Análisis de la realidad

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ANÁLISIS DE LA REALIDAD El análisis de la realidad no es una finalidad en sí, sino un instrumento, un medio. Esto, no sólo porque todo conocimiento es para la acción, sino porque conocimiento y acción, teoría y práctica son, por opción ética y cristiana, medios para impulsar la transformación hacia una sociedad más justa y fraterna. 1. TRANSFORMAR LA REALIDAD Siguiendo la tradición cristiana de ser contemplativos en la acción, hacemos un análisis no sólo para entender la realidad, sino para propiciar su transformación, volviendo a ella como último criterio de verificación. Nuestro interés como apóstoles enviados por el Padre en Jesucristo y su Iglesia es precisamente el de transformar la realidad que vivimos para que de auto-centrada por el egoísmo humano se des-centre por el amor de Dios para que el pobre deje de ser pobre y humillado. De aquí que el criterio de verificación de nuestro acercamiento a la realidad sea esa misma realidad en cuanto va siendo transformada, informada y conformada por el Dios vivo que nos comunica su vida. Si nos abocamos al análisis de la realidad no es por el simple gusto intelectual de saber. Todos nuestros análisis de la realidad van, en consecuencia, a la transformación de la realidad que supone que Dios nos haya comunicado su vida; que Él sea el “principio vital” de todas las transformaciones que han sucedido, suceden y sucederán en la historia. Se deben considerar todas las situaciones que viven los más empobrecidos y marginados de nuestra sociedad. Poblaciones indígenas (mayorías discriminadas o minorías amenazadas...quienes viven en su lugar de origen como en tierra extranjera); negros, mulatos, morenos (sucesores de los esclavos traídos de África); el campesino o el trabajador agrícola (a quienes no alcanza la tierra, el precio de lo que producen o el salario); el emigrante rural (que abandona por falta de tierras o por amenazas el suelo nativo hacia nuevas fronteras agrícolas); los desempleados... y trabajadores estaciónales;... el obrero y el peón (industriales); la inmensa población (desempleada, marginada de los servicios urbanos); las multitudes de jóvenes (mayoría indiscutible de la población); las mujeres de esas mayorías doblemente explotadas y, en el caso de la mujer indígena o negra, triplemente explotada. 2. ELEMENTOS DEL ANÁLISIS DE LA REALIDAD 2.1. La Estructura Las estructuras, de las que ya hablamos, pueden ser económicas, políticas, culturales, religiosas. Las estructuras económicas se refieren a la producción, la manera cómo se distribuye e intercambian los productos. Quién controla estas actividades y qué valores determinan estas operaciones. Las estructuras políticas se refieren a la manera cómo se obtiene, controla y ejerce el poder, dentro de la comunidad. Se refiere también a la organización social, la forma de convivencia, los partidos, grupos, movimientos, sindicatos, oposición, etc. Con este análisis podremos saber quién toma las decisiones, cómo está distribuido el poder y cómo se participa en su ejercicio. Las estructuras ideológicas se refieren al pensar, a lo simbólico, a la manera cómo se producen los símbolos: valores, ideas, concepciones, en una determinada sociedad, y los medios como se expresan, se comunican, se recuperan y reproducen dichas ideas y valores.


Dentro de este análisis estructural, es necesario que tengamos bien claras dos cosas: 

La existencia de divisiones al interior de la sociedad: divisiones por raza, edad, sexo, clases, geografía, etc. Las decisiones y las situaciones no afectan a todos por igual. Por ejemplo, la deuda externa no golpea de la misma manera al empresario, al obrero o al campesino. Las estructuras están vinculadas entre sí: no existen aisladas. Además de la necesaria interrelación existente entre lo económico, lo político y lo ideológico, existen también las alianzas institucionales, como por ejemplo, las alianzas entre un gobierno y las transnacionales.

