablemente emocionado.

Además de participar y colaborar en las compras de la casa en el Rocío y la Casa de Hermandad de nuestro pueblo, Antonio también nos cuenta que durante varios años fue Alcalde de Carretas de la Hermandad. Por ello y otras

María Ángeles Martín Camacho

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Manolo el “peine”: Camino del Rocío al volante del coche de viajeros

paraba en Gato. Fue el año que tuvo que tallarse, por lo que al siguiente no pudo ir al estar sirviendo, y lo mismo pasó en el 56.

Manolo el "Peine" es un rociero de los de mediados del siglo pasado, cuando la realidad que ahora conocemos era la mitad de la mitad, tanto en el pueblo como en la Aldea almonteña. Como a todos los chavales del Aljarafe que miran a los pinares y las marismas, le atraía el paso de las carretas desde pequeño, pero afirma que no tuvo posibilidades de hacer el camino y conocerlo por sí mismo hasta los veinte años.

Los años posteriores, Manolo siempre fue al Rocío llevando a la gente que iba a pasar allí el fin de semana, del sábado temprano hasta el lunes que salía la Virgen. Primero lo hizo en un camión, como entonces también se hacía antes de la proliferación de los autocares. Precisamente, ese año de 1957 en que nuestro protagonista pudo volver coincidió con el terrible accidente ocurrido a otro camión que iba también para allá, que cayó por el barranco en la curva de la cuesta de las Doblas, llevando a gente de la calle Parra de Sanlúcar.

(Abrimos aquí un paréntesis para contarle al que no lo sepa el origen de su famoso apodo. A su abuelo, cuando era niño, le pisó en la cabeza una vaca que se escapó de esas que llevaban los hombres atadas con cuerdas. La herida que le produjo la pezuña del animal, tras el rapado y la cura, le dejó una marca que le valió ya para siempre el sobrenombre de el "peineta". La hija de este hombre fue llamada la "peina", nuestra querida y siempre recordada Antonia de la calle del Carpio, otra mujer que en el Rocío se sentía a sus anchas).

El coche de viajeros de la empresa Martínez, conducido por este profesional de los kilómetros, fue el medio por el que muchos rocieros de Benacazón, menos pudientes para hacer el camino, disfrutaron del fin de semana de Pentecostés aquellos años tan señalados de la segunda época del Vizconde. Fue también la manera de que él pudiera acompañar a la representación de su pueblo a pesar de las obligaciones.

Manolo hizo su primer camino en 1954, en una carreta de las que el Vizconde ponía a disposición de la Hermandad. Entonces se salía el viernes y se volvía el martes, el camino se hacía atravesando Pilas y se

Una

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responsabilidad

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en

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trabajo que no le impidió plantearse con el paso de los años un mayor compromiso con la Hermandad. Cuando acabó el apoyo de don Miguel Lasso de la Vega, vinieron unos tiempos de incertidumbre y llegó el momento en que la Hermandad se pudo ver sin Hermano Mayor. En el año 66, ante una situación así, Manolo y su buen amigo Diego "Camuñas" acordaron dar un paso al frente y si el recordado buen rociero partía el bizcocho ese año, el "Peine" lo haría el siguiente. Y así ocurrió, cada uno con el apoyo de otros buenos rocieros del pueblo como Antonio Ramos y Antonio Valero.

concretamente en Castilleja de la Cuesta, conocido como Pepe el "poeta". El hombre trabó mucha amistad con los rocieros de Benacazón y acabó colaborando con la Hermandad. Como trabajaba en una orfebrería, guardaba a menudo la rebaba de virutas de plata que se desperdiciaban en las labores propias de su empresa, y llegaba a juntarse con algún que otro kilo del preciado metal, hasta el punto de que Manolo llegó a encargarle por dos veces una remesa de cincuenta medallas, que dejaba a un buen precio, sobre una tercera parte de lo que podía costar en la calle. Después de esas aportaciones de su época vinieron los nuevos modelos, aunque confiesa que siempre le gustó la medalla de plata y que el actual con la Virgen dorada le gusta menos.

