El valor de los Oficios Artesanales y la Artesanía de las Islas Canarias. (Guía para el profesorado)

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EL VALOR DE LOS OFICIOS

ARTESANALES Y LA ARTESANÍA

DE LAS ISLAS CANARIAS.

Realiza (2024): Cabildo de Tenerife

Empresa Insular de Artesanía S.A. Artenerife. Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife. MAIT

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3 Índice: La artesanía: comprender el pasado para entender el presente. 4 1.Conceptualización y comprensión de la artesanía 4 2. Origen de la artesanía en Canarias ..................................................................... 9 Las Raíces Prehispánicas:................................................................................... 10 La Influencia Europea: ........................................................................................ 11 Los hitos modernos ............................................................................................ 13 Situación actual 17 3. Los oficios Artesanos de Canarias 24 4. El museo y la artesanía...................................................................................... 26 La función del museo ......................................................................................... 27 ............................................................................................................................ 27 La importancia del contexto expositivo 31 5.Conclusión 43 6.Referencias 44

La artesanía: comprender el pasado para entender el presente.

“Por su obra se conoce al artesano.”

1.Conceptualización y comprensión de la artesanía

La artesanía, con su rica historia y su evolución constante, ha adquirido distintas definiciones a lo largo del tiempo, reflejando su relevancia y su impacto en las distintas sociedades a lo largo de los siglos. Este arte milenario ha sido estudiado y analizado desde una amplia gama de disciplinas, incluyendo la economía, el arte, la sociología, la historia y la antropología, todas las cuales aportan distintas perspectivas y enfoques a nuestra comprensión de la artesanía.

La artesanía se define comúnmente como una actividad en la cual la persona artesana, con su destreza y su creatividad, transforma los materiales de su entorno como la madera, la arcilla, los textiles o metales en un producto terminado. Este producto pasa por un meticuloso y detallado proceso de producción que no sólo satisface ciertas necesidades prácticas, sino que también le otorga un valor estético y cultural. Muchos autores contemplan la artesanía como una poderosa expresión de identidad cultural, que desempeña un papel crucial en la transmisión de conocimientos y técnicas tradicionales, así como en el desarrollo socioeconómico de la comunidad local. (Orellana, M, 2002)

Sin embargo, hay otros autores, como Roxana Amarilla, que sostienen que la artesanía va más allá de una simple expresión cultural y argumentan que ésta representa un espacio de resistencia cultural, por lo que hay que

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interpretarlas y consumirlas de manera responsable (Echenique, A., 2023).

Según esta perspectiva, la estrecha relación entre la artesanía y lo local forma un escudo protector contra la homogeneización y la estandarización que suelen asociarse con los procesos de globalización e industrialización que afectan a los objetos y elementos culturales.

Otros autores, como Clara Passafari (1974), presentan argumentos convincentes de que el progreso y la evolución de las artesanías en una sociedad pueden ser un reflejo tangible del refinamiento de su sensibilidad. Aquí, es importante destacar que la sensibilidad no solo se entiende como una habilidad individual para apreciar el arte o lo que nos atrae a nivel estético. Va más allá, siendo también la capacidad colectiva de una sociedad para comprender y apreciar los contextos sociales y culturales intrincados detrás de las artesanías. De esta manera, las artesanías representan más que simples objetos; encierran una red compleja de conexiones y "sensibilidades" sociales. El proceso de creación artesanal puede estar intrínsecamente relacionado con el reconocimiento de la importancia del patrimonio cultural, la promoción de la educación, o incluso la interacción y relación respetuosa con el entorno natural. Es por ello por lo que la artesanía puede ser considerada como un espejo de la sociedad, reflejando sus valores y evolución.

En el caso de Jorge Fernández Chiti (2003), se evidencia que la artesanía tiene características únicas que se reflejan en cada obra creada, diferenciándola de las manualidades o del arte. La artesanía tiene un carácter manual, pero no se debe confundir con las manualidades. Se refiere más bien a la habilidad del artesano para crear con sus manos, aunque esto no excluye el uso ocasional de herramientas o máquinas (p. 18).

La artesanía tiene un fin práctico y funcional, cubriendo necesidades desde las más básicas, como la creación de un mantel de calado para proteger

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una mesa, hasta su uso decorativo o su inclusión en un nivel artístico, en un cuadro, ritual religioso o costumbre folklórica. El objeto artesano tiene una intencionalidad no solo funcional, sino también estético-decorativa-tradicional. Esto a menudo confiere al objeto una tipicidad y una durabilidad en el tiempo. Por lo tanto, es importante entender la seriación de los productos artesanales. La creación de una pieza no es inmediata debido a su naturaleza manual, lo que contrasta con el proceso de trabajo industrializado.

Octavio Paz propone una visión que no es tanto una conceptualización de la artesanía en sí, sino una ratificación de la visión de la artesanía. No la ve como un elemento estancado en el tiempo, sino como un elemento que no sigue un recorrido lineal en una cronología histórica. En sus palabras, Paz afirma que “en realidad, la artesanía no tiene historia, si concebimos la historia como una serie ininterrumpida de cambios. Entre su pasado y su presente no hay ruptura sino continuidad.” (1979, p. 17).

La persona artesana, en su singularidad, comprende el pasado, el presente y el futuro, y es capaz de reflejar estas dimensiones temporales en su obra. De esta manera, la artesanía es “tradicional pero no histórica, atada al pasado pero libre de fechas, (...) El artesano no quiere vencer al tiempo sino unirse a su fluir” (Paz, O, 1979, p. 17). Por lo tanto, el papel de la persona artesana es vital en la artesanía. No sólo porque es la persona que da forma al objeto, sino también porque en su trabajo se refleja una comprensión del tiempo y la historia que trasciende la linealidad y la cronología. A través de su trabajo, el artesano se une al fluir del tiempo, creando objetos que, aunque estén enraizados en el pasado, son al mismo tiempo libres de las restricciones del tiempo.

Incluso autores como Kamaladevi Chattopadhyay (1969) se desvían completamente de la concepción de artesanía, desprendiéndose de todos los

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elementos históricos, antropológicos, económicos o sociológicos. En cambio, presentan la artesanía como una actividad humana fundamental, una idea que otros autores también confirman, pero “en realidad la considera más coherente, más penetrante como elemento de comunicación que los mismos idiomas” (p. 15). Por consiguiente, la artesanía es un recipiente y amplificador de la cultura de una sociedad. Revela un carácter universal en el que la comunicación es un factor importante, ya que las obras artesanales son muestras culturales que nos permiten entender las sociedades, tanto extintas como actuales. Además de revelar particularidades históricas de la sociedad, autores como Franz Boas argumentan que cada cultura es un todo único. Por lo tanto, no debemos comparar los productos culturales con los de otras culturas.

Aunque hay coincidencias, cada cultura tiene su propio proceso evolutivo y desarrollo en el tiempo.

Si bien es cierto que hay elementos universales que hacen que la artesanía sea más universal que los idiomas, debemos entender que cada cultura tiene su propio proceso. Dentro de estos factores universales, existen características particulares de cada cultura que las hacen únicas.

