Geopolítica

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Geopolítica I.

Geopolítica: Diversos Conceptos a través de la Historia

Desde su surgimiento como una rama de la geografía, la geopolítica ha sido conceptualizada de diversas maneras, no escapando al influjo de corrientes ideológicas prevalecientes en cada momento de la historia. Así, se presentan un conjunto de conceptualizaciones pretendiendo ser expuestas en aproximación al orden cronológico de aparición, obviando, intencionalmente, plantear los nuevos significados, o mejor es decir los posmodernos conceptos de geopolítica, para ser abordados de manera más amplia en otro punto en el que tendrán lugar las diversas interrogantes y cuestionamientos surgidos en torno a los que seguidamente se transcriben.

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"... término usado para designar la influencia determinante del medio ambiente (elementos tales como las características geográficas, las fuerzas sociales y culturales y los recursos económicos) en la política de una nación." / "...estudio de la influencia del medio físico en la política que se basa en el condicionamiento de las actividades humanas, respecto al medio físico, sentando las bases del determinismo geográfico". /

"...un concepto prevaleciente en el siglo XX es: Geopolítica es política a través del espacio...". " Geopolítica es en el temprano siglo XX una perspectiva cartesiana nacida en el capitalismo imperialista, cultivada por una casta de hombres imperialistas, intelectuales del imperialismo. Ellos intentaron explicar como los medios de transporte modernos fueron convirtiéndose/trnasformándose territorialmente. Es una concepción de la geografía que la sitúa como causa de los eventos en la historia universal..." /

"...geopolítica como concepto del siglo XX e su nuevo campo de discurso dentro de los dominios establecidos de geopoder, definido éste como el desarrollo histórico del conocimiento geográfico en contexto o vinculado con el poder del Estado y sus necesidades de gobernar..."/

"...se utiliza el término "geopolítica" para denotar una cierta espacialidad del poder que traspasa y transgrede las fronteras internacionales".

II. Antecedentes de la Geopolítica. Reseña a través de las Etapas Históricas Los antecedentes de la geopolítica y el punto de partida de su evolución conceptual y teórica se remontan al siglo XIX cuando el geógrafo alemán Carl Ritter (1779-1859), como uno de los fundadores de los modernos estudios geográficos. Ritter recalcó la importancia de utilizar todas las ciencias en el estudio de la geografía. A partir de este momento la geografía comienza a importar de otras ramas del saber, métodos que la eleven al rango de conocimiento científico. De allí que escriba su obra más importante, " La geografía en relación con la naturaleza y la historia del hombre" (1817-1859), en la cual subraya la influencia del medio físico en la actividad humana./ Posteriormente, es Friedrich Ratzel (1844-1904) un geógrafo alemán quien señala el condicionamiento de las actividades humanas, respecto del medio físico, sentando las bases del determinismo geográfico, que tuvo en Carl Ritter otro de sus más claros representantes. Es así como Ratzel es considerado hoy día como el fundador de la moderna geografía política (Geopolítica). / Así mismo, es necesario mencionar a Mackinder, Sir Halford Jhon (1861-1947), como otro de los geógrafos, y ,además político y de origen británico, quien contribuyó con los primeros pasos de la geopolítica con su célebre teoría del Hertland (región cardial), formulada por primera vez en 1904 y revisada en 1919 y 1943. Esta teoría plantea que la zona norte y central de Euroasia, debido a su aislamiento geográfico y a su riqueza en recursos naturales, será, finalmente, el centro de poder político que controle al mundo. El término geopolítica no estuvo muy difundido sino hasta la década de 1930 en manos de un grupo de geógrafos políticos germanos en el Departamento de Geografía de la Universidad de Munich en Alemania. Es a Karl Haushofer (1869-1946) a quien se le debe el desarrollo de la moderna geopolítica fundada por Ratzel. Siendo él general del ejército alemán , geógrafo y destacado defensor de los principios geopolíticos del proyecto nazi para conquistar el mundo, planteó teorías que ejercieron una gran influencia sobre el


Geopolítica 2 ejército germano pues proporcionaba una razón pseudocientífica para justificar la expansión territorial de ese país. Así, una faceta de la geopolítica alemana fue la teoría llamada Lebensraum (espacio vital) acuñada con este nombre por Ratzel y adoptada por Haushofer. De acuerdo con esta teoría, el "espacio vital" se define como todo el territorio que un país alega necesitar para lograr la autosuficiencia. Adolf Hitler y Rudolf Hess adoptarían y utilizarían esta teoría (espacio vital) para describir la necesidad que tenía el III Reich alemán de encontrar nuevos territorios en los que expandirse, especialmente a costa de los pueblos eslavos del este de Europa. De esta manera esta teoría sirvió de argumento ideológico que sustenta y explica las invasiones a Checoslovaquia y a Polonia, provocando el estallido de la II Guerra Mundial. / Durante las décadas de 1930 y 1940 no sólo Alemania prestó gran interés por la geopolítica. Rusia, China y Japón desarrollaron el interés por esta ciencia como una ciencia del Estado, debido a una supuesta significancia de los factores geográficos sobre la conducta de las relaciones internacionales. En ese entonces, grupos de académicos estadounidenses vieron a la geopolítica como una forma de pensamiento espacial que los EE.UU. debería promover y considerarla esencial si requería pensar y convertirse en un poder global. / III. Geopolítica: aplicaciones modernas y situación actual. ¿Entre la Modernidad y la Posmodernidad? Con el derribamiento del Muro de Berlín, la caída de la URSS y el fin de la Guerra Fría no faltan autores que no sin razones se consideran testigos del fin o de la muerte de la geopolítica. No es propósito de este trabajo discernir sobre la veracidad o pertinencia de tales posiciones, sí el de abordarlas de manera que pueda orientarnos en torno a la situación actual de tales discusiones, interrogantes y cuestionamientos. La concepción según la cual el poder de un Estado se encontraba estrechamente relacionado con los recursos físicos, económicos, ambientales y geográficos con los que contase, se presenta hoy urgido de revisiones. En un Nuevo Orden Mundial sin fronteras, sin ideologías y con una devaluación de la importancia del espacio territorial qué lugar ocupa la geopolítica. En torno a ello Geróid Ó Tuathail plantea algunas observaciones que pueden contextualizar esta interrogante "... los métodos comerciales han desplazado los métodos militaristas... ,...la lógica del conflicto será expresada por la gramática del comercio... ,...la distribución del territorio se convierte en distribución de tiempo... ,... la pérdida del espacio territorial nos lleva al Nuevo Orden... , ...la transición será de geopolítica hacia ecopolítica... , ...el espacio no es más grande en geopolítica, lo es en electrónica..." / En consonancia con la "sociedad postindustrial, el capitalismo informacional o con la sociedad del conocimiento de la tercera ola", el eje estratégico militar ha cedido terreno ante la valoración del eje económico/ en torno al cual se entretejen las estrategias políticas haciendo hoy más que nunca que "la política sea la continuación de la guerra por otros medios". Ello de inmediato nos puede conducir a la necesidad de reconceptualizar sino a decretar la muerte de la geopolítica. Ante el avance de las telecomunicaciones el espacio pareciera transmutarse en noción de tiempo. Ya el mercado no es el sitio o "plaza" en el que convergen oferentes y demandantes sino los momentos en los que se contactan. Ya la guerra no es cuerpo a cuerpo, face to face, "pareciera que la velocidad le está ganando la carrera al espacio, pareciera que el espacio ya no existe; entonces el espacio es una función de la velocidad". . Por ello, como afirma Arturo Cruz "... Con el fin de la Guerra Fría, somos testigos del aparente fin del negocio de la geopolítica y del surgimiento de la nueva preocupación de los norteamericanos con los asuntos de la geoeconomía. En efecto, sus expertos en seguridad nacional --como Alan Tonelson o Edward Luttwak-- han reorientado sus energías intelectuales, y se han dedicado a escribir sobre la seguridad económica de los Estados Unidos. En sus ensayos más recientes, estos autores han destacado la "amenaza comercial que, supuestamente, representan Japón y Alemania, los que, todavía hace cinco años, eran sus aliados geopolíticos en su rivalidad con la antigua Unión Soviética". Y de la misma manera que, en décadas pasadas, estos mismos expertos en seguridad nacional vivían obsesionados por determinar el número de misiles, tanques y aviones militares que formaban parte del arsenal del ejército Soviético, hoy viven preocupados por comparar los índices de productividad de su fuerza laboral, o el número de patentes que sus industrias registran cada año,


Geopolítica 3 o sus tasas de ahorro y de inversión, con las del Japón y Alemania. Si se quiere, han sustituido a los rivales, y la competencia militar, la han sustituido con la competencia económica. La velocidad de las acciones no sólo a devaluado la importancia del espacio territorial per se, sino que, además, a impactado en la rapidez y alcance de las telecomunicaciones. Por ello, tal como lo afirma Tuathail y Delby / "...En un mundo de movimiento y velocidad perpetua, convulsionado por la globalización, saturado por la información, la geopolítica parece decididamente anticuada y fuera de lugar... ,...las tecnologías informáticas son una estaca en el corazón de la geopolítica...". Así, asistimos en esta posmodernidad de los 90' a eventos políticos que evidencian la superación de la noción de poder geopolítico que se sustentaba en el espacio territorial como fuente principal del mismo. Al respecto Routledge/ examina el caso del ejército insurgente Zapatista (EZLN) en el sur de México observando que éste inició sus operaciones en enero de 1994 de una manera simbólica, sirviéndose intensamente de los medios de información. Así, el EZLN era un movimiento guerrillero diferente a los tradicionalmente conocidos puesto que buscó usar los medios globales de información como vector a través d el cual avanzar en su causa mediante la info-guerra más que mediante la contienda verdadera. La claridad que sobre las nuevas estrategias de conflicto posee este movimiento es evidente, no es la conquista del espacio territorial su propósito, a la manera de la Revolución Cubana, es más bien la conquista de los "espacios virtuales"/ a través de las telecomunicaciones. Y bien que les ha resultado en su intento por granjearse simpatizantes a nivel mundial. Por último, es necesario citar a Timothy Lukés/ quien parece recoger los nuevos supuestos de la geopolítica posmoderna "...el cambio en el poder desde un mundo en que corrientes materiales han sido sustituidas; los lindes o las fronteras actuales son electrónicas y especialmente digitales en las comunicaciones del cyberespacio. Usando numeroso. No encontramos en medio de un neologismo que postula el reemplazó de las nociones tradicionales e la geopolítica por corrientes electrónicas, los átomos así reemplazados han hecho añicos los linderos y/o fronteras políticas; la vida virtual reemplaza la vida verdadera. Pensar sobre "identidades políticas sustentadas", como noción cultural, sustentada en el átomo, se enfrenta al fracaso ante las contemporáneas aceleraciones e interconexiones en la vida virtual del ciberespacio donde la geografía es un flujo de láser con imágenes digitales..."

BIBLIOGRAFÍA Alldanegra, Luis. Hacia el Nuevo Orden Mundial del SigloXXI. Buenos Aires, 1996 Enciclopedia Microsoft Encarta 97. 1993-1996 Slater, David. Geopolítica y Posmodernismo. Nueva Sociedad. (Caracas), Nº 144, 1996. p.23-31 Tuathail, Gearóid Ó. At End Of Geopolitics?. Reflections. On A Plural Problematic At The Century's End. Departament Of Geography, Virginia Tech. Sep. 1996. Tuathail, Gearóid Ó and Dalby, Simon. Re-Thinking Geopolitics: Towards A Critical Geopolitics. 1996. Traducción propia.


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Geopolítica Para Gearórd O’Tuathail y Agnew, la Geopolítica es un modelo concreto de razonamiento que evalúa y ordena los lugares en términos de seguridad de un solo Estado o un grupo de Estados, en el que hay un razonamiento geopolítico práctico que llevan a cabo las élites del Estado y, un razonamiento geopolítico formal que divide al mundo y realiza una valoración diferencial de sus partes: Heartland, Rimland, Shatterbelt, son conceptos que se refieren a objetos de seguridad. Para Peter J. Taylor la Geopolítica es el estudio de la distribución geográfica del poder entre los Estados en el mundo, especialmente de la rivalidad entre las principales potencias. La Geopolítica no es un conjunto de imperativos eternos, su base está en un continuo cambio. La Geopolítica no es una ciencia neutral, sus teóricos han demostrado sus prejuicios nacionales. Escuela Geopolítica Alemana Se inicia con la figura de Friederich Ratzel, quien da una nueva concepción del espacio y el suelo. Las ideas de esta corriente son deterministas, es decir, el medio ambiente condiciona en mayor o menor medida el desarrollo de los pueblos. También perciben al Estado como un organismo que tiene la necesidad de expandirse. El espacio es vital (Lebensraum) y se entiende como el territorio apropiado para la satisfacción del pueblo que, si el Estado no puede garantizar en su propio suelo, debe buscar su expansión a otros territorios. El contexto histórico en el que surge esta escuela es el de la redefinición de los límites que Alemania juzgaba injustos, producto del Congreso de Viena (1815) y el Congreso de Versalles (1919) y en los que, o fue dividido o perdió parte de sus territorios, y que requería para cubrir sus necesidades debido al crecimiento poblacional. La autarquía, los fundamentos territoriales y raciales y de la lucha por el espacio, fueron los conceptos que Haushofer desarrolló para establecer la estrategia que Alemania utilizó para recuperar su espacio. Pivote Geográfico (1904) Es un área comprendida entre los Montes Urales y el Mar Caspio, que es un paso natural entre el extremo oriente (Euroasia) hacia el occidente de Europa. Según esta visión, América está ubicada en el extremo oriental y el Océano Atlántico se convierte en la línea divisoria oriente-occidente. Por el Pivote Geográfico han pasado todas las invasiones del centro de Asia con rumbo a Europa, comenzando con los Esitas. Heartland (Corazón Continental) MacKinder revisó su modelo en 1919, y con este término denominó a la zona que geográficamente corresponde al espacio interior de Asia y al norte de Europa, caracterizado por la abundancia de recursos y por su inaccesabilidad desde el mar, y que, además es la base del poder terrestre al interior de Euroasia. Rimland Después de la Segunda Guerra Mundial el Corazón Continental (Heartland) podía ser equiparado con la URSS, por lo que para Estados unidos fue necesario neutralizar esta zona. Nicholas Spykman (1893-1943) ideo una estructura espacial basada en la teoría de MacKinder que bautizó con el nombre de Rimland (Margen Continental) y, de este modo, quien tuviera el control del Rimland podría neutralizar el Heartland. El modelo Corazón Continental/Margen Continental implicaba que había una potencia terrestre (URSS) contra una potencia marítima (EUA) separados por una zona de contacto (Rimland). Economía-Mundo Wallerstein postula la existencia de un sistema mundial que en la actualidad tiene una extensión global, en donde las numerosas sociedades se convierten en las partes de un todo mayor, por lo que un determinado cambio social puede ser comprendido en su totalidad en el contexto más amplio del sistema mundial. La Economía-Mundo se basa en el modo de producción capitalista. El criterio por el que se rige la producción es la obtención de beneficios y el incentivo fundamental del sistema es la acumulación del excedente en forma de capital. No hay estructura política dominante, ya que el mercado es quien controla la competencia entre las diversas unidades de producción, por lo que la regla básica consiste en acumular o perecer, así las unidades eficaces prosperan y acaban con las menos eficaces.