2.2. La coyuntura Las situaciones estructurales generan coyunturas y éstas influyen en las estructuras. La relación entre ambas es dialéctica. Desde el punto de vista político, la coyuntura es la forma como se manifiesta y concreta el conflicto social en una sociedad específica y en un momento determinado. La coyuntura puede también ser definida como los pequeños cambios que se dan frecuentemente dentro de la estructura, o las pequeñas modificaciones que se hacen y que no modifican fundamentalmente la estructura. Cuando se habla de la relación estructura-coyuntura, se parte de la noción de estructura como referida a las partes más permanentes dentro del edificio social. En dicho edificio encontramos la infraestructura, constituida por la economía. La supra-estructura, constituida por la política, el derecho, la educación, el estado, la Iglesia. El aglutinante, el cemento, de todo el edificio es la ideología. Como la estructura no es estática, sino que cambia, varía, estos cambios y variaciones en la estructura, los llamamos coyuntura. La infraestructura económica condiciona, no determina, la superestructura. Se parte también del hecho de la existencia de contradicciones entre las clases sociales, que tienen intereses económicos, políticos e ideológicos diferentes u opuestos. Estos conflictos son un hecho objetivo que tiene su raíz en la estructura social. La contradicción existente entre las dos clases, por una parte, los detentores de los medios de producción y, por otra, los detentores de únicamente la fuerza de trabajo, se llama contradicción principal, y es la que en verdad mueve toda la sociedad. Al interior de cada una de las clases sociales se dan también contradicciones. Esta contradicción es llamada secundaria, y puede revolverse con el diálogo, con las negociaciones. Las contradicciones no son estáticas. Las clases sociales están en movimiento, es decir, actuando, enfrentándose. El análisis de coyuntura busca establecer objetivamente cuál es la correlación de fuerzas entre ellas, o sea, cuál es la fuerza real (conciencia política, organización, movilización) de cada grupo social, qué clase social o conjunto de clases tienen la iniciativa y control político de la sociedad en un período o momento dado. La coyuntura puede también entenderse como la situación concreta de una sociedad y la correlación de fuerzas en una etapa determinada del desarrollo del conflicto social. Se llama pues coyuntura a los momentos que dividen y unen los diversos períodos históricos.


3. TIPOS DE ANÁLISIS DE LA REALIDAD Tenemos que optar por un tipo de análisis. Esta es una clasificación de los tipos diferentes de análisis de la realidad. 3.1. Análisis Lineal Consiste en hacer un catálogo de problemas, jerarquizarlos por su importancia y proceder a tratar los prioritarios de una manera sectorial. Se buscan las soluciones más adecuadas para cada problema. Ejemplo: PROBLEMAS

SOLUCIONES

- Tenencia de tierras - Enfermedades - Drogadicción

- Repartición de la tierra - Dispensarios - Orientación vocacional

El tipo de acción en el análisis lineal es conservadora, la cual no responde a causas globales sino a efectos inmediatos. 3.2. Análisis Funcional Tiene en cuenta únicamente el funcionamiento de los mecanismos y estructuras sociales, sin cuestionar el cambio del conjunto. Se considera a la sociedad como un organismo que evoluciona, pero que no puede tener rupturas estructurales a la manera de los organismos vivos. Por ejemplo, se pueden hacer diferenciaciones entre sociedades tradicionales y modernas:   

Las sociedades tradicionales se rigen por normas particulares (oligárquicas, militaristas...) las sociedades modernas por normas universales (democráticas). En las sociedades tradicionales, los roles son reclutados por asignación (parentesco, títulos...), en las modernas por adquisición; En las sociedades tradicionales, los roles son difusos, son supuestos, en las modernas son específicos y concretos (división del trabajo)

No cabe duda de que el “funcionalismo” aporta elementos muy válidos al análisis social pero, como enfoque, sería meramente “reformista” sin capacidad para cambiar el sistema socioeconómico ni las estructuras injustas. En el análisis funcionalista, la acción que se presenta es reformadora, la cual se corresponde con causas globales de funcionamiento de la sociedad, pero que no pretende cambiar estructuras básicas del sistema social. Es importante cuando los conflictos no son frontales por defensa de intereses de clase. O también para adoptar soluciones a escala intermedia, cuando no se pueden afrontar en bloque los problemas sociales. 3.3. Análisis Estructural Su supuesto básico es el “estructuralismo social”: toda la realidad es una interrelación de estructuras, que forman un conjunto social. La totalidad viene dada no por la suma de las partes, sino por su interrelación. No busca un inventario de problemas, sino la interrelación entre ellos.


La totalidad tiene niveles interrelacionados: económicos, políticos y culturales. La realidad se analiza a partir de dos ejes: Sincrónico: se analiza la estructura social a partir de una objetividad del momento. Diacrónico: se analiza la realidad como un proceso histórico a través de una sucesión temporal de acontecimientos fundamentales. Al análisis estructural con su complemento coyuntural, corresponde una acción transformadora que pretende cambiar estructuras del sistema inadecuado o injusto. 3.4. Análisis de Coyuntura Es el estudio detallado de un momento específico de la sociedad. Presupone, por tanto, una concepción previa de ella derivado de la teoría social elegida, así como una visión histórica más amplia de la misma que pueda explicar el momento. Con frecuencia este tipo de análisis busca clarificar un conflicto social. Los conflictos, en efecto, son un lugar privilegiado para el conocimiento de una sociedad, pues en ellos se revelan las intrigas anteriormente encubiertas, caen las máscaras y se hace manifiesta la estructura social. El análisis entonces puede diseñar un mapa del conflicto. Las causas del conflicto. Es el punto de partida. Para ello conviene seguir la recomendación de Vicenç Fisas, quien para ver coyunturalmente la realidad aconsejaba el uso de "cuatro gafas": "Gafas de ver de lejos"- Atender las causas lejanas, la historia, las raíces. "Gafas de ver de cerca"- Descubrir el detonante del conflicto, la crisis que lo desató. "Gafas oscuras de lejos" – Es la cultura profunda subyacente. "Gafas oscuras de cerca" – Modas y espejismos pasajeros que los matizan. El conflicto y sus fases. Todo conflicto atraviesa por fases bien definidas. Es importante para comprender determinado conflicto ubicar el momento en su correspondiente fase. Estas fases son:  

