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CAPÍTULO #04. SUMMUM
TEMPORADA 06
Se dice que alcanzamos el summum de algo cuando se llega a su grado máximo. Solemos utilizar esta palabra acompañándola de una cualidad inmaterial. El summum de la felicidad, el summum de la belleza, el summum del placer, el summum de la confianza… Sin embargo, este término adquiere valor en sí mismo, sin necesidad de referirlo a ninguna cualidad, cuando hablamos de la aspiración de todo deportista que busca el máximo rendimiento. El summum, a secas, para todos ellos, es llegar un día a ser parte de una cita olímpica. Para ello, se debe renunciar a muchos aspectos de la vida. Es por eso por lo que el summum absoluto no existe, ya que la experiencia nos demuestra que todos los deseos no pueden ser satisfechos, al estar en conflicto permanente unos con otros. El summum implica renuncia. El precio a pagar es alto, pero la satisfacción de alcanzarlo bien merece la pena cuando al fin, un día, confirman su presencia en unos Juegos Olímpicos.
La configuración de un número de esta revista, o de su hermana Kissthemountain, está la mayoría de las veces en manos de la casualidad. En el caso de Kissthesnow, el único determinante que nos imponemos es la presencia de las distintas disciplinas del deporte sobre la nieve que pretendemos tratar: skimo, freeride, freestyle, esquí de travesía, esquí alpino… En muchas ocasiones, comenzamos a elaborarla sin saber todos los contenidos que finalmente la conformarán. Ha sido el caso de este último capítulo de la sexta temporada de Kissthesnow. Sólo al terminarla, justo en el momento en el que escribimos esta introducción al número, es cuando somos plenamente conscientes de si los contenidos han configurado un número “completo”. Creemos que es el caso del que tienes ahora en tu pantalla. Y, por casualidades del destino, la participación olímpica, el summum sin más de todo deportista, está más que presente.
En este número encontrarás artículos de dos medallistas olímpicos como son Benjamin Raich y Aleksander Aamodt Kilde (esquí alpino). También de otros esquiadores que, si bien no obtuvieron ninguna presea, estuvieron presentes en la cita deportiva más importante del mundo, como los freestylers Nico Porteous, Teal Harle, Ben Barclay y Jon Sallinen, del equipo Atomic, en un nuevo capítulo de la serie Crónicas de la familia Bent que os venimos presentando esta temporada, o Thibault Magnin, embajador de ALPINA, espónsor principal de esta revista, ahora en el Freeride World Tour, pero con un pasado y un presente también en el freestyle. Aún no han estado en una cita olímpica, aunque aspiran a hacerlo en los próximos Juegos Olímpicos de Milano Cortina d’Ampezzo 2026, Oriol Cardona y Arno Lietha, presentes en este capítulo dentro de la sección “Paralelismos”, o Ander Mintegui, el joven esquiador de la RFEDI. Como también lo están el protagonista de la portada de este número, Jérémie Heitz, las carreras Millet Tour du Rutor y Altitoy Millet, los hermanos Jakob y Matthias Weger, con la excepcional película rodada en los Alpes de Lyngen en Noruega, 22 Høurs, presentada por Mammut, la estación de esquí de Baqueira-Beret, los capítulos finales de las series que estamos presentando sobre la historia del esquí de montaña y de la nutrición deportiva, esta última de la mano de 226ERS y, como siempre, recomendaciones de material que en este caso son de Climbing Technology, Alpina Backpacks y Marmot
Nos vemos en la próxima temporada. ¡Buena travesía!
Juanmi Ávila & Marc Pinsach
SUMARIO
El ESQUÍ EN LA PANTALLA CRÓNICAS DE LA FAMILIA BENT. EPISODIO 4: MAMMOTH - CALIFORNIA.
THIBAULT MAGNIN. PLASMANDO SU ARTE EN EL FREERIDE.
PARALELISMOS ORIOL CARDONA & ARNO LIETHA. DUELO EN LA PERFECCIÓN.