Geopolítica 5 En la Economía-Mundo se distinguen tres elementos fundamentales. Consiste en un mercado mundial único que es capitalista, en donde la producción está destinada al intercambio más que al uso, por el cual, el mercado es quien establece los precios y el precio de las mercancías no es fijo, ya que hay competencia económica entre los productores, en la cual los más eficientes eliminan a los productores ineficaces. El resultado es un desarrollo económico desigual en el mundo. Siempre ha habido varios Estados Políticos en la Economía-Mundo. Por consiguiente el sistema interestatal es un elemento indispensable, aunque los Estados son capaces por sí mismos de alterar el mercado dentro de sus fronteras de acuerdo con los intereses del grupo capitalista de su nación, y los Estados poderosos pueden alterar el mercado más allá de sus fronteras durante un período corto. En esto consiste realmente la política internacional. De aquí que exista un sistema de Estados competitivos en el que pueden darse situaciones de Equilibrio de Poder. Los procesos de explotación de la Economía-Mundo, siempre operan en un formato de tres niveles, debido a que cualquier situación de desigualdad la interacción de tres partes es más estable que el enfrentamiento entre dos. Los que están arriba siempre trataron de manejar una situación para crear una estructura tripartita mientras los que están abajo hacen hincapié en la existencia de dos partes "ellos y nosotros". Geográficamente es el concepto de semiperiferia, que separa los dos extremos de bienestar material denominados el centro y la periferia. Carl Ritter (1779-1859) Geógrafo alemán que estudió la correlación entre los fenómenos físicos y humanos, en donde la conformación geográfica, la vegetación y las condiciones climáticas determinan el destino de los pueblos, ocasionando que algunos dominaran a otros. Consideraba que una civilización, entre más progreso presentaba, era menor la dependencia de la naturaleza. Alexander Von Humboldt (1769-1859) Naturalista y geógrafo. Entre 1799 y 1804 recorrió México y América del Sur, elaborando el Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España, obra en la que publica cartas geográficas y los perfiles del suelo. Uno de sus propósitos consistió en ubicar el mejor sitio, desde el punto de vista geográfico, para planificar un paso en los océanos Atlántico y Pacífico. En su obra se analizan los hechos geográficos y naturales y su vinculación con la vida humana. Friederich Ratzel (1844-1904) Geógrafo y antropólogo Alemán Es considerado el precursor y fundador de la Geopolítica Alemana. Como profesor de geografía y antropología, sistematizó el concepto de la ubicación del hombre en el ámbito en el que se desenvuelve. En sus estudios se destaca el valor y el sentido del Estado y las interacciones del hombre y su suelo. Sus obras alcanzan gran difusión y sentaron las bases de la Geopolítica al describir al Estado como un organismo territorial. Autor del concepto LEBENSRAUM o el espacio vital que requería el pueblo alemán para su crecimiento. Fue el creador del Instituto de Geopolítica de Dresden. El contexto histórico en el que desarrolló su obra es el del despegue industrial y comercial de Alemania del siglo XIX, en donde busca expandir su dominio a Europa central y Bagdad y, por lo mismo, se enfrenta a la resistencia de Gran Bretaña. Ratzel fue profesor de geografía y antropología en las universidades de Laipzig y Munich. Entre sus principales escritos destacan: Estados Unidos de Norteamérica (1880) Prehistoria del hombre Europeo (1891) Geografía Política (1897). La segunda edición se tituló Geografía de los Estados, del Comercio y de la Guerra (1905) El Mar como Fuente de Grandeza Nacional (1900) Espacio Vital (1901) La tierra y la Vida (1901-1902) Ratzel muere en el año en que Halford MacKinder da a conocer su concepto Geopolítico de zona pivote que más tarde evolucionaría a Corazón Continental (Heartland). Rudolf Kjellen (1864-1922) Es el primero en utilizar el término Geopolítica, en su empeño de llevar el estudio del Estado al ámbito de la socio-geografía. Aunque su origen era sueco, desarrollo sus tesis para potencializar a la Nación Alemana. El concepto fundamental que gira en su producción era el de considerar al Estado como un ser viviente que crecía, se desarrollaba y moría.


Geopolítica 6 Impartió cátedra de Derecho Político en las universidades de Gotemburgo y en la Upsala, donde se dio a la tarea de continuar y desarrollar las concepciones de Federico Ratzel. Su libro El Estado como Forma de Vida ejerció gran influencia en Alemania, en la que madura la noción de Autarquía. Sus publicaciones se realizan antes de la Primera Guerra Mundial, cuando el poder de Alemania se enfrentaba a Inglaterra y concluyen, poco antes de su muerte, con el fin de ésta. Kjellen profesaba un gran odio a Inglaterra y participaba de la amplia visión del imperialismo alemán; buscaba en la fuerza de éste un apoyo para su patria en su lucha contra Rusia para desarrollar junto con Finlandia la Gran Escandinavia. Entre sus obras se encuentran: La Política como Ciencia (1901) Las Grandes Potencias (1905) Las Grandes Potencias en la Actualidad (1914) El Estado como Forma de Vida (1918) Fundamentos para un Sistema de Política (1920) Simientes para un Sistema Político (1920) Karl Haushofer (1869-1946) Autor central de la Geopolítica alemana y creador de la estrategia de guerra de ese país. Doctor en Geografía, Geología e Historia por la Universidad de Munich, de la que también fue catedrático de Geografía de 1921 a 1939. Como militar logró obtener el grado de General, realizándose del servicio activo en 1919. Como diplomático militar fue consejero de Geopolítica del Japón. Fundó en 1924 la Revista de Geopolítica (Zeitschrift für Geopolitik) y en 1933, después de que Hitler ascendiera al poder, fundó el Instituto de Geopolítica. Bajo su dirección se crearon ramas derivadas de la Geopolítica: Geociencias y Geotécnicas. Dio nuevas formas a las ideas del espacio (Lebensraum) de Ratzel y otras explicaciones a las tesis de MacKinder. De Rudolf Kjellen le imprimió un sentido más dinámico a las ideas de suelo y sangre; territorio y raza. Después de la derrota de Alemania, procuró unir las ideas de MacKinder a las suyas acerca de Asia, América y el Océano Pacífico. Entre sus principales obras se encuentran: El Significado Político y Geográfico de las Fronteras. El Gran Japón. Geopolítica del Océano Pacífico. Pilares de la Geopolítica. Geopolítica Militar. La Guerra Total. Halford John MacKinder (1861-1947) Poseedor de una amplia perspectiva Geopolítica. Sus conceptos han sido el eje de la teoría Geopolítica; la teoría del Corazón Continental (Heartland) ha sido el punto de partida de casi todos los debates sobre el tema. Cabe mencionar que es el modelo más conocido, incluso tuvo el reconocimiento de Haushofer. Fue profesor de geografía en la Universidad de Londres y miembro del Parlamento Británico de 1910 a 1922. En sus ideas también establece la posibilidad de que el centro geográfico del Pacífico llegara a ser el centro de gravedad de la política del mundo. Elaboró sus tesis en la época en que Gran Bretaña empezaba a declinar su liderazgo político y económico y preveía una gran influencia alemana, por lo cual, creó una estrategia encaminada a impedir la alianza de Rusia con Alemania. MacKinder fue miembro destacado del Partido Liberal, que abogaba por el libre comercio, pero en 1903 reconsideró su postura, adoptando una postura proteccionista y en consecuencia, cambio al Partido Conservador. En 1904 establece la Región Pivote como el eje de sus conceptos. Su modelo lo revisó en 1919 transformándolo en el Heartland. Sus principales obras: Conferencia: El Pivote Geográfico de la Historia (1904) Ideales y Realidad Democrática (1919) El Mundo Redondo y la Conquista de la Paz (1943)


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Geopolítica: ”Evolución e importancia actual en la geografía del poder mundial”. Surgimiento de la geopolítica: El pensamiento geográfico-político se remonta a los tiempos remotos de la cultura de la humanidad. Puede hallarse su origen en el siglo IV antes de Cristo con pensadores como Heródoto, Tucídedes, Hipócrates de Cos, Platón, Aristóteles, Polibio y el gran geógrafo Estrabon (perteneciente al siglo I antes de Cristo). En sus obras se incluyen referencias y meditaciones sobre la comprensión de la incidencia del medio ambiente geográfico sobre el hombre y sus organizaciones políticas. Todos éstos pensadores de la antigüedad condujeron al autor norteamericano, Derwent Whittlesey, a afirmar que la “Geografía Política es la forma más antigua de geografía”. Durante el período renacentista, donde se perfilan los primeros Estados modernos, se concreta la expansión del mundo conocido, a través de los grandes descubrimientos geográficos, aparecen destacados cultores del pensamiento geográfico-político. Entre ellos podemos nombrar a Sansovino, Bodin, Montesquieu, Voltaire, etc. Todos éstos, destacan la influencia determinante de las condiciones naturales del territorio sobre la conducta humana. Los precursores de la Geografía Política, ya en la edad contemporánea, fueron los geógrafos alemanes Alejandro von Humboldt (1769-1859) y Karl Ritter (1779-1859). El segundo tuvo un papel preponderante en esta rama de la ciencia; sostenía que la disposición de las tierras en el planeta y las características diferenciadas de los continentes explican el distinto grado de civilización alcanzado en ellos. En cuanto a Alejandro von Humboldt podríamos decir que es considerado el padre de la geografía moderna. Para finalizar vale destacar que el surgimiento y desarrollo de la Geopolítica se dio entre los siglos IV antes de Cristo y fines del siglo XIX. Además es la aparición y permanencia de un enfoque ecológico interesado en la influencia del medio físico sobre el hombre y sus actividades políticas, él cual, consecuentemente se relacionará plenamente con el determinismo ambiental de la próxima etapa. Decadencia de la Geopolítica (1950-1970): Luego de la derrota Alemana en 1945 y la muerte de Karl Haushofer en 1946, tuvo lugar el final de la escuela de geopolítica alemana. A su vez el fin de la guerra marcó en otros territorios (tales como el Japón e Italia) la decadencia de la geopolítica. En cuanto a su estudio también en Norteamérica se desarrollo un desinterés. El cuadro total de los años cincuenta y sesenta es uno donde se evita la geopolítica y se la relega a secciones históricas de textos tanto en geografía política como en ciencia política, y en la palabra misma tiene poco uso en debates políticos o académicos. Esto se debe ya que la declinación de la geopolítica es registrada al nivel de lenguaje y terminología como la asociación que hubo entre el término con la geopolitik Alemana, de carácter casi fatal. En conclusión el término era evitado por sus connotaciones nazis. Esta evidencia de una declinación no debería, sin embargo, ser exagerada como un fallecimiento completo ya que se llevó a cabo la navegación del término bajo otras apariencias como estudios estratégicos o inclusive geografía política. Restauración de la Geopolítica: La situación mundial comenzó a cambiar. El panorama se enfocó entre la situación bipolar entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Paralelamente se sucedieron hechos tales como: el crecimiento del nacionalismo tercermundista, la Revolución Cubana y el crecimiento de movimientos revolucionarios en otras partes del mundo. A su vez esta situación era acompañada por un crecimiento del poderío militar y naval Soviético y con la palpitante e incipiente amenaza nuclear. Cabe mencionar también como importante los cambios económicos que reflejaban la declinación del poder relativo americano en la economía mundial. Todos estos hechos mencionados, desencadenaron en una mayor complejidad y multipolaridad en la política internacional que a su vez sirvieron para revitalizar la reflexión geopolítica, aún cuando el término “geopolítica” fuera evitado.


Geopolítica 8 En muchas formas la declinación de la geopolítica en el período 1950-1970 proveyó buenas condiciones para el renacimiento del término. El tiempo pareció ser una buena cura ya que muchos habían olvidado, en efecto, la asociación del término con el régimen de Hitler. Un elemento clave para la restauración fue el uso extensivo que Henry Kissinger le dio al término. La geopolítica de Kessinger no sólo señaló el renacimiento de la escritura geopolítica Occidental, sino que también le dio un ímpetu sustancial en nuevas direcciones. Ya que el uso dado al término por Kissinger tuvo tal impacto, cabe resaltar la importancia de su obra. La geopolítica de Kissinger: • Hizo un gran uso del término geopolítica: introdujo el término en la prensa popular y subsecuentemente en el lenguaje. • Según Bull y Henrikson, Kissinger da al término un concepto individual ya que no es siempre claro sino más bien indefinido: el contenido geográfico de la geopolítica de Kissinger lo asocia con el equilibrio global y los intereses nacionales permanentes en el equilibrio del poder mundial. • El contenido específico de la geopolítica de Kissinger estaba principalmente relacionado con las nuevas relaciones de Estados Unidos con China comunista. • Su perspectiva se basa en establecer un equilibrio de poder en un mundo multipolar. • Introduce el término realpolitik con el efecto de dar una reacción deliberadamente provocativa (teniendo en cuenta sus connotaciones históricamente negativas). Pensadores Geopolíticos •

Alemana Frederich Ratzel -Introdujo el término “Espacio Vital”. -Todo Estado tiene fronteras dinámicas con capacidad de expandirse. -Concepción biológica del estado (organismo viviente). Rudolf Kjellen -Era funcionalista; es decir seguía con la concepción biológica del Estado como organismo vivo. -Precursor de nazismo//Antiliberal.//Gran sentido nacionalista. Karl Haushofer. -Militar -Creó la escuela Alemana de Geopolítica. -Estudió Japón a fondo y escribió varias obras relacionadas con temas como las fronteras. -Todo Estado debía buscar el aumento de espacio vital. • Británica Harold Mackinder -Fue geógrafo y consideraba la importancia del poder terrestre. -Según él, Eurasia era el corazón de la tierra por lo tanto dominar Eurasia significa dominar el mundo. • Francesa Paul de La Blache -No era funcionalista. -Determinista: Considera la importancia de la naturaleza ya que ésta condiciona todas las acciones humanas. Pensadores Geopolíticos Nacionalidad Nombre Pensamiento • Norte Americana - Alfred Mahan -Hace hincapié en el poderío marítimo -Dominar a la Armada enemiga. -Se van buscando puntos clave en la circulación de los mares. Nocholas Cohen -Tres conceptos básicos: colaboración, adaptación Spykman y oposición. -Precursor de la O.T.A.N. -El mundo presenta dos tipos de regiones: geo-estratégicas y geopolíticas. Rusia Alexander Seversky -Su pensamiento se orientaba hacia el poderío aéreo ya que sostenía que el avión es el medio mas Eficiente para el transporte.


Geopolítica 9 LA GEOPOLÍTICA Por Alain de Benoist En Pekín, en enero de 1975, el "DIARIO DEI, PUEBLO" escribía: "La URSS no tiene más que un fin, un fin único y siniestro: dominar Europa y al mundo entero" En abril de ese mismo año, la Revista de "Estudios Soviéticos" titulaba un artículo de esta forma: "los dirigentes maoístas solo se guían por sus intereses egoístas y sectarios". En enero de 1976 podía leerse en los "Cuadernos de la Nueva China": "Europa, región de rivalidades entre las potencias imperialistas a lo largo de toda la historia, constituye hoy el punto clave de la rivalidad ruso-americana. Colocando Europa "en el centro" de su estrategia global, la Unión Soviética declaró que su destino dependía de la evolución de los acontecimientos en Europa. Después de controlar la Europa Occidental. Devorado por su ambiciones, el social-imperialismo soviético constituye el más peligroso centro de guerra. Hoy en día, el peligro de una nueva guerra mundial procede, principalmente de la URSS". Desde hace quince años que la polémica chino-soviética cobra nuevos auges. No pasa una semana sin que los rusos denuncien la "traición" maoísta, o sin que los chinos dejen de fulminar a los "nuevos zares" y no dejen de calificar al socialimperialismo como el "principal enemigo'' del mundo. De ahí se deducen ciertas enseñanzas notables. Franz Josef Strauss, líder de la CSU alemana y adversario de siempre de la URSS, se alegró cuando Chilau-Kuan-Hua, entonces Ministro de Asuntos Exteriores, declaró no conocer a la ciudad báltica de Kaliningrado más que por su nombre de origen: Koenigsber. Y Mao Tse Tung dijo a Leo Tindemans: "Europa debe de ser capaz de defenderse por sus propios medios". En Francia, el grupo pro-chino "L’Humanité Rouge" (ex-PCF-ml) que promueve campañas contra la desmoralización del ejército, se pronunció por el empleo de la energía atómica y reclama la unificación de Alemania." Todos estos factores están relacionados y tienen su propia lógica. EL "SEGUNDO MUNDO" DE EUROPA OCCIDENTAL En París, el 24 de mayo de 1975 , Teng Hsiao Ping de 74 a años entonces Viceprimer Ministro y Vicepresidente del PC Chino, visitó a Giscard d'Estaing. Al mismo tiempo, se anunció la nominación de un embajador chino ante el Mercado Común. Todo confirmaba que la China de hoy apostaba por la Europa del mañana. Una Europa que deseaba bien armada, poderosa y autosuficiente en el plano económico, políticamente unificada. Por que más allá del plano ideológico y diferenciado del mismo y de las fronteras, una verdadera rivalidad planetaria se desarrolla entre Moscú y Pekín. Los chinos creen estar amenazados por los rusos. Saben que el Kremlin tiene necesidad de estar tranquilo en su flanco occidental para poder intervenir en extremo-oriente. Si no ¿por qué los dirigentes soviéticos quisieron hacer reconocer en la Asamblea de las Naciones en Helsinki (durante la conferencia de seguridad y cooperación en Europa) que la ocupación de Europa Oriental era ya un estado de facto? Raymond Aron escribió: "La conferencia de Helsinki es una comedia que no hubiera existido si los Estados Unidos estuvieran dirigidos por un verdadero hombre de Estado y otro tanto puede decirse de los países occidentales''. "En Helsinki - declaró el escritor SoIzenitchin - el presidente Ford trajo a Europa el reconocimiento de su esclavitud". La "distensión'' para Pekín, es "un puente para dejar pasar a los tanques rusos". En esta perspectiva la existencia de una Europa fuerte, anti-soviética (por tanto, necesariamente anticomunista) es susceptible de ejercer un efecto de atracción sobre ciertos países "satélites" y es, de esta forma, la mejor manera de garantizar la seguridad china. Entre el "primer mundo" americano-soviético y el Tercer Mundo, las naciones de Europa Occidental, así como el Japón, constituyen lo que los chinos llaman, el "segundo mundo". En el mapa, la posición de éste es perfectamente simétrica a Pekín: colocado entre los EE.UU. y la URSS. El problema que se plantea es saber si las naciones europeas van a continuar sometidas a las "superpotencias", es decir, al condominio ruso-americano instaurado en Yalta, o si van a hundir tal dominación constituyéndose asimisma en una potencia independiente. En el plano de las afinidades ideológicas China debería sentirse identificada normalmente con la URSS antes que con Francia o Irán (pre-jomeinismo). En la practica no es así. Tal situación es típicamente geopolítica. En efecto, sí nos abstraemos de la ideología, Europa tiene necesidad de China y China tiene necesidad de Europa. Son "aliados objetivos": "Los enemigos de mis enemigos son mis amigos". Lo que fue expresado por Teng Hsiao Ping al citar un proverbio chino: "Poco importa que el gato sea blanco o negro, lo que importa es que atrape ratones”. Después de la eyección de Lin Piao, más que anteriormente, toda la política exterior China es una geopolítica, madurada desde hacía largo tiempo por Pekín. ¿Qué es la geopolítica? Es la rama de la ciencia política que estudia la parte activa ejercida por el medio geográfico en la determinación de los acontecimientos políticos e históricos que afectan a la población de un territorio determinado. En ocasiones se ha llamado también "geografía dinámica". Se distingue de la geografía política en que ésta no trata de la situación natural de los Estados y de los pueblos, pero también y sobre todo, por que la geopolítica estudia la manera como esa situación natural influye en la formación de las naciones y en su destino LA GEOPOLÍTICA Y SUS PRECURSORES