A nivel internacional, la UNESCO define la artesanía de la siguiente manera:

"Los productos artesanales son aquellos producidos por las personas artesanas, ya sea completamente a mano, o con la ayuda de herramientas manuales o incluso de medios mecánicos, siempre y cuando la contribución manual directa de la persona artesana continúe siendo el componente más importante del producto terminado. Se producen sin restricciones en cuanto a la cantidad y se utilizan materias primas procedentes de recursos sostenibles. La naturaleza especial de los productos artesanales radica en sus características distintivas, que

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pueden ser utilitarias, estéticas, artísticas, creativas, culturales, decorativas, funcionales, tradicionales, simbólicas y social y religiosamente significativas" (1997).

Ley 3/2001, de 26 de junio, de Artesanía de Canarias, para los efectos de la presente ley: “Se considerará artesanía a la actividad económica que involucre la producción, transformación o restauración de bienes de valor artístico, funcional o tradicional. Esta actividad se realiza mediante procesos con predominante intervención manual, y la utilización auxiliar de maquinaria no altera su naturaleza de producto final manufacturado e individualizado.”

Por lo tanto, es evidente que la concepción de la artesanía es dinámica, fluctuando y cambiando con el tiempo, la sociedad, y los diversos investigadores que la estudian. Sin embargo, una cosa es clara: la artesanía no se limita a una sola esfera de la sociedad o a un único marco conceptual. Debe considerarse como un fenómeno multifacético que combina diversas características y elementos. Para entenderla plenamente, debemos examinarla desde sus diferentes perspectivas - social, cultural y patrimonial, y considerar no sólo al artesano y la idea de la artesanía, sino también las transformaciones y contextos en los que se produce.

Es crucial interconectar estos diferentes aspectos para obtener una visión más completa y enriquecedora de la artesanía y su importancia para los actores sociales. También es una expresión de la sensibilidad y creatividad de las personas artesanas. Por lo tanto, es esencial que sigamos valorando, protegiendo y promoviendo este sector, no sólo por su valor estético y cultural, sino también por su contribución a la economía local y al desarrollo sostenible.

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2. Origen de la artesanía en Canarias

Es importante destacar que la artesanía en Canarias es un excelente reflejo de los procesos culturales que se han desarrollado en las islas. La artesanía canaria puede clasificarse en base a varios hitos históricos y sociales, lo que demuestra su multifacética naturaleza. Además, representa un compendio de elementos culturales tricontinentales y préstamos culturales, que han incorporado influencias de diversos orígenes: las culturas norteafricanas, como la cultura amazigh; las europeas; y también la profunda conexión que existe con Latinoamérica.

Esto queda explicado por Pilar Hernández Gonzalo:

“Por su posición geográfica de Canarias ha sido un enclave de diversas culturas, como la europea, que pasó por Canarias rumbo a América y África. Las costumbres de estas culturas influían en la artesanía canaria. Por otro lado, muchos canarios viajan a América y llevan con ellos sus costumbres y utensilios, sobre todo en las rutas de Cuba, Campeche y Cumaná, aquí, se fundan varias poblaciones, desde el Norte: S. Antonio de Tejas, hasta el Sur de América, Montevideo. De esta forma se explican los americanismos en Canarias y canarismos en América” (1988, p. 19)

De esta forma, las Islas Canarias han servido como caldo de cultivo de muchos procesos culturales y que de esta forma muchos de los resultados obtenidos en las islas se han exportado a otros lugares, no a modo de exportación de productos como el calado a Europa, cómo expone Ana Margarita (2020) siendo labores reconocidas en países como en Inglaterra, Francia o Alemania. Pero también en la exportación de los sistemas de producción y la tradición artesanal al continente americano.

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Cómo expone nuevamente Ana Margarita:

“En Latinoamérica, el legado patrimonial de Canarias es inmenso. Así lo atestigua la colección patrimonial de encajes del Museo de la Historia del Traje en Buenos Aires. A esta pertenecen distintas piezas de los llamados “soles de Tenerife”, término usado para referirse a las rosetas de Tenerife.” (p.14, 2020)

Todos estos logros se han alcanzado conservando siempre la esencia del carácter insular de las islas. Las personas artesanas han logrado perfeccionar la artesanía canaria a través de su adaptación al entorno y su profundo conocimiento del medio ambiente y las materias primas disponibles. Han sabido trabajar materiales como maderas, fibras vegetales, piedra o arcillas, cada uno con su propio proceso y técnica característica, demostrando así su ingenio y su respeto por la naturaleza. Esta relación simbiótica con el entorno es uno de los aspectos más valiosos y distintivos de la artesanía canaria.

Las Raíces Prehispánicas:

Algunas formas de artesanía nos conectan directamente con el pasado de la isla. Las primeras manifestaciones artesanales se atribuyen a los aborígenes de las islas, a quienes muchos autores, como Francisco Ossorio (1989), las determinan como la artesanía de "autoconsumo". Gracias a los vestigios que perduran, como la cestería o la alfarería tradicional sin torno, no solo apreciamos la artesanía como restos arqueológicos, sino también como evidencia de una cultura con un sólido conocimiento del entorno y una fuerte conexión con el mundo natural y aborigen.

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Es importante destacar una peculiaridad que persiste desde la época de los aborígenes: la adaptación de la artesanía a cada medio. Este proceso relacional resultó en peculiaridades específicas de la artesanía de cada isla, mostrando diferencias incluso dentro de una misma isla. Aquí es donde el objeto "testigo" cobra importancia, demostrando que no es producto del azar, sino un testimonio de una sociedad, un creador y diferentes características, como expone Jean Gabus (1965).

La Influencia Europea:

Muchos investigadores ven este hito como el inicio de la artesanía "contemporánea" canaria, distinta de la aborigen. Los colonos trajeron nuevas habilidades que, con su asentamiento y el proceso de hibridación cultural1 , introdujeron nuevas técnicas, prácticas, procesos y materiales. “El nuevo establecimiento poblacional del siglo XVI, en diferentes culturas y modos de trabajar los materiales para conseguir las manufacturas artesanas, dio un lugar a un mosaico de productos (…)” (Cabrera, M et al., 1994, p. 14). Estas nuevas técnicas se entrelazaron con el tejido social existente y las características de la artesanía ya presente. Este entrelazamiento resultó en un aumento exponencial de diferentes productos. Además de su funcionalidad específica, el factor estético impulsó la innovación en los diseños y su refinamiento. Este hecho fue reforzado por la aparición de nuevas instituciones que estaban emergiendo en aquel entonces. “Este sistema de producción comenzó al mismo filo de las conquistas, y consta en actas de los diferentes cabildos la preocupación pública que se otorgaba al hecho de que llegaran artesanos a las islas" (Ossario, F, 1989, p. 13). Estas figuras artesanas y su profesión desempeñaban un papel fundamental en la estructura y fundamentación de

1 Hibridación cultural: es el fenómeno donde se realizada un intercambio de elementos culturales de diferentes culturas o sociedades. En este proceso dinámico se crea una nueva y única expresión cultural, identidad, práctica o ritual.