42
EL ESQUÍ EN LA PANTALLA 22 HØURS | ARCTIC DREAMLINES. JAKOB & MATTHIAS WEGER.
Hª DE LA NUTRICIÓN DEPORTIVA IV. LOS RETOS ACTUALES.
TERRENIS DE JUEGO ESQUÍ DE MONTAÑA
MILLET TOUR DU RUTOR & ALTITOY MILLET. ECOSISTEMA MILLET.
SUMARIO 2/2
98
ESQUÍ ALPINO
HELLY HANSEN & TEAM TELENOR NORWAY. UNA CUESTIÓN DE CONFIANZA.
114
WINTERSPORTS BY SCOTT
JÉRÉMIE HEITZ. THE ART OF FREERIDE SKIING.
128
CHARLAS EN LA CIMA
BENJAMIN RAICH. RETROSPECTIVAS.
144
HISTORIA ESQUÍ DE MONTAÑA
Hª DEL ESQUÍ DE MONTAÑA EN 4 ACTOS. ACTO 4. SIGLO XXI. AL RITMO DE LA IMAGEN.
160
TERRENIOS DE JUEGO | ESQUÍ
BAQUEIRA-BERET. MÁS ALLÁ DEL FREERIDE WORLD TOUR.
176
RETRATOS
ANDER MINTEGUI. SUPERGIGANTE.
FOTOGRAFÍA DE PORTADA
Jérémie Heitz © Mika Merikanto | Red Bull Content Pool
Capítulo #04. Temporada 06 Summum. Febrero 2024
EDITA
Kissthemountain S.L. C/ Albaricoque, 18 18198 Huétor Vega – Granada info@kissthemountain.com
DIRECCIÓN
Marc Pinsach
Juanmi Ávila
REDACCIÓN
Juanmi Ávila juanmi@kissthemountain.com
MARKETING Y ESTRATEGIA
Manuel Velázquez manuel@kissthemountain.com
ARTE
Kiko Cardona kiko@kissthemountain.com
MAQUETACIÓN Y DISEÑO
Kissthemountain
PUBLICIDAD
publicidad@kissthemountain.com (+34) 670013576
COLABORADORES
Juan Pérez-Landaluce
FOTOGRAFÍA
Mika Merikanto | Red Bull Content Pool
Atomic Austria GMBH
Archivo ISMF
Freeride World Tour | Dom Daher
Freeride World Tour | Jeremy Bernard Archivo Thibault Magnin
Borja Azurmendi
Luis Ordóñez
Stefano Jeantet | Millet Tour du Rutor
Marc Leclercq | Altitoy Millet
Pierre Lucianaz | Millet Tour du Rutor
Davide Ferrari | Millet Tour du Rutor
Joerg Mitter | Red Bull Content Pool
Kin Marcin | Red Bull Content Pool
Mason Mashon | Red Bull Content Pool
Archivo Helly Hansen
Archivo COE
Archivo Baqueira-Beret
Mirja Geh Photography | BOA
Tom Klocker | BOA
Archivo RFEDI
Archivo Scott
Archivo Mammut
Kissthemountain
CRÓNICAS DE LA FAMILIA BENT
BY ATOMICEPISODIO 4. UN TRUCO DE MAGIA | MAMMOTH - CALIFORNIA
Texto por KisstheSnow
DE PADRES A HIJOS
Hace no mucho tiempo, mi hija aparecía por las noches en nuestro cuarto y silenciosamente se colaba entre las sábanas para intentar dormir con nosotros. En la primera ocasión, no pusimos ninguna objeción. Siempre es un placer que un hijo te acompañe en el sueño. Sin embargo, sus visitas nocturnas se iban haciendo cada vez más frecuentes. Al despertar una de las mañanas, le pregunté qué le ocurría por las noches y por qué venía con nosotros. Nos dijo que no es que tuviera pesadillas, sino que no lograba conciliar el sueño. Entonces, como por arte de magia, por esos mecanismos tan extraños que regulan nuestras memorias, se despertó un recuerdo de mi infancia. Me ocurría lo mismo justo antes de cumplir los 12 años. Mi padre me dijo que me iba a contar un truco para que pudiera dormirme rápidamente. “No tienes más que pensar en las cosas bonitas que te hayan ocurrido ese día y en qué harías para mejorarlas a la mañana siguiente”. Dicho y hecho. Al acostarme cada noche, tras apagar la luz, hacía balance de lo positivo que me había ocurrido ese día y automáticamente caía en las redes de Morfeo. Sin embargo, había noches en las que no encontraba nada especial que me hubiera ocurrido esa jornada. Al preguntar a mi padre sobre esa cuestión, me dijo que siempre podía recurrir a experiencias de otros días. “¿Por qué no piensas en la Semana Blanca que pasaste con tus amigos hace
