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Índice
Director Jury García Ancamil Editora General Andrea Valenzuela Araya Comité Editorial Nelson Aramburú Oscar Carriel Concha Carlos Jeria Arados Marcelo Sánchez Abarca La Revista Mirada Crítica Es una publicación trimestral de la Mancomunal del Pensamiento Crítico Su dirección postal es Madrid 992, Villa Alemana, V región/ Chile Las opiniones expresados por los autores son de su responsabilidad y no representan necesariamente la posición de la Mancomunal del Pensamiento Crítico Diseño de la Portada Carlos Jeria Arados Diagramación y Composición Nelson Aramburú Oscar Carriel Concha Marcelo Sánchez Abarca
Editorial
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Diálogo con Luis Emilio Recabarren al cumplir cien años su Obra “Ricos Y Pobres” o, doscientos años de Chilenos Ricos Y Chilenos Pobres.
Carlos Sandoval …………………………………………………………………………………3 Bicentenario en Chile: Balance Histórico, Tareas Pendientes y Autoeducación Ciudadana
Gabriel Salazar
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EL CAUTIVERIO INFELIZ: La negación de la diferencia y el racismo chileno. El caso de la huelga de hambre de los PP Mapuche.
Jury García
………………………………………………………………………………18
Reflexiones bicentenarias, a propósito del himno nacional
Ximena Salazar …………………………………………………………………………………22 Un Debate inconcluso en el Bicentenario: La Democracia y la Participación en la Escuela
Graciela Muñoz …………………………………………………………………………………25 Relato de mi sueño azul
Elicura Chihuailaf ………………………………………………………………………………32 Desfondamiento del Lenguaje – Lenguaje sin Fondo
Braulio Rojas
………………………………………………………………………………37
De la «Otredad» de América a «Nuestramérica»
Impreso por: Ediciones Mancomunadas Madrid 992, Villa Alemana, V región/ Chile
Pamela Soto
………………………………………………………………………………42
Control y Disciplinamiento Prácticas de Coerción, Dominación y Tortura en el Chile Republicano
Marcelo Sanchez ………………………………………………………………………………48
Aportes y/o sugerencias a: revistamiradacritica@gmail.com ISSN: 0718-9834
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Año 1- Número 1
LA MIRADA HEGEMÓNICA TEME UNA MIRADA CRÍTICA. La Mancomunal del Pensamiento Crítico ha sido pensada como un espacio de encuentro, reflexión y construcción de propuestas para levantar alternativas de “rearme ideológico del mundo popular”, frente a la implementación de un proyecto generalizante y totalizador, que ha logrado la deslegitimación de las alternativas populares de construcción de poder soberano y constituyente. Lo anterior ha significado la elaboración de un discurso oficial sin contrapeso y con pretensiones hegemónicas, estructurado desde los centros de elaboración intelectual oficialista, que desconoce las ideas y alternativas elaboradas desde las bases ciudadanas, imponiendo desde arriba la lógica libremercadista por sobre las ideas de soberanía transversal y popular. Como reacción a esta realidad es urgente convocar a los ciudadanos con sensibilidad social y conciencia histórica, para desarrollar un ejercicio que signifique reanimar el pensamiento crítico y propositivo de los diversos sectores sociales. Se hace imperiosa la convergencia de intelectuales y trabajadores, unidos por gestación comunitaria, mutualista y con ética colectiva responsable, que generen la construcción de un discurso alternativo, que cuente con la legitimidad proporcionada desde y por la base social, entendiendo que este no se gestará en los centros de construcción intelectual de lógica neoliberal, nutridos de la complacencia empresarial, que los remunera generosamente. Como consecuencia de esta necesidad nace Mirada Crítica, una revista independiente que busca convertirse en un espacio de convergencia para las miradas alternativas de la realidad económica, política, social y cultural del Chile actual, por eso, esta publicación que pretende aparecer trimestralmente, encuentra su génesis en la necesidad de unir esfuerzos intelectuales para construir propuestas desde la legítima sociabilidad de los excluidos, que nos permitan recuperar la memoria social y la riqueza del mundo popular. Esto nos plantea un segundo desafío en lo temático, analizar críticamente las estructuras disciplinantes que regulan y restringen la autonomía y libertad de acción ciudadana, que se ha visto arrinconada por la dominación unilateral, que ha logrado extender como un manto siniestro, la lógica mercantil sobre nuestras vidas, obligándonos a subjetivar la conflictividad social y lo que es peor, nuestra afectividad más íntima, la que se ve determinada por la falacia discursiva de los administradores del poder. Desde esta óptica, entendemos que intelectualidad no puede ser, sino más, que sinónimo de compromiso civil y conciencia para la superación de las desigualdades, que nos permitan establecer los cimientos para la recuperación de una democracia participativa y constructora de poder constituyente. En este contexto, Mirada Crítica, se transforma en parte de la plataforma comunicacional de La Mancomunal del Pensamiento Crítico, la que en soporte digital o papel, servirá como un instrumento que permita acceder a las elaboraciones intelectuales y propuestas que emergen desde las más variadas expresiones de resistencia al modelo en aplicación. Con esto queremos sumarnos humildemente a esa gran vertiente de comunicadores populares, que con escasos medios y de las más diversas formas, tratan de mostrar el verdadero rostro del sistema y del país. Equipo de redacción de MC.
Valparaíso, Noviembre de 2010
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Diálogo con Luis Emilio Recabarren al cumplir cien años su Obra “Ricos Y Pobres” o, doscientos años de Chilenos Ricos Y Chilenos Pobres. Carlos Sandoval A.
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ace cien años, un hombre se preguntó ¿puede haber entusiasmo y motivo espontáneo y justificado para que el proletariado se asocie a las festividades centenarias? Ese hombre era Luis Emilio Recabarren y su pregunta estaba motivada por la proximidad del primer centenario, de la independencia administrativo-política de nuestro país. Hoy, nos acercamos a un segundo centenario y, creo que debiéramos hacernos la misma interrogación de aquel tipógrafo. Es decir, se debe preguntar y preguntarnos cuántas y cuáles son las razones por las que debiéramos celebrar, ahora, otros cien años de independencia políticoadministrativa. Sería un hermoso ejercicio de inteligencia humana, comparar los cien años de ayer, con los doscientos de hoy. Mejor aún, usando nuestra imaginación y desde nuestra realidad podríamos emprender un dialogo con el pasado, teniendo como interlocutor a Recabarren. A esta tarea me dispongo: dialogar con el líder obrero, cien años después que interpeló a nuestra sociedad de entonces. Luis Emilio, dijiste y así lo reconociste públicamente que, a cien años de la independencia de Chile, los progresos en nuestro país eran evidentes. Difícil resultaba ocultarlo y categóricamente remachaste tu idea
expresando ¡”ello no puede negarse”! No hubo obsecuencia en esas palabras, sólo honradez y sentido de la realidad. Tampoco hubo mezquindad en tu espíritu al reconocer los avances materiales y políticos que exhibía el país. Ahora bien, querido compañero Recabarren, si miramos nuestro entorno, nuestro tiempo y nuestro espacio, nos percataremos que estamos en el mismo escenario que vivenciaste hace un siglo atrás. Si miramos en alrededor podemos dar cuenta de los muchos progresos que ha experimentado Chile. Por cierto que, al igual que tu, tampoco los negaremos. Ayer como hoy, es estar ciego no reconocerlo; es acientífico no aceptarlo. Hay, en este bicentenario, un enorme progreso material que se enseñorea en nuestras tierras. De ello debiéramos estar orgullosos. Pero, querido Luis Emilio, siempre hay “peros”. Ayer tú también apaleaste a tus “peros”. Y, hoy nosotros igualmente los tenemos y nos duelen. Y ¿cómo no poseerlos y sufrirlos?...si todos esos adelantos o progresos nacionales --- de ayer y de hoy --- no son sino frutos de la acción colectiva de miles de hombres y mujeres que día a día van construyendo, enseñando, demostrando, horadando, extrayendo y “multiplicando los panes” de la riqueza. Ayer lo señalaste, ayer lo denunciaste. Hoy la situación no ha cambiado. Los progresos que exhibe Chile, no son obra de un grupo de iluminados, sean estos industriales, financistas o intelectuales. Ellos han aportado.
No hay duda. Nadie lo niega, nadie lo quiere negar, nadie lo podría negar. Entonces… ¿dónde está el “pero”? El “pero” está, al igual que ayer, compañero Luis Emilio, en que no todos han sido recompensados de forma justa. Muchos han tocado muy poco, algunos prácticamente nada. En cambio muy pocos se lo han llevado prácticamente todo. No lo digo yo, lo dicen organismos e instituciones nacionales e internacionales, todas ellas altamente respetable y alejadas de toda sospecha subversiva. Es cierto, Luis Emilio, lo ha dicho incluso la Iglesia Católica. Los sacerdotes han clamado por una sociedad más justa, han dicho que los pobres no pueden esperar más. Han llegado --- los clérigos -- a exigir un sueldo digno. He aquí el primer gran “Pero”. Sin embargo hay más… mucho más. Debemos decirlo fuerte y claro: quienes han gobernado estos últimos cien años, no han podido o no han querido ser un poco más justos en la participación del progreso. Dicho de la misma forma que lo expresaste hace cien años, “progresos ostensibles, son precisamente la causa de la miseria” de la pobreza… porque el progreso ha sido “construido, pues, con cuotas de la miseria”. O sea, y en palabras claras, a la mayoría de hombres y mujeres de este país “no le ha correspondido sino contribuir” al adelanto, su papel se ha reducido a generar riquezas, pero no a disfrutarlas, porque una minoría se ha reservado ese derecho. Amigo Recabarren dijiste que los pobres, en los primeros cien años de vida independiente, habían contribuido en el progreso industrial y que la riqueza producida había quedado, mayoritariamente en manos de los empresarios. Al momento de estar
concluyendo este siglo, el mismo que tú inauguraste con tus palabras, debo decirte con mucha amargura, con mucha frustración, que la situación no ha cambiado nada; mejor dicho ha sido maquillada para ser aún más cruel que ayer. Te cuento: Hoy, se alega que todos tenemos acceso al consumo; se ha llegado a decir que éste se ha democratizado porque podemos comprar un TV plasma, que podemos acceder a un MP3 o un MP4; que es fácil conseguir zapatillas de marca; que todos podemos comprar vestuario de calidad. Y, no tengo muchas dudas, te sorprenderías si caminaras por las calles del bicentenario, porque efectivamente verías a jardineros hablando por un celular (teléfono móvil que no alcanzaste a conocer) te encontrarías con jóvenes poblacionales vestidos con ropaje extranjero. Te asombrarías al ver, en una vivienda obrera, los más exóticos medios electrónicos. Por favor, no me repliques diciendo que es el tiempo que ha pasado. Es cierto, ha pasado un siglo, pero ello no es suficiente para explicar el impacto que te causaría. Porque esos hombres y mujeres, que disfrutan de los avances civilizadores de la tecnología capitalista, son pobres, muy pobres…quizás son más pobres que los pobres que tú conociste. ¿Sabes por qué te digo esto? Por una razón muy simple: los ricos que tú sufriste no son nada ante los ricos que nosotros resistimos. Pero… ¡bien!...estoy convencido que tu inteligencia te haría sospechar de tanta maravilla. “Algo falso está ocurriendo”, dirías, me dirías, nos dirías. Y nosotros te deberíamos responder si, hay mucho de fatuo en todo lo que miras. Al pobre, a los trabajadores, no sólo le pagan poco, sino que los esquilman al
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Año 1- Número 1 doble con las deudas, con los créditos, con los intereses, con las comisiones, con los pre-pagos, con las facturaciones. Los conceptos que te menciono, no los conociste, nos viviste. Son, por cierto, los conceptos que hablan del progreso del capitalismo, del avance cada vez más complejo del sistema capitalista. Pero te lo trataré de explicar, si me lo permites, en una sola frase: es un vía crucis que debe transitar el trabajador para sobrevivir en el capitalismo. ¿No entiendes, estimado Luis Emilio, lo que es el crédito? Lógico, no podía ser de otra forma. En tu “centenario” aún no se conocía en Chile el llamado crédito. Te lo explico en una sola frase: es lo que tú conociste como “el fiado” del almacenero, con la sola excepción que para entonces el prestatario o fiador no cobraba intereses. Era una especie de símbolo de confianza que el almacenero le daba al trabajador. Hoy para nada es así. Muy por el contrario, es una pesada e invulnerable cadena que atan a miles y miles de obreros y obreras, bajo el argumento de que así y nada más que así podrán conseguir lo que necesitan para vivir bien. Hoy, esa supuesta confianza del gran almacenero está simbolizada en una pequeña tarjeta de plástico o baquelita con la que “paga” el consumidor. No, no es la “ficha” de tu época. En el presente a los trabajadores se les paga en efectivo. La tarjeta de crédito es distinta o, mejor dicho, es más sofisticada, más hipócrita, más eficaz y por tanto más cruel con los explotados de hoy. Trataré de explicar de la mejor forma que pueda cómo opera este mecanismo del sistema económico para arrancarle al asalariado,
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la ínfima riqueza que obtuvo con su trabajo. Hoy, no sólo se debe pagar lo que vale el artículo, sino también la supuesta confianza que el empresario-financistacomerciante depositó en el trabajador. Quiero advertirte algo camarada Luis Emilio; a este empresario-financistacomerciante jamás lo verás, no tendrás la oportunidad de mirarle a la cara para reclamarle por sus abusos. La relación ya no es tan directa; estos individuos (que actúan en grupos) se esconden en grandes empresas comerciales, con bancos propios y que ahora se autodenominan “Grandes Tiendas” o “Retail”, a las que periódicamente debemos concurrir para pagar nuestros pecados del consumo. Es una nueva forma de alienación y enajenación, una nueva religiosidad que practican muchos de tus connacionales. Bueno, pero cómo lo hacen para robarle aún más al trabajador. En tu tiempo la “ficha” la emitía el dueño de la obra que también era dueño de la pulpería, lugar dónde el trabajador estaba obligado a comprar y pagar con la ficha que el patrón le daba por su trabajo. El abuso se incrementaba porque en la pulpería le desvalorizaban aún más el trabajo al obrero con los altos precios que debía pagar. Eso lo sabes mejor que cualquier historiador. Hoy, los precios se mantienen más o menos estables, gracias a la manida libre competencia o si suben…es muy poco. Incluso ha habido momentos en que han bajado. Sorprendente ¿no?...pero no nos hagamos ilusiones, compañero…los empresarios siempre ganan. Mira los “trucos” de que se valen. De partida, si tienes una tarjeta bancaria cobran un servicio de mantención. La pregunta es
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obvia ¿mantener qué, por qué, quién? Ese cobro lo hacen mes a mes, semestral o anual actualizado su valor. Luego te cobran la llamada facturación, es decir te cobran por cobrarte lo que compraste… ¿se entiende no? Mira Luis Emilio, es como si el almacenero de tus tiempos te hubiera cobrado por dos cosas: por tener el cuaderno donde llevaba el registro del fiado y por avisarte que le tenías que pagar. Pero, no sólo esta artimaña usan los empresarios…hay más. Es muy cierto que los precios están más o menos estables, también es cierto que se puede comprar donde uno lo desee. Pero eso es en apariencia. Te dije que los empresarios-financista-comerciantes actuaban en grupo, así es. Y como tales tienen sus intereses económicos diseminados en múltiples negocios, por consiguiente quienes consumimos siempre le estamos pagando a los mismos. Sólo cambia el nombre del gran almacén. Pero no sólo este monopolio disimulado sufrimos, también se nos cae encima la usura con la compra “en cuotas”. Al final terminas pagando dos o más veces el valor de lo que compraste y…sigues endeudado. Pero hay más de injusticia. Ayer dijiste que los pobres contribuían al “progreso de la arquitectura y de la ornamentación y belleza de las ciudades y de sus edificios”. En estos últimos cien años la situación ha continuado siendo igual. Los pobres han construido calles, carreteras, redes viales, enormes y fastuosos edificios, cines, teatros municipales, enormes estadios, palacetes colgando de los cerros cordilleranos, plazas y centros turísticos invernales. En fin, ha construido a Chile entero.
Pero, y nuevamente con los “peros”, hoy igual que en tus días, los pobres no disfrutan de sus frutos. Ellos, después de construir todo lo que te he mencionado, regresan a su “sitio”, a su espacio, a su pigmea vivienda, a sus estrechas calles, a sus polvorientas plazas y canchas de futbol, a la “tele” o a las máquinas de juego que están en el bazar de la esquina, a sus áridas y tóxicas veredas para sentarse en una cuneta a compartir una “chelita” o simplemente a fumarse un “caño”. No hay belleza para el pobre, no hay esparcimiento para las mayorías. Solo tienen la posibilidad de evadirse para luego volver a la realidad de constructores de progreso que otros, los menos, aprovechan. Por lo que te cuento, hoy al igual que ayer, “el progreso del pueblo es muy insignificante”. Comparemos los tiempos. Por ejemplo, dijiste que era un grave problema social las habitaciones obreras. Nos explicaste que la cuarta parte de la población de Santiago vivía en “habitaciones insalubres e impropias para la vida humana”. Hay, señalaste, “en Santiago cien mil personas que viven en un ambiente deletéreo, en medio de miasmas ponzoñosas, respirando aires impuros y sufriendo la influencia y el contagio de infecciones y epidemias”. Han pasado, insisto hasta el cansancio, cien años y si viajaras al hoy, te encontraría que ya no viven cien mil personas en esas condiciones. Hoy son millones las que sufren los efluvios tóxicos de las industrias químicas, son millones los que viven hacinados en casas llamadas “sociales” a las que incluso le han puesto apodos: “casas de nylon” y “casas chuby”.
¡Viviendas, las llaman! Luis Emilio, y Cuánta ignominia hay en los excluidos que si dijiste en 1910 que habían cien mil hunden sus angustias en el alcohol y la personas “en habitaciones, como droga generando una brutal violencia en el inmundas mazmorras, estrechas, oscuras, hogar, contra sus mujeres e hijos. Con sin ventilación, en que el organismo se cuánto horror nos enteramos de los atrofia y degenera. Cien mil personas que femicidios e infanticidios producidos por el viven en término medio, de vicio de los padres. a cuatro por pieza en Pero, amigo “Por eso pienso que son pocos los motivos para celebrar. Y veinticinco mil Recabarren, debo parafraseo tus palabras; creo habitaciones, contándose a decirte con mucha que es insensato querer veces hasta ocho vergüenza, debemos participar en celebraciones individuos en cada una. contarte con mucho centenarias, en festividades de Cien mil personas que rubor, que lo que homenaje a un progreso viven en el hacinamiento y viviste no fue peor de nacional que ha sido esquivo e la promiscuidad más lo que nosotros injusto con las mayorías de repugnante. Cien mil vivimos. Debemos nuestro país.” personas para quienes la decirte que no hemos santa palabra hogar es una superado la infamia de expresión vaga o sin sentido”, hoy, la prostitución. Muy por el contrario. La lastimosamente, debemos reconocerlo, no Hemos “enriquecido” ampliando la es distinto. Lo único que ha cambiado ha cobertura del servicio. Antes se hablaba sido la cantidad de los sufrientes. de la “Quinta de Recreo” o “La Chingana”, Ya, pero bien, amigo Recabarren, ahora se trata de “casas de masajes”, de todo lo dicho es material. Pero, “cafés con piernas”, de “compañía nuevamente “los peros”, ¿cómo estamos femenina para ejecutivos”. También la en lo moral? Bueno, nuevamente nuestra hemos perfeccionado o intentado de realidad hoy, parece ser una copia de lo mejorar con la creación de “barrios rojos”. que tú viviste. Mira las semejanzas, Más aún se ha renovado el producto a veamos las similitudes. “vender” porque ahora tenemos niñas e Luis Emilio, dijiste entonces que los incluso niños que practican la prostitución. pobres habían “perdido la dignidad y la Como ves, el progreso y la modernidad vergüenza cuando juega su salario tiene otras caras, distintas a las que dejando sin pan a su familia; cuando en la conociste. taberna o en el prostíbulo consume su También nos hablaste de salario arrastrado por la ola de la asesinatos masivos. Claro, como no, por corrupción; cuando ostenta sus vicios en supuesto que manchas de sangre tenían el seno de sus hijos y los empuja a la que cubrir las calles de Valparaíso, de corrupción”. Santiago, del norte salitrero y del sur Lo que ayer se presentaba como un carbonífero. Te espantaste ante tanto vicio --- los juegos de azar --- hoy se nos horror y dolor. Los muertos, los que muestra como una posibilidad de hacer quedaron viendo como se diluían sus realidad los sueños. esperanzas entre las frías y estruendosas ¡¡Cuánta ilusión compra y a que Balas. costo lo hace!! el pobre cuando concurre a ¿Cuál había sido delito cometido, los boletos del Kino, de la Polla Gol, de la como para tener tan fuerte castigo? Lotería y de cuanto juego de albur existe.