Geopolítica 10 Pierre Celerier en "Geopolitique et Geostrategie” (PUF 1969) cita especialmente Vauban y Montesquieu pero es un sueco, Rudolf Kjellen (1864-1922), en quien se debe contemplar al hombre que utilizó por vez primera la palabra "geopolítica". Miembro del Parlamento, profesor de ciencia política en la universidad de Upsala, Kjellen publicó en 1916 un libro titulado "El estado como forma de vida". En él hace de la geopolítica y de la economía política, la demopolítica, la socio-politica y la kratopolítica uno de los cinco terrenos privilegiados del nuevo sistema de análisis de los gobiernos. En su obra, el Estado es descrito como un organismo partiendo de una biología social, y no (como en la perspectiva liberal o marxista) como una simple mecánica, como una especie de física social. Kjellen sufrió la influencia del geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904) que desde el fin del siglo XIX intentaba una especie de puente entre las ciencias políticas y sociales y las naturales. En 1879, en su "Geografía política"', Ratzel interpretó una gran parte de los datos de la geografía y la antropología a la luz de la selección natural y de la evolución. Para Kjellen y Ratzel, el Estado, siendo un organismo, tiene todas las características biológicas. Esto significa en particular que, así como un organismo es mas que la "suma de sus órganos", el Estado es "más que la suma de sus ciudadanos". Y este más es la razón de ser del Estado y lo que lo justifica. Teoría que va a entroncar con toda la filosofía alemana (Hegel, Fichte, von Schlegel etc.). La obra de Kjellen tiene su prolongación en los trabajos geopolíticos del inglés Mc Kinder (1861-1947 y del también inglés Percy Mc Roxby, así como del americano Bowman. Se enriquece con diversas aportaciones en los terrenos de la geografía (Krebs y Vogel), de la ciencia política (Dix y Wutschke), de la cartografía (Peuker y la Escuela de Viena), de la biología (Unold y Schallmayer), etc. En Francia, por el contrario, no encuentra eco más que en dos geógrafos, Jean Brunhes y Camile Vallaux, y en ciertos discípulos de Vidal de la Blanche (1845-1918): André Siegfried, André Demaison, etc. De hecho, es esencialmente en Alemania (donde el libro de Kjellen fue traducido en dos ocasiones) donde la geopolítica conoció su mayor impulso Gracias a un hombre cuya imagen va a identificarse plenamente con esta ciencia: Karl Haushofer. ACCION POLÍTICA Discípulo de Schopenhauer, este militar de carrera fue un apasionado de la especulación teórica y filosófica. Nace el 27 de agosto de 1869 en Munich. Destacado primeramente al Estado Mayor de Berlín, en 1907 es enviado al Japón. Aprovecha esta estancia, que va a durar tres años, para familiarizarse con el budismo-zen y recorrer todo el Extremo Oriente, acumulando experiencias que le marcarán toda su vida. En 1913 se ve nombrado oficial en activo asistente del geógrafo Drygalsky, en Munich. Un año más tarde, defiende su tesis de doctorado sobre la geografía política y militar del Imperio Nipón. En ella sugiere al Kaiser aliarse con el Japón para quebrantar la hegemonía militar de los anglosajones (esta propuesta fue declarada "absurda"). Durante la primera guerra mundial, presta servicio en los frentes del Este y del Oeste y es nombrado general de división. En 1918 dirige las operaciones de retirada de la 30a. División de reserva bávara entonces estacionada en Alemania. En 1919 deja el ejército para consagrarse enteramente a la geopolítica que había descubierto leyendo a Kjellen. Después de un segundo doctorado, es nombrado profesor de la Universidad de Munich, donde enseñará geopolítica de 1921 a 1939 sin interrupción. A sus ojos esta tarea era inseparable de una cierta forma de acción política. Como la mayor parte de los ofíciales, Haushofer está convencido que la derrota alemana está ligada al avance del bolchevismo, y a la "puñalada por la espalda" al Ejército. El espectáculo efímero de la Comuna de Baviera, en noviembre de 1918 pareció darle la razón. Un día de 1921 confía a su antiguo ayudante de campo, convertido en uno de sus más asiduos alumnos: "La geopolítica es un arma destinada a cumplir el destino de grandeza de Alemania. Hay que reeducar a la nación de modo que cada joven alemán deje de tener un espíritu de barriada para pensar en términos de continente". Su interlocutor se llamaba Rudolf Hess. Es el futuro representante y “sustituto" del Führer, Entre los dos hombres los lazos serán estrechos. En 1923, tras el putsch de Munich, Hess encontró refugio en el domicilio de Haushofer. Este lo hace huir a Austria. Regresado a Alemania y condenado a una ligera pena de prisión, Hess encarcelado en Landsberg escribe el "Mein Kampf" dictado por HítIer. Al ser puesto en libertad, el 31 de diciembre de 1924, Haushofer le ofrece un puesto de asistente en la Academia Alemana que rechazará para dedicarse íntegramente a la política. Contando con todas estas relaciones algunos autores quieren hacer de Haushofer un "iniciado" de diversas sociedades secretas, (Thule, la sociedad del Vril, etc.) que habría preparado el camino al advenimiento del nazismo desde el ángulo esotérico. Tal es la tesis especialmente de Werner Gerson ("El nazismo sociedad secreta") . Fundada por el publicista Rudolf von Sebotendorf de verdadero nombre Rudolf Glauer) que murió ahogado en Turquía en 1945, la Sociedad Thule es, en principio, una simple rama de la "Orden de los Germanos", fundada en Harz en 1912. En enero esta orden contaba con 220 miembros cuya lista será publicada por el fundador en 1933 en "Bevor Hitler Kam". Encontramos en ella nombres como Rudolf Hess, el ingeniero Gottfried Feder, Díetrich Ekchart, etc. En cuanto a la Sociedad Vril o Gran Logia Luminosa de inspiración Rosacruciana, tiene su origen en la obra poco conocida del francés Louis Jacolliot que fue cónsul de Francia en Calcuta y escribió entre otros "Las Tradiciones Indo-Europeas" y el "Olimpo Brahmánico”. En realidad Karl Haushofer se sitúa en el plano político entre los autores de la corriente de los "jóvenes conservadores" tales corno Arthur Moeller van den Bruck, Heinrich von Gleichem, E. J. Jung, von Seeckt, etc.


Geopolítica 11 En 1932 publica "Geopolitik der Selbsbestimmung (Geopolítica de autodeterminación)” que es su primer libro enteramente consagrado a la geopolítica. LA GEOESTRATEGIA Haushofer cree que el siglo XX será el siglo de los imperios territoriales, como el siglo XIX lo fue de los marítimos. Auguró pues la caída del imperio británico. Pensaba que sólo la unidad de Europa Occidental con la Oriental permitirá la salvaguardia de los valores europeos. En 1930 dirá: "La democracia y el pacifismo crearán una especie de Estados Unidos de Europa en 1950 a lo más tardar, o la catástrofe del espacio eurasiático será inevitable, sin duda bajo la forma de un desmembramiento regresivo de las potencias coloniales. Actualmente no es el dominio de los mares sino la posesión de las grandes superficies terrestres, lo que constituye el objetivo de la alta política" (citado por Konrad Heidem, "Der Führer") . El 15 de diciembre de 1923, Haushofer funda el Zeitschrift fur Geopolitik, revista mensual de geopolítica que aparecerá hasta 1944 bajo su dirección y la de Erich Obst. Colaborarán Otto Maull, Hermann Lautensach, Walther Jantzen, Johannes Khun, Walther Wogel, Hans Kramer, etc. Esta publicación, vendida a un precio bastante bajo ejerció inmediatamente una considerable influencia. Interesó al público universitario y a muchos medios oficiales. Estos descubrieron aquí las bases de una nueva disciplina (la geoestrategia (Werhgeopolitik). Los datos de la geopolítica, en efecto, tienen una parte considerable de importancia a la hora de determinar al ENEMIGO. Siendo los dos factores implicados en toda estrategia las NECESIDADES POLITICAS (finales u ocasionales) y el ESPACIO-TIEMPO disponible para conducir a una situación táctica deseable, puede definirse la estrategia como "el arte de armonizar los espacios-tiempos específicos en cada categoría de medios usados, para conservar una libertad máxima de acción y conducir a una situación táctica ventajosa, en potencia o en acción que permita, con los menores costos, satisfacer las necesidades políticas" (Eric Mauraise, "Relations de la polemologie", Nr. 18). En este contexto, la geoestrategia, no es sino el instrumento de realización de los fines definidos por la geopolítica, ofensiva o defensivamente. En torno a Haushofer se creó en breve tiempo una escuela que publicaba diversos periódicos tratando de política y economía mundiales (Zeitschrift fur Weltpolitik und Weltwirtschaft, Deutschland weg an der Zeitenwende) a los que se añadieron los opúsculos y una serie de folletos. Sobre todo Haushofer y sus amigos renovaron completamente la cartografía haciendo el MAPA, sobrecargado de trazos, divisiones y esquemas, convirtiéndolo en un medio de demostración gracias al cual aparece una nueva dimensión de la historia y de la geografía. Muy característico de este método de trabajo es el "Schmitdt-Hack Geopolitischer Typen-Atlas" (1929) y el atlas histórico de Franza Braun y A. Hillen Ziegfeld, en cuatro volúmenes "Geopolitischer Geschichsatlas", L. Ehrlemen Dresden, 1930). Durante este tiempo las relaciones entre Rudolf Hess y la familia Haushofer aumentaron, El secretario de Hitler se relacionó especialmente con el hijo de Haushofer, Albrecht nacido en 1903, músico, autor de dramas históricos y de poemas esotéricos, un joven reservado e igualmente brillante. Obtuvo su doctorado a los 19 años. En 1924 se convirtió en el secretario del célebre geógrafo Albretch Penk. Al año siguiente fue nombrado Secretario General de la Sociedad Geográfica de Berlín. Políticamente ha sido definido por James Douglas Hamilton como "un patriota tradicionalista, nostálgico de una monarquía constitucional que imaginaba a la manera de un Estado idealizado por Bismarck". Extremadamente sensible y más próximo a su madre que a su padre, es también un escéptico. El 17 de marzo de 1933 escribía: "Los seres racionales no tienen lugar en los periodos revolucionarios. Y esto no puede cambiar". El 22 de junio declara: "Soy en todos los sentidos lo opuesto al tipo humano que se ha presentado como válido a la nueva generación." EL CRECIMIENTO DEL POTENCIAL ARABE Durante los años treinta, mientras que la escuela de geopolítica ganaba cada vez más importancia, su promotor fue inmediatamente llamado a ejercer funciones oficiales. El 12 de febrero de 1934, Hess crea el "Volksdeutsch" (Consejo de los Extranjeros de Origen Alemán) y confía su presidencia a Haushofer. De 1934 a 1937, formó igualmente parte del presidium de la Academia Alemana. A partir de 1938 participa en la dirección del "Verein fur das Deutschum im Ausland" que se dedica a la defensa de la "alemanidad" fuera de las fronteras. De su libro Weltpolitik von heute" (Política mundial hoy), dedicado a Rudolf Hess, se vendieron más de 100.000 ejemplares. En él entre otras cosas, prevé, el crecimiento del potencial árabe. En la Universidad de Munich, Haushofer creó un instituto de geopolítica de renombre mundial cuyos programas apuntaron hacia la investigación pura y hacia la investigación aplicada. Gracias a las informaciones de todo tipo recogidas en el mundo, esta institución pudo facilitar "a petición" dossieres completos sobre los más diversos asuntos. Una asociación de geopolítica fue fundada en la ciudad de Heidelberg. En esta misma ciudad, el editor Kurt Vowinkel, atraído por las tesis de Haushofer, se encargó de la publicación y divulgación (más tarde Vowinkel será el jefe de la Asociación de Editores Alemanes). Así la geopolítica pudo hacer su entrada en todas las universidades alemanas. El propio Albretch Haushofer, enseñó en el Instituto de Altos Estudios Políticos de Berlín. Tuvo así una posibilidad más de “acción práctica". Mas tarde irá en misión diplomática a Inglaterra, Checoslovaquia y Japón. Nuevas ramas aparecieron al margen de la geopolítica y de la geoestrategia: la geomedicina, la geopsicología, la geojurisprudencia, la geosociología, etc. UN CIERTO NUMERO DE LEYES


Geopolítica 12 Tal como Kjellen, los geopolíticos consideran que el ESTADO no puede ser analizado independientemente del medio natural en que se incluye. Como tal, nace, crece y muere. Durante su existencia puede aliarse a un "conjunto", tener "hijos" (las colonias), ser colocado bajo tutela (en beneficio de otro estado), sufrir dolencias de crecimiento. Pueden también serle amputados algunos órganos. La idea no es nueva. Se remonta a la antigüedad grecolatina. El pensamiento alemán le dio nuevo vigor. El 23 de octubre de 1828, Goethe decía a Ekermann:"Si se puede comparar al Estado con un organismo vivo con numerosas células, también se puede comparar a su capital con el corazón que mantiene la vida y la salud, en todas sus células próximas o distantes" (citado por Jacob von Uexkull, "Staatsbiologia", 1920 y 1933). Un PUEBLO es una comunidad de lengua y cultura independiente de las fronteras ocasionales de los Estados. La nación es una comunidad de destino: exige la presencia de un Estado. Si un mismo pueblo se dispersa en muchos estados resulta de esta dispersión un florecimiento de las artes y de las ciencias, pero en general una disminución de la potencia política y de las hipótesis de continuidad. El ejemplo de los Estados griegos en oposición a Roma es convincente a este respecto. En ciertos casos la población está íntimamente ligada, por su constitución, al medio en que vive, luego, en función de este, opera una selección en su seno. Se habla entonces del MEDIO ESPECIFICO (Para Haushofer, la geografía es la CIENCIA ESPECIFICA DEL ESPACIO TERRESTRE Y MARITIMO). En su introducción a la Geopolítica, Richard Hennig y Leo Kurhol enumeran los factores naturales susceptibles de influencias en la vida de los estados: el clima, la localización y la fauna, la flora, los bosques y el relieve, la red hidrográfica, y la extensión de las costas, la permeabilidad de sus fronteras y de las vías de acceso, la forma y los contornos de la tierra, la distribución de los suelos, la capacidad de las relaciones exteriores (sobre todo por o a través del mar), las facilidades de tránsito para los vecinos, etc. En seguida confrontarán todos estos factores constantes con los factores variables, tales como la evolución demográfica, la riqueza, el potencial de recursos y la capacidad de exportarlos, las afinidades espirituales, culturales , etc. Esta confrontación, dicen, define, la adaptación de los estados y de los grupos de estados (emparentados por su comportamiento) en relación a su medio. De esta orientación "fisiológica" dependen las situaciones políticas, PRESENTES o POTENCIALES, a las que los estados deben hacer frente. Los datos aparentemente más estables, como el territorio, los recursos naturales, etc. toman así, otra dimensión, desde que se tiene en cuenta, al analizarlos, las innovaciones debidas a la mano del hombre, la patente cultural e histórica, los "temperamentos geográficos" (marinos, campesinos, montañeses) representados en la cabeza del Estado, las mentalidades populares, las posiciones (marítima, litoral o cualquier otra), etc. La noción de "frontera" en particular debe ser revisada. Excepto en algunos casos extremos, las "fronteras naturales" aparecen como un mito. Pocos países parecen dotados de fronteras tan "naturales" como Italia y, recordemos, este país tardó tanto en conseguir su unidad como Alemania. Los grandes ríos (como el Ródano o el Rhin) unen tanto o más que separan. El "telón dé acero" voluntarista, constituye hoy una frontera mucho más real que los Alpes o los Pirineos. En fin, el descubrimiento inesperado de una tecnología puede poner en entredicho toda la situación anterior en un instante; el factor petrolífero, por ejemplo, transformó completamente la interdependencia relativa entre las masas representadas por los Estados. Un concepto clave del mundo geopolítico es la HOMOGENEIDAD. La planicie siberiana del Amur al Ural: una planicie que es un puente único y físico de suspensión entre estas dos extremidades. Esto significa que Siberia nunca podrá ser partida de forma duradera Será enteramente rusa o enteramente china. La hegemonía también puede ser demostrada por la Historia. Los geopolíticos constatan la existencia de "frentes de civilización" duraderos, como los viejos limites romanos, que dejaron en todos los dominios un trazo indeleble en Europa. La unidad geoclimática de un determinado espacio puede facilitar a diferentes troncos de civilización una evolución política común. Es el caso del espacio mediterráneo sometido sucesivamente a la hegemonía de Roma, del Islam, de Italia, Francia, etc. y que hoy es el centro de la rivalidad ruso-americana, (los EE.UU. y la URSS tienen en el Mediterráneo entre 50 y 60 navíos de guerra cada uno) Cada espacio tiene un CENTRO GEOPOLITICO. En el caso del Mediterráneo es la isla de Malta. El 7 de enero de 1975, el tercer Víceprimer ministro Chino Li Hsien-nien declaraba: "China apoya la posición justa del gobierno maltés que piensa que los países de las márgenes del Mediterráneo deben unirse y liberarse del control de las superpotencias" . Cualquiera que sea hoy la ideología de la clase en el poder, las constantes histórico-geográficas vigentes siguen siendo las mismas y siguen dirigiendo las vidas de los estados. Son debidas al lugar que ocupan los estados en el mapa en relación a sus vecinos. Los regímenes políticos pueden cambiar; los caminos de invasión y la situación de los vectores clave siguen siempre en el mismo lugar. La vía natural de expansión alemana hacia el sudoeste pasa por el Valle del Danubio. Fue también la ruta de las Cruzadas. En el siglo XVII, los turcos los siguieron cuando intentaron invadir Viena. Está protegido por la muralla de los Cárpatos, que siempre detuvo a los invasores venidos del Este: particularmente a los ejércitos del Zar en 1914-15. La "política de los derechos" es una constante en la acción histórica del Kremlim. Desde él siglo XIX, los zares, deseosos de apoderarse de los Dardanelos concentran sus esfuerzos en la región situada entre los Cárpatos y el Mar Negro. En 1829 invadieron Valaquia y Dobruja. Cincuenta años más tarde, en 1877, entran de nuevo en la planicie moldava, forzando el paso de Chipka, en la esperanza de llegar a Constantinopla. Entre estos dos campañas muchas cosas habían cambiado. Transilvania pasó a manos de los Habsburgo, amigos de los rusos. Pero la nueva estrategia permaneció invariable: los Cárpatos y el Danubio no cambiaron de lugar.


