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Regresar a la oficina? ¡No, por favor
Recursos Humanos
¿Regresar a la oficina? ¡No, por favor!
Muchos corporativos comienzan a tomar medidas para concretar el regreso de sus colaboradores a las oficinas, pero ¿está preparada nuestra gente para ese retorno?
Por: Mtra. Angélica de la Vega.
Catedrática de la Universidad Panamericana. Vicepresidenta del Club Rotario CDMX. Abogada, experta en Desarrollo Humano y Comunicación. Directora fundadora de ADV Comunicación Inteligente. www.advcomunicacion.com angelica@advcomunicacion.com @angiedelavega ás de un año en nuestras casas, se dice
Mfácil, pero ha sido un proceso de aprendizaje largo y complejo. Acorde con un reciente estudio de KPMG, 40% de las empresas encuestadas considera dejar en esta modalidad —por lo menos—, al 50% de sus colaboradores. ¿Cómo prepararnos para el evidente regreso a la oficina de muchos de nuestros trabajadores?
Las empresas mexicanas, como muchas otras en el mundo, tuvieron que enfrentar el reto de trabajar a distancia y diseñar procesos que permitieran mantenerse en comunicación y alcanzar objetivos corporativos. Muchas compañías supieron adaptarse rápidamente al cambio, ajustando procesos y políticas a los nuevos tiempos. La forma de trabajar y relacionarnos se transformó al terreno digital y descubrimos que la distancia social no siempre es un obstáculo para hacer equipo y lograr metas.
Nuestras agendas se saturaron de reuniones virtuales, a veces, incluso excediendo los sanos límites de la jornada laboral. Sin embargo, algunos colaboradores descubrieron que trabajar en pantuflas y tener la posibilidad de pasar tiempo cerca de la familia es un beneficio que los modelos laborales de antaño no ofrecían para todos.
Además, el home office dotó a los colaboradores de un margen de acción para tomar decisiones con autonomía, planteándoles el reto de ser verdaderamente productivos con su tiempo laboral.
Para las empresas, ante la escasa legislación sobre el tema significó la tarea de poner reglas: cuándo y cómo conectarse, qué equipos y servicios proporcionar a los colaboradores, respetar el derecho a la desconexión y un largo etcétera que retomó en contratos y reglamentos internos. Nuestro escenario laboral y de negocios vuelve a cambiar. A pesar de que la ola de contagios sigue causando daños importantes, muchas industrias ya están pidiéndole a sus colaboradores que se preparen para regresar a la oficina.
La solicitud obedece a que el colaborador desarrolle actividades que necesariamente se prestan en sus instalaciones o bien, a que existe un acuerdo laboral previo que obliga a los colaboradores a prestar el servicio presencialmente.
Considerando que cada organización es muy particular vemos medidas acordes con el giro, tamaño, número y perfil de los colaboradores. Muchos líderes están optando por el trabajo a distancia como una modalidad permanente, sobre todo si comprobaron que se trata de una opción viable para resolver sus necesidades. También se ha considerado la automatización de procesos y por obvias razones, la implementación de medidas sanitarias y de prevención en los lugares de trabajo.
Los mayores retos del regreso
Para las organizaciones todavía faltan muchos aspectos logísticos por resolver, uno de los más delicados será garantizar la seguridad e higiene de sus colaboradores; particularmente considerando las nuevas variantes y su poder de contagio.
Por otro lado, habrá que considerar a los colaboradores que no deseen regresar. Algunos podrán argumentar razones de productividad, calidad de vida, ahorro en tiempos de traslados y mejora
en sus resultados. Las nuevas formas de trabajo han llegado para quedarse; de hecho, los expertos en epidemias y emergencias sanitarias han afirmado que esta pandemia no es un caso aislado y que más vale estar preparados para fenómenos similares en el futuro.
Plantándole buena cara a la incertidumbre
En este orden de ideas, consideramos que la forma de dar un poco de certeza será crear buenos canales de comunicación con la plantilla laboral. Se trata de ser claros y transparentes en lo que está solicitando la empresa, en las medidas a tomar y también estar abiertos a escuchar las inquietudes de los trabajadores.
La comunicación de las medidas tiene que hacerse con suficiente anticipación, con una planeación estratégica cuyo propósito sea conservar el buen clima laboral, la salud de los colaboradores, aprovechar los beneficios de la tecnología y seguir operando con éxito. No está fácil, pero sí existen alternativas para hacerlo un proceso más amable. La Organización Internacional del Trabajo, OIT, ha sugerido a los patrones de sus países miembros, que integren a representantes de los trabajadores en el diseño del plan para regresar al centro del trabajo. La propuesta es muy buena, en tanto que son los colaboradores quienes conocen de primera mano las fortalezas y debilidades del trabajo en casa y pueden sugerir modelos muy efectivos para resolver cuándo, cómo y quiénes deben regresar a la oficina.
Riesgos psicosociales y liderazgo
Finalmente, y no por ello menos importante, se deben considerar los factores de riesgo psicosocial —contemplados en la famosa NOM-035— para que el plan de regreso tome en cuenta que el retorno no debiera desequilibrar emocionalmente a nuestros trabajadores. Recordemos que muchos de ellos pueden estar pasando por un momento difícil, ya sea porque se enfermaron, tienen contagios en la familia o peor aún, han sufrido el fallecimiento de familiares o personas cercanas.
El reto pandémico no ha sido sencillo para nadie y el retorno a las oficinas puede ser también un momento complejo para muchos. Los líderes de su organización serán la pieza clave para tomar las decisiones, siempre y cuando lo hagan cuidando el factor más importante —y el más frágil— que tenemos en nuestras compañías: el talento humano.