LAS BESTIAS Ap 13, 1-18
El mal, que es para el autor del Apocalipsis una tremenda realidad histórica, está aquí encarnado en tres siniestros personajes: el gran dragón y las dos bestias. Configuran los tres una especie de diabólica anti-trinidad cuya única pretensión es combatir a la Iglesia con todos los medios posibles. El gran dragón representa toda la enorme vitalidad del mal en su más profunda raíz; por su parte, las dos bestias son sus más fieles colaboradoras, las más eficaces ejecutoras de sus perversos proyectos. La primera surge del mar oscuro y caótico: representa la concentración de todos los imperios que habían oprimido históricamente al pueblo de Dios. La segunda bestia sube de la tierra, que es el lugar donde se desarrolla la historia humana: representa todo el poder de engaño y captación con propaganda engañosa, propia de los imperios y estados totalitarios. (Comentario tomado de: La Biblia. La casa de La Biblia. 4ª edición)
La bestia del mar
13 1 Y vi surgir del mar una Bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas, y en sus
cuernos diez diademas, y en sus cabezas títulos blasfemos. 2 La Bestia que vi se parecía a un leopardo, con las patas como de oso, y las fauces como fauces de león : y el Dragón le dio su poder y su trono y gran poderío. 3 Una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su llaga mortal se le curó; entonces la tierra entera siguió maravillada a la Bestia. 4 Y se postraron ante el Dragón, porque había dado el poderío a la Bestia , y se postraron ante la Bestia diciendo: «¿Quién como la Bestia? ¿Y quién puede luchar contra ella?» 5 Le fue dada una boca que profería grandezas y blasfemias, y se le dio poder de actuar durante 42 meses; 6 y ella abrió su boca para blasfemar contra Dios: para blasfemar de su nombre y de su morada y de los que moran en el cielo. 7 Se le concedió hacer la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poderío sobre toda raza, pueblo, lengua y nación. 8 Y la adorarán todos los habitantes de la tierra cuyo nombre no está inscrito, desde la creación del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado. 9 El que tenga oídos, oiga. 10 «El que a la cárcel, a la cárcel ha de ir; el que ha de morir a espada, a espada ha de morir». = Aquí se requiere la paciencia y la fe de los santos.
La bestia se parece al dragón, en la misma forma que 1 Y vi surgir del mar una Bestia Cristo es la imagen del Padre. que tenía diez cuernos y siete Los diez cuernos significan poder (son reyes 12, 13); cabezas, y en sus cuernos diez siete cabezas que simbolizan la perfección mundana del mal. diademas, y en sus cabezas Los nombres blasfemos sobre sus cabezas indican su títulos blasfemos. carácter orgulloso, arrogante, odia a Dios. El gobierno humano (Roma) independiente y desafiante de Dios. Se edifica a sí mismo a cualquier costo con el 2 La Bestia que vi se parecía a fin de aumentar su poder y su riqueza.
un leopardo, con las patas como de oso, y las fauces como fauces de león : y el Dragón le dio su poder y su trono y gran poderío. 3 Una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su llaga mortal se le curó; entonces la tierra entera siguió maravillada a la Bestia.
La bestia nos recuerda las tres primeras bestias de Daniel 7. Daniel ve cuatro bestias: león, oso, leopardo con cuatro cabezas y una cuarta bestia con dientes de hierro y diez cuernos. Daniel preguntó por la interpretación de las bestias. Son reinos que surgen de la tierra; son poderes políticos (Dn. 7:16-18). Las cuatro bestias de Daniel (en Dn. 7) representan los imperios de Babilonia, Medo, Persia el Macedonio. Juan une las bestias de Daniel en una sola. La bestia está herida a imitación del Cordero. En tiempo de Nerón, pudo parecer que el imperio romano se acababa y muchos se alegraron. Pero revivió y volvió a crecer más fuerte. (Mito Nerón)
El que tenga oídos, oiga. «El que a la cárcel, a la cárcel ha de ir; el que ha de morir a espada, a espada ha de morir». Aquí se requiere la paciencia y la fe de los santos. (Ap 13, 9-10)
Los cristianos no deben combatir a la bestia por la guerra de las armas, ellos al igual que el Cordero deben mantenerse fiel, para que se exprese y triunfe la sangre de Cristo, Cordero sacrificado. En el centro del Apocalipsis hallamos estas palabras: El creyente en Cristo es quien está dispuesto a dejarse matar
La bestia de la tierra
11 Vi luego otra Bestia que surgía de la tierra y tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como una serpiente. 12 Ejerce todo el poder de la primera Bestia en servicio de ésta, haciendo que la tierra y sus habitantes adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido curada. 13 Realiza grandes señales, hasta hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra; 14 y seduce a los habitantes de la tierra con las señales que le ha sido concedido obrar al servicio de la Bestia, diciendo a los habitantes de la tierra que hagan una imagen en honor de la Bestia que, teniendo la herida de la espada, revivió. 15 Se le concedió infundir el aliento a la imagen de la Bestia, de suerte que pudiera incluso hablar la imagen de la Bestia y hacer que fueran exterminados cuantos no adoraran la imagen de la Bestia. 16 Y hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, 17 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre. 18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666.
11 Vi luego otra Bestia que surgía de la tierra y tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como una serpiente. 12 Ejerce todo el poder de la primera Bestia en servicio de ésta, haciendo que la tierra y sus habitantes adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido curada. 13 Realiza grandes señales, hasta hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra; 14 y seduce a los habitantes de la tierra con las señales que le ha sido concedido obrar al servicio de la Bestia, diciendo a los habitantes de la tierra que hagan una imagen en honor de la Bestia que, teniendo la herida de la espada, revivió. 15 Se le concedió infundir el aliento a la imagen de la Bestia, de suerte que pudiera incluso hablar la imagen de la Bestia y hacer que fueran exterminados = cuantos no adoraran la imagen de la Bestia.
V. 11-15: Este nuevo monstruo o bestia ejerce una actividad de propaganda a favor de la primera bestia. Más tarde esta segunda bestia se le dará la clasificación explícita de falso profeta. (Ap 16, 13; 19,20;20,10) La 1ª bestia era el poder duro con rasgos militares. Esta 2ª es la religión opresora al servicio de la primera. Esta bestia hace trucos extraordinarios y logra engañar y convencer a muchos que deseaban ver prodigios.
666 16 Y hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, 17 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre. 18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666.
V. 16-17: Aquí está el gran reto para la Iglesia. Para participar del Imperio los cristianos tienen que aceptar la política imperial en sentido externo (orden cívico, intercambio económico). Para Juan la enmienda tiene que ser total. Otros grupos cristianos (como los nicolaítas y jezabelitas) pasan de largo no viendo cuestiones exteriores, que no afecten su vida interna de creyente. Juan sabe que es aquí donde se juega la fidelidad de los cristianos. V. 18: El número 6 es el número de la humanidad que fue creada el 6° día, representa la finitud, imperfección, refleja la impotencia humana que quiere divinizarse y para ello crea un imperio, oprimiendo a los débiles o santos. (ser como Dios. Adan y Eva.) El autor quiere advertir sobre la bestia pero sin mucha claridad para no correr peligro, por eso usa este símbolo. 666: la palabra Nerón Cesar en hebreo suma 666 (220, 60, 100, 50, 6, 200, 50). El emperador era considerado un dios. La moneda llevaba impresa su imagen y sello.
“Aquí se requiere la paciencia de los santos, de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Luego oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan . (Ap 14, 12-13)