Nada más, ni nada menos que reclamar por una vida más digna; por pedir que les pagaran sus sueldos en dinero y no en fichas de cartón; por pedir, por clamar por un techo y una cama que les permitiera sortear las inclemencias. Era mucho lo pedido… y había que enmendar las conductas, había que imponer el orden, un orden de paz, aunque ésta fuera la paz silenciosa de los cementerios. Y… ¿en estos cien años de tu ausencia siguen estas tropelías? Luis Emilio, con enorme amargura debo contarte que se repitieron, una y otra vez, los asesinatos. Te nombro sólo algunos: mataron en Ranquil, en San Gregorio, en la José María Caro, en las minas de Salvador, en Concepción, en Puerto Montt… te lo resumo: han asesinado en todo Chile. Y ¿sabes cuál fue la causa? ¡No te sorprendas con mi respuesta! Los asesinaron, las asesinaron, por las mismas causas que tú conociste. ¿No me crees?... ¡pregúntale a Víctor, que está a tu lado! A él lo mataron en un estadio… ¿Te das cuenta?...poco o nada ha cambiado. Por eso pienso que son pocos los motivos para celebrar. Y parafraseo tus palabras; creo que es insensato querer participar en celebraciones centenarias, en festividades de homenaje a un progreso nacional que ha sido esquivo e injusto con las mayorías de nuestro país. Porque, seamos franco, ¿en qué consisten estas celebraciones para los pobres? producido solamente miserias y corrupciones. Nos ponemos llenos de remilgos para responder…tememos herir susceptibilidades. Pero gracias a que estamos en confianza digámoslo no más, mejor aún usaré tus palabras Luis Emilio “La mayor cuota que el pueblo aporta en estas festividades consiste en embriagarse al compás del canto y en
embriagarse hasta el embrutecimiento que los conduce a todas las locuras”. Pero no perderemos las esperanzas y tal como tú, hoy queremos hacer votos y comprometernos a desplegar el más grande de los esfuerzos para que el tercer siglo de vida de esta república sea una época ininterrumpida, de verdaderos progresos materiales y morales “que eleven grado a grado el valor y la dignidad de los seres que formamos esta comunidad hasta llegar a un estado tal de perfección donde haya desaparecido todo vestigio de inmoralidad, todo sedimento de injusticias, y sin dolorosas transiciones lleguemos a vivir en un verdadero y completo estado de felicidad y amor”. Así es que, con muchas ilusiones, me despido de ti y de este segundo centenario. Imágenes disponibles en: 1- http://trincheradelaimagen.blogspot.com/20 10/09/recabarren-y-el-centenario-de-chilehoy.html&usg 2- http://sicarioinfernal.blogspot.com/2010/09/ recabarren-y-el-centenario-de-chile.html
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Año 1- Número 1 Bicentenario en Chile: Balance Histórico, Tareas Pendientes y Autoeducación Ciudadana Gabriel Salazar V. I n nuestro país, la mayoría de los expertos tratan el problema educativo como si fuera un problema „técnico‟ que afecta a todos los países del mundo, como si se refiriera al aprendizaje de un „saber común‟ que deberían manejar todos los países del mundo, y que, por lo tanto, como si fuera sólo una cuestión de rendimientos comparables, y por lo mismo, de competitividad a todo nivel (de alumno a alumno, de colegio a colegio, de clase social a clase social y de país a país). Todo lo cual se expresa, como es obvio, en puntajes y porcentajes. En rankings y jerarquías. En prestigios públicos y marketing privado. Y finalmente, en aranceles más o aranceles menos (US $ ó $) o subvenciones más y subvenciones menos… Es decir, Educación es igual a: (Generalidad & Globalización + Rendimiento & Productividad + Competencia & Individuación + Éxito & Acumulación $ = MERCADO). ¿Es eso educar? A decir verdad, esa ecuación educativa se asemeja más al método patronal taylorista (que se aplicó al trabajo industrial en la época de Charles Chaplin) que a un proceso educativo en el que están en juego la humanidad en su primera eclosión, en el centro de situaciones cambiantes, de todo tipo: memorias dolidas, identidades a medias, valores revueltos, utopías, solidaridades, sentimientos, frustraciones, neurosis, pobreza, terrorismo de Estado, terrorismo de Mercado, violencia intra-familiar,
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culturas locales, femicidios, tráficos varios, códigos underground, redes solidarias, niños huachos, alcoholismo, drogadicción, madres solteras, televisión intrusiva, trabajo precario, endeudamiento usurero, delincuentes exitosos, etc. El taylorismo fue una fórmula „de aprendizaje‟ aplicada a los obreros de fábrica para maximizar la plusvalía absoluta y la ganancia del capital. Como se sabe, en primera fase, la burguesía taylorista incrementó enormemente sus ganancias, pero después, en segunda fase, bajó la demanda, cayeron los precios, aumentó la cesantía, estalló la lucha social, reventaron las masacres obreras y se llegó, luego de pasar por la revolución bolchevique, a la crisis económica mundial de 1930… El taylorismo, diseñado para beneficiar al capital y no al trabajo, indujo a los trabajadores a desafiliarse de la lógica capitalista y a agredirla de vuelta con grandes huelgas, boycot masivo a la oferta y sabotaje industrial. Hubo, al pasar, aumento de la productividad per capita y de la rentabilidad por fábrica, pero al elevado costo de aumentar exponencialmente la propensión revolucionaria de los trabajadores, pues éstos, frente a la patronal educación taylorista, prefirieron auto-educarse en rebeldía socio-política…
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aumento constante de los índices de delincuencia y el creciente perfeccionamiento de las técnicas de robo La educación taylorista, en todas armado (alunizajes, arrastre de cajeros sus formas (sea en su versión industrial, automáticos, desvalijamiento de bodegas, como en 1910, o en su versión mercantil, asalto a camiones de seguridad, etc.). Y como en 2010) beneficia a los hijos del contrastar también el notorio eclipse de capital, pero no a los hijos del trabajador. las juventudes militantes de partido Porque, como se ha visto últimamente en político con el empoderamiento creciente Chile, no integra los grupos sociales en un de las juventudes poblacionales mismo estándar de vida, ni desarrolla la (pingüinos, piños, raperos, centros solidaridad entre todos, sino, al contrario, culturales, etc.); o el ocaso de las tesis los estratifica, aumentando la distancia estudiantiles referidas a los padres de la social entre una clase y otra, y disparando patria con el aumento exponencial de las los quintiles de ingreso en direcciones tesis referidas a pobladores, redes opuestas. Por eso, así como los obreros sociales, narcotráfico, hip-hop, barras de 1910 decidieron no desenvolver su bravas, choros de población, etc. La identidad subordinados al régimen juventud poblacional, de hecho, ha taylorista (como los obreros de la fábrica invadido las universidades antiguas y Yarur en 1970, cuando forzaron a Allende nuevas. El boom de matrícula de la actual a estatizarla), así también hoy, muchos „educación superior‟ se explica, en buena niños y jóvenes chilenos medida, por la masiva están encontrando que la entrada de esa juventud en “La educación taylorista auto-educación en rebeldía ese nivel educativo. Es no ha hecho otra cosa, en social y cultural que les bueno preguntarse sus dos grandes ofrece la calle es más entonces en qué está versiones históricas, que generar una crisis auténtica, identitaria y aprovechando esa deflacionaria (en el realista que los juegos juventud sus actuales mercado, como en 1910, competitivo-mercantiles en estudios „superiores‟. o en la ilustración escolar, que se revuelve el sistema Considerando el como en el 2010)” educativo actual. Y es la hermetismo del alto razón por la que la mercado, es poco probable „taylorista‟ educación chilena no está que esos jóvenes ingresen, apoyados en experimentando ningún progreso sus grados y postgrados, a los quintiles significativo en términos de rendimiento más ricos de la sociedad. En cambio, escolar internacionalizado. Al contrario: su precisamente por eso, es más probable tasa de desarrollo es ostensiblemente que aprovechen sus estudios superiores menor que el progreso que muestra todos para potenciar a un nivel superior su los días la auto-educación popular en connatural auto-educación en situación de situación de calle… Por eso, es asaz calle… instructivo comparar las denuncias de la La educación taylorista no ha hecho revista Qué Pasa sobre el estancamiento otra cosa, en sus dos grandes versiones observado en los resultados de las históricas, que generar una crisis pruebas SIMCE y PSU, con las denuncias deflacionaria (en el mercado, como en de la consultora Paz Ciudadana sobre el 1910, o en la ilustración escolar, como en
el 2010). Y, en añadidura, ha empujado a sus educandos (los obreros, en 1910; los jóvenes pobladores, 100 años después) a optar por una auto-educación en rebeldía (violencia socio-política en 1910, desafíos socio-culturales en 2010), la cual, considerando el sistema de dominación de turno, no puede surgir ni prosperar sino, sólo, marginalmente. En los bordes del sistema… En el mundo de la vida real… Contra el mundo fetichizado por las mercancías... Por eso ¿por qué no educar sistemáticamente a los jóvenes conforme lo requiere el mundo de la vida real? II Desde mediados del siglo XVIII (el “siglo de las luces”) la historia de la „vida real‟ ha mostrado que los pueblos del mundo, cada vez con mayor ahinco, se han volcado a realizar ciertas tareas, proyectos u objetivos que apuntan a mejorar sus condiciones generales de vida, en todos los ámbitos. Y la energía y voluntad que han puesto en ello ha dado como resultado la gran carrera histórica de todas las naciones para alcanzar el desarrollo social y la modernización. Por eso, en los últimos 200 años, se observa un gran despliegue de energía y voluntad humanas dirigida a construir, en el futuro, una humanidad mejor. Y esa energía se ha desplegado sobre un conjunto de tareas específicas, urgentes, simultáneas y entrelazadas, a saber: a) el despegue industrial, b) la construcción de un Estado democrático-participativo, c) la integración de la sociedad en torno a un mismo patrón y nivel de vida, y d) el establecimiento de un acervo educativo y cultural destinado a crear y potenciar las
capacidades sociales necesarias para realizar con éxito las grandes tareas históricas de la modernidad. En esa gran carrera histórica, algunos naciones se adelantaron a todas (Inglaterra, Francia, Holanda, Estados Unidos), razón por la cual se expandieron por el mundo vendiendo productos industriales y exigiendo a los demás países abrir sus puertas comerciales (libre-mercadismo), mientras, en casa, consolidaban un Estado Liberal individualizante y competitivo, y una Sociedad que compartía multi-socialmente las ventajas de su hegemonía económica mundial. Otras naciones, en cambio, partieron más tarde (Alemania, Italia, Japón, Rusia, China, India), razón por la cual, al tropezar con varios imperios industriales ya arraigados en el mercado mundial, tuvieron que consolidar la „unidad nacional‟ (no el individualismo), practicar el „proteccionismo industrial‟ (no el libremercadismo) y el manejo „centralizado‟ del proyecto nacional de desarrollo (no al Estado „liberal‟, sí al Estado „nacional-desarrollista‟). Y por último, otras naciones, más atrasadas aun (los países que habían sido colonizados) tuvieron que comprometerse, para progresar, en guerras nacionales de liberación o en guerras revolucionarias para el desarrollo social (Africa, América Latina). Por eso, cada grupo de países tuvo que auto-educarse de manera distinta para llevar a cabo el mismo objetivo general de desarrollo y modernización. Las potencias anglo-sajonas se autoeducaron en todas las formas del liberalindividualismo y en la producción continua de hallazgos científicos e invenciones tecnológicas (que es la base de su
hegemonía mundial). Los países que partieron con retraso relativo, en cambio, tendieron a auto-educarse, primero, en función de una cultura nacionalista, estatista y socialista, y después, en la cultura tecnológica que les ha permitido competir de igual a igual con las potencias liberales en el mercado mundial. El problema de los países colonizados ha sido radicalmente distinto: se han autoeducado ambivalentemente, o bien echando mano de la cultura liberal anglosajona, o bien a la cultura estatalsocialista, e incluso, a veces, a las culturas autóctonas del indigenismo. En los procesos históricos de largo plazo, casi todas las ex-colonias han quedado sujetas a la eventual intervención imperialista – directa o indirecta – del capitalismo liberal anglo-sajón, que ha sofocado en todas ellas, de un modo o de otro, el desarrollo de las alternativas nacionalistas, socialistas o indigenistas. Chile clasifica en ese último caso. En efecto: en tres coyunturas históricas distintas, las tendencias políticas esgrimidas por los actores vinculados a la producción industrial y al desarrollo social han sido derrotadas por los grupos mercantiles vinculados a las potencias anglo-sajonas (en 1829, por los mercaderes de Diego Portales; en 1925, por los políticos liberales liderados por Arturo Alessandri Palma, y desde 1973, por los economistas neoliberales amparados primero por la dictadura de Pinochet y luego por las coaliciones políticas post-dictatoriales). Esos tres triunfos consecutivos de los grupos libremercadistas han determinado que, a lo largo de sus 200 años de vida, la República de Chile se haya auto-educado según el paradigma liberal anglo-sajón. Así, de un lado, la mitología nacional se ha centrado en los héroes, próceres y prohombres que han asegurado, a lo largo
del tiempo, el triunfo interno del paradigma liberal. Los conceptos generales de este paradigma (“ideas G”) han estructurado en manera excluyente el imaginario histórico de las clases políticas civil y militar. La capacitación laboral derivada del libremercadismo (manejo de máquinas importadas en lugar de generación colectiva de nuevas tecnologías) se ha encarnado en el „ser productivo‟ de la clase trabajadora. Los textos escolares, por su lado, se han saturado con „la‟ cultura, „la‟ ciencia y „el‟ modo de vida anglosajón… Es decir: en Chile, en los últimos 200 años, la auto-educación nacional no ha sido otra que la educación colonizadora del capitalismo liberal anglosajón. III ¿Cuál ha sido el resultado efectivo de esa bicentenaria práctica educativa (que, en estricto, rigor, debería llamarse „hétero-educación‟)? ¿Cuál debe ser el criterio para evaluar esa larga práctica? Obviamente, el único criterio efectivo de evaluación (vinculado a la „vida real‟), que se desprende de la historia mundial de los dos últimos siglos, es el que establece como patrón de medida la ejecución exitosa o no-exitosa de las grandes „tareas históricas‟ que emprendió la humanidad a partir, más o menos, del siglo XVIII. En este sentido, el balance bisecular que arroja el paradigma educativo aplicado en Chile es, en verdad, catastrófico. Considérese el escrutinio siguiente: a) No nos hemos construido como país „industrial‟. La historia económica de Chile muestra un largo y espasmódico proceso de sofocamiento y represión de los grupos sociales que han intentado impulsar la industrialización endógena del país. Primero fueron los nutridos grupos de artesanos que, entre 1825 y 1870, aproximadamente, dieron vida a un
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Año 1- Número 1 movimiento popular de industrialización, que fue sofocado por el patriciado mercantil enquistado en el Estado autoritario construido por Diego Portales & Cia en 1830. El conflicto consiguiente dio lugar a las guerras civiles de 1829, 1851 y 1859, al asesinato del mismo Portales y a una docena de insurrecciones y motines protagonizados por el artesanado y sus aliados. En segundo lugar, fueron los mecánicos, técnicos e ingenieros extranjeros (sobre todo europeos) los que, entre 1850 y 1914, lograron levantar un importante „sector industrial‟ – que incluyó una poderosa industria pesada –, probablemente, el más importante que ha tenido Chile en toda su historia. Este intento fue progresivamente desprotegido, desgastado y disuelto por las políticas liberales aplicadas obcecadamente por la oligarquía parlamentarista que controló el Estado entre 1891 y 1938. Finalmente, fue el intento realizado por los gobiernos de Centro-Izquierda del período 1938-1973 para industrializar el país bajo la dirección y empuje del Estado Empresario (CORFO). Este intento fue aplastado por la dictadura de Pinochet, que aplicó, por tercera vez en nuestra historia, una corrosiva política des-industrializadora. Hoy día no existe en Chile un sector industrial digno de tal nombre. A cambio, se alzan los faraónicos „templos mercantiles‟ del retail (Falabella, Almacenes París, Jumbo, Ripley, Johnson‟s, las cadenas de farmacias, las clínicas privadas, las corporaciones universitarias, las sociedades inmobiliarias, etc.), que dominan por completo el mercado interno de la economía chilena. El eclipse del sector industrial y la presencia avasalladora del retail (en todas sus variantes), ha producido a su vez la degradación, en casi todas sus dimensiones modernas
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(contrato, salarios, previsión, sindicalización, etc.), del proletariado industrial. b) No hemos construido ni un Estado „desarrollista‟ ni una Estado „democrático-participativo‟. En tres oportunidades (1829, 1925 y 1973) el Estado nacional ha sido construido a partir de golpes militares (dos de ellos extremadamente sangrientos), con usurpación de la soberanía ciudadana y para implementar el mismo paradigma liberal anglo-sajón (o sea: las „ideas G‟ del mercado). La ciudadanía no ha ejercido nunca, por tanto, su soberanía, y ha sido reducida una y otra vez al uso degradante del “derecho a petición”, como también a la periódica elección individualista de los candidatos designados y controlados c) mayoritariamente por la clase política liberal. Por eso, en lugar de una clase trabajadora y profesional consciente de sus poderes cívicos y capacitada para producir y generar tecnología, se ha consolidado una masa social peticionista, incapacitada laboralmente, proclive al violentismo socio-político y de creciente irresponsabilidad cívica. Con el agravante de que 2/3 de esa ciudadanía vive marginalmente de un empleo precario e inserta en gran medida en una economía informal, en la que predomina el tráfico negro de diferentes especies y servicios. Es decir: no hemos construido, ni un Estado verdaderamente democrático, ni ciudadanos soberanos, ni verdadero mercado interno. d) No hemos construido una sociedad igualitaria. Al principio, existió una diferenciación „imperialista‟ entre colonos, indígenas y mestizos. Después, en el siglo XIX, existió una estratificación „pre-capitalista‟ entre el patriciado mercantil y el peonaje rotoso. Más tarde, durante el primer centenario, hubo „otra‟
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categorización pre-capitalista entre la función dirigente, han imitado y copiado oligarquía liberal decadente y la chusma del hemisferio norte, tratando – sin mucho de los conventillos. Entre 1938 y 1973, en éxito – de nacionalizarla; la segunda, en cambio, cuando se intentó promover el cambio, en lo que tiene de „criollo‟, es la desarrollo industrial, la diferenciación fue que conserva la clase popular en los entre patrones y trabajadores. Y desde rincones de su pobreza material y 1973, en pleno capitalismo mercantil, ciudadana y donde aún prevalecen sus entre el minoritario „Quintil 5‟ (el de los tradiciones. En cuanto a la cultura condominios) y el mayoritario „Quintil 1‟ „chilena‟, que las elites gobenantes han (el de las poblaciones)… Por eso usurpado siempre al bajo pueblo para Recabarren habló de “ricos y pobres”. Y el armar las insignias identitarias de „lo Almirante Merino, con sorna, de “humanos nacional‟, no es cultura: son, sólo, y humanoides”. Y el glorioso Ejército materiales populares útiles para la chileno, después de cada masacre de legitimación simbólica de los usos y trabajadores (en su brillante hoja de abusos del sistema de dominación (véase servicios se contabilizan veintitrés) ha Los Quincheros). Por eso, la cultura hablado patrióticamente de „los amigos‟ (la „occidental‟ ha servido principalmente para oligarquía mercantil) y del “enemigo lubricar la dominación del patriciado interno” (los mapuches, los rotos, los librecambista; la cultura „chilena‟, en trabajadores, los cambio, sólo, como marxistas, etc); o, si se “Se trata, de un proceso autoedulcorante para lo educativo complejo y largo. prefiere, de los que no anterior. Sin embargo, No se trata de convocar ya a tienen derechos debajo de la cultura una Asamblea Popular (torturables) y de los que occidental, la verdadera Constituyente, y menos sí tienen (no torturables). cultura popular se ha demandar que las actuales No es extraño que, al día generado y regenerado, autoridades la organicen. No de hoy, Chile tenga una incesantemente, como es una tarea de corto plazo, ni polarización y una cultura de resistencia, de corresponde realizarla a las desigualdad de ingresos agitación social y clases políticas, ni debe que está rankeada entre hacerse improvisada y proyección al cambio precipitadamente. Pues debe las tres más altas del estructural, que, como ser profunda.” mundo. Y por eso mismo, tal, ha chisporroteado en honor a la tradición, las por las calles, en los actuales autoridades hablan de chilenos márgenes del sistema, en las cárceles „sociales‟ (con derecho público) y de políticas, en las poblaciones, en las chilenos „anti-sociales‟ (con Ley faenas laborales y como carga seminal (o Antiterrorista). disposición en cierne) de poder e) No hemos constituido una revolucionario... Falta convertir la cultura cultura nacional de auto-educación y revolucionaria del pueblo en una potencia desarrollo. Hemos tenido, desde la era de desarrollo productivo, social y colonial, una sobre-impuesta cultural político… „occidental‟ (bajada de España primero y En suma, no hemos realizado a después del mundo anglo-sajón) y una cabalidad ninguna de las grandes tareas subyugada cultura „popular‟. La primera es históricas que la humanidad se propuso la que las elites, a todo lo largo de su llevar a cabo desde que alcanzó, podría
decirse, su madurez como especie. De lo cual se desprende que, si bien se puede celebrar la fecha en que Chile logró cortar su conexión umbilical con España (18 de septiembre de 1810), no tendría justificación alguna celebrar el balance histórico de lo que hemos hecho con nuestra „independencia‟ desde 1810 a 2010. El balance neto de estos dos siglos puede resumirse en la frase: “hemos arado en el mar”, de Simón Bolívar. Es decir: está todo por hacer. Por tanto: es preciso prepararse para hacer lo que aun debemos hacer. Y esto significa que, esta vez, debemos auto-educarnos en serio. IV ¿Qué hacer? Primero que nada, debemos autoeducarnos para reconstruir la soberanía ciudadana, que ha sido dañada y empobrecida desde que Diego Portales, con su ejército mercantil mercenario, logró imponerse sobre Ramón Freire en la batalla de Lircay (1829) y construir el Estado no-participativo que nos domina hasta el día de hoy. La heroificación de Portales ha simbolizado en Chile la degradación de la ciudadanía. La perpetuación del Estado portaliano ha difundido la amnesia pública sobre la verdadera democracia. Por tanto, la tarea educativa fundamental, en el aula y en la calle, entre los niños y los adultos, es practicar el estudio de la vida real, el escrutinio socializado de sus problemas, el debate colectivo de las altenativas de solución y la realización mancomunada de las soluciones propuestas. Porque la soberanía ciudadana no es individual, sino comunitaria, y no electoral, sino, sobre todo, propositiva, ejecutiva y realizadora. Y el principal proyecto a realizar es, sin duda, re-construir socio-culturalmente el poder cívico local y el poder cívico nacional, y desde ellos, el Municipio y el