Geopolítica 13 Transformada en República Socialista, Rusia nunca renunció a conquistar los Dardanelos, que le permitían controlar la navegación marítima entre el Mar Negro y el Mediterráneo. De ahí sus intrigas en Grecia y Turquía. Otro ejemplo: la similitud geoestratégica de las campañas contra Rusia. En 1707, el Rey Carlos XII de Suecia ataca a Pedro el Grande. Después de tomar las ciudades de Minks y Smolenks, sus tropas fueron derrotadas en Poltava, en 1709, al final de un difícil invierno. Cien años más tarde el gran ejército napoleónico se reagrupó en la misma región del Vístula inferior donde se había organizado el ejército sueco. Después de haber atravesado el Niemen, avanzó hacia Moscú, siguiendo el camino de Smolenks para ser derrotado definitivamente en las condiciones que conocemos. Durante la Primera Guerra Mundial, la ofensiva germano-austríaca se detuvo a 85 km. de la antigua frontera ruso-polaca; la distribución de las fuerzas enfrentadas hacía suponer la importancia otorgada a las columnas que avanzarían sobre Moscú. En fin, en 1942, la Wehrmatch fue batida en Stalingrado en las mismas condiciones que el ejército sueco en Poltava. En la historia de Rusia todas las operaciones decisivas en el frente oeste se han desarrollado en las mismas direcciones: Kovno-Vilna-Moscú o Varsovia-Vilna-Moscú. Ciertas zonas parecen, por tanto, como naturalmente “polemológicas". Es el caso de los estrechos del Bósforo, Gibraltar, Suez, etc., de los corredores siberianos entre el sur del Ural y las planicies del Amur, de la región del Trentino que comprende el desfiladero del Brennero, zona de paso natural a la Europa Central (Bohemia, Balcanes, etc.) para Italia y particularmente el Valle Valtelino, junto al lago Como, que fue sucesivamente disputado por francos, germanos, ostrogodos, españoles, franceses e italianos. Pero las constantes no son solo geográficas. La velocidad estratégica media de las operaciones terrestres, por ejemplo, no evoluciona mucho con el correr de los siglos. Una fuerza blindada moderna es solo un poco más rápida que un regimiento de caballería mongola del siglo XIII. Cualquiera que sea la época, las potencias marítimas están siempre libres de los ataques por sorpresa de las potencias continentales; la propia aviación no modifica mucho este estado de hecho, pues a nivel de fuerzas clásicas, solo la ocupación terrestre y la interceptación DURADERA de las líneas de comunicación puede tener efectos importantes. "SENTIDO DEL ESPACIO" Y DINAMISMO CREADOR La geopolítica no es solamente puro determinismo. El medio natural no constituye un efecto más que en el marco en el que intervienen los factores humanos específicos. Sólo esta intervención actualiza aquello que anteriormente ya esta potenciado. La expansión de un pueblo está siempre en función de su intrínseca vitalidad (ésta depende de su voluntad de poder, de su homogeneidad cultural, de su juventud histórica, etc) antes que de las fatalidades exclusivamente territoriales. Dice Haushofer: "Toda consideración geopolítica tienen necesidades de un elemento personal heroico, la intervención de una fuerte personalidad puede acabar en un momento con las investigaciones y las interpretaciones racionales". En el año 480 a. de J.C., Leónidas resiste en las Termópilas solamente con 300 espartanos. En el 334 a. de J.C., Alejandro con 37.000 hombres inicia la conquista de todo el próximo oriente incluida la India .En 1519-21, Cortés y sus 500 compañeros se apoderan del Imperio azteca. En el año 1578 Jermak con 500 cosacos deshace el Imperio de los khanes de Mongolia y hace caer Siberia Occidental en manos de los zares. Del 1756 al 1757, el pequeño Estado prusiano se libera del yugo austríaco y hace frente a las grandes potencias coaligadas contra él. Haciendo una síntesis de las ideas de Ratzel, de Kjeller y McKinder, Haushofer asienta su concepción del mundo sobre dos ideas principales: el espacio (Raum) determinado por la extensión, los caracteres físicos, el clima y la posición (Lage) de este espacio en relación a los espacios circundantes. Uno de los criterios de acción histórica, esclarece lo que es el "sentido del espacio" (Raumsinn ) o aptitud para organizar el espacio, dotando al mundo que lo envuelve de un dinamismo creador. El sentido del espacio es el que más rápidamente se pierde en las naciones en decadencia. "El espacio no es solamente el vehículo del poder - dice Haushofer - es EL poder". A la idea estática de Imperio los geopolíticos oponen la idea dinámica de la "Europa Media" (Mitteleuropa). Este término es utilizado para mostrar que Alemania, colocada, "en medio de Europa" fue siempre obligada a luchar, tanto en el Este como en el Oeste para defender su espacio vital o "Lebensraum" (esta palabra atribuida a Ratzel pasará casi inmediatamente al lenguaje geopolítico universal). Haushofer se refiere al inglés McKinder, según el cual el centro del mundo es una "isla mundial" (World Island) formada por el conjunto Europa-Africa-Asia, en el seno del cual se encuentra una región clave, o "corazón del corazón" (Heartland), que corresponde a "Europa Central" o "media". La lucha por la posesión de este sector constituye y representa un auténtico "combate final". McKinder afirma: "Quien tiene la "Europa media", tiene el Heartland. Quien tiene el Heartland manda en el World Island. Quien tiene el World Island manda en las tierras y en los océanos". A su vez, Bismarck decía: "En Bohemia existe una fortaleza elevada por los dioses en el centro de Europa. Aquel que la posee es el señor de Europa". Hay dos grandes tipos de potencias: Las potencias marítimas y las continentales. Cada cual tiene sus ventajas e inconvenientes. La extensión progresiva de las potencias continentales que implica la ocupación de los territorios conquistados, termina siempre por debilitarlas. Tanto más una potencia es marítima, tanto más puede fácilmente asegurarse el control de los recursos existentes y conservar la posibilidad de graduar su acción a partir de sus refugios marinos, cuando quiera y en el terreno que le convenga. A la inversa, la potencia continental es favorecida por la técnica y los transportes modernos. Gracias a la amplitud de su


Geopolítica 14 territorio, puede maniobrar libre de ataques de potencias marítimas. A través de una serie de ofensivas relámpago puede incluso vencer el obstáculo que representa para ella el tiempo. Ya sean marítimas o continentales las grandes potencias son conducidas a la EXPANSIÓN TERRITORIAL. Desde el punto de vista geopolítico esto parece como una FATALIDAD. Forma parte de los caracteres biológicos del Estado la lógica de la vida que le ordena que se extienda. En 1931, Georg Wegener declara: "El impulso para una extensión de los territorios es uno de los síntomas más elementales y normales de buena salud de un Estado". Este hecho, dicen los geopolíticos, prevalece sobre todos los principios y ninguna autoridad internacional sabrá ni podrá impedirlo. De todo esto resultan un cierto número de leyes: - Cuando un Estado se compone de pequeños enclaves en territorio extranjero, todos los espacios situados entre estos enclaves y el Estado están, ellos mismos, amenazados de anexión. Así, la unión de Alsacia y Lorena a la Corona de Francia, bajo Luis XIV, fue precedida por la creación, en territorio alemán, de los obispados de Metz, Toul y Verdún. Del mismo modo, la posesión por Prusia de los enclaves en Renania hizo caer Hannover. Consecuencia actual: todo el enclave geográfico-político o ideológico, creado en Europa Occidental en favor de la URSS, representaría a un plazo más o menos corto la caída de la zona comprendida entre el "Telón de Acero" y la nación caída en manos del comunismo. - El hecho de que una nación pueda poseer importantes territorios de ultramar, le inspira necesariamente la tentación de conquistar, entre ella y esos territorios, otros espacios susceptibles de reforzar su poder político y militar. Sólo a los Estados dotados para la expansión marítima es permitida una tal política. Fue el caso de Inglaterra en el pasado con su táctica de implantación ligada al desarrollo de la Compañía de las Indias Orientales. - Entre las colonias, solo tienen futuro duradero aquellas en las que los colonos cultivan las propias tierras que conquistaron. "En la historia como en la geopolítica -dice Haushofer- podemos extraer la enseñanza según la cual el que posee una tierra puede conservarla, sea cual sea el poder de los medios comerciales, si se introduce entre el suelo y la clase dominante, un conjunto opuesto al don del suelo, por la fuerza o por el derecho". - Los Estados Artificiales, creados por las grandes potencias extranjeras para facilitar sus designios no tienen ningún futuro. No duran más que el tiempo de una política. - En un grado igual de coerción real, la colonización llevada a cabo por una potencias continental es más duramente sentida por el colonizado que cuando es practicada por una potencia marítima. Esta última, como efecto sólo tiene necesidad de bases seguras para balizar las rutas marítimas mundiales, mientras que la primera está obligada a ocupar el espacio que la separa hasta el mar. - Cuando las potencias que en principio se oponen en un mismo campo, son fuerzas iguales, la estrategia deriva en regiones periféricas. Hoy en día el "equilibrio del terror" en el hemisferio norte hace derivar la confrontación ruso -americana hacia las regiones polares, el Medio Oriente, el Océano Índico, etc. - En fin, las naciones insulares se caracterizan por su apertura a todas las sugestiones y las impresiones exteriores y, al contrario, por su actitud a poner en acción sugestiones al abrigo de una personalidad relativamente hecha. (Esta "apertura" y este "hecho" constituyen, según Ratzel, "la garantía del desarrollo de las formas vivas en su más elevada manifestación"). Tal es el caso del Japón al que Haushofer consagra una serie de libros perfectamente documentados. En "El Japón y los japoneses" Haushofer analiza precisamente la lucha del Japón por su espacio vital. "La geopolítica de expansión tomó allí, por así decirlo, una dirección fatal" observó al indicar que las resistencias oceánicas le parecen más fuertes que las continentales. En esta misma obra subraya la importancia de la presencia japonesa en Manchuria, pero pone en duda el futuro de la colonización, por el hecho de la "inferioridad japonesa en el suelo continental de clima extranjero", "La superioridad del colono chino en el continente, en relación al japonés y al ruso, escribe, es un axioma técnico y geopolítica que ningún conocedor de la cuestión asiática puede negar . "En el futuro podría ocurrir que se diera un regreso de los asiáticos al noreste ruso, en beneficio, no de los japoneses, sino de las masas migratorias chinas". LOS ANGLOSAJONES Formuladas en el intervalo de las dos entreguerras, en un momento en que la situación demográfica y geográfica parecen exigir el alargamiento de Alemania hacia el Este y el Sudoeste, tales consideraciones no podían ser recibidas sino con gran consideración. En 1926, el escritor Hans Grimm publica su célebre novela "Pueblo sin Espacio" en la cual desarrolla la idea de una Alemania privada de sus posibilidades de expansión. De este libro se venden casi un millón de ejemplares. En el Japón, la geopolítica goza de la mayor estima en el Estado Mayor, las universidades le dan gran importancia. Haushofer, cuyas obras han estado casi todas traducidas en Tokio, declara, por otro lado, que la historia del Japón es la prueba más ejemplar de la justeza de sus tesis. En Italia, el fascismo afirma su soberanía sobre el Mediterráneo, pero loa geopolíticos dudan que la península pueda convertirse en una gran potencia. En los países anglosajones, domina la desconfianza. La manera con que los geopolíticos tratan los problemas de expansión territorial como una "hipótesis de trabajo", entre otras se quiere ver en muchas ocasiones como la confesión de un pangermanismo vivo. En el año 1934 es publicado en Inglaterra el libro de Ewald Banse "Espacio y pueblo en la guerra mundial", escrito dos años antes en Alemania, que desencadena casi un incidente diplomático.