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esta nueva sociedad que se estaba desarrollando en las Islas Canarias. Siendo estas personas vitales para la economía y la formación de la comunidad, proporcionando servicios y productos esenciales para la supervivencia y el crecimiento de la sociedad.

José Manuel Hernández Hernández (1997) señala que uno de los factores que propició la proliferación de la artesanía en las islas fue su carácter archipelágico y su distancia del continente europeo. Esto hacía que traer productos a las islas resultara costoso y tardado. Estos productos, como utensilios domésticos, herramientas de labranza, ropa o materiales de construcción, eran necesarios para la vida cotidiana de los habitantes de las islas. A pesar de la existencia de una gran cantidad de materias primas de alta calidad en la isla, como la madera, había otros materiales, como los metales, que no estaban presentes. De este modo, se estableció un proceso de aculturación2, donde se conservaban las prácticas con valor utilitario y funcional.

La sociedad seleccionó elementos artesanales, favoreciendo aquellos que mejor se adaptaban a las necesidades de la sociedad canaria y a su nuevo sistema de producción. De esta forma, la propia sociedad canaria fue generando otros modelos de artesanías, donde José Sixto (2022) expone cómo los diferentes grupos sociales y el comercio fueron influenciado una bifurcación de las producciones dentro de “lo canario”, siendo estas relacionadas con las clases sociales donde una era rústica y funcional. Donde el sistema estaba basado en la agricultura y en el autoabastecimiento. De este modo, empezaron a surgir artesanías destinadas a la economía circular local, ya sea a través de pagos o trueques, donde entran las artesanías relacionadas con las diferentes materias primas, la madera ( albardería, carpintería de ribera, carpintería

2 Aculturación: proceso por el que individuos o grupos de personas adoptan y asimilan elementos de una cultura diferente a la propia, que suele tener un periodo de negación y de adaptación.

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tradicional, ebanistería, picadillo canario), la piedra (cantería, pedrero), las fibras vegetales ( cestería: de caña, de colmo, de miembro, palma, de pírgano y de caña), barro (alfarería), textil (calado, bordado, tejeduría) o metal (cuchillería). Por otra parte, el autor destaca otra muestra de “lo canario”, algo más selecto, para clases pudientes y para la exportación, donde se les dio mayor énfasis a los elementos relacionados con lo textil, como el bordado o el calado.

Los hitos modernos

Nuevamente, las Islas Canarias han experimentado una serie de transformaciones sociales, impulsadas principalmente por factores externos. Aunque inicialmente estas transformaciones se percibieron como avances sociales, también dieron lugar a diversos problemas. Además, generaron un debate entre las diferentes esferas sociales y configuraron tanto las amenazas como las oportunidades para la artesanía en las islas. Por lo tanto, para comprender la artesanía canaria, es esencial entender los hitos modernos que han afectado no solo la economía o el consumo, sino también la identidad cultural de la sociedad canaria.

El complejo de souvenir

La expansión del comercio y el auge del turismo han impulsado la producción artesanal, especialmente en la elaboración de souvenirs y objetos decorativos. Por consiguiente, la artesanía se encuentra en un punto de inflexión, alimentada por el turismo que fomenta su producción.

Inicialmente, esto resultó en un aumento de la artesanía, pero también desvirtuó su autenticidad. A pesar de que no se descarta la creatividad en la producción de un producto, el turismo excesivo y la mercantilización han alejado la artesanía de su concepción más purista. Esto ha llevado a una

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pérdida de su sello de calidad e identidad, dificultando su distinción de otras artesanías, como señala Estévez y Henríquez (2012). Por tanto, el souvenir ha llegado a ser considerado un elemento distinto de la artesanía.

De esta forma, como explica la antropóloga Sonia Hernández González:

“Pero si bien el turismo ocupa un lugar central en la dinámica de la actividad artesana, generalmente también se suele olvidar que los locales son los otros importantes consumidores de artesanías. Sin duda con fines simbólico-culturales diferente, los locales- especialmente los estratos de clase media urbana- siguen comportamientos similares a los de los turistas.” (p. 87, 1998)

En este sentido, vemos cómo los factores exógenos3, en particular el comportamiento de consumo de los turistas, han influido en el imaginario social de los locales. De esto surge la gran influencia en cómo nos perciben los "otros", ya que toman la realidad, en este caso la expresión artesanal, y la descontextualizan hasta distorsionarla, dejando solo un vago recuerdo de la muestra original. El problema surge al intentar redirigir esta "recreación" artesanal, que a menudo tiende a homogeneizar y universalizar la artesanía de todo el archipiélago, olvidando las características que unen y también las que diferencian la artesanía y el buen hacer de la persona artesana de cada isla.

Así, de esta recreación surge el souvenir, un objeto de consumo industrializado y enmascarado:

“A la vez que se transmite una supuesta imagen simbolizada del área de atracción turística, con la ventaja -ausente en el resto de los medios de promoción- del hecho a mano como forma de autenticidad,

3 Factores exógenos: elementos que originan desde el exterior y afectan a un sistema determinado. Son variables que no pueden ser controladas e influyen en el sistema de manera no intencional.

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los nuevos estereotipos son asumidos y transmitidos en la enculturación4” (Santana Talavera, A; 1993, p. 2-3,).

Con ello, este tipo de recreación, que se asimila y se entrelaza con los elementos tradicionales, ha logrado expandirse hacia nuevas esferas de la vida cultural y social, como los festejos, la identidad cultural y la representación de la sociedad en su conjunto. A pesar de que se asocian con una idea tradicional, estos objetos carecen de una contextualización histórica-antropológica precisa y rigurosa. Se presume que existieron en un tiempo determinado, pero en realidad, no hay evidencia concreta de que así fuera. Sin embargo, para las nuevas generaciones de esta sociedad, estos objetos se perciben como si hubieran sido funcionales y utilizados en tiempos de generaciones anteriores, creando un vínculo imaginado con el pasado. Esta percepción puede influir en cómo las personas comprenden y se relacionan con su propia historia y cultura.

Esto tiene un impacto social en su futuro y el de las generaciones venideras.

Pero, el turismo es un elemento que puede presentar no solo desventajas, sino que, si se es consciente del poder que este ostenta dentro de las Islas Canarias, mediante un turismo cultural puede presentarse “la posibilidad de la restauración de lo auténtico y original que se considera inherente a la naturaleza prístina (…) al patrimonio preindustrial” (Estévez González, F & Henríquez Sánchez, M. T., 2012, p.41). Siendo esta dualidad, un punto de reflexión que se ha debatido hasta la actualidad.

La artesanía frente al sistema industrializado

La industrialización y la globalización supusieron un importante reto para la supervivencia de los oficios tradicionales. Otros fenómenos asociados a

4 Enculturación: proceso por el que un individuo aprende e internaliza normas, valores, creencias, costumbres y tradiciones de la cultura a la que pertenece. Este proceso puede ser consciente o parcialmente inconsciente, a través de este proceso los individuos se integran y adaptan al grupo social determinado.

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la transformación social de las Islas, supuso una mejora en el bienestar social pero el sistema de producción relacionado con el sector agrario, y la mejora de comunicaciones, supuso la aparición de productos industrializados, sustituyendo a los productos artesanos como artículos de primera necesidad.