Manolo disfrutó una barbaridad de su peregrinación como Hermano Mayor, que además coincidió con el estreno de la casa de la Hermandad en la plaza de Doñana. Esta antigua choza podía resultar algo pequeña para una Hermandad tan pujante, pero era la primera casa propia en la Aldea. Manolo asegura que Benacazón pudo haber comprado lo que hoy es la casa de la Hermandad de Sevilla, pero la falta de decisión de algunos hizo que esta opción no prosperara.

Este amigo malagueño fue también el que regaló una cristalera que había en la planta de arriba de la casa antigua. La casa estuvo en obras durante un tiempo y como otros buenos rocieros del pueblo, Manolo puso su granito de arena. Los domingos que se iba a trabajar, se encargaba de buscar un coche para llevar al personal a la aldea, lo que contribuyó a una pronta finalización de la reforma. Algunos de los que ponían su vehículo a disposición de la Hermandad fueron Antonio el "pileño" y Fernando el padre de Manolito el "carnicero". Eran años en que la Hermandad funcionaba como un grupo de amigos que se reunían muchos días en lo de la "Negrilla" para solucionar lo que tenían entre manos.

El veterano rociero, con muchos y buenos amigos, recuerda que puso en la casa para su año un bocoy con 48 arrobas de vino, de tanto como le regalaron. Todo el que quiso bebió del bocoy e incluso sobró para repartir alguna que otra arroba para el camino de vuelta. También que le dejaron un caballo para la presentación y que cuando hubo de devolverlo a su dueño, le ofrecieron otro para lo que quisiera y para la vuelta en ese momento tan señalado, tal era el apoyo que encontró entre unos y otros.

Manolo se mantuvo durante años ligado a la directiva de la Hermandad, junto a hombres como “Perico poyato" y Miguel Silva en los años setenta. Fue vocal y vicepresidente desde los primeros años setenta y hasta 1980, en que lo sustituyó “Perico”. Recuerda que la actividad de los cabildos no era ni mucho menos como ahora. También que se hablaban muchas cosas pero que a menudo el secretario no escribía nada, por lo que hay poca constancia de lo llevado a cabo. Uno de los vecinos de Benacazón que más kilómetros ha podido hacer por toda Europa con su

No faltan recuerdos de las típicas bromas que se hacían mucho en las reuniones del Rocío de la época, como su cuñado al que llamaban el "doctor jaramago" y Camuñas haciendo el afilador, o el grupo de amigos haciendo la instrucción como si fuera una tropa de verdad. También recuerda que allí hizo el trato para las medallas de plata con la figura calada de la Virgen que le dejó a muy buen precio un malagueño afincado en el Aljarafe,

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autobús tuvo, no obstante, una etapa anterior en la que hacía la ruta de los colegios entre el pueblo y Sanlúcar. Esa tarea le dejaba más tiempo libre, lo bastante como para ocuparse de los destinos de la Hermandad como presidente. Fueron los años de dos legislaturas (1972-1980) en los que hizo una importante labor para preservar nuestras tradiciones, antes de que el Rocío empezara a experimentar el "boom" que le ha llevado a superar con creces ya en el siglo XXI el centenar de filiales. Era tiempo de dejar paso a las nuevas generaciones.

preguntamos que si prefiere el Rocío de antes o el de ahora nos contesta con sencillez que "ahora hay muchas más comodidades"... También que su gente quisiera que se comprara un cuarto de los nuevos que se van a acabar arriba, pero piensa que ya no lo va a disfrutar. Su edad desde luego ya no le permite hacer los caminos a pie por las arenas, aunque fuera con el pañuelo en la cara, pero seguirá mientras viva siendo el hermano discreto que se sienta en los bancos de atrás de la iglesia y no deja de asistir a los actos de su querida Hermandad. Desde luego su numerosa descendencia rociera ha tenido a quien salir.

