Zoe = vida (vida eterna) Evidentemente, “vida” es un término teológico favorito de Juan, hasta el punto de que, como indica Filson, puede decirse que el cuarto evangelio es el evangelio de la vida, pues en 20, 31 se dice que la intención fundamental con que se escribió fue “que tengáis vida en su nombre”. Especialmente la expresión zoe aionios “vida eterna” aparece diez y siete veces en Juan y otras seis en 1 Juan. (Aion, “edad”, “eon”, “segmento de tiempo” es la traducción hebrea de alam, un periodo de tiempo sin comienzo ni fin visibles). Aún sin el adjetivo cualificativo aionos zoe no se refiere en Juan a la vida natural. Para designar la vida que finaliza con la muerte se emplea el término psyche (13, 37; 15, 13). Esto no significa que no fuera la vida natural la que originalmente pudiera sugerir el uso de “vida” como un símbolo para expresar un don especial de Dios. La vida natural es la posesión más valiosa del hombre; la “vida” por consiguiente, es un excelente símbolo para designar el más valioso de los dones divinos a que el hombre puede aspirar. Puesto que el hombre concibe a Dios analógicamente, resultaba apropiado hablar de la “vida” de Dios a partir de la analogía de la vida humana, y de ahí que el mayor gesto de amistad que Dios ha tenido para con el hombre se describiera como una participación de éste en la vida