¿Es posible aquello que llamamos "literatura de evasión"? El narrador de "Papeles de encierro" escribe un diario como si construyera un muro para ponerse a salvo de una realidad devenida en ruinas por el constante asecho de un amor lucífugo. En la medida en que crece el diario, el presente, la memoria, el sueño, la desesperanza encuentran espacio para derribar toda pretensión de fuga.