Estado. Porque la principal función de la soberanía ciudadana es ejercer el poder constituyente. Se trata, de un proceso autoeducativo complejo y largo. No se trata de convocar ya a una Asamblea Popular Constituyente, y menos demandar que las actuales autoridades la organicen. No es una tarea de corto plazo, ni corresponde realizarla a las clases políticas, ni debe hacerse improvisada y precipitadamente. Pues debe ser profunda. En segundo lugar, debemos orientar la auto-educación al productivismo, lo cual significa no sólo promover talleres productivos de tipo industrial, sino incentivar la movilización social para cambiar las políticas librecambistas que hoy favorecen más al importador que al productor; o sea: al mercader, no al verdadero empresario. La promoción en abstracto del „emprendimiento‟ (como hacen hoy los gobiernos neoliberales en Chile), sin orientación hacia el productivismo y sin acción política para privilegiar el proteccionismo sobre el librecambismo, no conduce sino a consolidar el régimen de monopolios (cadenas del retail) sobre una masa de empresas PYME cuyo desarrollo global y real continuará bloqueado. Bloqueo que, a su vez, impide que la masa de trabajadores de esas empresas (que componen más del 80 % de la fuerza de trabajo ocupada en Chile actual) pueda tener un efectivo desarrollo contractual, social y, al mismo tiempo, técnico. La promoción del emprendimiento debe ir más allá de la mera iniciativa individual: debe incluir el trabajo cooperativo dentro de la faena, incentivos para la creación colectiva de nuevas tecnologías, apoyo crediticio, y movilización política para proteger el proceso y reducir o eliminar la competencia extranjera. Todo lo cual requiere de un Estado que hable el mismo
lenguaje; es decir, que promueva el nacionalismo, el productivismo y el cooperativismo en faena, razón por la que la ciudadanía debe proponerse construir nacionalismo, el productivismo y el cooperativismo en faena, razón por la que la ciudadanía debe proponerse construir por sí misma el Estado que necesitará. Naturalmente, el nuevo nacionalismo no puede ser a ultranza, como tampoco el industrialismo. En primer lugar, porque la globalización es una realidad que permanecerá por mucho tiempo, y en segundo lugar, porque la nueva industrialización está limitada por la necesidad de mejorar el equilibrio ecológico. Se trata de promover el nacionalismo y el industrialismo de un modo inteligente y equilibrado, pero a la vez firme e intransablemente, porque se trata de recuperar el tiempo perdido En tercer lugar, el único modo de construir el poder social y cultural necesarios para realizar las tareas inconclusas teniendo el tiempo en contra (los plazos históricos naturales están vencidos hace mucho tiempo), es creando y potenciando la sinergía interna de la sociedad. Es decir: desarrollando y multiplicando los mecanismos de cooperación y las prácticas de solidaridad. A todo nivel: dentro y fuera del aula, dentro y fuera de la faena, dentro y fuera del Estado. Pero no a objeto de resucitar el „nacional-industrialismo‟ de comienzos del siglo XX (taylorista, imperialista y belicista), sino un nacionalismo „local‟ sustentado en un socialismo de bases, no en un nacional-socialismo de Estado. O sea: en un socialismo de actores sociales soberanos y de comunidades locales dotadas de autonomía relativa. No se debe ni se pueden repetir las experiencias nacionalistas y facistas que llevaron a las guerras mundiales del siglo XX. El nuevo Estado Nacionalista debe sacar su fuerza
de las sinergías soberanas de la base social, no de ideologías o símbolos abstractos o de chovinismos racistas. La auto-educación que se necesita es, como se dijo, la que fortalece en todas partes y a todo nivel los lazos de cooperación productiva y la solidaridad local comunitaria – fundamentos de la soberanía ciudadana – y no el rendimiento individualista y la competencia insolidaria que orientan la educación actual (que es el fundamento de la soberanía global del Mercado). Por último, todo proceso autoeducativo debe asumirse a sí mismo como práctica política. La educación que Chile requiere hoy es, en gran medida, esencialmente, el re-aprendizaje de la „política popular‟. Porque lo que se requiere aprender es a construir y ejercer poder ciudadano en todos los ámbitos. Por eso, los objetivos bosquejados más arriba exigen deliberación y acción popular inmediata sobre las “terminaciones locales” (Foucault) del sistema de dominación. Por ejemplo, se requiere luchar para eliminar a corto plazo la subvención estatal a todos los establecimientos privados de educación, para invertir el presupuesto fiscal, exclusivamente, en potenciar la educación pública gratuita (los contribuyente no tienen por qué seguir co-financiando la educación de los ricos, y la educación privada debe demostrar que su excelencia se debe realmente a la gestión y al financiamiento privados). También se requiere recuperar, a corto plazo, el control porpular de los millonarios fondos sociales de la clase trabajadora (hoy administrados exclusivamente por compañías extranjeras o monopolistas nacionales a través de las AFPs e ISAPRES), a objeto de mejorar la previsión social e invertir esos fondos con criterio solidario y no para beneficio
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Año 1- Número 1 capitalista, como ocurre hoy. Lo mismo, urge socializar el 10 % de las exportaciones de CODELCO (hoy cedidas a las Fuerzas Armadas) para destinarlo al mejoramiento de la salud y la educación públicas. En la misma línea va la necesidad de nacionalizar las minas de cobre que hoy son propiedad del capital extranjero. Y también urge que las comunidades locales tomen progresivamente el control y protección del sistema educativo público (desplazando al Estado, a los Municipios y a los grupos privados), a objeto de adecuar las mallas curriculares, la administración escolar y los sistemas de evaluación de profesores y alumnos a la realización progresiva de las grandes tareas históricas que el pueblo chileno debe, ahora, concluir. Las universidades, por su parte, deben reformar sus respectivos institutos pedagógicos, para formar profesores que operen eficientemente en la formación y acción destinadas a cumplir las tareas históricas pendientes. La ciudadanía debe, pues, auto-educarse en la teoría y la práctica de una eficaz política soberana. El pueblo chileno, por tanto, tiene mucho que recordar, reflexionar, debatir, decidir y actuar. Precisamente para decidirse a hacer lo que no hemos hecho en estos últimos 200 años. Es el único modo de „celebrar‟ adecuadamente nuestra memoria.
EL CAUTIVERIO INFELIZ: La negación de la diferencia y el racismo chileno. El caso de la huelga de hambre de los PP Mapuche. Jury Garcia Ancamil 1. Propaganda y ocultamiento: ¿indiferencia o racismo? as celebraciones bicentenarias de la emancipación y posterior revolución independentista de la oligarquía criolla, respecto de la corona española, estuvieron acompañadas por una pirotecnia comunicacional de dinámica esquizoide impulsada desde el oficialismo para ocultar las problemáticas reales que afectan al pueblo chileno, cuya estrategia propagandística estructurada sobre el binomio consumo- farándula, reeditaba la vieja fórmula de control social aplicada en el Imperio Romano: pan y circo. Para festejar fueron ofrecidos una serie de eventos masivos que la “ciudadanía” podía presenciar ¿libremente?1 en la plaza de la constitución, mientras las grandes tiendas ofrecen ofertazos inigualables para ayudar a celebrar el bicentenario “como dios manda”, desviando el foco de atención hacia las necesidades para pasarlo bien durante el pasado dieciocho y dejando sin
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Imágenes disponibles en: 1- http://www.mutualismo.org/2009/06/lafalsa-forma-cultural-y-su-declive-k-carson/ 2- http://fapar.org/blogfapar/index.php/2009/0 9/autoridad-y-autoritarismo-en-laenseanza/
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El día 16 de septiembre cuando junto a dos premios nacionales, integrantes de la Mancomunal del Pensamiento Crítico, Ex PP y otros ciudadanos, fuimos a entregar una carta dirigida al Presidente de la República, no pudimos llegar hasta la puerta del Palacio de la Moneda, se nos impidió el paso, se nos grabó y fotografió, argumentando que era por medidas de seguridad, algunas imágenes en http://mancomunalvalpo.wordpress.com 1
base de apoyo civil a las luchas populares llevadas a cabo en ese momento. Mientras tanto, desde el 22 de julio pasado, comenzó a escribirse un nuevo capítulo de la ancestral y heroica lucha Mapuche en contra de la expoliación histórica de la que han sido víctimas. Ese día 34 hermanos dieron inicio a una huelga de hambre que busca “fortalecer las propuestas identificatorias de un movimiento que se oponga a la lógica consumista e individualista”2, asumida de manera sumisa por la sociedad chilena desde la implementación dictatorial del predatorio neoliberalismo. La acción de nuestros pu weichafe buscaba despertar a la sociedad chilena y terminar con la amnesia y la ceguera social, ante las injusticias cometidas en el territorio y dejar al descubierto la falta de voluntad política por parte de los gobiernos administradores del modelo pinochetista. Sin embargo, debieron hacer frente a un cerco informativo que les negó sistemáticamente la posibilidad de difundir su versión de los hechos ante la opinión pública, lo que fue agravado con la campaña de desprestigio y criminalización de la cual son víctimas, estrategia utilizada por la clase política y el sistema judicial para deslegitimar al movimiento reivindicatorio mapuche, presentándolos en todo momento como una amenaza “terrorista” al estado de derecho, falseando de manera consciente las legítimas peticiones de un pueblo violentado histórica y sistemáticamente. No obstante, la maniobra más macabra de todas, que fue la exposición casi pornográfica del rescate de los Carta para todos: 21 de agostos 2010. Presos políticos Mapuche. Cárcel de Temuco. En huelga de hambre 41 días. 2
mineros, en vivo y en directo vía CNN 2. Identidad nacional, el para todo el mundo, lo que sirvió como disciplinamiento de la diversidad. cortina de humo para que el gobierno En este escenario se hace urgente desplegara toda su maquinaria política y hacer un alto en el camino y pensar de así lograr un acuerdo, que significara la manera un poco más profunda, sobre las finalización de la huelga de hambre, causas que generan este racismo, es dejando a los comuneros en la más decir de la intolerancia que nos hace completa indefensión. entender al pueblo mapuche y sus Como si fuese poco, debemos expresiones de resistencia como el agregar una situación que tiene la misma enemigo. Por esta razón escudriñaremos gravedad que lo relatado anteriormente, en el fenómeno de las identidades y la los administradores del modelo, desde el construcción de los universos simbólicos año 1989 hasta hoy, han eludido su en el largo aliento, para entender los responsabilidad ante la falta de legitimidad fundamentos de nuestra denominada de nuestro dictatorial sistema idiosincracia nacional. constitucional, es más, como podemos ver El fenómeno de las identidades, es lo aplican de manera perfecta, cuando una construcción versátil y compleja, que este les permite cuidar sus intereses. se estructura en la existencia particular y La carencia de razón y la falta de colectiva de los conglomerados humanos, voluntad han llevado a la “institucionalidad estas se configuran desde las republicana”, a aplicar la ley antiterrorista segmentaciones socio económicas y a personas que buscan dar respuesta a culturales existentes en los países, por lo conflictos sociales que día a que, una primera “Por esto podemos día les impiden desarrollar conceptualización se plantear que la negación sus vidas de la mejor manera, podría encontrar en las del ethos identitario, se perpetuando la segregación y diferencias económicas constituye en el eje del el “racismo huinca” sobre el existentes en las poder, del Mapuche y sociedades nacionales, disciplinamiento y la conceptualizándolos como desde esta perspectiva, en expropiación, llevada a enemigo interno, a los que se el caso de Chile, las cabo por las clases debe aplicar el máximo rigor identidades serían dominantes.” de la ley, aunque esta variadas y complejas, pero transgreda los derechos esenciales de los con una serie de elementos comunes seres humanos que valientemente han entre las distintas latitudes del país. Sin decidido luchar por el “futuro esplendor” embargo, esta visión deja de lado la prometido a los habitantes de esta copia importancia del otro, es decir que, este feliz del edén. enfoque no nos proporciona la posibilidad Sí, transgresión a los derechos de asimilar la similitud en la diferencia, y humanos como por ejemplo el derecho a por lo tanto, nos impediría entender la un juicio justo, que no habilite a testigos identidad como un fenómeno colectivo e sin rostro, o el doble juzgamiento por la inherente al ser humano.3 justicia militar y civil, o simplemente la detención preventiva que permite prescindir de la presunción de inocencia, entre otras formas de coerción. San Martín, Patricia: "Hacia un concepto histórico de identidad latinoamericana" 3
Frente a esto, debemos asumir que el fenómeno de las identidades es universal y que se da al interior de un
conglomerado humano, por lo que se convierte en un fenómeno cosmovisional, es decir trascendente, que se encarna en las figuras que adoptan las expresiones humanas, produciendo concentración de conocimiento, articulación de cultura, todo esto, a través de un proyecto histórico común que conduce los destinos de una sociedad, este es el caso del Pueblo Mapuche. Pero la identidad, no solo, debe ser interpretada como un fenómeno metafísico, si-no, que es también un proceso de generación de progreso humano, institucional, material y cultural de los pueblos. En el caso Mapuche, desde la llegada de los Huíncas o extranjeros, su identidad se vio violentada, es decir, históricamente se han vinculado a la dialéctica de la negación del otro, ese otro originario, en cierta medida afro y esclavizado, mulato, campesino, mujer y siempre sometido. Desde la óptica de las identidades, la negación del otro se remonta al proceso de descubrimiento, conquista, colonización, evangelización y conceptualización4 desarrollada por el extranjero, que se transforman en las Juan Ginés de Sepúlveda: “De la justa causa de la guerra contra los indios”: “¿Qué cosa pudo suceder a estos bárbaros más conveniente ni más saludable que el quedar somteidos al imperio de aquellos cuya prudencia, virtud y religión los han de convertir de bárbaros, tales que apenas merecían el nombre de seres humanos, en hombres civilizados en cuanto pueden serlo”. 4
primeras formas de expoliación sobre la diferencia. Pero este proceso no se termina ahí, este continúa, en nuestra historia republicana y en todos los intentos de, supuesta, integración social y cultural. Por esto podemos plantear que la negación del ethos identitario, se constituye en el eje del poder, del disciplinamiento y la expropiación, llevada a cabo por las clases dominantes. Peor aún, la negación no solo es una práctica histórica, es un intento constante de homogeneización nacional, desarrollado mediante la aculturación y el exterminio, que ha significado que el Pueblo Mapuche deba someterse a las formas culturales del eje dominante, que es la cultura blanca, europea, norteamericana, en fin, globalizada, transnacional, en definitiva, neoliberal. La negación de la diferencia se ha transformado, en nuestros días, en la negación de los universos simbólicos y ha tomado el rostro de la exclusión social, de la militarización del país mapuche, de la aplicación de la ilegítima ley antiterrorista y de estrategias de criminalización, dirigidas al disciplinamiento del mapuche, frente a la ideología del estado- nación, del crecimiento con equidad y de la nueva forma de gobernar, como ejes de construcción de identidad. De esta forma se ha pretendido lograr la invisibilización de la diferencia y proscribir la lucha por los derechos esenciales de los pueblos originarios. Para superar estos problemas, la clase gobernante “chilensis”, ha optado por generalizar el concepto del mestizaje, ya que este es intrínseco a los procesos históricos que ha experimentado el
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Año 1- Número 1 continente en su conjunto, por lo tanto, se ha expandido este concepto, entendido como mediación entre los elementos culturales presentes en el país, pero, a la vez, como subordinación y renuncia, como forma histórica del encuentro y como estrategia dominante de absorción de los dominados5. Es además, una forma de enmascarar una historia plagada de expoliaciones y exterminios de un grupo por otro, es una estrategia de ocultamiento de la conflictividad de nuestros pueblos y sobre todo de la lucha Mapuche en contra de la perpetuación de las formas “genocidas” de ¿integración nacional? 3. El cerco comunicacional, la distorsión de los símbolos. El discurso oficial, sin contrapeso y hegemónico, de la integración y la economía global, consolidó el orden establecido sobre la idea del estadonación “en forma” articulada sobre el territorio y que se convierte en el cristalizador de la identidad "nacional", amparando la violencia en contra de la diferencia. Estos conceptos sobre los que se configura la estabilidad institucional y económica chilena, se ven minados desde afuera y desde abajo. Desde el exterior, la globalización neoliberal hace desaparecer las fronteras y soberanías nacionales y las identidades asociadas a ellas, transnacionalizando el poder ciudadano el que se encuentra sujeto a las necesidades del capital. Mientras en su interior, la diferenciación sociocultural cobra visibilidad, en tanto se transforma en estallido popular generando sobresaltos al
Hopenhayn, Martín: "El reto de las identidades y la multiculturalidad" 5
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estado de derecho y a nuestra ejemplar y robusta democracia. La cultura se politiza, las comunicaciones son hegemonizadas por los grupos de poder y frente a esta situación, los actores sociales luchan desesperadamente por ocupar espacios de emisión de mensajes y así convertirse en interlocutores visibles y audibles, que tratan de frenar el avance y consolidación del statu quo, que racionaliza el mundo económicamente, por el lado del neoliberalismo, y políticamente, por el lado de las democracias solo formales, en este escenario el pueblo Mapuche mantiene una lucha heroica en contra de un enemigo infinitamente superior y poderoso, el estado burgués. El conflicto se mantiene cercado debido a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación, lo cual ha significado una estandarización de los signos, y la difusión de una cultura chatarra y desechable, que busca desenfrenadamente, satisfacer audiencias cada vez más segmentadas, aplicando así la clásica fórmula de dividir para gobernar, sobre la sociedad de la información dominada por una lógica de redes, donde las demandas políticas, dependen de los actos comunicativos que hoy fluyen vía TV HD, bajo el control de los grupos de poder que mantienen anestesiada a la ciudadanía con la falacia discursiva de la felicidad en cuotas. En este contexto, la riqueza, el ingenio, la fuerza, la decisión de resistir y la organización para la lucha, han debido ceder terreno en favor del individualismo fomentado por el modelo económico de libre mercado que implementó la competencia por sobre la unión, con esto, se logró finalmente el objetivo del sistema neoliberal, desarticular, en parte, y aislar los movimientos social-populares por medio de
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la subjetivación de los conflictos sociales, los que ahora son míos y no “nuestros”. Imagen disponible en: http://cronicadesociales.org/tag/represion-yderechos-humanos/page/5/
Reflexiones bicentenarias, a propósito del himno nacional Por Ximena Salazar
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ace poco más de un mes que 33 mineros, enterrados por una largo e incierto periodo llegaron a la superficie tras ser rescatados por el Estado Chileno. Un hecho histórico y mediático de proporciones. Lo que no le quita humanidad ni valor al rescate de esas 33 vidas de trabajadores, que hasta antes del derrumbe que los dejó bajo tierra por más de 2 meses, eran absolutamente anónimos y descuidados de la mano de sus patrones. Con el accidente, ellos vivieron 2 situaciones extremas: el casi perder la vida bajo el derrumbe, y luego la fama apabullante que se les vino encima por su experiencia casi única en el mundo. Fueron tiempos de excesos, en este último mes, excesos de exposición de ellos y sus familias, y excesos de farandulización frente a un problema serio de seguridad y riesgos de vida de los mineros de chile, excesos de esperanza y expectación ciudadana, y digo excesos frente a la pronunciada desatención de los damnificados por el terremoto y Tsunami de este febrero pasado, quienes aún sufren las consecuencias humanas, profundo dolor de la pérdida de sus hijos y seres
queridos, vidas chilenas también como la de esos 33 mineros. Y asimismo, el escaso cuidado que tuvieron las vidas en un hilo de 34 comuneros presos, en huelga de hambre, que por esas mismas fechas aclamaban justicia y atención respetuosa para ellos y sus familias. Los 33: Fueron jornadas completas de transmisión del rescate en cadena nacional en la tele, en las radios, en los diarios, la explosión de páginas webs, blogs, el exceso de titulares “los 33”. Y el canto del himno nacional para la foto y todos los chilenos que la miraban expectantes. “Puro Chile es tu cielo azulado, puras brisas te cruzan también…”.Pero qué pasa con estos mineros, ¿será que cuando estás en estas situaciones límites la patria es tu mayor refugio, aunque nunca haya hecho mucho por ti en la vida?. Me lo pregunto porque de cara al Bicentenario y sus celebraciones pareciera ser que todo vale, todo justifica los olvidos, la indiferencia hacia la clase trabajadora, las represiones históricas cuando ésta se subleva, la eterna continuidad de la clase dominante en el poder, la libre acción de represión de nuestros “valientes soldados”… Si esos mineros quedaron así enterrados no es porque Dios santísimo así lo quiso, sino porque los mismos chilenos, dueños, particulares, funcionarios y el mismo estado (en manos distintas) así lo quisieron. Momentos para prevenir este accidente hubo, lo que no hubo fue voluntad de justicia, de humanidad y de prevención de riesgos. Ahora si nos remontamos atrás veremos que el orgullo patrio debiera ir