El contexto o pre-crisis. Estudiar su ubicación geográfica, las condiciones sociales, económicas y políticas. Conocer la historia anterior. El ante-crisis. Se trata de un estadio de tensión que se habrá venido acumulando. Importa conocer las causas y las razones de los conflictos (cambios de gobierno, enfrentamiento entre etnias, aspiración de independencia o autonomía, reivindicaciones sociales, etc.). Es posible que se deba a malentendidos en las expectativas o a discrepancias sobre los fines propuestos o sobre los medios elegidos. Los cambios son otro factor de tensiones, pues aun cuando éstos sean refrescantes y revitalizadores, provocan alteraciones que turban el desarrollo ordinario de la vida, creando desequilibrios e incertidumbre. A veces estas causas pueden variar durante el conflicto. Esto lleva a un momento de ruptura en las relaciones entre grupos, en el que las normas deliberadamente son quebrantadas, lo que sirve como detonador simbólico. La crisis. Es un momento peligroso y decisivo en la vida tanto de los organismos biológicos como de las sociedades. Se trata de una situación colectiva de contradicciones y rupturas que hacen dudar sobre la línea de conducta a seguir. Las alteraciones que dan lugar a las crisis pueden o bien provenir de fuera, o bien ser producto del mismo desarrollo interno (acumulación de pequeñas restricciones, fallas o también profusiones o logros, desequilibrios de ritmo, etc.) que se van juntando hasta sobrepasar cierto umbral. Durante las crisis se acrecienta el número de mensajes en circulación, los actores realizan movimientos más numerosos y desordenados, entran


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en escena de nuevos protagonistas, se da una dramatización del espectáculo, etc. La comunicación entre los grupos se deteriora, se crean estereotipos del enemigo, se acrecientan los miedos. Cuando la polarización es total, los sentimientos de destrucción se transforman en agresividad. Así como no todo cambio desemboca en crisis, no toda crisis da lugar a conflictos. Pero todo conflicto debió ser precedido de alguna crisis, que tiende a profundizar la ruptura. El "nudo crítico": Una vez desatada la confrontación, ésta atraviesa también por fases de mayor o menor intensidad; pero es posible detectar, dentro de todo su curso, un momento climático, donde el conflicto se halla más intrincado. Una acción reparadora. Todo conflicto, por fin, tiene un término o anticlímax: el momento de su resolución. Las maneras cómo esta se dé van de la victoria por aniquilamiento del contrario, al compromiso, la negociación, la conciliación, una nueva coexistencia en el rechazo a cualquier solución, su derivación en una nueva crisis, etc. En esta fase es posible una intervención mediadora: el "tercer actor" puede debilitar la polarización y ofrecer una salida. Para la resolución de los conflictos conviene intentar cambiar las posiciones de las partes involucradas, y luego modificar los comportamientos agresivos. Una fase de reintegración del grupo disturbado o el reconocimiento del cisma irreparable, que constituiría el clímax o la solución.

Los actores sociales: 