Eso sí, un hombre que ha viajado tanto y conoce tantos lugares no se sorprende de casi nada y se cuida de caer en el razonamiento típico de que "antes las cosas eran mejores". Cuando le

Juan Tribuna

---------------------------------------------------------------pasara solo ante la Ermita, como algunos mayores del pueblo deben recordar. Más adelante, en la anécdota de las niñas de la Algaba, la persona que invitó a las amigas no fue Dionisito Ramos, sino una prima suya. También se relata otra ocurrencia del camino, después de la época del Vizconde, y José es autor de la cita acerca de las bestias como que venían “muchas, muchas…”, pero no de la apostilla “entre los de arriba y los de abajo”, que es una broma posterior. En el párrafo sobre la compra de la casa en la Plaza de Doñana, parece afirmarse en las obras posteriores que José regaló la cadena para el hueco del cajón, cuando en realidad se dijo en la charla que la regaló Roldán. Con ocasión del paso del Simpecado por su casa del Rocío, se afirma que había una foto de la carreta, cuando nuestro estandarte iba llevado a pie como es costumbre. Añadir que tal como está construida la frase de la circunstancia de la vaca de parto, la redacción pudiera inducir a error, “una vaca que llevaba el Simpecado cuando el Niño Manuel se puso de parto”, debería decir mejor “cuando la época del Niño Manuel, una vaca que llevaba el Simpecado se puso de parto”.

NOTA ACLARATORIA En el número 0 de la revista tuvimos el gusto de incluir una extensa entrevista con el hermano nº 1 de la Hermandad, don José Oropesa Mora. El texto era el resumen de una larga charla de tres horas en la que pudimos recoger muchos datos sobre historias y anécdotas del Rocío de Benacazón. La cantidad de información anotada hizo que en la transcripción quedaran reflejados con poca exactitud algunos extremos, algo en nada achacable al entrevistado y sí al autor de la entrevista. Nuestro hermano quiere puntualizar algunas cosas. Él no tiene un “primo mejicano” como allí se decía, sino de una familia conocida como “de las mejicanas”. Por otro lado, en su relato se contaba que el Chico Marcelo hizo posible la presentación ante la Virgen el año de la guerra, pero no que

Finalmente, el deseo del protagonista es una “gran celebración” para el Centenario, que nosotros centramos solo en la frase “traer a una gran orquesta”, que es menos descriptiva. Agradecemos vuestra comprensión y ayuda para mejorar.

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HISTORIA DE LA HERMANDAD DE N. S. DEL ROCÍO DE BENACAZÓN (SEGUNDA PARTE) La década de los cincuenta supone para la Hermandad la época de mayor esplendor, gracias al impulso que le imprimió su Hermano Mayor Don Miguel Lasso de la Vega y Marañón, Vizconde de Dos Fuentes, quien rigió nuestra institución hasta 1.962. Durante estos años, la Hermandad acudía al Rocío con un gran número de carretas, bellamente exornado, no igualado hasta la fecha por ninguna otra Hermandad rociera, siendo la cifra histórica de 42. La Hermandad se estableció en el Rocío primitivamente en el “Acebuchal”, donde tenía su árbol, que llamaban “El Olivo Santo”. Más tarde se trasladó a la casa, entonces Choza, Nº 38 de la calle Villamanrique, adquirida a Don Antonio Cuesta Cuesta el día 3 de Julio de 1.966 por la cantidad de CIENTO DIEZ MIL PESETAS; siendo entonces Hermanos Mayores de esta Hermandad Don DIEGO MARTÍN VILLAR (Q.E.P.D.) y Don ANTONIO RAMOS VALERO. La ceremonia de bendición fue realizada por nuestro Cura Párroco y Director Espiritual de la Hermandad en esa fecha, Don Ángel Pérez, siendo madrina de la misma la Srta. Esperanza Oropesa de Cáceres. El día 10 de Agosto de 1.967, se aprueba el derribo de la Choza y su construcción con Capilla y Campanario para Nuestro Simpecado. Se concluye esta obra en 1.970 gracias al esfuerzo y al trabajo de todos los rocieros de Benacazón. La Casa Hermandad en el Rocío resulta sin embargo insuficiente para albergar a todos los romeros del pueblo, lo que motiva la instalación, por primera vez en 1.976, de una Caseta de unos 2.000 m² frente a la casa. En el año 1990, año por cierto en el que no asistieron animales a la Romería debido a la peste equina, tuvo Nuestra Hermandad que alquilar un terreno de unos 2.000 m² en la calle Puente del Rey, al final y muy cerca del Puente, porque el espacio donde poníamos la caseta se iba a utilizar para celebrar el Santo Rosario del Domingo. Este terreno, aunque alejado de la Ermita dio cobijo a toda la Hermandad montando la misma caseta y servicios portátiles. Se trató con el Ayuntamiento de Almonte de permutar la 13