Geopolítica 15 Banse, profesor de ciencia militar en Brunswick, afirma que desde 1818 el Imperio Alemán posee "más fronteras". "La línea de defensa de Alemania, explica, con la única excepción de cortas fronteras del Este y del Sur de Prusia Oriental, se encuentra enteramente cercada por poblaciones de lengua y cultura alemanas, posición altamente desfavorable bajo el punto de vista nacional por que significa, que en cualquier guerra futura tendrá automáticamente por campo de batalla las partes externas de la nación alemana". Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos autores americanos en su mayor parte, se esforzaron en demostrar que la geopolítica inspiraba todas las relaciones internacionales del Tercer Reich. Solamente en 1942 aparecieron 6 libros y un opúsculo en los EE.UU. defendiendo esta tesis que era bastante aproximada. Con el correr de los años la actitud de Klaus Haushofer respecto al régimen nacional-socialista va evolucionando. En el campo de la política exterior comienza por expresar su inquietud y Después su profundo desacuerdo. Poco a poco se va aproximando a la oposición. ACTIVIDAD FEBRIL En enero de 1938, Hitler nombra a Joachim von Ribbentrop, Ministro de Asuntos Exteriores. El 12 de mayo el ejército alemán penetra en Austria. Los Haushofer se convencen entonces de que una guerra irá a producirse y que será fatal para los alemanes. Albrecht incluso piensa instalarse en el extranjero pero renuncia por considerarlo una cobardía. En mayo escribe: "Es necesario que haga un esfuerzo para soportar la vida"'. Su padre se inquieta por el deterioro de las relaciones anglo-alemanas. Recela de una apertura de hostilidades en dos frentes. Su raciocinio es simple: si Alemania tiene que hacer la guerra contra la URSS, debe aliarse con Inglaterra; si es con Inglaterra con quién deberá batirse tendrá que hacer las paces con EE.UU., pero una guerra con Inglaterra provocará, tarde o temprano la intervención de los EE.UU. y Alemania terminará enfrentándose sola al mundo entero. Esta es también la opinión de Hess quien declara: "No puedo imaginar que la fría y calculadora Inglaterra se retirará con las orejas gachas de sus relaciones con los soviets en lugar de, para librarse de aflicciones hacer un acuerdo ventajoso con ella". Karl Haushofer, parece que fue uno de los que aconsejaron a Hitler firmar los acuerdos de Munich, pero no se hacía muchas ilusiones. En junio de 1939 escribía: "Londres, París, Washington y Moscú piensan que para el mantenimiento de la paz, nada más que un paso puede ser dado en la dirección que conduce a Munich". Por su lado, Hitler permanece por mucho tiempo nervioso; en "Mi Lucha" declaraba: "si, finalmente, Europa donde sólo nos hace falta no podremos remediarlo sino es a costa de Rusia... para tal política tenemos solamente un aliado en Europa: Inglaterra ... ningún sacrificio será grande para ganar su amistad". En junio de 1940 seis meses después de desencadenarse las hostilidades, se opina que Inglaterra es un caballo de Troya anti-alemán agarrado al franco de la Europa Occidental. El 19 de julio Hitler hace una oferta de paz a los ingleses. Es rechazada por Lord Halifax durante una emisión de radio. Los Haushofer, padre e hijo, desarrollan una actividad febril con las esperanzas de aproximar Londres y Berlín, Rudolf Hess apoya estos esfuerzos. El 8 de septiembre de 1940, Albrech Haushofer es convocado por Hess en Bad Godesberg. Este le dice: "Hitler es para los británicos la encarnación de todo lo que abominan desde hace siglos". En el curso de esta conversación mencionó los nombres de ciertas personalidades con los que podrían entablarse contactos, entre ellos, el joven marqués de Clydesdale recientemente convertido en Duque de Hamilton, que los Haushofer encontraron por vez primera en Munich el 23 de Enero de 1937. Sugiere que los contactos sean hechos en terreno neutral, en Portugal, por ejemplo. Hess da su acuerdo para que un mensaje sea dirigido al Duque de Hamilton. Enviado a la embajada inglesa en Madrid, por medio de un antiguo alumno de Albrech, este mensaje no será recibido y solo llegará a manos de su destinatario en 1946. Tras este encuentro, Albrech Haushofer publica un memorándum titulado "Una paz germano-británica ¿es aún posible?" y manifiesta su pesimismo. "Si lo peor ocurre, escribía, los ingleses preferirán ceder a los americanos todo su imperio pedazo a pedazo antes que asegurar una paz duradera que daría a la Alemania nacional-socialista el dominio de Europa". Una copia de este memorándum fue dirigida a los distintos medios de la oposición clandestina de derecha en particular al "Círculo de Kreisau", así como a un grupo de resistencia que tenía la cabeza en Ulrich von Hassell yerno del almirante Tirpitz y a Johanes Popitz con quien Albrech entró discretamente en contacto. Durante los meses siguientes los Haushofer, actuando siempre con Hess, continuaron estos contactos, varios mensajes fueron enviados a Inglaterra a través de Suiza, Portugal y España. La mayor parte se perderá en el camino. Hacia finales de 1941, Albrech Haushofer viaja a Ginebra donde encontrará a un diplomático suizo, el doctor Burkhart. EN CONTACTO CON LA RESISTENCIA Algunos días mas tarde, el 10 de mayo, Rudolf Hess, parte a bordo de un cazabombardero; volando a baja altura, consigue atravesar las líneas enemigas. Cerca de las 5,45 h. aterriza en Escocia, donde es inmediatamente detenido. Se le encuentran dos tarjetas de visita con el nombre de Haushofer y otra con el de su hijo. Tiene también una carta dirigida al Duque de Hamilton. Antes de salir, Hess dejó un mensaje para Haushofer. Allí le hace constar su esperanza de concluir una paz separada con Inglaterra. "Voy a tentar la suerte" había escrito. Es un fracaso completo. Luego, el 11 de mayo, el Duque de Hamilton, consigue hablar con Churchill. En Alemania, la noticia provocó la estupefacción general. Hitler dimite a Hess de todas sus funciones y hace correr el rumor de que su adjunto fue víctima de trastornos alucinatorios. La mujer de Hess declaró: "después de la derrota francesa, mi marido intentó por mediación de Albrech Haushofer, y con acuerdo de Hitler, entrar en contacto con los ingleses".


Geopolítica 16 El 4 de febrero de 1945 en su cuartel general Hitler dirá a Bormann: "Mi idea era pactar con los ingleses a fin de evitar lo irreparable para Occidente. Al atacar el Este, tuve la esperanza de suscitar una reacción de buen sentido en los occidentales pero subestimé la fuerza del dominio judío en Inglaterra. En verdad prefiere hundirse que admitir el dominio nacionalsocialista". Tras la temeridad de Hess, Albrecht Haushofer es convocado en el Cuartel General de Hitler. Allí se le ordena redactar un informe sobre sus relaciones particulares con Inglaterra y posibilidades de utilizarlas" Tras lo cual es encarcelado en la prisión de Berlín. Fue liberado ocho semanas más tarde y autorizado a continuar sus cursos; en el mes de noviembre escribe un nuevo memorándum "Reflexiones sobre un plan de paz". Allí sustenta que la preponderancia alemana debe limitarse a Europa Central (tesis que coincide con la resistencia conservadora), recomienda que todo se haga para negociar una paz mundial y manifiesta sus mayores dudas sobre la posibilidad real de una conquista de Rusia. Entre 1942-43 Karl y Albrech Haushofer están en con tacto casi permanente con la resistencia. Tras el atentado del 20 de julio de 1944, la encuesta hecha por Karltenbrunner pone de manifiesto estos lazos. Karl Haushofer y su hijo Heinz son presos. Albrech que desde el 25 estaba huido, consigue esconderse en los Alpes Bávaros. Descubierto, es detenido en diciembre e internado en la prisión dé Moabit en Berlín (escribe allí los famosos "Sonetos de Moabit"). En la mañana del 23 de abril de 1945, es ejecutado. Karl Haushofer es transferido al campo de concentración de Dachau. En 1945 es juzgado por los norteamericanos y luego puesto en libertad, pero su vida, de ahí en adelante está acabada. El 11 de marzo de 1946 en el lecho de un río seco en las proximidades de una pequeña aldea bávara Karl Haushofer y su mujer se suicidan (él se hará el harakiri, y su mujer se suicida con veneno). Su antiguo discípulo Rudolf Hess es el único detenido actualmente en la fortaleza de Spandau, en Berlín . Tiene actualmente casi noventa años. La URSS no quiere que sea liberado. Es el prisionero más costoso del mundo. DISUASION NUCLEAR Es difícil apreciar hoy en su justo valor la contribución hecha por la geopolítica. Durante los últimos 30 años, ésta ha ejercido más influencia de la que se le atribuye normalmente. La mayor parte de las revistas especializadas adoptaron los métodos cartográficos puestos en práctica por los geopolíticos. Las informaciones sobre los recursos naturales de la tierra reunidas por el Instituto de Geopolítica de Munich, no dejaron de ser estudiados. En el plano práctico, la permitió conocer mejor el papel de la estrategia propiamente política en relación con la estrategia militar clásica. Mostró su utilidad, para la Defensa Nacional, de las informaciones de carácter económico, climático, etc. En fin, ayudó a mejor adaptar a los combatientes a los ambientes naturales considerados igualmente como eventuales teatros de operaciones. Entre tanto, la prueba más brillante del acierto de las instituciones de Karl Haushofer está tal vez en la evolución de la situación mundial. Como entonces Alemania y Japón, China y la URSS se encuentran hoy enfrentados con el problema del "espacio vital". Los chinos reclaman formalmente los territorios adquiridos por la Rusia zarista a fines del siglo pasado en virtud de "tratados desiguales”. Los rusos temen por el futuro de Siberia Oriental, pieza fundamental en sus planes de desarrollo. Las relaciones entre el bloque americano y el soviético, en Europa ocupa un lugar semejante, políticamente hablando, al que ocupaba Alemania, en los años 30, entre la Europa Occidental y la Oriental. Los Estados que se empeñan en una política equidistante, acrobática, entre las superpotencias caerán probablemente mañana. Es el caso de Corea del Norte y de Japón. Las masas geopolíticas, representadas antes por los imperios coloniales se volvieron coaliciones o lugar de intereses politico-económicos en gran escala, a los que se juntaron agrupaciones fundamentadas por afinidades de civilización o sentimientos. Estas "masas" son limitadas por la interdependencia relativa de los Estados y de los grupos de Estados, donde resultan repercusiones mayores o menores sobre las políticas locales. La potencia marítima fue antiguamente de Inglaterra. Será hoy de los EE.UU. La potencia continental era antiguamente Alemania. Hoy es de Rusia. La Defensa Nacional moderna como su concepto de "disuasión nuclear" llevada a tener en cuenta todas las nociones de geopolítica y geoestrategia, se convierte en un tema clave para comprender la política internacional. La pasada "solidaridad" americano-soviética se asentó sobre el factor de que ninguna modificación de fuerzas entrañaba ventajas en una de las dos potencias, sino más bien inconvenientes, por lo menos iguales a sus ventajas. En otras palabras, la rivalidad ruso-americana por la dominación de Europa se ve bloqueada por la disuasión, que transforma esta oposición en condominio pero al mismo tiempo este condominio tiene repercusiones. A pesar de las declaraciones eufóricas prodigadas aquí y allí y particularmente durante la Conferencia de Helsinki, una situación así produce como efecto la "rebelión" de quienes no admiten la alienación de su independencia y acreditan que la existencia política matriz de una "coexistencia pacífica" impuesta por las superpotencias, y en su único beneficio, no vale la pena ser vivida. La estrategia mundial de la disuasión posee así un aspecto "disciplinar" (lucha contra la proliferación nuclear, partición del mundo en "zonas de influencia” etc.) que, lógicamente, no puede suscitar una contra estrategia de afirmación (y deliberación) nacional por parte de los pueblos que no quieren ser protectorados. En Europa, en Asia, en América Latina, en Africa, en el próximo oriente, el neocolonialismo nace de la toma de conciencia del condominio instituido en Yalta.


Geopolítica 17 Para la "paz ruso-americana", los esfuerzos que tanto en Europa como en China podrían desenvolver para afirmar su soberanía, son así mismo inquietantes pues quiebran el juego duopolítico, en el cual la URSS y los EE.UU. se enredan. PREPONDERANCIA DEL ESTE EN EL RIMLAND EUROPEO Recuperando y, en ocasiones, modificando, la tesis de McKinder sobre la "isla mundial" y el Heartland, el americano Spykman hace deslizar el Heartland hacia el Este, en dirección a Rusia y a China Central y define la Isla Mundial como el "mundo de los mares" coincidiendo con las Américas y el Pacífico. Entre estas dos entidades, sitúa una doble franja o Rimland, "mundo costero” formado por Asia de los Monzones y Europa Peninsular. Demuestra que el Heartland continental y la Isla Mundial marítima se disputan el Rimland y que la seguridad mundial depende de este dato histórico. En Europa Occidental se encuentra, así pues, el "centro de la tierra": "Quién domina el Rimland, domina Eurasia; quien domina Eurasia, controla los destinos del mundo". Como Eric Muraise, puede definirse en los siguientes términos. "La potencia continental intenta arrastrar al mar a fin de estar en situación de amenazar por lo menos de ampliar el territorio de potencia de los mares y sus comunicaciones marítimas. La potencia de los mares (USA) asegura lo mejor que puede sus comunicaciones marítimas e intenta adquirir en el Rimland (Europa) lugares de desembarco para poder detener e importunar al adversario. Estas maniobras son particularmente codiciadas por ambas partes, los estrechos, los istmos, para dar potencia a los mares, las islas de vigilancia, a lo largo, o de balización de las comunicaciones y, en fin, las cuasi islas geográficas o políticas donde la potencia marítima puede instalarse y mantenerse sin grandes costos para la potencia continental". Las dificultades y aparente imposibilidad de una confrontación directa Este-Oeste responden así mismo a la importancia de los ataques de flanco, por tanto a dos estrechos (Gibraltar y Dardanelos) y a dos espacios marítimos secundarios (Báltico y Mediterráneo), así como a ciertas zonas fronterizas, donde los adversarios disputan cualquier posibilidad de influencia. En una perspectiva así la preponderancia del Este parece evidente. La URSS, en particular, tiene ahora una flota de guerra tal que podría disputar los océanos y los mares en condiciones jamás realizadas. Esto significa que el Heartland, potencia continental, se vuelve más marítima que la Isla Mundial, potencia marítima, se vuelve continental. Los esfuerzos desarrollados por el Kremlin para beneficiarse de un acceso permanente en el espacio mediterráneo, su juego en el Bósforo y en los Balcanes, así como su codicia sobre Yugoslavia, tras Tito (acceso al Adriático) toman así un sentido coherente. En el continente, la movilidad creciente de los armamentos soviéticos, la mejora cualitativa y cuantitativa de su armamento, el número de sus divisiones blindadas (40.000 tanques), le permitirían atacar simultáneamente y con una rapidez decisiva, el flanco sur y el flanco norte del Rimland europeo. Paralelamente, cada vez que esta lucha no puede ser travada de un modo convencional, será transferida sistemáticamente al terreno de la propaganda subversiva mediante la difusión de "mitos incapacitantes” (intoxicación, desinformación, chantaje a sentimientos), que procuran anular, no los medios del adversario, sino las voluntades que podría tener o utilizar. De un lado a otro esta voluntad de acción ya no es la misma. Escaldados por experiencias desastrosas, los EE.UU. aspiran visiblemente a un desenganche que esté de acuerdo con sus tradiciones históricas. Por el contrario, la URSS en confrontación con la China tiene la absoluta necesidad de una cobertura total en el Oeste. Por lo que, en el mismo momento, el valor dado a Europa aumenta para los rusos y disminuye para los americanos. Geopolíticamente, tal como el almirante Castex había previsto antes de la guerra, toda la estrategia de la potencia continental rusa orientada en el sentido del dominio de Eurasia por medio de avances sucesivos, en el Este y en el Oeste, siendo cierto que el Kremlin debe cubrir siempre la dirección opuesta a su esfuerzo. Para atacar la China, debe estar cubierto contra las veleidades de independencia de sus satélites. Para mantener el orden en el bloque comunista, debe estar cubierto en los confines de Siberia.


Geopolítica 18 Encuentro de Investigadores de la cultura Buenos Aires, noviembre de 1998 LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD NACIONAL: LA IDEA DE NACIÓN EN LOS LIBROS DE TEXTO, 1945-1997. Luciano de Privitello Silvina Quintero Palacio Luis Alberto Romero Facultad de Filosofía y Letras- UBA Esta ponencia resume las conclusiones de una investigación sobre la percepción de Chile tal como se refleja en los libros de texto usuales en el sistema educativo argentino en los últimos cincuenta años. Analizamos textos de los últimos cincuenta años, de nivel primario y secundario, correspondientes a geografía, historia y "civismo", un área que ha tenido distintas denominaciones. Nos dedicamos especialmente a los textos más usados, y nos concentramos en los más cercanos.1 La pregunta inicial de este proyecto se refería a la visión sobre el país vecino que se imparte en cada sistema escolar. Suponíamos que en ambos estados las ideas nacionalistas, que en el siglo XIX coadyuvaron a su organización y a la constitución de las identidades nacionales, se fueron orientando a lo largo del siglo XX en un sentido exclusivista, reaccionario y autoritario en lo interior y chauvinista en lo exterior, y que esa orientación era decisiva en las percepciones sobre el vecino. Nuestra investigación sobre los libros de texto de la Argentina ha confirmado ampliamente este punto de partida. Si bien el tema de Chile ocupa un cierto lugar en los textos, y es referencia específica de algunas ideas y actitudes, todo lo que se refiere a las percepciones acerca de otros países, especialmente de nuestros vecinos y en particular de Chile remite de manera fundamental a la propia imagen de la Argentina, establecida y canonizada por los libros de texto. La primera conclusión de nuestro análisis es que en los libro de texto la imagen del otro deriva, en primer lugar y fundamentalmente, de la percepción de nosotros mismos. La idea de nación que aparece en los libros, y su integración con la noción de Estado, con la que establece una relación unívoca, se nutre de tradiciones ideológicas diversas, que en otros ámbitos coexisten menos armónicamente que en los libros de texto. Más allá de las especificidades disciplinares, en los tres casos existe un conjunto de ideas comunes sobre la nación. En primer lugar, la nación es anterior al Estado, está más allá del devenir temporal: en lo esencial, existió siempre; sus rasgos se manifiestan en infinidad de indicios. Pero a la vez, ese ser potencial debía ser desarrollado: la acción de los argentinos se encaminó siempre a construir la nación, respondiendo a un imperativo que surgía de la nación misma. De ese modo la nación era, a la vez, sujeto y objeto de los procesos históricos. El resultado es una nación unívoca, que no refleja los conflictos y acuerdos de los hombres que la construyeron, sino que consiste en el desarrollo de una esencia originaria. A partir de un cierto momento, esa nación se concreta en un Estado, y desde entonces identidad nacional e identidad estatal pasan a ser la misma cosa. Poseer esa identidad nacional fue, en la primera mitad de este siglo, un imperativo generalizado, de modo que la necesidad de la nación es anterior a su evidencia. ¿En


