Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho” Trabajo Docente e Innovación Maestra: Beatriz Hernández Sánchez Alumna: Julia Janeth Reyes Tostado Licenciatura en Educación Preescolar Quinto Semestre SEMINARIO INTERNACIONAL “LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA EN ENTORNOS INNOVADORES DE APRENDIZAJE” 2 de diciembre de 2011 Montevideo, Uruguay
PANEL 1. Estrategias para el desarrollo del pensamiento innovador en educación
“O inventamos o erramos”. Revisando las fuentes de la innovación en el siglo XXI Judith Sutz - Universidad de la República, Uruguay Lo que vale es aprender, sí, pero no copiar, porque no hay modelos que calcen perfectamente en la realidad y situación sobre la que estamos trabajando. Espero que se haya evidenciado la importancia del contexto. Es decir, podemos ser innovadores dentro del aula, pero lo que pasa fuera de ella también importa para poner en valor lo que en el aula se obtenga. El aprendizaje no se termina en el aula, lo sabemos, el aprendizaje continúa a lo largo de toda la vida, sólo que a lo largo de la vida aparecen (o no) otras instancias, oportunidades y requisitos de aprendizaje y esto tiene mucho que ver con desarrollo. Hay muchos desafíos que pensar, hay mucha necesidad de innovar, hay muchas cosas para cambiar pero, hoy como ayer, no hay modelos. “O inventamos o erramos”.
Docentes del siglo XXI: Innovar o innovar Hugo Martínez Alvarado - Chile
Innovación y docencia El ejercicio docente está íntimamente ligado a la capacidad innovadora. Cada vez que un maestro debe tomar alguna decisión que no estaba considerada en la planificación original, está innovando. En cada oportunidad en que el liderazgo educativo se pone a prueba, como parte del esfuerzo por mediar y localizar los contenidos que deben resultar pertinentes a los estudiantes, los docentes están innovando. Esta capacidad es intrínseca a la vocación y a la pasión por educar. Quizás por eso la innovación docente pasa frecuentemente desapercibida para la mayoría de los observadores externos. La naturaleza de la innovación en el aula genera, por su parte, que las experiencias exitosas de muchos docentes no sobrepasen los límites de cada sala de clases. Esto se debe a que la actividad educativa es multivariada y lo que ocurre en un aula no necesariamente ocurrirá de la misma forma en otra. No es posible reproducir las condiciones particulares de cada grupo de estudiantes y comunidades escolares, por esa razón no hay recetas infalibles para la innovación en educación. Incorporar las nuevas formas de aprender, reconocer la necesidad de participación y protagonismo de los aprendices, utilizar sus competencias digitales para la generación y sistematización de conocimiento, transformar las aulas en comunidades de aprendizaje, fomentar el compromiso y motivación de cada estudiante con el objeto sobre el que se espera generar aprendizajes y perfilar un nuevo rol del docente como líder de estos ambientes de enseñanza es una gran oportunidad. Innovar es responder a la urgencia y, al mismo tiempo, a la necesidad de proponer nuevas estrategias de aprendizaje. Condiciones para la innovación La innovación se refiere fundamentalmente a la capacidad de poner en marcha ideas creativas. La creatividad requiere entonces experimentar ejercicios de libertad profesional que permitan observar desde nuevos ángulos y con nuevos paradigmas. Se requiere fomentar ambientes que estimulen estos ejercicios, en los que el respeto y confianza primen como conducta de trabajo compartido. Pero no basta con tener una propuesta creativa para responder a dificultades no resueltas con las formas convencionales. Hay que disponer de capacidades para implementarlas exitosamente. Ésta es la segunda condición.
Un primer paso para innovar en educación, y particularmente en el aula, es desarrollar condiciones que permitan crear ambientes que favorezcan las situaciones emergentes y no planificadas. Generar condiciones de confianza y trabajo colaborativo al interior de los centros escolares es fundamental para lograr estos ambientes. Un segundo paso es el desarrollo de condiciones que propicien la creatividad. La mayor parte de las ideas ocurrentes se generan fuera de los espacios laborales estructurados y habituales. Finalmente, el tercer paso supone capacidades de planificación e implementación. El desafío, entonces, es desarrollar las condiciones que favorezcan el desarrollo de ideas divergentes que, a su vez, alimenten experiencias de innovación en los centros escolares.
Videojuegos comerciales como instrumentos educativos en aulas de educación secundaria Héctor del Castillo - Universidad de Alcalá, España Para elaborar estas producciones tuvieron que respetar la siguiente secuencia: — Planificar la acción. — Cada grupo debía decidir su mensaje, su audiencia y la intención de su mensaje. — Seleccionar y combinar los recursos para transmitir el mensaje. *habla sobre videojuegos*
Estímulos organizacionales para el pensamiento innovador Inés Aguerrondo – Argentina Según Gebser, a partir del inicio del siglo XX se está gestando una nueva estructura de conciencia (modelo mental) que él llamó estructura integral de conciencia. El ser humano pasivo, que observa y describe, se ha tornado hoy un ser humano activo que re-crea el mundo. Hoy no nos alcanza con una escuela que se plantee como objetivos lograr las operaciones tradicionales de pensamiento: observar, comparar, razonar. Necesitamos agregar a esas operaciones de pensamiento la capacidad de acción. Esto es lo que hoy se denomina ‘pensamiento tecnológico’, que es mucho más que saber manejar la computadora (eso es meramente tener capacidades informáticas). Tener pensamiento y capacidades tecnológicas es ser capaz de, a partir de conceptos y saberes teóricos, operar sobre la realidad, transformarla. O sea, ir más allá de comprender la realidad: colaborar para poder mejorarla.
Esto que estamos denominando pensamiento tecnológico, es decir, la capacidad de resolver problemas, la posibilidad de plantearse y de definir un problema y de operar sobre él, la capacidad de rescatar qué conocimiento necesito para poder operar de manera innovadora sobre este problema, eso es lo que podemos definir como ‘creatividad’, pensamiento creativo, capacidad de innovar, ir más allá de lo posible en estas circunstancias. La verdadera creatividad en este contexto de urgencia de cambios profundos es ser capaces de construir alternativas por fuera de nuestras rutinas, apuntar a cambiar el modelo desde donde llevamos a cabo nuestra tarea de enseñar, pero hacer esto como tarea individual es realmente muy difícil; tiene que ser una tarea conjunta que permita el surgimiento de una creatividad grupal que aliente a romper las rutinas individuales en pos del mejoramiento de la calidad y del incremento de la creatividad en educación.