Domingo de Paz desde El Portal de Belén
En este domingo, que se ve enlutecido por los irracionales atentados que tuvieron lugar durante la noche del pasado viernes 13 en París, muchos nos preguntamos cómo reaccionar, cómo seguir viviendo … Estos homicidios tienes su raíz en un odio insensato. Son terroristas, precisamente porque quieren difundir el terror. Entonces, si nos dejamos aterrorizar, habrán alcanzado su primer objetivo. Esta es una razón, para resistir con coraje y decisión a la tentación del miedo y del odio. Pero ante todo, es un llamado a continuar viviendo, y no de cualquier modo, sino reafirmando el proceso de la paz y la confianza recíproca. Cuestiones que no son automáticas, ni sancionables mediante decreto alguno, sino que surgen, como fruto de un trabajo colectivo de la sociedad y de cada uno de nosotros. Sabemos que no es sencillo. La vida no es fácil, pero es hermosa. Afortunadamente, contamos con muchos testimonios que ratifican esto. Siempre, y mas ahora, es bueno acudir a ellos, precisamente para inspirarnos y caminar con mas confianza en nuestra misión. ¿Por-que no con letra y música? Adonde quiera que voy
Adonde quiera que este
En mi silencio interior
Adonde quiera que este
Yo siempre escucho tu voz
Yo siempre te encontraré
En mi silencio interior
Hablándome para bien
Yo siempre te encontraré.
Tu eres mi ser superior Tu nombre brilla en la luz
Por alcanzarte yo voy
Tu eres mi nube de paz
El eco lo hace sonar
Tratando de dar amor
Eres la sombra que da
Y desde el norte hasta el sur Por entre el frío de hoy
Eres la luz que detrás
Parece todo abarcar Adonde quiera que voy –
Alumbra la inmensidad Adonde quiera que voy Adonde quiera que voy
Miguel Cantilo
Adonde quiera que este
Querido lector, nos despedimos de la columna petrina, con una invitación
para hacer de este, nuestro mundo, uno mejor, se anima? La propuesta es empezar por cada uno de nosotros, con algo muy sencillo: llevando a cabo la “Regla de Oro”, aquella que reza 'Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti'. Que es, tratar al prójimo que nos gustaría ser tratados. Simple, contundente y renovadora. Si tomamos medidas con esta regla, estaremos siendo partícipes del proceso de la Paz, objetivo justo y necesario para mejorar nuestra humanidad.