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Tecnología

en la red como los dispositivos conectados, sensores, cámaras, dispositivos de control, etc.

• Evaluación de riesgos: Una vez identificado los activos, hay que evaluar los riesgos asociados a cada dispositivo y su impacto en la seguridad de la red, las vulnerabilidades que pueden presentarse, evaluar las amenazas y establecer las consecuencias ante una explotación exitosa.

• Protección de datos y comunicaciones: Se deben implementar estándares para la protección de la información tales como el cifrado de extremo a extremo y autenticación sólida. Además, las comunicaciones entre dispositivos y servidores deben ser monitoreadas y filtradas para detectar actividades maliciosas.

• Actualizaciones de seguridad: Es importante que los dispositivos que cuenten con software integrado se mantengan actualizados para contar con los últimos parches de seguridad y correcciones de errores.

• Gestión de acceso y autenticación: Se deben implementar estándares de mecanismos de autenticación tales como contraseñas seguras o autenticación multifactor, para garantizar que solo los usuarios autorizados puedan acceder y controlar los dispositivos. De igual manera establecer políticas y privilegios para cada uno de los dispositivos.

• Supervisión y detección de amenazas: Esto implica el monitoreo constante de la actividad de la red, la detección de patrones sospechosos y la respuesta rápida a posibles incidentes de seguridad, con el fin de detectar actividades sospechosas o inadecuadas.

• Respuesta a incidentes y recuperación: Se deben tener planes de respuesta ante incidentes claros y efectivos para abordar cualquier brecha de seguridad que pueda ocurrir, ya que a pesar de seguir todas las medidas preventivas se puede seguir estando expuesto ante amenazas.

Hoy, el Internet de las Cosas sigue en vigor y no se ve que en un futuro cercano llegue a su fin, mostrando así su gran potencial para cambiar todos los aspectos de nuestras vidas. Sin embargo, la seguridad cibernética se ha convertido en un desafío importante que debe abordarse de manera efectiva para garantizar la confianza y la protección del usuario.

La colaboración entre todos los actores involucrados, así como la implementación de soluciones de seguridad a través del diseño y la capacitación, es fundamental para reducir el riesgo y aprovechar al máximo el IoT de manera segura y responsable. En esta era de interconexión, la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad que no se puede ignorar.

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