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El auge de la hiperautomatización
Añadir la capa de inteligencia La pandemia ha acelerado los procesos de transformación digital y, dentro de estos, la hiperautomatización se ha convertido en uno de los pilares de la eficiencia operativa. Este concepto implica la combinación de diferentes herramientas, como la automatización robótica de procesos (RPA), el software de gestión inteligente de procesos de negocio (iBPMS) o la inteligencia artificial (IA).
La automatización lleva años dando sus frutos en aquellas organizaciones que apostaron por ella. En un principio, las compañías se inclinaron por la gestión de procesos empresariales, lo que entonces se conocía como BPM (business process management), para posteriormente evolucionar y complementarlo con tecnologías RPA (robotic process automation). Estos robots de software supusieron un salto cualitativo a la hora de automatizar determinadas tareas, especialmente las repetitivas que implicaban un elevado volumen de transacciones. Aquellos procesos en los que la tasa de error era alta, o en los que un único error podía tener un alto impacto en la organización, se vieron extraordinariamente beneficiados. Sin embargo, la combinación de BPM con RPA tenía sus limitaciones, por mucho que las tecnologías OCR (optical character recognition) hayan evolucionado; entre dichas limitaciones estaban las carencias que evidenciaba cuando las fuentes de datos eran absolutamente desestructuradas. Ello unido a la necesidad de encaminarse hacia una visión más holística de cuanto sucede en la organización y, además, con el imperativo de hacerlo en tiempo real, ha llevado a introducir nuevos elementos en la ecuación, tales como una capa de inteligencia. De este modo se salta de la mera automatización a lo que Gartner denomina “hiperautomatización”, Forrester “automatización de procesos digitales” o IDC “automatización inteligente de procesos”.
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En el fondo, las tres nomenclaturas se refieren al mismo concepto: combinar diferentes disciplinas y tecnologías para automatizar, simplificar, descubrir, diseñar, medir y gestionar workflows y procesos en toda la empresa. Este paradigma ya aparecía destacado en el informe de Gartner Tendencias Tecnológicas Estratégicas para 2020 y, ahora, en el recientemente publicado sobre las tendencias para este año, la hiperautomatización vuelve a reivindicar su papel esencial en el nuevo escenario bautizado como Internet of Behaviors (IoB), esto es, la recopilación y el uso de los datos para cambiar rutinas y comportamientos, algo que en la era post-COVID se ha evidenciado crucial. Para profundizar en este contexto, recientemente se ha celebrado el webinar Digitalización y automatización de procesos, clave para adaptarse a la nueva realidad digital, en el que han intervenido expertos de Appian y Minsait para analizar el nuevo escenario de aplicación de este tipo de tecnologías.
/ MÁS ALLÁ DEL RPA El año pasado, un informe de Coherent Market Insights preveía que entre 2019 y 2027 el mercado de la hiperautomatización crecerá a un ritmo interanual del 19%, lo que al final de ese periodo supondrá un negocio de 23700 millones de dólares. Al frente de los sectores que experimentarán un crecimiento más explosivo destaca la industria, absolutamente inmersa en su proceso de transformación digital hacia lo que se ha tenido a bien denominar Industria 4.0. Una de las conclusiones más relevantes es que estos cambios ya se están percibiendo y cada vez más organizaciones introducen una capa de inteligencia y de análisis predictivo, yendo más allá de la aplicación clásica de RPA. “En el pasado quizás se abusó demasiado del desarrollo de robots de software, perdiendo cierta coherencia”, señala José Luis García Martínez, Account Executive Broad Markets en Appian. Desde su punto de vista, en ocasiones las organizaciones terminaban con cientos de robots y, ante la ausencia de una plataforma que les diera soporte, perdían la fotografía global y hacia dónde querían ir con esta estrategia. En esta misma línea, José Javier Lainez, director de Operaciones Digitales en Tecnologías Avanzadas de Minsait, apunta que “se ha empezado mucho por lo táctico, que vendrían a ser los robots, y no tanto por lo estratégico”. Sin embargo, la tendencia está cambiando, como demuestra el hecho de que Gartner pronostique que, para el año que viene, el 65% de las empresas que implantan robotización o tecnologías RPA van a incorporar una capa de inteligencia artificial (IA).