unos meses? Creo que te lo pasaste muy bien, ¿no?”. Así hice y los recuerdos de esos días pasados en Sierra Nevada me sirvieron para incluso desear que llegara la hora de la cena para saber que justo al terminar, tras leer durante media hora ya en la cama, podría transportarme mentalmente a esa maravillosa semana que pasé junto a mis mejores amigos al tiempo que conocía más a otros, con un sol que brillaba cada mañana, mejorando tanto mis habilidades en el esquí que llegué a realizar saltos antes impensables y disfrutando mis primeras noches en las que en compañía de otros niños y niñas robábamos horas al sueño jugando a las cartas mientras me fijaba en una compañera cuya sonrisa me cautivaba.
MAMMOTH. LA MECA DEL FREESTYLE
En el cuarto episodio de la serie que os venimos presentando en esta temporada de Kissthesnow, “Crónicas de la familia Bent”, los esquiadores de ATOMIC viajan a esas montañas del mundo que son consideradas la meca del freestyle y donde tantas películas de esta disciplina se han rodado. Hablamos de Mammoth, en California. Nico Porteous, Teal Harle, Ben Barclay, Janelle Yip, Arianna Tricomi, Gustav Leganovsky y Jon Sallinen acompañan al local Chris Benchetler en un viaje de esquí que probablemente no olvidarán jamás, mientras probaban los BENT 90 desarrollados para esa modalidad en la que los giros necesitan realizarse a la velocidad justa para tomar el impulso necesario que exigen los trucos más inverosímiles: el freestyle. Acompañados por la música del grupo con tintes psicodélicos que bebe de la cultura del glam, Cheerleader, concretamente de la canción, Providence, nuestros protago-
nistas dan rienda suelta a su imaginación desarrollando un esquí fluido y lleno de saltos y aterrizajes perfectos. Utilizan elementos típicos de un parque de esquí y accidentes naturales del terreno para realizar despegues que les llevan a alturas tan descomunales que les permiten moverse en el aire como si estuvieran desplegando una danza más propia del ballet clásico. Aunque su performance es en ocasiones individual, la mayoría de las veces lo hacen en sincronía con sus compañeros, dando como resultado un espectáculo visual que no permite ni tan siquiera leer los subtítulos de lo que ellos comentan sobre la experiencia, o de la letra de la canción en la que un fantasma les persigue y ellos no tienen más remedio que huir. Todo es frenético, pero a la vez induce a la calma. Quizás sea por el uso de fotogramas tratados para dar la sensación de que las imágenes fueron rodadas en el pasado, cuando lo cierto es que fue hace unos meses, durante unas jornadas llenas de sol en las que la abundante nieve hacía que por unos momentos se olvidasen de que el cambio climático está haciendo estragos en las estaciones de esquí de varios rincones del mundo.