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Identificación. Se trata de identificar todas las partes implicadas en el conflicto: grupos, personas u organizaciones capaces de colocar en el escenario público una postura, que son capaces de hacer públicas sus expectativas y aspiraciones. A veces no resulta fácil (facciones rebeldes enfrentadas entre sí). Hay que descubrir las alianzas y oposiciones secundarias, que en determinado momento pudieran inclinar el peso en favor o en contra de dichos actores. No se pueden omitir las influencias externas, las cuales pueden o bien alimentar el conflicto, o bien debilitarlo. Peso específico. Lo ideal sería que todos los que participan en la sociedad pudiesen hacer públicas sus expectativas; sin embargo, son los grupos de poder quienes pueden realmente hacerlo. Los grupos que ostentan mayor poder tienen más facilidad de imponer sus intenciones. Los sectores subalternos sólo logran hacer públicas sus acciones por un tiempo muy corto (una toma de instalaciones, una huelga), luego decae en su manifestación pública por falta de resonancia. Hay que indagar el peso real que posee cada actor social: su fuerza numérica, el apoyo de la población, su zona de influencia, su fuerza económica, conocimiento del terreno, etc. Posiciones. Su papel es crucial. Tienden a endurecerse a medida que el conflicto evoluciona. Esto se da en momentos en que se refuerza la identidad del grupo, al aumentar la rabia y frustración, etc. Estrategias. Se trata del objetivo último y general que persigue cada actor. Es su proyecto social o idea que tiene de la sociedad de acuerdo a sus intereses; pero más en concreto, lo que persigue con el conflicto en cuestión. Tácticas. Son los medios concretos de que se vale cada actor social para sacar adelante sus estrategias finales. Los comportamientos externos de las partes en conflicto son fáciles de registrar puesto que se trata de acciones coercitivas, violentas o destructoras. Pero también hay que registrar aquellas conductas conciliadoras que pueden permitir la intervención de una tercera parte para resolver el conflicto. Discursos y acontecimientos. Ayuda mucho para en análisis conocer los planteamientos de los actores sociales. Los hacen públicos a través de discursos y de los hechos. Los discursos no siempre son explícitos, sino que muchas veces las verdaderas intenciones


o las posturas ideológicas quedan encubiertas, como lo evidencia un buen análisis ideológico del discurso, sea verbal sea no verbal. Es importante ver entre los hechos cuáles pueden tener la categoría de acontecimientos, por su incidencia más profunda en la dinámica social. Los escenarios. Al mirar el conjunto de los actores sociales y de sus actuaciones se pueden deducir los escenarios que aparecen en la conciencia pública de los miembros de la sociedad: conflicto armado, lucha sindical, etc. El escenario no es sólo el espacio físico, sino las situaciones que se construyen en el imaginario colectivo.

4. CRITERIOS INICIALES PARA HACER UN ANÁLISIS DE REALIDAD 4.1. Precisar el nivel de análisis. Lo primero que hay que hacer es acordar el nivel geográfico en que queremos situarnos. El nivel macro es apropiado para la programación de la pastoral de conjunto. Tiene la ventaja que se visualiza la realidad local desde un contexto más amplio, lo cual favorece la comprensión de los problemas. Ante la globalización actual en la que todos son inter-dependientes no se puede prescindir de él. Tiene, en cambio, la desventaja de que nos podemos perder en tanta complejidad e inhibir nuestra actuación, por los sentimientos de impotencia e incertidumbre que provoca. El nivel micro es apropiado para los trabajos locales, que permite analizar problemas concretos y hallarle solución más rápida. Tiene la desventaja de mayor posibilidad de error o de inmediatismo. El mesonivel es ideal para un trabajo pastoral, pues combina los dos niveles anteriores. 4.2. Elegir el marco teórico metodológico. A continuación se exponen los principales marcos teóricos metodológicos que pueden ser utilizados en un proceso de análisis de realidad. El Neo-evolucionismo. Parte del presupuesto que la sociedad evoluciona, pese a posibles momentos de retroceso. Investigar cuál ha sido su recorrido, desde los estadios primitivos hasta la modernidad, pasando por estadios tipificados (salvajismo, barbarie, civilización). Mantiene una fe (ciega) en el progreso, muchas veces identificado con la tecnología. El análisis inspirado en esta teoría se preocupará por constatar cómo se ha dado este desarrollo material y los obstáculos que la han impedido. Puede asumir versiones menos fatalistas que consideran que la evolución no deba seguir necesariamente el mismo camino para todos (Spengler, Tylor). El funcionalismo. Consideran a la sociedad como un todo (un organismo o una máquina) en el que las diversas instituciones realizan funciones complementarias. Cualquier intento de modificar el funcionamiento de la sociedad es considerado como anti-funcional y debe ser evitado. Como se ve, este modelo refuerza el statu quo y se opone a los cambios (Parsons) El estructuralismo. Investiga las estructuras subyacentes en las relaciones inter institucionales, creyendo que con esto se pueden entender y manejar mejor. Presupone que las instituciones reflejarían estructuras más profundas que serían naturales y por tanto, inmutables (Levi-Strauss)