por el chileno medio, que sigue siendo aplicabilidad de la ley antiterrorista solidario. No así el sistema que nos dictada en 1984 por el régimen del más acoge. “Y tu campo de flores bordado es cobarde de nuestros valientes soldados la copia feliz del edén”…Nuestra historia que atentando contra sus propias vidas en cuenta que las luchas sindicales, obreras un acto desesperado por que se atiendan y de quienes trabajan nuestras riquezas sus derechos y necesidades llevaban más minerales, en condiciones riesgosas y, por de 80 días en huelga de hambre, sin que decir lo menos, incómodas, siempre han la prensa ni nosotros les diéramos estado al margen de la legalidad laboral y siquiera una mirada. Es fuerte. Un día sin social. Los trabajadores de las salitreras comer a veces se nos hace duro ¿se del norte grande y su escasa relación con imaginan 20, 30, 40, 50, 80?.. Pero ellos lo los patrones, mayormente extranjeros: la hicieron convencidos que quizá esta fuera huelga y masacre de Santa María de la última carta de acción directa por sus Iquique en diciembre de 1907, y La derechos, y los de su familia. Porque ellos Coruña en junio de 1925, hace tanto más no quieren esta indigna herencia cultural y de 100 años, son ejemplos social para sus hijos, “Las Constituciones repetidos hasta el cansancio impuesta sistemáticamente desde 1812 nunca han por los artistas e desde la llegada de los avalado este edén para intelectuales de este país. Y españoles a arrebatarles todos, sino para algunos. duele hasta la rabia que hoy su territorio a través de La letra chica es la que -mediáticamente- se quiera sangrientos escarmientos. manda, las cartas compensar esta falta a Casi 500 años de fundamentales, la historia través de la exhibición casi marginalidad, desprecio, de Chile sólo la han pornográfica de la desdicha expropiación, injurias, podido manejar y y pronta salvación de la violencia indiscriminada y dominar los que tiene recursos, veto, poder, muerte de 33 chilenos, sobretodo, falta de estudios. Sólo es cosa de ahora en el ojo del mundo, voluntad o interés por leer y hurgar un poco en otrora descuidados de la querer arreglar las cosas y nuestra historia mano de todos. Ojala ahora darles el respeto que bicentenaria.” sea el momento de legislar merecen. El tema es en serio. complejo, lo sabemos, De qué hablamos cuando sobre todo cuando una máquina tan senil celebramos 200 años de República ha comenzado a pudrirse y dejar sus Independiente y de Himno nacional patrio, pesados fierros apernados en la memoria si nuestros recursos escasamente son central de quienes dirigen el país. Pero, explotados por nosotros mismos, cuando cuando ves cara a cara a esos hermanos muchas de nuestras decisiones políticas y ya casi sin habla y sin esperanza, con comerciales están enfocadas a la empresa ganas de morir antes de seguir perdiendo extranjera, si no miramos nuestro interior la batalla; pero con la mirada certera y ni esencia con esta tierra, sino más bien la trasparente, sientes que es casi lo único negamos y reprimimos. Con toda la que les queda. Y respiras hondo, y te atención a este acto milagroso que comprometes. mantenía a los mineros cantando “Que o ¿Nos comprometemos? Podríamos la tumba serás…de los libres, o el asilo empezar por averiguar todos los actos de contra la opresión”, nos olvidamos de los desencuentro con nuestros Pueblos mapuches encerrados, con toda la pena y Originarios desde la Colonia, o la
Independencia hasta ahora. Y formarnos una opinión de respeto junto a nuestras familias y entorno. El problema no son sólo ellos, sino muchos chilenos, winkas que están al lado, el vecino que acaba de perder la pega, el anciano que con su pensión no llega a mediados de mes, el niño que sólo tiene la calle como escuela, la estudiante que se descuidó y precozmente va a ser madre viendo cómo se le cierran todas las puertas, el pequeño comerciante que decae frente a las grandes cadenas comerciales, la dueña de casa maltratada, la recogedora de uvas, arándanos, el leñador. Todos asfixiados por el sistema y la ignorancia, diciendo: “gane quien gane yo tengo que trabajar igual”. Trabajar igual, sin derechos ciudadanos, sin subvenciones concretas, ni seguros de desempleo, sin salud ni educación gratuita de calidad; así no se nos permite celebrar que somos la copia feliz del edén. Las Constituciones desde 1812 nunca han avalado este edén para todos, sino para algunos. La letra chica es la que manda, las cartas fundamentales, la historia de Chile sólo la han podido manejar y dominar los que tiene recursos, veto, poder, estudios. Sólo es cosa de leer y hurgar un poco en nuestra historia bicentenaria. Mi idea no es aguarles la fiesta sino sólo pedirles que estudien, observen, y levanten la voz con su propio talento, no uniformado, sino particular y propio dentro de una identidad que más que nula, es ignorante y sometida. Y celebremos conscientes este bicentenario. Ya no como los insensibles, con abrazos, grandes asados, champaña, y viajes a la playa, sino tomando vino, sentados en la calle, comiendo empanadas, aprendiendo y enseñando historia del bajo pueblo, enseñando a construir estado juntos, marchando, gritando, solidarizando con
quienes lo necesitan, abrazándonos, alzando la voz y la mano para plantear propuestas sólidas, y para cantar: “Dulce Patria recibe los votos con que Chile en tu aras juró. Que o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión, que o la tumba serás de los libres o el asilo contra la opresión. Que o la tumba serás… de los libres!, o el asilo contra la opresión, o el asilo contra la opresión…o el asilo contra la opresión!..... VIVA CHILE!!! al fin. Imagen disponible en: http://coroarzobispadosantiago2008.posterous. com/himno-nacional-de-chile
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Año 1- Número 1 Un Debate inconcluso en el Bicentenario: La Democracia y la Participación en la Escuela Graciela Muñoz Zamora La construcción democrática en las escuelas, es fuente de permanente conflicto por una parte desde la macropolítica y por otro, desde las significaciones que tiene para los propios sujetos conforman la comunidad educativa. Este artículo pretende establecer una mirada crítica frente a las distintas políticas de participación establecidos desde la recuperación de la democracia realizada por los gobiernos de la Concertación en el ámbito escolar
Macropolítica: Organizaciones que congelan la participación. ara comprender el estado actual de las organizaciones de representación y participación escolar es necesario hacer una breve historización. En los años 80 se imponen cambios radicales en el sistema educacional (destacando la privatización, subvención a la demanda, y municipalización), junto a un mayor control ideológico de los establecimientos educacionales. Asimismo se impone una nueva Constitución Política que no reconoce ni garantiza el derecho a la participación. Luego de ser proscritos en 1973, recién en el año 1984 se permite el funcionamiento de Centro de Alumnos y Centro de Padres, pero en ámbitos muy
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acotados6. La dictadura culmina dejando la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE, 1990), en la cual no se reconoce la participación como un derecho fundamental que tienen todos los actores para incidir en el proceso educativo. A mediados de los 90, la coalición gobernante7 inicia una serie de acciones para fortalecer la calidad y la equidad en la educación, a través de la implementación de una política de mejoramiento y de reforma educativa8. Sin embargo, esto era insuficiente para el mejoramiento de la calidad ya que debía pasar por un cambio en la cultura de la
En las normativas de Centro de Alumnos y Apoderados, su finalidad es de cooperación a la obra educativa y social de los establecimientos. “No podrán intervenir en materias políticas, ni con la organización técnica, las prácticas pedagógicas y el régimen administrativo y disciplinario de los establecimientos”. Decreto N° 632 de 26 de febrero de 1982 de Centro de Padres y Apoderados y Decreto N° 736 de 16 de octubre de 1985. 7 En los gobiernos de la Concertación las organizaciones sociales, políticas y culturales tradicionales no fueron fortalecidas y el sistema electoral binominal legitimó una democracia excluyente y representativa sólo de dos grandes coaliciones políticas, dejando suspendidas las demandas de mayor participación local, regional y nacional realizadas por distintos actores y organizaciones sociales. Esta ha sido una gran deuda de los gobiernos de la Concertación. 8 Esto implicó una primera etapa (1990 a 1995) que se generan las condiciones para mejorar el funcionamiento del sistema escolar como: el Programa de las 900 escuelas, MECE Básica y Media, equipamiento pedagógico, entre otros. Desde 1996, se establece la jornada escolar completa y la reforma curricular. 6
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escuela, principalmente por mejorar la participación de los integrantes de la comunidad escolar9 (Courard, 1998). En este contexto surgen las normativas para promover la participación de los distintos actores educativos, principalmente de estudiantes y padres y apoderados y docentes, con el objetivo de democratizar e incorporarlos en la gestión del establecimiento educacional. De esta manera, las normativas de Centro de Alumnos (CA) y Centros de Padres y Apoderados (CPA) han sido instrumentales a la política educativa debido a que las principales decisiones técnicas, administrativas y financieras son más bien tomadas por los directivos de los establecimientos educacionales, manteniendo un poder centralizado y vertical en la figura del director (Ásael, Cerda y Santa Cruz, 2001) En el año 2000, en el gobierno de Ricardo Lagos, se estipula un Instructivo Presidencial sobre la participación ciudadana, instruyendo a todos los ministerios y servicios públicos para que desde la institucionalidad cuenten con espacios para recoger las demandas de la población e informar sobre los beneficios y marcha de las políticas públicas dentro de las orientaciones establecidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Más tarde, en el año 2004, se promueve la formación de los
Consejos Escolares10 (CE), comenzando a funcionar en el año 2005. La normativa no establece un objetivo explícito sobre su rol. En cuanto al nivel de decisión, la ley establece que es el sostenedor quien debe declarar anualmente si son resolutivos o sólo consultivos11 El Ministerio de Educación ha elaborado una serie de materiales y manuales respecto a las acciones que deben desarrollar las distintas organizaciones, entregando lineamientos, procedimientos y metodologías; sin embargo, no se reconocen los distintos contextos políticos, ni sociales que presentan las escuelas y su comunidad, ni tampoco se tiene claro qué se va entender y a lograr con impulsar procesos participativos en el sistema escolar. “[…] nos parece un error especulativo y lo que es peor, un desprecio práctico mayúsculo pretender elaborar unas bases teóricas normativas sobre la educación democrática que sirvan por igual a todos los contextos políticos y sociales”.12 Problemas no resueltos en la política de participación En la Ley General Educación se define la participación como un espacio donde “los miembros de la comunidad educativa tienen derechos a ser Ley N° 19.979 sobre la Jornada Escolar Completa, obliga a los establecimientos que reciben subvención del Estado a que formen esta organización y el decreto N° 24 de 27 de enero de 2005, reglamenta a los Consejos Escolares. 11 Las atribuciones son aprobar el reglamento de convivencia escolar, programación anual, cuenta pública, entre otros, salvo el aspecto curricular. 12 Gil, Fernando y David, Reyero, Educación, democrática trampas y dificultades. En A. Ayuste (Comp). Educación, ciudadanía y democracia (pp1537), Barcelona, Octaedro OEI 2006,p16. 10
Dentro de la medidas realizadas, se diagnosticó que las escuelas y/o liceos se caracterizaban por el autoritarismo y verticalismo concentrado en el poder de los directores (Courard, 1998). Una de las primeras medidas fue reformular los decretos elaborados por el gobierno militar para reestablecer el funcionamiento de Centro Padres y Apoderados (Mineduc, 1990a) y Centros de Alumnos (Mineduc, 1990b) 9
informados y participar en el proceso educativo en conformidad a la normativa vigente” (LGE, 2009:4). Desde ahí, no se reconocen otras organizaciones que pudieran tener vida al interior del centro escolar. Desde la institucionalidad se consolida una participación de tipo informativa en todas las organizaciones. Esto implica, en el caso de los Consejos Escolares y Centro de Padres y Apoderados, una contradicción con las normativas específicas que los regula y que buscan desarrollar distintos niveles de participación, proponiendo llegar a un carácter resolutivo y de control de la eficacia. En lugar de ello, se tiende a restringir el rol a sólo “decidir sobre pequeñas cosas” que finalmente, no deciden nada, dando la sensación de ejercer un poder inexistente. La participación que se desarrollan en la distintas organizaciones como CPA, CAA y CE, se consolida un enfoque clientelista -acorde al paradigma neoliberal- ya que las organizaciones, finalmente, ejercen su participación en términos de gestionar recursos financieros para mejorar la escuela, a través de la postulación de proyectos a nivel comunal y ministerial, pero no en términos de reflexionar y proponer aspectos que permitan mejorar la educación en el contexto local. Se afirma entonces un modelo de participación instrumental y simbólica que finalmente termina desmotivando a los integrantes de la comunidad escolar. Por otra parte, los espacios de participación en torno a la reflexión pedagógica como los Equipos de Gestión (EGE), Grupos de Profesionales de Trabajo (GPT) y Consejo de Profesores,
no han logrado instalarse y generar cambios organizacionales sustentables, que logre pasar desde una lógica individualista a una de mayor cooperación y coordinación entre las distintas estructuras y departamentos dentro de un establecimiento educacional (Martinic, 2002; Avalos;2006). Incluso en el Concejo de Profesores no tienen mayor ámbito de decisión. Dentro de las normativas que rigen a las distintas organizaciones hay una serie de representaciones y procedimientos que se convierten en formalidades para llevar a cabo la participación y que tienen un enfoque administrativo y ritualista; por ejemplo: elaborar el acta, firmar el proyecto, etc., pero que no tienen mayor significado para los propios actores. En este sentido, Castillo y Sánchez (2003) afirman que se tiende más bien a escolarizar la democracia. Las distintas instancias organizativas que cohabitan al interior de la escuela dependen de la voluntad del sostenedor, y secundariamente del director, que siguen siendo las figuras centrales del funcionamiento escolar, este aspecto se consolida en la Ley General de Educación (2009). Asimismo aunque el director ejerza un liderazgo democrático, éste carece de autonomía, ya que depende de su relación contractual con el sostenedor, restringiendo su capacidad para tomar de decisiones para evitar conflictos (Bardisa, 1997; Muñoz, 2010). En el ejercicio de la participación también influyen las asimetrías en el acceso a la información y al conocimiento entre los directivos y docentes con
respecto a los estudiantes y padres y sobrepasada por aspectos administrativoapoderados. Este aspecto se manifiesta burocráticos. No se generan procesos no sólo en el Consejo Escolar (integrado participativos sustantivos y deliberativos, por un representante de cada estamento), que permitan que los propios sino también en la unidad educativa en protagonistas busquen la forma de general. Esto termina por consolidar un organización más pertinente a su contexto aspecto propio de la cultura docente, en y sus necesidades. Esto implica que a que finalmente, en el ámbito curricular, nivel de la macropolítica y la micropolítica pertenece a los profesionales de la se deben dar los tiempos y espacios educación. reales, y no meramente formales, para Las políticas de participación en el que los distintos actores puedan deliberar sistema escolar replican una democracia y construir una participación auténtica representativa; muchos de los dirigentes, (Anderson, 2002; Cornejo, González y principalmente en los CPA, Consejos Caldichoury, 2007). Escolares o en los Equipos de Gestión, no Finalmente, se puede mencionar se encuentran legitimados por sus pares. que estos aspectos presentes en el Incluso en algunas comunidades espacio escolar vienen a consolidar una escolares se desconoce “democracia representativa”, en la medida la existencia de la figura del Consejo de lo posible, en los cuales se impone y Escolar. Esto se debe a legitima un marco “Un proceso participativo que no se logran institucional/normativo necesita del diálogo y generar traspasar la información a de tipo neoliberal para espacios de reflexión crítica, sus representados, constituir organizaciones que permita deconstruir provocando un en las escuelas y liceos, significados que están sentimiento desconfianza que choca el discurso de arraigados en la cultura de las en sus organizaciones, la democratización de la organizaciones y en los principalmente en los cultura escolar. Esto ha propios sujetos” Centros de Padres y generado tensiones en Apoderados (Flamey, las prácticas y Gubbins y Morales, 1999; Reca y López, significados sobre participación y 2002) democracia en la escuela. En su lugar Las organizaciones que trabajan al priman climas de desconfianza, apatía y interior de la escuela -incluso el Consejo desvinculación, lo que Santos Guerra Escolar- siguen atomizadas en el espacio (1995) llama una “ilusión de la escolar y encerradas en sus propias democracia”, ejemplificada en la mera demandas, no logrando confluir en un realización ritual de eventos como las accionar que permita generar una elecciones. demanda de mejoramiento de la escuela Este conflicto ha implicado una y/o liceo. extensión de la democracia de tipo representativo en la escuela a través de La escuela de hoy permite una normativas, procedimientos y ritos; no construcción democrática logrando responder a los contextos La escuela chilena está hoy lejos de sociales y culturales; ya que a las ser un espacio que promueva el diálogo y escuelas y liceos no se les reconoce como la reflexión crítica, debido a la tensión espacios de micropolítica, en donde se permanente por mejorar los resultados y generan relaciones de poder, diversidad
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Año 1- Número 1 de metas, disputa ideológica, conflicto, intereses, actividad política y control (Ball, 1989). La participación sigue siendo un tema pendiente que no se ha resuelto con las políticas públicas elaboradas por los Gobiernos de la Concertación y que frente al cambio de gobierno, más bien las nuevas autoridades han mantenido una actitud de criminalizar a cualquier proceso participativo que no se realice dentro de los márgenes institucionales. Para avanzar en la democratización de la escuela. Vivenciar la democracia y la participación de esta forma implica tener espacios de diálogo y reflexión crítica en donde todos los sujetos son parte de este aprendizaje; por una parte individual, desarrollando sus capacidades y la voz en el espacio público; y por otro, aprendizaje social, aprendiendo el valor del diálogo, enmarcados en valores como el respeto, la confianza, la diversidad, para construir desde la práctica una ética ciudadana (Cortina, 1999; Muñoz 2010). La reflexión crítica implica mirar las prácticas para poder ir realizando un proceso de autoformación, generando una nueva cognición para desarrollar procesos participativos e ir estableciendo un proyecto propio para la organización y la escuela. Esto pasa porque la escuela se reencuentre con las organizaciones de su comunidad para la reconstrucción de su Proyecto educativo Institucional Un proceso participativo necesita del diálogo y generar espacios de reflexión crítica, que permita deconstruir significados que están arraigados en la cultura de las organizaciones y en los propios sujetos. Esto obliga a salir de las lógicas impuestas por el poder hegemónico respecto a los procedimientos
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y formas de participar, generando autonomía en ese espacio donde puedan buscar formas de organización que respondan a su contexto y sus necesidades con el objetivo de promover nuevas maneras de participar para democratizar la cultura escolar. En este proceso se requieren ciertas condiciones básicas que permitan asentar las bases para que los propios sujetos inicien proceso de democratización, entre los cuales se puede mencionar: establecer espacios y tiempos reales para desarrollar la participación, autodeterminación, participación en la toma de decisiones, liderazgo democrático de las autoridades de la escuela, restablecer lazos con las organizaciones de la comunidad como Junta de Vecinos, entre otras y finalmente, que los propios sujetos en la escuela inicien proceso autoformativos (Muñoz 2010; OPECH, 2009). Estas acciones permiten en el espacio relacional de los actores educativos ir estableciendo nuevos significados que permitan vivencia la democracia, con todas las complejidades y conflictos que van estar presente. Además, la recuperación del “sentido público” de la educación, pasa por abrir la participación a todos los actores educativos, en conjunto con las organizaciones de su comunidad, son ellos los que pueden replantear la educación que se requiere en esa localidad y desde ese espacio ir construyendo un cambio a nivel micropolítica. El establecer procesos democráticos en las escuelas y liceos, implica asumir un paradigma más progresivo y liberador de la educación, como menciona Freire (1998): “La primera observación que debemos hacer es que la
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participación, en cuanto ejercicio de la voz, de tener voz, de asumir, de decidir en ciertos niveles de poder, en cuanto al derecho de ciudadanía se halla en relación directa, necesaria, con la práctica educativo-progresiva”. Este espacio que se requiere abrir en la escuela, para iniciar procesos para democratizar la cultura escolar, implica que los propios actores educativos puedan salir de las lógicas impuestas para la participación por las políticas neoliberales y desarrollar prácticas y significados contrahegemónicos desde la perspectiva que plantea Giroux (1993) y Freire (1994), desde ahí recuperar el proyecto social, cultural y político que deben tener las escuelas y liceos en sus comunidades educativas. Referencias bibliográficas ANDERSON, G. (2002). Hacia una participación auténtica. Desconstrucción del discurso de las reformas participativas en educación”, en Mariano Naradowski. Nuevas tendencias de las políticas educativas. Estado, mercado y escuela. Buenos Aires: Editorial Granica. ASSAEL, J., CERDA, A.M. & SANTA CRUZ (2001). “El mito subterráneo: memoria, política y participación en un liceo secundario de Santiago. Ultima década Nª 15, octubre 2001, pp 73-98. ÁVALOS, B. (2006). Currículo y desarrollo profesional docente. Ponencia presentada en el contexto de la Segunda Reunión del Comité Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (PRELAC). Santiago de Chile, 11 al 13 de mayo de 2006 BALL, S. (1989). La micropolítica de la escuela. Hacia una teoría de la organización escolar. Madrid: Editorial Paidós. BARDISA, T (1997). Teoría y práctica de la micropolítica en las organizaciones escolares.