/ CÓMO DEFINIR EL JOURNEY Las ventajas de embarcarse en una estrategia de hiperautomatización se perciben desde el inicio dado José Luis García Martínez, Account Executive Broad Markets en Appian.
que, tal y como indica José Luis García Martínez, “no es preciso embarcarse en proyectos de doce meses o inviertiendo cantidades millonarias; es posible comenzar con pequeñas tareas”. Algo, por otro lado, que, como se ha demostrado el último año con la pandemia, resulta imprescindible, “puesto que para cuando termine un proyecto de ocho, nuevo o diez meses, las circunstancias pueden haber cambiado radicalmente”, precisa Laínez.
José Javier Lainez, Director de Operaciones Digitales en Tecnologías Avanzadas de Minsait
En cualquier proyecto de estas características, el punto inicial ha de ser un análisis de los procesos de negocio, lo que en muchas organizaciones es una asignatura pendiente. Identificar qué procesos son de poco valor añadido y están consumiendo el talento del personal más cualificado resulta esencial en el journey hacia la hiperautomatización. En este mismo sentido, no se trata únicamente de automatizar este tipo de procesos, sino que, además, el objetivo pasa por contemplar la posibilidad de crear otros nuevos. Para ello, plataformas de low-code como la de Appian resultan críticas, porque “de una manera sencilla y rápida, la puesta en marcha de una nueva aplicación puede reducirse de meses a semanas”, según afirma García Martínez. Además, este mismo nivel de flexibilidad es el que permite arrancar un proceso automatizado y, dentro de un modelo de evaluación continua, ir introduciendo nuevas casuísticas de manera sencilla a medida que estas se detectan.
/ APROXIMACIÓN HUMAN-CENTRIC Por otro lado, y en contra de una creencia muy extendida, la hiperautomatización no trae consigo un recorte de puestos de trabajo: “Lo que hacemos es acabar con tareas de poco valor añadido”, precisa el directivo de Minsait, “de hecho, la aproximación es absolutamente human-centric”. Tal y como indica su colega de Appian, el objetivo es que la hiperautomatización complemente a las personas, que ganarán en eficiencia operativa. Áreas como la económico-financiera, RRHH, marketing o compras/ventas se aprovechan de la agilidad y eficiencia operativa que trae consigo la hiperautomatización; incluso en la gestión de maquinaria, puesto que gracias a la aplicación de estas tecnologías en las labores de mantenimiento es posible reducir drásticamente los tiempos de parada de una fábrica, con el extraordinario ahorro de costes que ello implica. A fin de cuentas, según coinciden ambos, “un sistema de estas características puede acelerar procesos, automatizarlos, facilitar recomendaciones o realizar proyecciones, pero lo que no puede es tomar decisiones”. En esencia, se trata de que las personas puedan tomar mejores decisiones informadas, más rápidamente y con todo el soporte de los datos que precisan. El experto de Appian señala que “la fuerza de ventas ya no necesita tener en la cabeza qué se ha vendido a quién, con qué descuentos o qué más puede ofrecerle, porque toda esa información, que parte de diferentes departamentos, la tiene ya automáticamente”. De este modo, su foco se centra ahora en vender y en cuidar al cliente. Aunque tanto García Martínez como Laínez consideran que las empresas españolas se mantuvieron en 2020 algo más conservadoras, sin introducir automatización cognitiva, en 2021 las tornas han cambiado y la demanda de tecnologías de machine learning, lenguaje natural y process mining se ha disparado en este tipo de proyectos. Aún resta camino por recorrer para que las organizaciones en nuestro país se lancen a aplicar estas tecnologías, pero la curva de aprendizaje y confianza al respecto se acelera al calor de predicciones como las de Gartner, que espera que para 2024 las organizaciones habrán bajado su coste operativo un 30% utilizando, como palanca, la hiperautomatización.