Geopolítica 19 que fundarla? La raza y la cultura son dos elementos que funcionaron muy adecuadamente bien en otros países. Pero que en la Argentina daban lugar a cuestionamientos y dudas. Hubo un largo debate, no resuelto, acerca de cuál era la "raza argentina", y que papel tenían en ella los aborígenes y los inmigrantes. De ahí que la nación argentina reposó principalmente sobre el territorio, un principio en el que confluyen las dos grandes tradiciones occidentales referidas a la nación: la que pone el acento en la fuerza identitaria de la tierra y la que recorta una comunidad política según el territorio que ocupa. El territorio El territorio cumple cabalmente el requerimiento de la atemporalidad. Desde siempre es portador de la argentinidad, y es capaz de transmitirla a quienes lo habitan, mucho antes de que la misma idea de argentinidad hubiera sido pensada. El territorio determina las características de la sociedad y del estado, a través de las relaciones entre posición geográfica, clima y raza, o de la forma, el tamaño y la localización, que definen imperativos para cada nación y trazan su destino manifiesto. Dos tradiciones académicas fundan estas ideas: el regionalismo, que es central en la ciencia geográfica, y la geopolítica, una doctrina marginal en el mundo académico pero de enorme fuerza en los círculos diplomáticos y militares, que llegó por esa vía a los libros de texto. Mientras que en los libros de texto la nación esencial y su territorio aparecen con rasgos definidos, la sociedad y el Estado quedan más desdibujados. En Geografía la sociedad se identifica básicamente con la población, cuyos rasgos morfológicos composición, distribución, etc.- remiten principalmente a los criterios de razas y etnias, básicos para establecer comparaciones entre países. Aun cuando no se deduzcan específicamente comportamientos específicos, aparece sobreentendido el comportamiento más eficiente de la raza blanca. En historia, la sociedad está prácticamente ausente, y suele reemplazarse por el "pueblo", entre constitucional y romántico. En civismo, en cambio, aparece una noción fuerte de sociedad: la sociedad natural y ordenada, ni activa ni conflictiva, de la concepción neotomista desarrollada por la Iglesia católica desde fines del siglo pasado. Esta concepción es potencialmente congruente con las anteriores, pero en los textos no hay un intento por integrarlas. Si bien el Estado ocupa un lugar central en el relato geográfico y en el histórico, no es presentado como un problema sino como un actor natural: es la expresión de la nación, y como aquella es homogéneo, unívoco y hasta se lo puede personalizar, para interpretar sus conductas. No es ni el resultado de los conflictos sociales ni, siquiera, de un pacto jurídico. La tradición constitucionalista, propia de la instrucción cívica, está limitada aún en el área del civismo, donde debe competir con la idea tomista de una sociedad política natural. La historia del Estado, que ocupa el mayor número de páginas de los textos, no remite a las luchas políticas y los conflictos. Así, la nación reposa en primer lugar y de forma indubitable en el territorio, que es argentino desde siempre, pese a que esa identidad inicial debe ir concretándose gradualmente. La construcción argumental no es sencilla, pues la Argentina no tiene por detrás una gran cultura indígena, que le de al espacio una primera unidad antes de la Conquista, ni tampoco hubo durante la Conquista un acto inicial, una definición administrativa fácilmente identificable con el actual territorio, como ocurrió en Chile. Ese territorio argentino es colonizado por tres corrientes distintas, que penetran en él desde tres espacios nacionalmente identificables, y durante mucho tiempo no constituyó una unidad admi-


Geopolítica 20 nistrativa. Pero pese a todo, según la imagen de los textos la Argentina existe desde siempre, y hasta es capaz de argentinizar a aquellas tribus indígenas que poblaban este territorio, pese a que posteriormente no fueron incorporadas a la identidad argentina, y en muchas versiones aparecen más bien como el enemigo que debe ser derrotado para afirmar la nación. Este ambiguo origen inicial se regulariza con la creación del Virreinato del Río de la Plata, que empalma territorio virtualmente argentino y administración colonial. Mejor aún, desde la concepción de la nación que se impone, el Virreinato surge como respuesta a una agresión externa: los portugueses, y detrás de ellos los ingleses, que se suman al primer enemigo interno, los aborígenes. Aunque el Virreinato está lejos de coincidir con el Estado argentino, ciertamente existe una buena base para su identificación. A partir de ella, luego de que en 1810 se fracturara el imperio hispanoamericano, se postula esa continuidad y se afirman los derechos de la nueva nación a conservar los dominios del viejo Virreinato. Esto lo hicieron muchos de los dirigentes políticos de la época, y por razones un poco distintas lo retomaron los historiadores que construyeron la idea de la nación preexistente. De hecho, tres porciones del Virreinato formaron nuevos estados: Uruguay, Bolivia y Paraguay. Desde esta perspectiva territorial, la nación argentina quedó desgarrada y perdió una parte de si. Esta situación no es planteada para fundamentar movimientos irredentistas sino para plantear dos argumentos muy propios de la auto imagen de la Argentina: la generosidad o "grandeza moral", y la queja por un destino de grandeza frustrado, que en el caso del Uruguay particularmente es atribuido a nuestros grandes enemigos: el Brasil y Gran Bretaña. Por otra parte, se explica el proceso que se da a lo largo del siglo XIX de ocupación efectiva del territorio legítimamente perteneciente a la Argentina, sobre el que hasta entonces no podía ejercer control por la presencia indígena. Dos argumentos funcionan complementariamente: si la Argentina antes de ser Estado era su territorio, este Estado posee legítimamente inclusive aquellos territorio sobre los que no tiene autoridad real. No hay en esta explicación la menor duda acerca de estos derechos, ni tampoco de la carencia de derechos tanto de los aborígenes como los chilenos, que reclamaban al menos una parte de él. El territorio tiene un límite, que marca el final de lo propio, de aquello que como tal debe ser mirado y estudiado. También puede ser la frontera, entendida como la zona de tensión entre nuestra soberanía y otras, pues ser una nación soberana implica casi inevitablemente tener problemas de límites con otras naciones, regidas también por los imperativos de la geopolítica. Desde esta perspectiva, la frontera demarca el escenario de un conflicto inevitable, en el que uno se beneficiará a costa del otro. Así como otras instituciones del Estado se ocupan de elaborar hipótesis sobre el desarrollo de esos conflictos, la historia y la geografía deben suministrar los argumentos que justifiquen nuestros derechos, en parte para argumentar ante la opinión internacional pero sobre todo para concientizar a los argentinos. En este punto, la enseñanza alcanza su mayor nivel de prescriptividad. Según enseña la geopolítica, del territorio surgen fuerzas expansivas, que llevan a reclamar derechos sobre territorios en los que no se ejerce soberanía reconocida. Este es el caso de la Antártida y de las islas del Atlántico Sur. A la vez que se realizaban acciones efectivas tendientes a reclamar la soberanía, como el establecimiento de bases militares, se desarrolló una argumentación acerca de la argentinidad de ese territorio,


Geopolítica 21 combinando razones geológicas, geográficas, históricas y jurídicas. El proyecto de argentinización de la Antártida en el imaginario de los argentinos, que se desarrolla a lo largo del período de esta investigación, es notable. Se afirma categóricamente que la Argentina se compone en realidad de tres partes: continental, insular y antártica, y cuando se habla de su extensión se suman las superficies de las tres partes. A la vez, todo mapa argentino incluye -en versión reducida- el sector antártico. La nacionalidad Tanto como en el territorio, la nación se fundamenta en la nacionalidad, la identidad constituyente de los argentinos. La nacionalidad existió desde siempre, aunque no siempre se manifestó del mismo modo, y la historia es el proceso de su revelación. El sujeto de ese proceso histórico, y el sujeto del relato de los libros de texto, es "nosotros, los argentinos". Bajo él quedan incluidos hoy todos los argentinos, más allá de sus circunstanciales diferencias. Por el mismo camino, los actuales argentinos se unen con sus antecesores y con quienes vendrán, para completar el prospecto del futuro de grandeza anunciado por el pasado glorioso. Si bien existen anticipaciones -como Hernandarias, el primer gobernador criollo- la nacionalidad se reveló en primer lugar con las Invasiones Inglesas, e inmediatamente el 25 de Mayo. En ambos eventos se constituyen los "criollos", que sin solución de continuidad pasan a ser "los patriotas", quienes pronto manifiestan su voluntad de independencia y la realizan. Toda esta etapa se caracteriza por la unidad de los patriotas, la unanimidad. Esa unidad se realiza plenamente durante las guerras de la Independencia, que constituyen una epopeya. Es la época de los héroes y los próceres, y durante ella se posterga la atención sobre aquellas cuestiones de controversia o desunión. Una vez declarada la Independencia y asegurada la existencia, más imaginaria que real, del Estado que expresa la nación, pueden reaparecer los temas del disenso, que se circunscriben a la forma de su gobierno. Todo el largo período de las guerras civiles se explica en términos de diferentes contribuciones a la construcción de un estado ordenado, en el que cada uno incorporó algo. Siguiendo la línea de la Nueva Escuela Histórica, los caudillos, objeto de una disputa historiográfica y política, aparecen como la expresión del principio federal, organizador de nuestras instituciones, y como intérpretes del nacionalismo popular. Por la misma vía es incorporado Rosas quien, a despecho de su autoritarismo, puede ser reivindicado como defensor de nuestra soberanía, aunque en este punto la unanimidad no es plena. La Organización nacional, entre 1852 y 1880, es el punto final del proceso por el que la nación se revela y encarna. Concluido este, comienza la administración -registrada según la contabilidad de las presidencias- y el avance de la Argentina por la senda del progreso hacia su destino de grandeza. Por ello, se prefiere no enturbiar ese cuadro con la exposición de disidencias menores, que no forman parte de la historia sino de la política. Esa grandeza, para la que la Argentina está indudablemente destinada, se fundamenta en una sólida base territorial: el país tiene todos los climas, y consecuentemente todas las posibilidades; sobre todo, tiene una inmensa riqueza agropecuaria, que parece la garantía incuestionable de su grandeza. Tiene una base poblacional, los blancos, y un estado consolidado, del que se destaca más su potencia que su juridicidad. Tiene, finalmente, una nación unida, con un estilo de vida democrático (en el que el respeto a


Geopolítica 22 las formas políticas no es lo esencial) y una filosofía cristiana, elemento agregado más tardíamente pero que termina de armar el cuadro de la cohesión nacional. El otro El otro es imaginado a partir de la nación territorialmente soberana, y la importancia que los otros estados reales forman parte del "otro" depende de su relación con esta nación. La imagen del otro se construye a semejanza del Estado soberano. Es su réplica. De ahí que el otro más significativo sea el que se tiene en la frontera, en el límite del propio territorio. Nuestra mirada está fundamentalmente autocentrada: qué quieren de nosotros, en qué nos perjudican, qué nos dan. Buena parte de ese otro fronterizo lo integran naciones surgidas a partir del desgarramiento de nuestra nacionalidad. Son muy parecidas a nosotros, pues son parte de nosotros mismos (aunque un poco menos blancas), de modo que no son nuestros enemigos. No hay reclamos irredentistas, pero se piensa que esos estados le deben su existencia a la Argentina, que ha sido magnánima y generosa, y que el país tiene derechos adquiridos en cualquier disputa menor que pueda subsistir. La situación es distinta respecto del Brasil. Aquí la alteridad está bien marcada: surgimos de Imperios coloniales diferentes y competidores, las lenguas son diferentes, las razas también. Hubo una guerra explícita, que la Argentina ganó (aunque no condujo adecuadamente las negociaciones de paz). Hubo luego un largo y confuso conflicto por la Cuenca del Plata, en el que accidental o equivocadamente, manipulados por nuestro otro gran enemigo, nos aliamos con ellos. Hubo problemas fronterizos, resueltos, y cuestiones todavía pendientes, como las represas. Pero más allá de estas contingencias, hay una realidad geopolítica: su inmensa determinación geográfica, su destino manifiesto, lleva al Brasil a chocar con nosotros, y en verdad, la misma geopolítica indica que no podemos con ellos. Brasil aparece asociado con Gran Bretaña. Ya desde el siglo XVII la "pérfida Albión" opera contra nosotros utilizando a los portugueses y brasileños. Esta inclusión de Gran Bretaña como enemigo fronterizo, es decir de primer rango, es un éxito visible del revisionismo histórico, en sus dos vertientes: el hispanismo católico, que denuncia a la potencia protestante, y el más moderno antimperialismo. Hasta 1982, la hostilidad hacia Gran Bretaña fue extendida, pero no excluyente y, de manera algo esquizofrénica, incluía en otros registros su cuota de admiración y hasta de solidaridad. Desde 1982, Gran Bretaña ha ocupado el lugar central entre los enemigos, resumiendo los motivos fronterizos, económicos e ideológicos. Desde 1955 se agrega otro enemigo: los comunistas. Esta segunda versión, que organiza el "nosotros" y el "otro" de otra manera, no alcanza la naturalización de la primera. Domina ampliamente los textos de civismo pero no ingresa en los de historia y geografía. Durante el período peronista, en la primera etapa de la Guerra Fría, esos textos recogían la teoría de la Tercera Posición. Fue abandonada en 1955 y reemplazada con un alineamiento definido con el "mundo occidental y cristiano", que implicó una nueva relación con los países americanos, genéricamente "hermanos". Sin embargo, la nueva división ideológica y política, y la lejanía del enemigo central, la URSS, no eliminó la idea de frontera: la transformó de territorial en ideológica. Así, el enemigo exterior se convierte


Geopolítica 23 en el enemigo interior, el subversivo, que aunque jurídicamente sea argentino, es en realidad extranjero y antinacional. Las amenazas y acechanzas son muchas: cercanas o lejanas, exteriores o interiores. Pero esta manera de entender la nacionalidad lleva fácilmente a unificarlos en una sola: una amenaza genérica, un peligro latente, que impide la concreción de nuestro destino de grandeza o que es el responsable de nuestra decadencia. Cuanto mayor es la frustración, más amenazas se perciben. Chile Chile no aparece ni de modo continuo ni sistemático en los libros de texto. El desinterés tiene que ver con la imagen autocentrada y la falta de un real interés por los otros, de modo que la reconstrucción de la imagen de Chile remite, antes que a una elaboración de datos de la realidad chilena, a una proyección de la propia imagen. El conjunto de referencias configura una alteridad no totalmente definida. A veces Chile tiene el mismo status que otros países fronterizos, como Uruguay o Paraguay, y a veces es considerado tan diferente y amenazador como el Brasil. Hay temas y situaciones en las que Argentina y Chile son solidarios, que contrapesan aquellas otras situaciones conflictivas. La relación entre ambos factores es variable, aunque los aspectos conflictivos tienden a predominar. A diferencia de la Argentina, Chile es un "país andino". Con esto no se hace referencia solamente a su posición sino sobre todo a su población, que no es "predominantemente blanca" sino mestiza. La diferencia de criterios para mirarnos y mirarlos es aquí evidente. Sin embargo, la idea de "nación mestiza" choca muy visiblemente con la experiencia empírica y no llega a arraigar con fuerza, como para definir una diferencia consistente. Por otra parte, Chile es una nación mal dotada en lo geográfico, con una forma "loca", y consecuentemente, con aspiraciones a expandirse y lograr por la vía de la fuerza lo que la naturaleza no le dio. Consecuentemente, Chile es una nación de la que hay que desconfiar. Entre Chile y la Argentina hay una larga historia de cuestiones territoriales. Por empezar, en los orígenes, pues el confuso nacimiento del territorio argentino se contrapone con la claridad de los orígenes chilenos, que sin dificultad pueden filiar sus orígenes territoriales en Pedro de Valdivia. La penetración desde Chile de una de las corrientes colonizadoras de la Argentina tuvo como consecuencia la adscripción a Chile de Mendoza hasta que, con la creación del Virreinato, esta región volvió a su lugar natural, por otra parte nunca cuestionado por Chile. En cambio, la Independencia de Chile no genera una situación traumática, como la de Uruguay, Bolivia o Paraguay: a diferencia de otros países limítrofes, Chile no es un territorio perdido. Luego de 1810 las cuestiones territoriales son ocasionales, aunque suele mencionarse algo del expansionismo chileno con motivo de la fundación de Punta Arenas. En 1879 el Estado argentino ocupa los territorios del sur que legítimamente le pertenecen. Los derechos argentinos no son puesto en discusión, ni se toma en cuenta la argumentación de los chilenos. Por otra parte, el tratado de 1881 confirma las razones argentinas. Luego, queda una serie de cuestiones concretas que resolver. El conflicto proviene de que Chile finalmente revela su naturaleza expansionista y avanza sobre territorio argentino. En este punto, la relación se hace conflictiva. La historia y la geografía son


Geopolítica 24 puestas al servicio de la legitimación de las aspiraciones argentinas. La territorialización de la nacionalidad se manifiesta aquí en toda su dimensión: el territorio en cuestión, recientemente ocupado y todavía sin habitar, es convertido en parte de la Argentina, considerada como una persona, de modo que cada concesión es una amputación. Se entra en un camino que con facilidad lleva a la exacerbación de las hostilidades y el belicismo. Paralelamente, en la cuestión de la Antártida, en la que tanto Argentina como Chile aspiran a hacer valer sus derechos ante la comunidad internacional, que ha fijado otros criterios, es posible la colaboración, la asociación para la defensa de unos derechos hipotéticos, que también llegarán a ser conflictivos, pero que se piensa en dirimir más adelante. El conflicto suele aparecer con motivo de la migración de trabajadores chilenos y su instalación en zonas fronterizas. Este proceso social es considerado con la óptica geopolítica, en términos de penetración de extraños, aprovechando que hay una zona débil, que debe ser fortalecida y defendida. Por otra parte, Chile aparece inevitablemente en la historia de la independencia argentina, es decir en el proceso de constitución de la nacionalidad, la hora de los héroes y de los próceres. En ese momento mágico prima la confraternidad, la colaboración, en el contexto de la epopeya heroica. En la versión de los libros argentinos, esto es motivo para desarrollar el tema de la grandeza moral y la magnanimidad. La independencia de Chile fue una iniciativa argentina, desarrollada por un argentino, con la colaboración, ciertamente importante, pero subordinada, de un prócer chileno. Esta interpretación se acentuó a partir de 1950, cuando San Martín es elevado por encima del resto de los próceres. De todos modos, este momento inicial de confraternidad, más destacado aun por el desentendimiento de la historia posterior de Chile, ocupa un lugar importante, y balancea en alguna medida la historia de los conflictos territoriales. En otros campos, y siempre que no se trate de la cuestión de los límites, se puede hablar de confraternidad y de colaboración. Ella se incluye en el contexto, siempre un poco vago, del americanismo primero, y del latinoamericanismo después. Durante el gobierno peronista hubo una notable excepción a esto, con una declaración categórica de amplia solidaridad argentino chilena. Esta idea es la que se ha desarrollado progresivamente, sobre bases más concretas, en el contexto de los tratados de colaboración económica. Conclusiones Esta sistematización de los contenidos de los libros de texto -sin duda bien conocidospone de manifiesto lo hondamente arraigadas en el sentido común que se encuentran un conjunto de convicciones que -expuestas fríamente- no resisten el análisis. Pese a eso, reaparecen una y otra vez, inclusive en libros de texto de buena calidad, y escritos con excelentes intenciones democráticas, como los que se vienen produciendo en los últimos años. Por otra parte, es fácil relacionar estas convicciones con ciertos aspectos traumáticos y hasta patológicos de nuestra sociedad, que en las últimas décadas han tenido manifestaciones asociadas con el chauvinismo, el belicismo, y sobre todo la intolerancia en el propio país. De ese modo, este estudio cultural e ideológico que hemos realizado se enlaza naturalmente con un planteo acerca de la necesidad de discutir estos puntos de vista, y de modificar los libros de texto.