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Imagen disponible en: http://falacar.wordpress.com/2008/06/10/de-25anos-de-escuela-libertaria/
Relato de mi Sueño Azul Elicura Chihuailaf Nahuelpan 1 Ñi Kallfv ruka mu choyvn ka ñi tremvn wigkul mew mvley wallpaley walle mu, kiñe sause, kamapu aliwen, kiñe pukem chi choz aliwen rvmel tripantv mu kiñe antv allwe kochv ulmo reke ka tuwaymanefi chillko ta pu pinza rvf chi kam am trokiwiyiñ, kiñe rupa kvnu mekey! Pukem wamfiñ ñi tranvn ti pu koyam ti llvfkeñ mew wvzam tripalu. Zum zum nar chi antv mu tripakiyiñ, pu mawvn mu ka millakelv nar chi tromv mu yeme ketuyiñ ufisha -kiñeke mu gvmañpekefiñ ka kura ñi nvtramkaken ta kulliñ lan mu egvn weyel kvlerpun mu pu ko egvn- . Pun fey allkvtukeyiñ vl, epew ka fill ramtun inal kvtral mew neyentu nefiyiñ ti nvmvn kvtral kofke ñi kuku ka ñi ñuke ka ñi palu Maria, welu ñi chaw egu ta ñi laku egu -Logko lechi lof mew- welu kvme az zuwam pukintu keygu. Pichikonagen chi zugu nvtram kaken welu ayekan chi pu kom zugu no. Welu fey mu kvme kimlu ti vlkantu trokiwvn. Fillantv pvram niel chi mogen welu pichike inakan zugu no wilvf tripachi kvtral, pu ge mu pu kvwv mu. Luku mu metanieenew ñi kuku allkvken wvne ti kuyfike zugu tati aliwen egu ka kura ñi nvtramkaken ta kulliñ ka ta che egu. Fey kamvten, pikeenew, kimafimi ñi chum kvnvwken egvn ka allkvam ti wirarchi zugu allwe ellkawvn mu kvrvf mew. Ñi ñuke reke wvla, kisu ñvkvfkvlekey che mu rume pekan llazkvkelay. Fey pekefiñ ñi wall trekayuwken tuwaykvmekey ñi kuliw poftun mu ti lvg kalifisa. Fey ti fvw fey kvme pun ga witralkvley kvme ñimiñ zewkvlerpuy.
S
entado en las rodillas de mi abuela -monolingüe del mapuzugun / el idioma de la
Tierra- oí las primeras historias de árboles y piedras que dialogan entre sí, con los animales y con la gente. Nada más, me decía, hay que aprender a interpretar sus signos y a percibir sus sonidos que suelen esconderse en el viento. También con mi abuelo, Jefe de la comunidad (bilingüe en mapuzugun y castellano), compartimos muchas noches a la intemperie. Largos silencios, largos relatos que nos hablaban del origen de la gente nuestra, del Primer Espíritu mapuche arrojado desde el Azul. De las almas que colgaban en el infinito, como estrellas. Nos enseñaba los caminos del cielo, sus ríos, sus señales. Cada primavera lo veía portando flores en sus orejas y en la solapa de su vestón o caminando descalzo sobre el rocío de la mañana. También lo recuerdo cabalgando bajo la lluvia torrencial de un invierno entre bosques enormes. Con mi madre y mi padre salíamos a buscar remedios y hongos; con ellos aprendí los nombres de las flores y de las plantas. Los insectos cumplen su función. Nada está de más en este mundo. El universo es una dualidad, lo positivo no existe sin lo negativo. La Tierra no pertenece a la gente, Mapuche significa Gente de la Tierra -me iban diciendo." Este relato / poema -"Sueño Azul"-, cuyo breve fragmento refiero, se ha transformado en la columna vertebral de toda mi Oralitura (la escritura al lado de la Palabra de los Mayores; intentando siempre acercarla a sus cadencias, a su implícito canto). Columna vertebral, digo, porque es el centro de mi pensamiento, de mi memoria, en el cobijo de mi familia que me otorgó el privilegio de la vivencia y el entendimiento de la Ternura y la Libertad, siempre en el contexto de la filosofía indígena de que “la Ternura también a veces duele”. Eso significa una disciplina de cariñoso respeto a los Mayores y a la
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Año 1- Número 1 Naturaleza. Lo que digo en ese texto es tan sólo la descripción de la realidad de mi vida interior y exterior, no hay nada inventado en esas líneas. Es también mi posición ante la denominada “modernidad” intercultural. Nuestra cotidianidad transcurría la mayor parte del tiempo en una gran cocina a fogón. Allí recibimos, sin darnos cuenta, la transmisión de lo mejor de nuestra cultura en todos sus aspectos: el arte de la Conversación y los Consejos de nuestros mayores. La Conversación ritual en la que –para despertar todos los sentidos, nos decían nuestros abuelos y nuestras abuelas– se compartía la Palabra discursiva o cantada, la comida, la bebida y, a veces, el dulce sonido de los instrumentos musicales, mientras en nuestra visión ardía la llama de la imaginación. Cada uno de los que estábamos en torno al fogón –niños y adultos– adoptábamos la posición que mejor nos acomodara, de tal modo que se cumplieran las condiciones necesarias para el difícil y permanente aprendizaje de Escuchar. Por las mañanas nuestros mayores se preguntaban unos a otros si habían soñado: Pewmatuymi? / Soñaste?”, decían. La cultura mapuche sigue siendo una cultura en la que el lenguaje de los Sueños ocupa un espacio muy importante. Desde allí surgen, con frecuencia, nuevas Palabras, nos dicen. Los verdaderos Sueños tienen un carácter de anunciador de lo que vendrá. En los Sueños se constata que cuando andamos dejamos huellas, pero al mismo tiempo proyectamos otras. Por eso podemos develar su derrotero en el devenir del tiempo, porque son huellas más prístinas y pueden –por lo tanto– ser “leídas” más fácilmente que aquellas del pasado lejano
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o inmediato y menos o más cubiertas por el polvo de la tierra y el recuerdo. Escuchando a nuestras Ancianas y a nuestros Ancianos, los niños y niñas comenzábamos a aprender el arte de iluminar los Sueños para –en el transcurso de los años– acercarnos a la sabiduría de su comprensión. Porque, dado que somos una pequeña réplica del Universo, nada hay en nosotros que no esté en él. La gente viaja por la vida con un mundo investido de gestualidades que se expresa antes que el murmullo inicial entre el espíritu y el corazón sea realmente comprendido. Por eso, nuestros Sueños tienen su trascendencia en el círculo del tiempo (somos presente porque somos pasado y solamente por ello somos futuro) tal como lo ha sido el Sueño de la Tierra contenido en el relato de origen nuestro, el relato de nuestro Azul. Sí, “el primer espíritu mapuche vino arrojado desde el Azul”, pero no de cualquier Azul sino del que fluye desde el Oriente, dijeron. Es la energía Azul que nos habita y que cuando abandona nuestro cuerpo sigue su viaje hacia el poniente para reunirse con los espíritus de los recién fallecidos y juntos continuar el derrotero hasta el lugar Azul de origen para completar el círculo de la vida. Itro Fill Mogen es el centro de nuestra filosofía y significa la totalidad sin exclusión, la integridad sin fragmentación de todo lo viviente, de la vida. Es la biodiversidad, nos dicen hoy desde la cultura occidental. Somos apenas una pequeña parte del Universo, una parte más de la Naturaleza –la Tierra– de la cual aprehendemos nuestra Palabra. Una parte más con todo lo esencial que ello implica en la reciprocidad. Por eso, nos dicen, debemos tomar de la Tierra sólo lo necesario para vivir. No somos utilitarios en el misterio de la vida. Así, la Tierra no
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tiene un sentido utilitario para nosotros. Tomamos de ella lo que nos sirve en el breve paso por este mundo, sin esquilmarla, así como ella nos toma –poco a poco- para transformarnos en agua, aire, fuego, verdor. Por eso, nuestra gente nos dijo y nos está diciendo: A mayor Silencio, y consiguiente Contemplación, más profunda será la comprensión del Lenguaje de la naturaleza y, por lo tanto, mayor será la capacidad de síntesis de los pensamientos y de sus formas con las que vamos fundamentando la arquitectura de la poesía, el canto necesario para convivir con nosotros mismos y con los demás. 2 Ya en el exilio de la ciudad, en medio del viento que hacía crujir nuestra casa de madera, comencé a leer especialmente narrativa chilena y todas las revistas y libros a los que tuve la posibilidad de acceder. Textos que despertaron mi curiosidad, mi nueva necesidad de asomarme a espacios desconocidos. Porque el mundo es como un jardín, nos dijeron y nos están diciendo; cada cultura es una delicada flor que hay que cuidar para que no se marchite, para que no desaparezca, porque si alguna se pierde todos perdemos. A veces pueden parecernos semejantes, pero cada una tiene su aroma, su textura, su tonalidad particular. Y aunque las flores azules sean nuestras predilectas ¿qué sería de un jardín sólo con flores azules? Es la diversidad la que otorga el alegre colorido a un jardín (al mundo lo reencantan y lo enriquecen todas las culturas o no lo reencanta ni lo enriquece ninguna, me digo). Así inicié esta conversación conmigo mismo, en la
lejanía de mi gente y de mis lugares, en la que me hablaban todavía más intensamente las voces de mi infancia. Pero, ¿de qué sirve la Palabra Poética si uno no la asume como un modo de vida? Soy mapuche y chileno, pertenezco a la Nación –a la cultura– Mapuche. Soy una expresión de su diversidad. Voy y vengo desde un territorio en el que nuestra gente ha permanecido durante siglos sosteniendo una lucha por Ternura, cada cual desde el lugar en que la causalidad lo ha situado. Ñuke Mapu es nuestra Madre Tierra, nos consideramos sus hijos e hijas como uno más entre los seres vivos. Por eso, nos dicen, ¿qué hija, qué hijo agradecido no se levanta para defender a su madre cuando es avasallada? En el círculo de la vida, somos presente porque somos pasado y solamente por ello somos futuro. No es posible escindirlo, no es posible el olvido. Olvidarse es perder la memoria del futuro, nos dicen. Escribo, escribo, escribo; escribo en mi corazón. Dolorosa ha sido también nuestra historia. A esta hora como a toda hora, nos dicen- unos vigilan Soñando –trabajando– en la construcción de la Libertad y la Ternura para todos los seres humanos, mientras otros vigilan calculando el mejor modo de socavar esos Sueños para que se derrumben, para que se obnubilen. Quiero recurrir otra vez no sólo a la memoria de mi gente sino también a la memoria de personas que en el mundo, desde lo mejor de sus culturas, nos han permitido saber que el ser humano es uno sólo mirando su universo interior y exterior
desde diferentes perspectivas en la nosotros?, nos están diciendo algunos de dualidad que nos habita y que habitamos. nuestros mayores, nuestros Lonko, y Personas que nos han permitido pensar nuestros jóvenes desde las cárceles acerca de nuestra condición construida chilenas. también con historias –y desde Tenemos nuestros Sueños identidades– particulares que contienen la acosados por esa dura realidad. La misma inquietud de búsqueda de la memoria del joven Jefe Sealth, desde libertad y de la igualdad sostenida en la tierra Suquamish, nos está diciendo: Si constante pregunta respecto de qué es el incluso consideráramos “...la posibilidad ser, para alcanzar algún día esa Ternura de que el hombre blanco nos compre verdadera por la vida de todas las nuestra Tierra, mi pueblo pregunta: ¿qué culturas, de todos los pueblos. es lo que quiere el hombre blanco? Han transcurrido poco más de cien ¿Cómo se puede comprar el cielo, o el años desde que el Estado chileno calor de la Tierra, o la velocidad del consolidó la irrupción antílope? ¿Cómo vamos a violenta en nuestro País venderos esas cosas y Por eso, me sigo Mapuche. ¿Y qué ha cómo vais a poder diciendo, no podemos cambiado? Sí, digo, algo ha comprarlas? ¿Es que acaso olvidar que los pasos cotidianos en el territorio cambiado, algo que no sé podréis hacer con la Tierra nuestro tiene que ver expresar con claridad lo que queráis, sólo porque con los pasos del viento, porque no ha alcanzado su un Piel Roja firme un pero también con los del hondura en la Palabra que pedazo de papel y se lo dé más pequeño insecto. se pronuncia y que al hombre blanco? Si Con la mirada del cóndor pronuncio. Por eso no ha nosotros no poseemos el en alto vuelo, mas logrado hacerse prístino en frescor del aire, ni el brillo también con la oruga. los espíritus, en las miradas del agua, ¿cómo vais a Con el grito de los ríos que siguen pesando sobre poder comprárnoslo? ¿Es torrentosos, pero también con el silencio la piel de los que somos que acaso podéis comprar de los lagos. Con la indígenas, y que comienza los búfalos cuando ya prestancia del huemul, a pesar también hoy sobre habéis matado al último?” mas también con la la piel de tantos blancos La memoria del joven humildad del pudú. categorizados de Martin Luther King nos está “hispanos” y que son diciendo: “Este no es el condenados a ejercer los peores trabajos momento de tener el lujo de enfriarse o por la sinrazón de las sociedades que no tomar tranquilizantes de gradualismo. conversan y concluyen generando, Ahora es el momento de hacer realidad paradójicamente, sus propias dictaduras las promesas de Democracia; ahora es el de libremercado. momento de salir del oscuro y desolado Hay unos pocos, abiertos o valle de la segregación al camino encubiertos, dueños del poder –cada vez alumbrado de la justicia racial. Entonces menos quizá, pero más feroces– que nos les digo a ustedes que aunque nosotros igualan en mayorías marginadas de sus enfrentemos las dificultades de hoy y de historias oficiales, de sus milagros mañana, aún yo tengo un Sueño. Es un económicos, de sus “modernizadas” Sueño profundamente arraigado en el justicias. Ahora recorren otra vez la tierra Sueño americano” para confabularse. ¿Y qué debemos hacer
Algo ha cambiado en Chile -me dicen-, algo ha cambiado en el trato del Estado chileno hacia nuestro pueblo, mas ¿qué ha cambiado? Pienso en mis hijas y en mis hijos, pienso en mis antepasados muertos. Me dicen: No, no somos solos; no estamos solos. Hoy día, ante la amenaza de la anulación y de la destrucción, en el espíritu y el corazón de la humanidad silenciosamente germina y se construye algo que responde a las leyes de la lenta reconstitución de las hebras del más antiguo tejido universal. Recibimos el regalo de la Palabra, nosotros optamos por ahondar en su tierno y a veces duro camino. Sabido es que nuestro “oficio” es solitario, pero lleno de las voces de nuestra gente y del Universo infinito. Nos nutrimos de la observación que nos invita al Silencio. Y aunque escribamos para nosotros mismos, escribimos a orillas de la oralidad de nuestros mayores, de cuya memoria aprendemos los sonidos y su significación ya develada. Ellos, ellas, nos entregan el privilegio –el desafío– de lo por nombrar. La palabra dicha o escrita con verdad siempre brillará como una estrella, nos dicen. Por eso, me sigo diciendo, no podemos olvidar que los pasos cotidianos en el territorio nuestro tiene que ver con los pasos del viento, pero también con los del más pequeño insecto. Con la mirada del cóndor en alto vuelo, mas también con la oruga. Con el grito de los ríos torrentosos, pero también con el silencio de los lagos. Con la prestancia del huemul, mas también con la humildad del pudú. ¿Puede el bosque renegar del árbol solitario? ¿Puede la piedra solitaria renegar de su cantera? La primera y más importante grada en la creación y en el método científico es la Observación. En la búsqueda de respuestas sin certezas –generadoras siempre de nuevas e infinitas preguntas–
respecto de cómo nos instalamos en esta tierra, ella le sigue otorgando la energía de ser, de existir. La observación definió la visión de mundo desde la que comenzaron a creer y a crear todas las culturas, todos los pueblos, en todos los continentes, sin excepción. El círculo del pensamiento –Silencio, Contemplación, Creación– permitió que cada sociedad escuchara, percibiera y, por lo tanto, nombrara su entorno visible e invisible de una manera propia. Otra vez la Palabra en la construcción de lo nombrado, y proyectando también los despojos de un cuerpo que será nuevamente tierra, fuego, agua, aire. El impulso constante de la Palabra intentando asir el misterio de la vida. La Palabra, agua que fluye pulimentando la dura roca que es nuestro corazón. La Palabra, el único instrumento con el que podemos tocar aquello insondable que es el espíritu de un otro / una otra. La Palabra, esa penumbra en la que podemos acercarnos al conocimiento (a la comprensión) del espíritu de los demás seres vivos y también al de aquellos aparentemente inanimados. Imagen disponible en: http://fabricioestrada.blogspot.com/2010/02/elasesinato-de-la-memoria-en-america.html
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Año 1- Número 1 Desfondamiento del Lenguaje – Lenguaje sin Fondo Braulio Rojas He visto a pintores y escritores, profesores, padres y apoderados, magíster y doctores todos hincarse ante los 40 grados y rendirle tributo al demonio del aguadefuego “Sadomasoquismo Chileno” Cristóbal Alamon Ser joven – Ser viejo xiste una velada “lucha social entre los jóvenes y los viejos. División que se rige por una serie de codificaciones, de estratificaciones que se resuelven en una suerte de “división social” de los derechos y obligaciones a los que los individuos involucrados están sujetos. Ser sujeto joven, es estar sujeto a codificaciones que determinan que puede y que no puede hacer, una categorización desigual de derechos y deberes, algo análogo, pero inverso, ocurre con la categoría viejo, o adulto. Pero, si ponemos atención a este fenómeno, no se sabe bien a que edad comienza la vejez, ni cuando se acaba la juventud. La frontera entre juventud y vejez es objeto de luchas en todas las sociedades, y estas luchas han cambiado en el tiempo y en la historia. Los límites de la juventud son objeto de una manipulación político-social por parte de quienes detentan el poder. Desde la filosofía de Platón, se le han adjudicado ciertas características al ser joven y al ser adulto; el adolescente, posee el amor como su carácter predominante, la madurez, posee la gracia de la ambición. Pero no nos engañemos, “la representación ideológica de la división
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entre jóvenes y viejos les otorga a los más jóvenes cosas que provocan que, en contrapartida, les dejen muchas cosas a los más viejos.” (Bourdieu, 2000, 143). De esta manera, lo que se hace patente es que “…de lo que se trata, en la división lógica entre jóvenes y viejos, es de poder, de la división (en el sentido de reparto) de los poderes.” (Bourdieu, 143). Una imposición de límites, una re-producción de órdenes, una suerte de estratificación en el plano de inmanencia de lo social. Hay que estar alerta a los peligros que implican una naturalización de esta división, se es viejo, o se es joven, siempre con respecto a algo otro, y los criterios que sustentan esta división, pueden ser de índole económicoproductiva, mano de obra barata; mediática, por la industria de la moda; política, por la captación de voto político, etc. El culto a lo joven cae en la lógica de lo “neo”, estrategia que implanta el neoliberalismo y la lógica hedonista del consumo como un valor a apreciar en el mercado de valores de toda índole. No en vano ha sido propio de los regímenes totalitarios de todo signo el establecer un culto a la juventud, la pedocracia: “movilización forzada de la juventud lanzada al asalto del “viejo mundo” liquidando sin respeto a los veteranos, rompiendo jerarquías fundadas en la antigüedad a través de un “viraje” periódico y violento de la gigantesca máquina administrativa en su totalidad” (Gluscksmann, 1985, 57). La edad, en tanto dato biológico, se transforma en una arma política, que anula las diferencias sociales que rasgan la sociedad y que sirve como manipulación de incautos… Y cuanto han aprendido las democracias liberales de los sistemas totalitarios. De esta manera es como nos encontramos, hoy en día, ante una suerte
