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QUÉ DIDÁCTICA
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DE LA MÚSICA
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Silencios en la clase de música Actividades musicales para educar el hábito de escuchar Josep Gustems ı Mar Pujadas
En este artículo se habla de la necesidad de concienciar a niños y niñas de la importancia de conseguir un ambiente sonoro adecuado para poder realizar las actividades de la vida cotidiana y se proponen diez actividades musicales útiles para potenciar el silencio desde el aula de música.
¿Silencio en la educación infantil? La música callada, la soledad sonora... Etimológicamente, «silencio» viene de silere, que significa callar. Denota, pues, intención y actuación humana. El silencio absoluto no existe; el silencio no es la ausencia total de sonido, sino la sensación de ausencia de sonido. A pesar de que en la naturaleza es imposible obtenerlo, solemos considerarlo como objetivo y forma de trabajo en los medios escolares y educativos, densamente poblados por nuestros niños y nuestras niñas... En la naturaleza, los escasos momentos de silencio son inquietantes y poco habituales: preparan una sorpresa, avisan de un peligro, nos ponen alerta, pues en silencio mejora considerablemente nuestra atención. En las sociedades humanas, el silencio es propio de espacios cerrados donde retirarse del mundo (monasterios...). Un entorno silencioso tiende a reducir el estrés, pero una vida extremadamen7 | Aula de Infantil Núm. 42. Marzo-Abril 2008
te silenciosa conduce fácilmente a la depresión. El sonido es un estimulante del sistema nervioso y del cerebro y es la base de nuestra relación con el entorno: no en vano el oído es el primer sentido corporal que aparece en el feto y el último en desaparecer al morir. Muchos ritos religiosos y civiles han aprovechado el silencio para aumentar la «presencia», acentuando el sentido, la atención y la conciencia del ritual. En la antigua Roma, se pronunciaba el favete linguis, traducido como «guardad silencio», antes de hacer un sacrificio o una plegaria. Era el silencio numinoso, reclamado por los dioses para poder actuar. En los entornos urbanos y masificados, el silencio es un bien valioso pero escaso. Las escuelas no están diseñadas para permitir espacios silenciosos: además de actividades «ruidosas» (como la música, la danza, los juegos, la educación física...), está el rumor de los patios, de las calles, y el propio ruido dentro de las aulas, con paredes demasiado «duras» que amplifican las resonancias, creando un entorno que no favorece la concentración. La contaminación acústica escolar es un fenómeno preocupante, sobre todo por la progresiva insensibilización que representa convivir durante años en un espacio donde hay que amplificar la voz o la música para ser escuchado. Mientras que el nivel deseable de confort
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acústico está entre 30dB y 50dB, el nivel sonoro de aulas y pasillos de cualquier centro escolar se sitúa entre 60dB y 70dB. Este hecho genera vicios en los elementos comunicativos naturales del alumnado y del profesorado, haciendo que la escuela se convierta en un pobre modelo comunicativo para los futuros ciudadanos. Los niños se habitúan a «gritar» en vez de hablar, con una importante pérdida de los matices expresivos del habla.
Silencios... ¿para qué? Hay que concienciar a niños y niñas de la importancia de conseguir un ambiente sonoro adecuado para poder realizar las actividades cotidianas. La observación y la escucha son una finalidad y al mismo tiempo un medio imprescindible, punto de partida en cualquier situación de aprendizaje. Para el lenguaje musical, el oído es el canal perceptivo de entrada a la música. Y para escuchar necesitamos, sobre todo, silencio. Vivir mejor el presente: mayor control de la atención y la intención Desde bien pequeños, los niños viven un bombardeo visual y sonoro que llega a saturarlos: videojuegos, walkmans, programas de televisión, familias, escuela, etc. Las interferencias sonoras les privan de mucha información, a la vez que les hacen adquirir el mal hábito de acostumbrar-se a ellas. La capacidad para distinguir auditivamente lo que nos interesa se adquiere precisamente de lo más simple a lo más complejo, aprendiendo a vivir con ruidos sin que nos condicionen. La práctica del silencio en pequeñas proporciones, en entornos muy tranquilos, favorecerá la concentración y la disposición a centrarse en pocos estímulos e 8 | Aula de Infantil Núm. 42. Marzo-Abril 2008