Así como expone María Guadalupe Dorta López (2000) a partir de mitad del siglo XX, la artesanía tuvo demanda debido a las exportaciones europeas, que fue un mercado estable, hasta que en 1992 hubo una gran demanda de productos artesanos o sucedáneos de estos. Aquí María Guadalupe, expone que no fue una oportunidad desaprovechada por parte de las empresas, sin llegar a comprender el trasfondo del producto artesano, pues si bien para mejorar el proceso y reducir su tiempo las personas artesanas pueden hacer uso de maquinaria y herramientas para auxiliarse o como sistema de apoyo, para trabajos de preparación de materiales como es una amasadora para mezclar las arcillas, el trabajo de una persona artesana como se ha comentado en apartados anteriores es manual, la creación con las manos, hace que no se puede acoger a una gran demanda, puesto que se perdería la esencia del objeto, así como la calidad que se obtiene de los procesos tradicionales, por lo que no fue una oportunidad desaprovechada, es un punto de inflexión siendo las personas artesanas las primeras en alertar sobre el sistema de consumo industrializado y los tiempos de la elaboración de los objetos. De esta forma, el sistema que se fue iniciando en el siglo pasado, tornaría poco sostenible con la realidad que se muestra del trabajo local y de la sustentabilidad con y para el medio ambiente.

De esta forma, es evidente cómo las transformaciones sociales han afectado la artesanía. Las nuevas formas de vida, introducidas por los modelos económicos actuales y asociadas con la descentralización de lo rural, como las labores de agricultura y ganadería, han supuesto un cambio en los comportamientos sociales.

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Con el descenso de las actividades del sector primario, la demanda de productos como la albardería disminuida, ya que los aparejos para las labores de campo ya no son productos de primera necesidad. Según el DECRETO 320/2011, de 1 de diciembre, esta práctica se encuentra en riesgo de desaparición. Al igual que muchos otros oficios tradicionales, las transformaciones sociales han relegado estos oficios a un limbo, cambiando su valor a uno más simbólico. “Afortunadamente, la utilización como ornamento, como artículo de regalo, o el coleccionismo, han mantenido una considerable demanda de la artesanía típica, que se ha extendido a las nuevas variedades artesanas” (Eléxpuru, I, et al., 2000, p. 19).

Situación actual

En el contexto globalizado actual, la artesanía enfrenta diversos desafíos, como la competencia con la producción industrial, la falta de apoyo institucional, la dificultad para acceder a nuevos mercados y la desvalorización social del trabajo manual. Sin embargo, la artesanía también presenta oportunidades, como el creciente interés por los productos únicos y auténticos, el auge del turismo cultural y la valorización del patrimonio cultural.

De esta forma, la escena artesanal está llena de preguntas y dudas:

“Hoy en día, en estos últimos años la artesanía preocupa, preocupa el fenómeno artesano, eso es evidente. Y preocupa al conjunto de la sociedad canaria, tanto al poder en sus diversos estamentos como al pueblo en general y, desde luego, a los propios artesanos […]” (Osorio Acevedo, F. A., 1989, p.160)

Es importante entender la situación actual de las artesanías en Canarias. Aunque se han realizado esfuerzos para investigar y promover este tema

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mediante la creación de catálogos y guías, estos materiales suelen seguir el mismo formato. Proporcionan una introducción a la artesanía canaria, una exposición de los tipos de artesanía (tradicional o moderna) con una breve descripción de cada uno, y un amplio catálogo de artesanos con sus datos de contacto.

Aunque estos materiales acercan la artesanía al público, no proporcionan una visión profunda o perspectivas variadas. De esta forma, caemos en la estereotipación de la artesanía como algo tradicional y estático, presentándola como una ventana nostálgica al pasado. Según Jesús T. García

Rodríguez (1995), la creación de estos materiales divulgativos y de investigación, principalmente realizados a finales del siglo XX, se debe a diversas presiones por el temor a que los oficios desaparezcan. Así, estos materiales siguen un patrón enfocado en conservar la pureza de las técnicas y procedimientos del pasado. Esto genera un estancamiento en la actividad artesanal, ya que se asume que la artesanía debe ser un elemento congelado en el tiempo, sin cambios, contradiciendo la naturaleza cambiante y adaptativa de las artesanías. Este tipo de pensamiento impide la innovación y la adaptación a las nuevas necesidades actuales.

Innovación y modernización en la artesanía canaria

De esta forma, la artesanía ha seguido su curso y se ha ido adaptando a las nuevas necesidades de la sociedad. Aunque hay un grupo de artesanos que, fieles a sus raíces, continúan produciendo objetos y productos de carácter tradicional, muchos otros han optado por dejar volar su creatividad y explorar nuevos horizontes. Este cambio dinámico ha propiciado la introducción y uso de nuevos materiales y herramientas, lo cual ha permitido la creación de productos innovadores en varios campos y oficios artesanales.

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De esta forma, nuevamente Jesús T. García Rodríguez (1995) expresa que:

“Volver los ojos hacia las técnicas tradicionales y sus peculiaridades, con las que se pueden lograr nuevos diseños y formas, que identifique también, plenamente, la cultura canaria. Se debe afrontar, creativa, innovadora, artísticamente el futuro, intentando revalorizar esta artesanía frente a la sociedad industrializada y consumista, que intenta dejar el camino una cultura material popular que ha pervivido hasta nuestros días, y que ha cubierto, perfectamente, las necesidades de nuestro pueblo” (p. 27).

Un ejemplo perfecto de esta innovación en el campo de la artesanía es David Sánchez. Este artesano ha dado un giro moderno a la construcción del timple, un instrumento musical típico, al usar materiales más duraderos y resistentes como la fibra de carbono o el Nomex5. El resultado de este cambio no es solo un instrumento más resistente, sino que también produce nuevos sonidos y tonalidades, preservando al mismo tiempo la esencia y los elementos tradicionales del timple. Este enfoque innovador ha abierto nuevos espacios y posibilidades en el mundo de la artesanía (Estévez, K, 2017)

Además, hay nuevas formas de utilizar técnicas tradicionales como el calado y el bordado. Estas ya no se limitan a manteles o trajes tradicionales, sino que se incorporan en ropa de diario y accesorios como pendientes, collares o pulseras, reintegrando estos elementos en nuestra vida diaria. Esta reinterpretación y reutilización de las técnicas tradicionales ha permitido reintegrar estos elementos artesanales en nuestra vida diaria.

5 Nomex: fibra sintética parecida al Nylon, usualmente utilizada en la construcción de guitarras.

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Desafíos presentes

En el contexto actual, la artesanía se encuentra en una encrucijada, enfrentando múltiples desafíos. Caridad Rodríguez Pérez-Galdós y Eduardo

Grandi de Fraga (1992) han estudiado los problemas relativos a la población artesana, que supone una paulatina desaparición del número de personas artesanas en las islas.