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de racismo anti-juvenil, una guerra que el mundo adulto le ha declarado al mundo joven, como un modo de establecer un enemigo social (el joven violento, delincuente, drogadicto problemático y rebelde), y una perversa manera de mantener estas energías bajo el control de la lógica del mercado neo-liberal (el buen chico, exitoso, obediente, sano, creyente y servil). Pero, cabe preguntarse, ¿cuántas juventudes conviven en nuestro tejido social?. Qué pueden tener en común un joven obrero, con un joven burgués, una joven marginal de población con una joven marginal de clase alta, acaso el ser joven anula las diferencias y los conflictos sociales. No olvidemos que el sistema escolar, en tanto es parte de las relaciones sociales imperantes, es un promotor y reproductor de los privilegios que escinden a nuestra sociedad. Hablar – In-comunicar De qué se trata en todo esto. Algo se ha trizado y está a punto de fracturarse, y no se trata del cliché de la brecha generacional. Algo más grave acontece. Supongamos que “toda expresión de la vida espiritual del hombre puede concebirse como una especie de lenguaje” (Benjamin, 1999, 59), de que ocurriese algo así como que el lenguaje fuese comunicación de contenidos espirituales, de que la palabra sólo fuese un caso particular de comunicación. Lo que quedaría, en última instancia, en evidencia es el hecho duro y radical de que el lenguaje es la posibilidad de la comunicación de lo comunicable, a la vez que símbolo de lo incomunicable, un conflicto inmanente entre lo pronunciado y pronunciable con lo no pronunciado e impronunciable.
Se trata en gran medida de esto cuando se habla de la pérdida del sentido de la existencia en las sociedades postindustriales, o post-modernas. Aunque no está demás señalar que nuestras sociedades nunca han llegado a ser industriales, y que medianamente alcanzaron la modernidad. La crisis del habla y del lenguaje en nuestra sociedad tiene más que ver con otros factores; la hiper-modernización neo-liberal, con sus prácticas de desmantelamiento de las micro-estructuras sociales y la desarticulación de los micro-poderes ciudadanos, es, en nuestra particularidad, más bien una consecuencia de otro acontecimiento más radical, y que tiene que ver más bien con una condición postcolonial. La trizadura social, en su máxima radicalidad acontece en una situación histórica precisa. La catástrofe política, aquello que Marchant llama “…la única gran experiencia ético-política de la historia nacional…” (Marchant, 2000, 213), catástrofe, que lo es tal, en tanto constituye una brutal aniquilación de mundo, del mundo que se había ido gestando, generando, con sus contradicciones, miserias y encantos propios, asumidos, compartidos y enfrentados por todos los que, de alguna manera, constituían una parte de ese mundo, hasta ese momento. Fin de los meta-rrelatos, irrupción de relatos débiles, fracasados, cuya eficiencia consiste en ser relatos destinados a fracasar. Cultura de la crisis, exaltación ante la catástrofe, celebración de la derrota por los vencedores, con los vencidos avivándoles la cueca. Pérdida de lenguaje, pérdida de mundo, pérdida de sentido y de coherencia social, fragmentación de la cultura, aniquilación de la autonomía del
individuo, ahora sólo “…contemplamos, Por una parte, el discurso que ve en lejanos, una historia, la de ahora, que, si ellos, en un ellos amorfo y sin contenido, bien continuamos a soportar, no nos la posibilidad de perpetuación de los pertenece, pertenece, ella, a los poderes establecidos y posicionados. vencedores del 73 y del 89…”, además Cultura del éxito y del self made man, la soportamos a los administradores de la figura del joven deportista, bello y catástrofe, “.los mismos y los otros educado, de pensamiento light y de (ingenuos, demasiado realistas o cínicos), convicciones débiles. Como se le ha apoyados, es cierto, todos ellos, por un enseñado a no creer en nada de lo pueblo, ante todo, agotado” (Marchant, acontecido, le está permitido desearlo 213). Trauma, así es como se ha venido todo, pero siempre que se mantenga llamando a esta experiencia. dentro de las segmentaciones El trauma conlleva establecidas y formalizadas; silencio. Más bien habría que como, se dice, no tienen “El desfondamiento de llamarlo silenciamiento, criterio para decidir, no se nuestro lenguaje tiene cerradura del habla, bloqueo les puede dejar ejercer su que ver con esa íntima ruptura que aún de la memoria, autonomía como individuos, sacude a nuestro incomunicabilidad radical, “no se les somete a una tejido social, tiene que poder contar con el lenguaje, infantilización de sus ver, con el esto es, con la posibilidad de capacidades, violentando desfondamiento de la comunicación sin sospecha, su derecho a decisión. Por memoria, con las constituiría una clave de las otra parte, el discurso del políticas de la verdad, experiencias catastróficas en joven peligroso, el que es y, por supuesto, de la el siglo veinte.” (Villalobosuna amenaza para la mentira y del Ruminott, 2001, 76); sociedad, el delincuente en encubrimiento en el que estamos sumidos” imposibilidad del habla, potencia, el infractor de la vaciamiento del lenguaje de normatividad. Aquel que se su sentido gregario, de constitución de resiste a entrar en el juego maquinal del una comunidad por medio de la cual libre-mercado, el que no cree en los reconocerse e interpelarse. valores institucionalizados, más por ver Educar - Disciplinar que esos valores son los que se transan ¿De qué van a hablar los viejos con en el mercado, que por apatía ética. los jóvenes? Más bien, desde una Aquel, que por su condición, se le niega la perspectiva pedagógica, ¿qué le pueden posibilidad de, siquiera, desear algo enseñar los adultos, los ambiciosos, a los distinto a lo que la estructura económicojóvenes, los apasionados y enamorados, cultural le entrega como oferta. platónicamente hablando? Recordemos, no está demás A la juventud se le acusa de ser la hacerlo, que el disciplinamiento, objetivo fuente potencial de los males sociales. De oculto y oscuro de todo sistema y política descreer de los valores tradicionales, de educacional, deseo inconfesado, no es ser irresponsables en sus actos, de un sólo una pura negatividad represora. Hay hedonismo desenfrenado, de una también, intrínseco al poder, una violencia irracional. potencialidad productiva, en tanto Acontece, sin embargo, una doble producción de deseo. Una relación oscura discursividad con respecto los jóvenes: e íntima entre la producción del deseo, la producción de la verdad y la coerción del
individuo. La educación, en tanto relación social, es decir, como relación de fuerzas, participa de las prácticas que ponen en movimiento estas relaciones, en ella se desarrollan las más finas e intrincadas asociaciones y alianzas entre los saberes psico, las técnicas disciplinarias y las estrategias pedagógicas. Es en la familia (espacio cada vez más psicologizado y pedagogizado), y luego, en la escuela en donde comienza la supuesta comunicación del mundo adulto con el mundo joven, comunicación que empieza siendo desfasada, dispar, violenta y vacía. Pues, repito la pregunta, qué le pueden enseñar los adultos a los jóvenes. Si educar, significó en algún momento, simplificando y yendo a lo que considero medular, entregar contenidos, ya sea técnicos, científicos, sociales, culturales y morales, ahora estaríamos en una grave situación los que estamos encargados de educar. Qué contenidos culturales vamos a entregar, si la llamada cultura se ha depreciado en la avalancha mass mediática, si ya no hay una tradición a la que se pueda apelar como vertebradora de una noción de nacionalidad, más aún, la tradición ha sido segmentada, cooptada y manipulada. De que valores éticos y/o morales se les puede hablar, si la indeterminación y la conveniencia guían los actos de las figuras patéticamente visibles del sistema, si la mentira, la elisión y la hipocresía son la tónica de las discursividades en circulación. Que cultura cívica y social se les va a inculcar, si lo que se ve es una sociabilidad mal construida, remendada a retazos, suerte de patchwork que se sostienen apenas. Si lo que precisamente se ha desmantelado sistemáticamente es la sociedad civil, si lo que ha quedado en cuestión es el valor de ejercer ciudadanía. De que verdad le podríamos hablar, si es de lo que menos
se ha hablado, si desde hace ya casi treinta años, la verdad es lo que se ha ocultado, lo que se ha distorsionado, aquello que se ha transformado en tema tabú, conversación problemática, discurso políticamente vetado. Y si la situación fuese otra, si la función de la educación es potenciar capacidades, esto se torna aún más grave. De que potencialidades se trata, sino de aquellas que sean afines a la estructura político-social dominante, aquellas potencialidades afirmativas del sistema. Una mantención de cierto analfabetismo de segundo grado, tendiente a reproducir los privilegios y las escisiones socio-culturales derivadas y heredadas de la dictadura militar. El desfondamiento de nuestro lenguaje tiene que ver con esa íntima ruptura que aún sacude a nuestro tejido social, tiene que ver, con el desfondamiento de la memoria, con las políticas de la verdad, y, por supuesto, de la mentira y del encubrimiento en el que estamos sumidos. Sabido es, en los círculos dirigentes y sus ideólogos, que la victoria neoliberal no se acompaña ni con mayor libertad ni con mayor educación y cultura, ni con una mayor y más equitativa distribución de la riqueza. Así las cosas, nos encontramos en un entramado en el cual se imposibilita la comunicación y la interacción lingüística entre los individuos. Los residuos autoritarios se enquistan en los rincones más ínfimos y más íntimos del tejido social. Las totalidades negativas que paralizan los meta-relatos en occidente tienen su respectiva manifestación, en el Chile actual, con el acontecimiento de la dictadura. Y su manifestación más notoria se hace patente en la incapacidad de compartir la experiencia de esta ruptura, ante el ocultamiento constante y
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Año 1- Número 1 sistemático, ante la institucionalización de un discurso del olvido y de la impunidad; todos los valores por los cuales alguna vez se luchó, se desataron pasiones, se intentó un mínimo de verosimilitud, tanto en lo político como en lo cultural, se encuentran desfondados, y sus contenidos se hallan regados a lo largo y ancho de nuestra topografía física y mental. Residuos que se sostienen, en su precariedad, y que son constantemente velados por el lenguaje institucional y degradados por la avalancha informática de los medios productores de opinión pública. Lo que, en última instancia, está en juego, juego que no controlamos, pero que no podemos dejar de jugar, es la autonomía del individuo, la posibilidad de construir relaciones sociales más sanas y equitativas. Si bien es cierto que los discursos generadores de sentido que tradicionalmente establecieron las posiciones de poder, y dirigieron las pugnas al interior de nuestra sociedad están fuera, o al margen de la escena que se describe, nada, ni lógicamente, ni fácticamente impide que se generen otros. Pero la resistencia a lo nuevo de parte de lo viejo, entendiendo por lo viejo, tanto las posiciones más fundamentalista arraigadas en la tradición y la dominación que se ha visto desplazada por la nueva tecnocracia liberal y sus aires de cambio, como los discursos neo, que apelan a ideas nuevas y renovadas para sostener viejas posiciones, sin detenerse a reflexionar y a pensar en el peso, la gravedad de aquellas discursividades, a
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pesar de esto, es posible generar una democratización de las relaciones sociales dentro de la educación. Principalmente mediante el abandono de las prácticas autoritarias, tanto las heredadas por la dictadura, como las generadas en la transición postdictatorial. La gravedad del asunto amerita preocupación, pero a la vez lo grave se halla grávido de posibilidad, por el sólo hecho de oponerse a lo real. Apostar por lo posible, quizás la única reserva que le queda a la comunicabilidad en la enseñanza. Lo que implica, necesariamente un radical cambio en el modo de entender y afrontar el tema de la educación. Pero ya no podemos ser ingenuos. Hemos sido testigos de demasiadas volteretas y malabarismo en el circo democrático del Chile actual. Cuidado con los consecuentes, reza un viejo proverbio latino, esto ha sido utilizado por los poderes dominantes como arma de extorsión y de cooptación, pero también puede ser el principio de formas de relación menos dogmáticas y totalitarias. Pero como dijera Enrique Lihn, mejor cayo, profetizar me da nauseas. Imagen disponible en: http://cubamatinal.es/2010/02/21/
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De la «Otredad» de América a «Nuestramérica» RESUMEN
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Pamela Soto García
a historia de la identidad de América y su gente parece estar ligada a su nombre, pues luego de más de 500 años de su invención, pareciera que aún no ha sido posible denominarla con un término que haga justicia a su diversidad. Las Indias, Amerindia, Indoamérica, Hispanoamérica, Latinoamérica, así como otros nombres han intentado circunscribir a partir de una denominación las diversas realidades que se presenten en nuestro continente. Este texto pretende mostrar de qué modo cada uno de estos nombres siempre ha puesto en juego una alteridad que no se nombra, pues tras toda identidad se encuentra la construcción de un ser social, el cual pareciera que en América está determinado por la exclusión, debido a que, cada uno de los nombres que se le han otorgado a este continente, aquello que ha puesto en juego son los diferentes «otros» que habitan estas tierras y de los cuales preferiríamos no saber. Desde esta perspectiva, a partir del término «Nuestramérica», aquello que se quiere resaltar es precisamente la inclusión de la alteridad, a partir del reconocimiento a la diversidad de los pueblos que habitan nuestro continente I Desde el momento en que Europa toma contacto con aquello que se ha llamado «América», este espacio geográfico se ha tornado un problema, tanto para el hombre europeo mismo, como para los seres humanos que lo habitaban. Dentro de las múltiples facetas que este problema ha tenido, construirse
una identidad propia, y darse un nombre, son problemas que han cruzado la política y la teoría producida hasta el día de hoy. Bajo los diversos nombres que se le han dado a nuestro continente: Las Indias, Amerindia, Indoamérica, Hispanoamérica, Latinoamérica, etc en todos ellos se expresan proyectos ideológicos y políticos, además de diferentes imágenes de sociedad. En el presente texto se pretende hacer un recorrido por las imágenes de identidad más relevantes que han dado origen a proyectos políticos y sociales que determinan algunos de los nombres que se le han dado a este territorio. Esto, con la intención de poner en juego la complejidad, de hablar de un «nosotros», toda vez que, de alguna manera a determinar, se quiere re-plantear la noción de «Nuestra América»Creemos que es posible identificar algunas imágenes que atraviesan, sino a todos, por lo menos a la gran mayoría de los discursos de identidad que aparecen en América. Estas imágenes serían dos, a lo menos, la «barbarie», y el «exotismo» II La noción de barbarie tiene su origen en la idea aristotélica de que hay hombres que están predeterminados a la servidumbre natural, y se relaciona con la imagen mítica de los gigantes: seres fieros sin ley, que no respetan los ritos de hospitalidad. Pero en la barbarie, a pesar de su negatividad, se manifiesta, también una figura preformadora de identidad: “A través de la noción de «bárbaro» se niega la posibilidad incluso de tener valores nacionales…, porque contradicen ese ideal superior que hace al hombre, o dicho de modo más brutal, separa a los humanos de los sub-humanos” (Rojas Mix, 1991: 88), idea que estará a la base de casi todos los proyectos civilizatorios y
de construcción de nacionalidad originados en estos territorios. La idea central por medio de la cual se quiere destituir a la «barbarie» es la idea de «progreso», entendida ésta como el acto de civilizar (en especial durante fines del siglo XVIII y el siglo XIX). Esta oposición entre civilización y barbarie está a la base de los procesos de formación de las nacientes repúblicas americanas, y se encuentra ligado con un problema muy puntual, que es determinar cuál será el grupo social señalado para constituir a las burguesías nacionales que dirigirán los destinos de las nuevas naciones, y por lo tanto, el proceso civilizador. La mayoría de estos procesos sociales nacen al alero del proyecto político republicano y liberal, heredero de la Ilustración: "La principal preocupación... es formar una burguesía nacional y generar una clase trabajadora para esa burguesía" (Op. Cit.: 89). El proyecto político liberal. En estos términos, tiene dos vertientes. Una de ellas es la que considera que el estamento social más apto para conducir el proceso civilizatorio está conformado por la población mestiza. Si bien los mestizos acompañan a los criollos en la lucha por la independencia, se saben poseedores de una identidad bastarda: “son hombres cuya existencia es accidental. Son los no buscados hijos del conquistador y la indígena, tomada sin más interés que la satisfacción sexual del primero, al igual que los hijos del amo y la esclava negra, o las múltiples combinaciones de un mestizaje entre iguales.” (Zea, 1978: 244). Su autoafirmación viene determinada por asumirse como los que quebrantaron el poder del clero y el sistema de castas impuestos por los españoles, se asumen como factor dinámico de nacionalidad. Adoptan un liberalismo más de izquierda y como sistema político ideal una democracia restringida, primero hay que
instruir a las masas antes de permitirles participar políticamente, sólo los más aptos pueden hacer política La visión del mestizaje veía en los Estados Unidos de Norteamérica un enemigo del cual habría que cuidarse, pero no todos piensan igual, EEUU se constituye en un modelo a seguir, e incluso a copiar. El incipiente y acelerado progreso del país del norte seduce, por ello, marginan a las masas indígenas por considerarlas un obstáculo para sus proyectos. Aunque mestizos, la fascinación por el color blanco, por el color del padre que los rechaza, los lleva a despreciar a la figura de la madre india. Esta imagen de mundo política y racista que se da entre la figura del hijo bastardo, «el huacho», que rechaza a la madre india para, así, identificarse con el padre, blanco y conquistador victorioso, se ha resuelto alegóricamente en la «alegoría mariana». La imagen de la madre común se genera en forma paralela con la negación del ser mestizo y con la erección de una imagen del Pater como una figura masculina poderosa y violenta, quien posee la potestad política, económica y bélica sobre los Otros: “Si todos somos engendrados por esa “Magna Mater” la aceptación de ser hijos de dos culturas, de un padre blanco y de una madre india, se oblitera. En este sentido, tal vez, el marianismo en tanto mito y rito, ha permitido que el proceso de “blanqueamiento cultural” –común en América Latinase produzca, amortiguando los conflictivos de asumirse como mestizo” (Montecino, 1993: 30 31) La imagen de la virgen puede tener, a lo menos, dos lecturas: la que se hace desde el mestizaje, en la que se funden, la virgen cristiana con deidades propias de las culturas aborígenes, por ejemplo la Virgen de Guadalupe, o Guadalupe Tonaxtzin; y la virgen blanca, protectora