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ideas, con resultados sorprendentes. No necesitamos un «hilo musical» para acompañar cada momento del día: la vida ya tiene suficientes elementos para enriquecernos por sí sola. La atención es una comprensión conciente y metódica de la percepción, y se favorece con el silencio. A su vez, el silencio permite pasar de una vida centrada en el «hacer» a una conciencia del «ser», facilitando el desarrollo personal. La atención carga de energía: cualquier cosa a la que dirijamos nuestra atención cobrará fuerza en nuestra vida. Después la intención transformará esa energía, canalizándola. Nuestra intención mira hacia el futuro, pero nuestra atención está en el presente. Sólo un tiempo de preparación del gesto musical, en medio de un silencio activo y vigilante, permitirá la expresión exacta y auténtica de la totalidad del ser. Posibilidad de transmitir valores: el respeto y la fe El respeto exige un trato de igual a igual: sin comprensión, conocimiento y reflexión no hay respeto. Una identidad madura es necesariamente respetuosa, del mismo modo que una actitud respetuosa acaba siendo madura. El diálogo es el resultado de un deseo de conocimiento, y la fe descansa en la posibilidad de que la verdad habite fuera de uno mismo. El silencio en el aula tiene como finalidad prepararnos para recibir algo importante de nuestro entorno y de nuestros compañeros y compañeras. Los valores son sensaciones internas que nos indican si algo está bien o está mal. Los valores del silencio y del respeto hacia los demás (y hacia su música) pacifican y acallan nuestra mente, nos ofrecen la oportunidad de escuchar nuestra voz interior (la conciencia que se está formando), así como el punto de vista de los
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demás, que tal vez tengan algo para comunicarnos. Con una práctica continuada, crece el gusto por la atención silenciosa y la capacidad para prestar dicha atención, así como la eficacia en muchas tareas escolares (que siguen vinculadas a la atención auditiva). Convertirla en un hábito no exige grandes modificaciones en las programaciones ni en el conjunto de actividades.
¡Trabajemos con el silencio! Actividades musicales «silenciosas» para niños y niñas de 3-6 años Los valores del silencio y del respeto no se enseñan como se enseña una ciencia, sino que se transmiten, por contagio, educando el estilo de vida, fomentando su experimentación: según actúo, acabo pensando. Los valores no se pueden educar nunca desvinculados de la propia experiencia y, sobre todo, de la ejemplaridad. El silencio en el aula de educación infantil no tiene que ser sólo una imposición rutinaria por parte del profesorado, sino que también debe conseguirse a través de algún elemento lúdico. Se trata de prácticas breves, de actividades de algunos minutos, que acompañan, complementan y enriquecen cualquier tema, actividad o situación. El rato que dedicamos a música es un buen momento para potenciar esta concienciación, puesto que podemos jugar con los contrarios sonido/silencio y darles exactamente la misma importancia. A continuación os proponemos diez actividades útiles para potenciar el silencio desde el aula de música. Peinarse las orejas El inicio de las sesiones de música lo dedicaremos a la búsqueda del silencio: situados 9 | Aula de Infantil Núm. 42. Marzo-Abril 2008
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siempre en el mismo rincón, sentados en el suelo, preparamos los oídos para escuchar, acariciándonos las orejas («peinarse las orejas», véase imagen 1), y un «rey del silencio» irá tocando la cabeza de los compañeros que estén preparados para que empiecen a desplazarse con cuidado hacia el rincón donde haremos las actividades programadas. Después terminamos regalando una música a nuestros oídos (volvemos a prepararlos). Así, la audición requiere una predisposición para escuchar y sacar el máximo provecho de esos escasos minutos. Interiorizar canciones Durante la sesión consideramos la canción como pilar del aprendizaje musical, que engloba otros aspectos musicales, como el ritmo, la melodía, la danza y la audición. Para facilitar el proceso de interiorización, de vez en cuando cantaremos las canciones «como peces», es decir, vocalizando y gesticulando las letras de las canciones sin emitir ningún sonido (playback). Alguna vez acompañaremos al piano este ejercicio con su melodía. También podemos fabricar un semáforo de cartulina (rojo por un lado y verde por el otro), que mostraremos a los niños para que canten (verde) o dejen de cantar (rojo), pero siguiendo la canción «por dentro». Observar el silencio Sentados, con los ojos cerrados y en silencio durante un minuto, observaremos y recordaremos los sonidos y ruidos que hemos escuchado. Levantaremos la mano y los iremos diciendo, y la maestra los irá anotando en la pizarra (con letras o con un código gráfico sencillo). También comentaremos cómo nos hemos sentido (relajados, a gusto, nerviosos, incómodos...) y qué hemos pensado.