Uno de los problemas más notables es la desaparición gradual de la artesanía. Este fenómeno se debe en gran medida a la interrupción en la transmisión de conocimientos y habilidades artesanales a las nuevas generaciones. En los inicios de estas tradiciones artesanales, existía un notable relevo generacional, con los artesanos más jóvenes aprendiendo de la mano de los más experimentados. Sin embargo, este proceso de transmisión se ha ido desgastando con el tiempo, lo que ha contribuido a la lenta desaparición de la artesanía. Otra importante barrera para la supervivencia de la artesanía es la falta de un camino profesional y empresarial en el campo. A diferencia de otras carreras y oficios, la artesanía a menudo no se percibe como una ocupación a tiempo completo. En cambio, en muchos casos, se ve como una actividad complementaria a otro trabajo, un hobby o una actividad temporal.

Además, la escasez de algunas materias primas, un problema exacerbado por el exceso de producción en el pasado y la gestión de los suelos está poniendo en peligro la viabilidad de la artesanía. Con el decremento del sector primario, que una vez proporcionaba una abundancia de materiales, los artesanos ahora se ven obligados a depender de materias primas importadas. Esta dependencia se agrava aún más por la situación de insularidad, caracterizada por el aumento de los costos de importación y los largos tiempos de espera.

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Otra de las problemáticas que se enfrentan las personas artesanas, es la industrialización e inmediatez de muchas plataformas de comercio, siendo el mercado on-line un gran desafío. No solo por la competitividad respecto a otros fabricantes, sino los impedimentos que nos encontramos nuevamente por el carácter insular, las aduanas y costos a la hora de realizar envíos limitan su acceso a una mayor clientela. Por otra parte, José Fernández Chiti (2003) expone como:

“El shopping, con su despersonalización y mediocridad, ha dado culminación a este proceso perverso de degradación cualitativa y maximización cuantitativa el cual hasta ha generado una “cultura del shopping”, una moda, un modo de ser, de vestir y de hablar. Lo artesanal y ferial se hallan en el polo opuesto al shopping y su entorno cultural deshumanizante” (p. 36).

Por lo tanto, es importante enfocar en la personalización de la artesanía, en contraposición al entorno cultural deshumanizante que presenta Fernández Chiti. No se debe separar a la persona artesana del objeto ni de la práctica, ya que esto supondría la pérdida de la propia esencia de la artesanía. Esta es inherente a las redes sociales y no puede entenderse como un proceso individual, ya que conlleva conexiones sociales y medioambientales. El entorno crea e identifica, y el proceso genera unión y una recompensa emocional. Como menciona Richard Sennet, “el artesano se basa en la realidad tangible y puede sentirse orgulloso de su trabajo. Pero la sociedad ha obstaculizado estas recompensas en el pasado y sigue haciéndolo hoy” (2021, p.33). Es notable que la sociedad ha obstaculizado este proceso desde la creación del sistema fordista, donde el trabajador no participa en la totalidad del proceso de creación del objeto y de este modo no se recibe recompensa emocional por el

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trabajo realizado, lo cual se ha extrapolado a nuestro sistema de consumo y a la mínima sensación de recompensa.

Un futuro desde la artesanía

En la circunstancia dada, es posible apreciar el lado positivo de los desafíos que se presentan. Es interesante ver cómo, según el académico Francisco Aznar Vallejo (2009), la principal dimensión de las artesanías es su factor de progreso a nivel local. Las artesanías contribuyen de una manera directa, sostenible e inmediata a la conformación y mantenimiento de la identidad cultural y los activos medioambientales de una comunidad:

"Esta característica de instrumento dinamizador y promotor del 'potencial endógeno' está directamente relacionada con la capacidad para revitalizar materias y recursos locales, así como con la generación de actividad productiva e innovadora a partir de conocimientos y habilidades heredados debido a una carga cultural local determinada y determinante" (p.7)

A pesar de que la sobreproducción y el consumo excesivo de recursos han sobrepasado la capacidad de carga de nuestro planeta en muchos aspectos, la artesanía puede ser redireccionada hacia una producción consciente y respetuosa con el medioambiente y con la trazabilidad de sus acciones. De acuerdo con las palabras de Godfrey Baldacchino (2006), las islas son la primera línea de los problemas medioambientales y por ello, el núcleo de la isla y el impacto de la ecología están estrechamente ligados a los comportamientos de una disciplina tradicional.

Estas disciplinas tradicionales actúan como barreras de defensa contra la globalización que amenaza con homogeneizar todos los estratos sociales.

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Las islas, sus habitantes y sus prácticas son como laboratorios de realidad, poniendo a prueba la interacción e impacto de modelos alternativos de desarrollo. Por lo tanto, las sociedades que están concienciadas con el entorno y las prácticas tradicionales que generan nuevas formas de creación de productos a través de la innovación y la creatividad, así como una conciencia detrás de estos procesos, son un gran aliciente y una respuesta efectiva ante los problemas actuales.

Formación y educación en artesanía.

Para que la artesanía perdure en el futuro, es crucial establecer mecanismos de conservación. Aquí la educación formal e informal juega un papel crucial, acercando de manera accesible los saberes transmitidos de generación en generación. Como expone Roser Calaf Masachs (2009):

“La educación patrimonial es una cuestión de riqueza cultural, no de calidad cultural. Así pues, propietario del simbólico del patrimonio cultural es todo aquel que lo valores, sin entrar en distinciones de ningún tipo. En este sentido, podemos hablar de una propiedad simbólica multicultural y, al mismo tiempo, intercultural, ya que el patrimonio es un legado histórico, intelectual, cultural, etcétera, que pertenece a todos aquellos que se identifican con él” (p 69)

Por lo tanto, es importante fomentar la capacitación en la creación de productos novedosos que no solo satisfagan las necesidades actuales, sino que también contribuyan a la divulgación educativa. Esto implica la incorporación y valoración de la artesanía tanto dentro como fuera del ámbito escolar, poniendo un énfasis especial en las sinergias y relaciones interinstitucionales entre diversas entidades como centros educativos, museos, asociaciones, empresas dedicadas a la educación, artesanos y familias.

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Además, se requiere una adaptación y reformulación de los contenidos formativos, asumiendo una perspectiva más amplia y transdisciplinaria. Este enfoque ayudará a evitar el estancamiento de esta valiosa actividad, permitiendo la creación de nuevos espacios y formas de sensibilización que fomenten el respeto y la valoración de la artesanía. Por último, es esencial reconocer y valorar el arduo trabajo que se encuentra detrás de cada producto, el esfuerzo y la dedicación de los artesanos. Resaltar su contribución no solo es justo, sino necesario para mantener viva la tradición y el valor cultural de esta actividad.

3. Los oficios Artesanos de Canarias

En medio de la constante evolución de los cambios sociales, económicos y culturales que caracterizan nuestra era actual, encontramos una rica variedad de oficios artesanos que se mantienen firmes en las Islas Canarias. Algunos de estos oficios han conservado características y prácticas ancestrales por siglos, mientras que otros han surgido en respuesta a las necesidades sociales y culturales de las comunidades locales.

Resulta esencial resaltar la relevancia de estos oficios tradicionales, ya que constituyen una parte integral y valiosa del patrimonio cultural de Canarias. Estos oficios preservan técnicas y conocimientos únicos que han sido transmitidos de generación en generación, permitiendo que se aprendan y perpetúen los saberes locales.