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DAS TEIAS DA GEOPOLÍTICA AO NOVO MUNDO DA GLOBALIZAÇÃO Tópicos da intervenção no colóquio sobre As Relações Transatlânticas Foi nos últimos vinte anos do século XIX, principalmente a partir das teorizações de Friedrich Ratzel (1844-1904), que se delinearam as teias da geopolítica. A partir de então, desenvolveu-se uma tese, segundo a qual o elemento primordial de qualquer comunidade política seria o território. Assim, Ratzel veio proclamar que o Estado seria especialmente caracterizado tanto pelo espaço (Raum) como pela respectiva posição (Raumsinn), estabelecendo algumas das chamadas leis da geopolítica: –que o espaço é factor primordial na grandeza dos Estados; –que um largo espaço assegurará a vida dos Estados; –que um grande território incita à expansão e ao crescimento de um Estado e que actua como força que imprime nova vida ao sentimento nacional; –que em todos os tempos só foi poder mundial um Estado que se fez representar em vários espaços. Conforme as suas próprias palavras, toda a vida do Estado tem as suas raízes na terra, numa terra marcada por três elementos fundamentais: a situação (Lage), o espaço (Raum) e a própria fronteira (Grenze). Estas teses vão, depois, ser desenvolvidas por Karl von Haushofer (1869-1946) que, aplicando as leis de Ratzel vai proclamar a necessidade de um espaço vital (Lebensraum), considerando até a existência de uma injustiça na distribuição do mesmo, especialmente em benefício dos pequenos Estados no cinturão Leste da Europa. A geopolítica nasceu assim no contexto do processo de unificação alemã, posterior a 1871, criando um modelo pretensamente científico que constituía mera literatura de justificação dos interesses expansionistas alemães. Se Ratzel deu cobertura à ânsia de Weltpolitik do segundo Reich, já Haushofer assumiu as angústias da Alemanha derrotada na Grande Guerra de 1914-1918, preparando, aliás, muitas das teses que serão aplicadas no terreno pelo terceiro Reich de Adolfo Hitler. É evidente que os projectos imperialistas de outras potências não podiam subscrever as terras que proclamavam que a terra é poder. Outra teria de ser, por exemplo, a postura teórica dos poderes anglo-saxónicos, desde o Reino Unido aos Estados Unidos da América, mais interessados na proclamação do sea power. Vai caber essa tarefa ao almirante norte-americano Alfred Thayer Mahan (1840-1914) em The Influence of Sea Power Upon History, de 1890, onde defende que os Estados dotados de um território com uma larga frente marítima teriam tendência para a hegemonia marítima e para serem adversários das potências terrestres. Por outras palavras, criava-se agora uma teoria que tentava justificar o desenvolvimento da marinha de guerra norte-americana, baseada numa estratégia de aliança com os britânicos e que também se baseava em factores políticos como a defesa do modelo de free trade baseado na industrialização.


Geopolítica 26 Estes dois caminhos da primeira geopolítica contemporânea representam aliás dois projectos de construção de modelos de superpotências, as quais haveriam de confrontar-se na primeira e na segunda das guerras mundiais deste século. Se na primeira foi inequívoca a derrota dos modelos de impérios centrais, já na segunda se deu uma espécie de revisão da primeira edição vitoriosa, com algumas variantes: – em primeiro lugar, tal guerra mundial, começando por ser uma espécie de guerra civil europeia, como salienta o Professor Doutor Adriano Moreira, acabou por ganhar laivos de guerra civil mundial; – em segundo lugar, porque os vencedores não foram apenas as potências marítimas britânica e norte-americana, isto é, a união federal da América do Norte (United States) e a união monárquica e democrática dos britânicos (United Kingdom), dado que outro inequívoco vencedor foi a união comunista liderada pelos russos (União Soviética) e esta última potência assumiu-se como um grande Estado Continental; – em terceiro lugar, tal guerra não acabou em 1945, dado que imediatamente se desencadeou o processo da chamada guerra fria, apenas encerrado em 1989, e que produziu tanto a emergência autonómica de um novo Estado Continental (a República Popular da China), como a constituição do chamado Terceiro Mundo, após os movimentos descolonizadores que atingiram o seu clímax nos anos sessenta. Diremos, aliás, que, em termos de linguagem geopolítica, passou a valer mais a explicação de um outro almirante, desta feita francês, Raoul Castex, para quem existe sempre uma espécie de perturbador continental, uma potência continental que decide caminhar para o mar, esse touro que as potências marítimas têm de deter, num movimento defensivo que só consegue ser eficaz quando obtém o apoio da chamada reacção orgânica do sistema internacional. Uma tese que, aliás, sempre se aplicou aos processos imperialistas de construção da unidade europeia, de Carlos V e Filipe II, em nome dos Habsburgos de Madrid, a Luís XIV e Napoleão Bonaparte, dado que em qualquer destes exemplos históricos, o perturbador foi sempre detido por uma coligação negativa de outras potências, apenas conjunturalmente aliadas, dado que as mesmas, no dia seguinte à paz, ainda entendida como mera ausência de guerra, logo continuaram o jogo dos Estados em Movimento. De qualquer maneira, tanto na sua versão de poder terrestre de cariz continentalista, como no seu momento maritimista do sea power, as teorias geopolíticas ficaram sempre presas a uma perspectiva política marcada pelo predomínio da ideia de território, entendido como condição ontológica básica do político. Estas teorias desencadearam um conjunto de falsas ideias feitas que permitiram duas terríveis guerras mundiais, atingindo-se desta forma o clímax daquele modelo de Estado Moderno entendido como mero indivíduo geográfico, conforme a expressão do estrategista sueco Rudolf Kjellen. Todos aqueles que reduziram a política a um simples espaço, confundindo os pressupostos com as causas, tanto contribuíram para as teses nazis do espaço vital como a teoria do imperialismo de Lenine. Isto é, continuaram aquele primitivismo que dá o nome de ciência a certas ideologias anacrónicas. Com efeito, a chamada geopolítica serviu para cobrir com um manto diáfano de doutrinarismos a verdade nua e crua das realidades, chamadas políticas de expansão de certos Estados que ainda se concebiam como pessoas em ponto grande e em luta permanente uns contra os outros.


Geopolítica 27 Esta geopolítica apenas fez regressar o mundo àquele estado de natureza, onde os Estados se assumiram, não como os bons selvagens, mas como os lobos uns dos outros, esses esfaimados arreganhando-se numa luta de todos contra todos. Um estado de natureza onde o direito voltou a confundir-se com o poder, onde cada um tinha tanto direito quanto o poder que detinha, num direito que, assim, passou a medir-se pela força, dado que, neste ambiente, a razão da força passou a ser mais forte que a força da razão. Foi assim que a geopolítica contribuiu para a eliminação daquele direito universal que era marcado tanto pelo jus gentium como pelo jus communicationis da respublica da pax romana e da sua sucessora christiana que nunca se esqueceram da república maior e da civitas maxima da sociedade do género humano. Assim se foi transformando o mundo num espaço de vingança privada, dominado pelo princípio das soberanias absolutas, não limitadas pela moral, pelo direito e pela natureza das coisas, dado que elas sempre foram fiéis ao lema do tem razão quem vence. Não faltaram sequer as visões ditas científicas de um Halford John Mackinder (1869-1947), no The Geographical Pivot of History, de 1904, onde se visionou a Rússia como um simples Estado Pivot, como aquele poder terrestre que poderia liderar o mundo e vencer as potências marítimas se dispusesse de transportes mecânicos dotados de rapidez e de eficiência. Uma russofobia que o mesmo autor desenvolveu em 1919, em Democratic Ideals and Reality, onde fantasiou a mesma Rússia como o Heartland da World Islanda, daquela ilha do mundo que seria constituída pela soma da Europa, da Ásia e da África. Não faltou sequer um outro escrito de 1943. The Round Worçld and the Winning of Peace, onde voltou a temer a união da Rússia com a Alemanha, estabelecendo, deste modo, um diálogo com as teses de Haushofer, então líder intelectual do plano imperialista alemão. Isto é, em pleno século XX e no auge da segunda guerra mundial, os cientistas do poder em movimento reeditavam os mitos bíblicos do monstro terrestre (o Behemot) e do monstro marinho (o Leviathan), num jogo onde milhões e milhões de homens iam efectivamente morrendo, já não como carne para canhão, mas antes como massificada pasta de alimentação para genocídios e explosões atómicas. E tudo se fazia com a higiene laboratorial das teses científicas, com as universidades transformadas em institutos auxiliares da carnificina. Porque a ilusão cientificista do positivismo dominante na modernidade continuava a tolice de separar a ciência da moralidade, a política do direito e o homem do transcendente, dessa ordem misteriosa de símbolos, onde, mesmo para aqueles que não acreditam em Deus, sempre esteve a ordem superior da natureza ou o princípio estóico do kosmos ou do mundo, entendido de forma panteísta. Por outras palavras, as teias da geopolíutica acabaram por conduzir a ciência e a racionalidade para a loucura das bruxarias, onde Hitler, Estaline e os lançadores de bombas atómicas não foram os convenientes diabos reencarnados, mas aqueles humanos, demasiadamente humanos que ousaram chegar ao sol com as suas frágeis asas de cera. Em nome da ciência deixávamos assim de praticar aquela humilde lição de bom senso que manda atingir um conhecimento modesto àcaerca das coisas supremas, bem como aquela moderação que nos diz que a própria virtude precisa de limites. Com efeito, desde os alvores do absolutismo que o político se territorializou, isto é, quando nasceu a ideia de fronteira física, quando na terra se tentou traçar uma linha entre nós e os outros, linha que, conforme a expressão de Nicos Poulantzas serviu para separar e dividir, cortar para quadri-


Geopolítica 28 cularizar, celulizar para englobar, segmentar para homogeneizar, individualizar para esmagar as alteridades e as diferenças. Era o tempo do Ocidente dos Estados, da Europa das potências, dos Estados em movimento e o mundo passou a ser uma espécie de grande teatro de operações militares e mercantilistas com os soberanos a moverem as peças de um xadrez de guerras iluministas. Todo o mundo passou a ser uma grande mapa onde se foram desenhando Estados, Estadinhos e Estadões, independentemente da vontade das populações, algumas das quais foram obrigadas a deslocações forçadas e outras, vítimas de genocídios. Era o apogeu do tal esprit geométrique que, exacerbando os territórios, esqueceu as comunidades e eliminou a dimensão espiritual e simbólica das repúblicas, em favor dos aparelhos de poder. Chegou mesmo a determinar que cujus regio, ejus religio, isto é, determinou-se que cada povo dependente até as crenças religiosas do respectivo soberano teria de seguir, porque a obediência é que faria o imperante. E assim se foi cortando o mundo em fatias estaduais, desenhadas a régua, compasso e esquadro. As populações passaram a ser pintadas com a cor dos empregados domésticos dos soberanos e estes até deixaram de ser efectivos príncipes, assumindo-se como meros pais de uma casa, ora na versão gregas de oikos despotes, ora na versão latina do dominus (o nosso dono). Isto é, as pátrias deixaram de ser uma síntese entre um chão e uma ideia e próprio chão deixou de ser um chão de sonhos, porque a pátria como raiz, reduzindo-se ao presente deixou de ter o chão moral propiciador daquelas raízes que se estendem para o passado e para o futuro. Aliás, na viragem do século XIX para o século XX, a geopolítica chegou mesmo a ser acelerada pelo determinismo das escolas do geographic enviroinment, onde se destacaram as teses de Ellen Churchill Semple, em Influences of Geographic Environment, de 1911, onde se considerava o homem como simples produto da superfície da terra: um filho da terra, pó do seu pó, mas que a terra concebeu e alimentou, impôs tarefas, dirigiu pensamentos, criou dificuldades que lhe robustecessem o corpo e lhe aguçou o engenho…. O terraquismo foi também acirrado mais recentemente pelas teses de certa vulgarização etológica, nomeadamente pelas imaginações literárias com pretensões a ciência que depois de rebaixarem a política ao reino animal, chegam mesmo a considerá-la como directa emanação de um instinto territorial. Recordar tudo isto, aqui nos Açores, nestas ilhas de terra incerta, onde terra, mar, magma e fogo são, dia a dia, desafiados pela vontade, pela razão e pela imaginação do homem, talvez seja simbólico. Recordar tudo isto neste lugar vértice de um modelo político arquipelágico, não apenas os das nove ilhas, mas também o de outras ilhas irmãs mais a sul, mas também de um rectângulo de terra a que muitos dão o nome de continente, mas que, historicamente e psicologicamente sempre se assumiu como uma ilha separada do bloco europeu pelo fosso, real e imaginário, do muro de Castela. Recordar tudo isto talvez seja didáctico. Com efeito, todos aqueles que têm exacerbado o papel dos Açores devido à sua posição estratégico, quase reduzindo as ilhas a mero porta-aviões ou a uma ponte cais entre a América do Norte e a Europa Ocidental, quase sempre esquecem que as chamadas riquezas estratégicas também geram apetites estratégicos. Todas as potencialidades estratégicas são também vulnerabilidades estratégi-


Geopolítica 29 cas se não forem ocupadas pela força material e anímica de um determinado poder político. Por outras palavras, as vantagens estratégicas dos Açores e a própria dimensão arquipelágica deste Portugal maior que nos resta são uma ilusão se forem perspectivas apenas do ponto de vista das teias do determinismo geográfico, da geopolítica e daquelas teorias estrategistas que não sabem equacionar o pode internacional de uma determinada comunidade política de forma globalista. O poder político tanto do ponto de vista dos factores internos como no plano das relações internacionais nunca foi uma coisa susceptível de um ter. O poder político em sentido global sempre foi uma relação entre variáveis complexas e só pode ser entendido como uma network structure, como uma relação de relações, como uma rede de redes, tal como só pode ser gerido através de uma instituição das instituições. Assim, o jogo do poder não se reduz ao xadrez dos Estados directores e dos Estados secundários, entendendo-se estes últimos como simples peões que a longa manus das superpotências vai movendo e comendo. Há poderes pequenos que podem assumir-se como poderes funcionais e que ultrapassam as contas da aritmética e da geometria, fazendo das fraquezas forças. Porque os pequenos poderes, segundo a mera perspectiva das forças materiais, podem transformar as respectivas vulnerabilidades em potencialidades. Aliás, as pátrias, mais do que o espaço de uma simples terra, sempre foram a emoção que os homens criaram a propósito da sua terra, da terra dos seus mortos e da terra onde nascerão os seus filhos. E nós, portugueses, dotados daquele telurismo atlântico de que falava Miguel Torga, sempre soubemos vencer os determinismos geográficos. Depois daqulea reconquista onde a fronteira sul sempre foi o espaço aberto do ermamento que ondulava como as searas, eis que passámos a ser desafiados pela fluidez do mar, eis que descobrimos que na maior parte da terra havia mar. Gerámos assim um novo espírito de fronteira que sempre nos animou a violarmos as fronteiras estabelecidas, descobrindo e semeando novos espaços e novas terras. Direi também, como Fernando Pessoa, que importa redescobrir a nossa alma atlântica, encetando o regresso a um mar oceano bem maior que o simples diálogo entre a potência marítima da América do Norte e as potências do arco atlântico da Europa ocidental. Se o Atlântico é necessariamente o Atlântico Norte, ele não é apenas o Atlântico Norte. Fomos nós que inventámos o Atlântico a caminho do Sul e as próprias ilhas dos Açores não se reduziram a simples ponto de passagem do mero diálogo nortenho. Basta recordar que por aqui passava a antiga rota do Brasil e a antiga rota da Índia que assumia o caminho da Guiné, de Angola e da Boa Esperança. Logo, a memória profunda da açorianidade pode ajudar a portugalidade a recordar que estas ilhas precisam de um Atlântico maior, transatlântico, de um Atlântico que seja mais do que um simples espaço entre terras, mediterrânico. Por aqui passou o caminho para o novo mundo de outrora, quando os portugueses assumiam a missão universal de dar novos mundos ao mundo. Por aqui pode voltar a passar o pensamento para um novo mundo que está a nascer. Para esta nova história que os homens estão a fazer. Porque não é a história, enquanto processo histórico, que faz os homens, mas antes os homens que fazem a história. Sim, são os homens que fazem a história, embora sem