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Imagen 1. «Peinarse las orejas»
Juego del rey del silencio Sentados en círculo, proponemos a un alumno que haga algunos encargos sencillos para la clase en silencio absoluto, mientras los compañeros le observan y luego comparan el grado de silencio o ruido que ha efectuado. Se elige «rey» al que ha sido más silencioso realizando los encargos. Juego del ataque de los cascabeles Se hacen dos grupos de niños: unos «atacan» arrastrándose por el suelo con un cascabel atado al tobillo, mientras que los otros «defienden» su castillo (rincón del aula) con los ojos vendados, señalando con el dedo el sitio donde hayan oído algún cascabel de los que se aproximan. Gana quien consigue llegar al castillo y coger el «tesoro» (el objeto que previamente se ha señalado). 10 | Aula de Infantil Núm. 42. Marzo-Abril 2008
Juego de las sillas Hacemos un círculo de sillas con el asiento afuera, en un número inferior en uno al de niños y niñas, que darán vueltas por fuera, siguiendo el ritmo de una música que tocaremos con algún instrumento (piano, flauta, guitarra, xilofón...). Cuando la música se interrumpe, los niños tienen que sentarse y se elimina cada vez a un niño y también una silla, hasta que sólo quede un ganador. Si no se dispone de instrumentos (o no se saben tocar), también se puede hacer con un equipo de música, procurando bajar progresivamente el volumen del aparato para estimular el oído fino. Juego del director de orquesta Un niño o una niña sale de la clase donde está el grupo sentado en el suelo en círculo. Se decide quién será el director del grupo, que
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deberá dar órdenes de movimientos corporales (ostinatos corporales) con los que acompañarán canciones conocidas que cantarán todos. En cada repetición de la canción, el «director» tiene que cambiar de movimiento y los demás tienen que imitarle, mirándolo disimuladamente. El niño o la niña que estaba fuera entra, se pone en medio del círculo y empieza la canción. Si adivina quién es el director, éste sale fuera del aula y vuelve a empezar el juego. Juego del cazador de instrumentos Nos sentamos en el suelo en círculo. Un niño se pone de pie en el medio y le tapamos los ojos con un pañuelo. Entonces, repartimos dos instrumentos (triángulo y caja china) a dos compañeros del círculo. El niño del medio tendrá que «cazar» uno de los dos instrumentos con la ayuda de su sonido. Juego de coger castañas Mientras escuchamos El otoño de Vivaldi, imaginamos que andamos por un bosque buscando castañas. Cuando la maestra haga sonar la caja china, nos agacharemos para coger cas-
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Puedes enviar: Artículos para las secciones de «Intercambio de Experiencias», «Desde la Diversidad», «Ventana Abierta», etc. Extensión: 4 páginas a doble espacio. Se entregará en papel y en CD. Los artículos han de incluir un resumen de 3-4 líneas. Se pueden adjuntar fotografías, ilustraciones, etc. (en formato jpg, tif o eps). Ideas concretas para la práctica cotidiana que den respuesta inmediata a «¿Cómo puedo hacer…?».
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tañas. Los niños tienen que andar muy silenciosamente para escuchar bien cada toque. Juego de las estatuas La maestra toca una marcha al piano y los niños caminan libremente por el espacio siguiendo la música. Cuando ésta se detiene, la maestra dice el nombre de un animal y los niños tienen que permanecer inmóviles haciendo su estatua. El silencio nos prepara para vivir y convivir juntos, disfrutando de los sonidos y las voces más inspiradas; voces que romperán el silencio de hoy y de mañana y que, durante algún tiempo, nos acompañan en nuestra tarea silenciosa de maestros. HEMOS HABLADO DE: Juegos musicales. Contaminación acústica. Josep Gustems Universitat de Barcelona Mar Pujadas Escola Thau. Barcelona jgustems@ub.edu marpujadas@hotmail.com
Por ejemplo: elaboración de materiales, construcción de juguetes, juegos, organización de aspectos puntuales (espacio, tiempo, rincones, etc.). Extensión: 1 página. Opiniones para la sección «¿Y tú qué piensas?». Extensión: 10 líneas mecanografiadas. Informaciones para la sección «Miscelánea» (convocatorias, jornadas, grupos de trabajo, materiales, páginas web, etc.). Las colaboraciones las podéis enviar a AULA DE INFANTIL. C/ Francesc Tàrrega, 32-34. 08027 Barcelona. Tel. 934 080 455. Es necesario adjuntar vuestros datos personales, profesionales, la dirección y el teléfono.