A pesar de que muchos oficios tradicionales han conseguido afrontar y superar los desafíos actuales, otros están en peligro de extinción debido a la disminución en el uso de los objetos producidos, la intensa competencia con los productos industrializados, la pérdida gradual de prácticas ancestrales o la falta de sucesión generacional. Dentro de estos oficios artesanales, podemos

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encontrarnos con una amplia gama de especialidades como la albarería, la alfarería tradicional, el bordado, el calado, la cantería, la cestería (de ribera, tradicional, de caña, de colmo, junco, mimbre, cestería de palma, de pírgano, de vara), la cuchillería, la curtiduría, dorado, ebanistería, encajes, guarnicionería, herrería, forja y cerrajería, hilado de lana y lino, hojalatería, instrumentos musicales de percusión, instrumentos musicales de viento, jaulas, lutier, pedrero, picadillo canario, pipas y cachimbas, preparación de bordados, preparación de seda, polainas, puros, rosetas, talla de madera, taracea, tejeduría, tonelería y zurronería.

Los oficios tradicionales son un indicador notable del progreso local. Contribuyen directa e indirectamente a la sostenibilidad y al mantenimiento de las características identitarias y los recursos medioambientales de los territorios. El artesano se considera un guardián del medioambiente, y los oficios tradicionales actúan como catalizadores y promotores de la sostenibilidad y el desarrollo local. Esto se debe a su relación directa con la capacidad de utilizar materias y recursos locales, y a la generación de una actividad productiva e innovadora, basada en conocimientos y habilidades heredados que tienen una importante carga cultural local. La importancia de estos oficios en la diversidad cultural y la identidad de Canarias es incuestionable, y su preservación es clave para mantener viva la riqueza de nuestra herencia cultural.

Tal es esta riqueza que, debido al carácter archipelágico de las Islas Canarias, la diversidad de materias primas y la particularidad de sus gentes, la artesanía canaria tiene muchos elementos en común, pero en cada isla, cada oficio es diferente, influenciado por la esencia de la isla donde se crea.

"Tan singular como la propia isla es la actividad artesanal que en ella se desarrolla y, muy particularmente, la vida de quienes la

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protagonizan: los artesanos. La mayoría de ellos, tanto hombres como mujeres, tienen aspectos comunes que conforman una peculiar manera de ser, de trabajar, de estar en el mundo y de plantearse su relación con él" (Cabrera, Myriam et al., 1994, p. 24).

Esto da lugar a un patrimonio cultural excepcional en Canarias, que debe ser estudiado y no solo recopilado. De esta forma, las personas artesanas pueden innovar con la esencia de su isla.

Esquema sobre los indicadores de la Artesanía Canaria y los Oficios. Elaboración propia.

4. El museo y la artesanía

Por lo tanto, los museos son una parte esencial y fundamental de los elementos culturales de cualquier sociedad. No se ven como entidades aisladas o estáticas, sino como lugares llenos de dinamismo y vida. Son espacios dedicados a la reflexión y al intercambio de ideas, donde se puede aprender de manera significativa y desde diferentes perspectivas. En estos espacios, se ofrecen talleres basados en la práctica, lo que permite una

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experiencia de aprendizaje más activa y participativa. En el museo, el aprendizaje se convierte en una experiencia única, ya que se aprende a ver y percibir las cosas desde una mirada distinta, se perciben diferencias y se valora la diversidad cultural. No solo se trata de un espacio para la conservación del patrimonio, sino también para la educación y la creación de conciencia cultural.

La función del museo

Imagen aérea del Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife.

El Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife (MAIT) tiene como objetivo conservar, difundir y educar sobre la realidad de la artesanía Iberoamericana. Así, destaca la característica tricontinental significativa de las Islas, convirtiendo a la isla en un enclave para la artesanía no solo canaria, sino también mundial. El museo alberga una colección de piezas significativas, objetos de valor cultural, histórico o artístico, cargados de simbolismo para las comunidades que los crearon. De esta manera, se establece un espacio que destaca su representatividad y su incalculable valor patrimonial para la artesanía.

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Por lo tanto, el museo propone una variedad de planes divulgativos, en los cuales la difusión de conocimientos y la educación se entrelazan con el ocio cultural. Esta estrategia tiene como objetivo llegar a un público más amplio, fomentando la participación activa y la comprensión profunda de los contenidos presentados. En este sentido, desde el punto de vista educativo, es esencial entender que el museo es un espacio que va más allá de ser simplemente un lugar para observar objetos de arte o de importancia histórica. El museo ofrece una plataforma para el aprendizaje continuo y la exploración personal, donde los visitantes pueden descubrir y aprender a su propio ritmo. Con diversas actividades para la ciudadanía, como los planes educativos que van desde infantil hasta la universitaria, que cuentan con actividades en el museo como en los centros educativos. Por otro lado, el museo no limita solo su oferta formativa a escolares, sino que hay un plan formativo para adultos, mayores de 18 años, que son una serie de cursos de iniciación o de perfeccionamiento en oficios tradicionales. Dando importancia a que la formación no solo se limita a un grupo de edad, sino que el patrimonio cultural debe de ser un elemento que se debe de dar a conocer de manera intergeneracional, equitativa y accesible, puesto que la artesanía es de todos y para todos, y el museo es custodio de este patrimonio.

Además, estas actividades no se delimitan a un aula, sino que acercan a los alumnos a las personas artesanas a través de talleres distribuidos en diferentes puntos de la isla. Por lo general, los artesanos suelen ser personas mayores con mucha experiencia y reconocimiento, y algunos incluso son examinadores del carnet de artesano. A ellos se les pide que guíen los talleres. El museo se esfuerza por acercar la artesanía a toda la sociedad, en este caso, la sociedad tinerfeña.

Por otro lado, existen otras formas de ocio cultural, como las rutas del MAIT, que son recorridos por La Orotava que destacan algún oficio artesano.

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Entre ellas se encuentran la ruta de la piedra y la ruta de la madera, donde se pueden observar la arquitectura y la cantería del casco histórico, así como detalles relacionados con los oficios.

Ejemplo de actividad ocio-cultural, Noche de México en el MAIT

De este modo, se resalta la fuerte vinculación con la investigación de la artesanía y su manera de difundir información sobre los objetos y los oficios. Esto se realiza a través de vídeos e información sobre los oficios tradicionales, como el premio Tenerife al fomento y la investigación de la artesanía de España y América. Con lo que el museo intenta acceder a todas las esferas de educación, y por lo que es una institución preocupada por la divulgación y protección de la identidad de la sociedad.

El papel del museo en la sociedad

El museo juega un papel crucial en la sociedad, ya que perpetúa la identidad cultural de una comunidad. Es un espacio de aprendizaje distinto de los lugares tradicionales como los centros educativos y las familias. Aunque puede complementar lo estudiado en las aulas, el museo ofrece una nueva forma de educación, rompiendo con la monotonía y proporcionando un espacio

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para el esparcimiento y el descubrimiento. Francisca Hernández Hernández (1994) argumenta que la dimensión cultural favorece la creación de nuevos hábitos relacionados con el respeto al patrimonio y al entorno.