El culturalismo. Privilegia la categoría de "cultura" para explicar los fenómenos sociales. Ha tenido éxito en explicar el paso del medio rural al medio urbano y da cuenta de muchos fenómenos de "anomia" presentes aún en nuestras sociedades modernas (Tönnies). El método genético-estructural. Estudia las sociedades sea desde su proceso histórico (¿cómo fue se llegó hasta aquí?), sea desde su estructura general (¿cómo están estructuradas las clases sociales fundamentales en la sociedad?). La historia revelaría que la sociedad camina hacia la justicia, a pesar de la fuerza que posee el proyecto de dominación. El análisis tendería a potenciar las fuerzas de cambio. Distingue tres dimensiones estructurales de cualquier sociedad --la infraestructura económica, la política y la ideología--, de los cuales, lo que condiciona en última instancia los fenómenos sociales es la economía y más concretamente, los "modos de producción" (que abarcan no sólo la economía, sino también las otras dimensiones) (Marx). Correctivos desde la Globalización. El método anterior parece el más capaz para los objetivos de transformación social en la justicia. Ha sido asimilado creativamente en muchas realizaciones pastorales de Latinoamérica. Sin embargo recientemente ha entrado en crisis. En primer lugar, la derrota política y económica del llamado "socialismo realmente existente", si bien no falsea la teoría (en realidad no fue aplicada en aquellos países), sí fue ocasión de descrédito en los medios académicos. Por otra parte, se ha ido cobrando conciencia de que vivimos en un mundo diverso: la globalización que hace ver todos los problemas desde el contexto mundial, la situación límite por la que atraviesa el planeta, la falta de alternativas al sistema mundial de mercado, el debilitamiento de los Estados nacionales, la dominación económica realizada por las instituciones financieras mundiales o las mega corporaciones, la emergencia de la sociedad civil articulada globalmente, etc… todo esto orienta las búsquedas hacia un nuevo paradigma. Es verdad que todavía no se ha construido un nuevo paradigma que marque los análisis de realidad; pero hay ya algunos elementos que apuntan hacia él: No se ven posibilidades de transformar un sólo país, sino que los cambios habrán de ser globales. Se sugieren iniciativas de reforma al sistema hegemónico para imponer límites éticos al mercado. Nadie tiene interés en crear una fuerza unitaria y sólida que dirija los procesos de cambio, sino más bien se articulan múltiples movimientos independientes que convergen sobre algunos planteamientos. No se espera a la toma del poder por parte de las fuerzas emergentes, sino que se plantea un proceso continuo y democrático, etc. 4.3. Elegir una técnica de investigación. Todo análisis de realidad requiere de información confiable. La investigación precisa allegarse una cantidad razonable de datos. Señalaremos algunas de las principales técnicas: Información bibliográfica. Antes de iniciar una investigación exploremos un poco lo que ya se haya escrito. Es posible que encontremos algún material que consideremos suficiente, o en todo caso, que podamos tomar como punto de partida. Internet. Hoy día es imprescindible este medio. Hay que localizar algunos WebSites confiables. Buscaremos la información requerida en los documentos de la ONU y de los organismos internacionales; los de las ONGs nacionales e internacionales, así como grupos de la sociedad civil que se ocupan de esta cuestión. Utilizaremos también las fuentes gubernamentales y otras fuentes académicas. Investigación oficial. ¿Cuáles son las posiciones del Gobierno y de los Partidos Políticos acerca de la cuestión? ¿Qué comisiones o grupos de trabajo se ocupan del problema? ¿Quiénes son las personas implicadas?