de los poderosas, como la Virgen del Carmen, patrona del ejercito en Chile. Todas estas figuras son ambivalentes y equivocas, ninguna se fija en una imagen única. Sin embargo, es posible esquematizar este dilema en un juego de oposiciones en donde la oposición clásica entre masculino/femenino, se homologa a la de conquistador/conquistado. Hay otra vertiente que rescata su pasado indígena, lo que se da en dos tonos: aquellos que lo exaltan hasta la reificación, donde importa más el glorioso pasado Azteca e Inca, y se soslaya la mirada sobre el indio vivo. Se oblitera que la realidad del indio no es el pasado. Se peca de un idealismo mistificador, por la búsqueda de una esencia indígena alejada de los procesos históricos; “el idealismo consistía en seguir buscando al ·"buen indio"... buscaban un protagonismo de clase” (Rojas Mix, 1991: 302). Este es el caso de ciertos tipos de «Indigenismo», en el cual se desvalorizan a los mestizos por considerarlos traidores y desclasados. La otra también hace un rescate del pasado indígena, pero asume lo que hay de blanco en el mestizaje. Este mestizaje no es tanto racial sino más bien cultural, ya que “también la rebelión cultural fue mestiza, Este sentimiento se expresa ya en el arte barroco, a través de los sincretismos, los anacronismos y la introducción furtiva de plantas y animales americanos” (Op. Cit.: 304). Una de las más hermosas expresiones de este tipo de sincretismo es el llamado «barroco quiteño». La otra cara del proyecto liberal está en la posición adoptada frente a la idea de barbarie por los criollos. Estos renegaban tanto de la ascendencia indígena, como de los resultados del mestizaje, “la mezcla de las sangres daba lo peor de cada una, y el producto de este cruce era un ser humano en quien no se
podía confiar, porque carecía de lealtades con una u otra de sus dos mitades”. (Op. Cit: 301). En el mestizo se da un conflicto entre lo que hay en él de español y de indio. Dependiendo del factor que predomine se dará, o una identificación con la hispanidad» desde el cual surgen los discursos del «Hispanoamericanismo», de fuerte sentido conservador, como el promovido por Ramiro de Maeztu, o con el «indigenismo», en sus variadas vertientes. Todo esto es brutalmente rechazado por el criollo blanco: la raza española era cerril, la negra era servil y el indio un salvaje, toda mezcla que surgiera de ellos estaba condenada a la barbarie, ellos son símbolos de la anti-civilización. Ideas centrales en estos discursos son el «blanqueamiento social» y la «limpieza de la sangre». Para esto se promovió la migración de lo mejor de las razas europeas, aquellas que llevaban consigo, dentro de sí, el germen del progreso: "se habla de razas superiores o inferiores, o de razas particularmente dotadas para esto o para lo otro, de razas sajona, latina, etc. Y se llega a pensar que el porvenir de la civilización depende de la calidad de la raza. Gobineau señala la raza de selección: el ario, el grupo nórdico. Y más tarde Chamberlain vitupera por el nefasto destino del hombre mediterráneo." (Op. Cit.: 101). Este blanqueamiento social y «racial» tenía un factor material humano en la mujer; sea criolla o mestiza, era considerada sólo una matriz en donde se incubarían los nuevos «especímenes» producto de la cruza de las razas. Se le asignaba una mera función reproductiva en esta eugenesia, en pro del progreso y la civilización, resultados de una razón andrógina, que no distingue ni sexo, ni color cuando se somete a sus fines. Este es un radical modo de anular la diferencia,
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Año 1- Número 1 tanto o más que el etnocidio. Su paradigma de identidad sigue siendo Europa; «la tierra no es la patria, la patria es Europa», fue una consigna que actuó como motor de estas ideas. Los casos más cercanos y opuestos entre sí son el de Argentina y Chile: en el primero la migración fue más de italianos, árabeslibaneses y gallegos, pese a los esfuerzos de sus ideólogos, y fue tan masiva que constituyó la masa obrera urbana; en cambio en Chile fue en menor escala y más homogénea, y constituyeron grupos cerrados que se aliaron a la burguesía local, y que rápidamente tomaron el control del comercio y de los capitales financieros. Los criollos, los más blancos, los menos contaminados por el factor negroide o indígena, asumieron la misma función que el espíritu colonialista del siglo XIX atribuye a Europa al interior de sus mismas sociedades: la misión civilizadora de la burguesía blanca. El dogma cristiano de «creceos y multiplicaos» fue asumido como una actitud política de dominación. Se trata de una recolonización dirigida. Esta forma de asumir su rol social el criollo, tiene su icono en la figura del «criollo exótico», una paradoja de la descolonización: producto de una crisis de identidad; renuncia a su condición de «español de indias» como un rechazo al pasado colonial, pero su existencia, su valoración cultural y humana, está ligada a la metrópolis. Posee la identidad del camaleón propia de los aculturados: “el criollo está bajo el impacto de más de tres de siglos de mentalización, durante los cuales desde el clima hasta el hombre con
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que los europeos se habían encontrado en el Nuevo Mundo fueron mirados con desprecio, o considerados causa o signo de degeneración” (Op. Cit: 157). El «exotismo» es una conducta que implica vivir con una identidad ajena y prestada, como lo señala Rojas Mix: “exótico es también el criollo que vive su realidad como exotismo, con distancia, con asombro, como si fuera ajena. Pero justamente cuando la introduce en su literatura, en su arte o en su pensamiento, lo hace pasándolo por el tamiz de las culturas, los estilos o modas extranjeros” (Op. Cit: 158). Sin embargo, en concomitancia con este fenómeno del exotismo, el romanticismo contribuyó aún más profundamente a la toma de conciencia y revalorización de lo propio. Hay aquí la valorización de una mirada científica que quiere desentrañar la esencia de este mundo maravilloso y «exótico», se denuncia el mito del buen salvaje como una falsedad y una afectación y “muestra que el gusto por el primitivismo, más que interés por el otro, es simplemente el deseo de la sociedad por reivindicarse y de renovarse volviéndose hacia sus orígenes” (Rojas Mix, 1992: 178). Hay una intención de fidelidad al paisaje tal como es, tanto en la pintura como en la literatura, lo que permite una revalorización de lo autóctono, se hace un reconocimiento de lo americano en tanto tal. Aunque en los escritores americanos que fueron influenciados por la actitud romántica sólo paulatinamente se fue dando este proceso de re-conocerse en el propio paisaje, es indudable que el
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romanticismo llevó el mundo no-europeo a entendido como una «guerra etnológica», expresión artística a partir de la cual se que se manifiesta como “el enfrentamiento genera el interés por explorar el entorno y esencial que abre la comunicación entre la contingencia. los pueblos y las culturas, aun cuando esa Este vitalizar lo propiamente comunicación no se practique bajo el americano supone una valorización de los signo de la opresión colonial o misionera” caracteres nativos, de donde se originan (Derrida, 1986: 140), que está a la base el «indoamericanismo» y el de la relación que establece Europa con «afroamericanismo»; “es manifiesto que «América» para formular una filosofía de identidad Es en este contexto en el que se centrada en el indio o el negro, -sequiere re-posicionar el término «Nuestra necesitaba desautorizar el mito de la América». Este nos remite al pensamiento civilización y del progreso, en la medida de José Martí, para quien junto a una que éste se fundaba en el etnocentrismo serie de otros apelativos (como Madre occidental” (Rojas Mix, 1991: 108). En América, América española, América cuanto al mito de la supremacía de las robusta, entre otros), lo utiliza para razas, hay un vuelco en este cuando, a resituar el pensamiento del favor de un discurso de valorización del Hispanoamericanismo que surge desde la espíritu nacional y de los valores patrios, Generación del 98. Con este término se comienzan a manejar ciertos pretende dar un carácter continental, estereotipos como símbolos en oposición antiimperialista y anti elitista, a la manera a las nociones de raza europea, por de comprender esta entidad geográfica: ejemplo; el valor de la «raza» mapuche, la “Nuestra América es «la otra», la bravura del «roto» chileno, el «fatalismo» mestiza. Aquella que Martí reivindica y del gaucho, el «esplendor» de las culturas levanta frente «a la de ellos». Frente a la Inca, Maya y Azteca, la «América europea» o supremacía de la belleza de lo «América inglesa». Es la Este vitalizar lo negro, «black is beautiful», en precisión de un espacio propiamente Estados Unidos de América, histórico, de una idea de americano supone una valorización de entre otros. Repetición del patria: de patria americana, los caracteres mismo gesto, pero con un de patria grande; y, por lo nativos, de donde se desplazamiento hacia la tanto, un posesivo: suya, originan el autoafirmación de sí mismos, nuestra, de todos los «indoamericanismo» en tanto clase social con una hispanoamericanos” (Rojas y el ideología, algunas veces, con Mix, 1991, 138). «afroamericanismo» afán de dominio. Además, este término, en III tanto pretende hacer confluir Todas estas oposiciones expuestas, una serie de otros conceptos del ser que no se agotan aquí, las de Americano, que están expresados en indio/mestizo, nativo/criollo, negro/blanco, otros, como el de indoamérica, el de entre otras, son estereotipos basados en América mestiza, el de afroamérica, etc., un cuadro jerárquico de oposiciones que nos obliga a estar constantemente se origina desde la racionalidad europeorepesando qué pueda ser lo «nuestro». occidental. Esta racionalidad se ha ido Incluye un perfil de clase, una idea de determinando como un etnocentrismo progreso: “En grandes líneas su «Nuestra
América» comporta una reformulación del proyecto político del hispanoamericanismo, pues postula una sociedad no elitista, popular y democrática. Su modelo de sociedad es no capitalista y aspira a la independencia económica. Incluye una visión del pasado y una premonición del presente” (Op. Cit: 141) Es, precisamente, este espíritu emancipatorio el que queremos poner en juego hoy aquí a través de la utilización de un nombre como «Nuestra América». Bibliografía citada Derrida, Jacques. De la Gramatología, Siglo XXI, México D.F., 1986 Montecino, Sonia. Madres y huachos. Alegorías del mestizaje chileno, Cuarto Propio-CEDEM, Santiago de Chile, 1993 Rojas Mix, Miguel. Los cien nombres de América, Lumen-Andrés Bello, Barcelona, 1991 América imaginaria, Lumen, Barcelona, 1992 Zea, Leopoldo. Filosofía de la historia americana, F.C.E., México D.F., 1978 Imagen disponible en: http://www.easyespanol.org/HiddenMainPage.a spx?PageId=200%20&pgname=cutura
CONTROL Y DISCIPLINAMIENTO Prácticas de Coerción, Dominación y Tortura en el Chile Republicano* Marcelo Sánchez “Ningún problema puede ser resuelto con la misma conciencia que los crea” Albert Einstein
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uestra Sociedad, en este transcurrir de 200 años de vida republica, ha quedado sujeta a las construcciones y proyecciones que desde la elites dominantes y hegemónicas han estructurado a partir de prácticas políticas sostenidas en lo que han denominado como consenso, pero que en la práctica se ha sustentado en la exclusión de las mayorías, en un proyecto ideológico bastante efectivo de perpetuación de un status quo que se impone sobre las clases subalternas. Las necesidades que experimenta nuestra sociedad actúan a través de múltiples y diversas formas generadas desde la génesis de su institucionalización, llevada de manera implícita en su Constitución. Este saber – poder se impone sobre lo social, de esa manera se arraiga en el imaginario colectivo legitimador de la realidad social, que se asume como propia, a pesar de la desigualdad intrínseca que conlleva aquella legalidad. Esta legitimación se habría estructurado a partir de complejas maneras de resolver las fuerzas en tensión del cuerpo social desde el siglo XIX, periodo de construcción de nuestro Estado-Nación, los cuales se han proyectados hasta la actualidad, mediante mecanismos por medio del cual el Estado ha buscado y logrado imponer y construir su propio “sujeto ciudadano” mediante su
“disciplinamiento social”, estableciendo dentro de sus tantas formas, un control sobre las poblaciones de marginados urbanos mediante la diferenciación, como lo ha planteado Foucault, entre ilegalismo y delitos, en la medida que estos sean percibidos como peligros latente para el orden y la naciente institucionalidad de aquel Estado(1). Esta distinción tendría por objeto una “domesticación” de los cuerpos de los sujetos que se encuentran “sujetos” a saberes y prácticas que delimitan más o menos coercitivamente su accionar en las sociedades capitalistas, las que paulatinamente se fueron convirtiendo en sociedades administradoras y normalizadoras de las fuerzas y los cuerpos debido “a que el capitalismo no pudo y no puede afirmarse sino al precio de la inserción controlada de los cuerpos en el aparato de producción mediante un ajuste de los fenómenos de población a los procesos económicos” (2). Ello vincula la necesidad de transformar aquellas alteridades o sujetos anti sistémicos en sujetos propietarios, sujetos productivos y esencialmente sujetos consumidores, que implicaría su inserción sistémica y su disciplinamiento consumado. A partir de aquella delimitación, toda resistencia o prácticas discordantes con este nuevo orden serán definidas como delito o marginalidad por esta sociedad normada, por ende se construye la imagen de ese “otro” como un “sujeto subversivo”, bajo la lógica “que el criminal atenta ante todo contra la sociedad, y se constituye al romper aquel pacto social, por tanto en su enemigo interno” (Rojas, Braulio, op. cit.). Sin duda serán aquellas alteridades sobre la cual el Estado buscará normalizar y objetivar su comportamiento para poder ser insertados bajo su lógica productiva, todas ellas válidas bajo la necesidad imperiosa de un
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Año 1- Número 1 Estado en construcción y su necesidad de un tipo de sujeto ciudadano acorde a su necesidades: un sujeto funcional, conformado mediante un disciplinamiento “práctico discursivo que constituye una doble operación de represión social, simbólica y conceptual que validaría o legitimaría ciertas prácticas de la sociedad”(Loc. cit.). El modo que adopta ese poder para ejercerse directa o indirectamente sobre ellos, entendiendo a ellos como cuerpo, ha sido desarrollado bajo un periodo bastante extenso, y en relación directa con las necesidades del Estado, en un proceso ascendente de inserción al capitalismo y la configuración de un sujeto capacitado para el desarrollo de las propias labores de producción. Debemos entender aquel proceso de objetivización a partir del disciplinamiento desarrollado desde una figura carente de derechos políticos, el súbdito, a uno con ejercicios limitados de las mismas, el sujeto ciudadano. Este último, de acuerdo al caso chileno, será moldeado a consideración de las propias contradicciones de la elite, en un proceso de subordinación de las clases subalternas direccionadas a la construcción republicana conservadora del grupo dominante, el cual se desarrolló casi como una extensión natural del proceso colonial, extendiendo a lo largo del siglo las tensiones desarrolladas desde su propio seno, desde la cual se buscara ampliar, de acuerdo al momento histórico particular, en el tiempo una serie de libertades públicas, pero aquellas concesiones no debían tener la capacidad ni la fuerza para poner en entredicho su
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posición política hegemónica, por un lado y la posición subalterna por otro. En esta etapa, refiriéndonos a la segunda mitad del siglo XIX, la elite dirigencial iniciará un proceso de cambios desde las estructuras económicas tradicionales hacia una economía en “transición” que apuntara a su inserción en la economía capitalista internacional, prosiguiendo con la ideología política del liberalismo desde su constructo clásico, pero, manteniendo el poder de la clase dominante en torno a la tierra, una variante liberal de tipo terrateniente, una característica Latinoamérica en lo que se ha denominado como liberalismo moderado, pero ahora acompañado y en un proceso de interrelación con el naciente sector financiero y minero industrial. En este proceso de inserción a aquel sistema económico mundial, se hacía imperioso preparar y disciplinar la mano de obra para hacerlas capaces de responder a las necesidades impuestas y exigidas por el capital, la oferta y la demanda, todo ello al amparo y vigilia del Estado como su guardia pretoriana de Mercado. Aquel proceso de inserción dentro del marco y posibilidades generadas por la propia institucionalidad hegemónica, será en torno a un desarrollo económico del tipo mono-exportador, el cual generará un proceso de disociación del mundo rural característico, provocando un proceso migratorio, esencialmente hacia el norte y los centros urbanos como Valparaíso y Santiago. Aquello acercara la miseria, que hasta entonces parecía ajena, a los espacios virtuosos de la Elite, a los centros de residencia de aquellos grupos
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dominantes. Esa miseria hará latente la pobreza dentro de un modelo que la entendía como parte de un orden providencial natural, marcada por una relación capital trabajo, sin medidas de protección, entendiendo bajo esa óptica que las aspiraciones reivindicativas debían ser una anomalía del sistema provocada por el abandono del rol moral de la propia elite (de acuerdo a algunas miradas más conservadoras). Lo que si era un hecho consumado es sin duda que estas necesidades se habían acentuado producto del desarrollo de aquel capitalismo incipiente, exteriorizándose posteriormente como la “cuestión social”, transformándose en un conflicto político. Aquellas prácticas coercitivas y disciplinantes, tendrán un momento de debilidad (partiendo de la premisa que los enfrentamientos civiles previos en nuestra “historia republicana” fueron de tipo administrativo político y dentro de una misma clase), entendiendo la agudización de las contradicciones, exteriorizadas como conflicto en la revolución de 1891. Aquel escenario permitirá el desarrollo de resistencias latentes y desnudadas con fuerza desde comienzos de siglo XX, con la construcción de proyectos de tipo emancipatorios desde una base popular, en lo que historiográficamente hemos entendido como “cuestión social”, ellas develaban las propias contradicción del proceso de producción capitalista. Aquellos movimientos sociales y de trabajadores con sus demandas de trato justo y reconocimiento de existencia, verán después de una serie de movilizaciones (1890 – 1907 1910 – 1920), con dispares resultados, su satanización, y configuración de manera “oficial” como el “otro subversivo”, la rotulación legal de su peligrosidad,
observada y proyectada desde el discurso oficial y la prensa retardataria, desnudaran sus acciones revolucionarias bajo la óptica reaccionaria, las que tenían por objetivo de acuerdo a la elite y a percepción del resto de la sociedad normada, el de trastocar y acabar con el “Orden y Seguridad” del Estado - Nación, en conclusión buscaban romper con la “pseudo unidad nacional”. Aquella lógica y peligro validará por tanto, su disciplinamiento desde prácticas de fuerza, enfocadas a minar el espíritu de aquellos movimientos, debido a la necesidad de mano de obra desarrollada por parte del Estado para su posterior incorporación dentro de los procesos productivos. Esas necesidades provocarán la apropiación de los discursos reivindicativos y de mejora social, haciéndolos suyo y cooptando de aquella forma, las aspiraciones, institucionalizándolas desde los espacios de poder gubernamental ejercidos por los sectores dominantes. Ello permitirá su posterior inserción, en referencia a los movimientos sociales, mediante la garantía constitucional de sus derechos y su transformación posterior en un sujeto propietario. Sin duda esto provoca o permite logrando su inserción debido a la probabilidad de perdida frente a lo escaso, pero propio. Una significativa diferencia en relación a las demandas reivindicativas en comparación a los riesgos del perder cuando se carecía de propiedad alguna (el proceso de viviendas obreras puede entenderse en ese sentido). Aquello configurará la preparación de una nueva etapa, la de un obrero calificado, normado y disciplinado, adecuado para la obra de modernización emprendidas por el Estado desde la década de los 30 en adelante.