Como se ha mencionado, el museo tiene la función de custodiar el patrimonio, a menudo salvaguardando el patrimonio cultural que está en peligro de desaparecer. Cornelia Bruninghas Knubel (2007) señala que "Algunos museos atesoran un patrimonio de extraordinaria diversidad que refleja las fuentes y los valores nacionales o universales" (p. 120).

Así, el Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife busca una nueva concepción de la museología, alejada del concepto estático y descontextualizado del "gabinete de curiosidades". Este museo busca contribuir a la sociedad, siendo autocrítico y consciente de su responsabilidad. Por lo tanto, se integra en la sociedad, llevando a cabo acciones dentro y fuera del edificio, interactuando con artesanos, investigando y documentando la artesanía y colaborando con los centros educativos para hacer más accesible esta educación patrimonial.

Según McClintock (1971), y en este caso para el museo, la educación no se trata de adquirir conocimientos o habilidades como un logro de resultados de aprendizaje, sino de formar al individuo y transformar su relación con el mundo. Se trata de ver la realidad de una manera más atenta, cuidadosa, crítica y profunda, donde el aprendizaje nos permite aprender y (re)conocer nuestro entorno. “El estudio no tiene que ver con adquirir conocimientos o competencias o, en general, con el logro de resultados de aprendizaje, sino con la formación del sujeto y con la transformación de su relación con el mundo, es decir, con hacerla más atenta, cuidadosa, densa y profunda (McClintock, 1971)

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La importancia del contexto expositivo

La importancia del museo se fundamenta en diversas áreas, incluyendo los objetos de sus colecciones, el personal que trabaja allí, los artesanos que colaboran para realizar talleres, los alumnos y el propio edificio. El edificio y su contenido se complementan perfectamente, permitiendo no solo ver la artesanía en los objetos, sino también apreciar el trabajo tradicional de la carpintería en los techos de madera y la cantería en el edificio mismo. La escalera, los pilares de la galería del patio central y la escalera de piedra completan la experiencia museística.

Además, la historia y las vivencias del edificio han mantenido la educación como una prioridad continua. Desde su origen como un emplazamiento de monjes dominicos hasta su transformación en Liceo y ciudadela, ocupada por familias de clase baja de la Villa, y hasta la actualidad como sede del museo, el edificio alberga historias donde el conocimiento, el oficio, la continuidad, la comunidad y lo local han dejado su huella.

El discurso, los objetos y las instalaciones enriquecen la visita y el aprendizaje, mostrando la artesanía desde diferentes perspectivas. Las colecciones, que son el corazón del museo, poseen más de 10.000 piezas que representan los oficios de los países iberoamericanos. Las piezas provienen de diferentes fuentes, incluyendo la colección del Ministerio de Industria y Energía, la colección "Arte Popular de América y Filipinas" de la Agencia Española de Cooperación Internacional, la colección "García Cabrejo" de encajes y tejidos confeccionados en España, y varias otras.

A través de un recorrido por las salas, el museo presenta diferentes formas de artesanía y diversas sociedades que están involucradas, como la sala de instrumentos, la de alfarería, la del arte popular de América y Filipinas,

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la sala temporal, la de premios de artesanía, la de la roseta y la de los tesoros del MAIT.

Con ello y gracias a las nuevas tecnologías, podemos hacer un recorrido a las salas a través de una visita virtual, en el siguiente link:

https://mpembed.com/show/?m=4VbJE1aSCem&mpu=78

Sala de los Instrumentos musicales:

Sala de Instrumentos Musicales del MAIT

La Sala de Instrumentos Musicales en el museo presenta una amplia variedad de instrumentos artesanales. Entre ellos destacan el timple canario, tambores y chácaras de La Gomera, la caja cubana, y la zanfona. También se exhiben instrumentos de Venezuela, la Zona Andina y Colombia, creados por tribus del Amazonas y El Orinoco, así como instrumentos criollos de origen europeo. En las vitrinas dedicadas a Brasil, se pueden ver instrumentos de percusión utilizados en el carnaval, y otros de origen portugués como la Viola Caipira. Un instrumento particularmente interesante es la "viola de cocho", que se talla de una sola pieza y se utiliza en las actividades tradicionales de los cuidadores de ganado.

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Esta sala es un claro ejemplo de cómo la enseñanza patrimonial se puede realizar a través de los objetos cotidianos, festivos o incluso relacionados con los rituales, mágicos o lúdicos. Esta sala no solo muestra la destreza y la habilidad de los artesanos, sino también el empleo de los materiales, como la madera puede ser un elemento para expresar la creatividad, en este caso puede ser una vía para crear sonidos, característicos que acompañan momentos históricos y de las tradiciones de una sociedad. Al aprender sobre estos instrumentos, los visitantes pueden obtener una mayor compresión de las culturas que los produjeron, la importancia de estos, que hay detrás del instrumento y que se crea a partir de este.

Sala de la Alfarería:

La sala, antiguamente el claustro, que aún conserva el techo con le envigado original tallado, ahora alberga la colección "Alfar y alfareros de España", que agrupa la alfarería de todo el país por Comunidades Autónomas, esta colección ofrece una visión panorámica de la diversidad y riqueza de la artesanía alfarera en España. La colección incluye una variedad de piezas, tanto tradicionales como de nueva creación, destinadas principalmente a uso doméstico. Las vitrinas muestran diferentes utensilios que se utilizaban en las

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Sala de la Alfarería del MAIT

antiguas casas de campo, desde alfarería para contener líquidos hasta piezas para el fuego. La colección incluye trabajos de diferentes regiones y de artesanos renombrados. La sección dedicada a Canarias destaca por sus reproducciones de cerámica aborigen y piezas de reciente creación, como tostadores de granos y braseros. Así como muestra elementos hechos tanto por hombres como mujeres, siendo una labor de ambos géneros.

Sala del Arte popular de América y Filipinas:

Sala del Arte Popular de América y Filipinas del MAIT. En esta sala hay una muestra de la exposición de artesanía de 1968 en Madrid mostró piezas de varios países de habla hispana, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Haití y Jamaica, donadas por diversas entidades. Las piezas se clasificaron en categorías de uso humano: lo divino y la muerte, el trabajo y la vestimenta, el ocio, y lo cotidiano y decorativo. Destacaron las representaciones de la celebración de los muertos en México, los trabajos en cuero y metal relacionados con la equitación, las molas de los indios kunas, y los juguetes, máscaras e instrumentos musicales utilizados en festivales y carnavales. Además, se exhibieron utensilios de cocina y decoraciones para el hogar.

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Sala Temporal:

Esta sala muestra temporalmente una parte de las colecciones del museo. Como custodios del patrimonio cultural, se presentan artesanías con diversas temáticas. Se ofrece al visitante una pequeña parte de la colección, tras realizar un riguroso trabajo de investigación y documentación. De este modo, este trabajo oculto constituye una de las principales funciones del museo.

Además, el espacio se cede a los artesanos para exhibir sus obras, mejorando la experiencia del público, visibilizando el trabajo actual y fortaleciendo la relación entre el museo y el artesano.