Información de prensa. Información propiamente como tal (diarios, revistas, noticieros de radio o TV). Importan para conocer el punto de vista oficial. Editoriales y artículos de opinión pueden dar a conocer opiniones más independientes. Revistas y periódicos extranjeros pueden dar opiniones más libres. Las publicaciones especializadas son las más importantes; en estas publicaciones aparecen cifras y declaraciones que pueden resultan de gran ayuda, para ello, es necesaria su clasificación. Habría que formar un banco de datos y tener un esquema preciso de referencia dónde ir colocándolos. Encuesta. Cuando uno realiza su propia investigación sobre el terreno la encuesta se revela como una de las mejores técnicas. Es importante la realización del cuestionario, previendo las dificultades que posteriormente tenga su vaciado. Hay que elaborar bien las preguntas, de preferencia, cerradas y claras. Es conveniente antes de aplicar la encuesta hacer algunas pruebas para ver cómo funciona. Hay que atender que la cantidad de respuestas sea suficiente y garantizar su aleatoriedad (azar). Para nuestros casos, puede bastar un muestreo (un número muy inferior a lo que pediría una encuesta propiamente como tal). Entrevista. Esta técnica es muy útil, pues nos permite comprender la problemática desde las vivencias dolorosas de quienes la sufren. El diálogo directo con la gente permite sentir con ellos la problemática y toca aspectos y detalles que de otro modo no aflorarían. Tiene la dificultad de su procesamiento posterior, necesario para no generalizar aspectos subjetivos particulares. Observación participante. Salvo para el tipo de análisis académico, en el que conviene separar al investigador del militante, la observación participante de la realidad permite que afloren ciertos aspectos de la situación que sólo en la acción se visualizan y que escapan a los analistas de escritorio. Es conveniente llevar un diario de campo, registrando las experiencias de cada día, dejando un margen para posterior clasificación o comentarios. Hay que tener cuidado de no escribir juicios de valor en los que interfiera la propia subjetividad, sino procurar descripciones objetivas y precisas. Orar la realidad. No realizamos el análisis por una pretensión científica o política. Lo hacemos por exigencias de nuestra fe. Nuestra actitud contemplativa nos lanzó hacia la realidad y es preciso que lo que descubrimos en ella lo llevemos a nuestra oración. Nosotros formamos parte de la realidad estudiada. Nos encontramos participando y actuando en ella, y en ella descubrimos los signos de la presencia del Espíritu, así como los de la presencia del Maligno. El análisis resultará más asimilado cuando lo hayamos confrontado con nuestra fe iluminada por la Palabra. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en la siguiente meditación propuesta por el sacerdote jesuita de origen indio Anthony de Mello. Esta meditación la podemos hacer en ambiente de oración y reflexión, nos ayudará a tener una perspectiva sobre las limitantes que tenemos para abordar de manera objetiva un análisis de la realidad que responda a lo esperado para lograr las transformaciones necesarias en bien de la construcción del reino de Dios. Al final de la meditación encontraremos una propuesta que nos servirá para hacer un análisis orado de la realidad. Meditación 11 – Anthony de Mello S.J. "Se le acercaron sus discípulos y le señalaron las construcciones del templo, pero él les dijo: ¿Veis todo esto? Os aseguro que no quedará aquí ́ piedra sobre piedra que no sea derruida" (Mt 24.1-2)


Imagínate a una persona gordísima y grasienta. En algo así ́ puede llegar a convertirse tu mente: en algo tan gordo y grasiento, tan pesado y lento, que sea incapaz de pensar, de observar, de explorar, de descubrir... Mira a tu alrededor y verás cómo la mayoría de las mentes están así:́ torpes, dormidas, protegidas por "capas de grasa", deseando no ser molestadas ni sacudidas de su modorra. ¿Qué son esas "capas de grasa"? Son tus creencias, las conclusiones a que has llegado acerca de personas y cosas, tus hábitos y tus apegos. Tus años de formación deberían haberte servido para eliminar esas "capas" y liberar tu mente. En cambio, tu sociedad y tu cultura, que han recubierto tu mente con dichas adiposidades, te han enseñado a no verlas siquiera, a refugiarte en el sueño y a dejar que otras personas -los expertos: los dirigentes políticos, culturales y religiosos- piensen por ti. De ese modo, han conseguido abrumarte con el peso de una autoridad y una tradición intangibles e incontestables. Veamos esas "capas" una por una. La primera son tus creencias. Si tu manera de vivir viene determinada por tu condición de comunista o de capitalista, de musulmán o de judío o de católico, estarás experimentando la vida de un modo parcial y sesgado; hay entre ti y la realidad una barrera, una "capa de grasa" que te impide ver y tocar directamente dicha realidad. La segunda "capa" la constituyen tus ideas. Si te aferras a una idea acerca de alguna persona, entonces ya no amas a esa persona, sino que amas tu idea acerca de ella. Cuando la ves hacer o decir algo, o comportarse de una determinada manera, le pones una etiqueta: "es tonta", "es torpe", "es cruel", "es simpática"... Y entonces ya has puesto una pantalla, una "capa de grasa" entre ti y esa persona; y cuando vuelvas a encontrarte con ella, la verás en función de esa idea que te has formado, aun cuando ella haya cambiado. Observa cómo es precisamente esto lo que has hecho con casi todas las personas que conoces. La tercera "capa" son los hábitos. El hábito o la costumbre es algo esencial en la vida humana. No podríamos caminar, hablar o conducir un auto si no tuviéramos el hábito de hacerlo. Pero los hábitos deben limitarse al ámbito de las cosas "mecánicas", y no deberían invadir los terrenos del amor o de la visión. A nadie le gusta ser amado "por costumbre". ¿No te has sentado nunca a la orilla del mar, hechizado por la majestad y el misterio del océano? El pescador mira todos los días el océano sin caer en la cuenta de su grandeza. ¿Por qué?́ Por el efecto embotador de una "capa de grasa" llamada "hábito". Te has formado una idea estereotipada acerca de todas las cosas que ves y cuando tropiezas con ellas, no eres capaz de verlas en toda su cambiante novedad y frescor: lo único que ves es la misma idea insípida, espesa y aburrida que te has habituado a tener de ellas. Y así ́ es como tratas y te relacionas con las personas y las cosas: sin frescor ni novedad de ningún tipo, sino de esa forma torpe y rutinaria generada por la costumbre. Eres incapaz de mirar de una manera más creativa, porque, al haber adquirido el hábito de tratar con el mundo y con la gente, puedes activar el "piloto automático" de tu mente e irte a dormir. La cuarta "capa", formada por tus apegos y tus miedos, es la más fácil de ver. Recubre con una espesa capa de apego o de miedo (y de aversión, por consiguiente) cualquier cosa o persona, y en ese mismo instante dejaras de ver a esa persona o cosa como realmente es. Y para comprobar cuán cierto es esto, basta con que recuerdes a algunas de las personas que te desagradan o temes, o a las que te sientes apegado. ¿Ves ahora hasta qué punto estás encerrado en una prisión creada por las creencias y tradiciones de tu sociedad y tu cultura y por las ideas, prejuicios, apegos y miedos producidos por tus experiencias pasadas? Hay una serie de muros que rodean tu prisión, de forma que te resulta casi imposible evadirte de ella y entrar en contacto con toda la riqueza de vida y de amor que hay en el exterior. Y, sin embargo, lejos de ser imposible, es realmente fácil y grato. ¿Qué hay que hacer? Cuatro cosas:


Primera: reconoce que estás encerrado entre los muros de una prisión y que tu mente se ha quedado dormida. A la mayoría de las personas ni siquiera se les ocurre verlo, por lo que viven y mueren "encarceladas". Y la mayoría también acaba siendo conformista y adaptándose a la vida de dicha prisión. Algunos salen "reformadores" y luchan por unas mejores condiciones de vida en la prisión: una mejor iluminación, una mejor ventilación... Y casi nadie se decide a ser un rebelde, un revolucionario que eche abajo los muros de la prisión. Solo podrás ser revolucionario cuando consigas ver, antes que nada, dichos muros. Segunda: contempla los muros; emplea horas enteras simplemente en observar tus ideas, tus hábitos, tus apegos y tus miedos, sin emitir juicio ni condena de ningún tipo. Limítate a mirarlos, y se derrumbarán. Tercera: emplea también algún tiempo en observar las cosas y personas que te rodean. Mira, como si lo hicieras por primera vez, el rostro de un amigo, una hoja, un árbol, el vuelo de un pájaro, el comportamiento y las peculiaridades de las personas que te rodean... Mira todas esas cosas de veras, y seguro que habrás de verlas tal como son en realidad, sin el efecto embotador y deformante de tus ideas y hábitos. Cuarta (y más importante): siéntate tranquilamente y observa cómo funciona tu mente, de la que brota sin cesar un flujo de pensamientos, sensaciones y reacciones. Dedica largos ratos a observarlo todo ello del mismo modo en que contemplas un río o una película. No tardarás mucho tiempo en descubrir que es aun más interesante, vivificante y liberador. Después de todo, ¿acaso puedes afirmar que estás vivo si ni siquiera eres consciente de tus propios pensamientos y reacciones? Se dice que la vida inconsciente no merece ser vivida. Podría afirmarse que ni siquiera puede ser llamada "vida", porque es una existencia mecánica, de "robot"; porque se parece más al sueño, a la falta de sentido, a la muerte... Y, sin embargo es esto lo que la gente llama "vida humana. Así ́ pues, mira, observa, examina, explora... y tu mente se hará́ viva, eliminará su "grasa" y se tornará perspicaz, despierta y activa. Los muros de tu prisión se desplomarán hasta que no quede piedra sobre piedra, y tú te verás agraciado con la visión nítida y sin obstáculos de las cosas tal como son, con la experiencia directa de la realidad. Hasta aquí la meditación de Anthony de Mello S.J. 5. PROPUESTA METODOLÓGICA PARA HACER UN ANÁLISIS DE REALIDAD Inicialmente se debe hacer una detección de necesidades de donde se va a actuar, con el fin de elaborar los programas de acción en función de las características propias del ámbito en el que se aplican. Este punto es esencial para no plantearse metas inalcanzables. Para detectar las necesidades (problemas) de un grupo, colectivo, comunidad o centro, es aconsejable que en ese proceso intervengan todos o una mayoría de los miembros que integran la comunidad, grupo... Esto facilita que los propios sujetos se impliquen activamente en el proyecto, para buscar soluciones a sus propios problemas o necesidades de forma solidaria. Hay que distinguir entre necesidades e intereses. Mientras que las primeras expresan un deber ser, algo que no se tiene pero se aspira a tener, los segundos expresan un deseo, algo que no siendo necesario para el desarrollo básico de las personas, aporta placer y gratifica.