Aquella lógica normativa operó sobre un cuerpo social que se fue constituyendo desde el conocimiento corporal de Chile y se caracterizó como un “cuerpo del pueblo” Este cuerpo del pueblo se constituyó en una clase política, ya que en la materialidad de su existencia (no su ideología) se fue construyendo las bases de un nuevo saber y de una nueva forma de conciencia nacional, la cual irrumpe en la historia alterando el orden institucional republicano, proyectado en la posterior alteración de la “normalidad” institucional chilena, entendiendo esta como la experiencia de la Unidad Popular y el acceso al poder político de la clases de los desplazados. La aparición de aquel cuerpo social y su desarrollo hacia una corporalidad política transformará la realidad social y política de Chile. Desde la existencia de un pueblo enfermo y mal nutrido que desperdiciaba, debido a tales condiciones, sus propias capacidades productivas. Ello motivará el inicio de una serie de políticas higienistas y educacionales, desarrolladas desde el Estado, tendiente a mediar, y controlar aquel cuerpo en pos de la naciente industrialización y sus exigencias competitivas dentro del mercado. (Loc.cit.) Entendiendo aquello en la lógica del saber - poder, las instituciones como sistemas educativos, fábricas, hospitales, psiquiátricos (que disciplinan), generaran un conjunto de conocimientos que sirven de soporte para el nuevo diseño de poder. La disciplina distribuye a los individuos en los espacio y tiempos correctos en el que se establece que “cada individuo en su lugar, y en cada lugar un individuo”. Los lugares tienen por tanto una doble función la de vigilar y crear espacios útiles productivos, pero a su vez tendrán la particularidad transformada en contradicción, que harán
que el “cuerpo del pueblo” sujeto a prácticas objetivas y subjetivas de control vayan tomando conciencia de sus propias potencialidades, siendo capaz de producir un conocimiento de si mismo y de la realidad de la que es parte y en qué condiciones se insertaban en ella. Aquel conocimiento desarrollara la capacidad de poner en entredicho el discurso oficial hegemónico. Aquellas circunstancias contradictorias desde la lógica del poder y sus instituciones normalizadoras, hará necesario (por el riesgo que conlleva para la Sociedad y sus consenso excluyente), la intervención de aquel discurso, el cual desde su interior había nacido desde las aspiraciones de los sujetos populares excluidos, y por tanto se presentaba contrario a la estructuras de dominación y el derecho de organización preconizado por la elite, construyendo discursos que rivalizaban con aquel discurso hegemónico. Tras el fallido proyecto socialista, las elites apoyadas por el aparataje militar de las fuerzas armadas durante los 70 y 80 buscaran restablecer el orden fracturado por aquella alteridad social popular, configurando un dispositivo del terror, desde el cual se proyectara el control social represivo desarrollado por el Estado, encarnado en aquel tétrico discurso de la “Seguridad Nacional” como oposición al proceso de marxistización que había socavado a la nación. La construcción del discurso de cáncer que debía ser extirpado del “cuerpo social” de la nación, desarrollado desde la fuerza y la coerción militar. El disciplinamiento social desplegado durante la dictadura se caracterizó por un proceso de exterminio caracterizado por una política objetiva racional de desaparición y tortura. Este proceso fue acompañado de la fundación de un nuevo espacio social en el que fuera
posible cristalizar institucionalmente la relación de poder del este nuevo proyecto ordenador. Este proyecto ordenador como premisa básica debía instalarse tras la erradicación del proyecto anterior (Unidad Popular), conformando un dominio codificado y gobernado muy distinto al orden social que había precedido a la dictadura, operando como lógica de esta nueva estructura del poder la necesidad de extirpar cualquier forma de resistencia, y bajo aquella necesidad que alcazaba el carácter de imperativo, cualquier medio sería legítimo, moral y por ende legal para alcanzarlo. La materia social sobre la cual operó el periodo dictatorial, como se ha manifestado, estaba surcado por disciplinamientos, “es decir, por otros saberes que habían construido su propio orden de regularidades, identidades y prácticas a lo largo del siglo XX” (3). Por tanto, el Capitalismo en Chile sostenido en las bases del consenso social y las libertades individuales, debió recurrir a las armas y a una violación sistemática de los derechos humanos para poder así lograr sus objetivos económicos. Desde aquel escenario golpista se comenzara a desarrollar una nueva verdad y por tanto nuevos disciplinamientos, debido a las resistencias a las prácticas aplicadas desde esa nueva institucionalidad. Sin duda estas eran resistencias portadoras de proyectos de continuidad, cambio, innovación, que desde prácticas cotidianas habrían logrado instituir un espacio social marcado por voluntades de poder específicos (Loc.cit).
Se debía ser capaz de hacer que un proyecto particular, en este caso el proyecto Neoliberal, se transformara en colectivo, y se entendiese así la disolución del espacio social anterior. Para ello las fuerzas militares hegemónicas contaron con el apoyo “tanto de las comunicaciones, organizaciones sociales, gremios de trabajadores de clase media, intelectuales, tecnócratas, partidos políticos, parte de la iglesia, en síntesis, con la ayuda de un sinnúmero de aparatos ideológicos”. (Op cit Antequera) Pero las brutales prácticas que desde el seno de aquel poder emanaran, sostenidas en el uso de la fuerza como instrumento esencial de aquel Estado, desarrollado y aplicado a través de sus aparatos ideológicos, irá socavando y frustrando sus propios intentos de extender su control a todos, ya que su propia brutalidad irá facilitando la pérdida del control que se sostenía sobre algunas instituciones, que a diferencia del aparato estatal, no provenía de la legalidad y la fuerza de la metralla, sino en la gran legitimidad que poseían sobre el “cuerpo del pueblo”. Estas disociaciones y controversias con las practicas emanadas desde la testera del poder militar , harán de ellas aparatos disfuncionales a las prácticas de represión y violación sistemática de los derechos humanos, las que se habían visto transformadas en políticas objetivas de Estado, en lo que Manuel Guerrero Antequera ha denominado fase destructivo – desarticulador. Tras aquella fase, las voluntades de poderío se manifestarán como todo un proceso de racionalización, “un discurso
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Año 1- Número 1 ideológico específico basado en relecturas un grupo determinado que se proyecta e y desplazamientos de la historia de Chile a irradia al resto de las clases subalternas, partir de la doctrina de la seguridad que la asumen e internalizan como nacional” (Loc.cit), la democracia propias en un proceso cotidiano de autoritaria, y la instalación de nuevos asimilación, desarrollado desde la fuerza, elementos como el mercado, como un la ley y el mercado, entendiéndose el mecanismo auto regulador de espacios de proceso de consumo y cosificación desde sociabilidad (fase positiva-destructiva) en la mecánica de los más adecuado para la un intento de legitimación del régimen satisfacción y resguardo de nuestras dictatorial. Estas prácticas nos da a necesidades y derechos. Esta operación entender que la eliminación no fue solo hegemónica se desarrollo fuertemente en física, sino que se manifestaba que el los ámbitos de lo cultural, educativo y espacio público y la política también laboral, en un proceso de habían sido eliminados, en su remplazo intervencionismo que se resiente hasta emergía como una nueva verdad, el hoy en día, en lo que podemos llamar la mercado, el cual desde sus leyes sociedad post dictadura, la cual se mueve naturales, individualidad, mercado, en torno a los resabios disciplinantes y competencia, oferta y discursivos del régimen demanda regularía no militar. “…no puede haber solo los espacios Esto lo podemos redención del “pasado” sin la reparación de las económicos sino que entender debido al proceso injusticias “pasadas”, y no todos los espacios. dictatorial consistente en la se puede pretender Aquello quedaba “anulación de los diferentes presentar un modelo explicitado en el rol modos culturales y políticos disociado de aquel mismo subsidiario del Estado de construcción de “pasado”, como lo que se fijado en la Constitución identidades que se venían pretende en pos del del 80, simple y desarrollando al interior del consenso y la armonía llanamente en la movimiento de lo social: un proyecto sin transformación de la social”(Loc.cit) desde el pasado; una constitución sin sangre; una “democracia” a una mera cual se estructura la base democracia sin exclusión y y simple libertad de desde el cual se comenzó a un estado sin memoria y consumo, desde la cual el fracturar al régimen, lo cual de espaldas a su propia ciudadano será dará paso a la Concertación historia”. subsumido, producto del tanto de movimientos desmantelamiento del sociales y políticos que aparato público de su rol social. podrá arrebatar el poder al “Dictador”. El Aquello nos permite entender que proceso mencionado, se hará pero el poder del discurso y su efectividad desde la propia dinámica legal otorgada ideológica no reside tan solo en ser un por el régimen, transformándose en el espacio de verdad y coherencia, sino en nudo gordiano para la propia superación la capacidad que tenga de materializarse, de aquel escenario coercitivo e ilegitimo. naturalizarse positivamente, el de volverse Aunque resulte paradójico, la anulación verosímil. Entendiendo aquello desde la de las distintas formas culturales – óptica negativa del concepto ideología, políticas de construcción de identidades en cuanto logra posicionar un discurso de serán continuados en la fase post-
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dictadura, la represión seguirá la ruta de aquel eufemismo conceptual - visual del arco iris trazado por los partidos políticos concertacionistas y sus gobiernos. El nuevo disciplinamiento se hizo necesario debido a que los espacios liberados afirmados “como espacios de luchas, de afirmación de identidades o formas de vida alternativa” (Loc.cit), voluntades de conquista, implicaban la modificación de la sociedad por fuera del espacio clásico de lo político, del Estado y los partidos. Esto debido a la exigencia de la autonomía necesaria durante la década de los 80, debido al descabezamiento y las limitaciones de los partidos políticos propios del Estado Policial imperante. Estas fueron vistas por tanto como necesarias ante la ausencia de las estructuras política partidistas, pero aquellas no justificaban su existencia dentro del juego democrático de los 90 (de acuerdo a las lecturas de los partidos políticos oficiales) ni tampoco se ameritaba su incorporación en las nuevas políticas de construcción Estatal, debido a que eran expresiones de una verdad heterogénea discordante con la nueva verdad que emanaría desde el “consenso democrático”, esta política de los acuerdos con los poderes fácticos que habían sido parte del propio procesos dictatorial serán visto como interlocutores válidos en esta nueva armonización social. Esa lógica provocara la aplicación de medidas que conciben a aquellos movimientos como nuevas alteridades, serán conductos desviados y como tal se debían aplicar políticas de control, neutralización y castigo. (Loc. cit) Lo indisciplinado sería desde aquel momento lo que se considerará como exceso de sociabilidad, con la finalidad de poder adherirlo a un sistema político determinado y afín, pero no al proyecto primigenio articulador. El
proyecto no será desarrollado desde la línea ideológica programática particular a los grupos y partidos contrarios a la dictadura, simbolizados por la “alegría y el arco iris”, sino que buscarán la inserción en un modelo heredado, el modelo económico neoliberal, y como herencia no será objetada, pero esta no tenía un solo dueño, lo que justificará “la política de los acuerdos”, mediante la cual la Concertación terminará por legitimar lo que la dictadura no pudo con su juego de violencia, una continuación del discurso totalizante dictatorial. Es la instalación por la fuerza de un modelo y la posterior legitimación y profundización del mercado como verdad, mediante la utilización de las mismas estructuras ideológicas a las cuales se habían mostrado, por lo menos públicamente como opositores, instalando de aquella manera “la memoria del olvido”, el nuevo discurso hegemonizante, disciplinador y totalizante. Parafraseando en torno a este último punto a Walter Benjamin, este plantea “que las luchas son mas inspiradoras por la memoria viva y concreta de los ancestros sojuzgados que por la consideración, aun abstracta , de las generaciones venideras”(4) Bajo aquel sentido la “política del olvido” busca establecer un modelo, en el cual se establezca por decreto la ausencia de la memoria, vinculando aquella política con las últimas medidas anunciadas en relación a la reducción de horas de Ciencias Sociales dentro de otras tantas medidas. Se busca proyectar una sociedad gregaria, pasiva con menos capacidades reflexivas críticas, en una profundización del Estado Policial disciplinante, tecnócrata y comunicacional, entendiendo que no hay lucha por el futuro sin memoria del pasado, de esa manera no existirán por ende alteridades al sistema en la medida que pueda
controlar, rescribir o simplemente anular el pasado. A manera de conclusión sólo basta mencionar que no puede haber redención del “pasado” sin la reparación de las injusticias “pasadas”, y no se puede pretender presentar un modelo disociado de aquel mismo “pasado”, como lo que se pretende en pos del consenso y la armonía social: un proyecto sin pasado; una constitución sin sangre; una democracia sin exclusión y un Estado sin memoria y de espaldas a su propia historia. Bibliografía citada *Artículo desarrollado a partir de la lectura de “Desaparición y Disciplinamiento Social: Notas para una genealogía de la desaparición” de Braulio Rojas y “Tras el exceso de la sociedad: emancipación y disciplinamiento en el Chile actual” de Manuel Guerrero Antequera. 1- Rojas, Braulio, “Desaparición y Disciplinamiento Social: Notas para una genealogía de la desaparición” citado en http://www.cyberhumanitatis.uchile.cl/CDA/ texto_sub_simple2/0,1257,PRID%253D16 159%2526SCID%253D16172%2526ISID% 253D576,00.html 2- Foucault, Michelle, Historia de la sexualidad. 1 – la voluntad de saber. Siglo XXI editores, México, 1996, p. 170 citado en Rojas Braulio Desaparición y Disciplinamiento Social: Notas para una genealogía de la desaparición” citado en http://www.cyberhumanitatis.uchile.cl/CDA/ texto_sub_simple2/0,1257,PRID%253D16 159%2526SCID%253D16172%2526ISID% 253D576,00.html 3- Guerrero Antequera, Manuel, Tras el exceso de la sociedad: emancipación y disciplinamiento en el Chile actual, citado en http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libro s/grupos/cecen/14ante.pdf 4- Lowy, Michael, Walter Benjamin. Aviso de Incendio, Fondo Cultura Económico de Buenos Aires 2005, p.129
Imágenes disponibles en: 1- http://www.elciudadano.cl/2009/11/02/exconscriptos-del-73-obediencia-debida-yconfesion-militar/ 2- http://extremosteoricos.blogspot.com/2009/ 06/como-nos-controla-el-estado-sintener_04.html
DECLARACION DE PRINCIPIOS DE LAMANCOMUNAL DEL PENSAMIENTO CRÍTICO QUINTA REGIÓ La mancomunal del pensamiento crítico ha sido pensada como un espacio de encuentro, reflexión y construcción de propuestas para levantar alternativas de “rearme ideológico del mundo popular”, frente a la implementación de un proyecto generalizante y totalizador, que ha logrado la deslegitimación de las alternativas populares de construcción de poder soberano y constituyente¨´(…) Como reacción a esta realidad es urgente convocar a los ciudadanos con sensibilidad social y conciencia histórica, para desarrollar un ejercicio que signifique reanimar el pensamiento crítico y propositivo del movimiento popular. Se hace urgente la convergencia de intelectuales y trabajadores, unidos por gestación comunitaria y con ética colectiva responsable, para la elaboración de una proyección política que permita la construcción de pilares para un discurso alternativo, que cuente con la legitimidad proporcionada desde y por la base social.(...).Por esta razón pensamos que es primordial recuperar los espacios de convergencia social en los que se construyan propuestas desde la legítima sociabilidad de los excluidos, que nos permitan recuperar la memoria social y la riqueza del mundo popular que se expresa, a falta de espacios de convergencia, mediante los denominados reventones sociales, en los que se constata la existencia de las frustraciones de los no escuchados. Entendiendo por otra parte que las asociaciones ciudadanas generan, en su formación y en su quehacer, memoria colectiva y la memoria colectiva, identidad comunitaria. Y esta se expresa dialogando, interactuando, celebrando, participando, convirtiéndose en saber social que fomenta la unidad, la amistad, la camaradería, la solidaridad, el amor, el diálogo, la participación y la deliberación que genera sinergia social, animando proyectos de vida y procesos de autoconstrucción soberana. La misma que nos lleva a hablar de la existencia de un saber social que se convierte en una ciencia del nosotros la que
transita hacia la construcción de una nueva sociedad, autoeducada, que nos permita establecer el fundamento de la construcción soberana de la ciudadanía, para esto se necesitan intelectuales leales, bien ilustrados, comprometidos con el proyecto como propio, orientándolo al bien general sin traicionarlo, sin caer en caudillismos y que sean capaces de no imponer el saber superestructural por sobre el conocimiento social.(…) Junto con ello debemos ser capaces de reestructurar y redefinir las prácticas históricas de educación popular, que nos permitirán analizar críticamente las estructuras disciplinantes que regulan y restringen la autonomía y libertad de acción popular, que se ha visto arrinconada por la dominación unilateral que ha logrado extender como un manto siniestro la desregulación mercantil sobre nuestras vidas, obligándonos a subjetivar la conflictividad social y lo que es peor, nuestra propia afectividad más íntima. Por eso el llamado es hacernos parte del desafío de trabajar por la emancipación intelectual y la recuperación ideológica del mundo popular, entendido esto como una demostración de que intelectualidad no puede ser si no mas que sinónimo de compromiso civil y conciencia para la superación de las desigualdades económicas, políticas y sociales, para así establecer las bases para la recuperación de una democracia participativa constructora de poder constituyente. Por tanto hacemos un llamado a trabajar y organizarnos por un país para todos, libre de las ataduras impuestas por el sistema binominal de partidos existentes y excluyentes de Chile
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