El episodio está íntegramente rodado mientras el sol brilla en estas montañas de California. Sin embargo, no es difícil imaginar que una vez puesto el sol la diversión no terminaba. Entre los esquiadores que por la mañana desafiaban al vértigo y al equilibrio bien existía ya una amistad fruto de sus encuentros en competiciones o en even-
tos organizados por su patrocinador, ATOMIC, o se estaba forjando durante estos intensos días dedicados a lo que más les gusta. No es difícil imaginarles al calor de una chimenea tomando algo mientras comentan lo vivido durante la jornada, o en la mesa de un restaurante disfrutando de una merecida cena mientras brindan al son de la música que un DJ pincha para hacer las delicias de los comensales, justo antes de ir a la cama, momento en el que no creo que encontrasen muchas dificultades para conciliar el sueño. Sobre todo, si conocen ese truco que se transmite de padres a hijos y que consiste en pensar en las cosas bonitas que te han ocurrido durante el día, y que, en su caso, no son muy diferentes a las que yo recordaba de aquella Semana Blanca en Sierra Nevada. Salvando la diferencia de edad entre ellos y yo en aquellos años, los elementos son comunes. En mi caso, eran compañeros de colegio; en el suyo, de ATOMIC. Aunque Mammoth y la estación de esquí granadina estén separados por más de 9.000 kilómetros, el sol que brillaba en aquella Semana Blanca y el que acompañaba a los esquiadores de Atomic es el mismo. Los saltos y trucos que yo empezaba a hacer distan mucho de los que se ven en este episodio, pero la satisfacción y la diversión seguro que eran muy similares. Y aunque las noches de un niño de 12 años son diferentes a las de jóvenes de 20 o 30, la emoción con la que se viven es prácticamente la misma. Así que, es fácil pensar que si Nico, Teal, Ben, Janelle, Arianna, Gustav, Jon y Chris tuvieron alguna de esas noches dificultades para conciliar el sueño, siempre podían recurrir a ese truco de magia que me enseñó mi padre y que yo transmití hace poco tiempo a mi hija.
CRÓNICAS DE LA FAMILIA BENT
En Kissthesnow, estamos muy orgullosos de haberos presentado esta serie durante nuestra sexta temporada que termina con este número. Fanatismo en Baldface Valhalla, perfección de la nieve en Wasatch-Utah, locura en Laax-Suiza y magia en MammothCalifornia. Estos han sido los ejes sobre los que han girado estos artículos. Pero, sobre todo, nos queda la sensación de que el nexo común de todos ellos ha sido la amistad que se vive entre los esquiadores de esta gran marca que, en estos casos, se muestra como una gran familia. Nos vemos en la próxima temporada.
MAVERICK 115 CTI
Probado en el Freeride world tour
Validado en el Freeride World Tour, este esquí ofrece potencia y rendimiento de alto nivel con versatilidad fuera de pista.
Rendimiento poderoso equilibrado
La espátula HRZN 3D presenta una mayor superficie para una mejor flotación en nieve polvo y un rendimiento más estable y suave en condiciones de nieve variable.
Construcción de menor impacto
Una reinterpretación de la construcción original del Maverick de menor impacto, que equilibra madera y metal con menos fibra de vidrio y resina para reducir las emisiones equivalentes de CO2 en un 24%.