Sala de los Premios de Artesanía:

Saña de los premios de Artesanía del MAIT.

Esta sala alberga los Premios de Diseño de Artesanía Canaria, convocados por la Consejería de Industria y Empleo del Gobierno de Canarias, y los Premios Museo y Oficio Artesano. Estos últimos son otorgados por el Cabildo Insular de Tenerife desde 1997, con motivo de la organización de la Feria Tricontinental de Artesanía.

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En esta sala, se crea un espacio para destacar la excelencia del trabajo de las personas artesanas. De esta manera, el museo resalta el trabajo detrás de las obras, enfatizando que detrás de cada objeto hay una persona artesana dedicada. A través del proceso artesanal, la innovación, la tradición y la calidad que aporta en su trabajo, se obtienen estas obras. Por lo tanto, en la sala se combinan trabajos de rescate con objetos de nueva creación.

Sala de la Roseta:

Sala de la Roseta del MAIT.

La sala de exposición se centra en la roseta o rosas de Tenerife, una modalidad de encaje en forma de flor muy representativa de Canarias. La sala se divide en cuatro secciones: los antecedentes de la roseta, la comercialización de la roseta a finales del siglo XIX y principios del XX, las piezas originales cuando la roseta se expandió por América y Europa, y cómo la roseta se ha aplicado en el mundo de la moda. El encaje, que se cree llegó a las islas en el siglo XVI, fue principalmente confeccionado por mujeres, y la técnica se transmitió de madres a hijas. Aunque hoy en día solo sobrevive en algunas partes de Tenerife y Lanzarote, su elaboración y los modelos únicos que se han generado son testimonio de la creatividad de las roseteras.

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De esta manera, el museo ha habilitado la sala de Tesoros del MAIT con una selección de las piezas más significativas que pertenecen a las colecciones de esta institución. Estos objetos tienen un valor cultural, histórico y artístico, y están cargados de simbolismo para los pueblos que los producen. Por esta razón, se consideró esencial crear un espacio que resalte su representatividad como elementos de incalculable valor patrimonial para la artesanía de Iberoamérica.

Asimismo, podemos observar esta sala a través de los videos publicados por el MAIT:

https://www.youtube.com/watch?v=We1COmT6P1k

Piezas destacadas:

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Sala de los Tesoros del MAIT: Sala de los tesoros del MAIT.

1.- Rosas. Agapita Hernández Toledo. Accésit Premios de Artesanía Canarias 1990. Se trata de una sombrilla en seda bordada.

https://www.youtube.com/watch?v=hpXP0wgpe90&ab_channel=MAITenerife LaOrotava

2.-Quinientos años de América. Eduardo Muñoz Lora. Nariño. Pasto Colombia. 1992.Vasija en madera torneada y decorada con la técnica del barniz de pasto o mopa.

https://www.youtube.com/watch?v=dwi1nRBMjYM&ab_channel=MAITenerife LaOrotava

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3.- Mate Burilado. Tito Medina Salomé. Junín. Perú. 1992. Calabaza americana, que se caracteriza por su dureza, burilada con escenas populares de Junín (Perú).

https://www.youtube.com/watch?v=fiKEwKIkDvY&ab_channel=MAITenerifeLa Orotava

4.- Nacimiento Andino. Ronaldo Flores Matto. Cuzco. Perú. 1992. Obra realizada con la con la vestimenta cuzqueña, hecha en maguey, pasta y trabajado con la técnica colonial del estofado en pan de oro.

https://www.youtube.com/watch?v=WWxGGmnFjgw&ab_channel=MAITeneri feLaOrotava

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5.- El Espíritu. Armadillo / tortuga. Alebrije. Jacobo Ángeles Ojeda. Oaxaca. México “. 2º Premio Pieza Museo 2016”. Pieza tallada en madera y decorado con pigmentos naturales. Representa a un armadillo tortuga, conocidos por alebrijes

https://www.youtube.com/watch?v=Cy4OXdAvyE&ab_channel=MAITenerifeLa Orotava

6.- Mantón de Manila. España. Finales del siglo XIX principios del XX. De finales del siglo XIX y elaborados en España donde se introduce el gusto por la flora de la tierra en este caso las rosas bordadas en hilo de seda.

https://www.youtube.com/watch?v=gdzUW5ep_j8&ab_channel=MAITenerifeL aOrotava

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7.- Carmesí, Chal Calado. María Dolores Hernández Ramos. Tegueste. Tenerife. 3º Premio Pieza Museo 2012. Seda salvaje de color granate y calado con hilo de plata.

https://www.youtube.com/watch?v=cLITSJSOpPA&ab_channel=MAITenerifeLa Orotava

8.- Plato de Tamo. C. Sánchez. Colombia. Técnica de origen indígena elaborada con el tamo o tallo de trigo y de la cebada. La finura del material permite utilizarlo como elemento casi pictórico.

https://www.youtube.com/watch?v=HsRnl5DExYU&ab_channel=MAITenerifeL aOrotava

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9.-Soles de Salamanca. España. Siglo XVII. Encaje realizado con aguja de coser e hilo de lino en cuyo proceso de elaboración intervienen unos ejes radiales cubiertos con zurcido, puntos espíritus y nudos especiales

https://www.youtube.com/watch?v=4Hxf_dpgPnE&ab_channel=MAITenerifeL aOrotava

10.- Traje de Novia con roseta jazmín. Felipa Rodríguez (Taller Javilar) y Carmen Rosa Fumero, las rosetas. 2016. Adaptación de la roseta a la moda actual que se traduce en el traje de novia confeccionado por el taller Javilar, de la mano de Felipa Rodríguez y de Carmen Rosa Fumero responsable de elaborar las rosetas jazmín.

https://www.youtube.com/watch?v=8nv2znGBI_s&ab_channel=MAITenerifeLa Orotava

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5.Conclusión

La artesanía, como concepto, es un constructo de múltiples facetas que, dependiendo del enfoque que se adopte, puede ser interpretado y definido de diversas maneras, abarcando una variedad de perspectivas y enfoques. A pesar de esta diversidad de interpretaciones, en el ámbito social, la artesanía tiene una función claramente definida y un papel significativo en la configuración de la identidad cultural de una sociedad. Actúa como un hilo conductor que une nuestro pasado con nuestro presente, y al mismo tiempo, sienta las bases para el futuro. No sigue una línea histórica lineal, sino que su influencia se extiende a través de todas estas etapas temporales.

Incluso a pesar de los desafíos y dificultades que pueda enfrentar la artesanía en su camino, estos pueden ser abordados con resiliencia, y se convierten en oportunidades para promover la creación, la concienciación y el respeto por la cultura actual y el entorno que la rodea. En este sentido, la educación tanto formal como informal sobre la artesanía se convierte en un pilar fundamental para nuestra comprensión de nosotros mismos y de otras sociedades. Al proporcionar una visión más profunda de la artesanía, se pueden construir puentes entre diferentes culturas, generando un acercamiento a la realidad artesanal y, en particular, a la artesanía canaria. Así, la artesanía no solo se convierte en un reflejo de nuestra sociedad, sino también en una herramienta para la comprensión intercultural y el respeto mutuo.

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