Casa de Plaza Doñana, que ya no se utilizaba, por ese terreno pero no se llego a acuerdo. Se pudo adquirir ese terreno de 2.225 m² al Ayuntamiento de Almonte el 6 de Marzo de 1.998 tras vender dicha Casa y así poder pagar los 35 millones de pesetas que nos pedían. Esta adquisición se produjo por la primera Junta de Gobierno bajo la presidencia de Don Manuel Jesús Pérez Luna. Fue con su segunda Presidencia y concretamente el 11 de Noviembre de 2.001 cuando se coloca la Primera Piedra para la futura construcción de una Casa Hermandad. Este día se convirtió en inolvidable para todos los presentes, todos querían llevar la Piedra que tras la Misa en la Ermita y ante la Blanca Paloma se trasladó al terreno. Se introdujo en la misma periódicos del día, tierra de donde habíamos estado anteriormente y todo tipo de documentos relativos a la Hermandad. La convivencia posterior fue digna de Nuestra Hermandad, en una mesa larga todos los asistentes ponían la comida que habían llevado y las Hermandades de nuestro pueblo y muchas del Rocío e instituciones nos acompañaron en uno de los días más importantes de nuestra Historia reciente. El día anterior se presento esta Piedra al pueblo en una Eucaristía celebrada en la Parroquia de nuestro pueblo. Se pide a los hermanos que presenten ideas sobre la futura casa así como proyectos a diversas empresas. Se aprueba finalmente el proyecto presentado por la empresa de Fernando Atienza Soriano y en febrero de 2.002 empieza la empresa de Fernando Atienza Lombardo la construcción de la estructura y a finales de Junio el cerramiento del terreno y la construcción de la Casa Hermandad domingo a domingo por parte de rocieros y no rocieros de Benacazón y de otros pueblos. Ayudaron hermandades del pueblo, instituciones, casetas de feria, en definitiva el pueblo de Benacazón que aportó mano de obra y materiales después de que muchos hermanos colaboraran con 50.000 pesetas a fondo perdido. El 6 de Febrero de 2.005 se inauguró la Primera Fase del proyecto y se coloco un azulejo conmemorativo. Este acto se celebró con una Misa en el patio de la Casa Hermandad ante nuestros dos Simpecados y con la posterior convivencia. En la Misa de Febrero de 2.007 se inauguraron las Campanas del Campanario, donadas por hermanos, y que llevan por nombre Peregrina, Piñonera y Benacazonera. El 23 de Julio de 1.987 la Hermandad pudo conseguir la meta que un día se propusieron su Presidente Don José Manuel Fernández Fernández, Vicepresidente Don Pedro Perejón Silva (Q.E.P.D.) y su Junta de Gobierno electa, el conseguir una Casa-Hermandad en Benacazón, donde pudieran guardarse todos los enseres de la Hermandad, celebrar Cabildo de Oficiales y Generales, tener las dependencias de Presidencia, Secretaría, Tesorería, etc., así como poder realizar toda clase de actividades Religiosas, Culturales y Sociales que la Hermandad organice. Dicha casa situada en la Plaza de la Constitución nº 7 de Benacazón, hoy sede social de nuestra Hermandad, se le compró a Don Manuel Ramos León en el precio de CUATRO MILLONES QUINIENTAS MIL PESETAS, con una superficie aproximada de 100 m2. Esta compra se pudo realizar gracias a la aportación voluntaria de unos 45 hermanos de la Hermandad, que prestaron 100.000 Ptas. cada uno al objeto de reunir el importe de la compra sin tener que recurrir a entidades bancarias para su financiación. El primer Cabildo en esta Casa se convocó el 22 de Febrero de 1.988. No es hasta el 31 de Octubre de 1.993 cuando se coloca la Primera Piedra de la nueva Casa Hermandad en Benacazón. A partir de esta entonces comienza la construcción de esta casa a cargo de la empresa de Don Fernando Atienza Lombardo con un préstamo que solicita la Hermandad y la ayuda de muchos hermanos con 100.000 ptas. a préstamo o con lo que cada uno podía aportar. El 18 de Junio de 1.994, Monseñor Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla, bendice la nueva Casa Hermandad. 14