Geopolítica 30 saberem a história que vão fazendo, como assinalava Alexis de Tocqueville. Porque a história acontece, feita por homens que nunca se repetem, através de acontecimentos que também nunca se repetem. Ela sempre foi mais produto da acção dos homens do que da intenção programática de certos homens. Importa assinalar que depois de 1989 se tem assistido a um importante choque teorético no sentido da compreensão da nova ordem internacional. Desfeitas as visãoes de uma restrita geopolítica, cuja fogueira fantasmagórica ainda foi alimentada pelos debates ideológicos da guerra fria e abandonadas as teses do fim da história, autores como Walker [1990 e 1993], Allan e Goldman [1992], Hogan [1992], Tucker [1992], Edmond Jouve [1992], Badie e Smouts [1992], Baldwin [1993], Beschloss e Talbott [1993], Campbell [1993], Moynihan [1993], Rothgeb [1993], Amin [1994], Jim George [1994], Booth e Smith [1995], Joshua Goldstein [1995], Holm [1995], Kegley [1995], Kratoschwill e Lapid [1995], Robert Art [1995], Snow e Brown [1995], Kazancigil [1980], Krasner [1985], Lane [1988], Thompson [1988 e 1995], Easton [1988], Frieden e Lake [1991], King e Schneider [1991], Kuttner [1991], Gilbert [1992] e Brzezinski [1993] e tantos outros tratam de recupera as antiquíssimas ideias da globalização e da sociedade do género humano. E mesmo em Portugal surgiu pela primeira vez, em 1996, uma Teoria das Relações Internacioanais, da autoria do Professor Doutor Adriano Moreira, onde, de acordo com a autonomia do nosso pensamento se quis pensar o mundo em torno do tópico do poder dos sem poder. Com efeito, depois de 1989, comprimiu-se de maneira radical a margem de manobra dos factores internos de poder, de tal maneira que o sistema político quase deixou de ser uma consequência da soberania e, no plano interno, corre o risco de tornar-se mero subsistema, face à economia globalizada e à própria internacional das sociedades civis. E, face ao desafio de tal mundialização, a reflexão sobre o fenómeno político, libertando-se daqueles quadros que pareciam permanecentes, foi obrigada a ter uma espécie de saudades do futuro, dado que, para conseguir entender-se o nascimento do amanhã, teve de voltar a peregrinar-se pelas origens, a fim de se ultrapassar certa ditadura de um pretenso processo histórico que acompanhava o gnosticismo da modernidade. Com a queda do muro de Berlim em 1989 e o subsequente colapso do sovietismo ruiu a velha ordem mundial estabelecida pelos vencedores da Segunda Guerra Mundial em Teerão, Yalta, Potsdam e São Francisco. A tal ordem mundial ainda estabelecida pelo conceito mecânico da paz como mera ausência de guerra e que viveu, durante quase quatro décadas segundo o ritmo da bipolarização da guerra fria e que atingiu a dimensão dramática do equilíbrio pelo terror. Mas as ilusões do fim da história foram imediatamente desfeitas com a emergência da questão do Golfo, em 1990, que levou à operação Tempestade no Deserto do ano seguinte. Logo verificávamos que, afinal, não havíamos atingido o gnóstico estabelecimento de uma nova ordem mundia. Continuávamos em regime de autêntico pandemónio e, em muitos casos, vivíamos o regresso da história que, muitas vezes, se traduzia num retorno ao tempo da Grande Guerra. O regresso da balcanização e das teocracias levava até que, em plena Europa, com a guerra da Bósnia, se mostrasse à evidência, como o político ainda não conseguia pacificar as relações do Estado com a Nação e se mostrava incapaz de conter as explosões do transcendente nos meandros da cidade dos homens. Esses acontecimentos do fim da década de oitenta, desde a ascensão de Gorbatchov à queda do muro de Berlim, com a imediata implosão da URSS, foram até menos causa do que consequência de algo que tem sido qualificado como revolução global e que o Professor Adriano Moreira, há mais de duas décadas, na senda de Teilhard de Chardin, teorizou como a lei da complexidade crescente nas relações internacionais, pela multiplicação das dependências e interdependências que é


Geopolítica 31 acompanhada por uma também multiplicação quantitativa e qualitativa dos centros de decisão, movimento de contrários, ou, melhor dito, de distintos, que geraria novas formas políticas, os grandes espaços, bem como órgãos supranacionais de diálogo, cooperação e decisão. Numa convergência acompanhada por uma divergência que exigiria uma nova unidade, assistindo-se tanto a uma planetização dos fenómenos políticos, com a consequente marcha para a unidade do mundo, como a uma dispersão, a uma fragmentação, a uma multiplicação quantitativa e qualitiva dos centros de decisão, nomeadamente com a progressão quase geométrica do número dos Estados e dos organismos internacionais. Essa aparente contradição (por um lado, a crescente mundialização, e por outro, as exigências opostas da diversificação que, por exemplo tem levado a que no tempo dos grandes espaços se viva, simultaneamente a idade dos nacionalismos), constitui, aliás, o mais evidente sinal do complexo. Porque é complexo tudo o que é mistura de contrários. E porque, do complexo só poderemos sair, não pela vitória de um pólo sobre o outro, através da antítese vitoriosa sobre a tese, a que se seguiria uma síntese, mas sim pela harmonia. A superpotência URSS não era suficientemente poderosa para ser autárcica. Podia ter SS20, mas deixou que um simples Cessna aterrasse na Praça Vermelha. Podia ter iniciado com o Sputnik e, depois, com Gagarine, a era da astronáutica, mas não sabia produzir transistores nem máquinas fotocopiadoras. Era suficientemente poderosa para amedrontar o mundo com as bombas termonucleares, mas não conseguiu domar os mujahidini no Afeganistão nem ainda hoje consegue controlar os tchetchenos, tal como os norte-americanos não conseguiram aguentar o voluntarismo dos guerrilheiros vietcong. O primeiro dos sinais de convergência no sentido do mundialismo foi, sem dúvida, a grande revolução técnico-científica. Uma revolução científica que já não é apenas a mera continuidade da Revolução Industrial do século XIX, isto é, a mera exploração da massa pela energia, ou a exploração da natureza pelo homem, mas antes uma revolução das tecnologias da informação, que conhece a lei da entropia, descoberta por Rudolf Clausius nos finais do século XIX, a existência de uma nova grandeza variável da energia ... a quantidade de energia que, sendo gasta numa mudança, é irrecuperável pelo sistema e fica para sempre na zona do desperdício no balanço da energia do Universo. Basta recordarmos, em termos de teorias estratégicas, que as tradicionais contraditas entre os defensores do poder terrestre e do poder marítimo foram superadas pelo aparecimento do poder aéreo e, mais recentemente, com a chamada Iniciativa de Defesa Estratégica, a guerra das estrelas, pelo anúncio do poderes supra-terrestre, supra-marítimo e supra-atmosférico, que deixaram de ser um exclusivo da ficção científica Outra das fundamentais vertentes da revolução global é a revolução dos mercados. Primeiro, com o reconhecimento do homem como animal de trocas, de mercadorias e de serviços, aquela revolução do doux commerce, na qual muitos profetizaram a inevitabilidade das armas da paz se substituírem às armas da guerra. Aquela revolução pacífica que leva muitos a citarem os exemplos da Alemanha e do Japão que, depois de derrotados, há cinquenta anos, se assumem hoje como os novos senhores do mundo, sem terem de investir em defesa e segurança. Podem não ser superpotências, não têm assento permanente no Conselho de Segurança da ONU, mas fazem parte do Grupo dos Sete. Contudo, a revolução dos mercados, assume hoje novo sentido com a emergência da chamada geofinança, dessa network structure dos fluxos financeiros diários que passam pelas bolsas de valores de todo o mundo, e onde, minuto a minuto, podem pôr-se em causa empresas, moedas, países ou


Geopolítica 32 grandes espaços. Um quase esotérico sector, onde apenas parecem saber operar dez grandes holdings de peritos capazes de dominarem os segredos desse processo, esses novos poderes que, segundo Bouthros Bouthros-Ghali, transcendem as estruturas estaduais, gerando um poder mundial que escapa aos Estados.. Basta salientar que os três primeiros fundos de pensões norte-americanos a Fidelity Investments, o Vanguard Group e o Capital & Research & Management controlam dez vezes mais dólares que os conseguidos em Dezembro de 1994 pelo tesouro norte-americano, o Banco Mundial e o FMI para ajudarem a moeda mexicana O mais importante dos novos poderes passa, assim, por esse fluxo da geofinança que tem as características do imediatismo, da desmaterialização, da permanência e do planetário, ao mesmo tempo que ressurgem formas de inconsciente colectivo, marcadas pelo revivalismo dos rumores, dos receios e da pópria fé das bruxarias, típica das sociedades de casino, dessa nova religião dos mercados que tem como missionários militantes os descendentes dos yuppies. A figura dos corretores aventureiros chega mesmo a substituir a dos garimpeiros e dos achadores de volfrâmio e a realidade quase se transforma numa ficção folhetinesca de telenovela, aproximando-se de muitos dos meandros do romance de Dona Branca. Podem reunir-se, sob os holofotes televisivos, os líderes das superpotências ou dos G7 bem como as cimeiras da NATO ou da CSCE, mas não se conhece o rosto dos mestres do mercado, desses novos predadores, para quem sentidos como os da justiça e da honra parecem não contar. A este respeito, importa sublinhar que revolução dos mercados foi sobretudo o processo de livre circulação dos capitais, precedido pelo processo da desregulação e das privatizações. A economia desmaterializou-se. O poder deixou de residir nos elementos materiais, nos factores de produção da teoria marxista, como eram a terra, os recursos naturais e as máquinas, e passou a assentar em factores imateriais, como o conhecimento científico, a alta tecnologia, a informação, a comunicação e as finanças. O poder transformou-se numa rede de poderes, deixou de ser uma coisa, um patrimonium, um ter e passou a ser uma relação, uma rede de muitos micropoderes, onde os novos mestres predadores e conquistadores já não são os detentores dos factores de produção nem os organizadores da era dos managers, mas sim os efectivos manipuladores da rede que conseguem por todos os meios a necessária inside information. Todos este novos grupos escapam a anteriores formas de representação e de legitimação política e social e desprezam o bem mais precioso de qualquer democracia, aquela informação que permite a consolidação de uma opinião crítica. Aliás, os novos poderes têm com eles legiões de aliados e colaboracionistas, desde os quadros da tecno-ciência que trabalham para incorporar o avanço da técnica nos novos produtos e serviços - os quais estão a tornar caduco o tradicional conceito de universidade, dado configurar-se como um grupo cada vez mais cosmopolita que tende a depender mais das multinacionais do que dos subsídios estaduais, às tecnoburocracias dos Estados e das organizações internacionais -, até porque os gestores de alto nível tendem a ser educados nas mesmas escolas e nas mesmas universidades que mantêm a educação permanente, passando pelos criadores de símbolos, nesse conúbio entre os universitários e os opinion makers; paralelo à própria entrada dos grandes media no sistema dominante Já não temos as sete irmãs das multinacionais petrolíferas, das grandes famílias que dominavam o tempo das trocas de mercadorias do auge da revolução industrial. Passámos para a sociedade da


Geopolítica 33 informação. Para uma informação que não se consome, como acontecia com o petróleo ou a alimentação, mas que se cria pelo uso. Assistimos assim a uma revolução da informação que se traduz na uniformização e à ubiquidade da mesma que transformou todo o mundo numa aldeia global onde vale mais a foma do que a substância, o continente do que o conteúdo. O homem massa passou, de simples auditor, a informe audiência, e grupos mais poderosos que os próprios Estados tratam de manipular aquilo que era o bem mais precioso da isegoria. Se há transmissão de dados à velocidade da luz, se se deu a banalização dos satélites de telecomunicações, se as auto-estradas da informação tocam no mais pequeno computador doméstico, eis que temos apenas duas cadeias planetárias de televisão, a Cable News Network de Ted Turner e a Music Television que alteram os costumes, as culturas, as ideias e os debates. Temos, sobretudo duas agências de informação audiovisual, a Worldwide Television News (WTN) e a Visnews, que todos os telejornais do mundo vão diariamente reproduzindo. Outra das revoluções globais tem a ver com a revolução demográfica, com o aumento da população do mundo e com alteração quantitativa na relação entre grupos étnicos, falando-se, a propósito, nas bombas demográficas do sul relativamente ao decréscimo da população branca. Com efeito, a população mundial que se manteve estável dos tempos de Cristo ao ano mil, multiplicou-se por vinte neste último milénio. Mas nestes últimos cinquenta anos o multiplicador entrou em ritmo quase febril. Se em 1939 havia 2 195 milhões de homens, esse número passou para 4 453 milhões em 1980 e para 4 842 em 1985, prevendo-se que atinge os 6 127 milhões no ano 2 000 e que atinja os 8 177 milhões em 2 025. Actualmente em cada cem homens, há 22 chineses, 20 membros do subcontinente indiano, 10,2 europeus, 5,7 da antiga URSS, 5,5 da América do Norte, 11,4 africanos, 8,4 da América Latina. Mas se atendermos à distribuição da riqueza, verificaremos que quatro quintos da riqueza mundial cabe a uma sétima parte da população do mundo, contribuindo assim para a destruição de outro dos valores básicos de qualquer comunidade, a isonomia. A mistura destas revoluções podia dar a esperança dos novos poderes, dos guerreiros do conhecimento, dos analistas de símbolos e soldados de software, com o apelo aos recursos humanos e à educação como paixão ou prioridade das prioridades. Mesmo os novos media, como o telefone satélite e os microcomputadores, poderiam fazer o apelo ao small is beautiful. E o doce comércio até parecia poder submergir a violência da guerra. Contudo, como assinala o Professor Adriano Moreira, o tempo acelerado das mudanças políticas subsequentes ao processo da revolução global, não foi acompanhado por uma paralela revolução cultural. Porque, se as revoluções parcelares se fazem no curto prazo, já as revoluções culturais e morais exigem sempre um tempo demorado, um médio e um longo prazo. Diremos, a concluir, que também aqui nos Açores, pensando em português, para bem de Portugal que não podemos sucumbir àquela tentação do pensar baixinho que marca certos líderes de opinião, influenciados pelas sucessivas traduções em calão com que nos vão colonizando, pela recepção do pensamento único de certo mundialismo que não entende a concepção atlântica dos portugueses. Porque, para nós, o Atlântico e o atlantismo nunca se puderam reduzir a um sistem fechado imposto pela falta de horizonte do espírito geométrico e das teses gnósticas da geopolítica. Para nós, o Atlântico sempre significou passagem para o abraço armilar. Nós que desbravámos as tormentas e que entendemos o plus ultra do mais além, como o mais além ainda de uma índia que não vem nos mapas, nunca nos deixámos limitar pelos fantasmas do Adamastor. Fomos nós que


Geopolítica 34 abrimos as portas da boa esperança para os oceanos morenos e que, com Fernão Magalhães, rompemos os estreitos que permitiram a circum-navegação e o consequente entendimento da terra como uma esfera que gira à volta do próprio eixo e em torno do sol. Foi pelo Atlântico, a caminho do Sul, do Norte, do Leste para Oeste e de Oeste para Leste, que excedemos a Europa para cumprirmos a Europa. Que saímos de Portugal para servirmos o mundo, para sermos mais universais e, logo, mais portugueses. Que o Atlântico nos dê alento para irmos além do Atlântico. Para quebramos os mero bilateralismo do diálogo entre as margens ptolomaicas de um pretenso fim do mundo e nos lançarmos no multilateralismo e no universalismo. Se esse for o sentido da expressão relações transatlânticas, entendidas como via para uma nova compreensão da ordem mundial, valeu a pena este convívio de ideias. Porque como dizia o nosso Fernando Pessoa: quanto mais ao povo a alma falta, mais minha alma atlântica se exalta.


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