El estudio debe buscar aquellos recursos (servicios, instituciones, medios materiales, personas con capacidades desarrolladas en determinadas áreas) que nos indican la riqueza de esa comunidad y por tanto nos ayudan a entenderla, pero además nos proporcionan datos importantes sobre qué medios humanos y materiales existen para poner en marcha el programa. Por último, hay que analizar las posibilidades, es decir, las potencialidades que tiene ese grupo o colectivo, algo que todavía no ha conseguido pero dado el interés, los recursos o las ganas, es posible conseguir a corto plazo, y por tanto puede ser tenido en cuenta como un recurso más para la acción que se pretende comenzar. Establecer prioridades Es importante identificar cuáles son las necesidades más urgentes, tarea que no siempre es fácil. Para esto se debe tener una gran capacidad de discriminación, de indagación y, en definitiva, de investigación para llegar con precisión a identificar las prioridades. A continuación se enumeran algunos criterios que nos ayudaran a priorizar necesidades:  Las necesidades básicas siempre serán prioritarias  Las necesidades objetivas, por regla general, serán prioritarias más que las subjetivas, a no ser que ambas coincidan.  Hemos de tener en cuenta también las posibilidades con las que contamos como persona o como equipo en el que estoy inserto. Nunca se debe proyectar algo que es imposible de alcanzar. Hay que conjugar realismo y utopía.  Debemos caminar no hacia el encuentro de una única solución a un problema concreto sino a la búsqueda de soluciones alternativas, múltiples y diversas. Fundamentar el proyecto Conviene especificar en el proyecto de análisis de la realidad los antecedentes, la motivación y el origen del mismo, es decir, por qué se hace. Todo el proyecto para poder aplicarlo debe ser operativo, sustentarse en un marco de referencia teórico, en unos presupuestos o principios aceptados como axiomáticos que constituyen los postulados sobre los que descansa nuestra acción y explicar lo más claramente posible los presupuestos de los que parte. Delimitar el problema Detectadas y priorizadas las necesidades, y tras fundamentar el proyecto, escogemos una de las necesidades priorizadas, la más urgente, por ejemplo, y la ponemos en interrogante. Un ejemplo sería; hemos detectado y priorizado que en el grupo el nivel de participación es mínimo, yo me pregunto ¿por qué el nivel de participación en el grupo es mínimo? Éste sería el problema. Una vez identificado el problema cuya tarea no es difícil, es necesario precisar la formulación del mismo, dicho de otra manera, el problema hay que formularlo con precisión, con claridad y con el menor número de palabras posibles. Por ello es conveniente eliminar los problemas excesivamente generales. Hasta que no seamos capaces de formular por escrito el problema no podemos afirmar que hemos llegado a su comprensión. Formular el problema exige explicar con precisión lo que queremos conseguir, para ello es conveniente plantearnos preguntas como las siguientes: ¿cómo podremos responder a esta necesidad?, ¿qué podremos hacer para cambiar este estado de cosas?, etc. Ubicar el proyecto


El proyecto se localiza en un lugar determinado y en un área concreta. En este sentido conviene especificar el lugar en el que se realiza el proyecto, indicando algunos datos significativos del mismo, bien sea pueblo, barrio, grupo, centro, etc. Para ello conviene hacer alusión a los datos que se consideren más relevantes del entorno donde se va a realizar el proyecto. Pueden ayudarnos también datos descriptivos de la localidad, geográficos, culturales, género, etc. Revisar la bibliografía Una vez que se ha planteado el problema conviene realizar un examen detenido de la principal bibliografía existente sobre el tema, lo que se ha estudiado sobre el mismo. Esta lectura nos aportará una visión más amplia del problema, y nos brindará posibilidades de solución. Además, nos servirá de ayuda para concretar el problema y nos abrirá cauces para la acción. Prever la población Se ha de prever la población con la que se va a llevar a cabo el proyecto. Analizar su situación, sus peculiaridades y, sobre todo, las necesidades y los rasgos más sobresalientes que presenta. Prever los recursos Conviene desde los momentos iniciales del diagnóstico prever los recursos de los que podremos disponer para realizar el proyecto. Bien sea de tipo humano (qué personas llevarán el proyecto a la práctica, qué cualificación deben tener, qué responsabilidad en el proyecto); de tipo material (una habitación para tener reuniones, pizarra, retroproyector, etc.); de tipo económico (sueldo de algunas personas, alquiler de habitación, etc.)


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