El primer Cabildo Oficial en esta casa se convoca para el 23 de Junio de 1.994 y en Octubre de 1.994 la Santísima Virgen del Rosario hizo su primera Presentación. En la Romería de 1.995 hacen por primera vez su Presentación en nuestro pueblo las hermandades rocieras de Almería y de Murcia.

Galería de fotos de la época (cortesía de don Miguel Lasso de la Vega y Porres, Marqués de las Torres de la Presa)

El Simpecado sale de la iglesia de Santa María de las Nieves tras la Misa de Romeros para ser colocado en la carreta y comenzar la peregrinación. En los años sesenta todavía se estila hacerlo así y no como en la actualidad.

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Choza de la porquera

Sevillanas en Talhara

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El Simpecado encabeza una imponente caravana

Caminos de arena sin el gentĂ­o de ahora

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LA ÉPOCA DORADA (Recuerdo del Vizconde) El máximo esplendor de la Hermandad del Rocío de Benacazón durante el siglo XX coincidió con el patronazgo de una figura de gran talla en la vida cultual y religiosa del Aljarafe y de Sevilla capital, como fue don Miguel Lasso de la Vega y Marañón, XIV Marqués de las Torres de la Presa, XII Marqués de Saltillo y III Vizconde de Dos Fuentes. El marquesado, rancio titulo de la nobleza española, fue otorgado en 1680 por el rey Carlos II a doña Catalina Gaviria y Zubizarreta, aristócrata de padres guipuzcoanos afincados en Carmona en el siglo XVI. Un descendiente suyo, don Miguel Lasso de la Vega y Madariaga Fernández de Santillán, X Marqués de las Torres, Teniente Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y XXI Señor de Castilleja de Talhara, fue nombrado Grande de España en diciembre de 1850 por su esencial participación en la batalla de Bailén contra los franceses, primera derrota en campo abierto del ejército napoleónico (1808).

