CAMPOS FLORES JESÚS ARMANDO
INTERNET HRTA. DE PODER EN EL SIGLO XXI
recientemente se han implementado y del que también se hablará a lo largo de este capítulo.
1.2.
Educación y medios de comunicación
En realidad, la educación y los medios de comunicación son íntimamente concernientes, se trata de una sociedad de herramientas que funciona con el respaldo de la otra, cuya incidencia se ve potenciada en grande con ayuda de la Internet. La adaptación de ambas al ciberespacio significó la optimización de su fuerza de impacto, ya que en un instante la versión de los hechos acontecidos o las posturas de figuras políticas determinadas arriban a los millones de usuarios que han reemplazado el papel periódico y la televisión por su ordenador, teléfonos móviles y tabletas, o bien están en la etapa de transición. La Internet ofrece un panorama auténticamente revolucionario y sectores tan cruciales como la educación familiar y escolar son objeto de constante instigación. Tal es el nivel de influencia que ha alcanzado el ciberespacio como un dominio de intercambio de información donde las fronteras no existen, que, la capacidad de reproducción de los sistemas educativos establecidos por las instituciones mundiales como la OCDE, UNESCO, es mucho más digerible, no solamente por su rápida transferencia sino por la falta de pensamiento crítico de los receptores. La humanidad ha sido educada para confiar en las instituciones inexorablemente, para creer que las medidas y los programas impuestos son para el bien colectivo. Sin embargo, como Jose Luis Camacho señala:
Quizá la policía no esté solo para proteger a los ciudadanos, ni la medicina para curarnos, o nuestros respetables políticos para atender los intereses de las personas a las que representan. Quizá lo que pretendan sea algo diametralmente opuesto a lo que a usted le han hecho creer […] Nacemos con la idea de que las instituciones internacionales o nacionales más importantes tienen una función específica, pero nunca sospechamos que detrás se esconde la ofuscación, la mentira, los intereses y, por supuesto,
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