El Simpecado en el Acebuchal

Don Miguel con el torero Arruza y el Chico Marcelo 18


Su tataranieto, nuestro “Vizconde”, como siempre se le conoció en el pueblo de Benacazón a pesar de no ser el más importante de sus títulos nobiliarios, tuvo desde antiguo una especial relación con la Hermandad del Rocío merced a su estancia en Castilleja de Talhara, finca de su predilección quizás por encima del Palacio que la familia posee en la monumental ciudad de Carmona. Hombre muy apegado a la tradición religiosa de Andalucía, ya antes de hacer historia en la Aldea almonteña con sus vistosas caravanas “piñoneras”, don Miguel ejerció de mecenas de la recién creada Hermandad del Rocío de Sevilla, institución a la que sufragó su primer Simpecado, obra de Fernando Marmolejo, según recoge crónica del diario ABC del año 1950. Igualmente donada por el Vizconde fue la primera carreta de la Hermandad, realizada por los talleres de Manuel Román Seco, que peregrinó al Rocío entre los años 1952 y 1974. Del mismo modo, don Miguel acometió la donación del nuevo Simpecado titular de Benacazón, otra gran obra del insig Fernando Marmolejo, así como de la restauración del Altar de la Parroquia donde se venera el Simpecado. Sea como fuere, el paso de la carreta blanca de Benacazón por delante de su famosa finca terminó no solo por embarcarlo en la singladura espiritual y folclórica, sino por llegar a dirigirla como Hermano Mayor durante unos años en los que la joven Hermandad (entonces de unos 40 años frente a los siglos que sumaban Villamanrrique, Triana o Umbrete) se convirtió en referencia de la devoción rociera hispalense. Su apoyo fue decidido y sin medida, y los más mayores recuerdan muy bien el esplendor de la hilera de no menos de treinta carretas con sus yuntas de bueyes que el Simpecado azul y plata encabezaba camino de la Ermita. Muchos desconocen el motivo por el cual se llegó a alcanzar un número tan importante de vehículos de tracción animal, como se dice ahora, pero una crónica original de principios de los años sesenta nos lo explica a la perfección. MILAGRO EN TALHARA Tengo el honor de escribir a la simpática revista “ROCIO” para que ella dé a conocer el milagro acaecido en Benacazón en la persona del benjamín de nuestro querido Hermano Mayor, Excmo. Sr. D. Miguel Lasso de la Vega y Marañón, Vizconde de Dos Fuentes. En el mes de Noviembre, mientras pasaba el fin de semana en su finca de Castilleja de Talhara, cerca del pueblo mencionado, les fueron ensillados los caballos a los tres hijos de nuestro querido Hermano para que, en unión de sus ayos, diesen un paseo por los alrededores de la finca. Al dar agua al caballo del más pequeño, de 7 años, llamado Iñigo, y estando su ayo descuidado, el caballo, como picado por una víbora, se desbocó y se perdió en la espesura de un eucaliptal con el pequeño encima. El pánico cundió en la hacienda y todos, cuando salieron de su estupor, unos a pie y otros a caballo, corrieron en su busca, pero sin rastro del caballo ni del pequeño.

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Entretanto, el caballo corría saltando espinos y vallas y en su lomo el pequeño como un indefenso pajarillo, cogido a sus crines. Así atravesó Aznalcázar horrorizándose el pueblo al ver aquella tromba de cascos chispeantes que nadie osó detener. Se lanzó por la peligrosísima cuesta de Pilas y todos lo dieron por muerto al llegar al puente, a seis kilómetros justos de su partida y en la gran explanada donde nuestra Hermandad hace su primera parada. El milagro se realizó. Allí se paró el caballo y empezó a pacer tranquilo. Pronto llegaron sus familiares y allí se desarrolló una escena conmovedora y al ser preguntado por sus hermanos que si pasó mucho miedo, sonriente el pequeño contestó: ¡No, porque le pedí a la Virgen del Rocío que no me abandonara y estaba seguro de que nada me ocurriría! Todos enmudecieron y dieron gracias a la Santísima Virgen. Nuestro querido Hermano Mayor, contento por el feliz desenlace, ha prometido que este año la Romería sobrepasará a años anteriores y que si el pasado año fueron 32 las carretas que acompañaron a la Virgen, este año serán 50. Que la Blanca Paloma lo siga protegiendo para hacer realidad su bello proyecto. Leónides Soriano

No quedan ahí las incontables muestras de generosidad del Vizconde. Concluido el fructífero periodo al frente de la Hermandad de Benacazón, don Miguel pasó a colaborar con otra Hermandad importante en la historia y el camino como es Triana, de la que también era hermano. Dentro de su igualmente extensa labor en las cofradías de penitencia, don Miguel tuvo un papel fundamental en un rincón tan señero para la Sevilla cofrade como San Lorenzo. Hermano y benefactor del Dulcenombre, Jesús ante Anás y el Gran Poder, fue el encargado de la compra del inmueble en 1958 de lo que hoy es la basílica del Señor del Gran Poder. Como Hermano Mayor del Señor de Sevilla, fue el responsable de la construcción de su nuevo templo, terminado en 1965.

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La Voz de la calle MISA DE APERTURA DEL CENTENARIO Pedro: La función fue digna de la apertura del Centenario. La dignidad que merecía la celebración se fundió con la idiosincrasia de nuestra Hermandad, que junto con las voces del coro y la magnífica homilía de Don Carlos hicieron no solo abrir las puertas de este centenario, sino también la de nuestros corazones para tan magno acontecimiento. Desde aquí quisiera felicitar a la Junta de Gobierno y a todos los que la hicieron posible. Manoli: La misa de apertura del Centenario fue un acto muy bonito y necesario de celebrarse, ya que son 100 años los que nuestra Hermandad cumple, que se dice pronto, y había que darle comienzo con un acto diferente e inolvidable para el disfrute de todos los rocieros de Benacazón. CENA HOMENAJE Candi: El día de la Cena Homenaje me pareció una noche muy emotiva y especial, llena de recuerdos ya que un miembro de mi familia fue uno de los protagonistas de la noche. Todo fue estupendo, éramos una gran familia recordando aquellos años de Rocío. Fue una noche magnífica y muy rociera. Bernardo: Fue una noche imborrable para los presentes y para los que ya no están con nosotros, para que la tradición y los años se rompan en el tiempo, para que el amor a esta hermandad siga vivo. Manolita: El acto de la Cena Homenaje fue muy emocionante. Había gente de todas las edades, rocieros mayores y jóvenes, la semilla y el fruto, y los que ya se nos fueron y que aquella noche recordamos. Fue un homenaje muy merecido a todas las personas que lucharon por nuestra Centenaria Hermandad y que nunca deberíamos dejar en el olvido.

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Sus altezas reales la infanta doña Isabel Alfonsa de Borbón y la princesa doña Esperanza, junto a la camarista de la Virgen, doña Ana González Acevedo, durante la Misa del Domingo de Pentecostés de algún año de mediados de los sesenta.

LA CASA REAL, EN BENACAZÓN Nos cuenta un Hermano Mayor de la Hermandad, don Manuel Pérez, acerca de una ocasión poco conocida, pero no por eso menos señalada, de la historia de Benacazón en el Rocío. Ocurrió que el fin de semana de Pentecostés de 1968, estrenando la casa de la Plaza de Doñana, se presentó en la misma nada menos que la tía materna del hasta hace poco rey don Juan Carlos, doña Isabel Alfonsa, de la que era muy conocida su devoción por la Virgen marismeña. La comitiva que acompañaba a tan distinguida rociera consistía en una pareja de amigos y un acompañante masculino, que muy bien podía ser su hijo José, el único de sus cuatro hijos que heredó su afición por el Rocío. De hecho, el tercer vástago de la infanta y su marido, el conde polaco Juan Zamoyski, fallecido en el 61, contrajo matrimonio en Almonte en 1973 y vivió en el Rocío hasta su muerte en el año 2010. Los cuatro ilustres visitantes se detuvieron en las puertas de la que fue nuestra morada en la aldea durante casi tres décadas para solicitar la amabilidad de algún refrigerio a una hora del mediodía en que la regia compañía estaba necesitada en su deambular por un lugar donde ni mucho menos existían tantas opciones de detenerse a descansar y reponerse como en la actualidad. Sin bajarse del caballo, los invitados pudieron disfrutar de una copa de vino gracias a la cañera de metal para transportar varios vasos a la vez que ya entonces tenía el Chico Marcelo. Ni que decir tiene que los allí presentes atendieron a los visitantes como ellos se merecían y como corresponde a la conocida hospitalidad de Benacazón. Se recuerda el evento como un rato delicioso en el que pudieron departir con tan excelsos personajes y con la satisfacción de poder mostrar la sencillez del ambiente rociero popular. Los invitados reconocieron las atenciones recibidas mostrando un profundo y sincero agradecimiento por tan agradable acogida. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que se trata probablemente de la única visita de un miembro de la Casa Real española a nuestra Hermandad en sus cien años de historia. 22


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