ORIOL CARDONA & ARNO LIETHA DUELO
PARALELISMOS
Por KisstheSnow
El 27 de enero, del pasado año, el corredor francés de Bonneval-sur-Arc, Thibault Anselmet, ganaba contra todo pronóstico el esprint de la Copa del Mundo que se celebraba en Boí Taüll. Decir que ganó contra todo pronóstico no es menospreciar las virtudes del polivalente corredor francés, de los pocos capaces de brillar en todas las disciplinas, sino hacer un ejercicio de realismo. La realidad es terca y los últimos 16 esprints de Copa del Mundo, Campeonatos del Mundo o Campeonatos de Europa habían sido ganados por solamente dos corredores: Oriol Cardona y Arno Lietha. Para hacernos una idea de la medida del dominio, diremos que hay que remontarse al mes de marzo de 2021, cuando aún vivíamos condicionados por el COVID, para ver a otro ganador. Bajo estas circunstancias, se disputaron unos Campeonatos del Mundo en Andorra con las estaciones de esquí cerradas, los hoteles vacíos y las pistas solamente ocupadas por los corredores y sus entrenadores y técnicos. Ese ejercicio de mirar atrás ya nos da un poco la dimensión del vasto período de tiempo dominado sin fisuras por los dos corredores protagonistas de este artículo, más en unos tiempos acelerados en los que se pasa página tan rápidamente. Ese Campeonato del Mundo fue ganado por Iwan Arnold, otro suizo dominador de los esprints durante esos años. Después del Campeonato del Mundo disputado en Andorra, vino el final de temporada en Madonna di Campiglio, allí donde Oriol Cardona, en 2019, ganó por primera vez una carrera de Copa del Mundo adelantando en la mismísima línea de llegada a toda una institución como Rober Antonioli. Una carrera que en 2021 ya ganó Arno Lietha. Desde entonces, y hasta el pasado 27 de enero, casi tres años más tarde, Oriol y Arno se han repartido a partes iguales, ocho a ocho, las victorias en competiciones internacionales. A pesar de mimetizarse hasta estos niveles en el palmarés de victorias durante este periodo de dominio, veremos cómo los dos grandes dominadores de la disciplina, que será olímpica en
Milano Cortina d’Ampezzo, responden a perfiles y formas de competir muy distintas. Eso sí, con un paralelismo de fiabilidad y dominio para este tipo de esfuerzo físico, técnico y emocional difícil de encontrar en cualquier otro corredor. Ahí está el palmarés para volver a hacer un ejercicio de realismo.
UN LARGO CAMINO HASTA LLEGAR A LA ESPECIALIDAD
Oriol Cardona, a pesar de ganar tantas pruebas esprint, no sería un especialista de la disciplina. Y no lo es no por no ser capaz de brillar en este tipo de esfuerzo, sino porque su formación deportiva no ha sido la de centrase en una sola disciplina. Oriol llega a los esprints y centra allí todos sus esfuerzos, en vista a los Juegos Olímpicos de Milano Cortina d’Ampezzo 2026, después de competir en todo tipo de carreras y de ser capaz de hacer buenos resultados. Ha entrado dentro de los 10 primeros clasificados en carreras individuales de la Copa del Mundo, entre los cinco primeros en carreras verticales y ha sido cuarto en una Pierra Menta. Aún hoy, a pesar de poner toda su energía física y mental en los esprints y relevos, tiene un rendimiento muy sólido en carreras de distancia, luchando en todas las individuales y verticales de la Copa del Mundo por entrar entre los 10 primeros. Esta capacidad aeróbica permite a Oriol ser uno de los mejores relevistas en el nuevo formato de los relevos mixtos, que también serán olímpicos. Es en las pruebas de esprint de más desnivel y distancia en las que Oriol es capaz de rendir mejor. Seguramente, no tiene la punta de velocidad para estar delante los primeros 20 o 30 segundos de carrera, pero sus remontadas son heroicas y muy atractivas. Por esto, sus esprints son sinónimo de es-
pectáculo. También por su estilo técnico, que no siempre es el más ortodoxo o depurado, aunque sí uno de los más eficientes y rápidos. Como decía un antiguo entrenador suyo, Oriol no es el más técnico, pero sí como un gato que siempre encuentra recursos para caer sobre sus patas. Y esta capacidad de adaptación es lo más importante. Es probable que en esto también tenga gran parte de culpa su mentalidad y su control emocional. La sangre fría y la capacidad de ser un tipo tranquilo y despreocupado le permiten gestionar mejor sus fuerzas, sin ponerse nervioso en situaciones límite en las que puede estar en la cuerda floja. Lo que desde fuera se ve como un problema o una situación complicada para él no lo es. Se centra en lo que tiene que hacer, busca la solución y termina ganando. Todo esto seguro que se procesa a una velocidad altísima en el plano inconsciente de la mente. Por esto, sus victorias son tan espectaculares.
PRECISIÓN SUIZA
A pesar de ser un tópico, diremos que Arno Lietha compite como un reloj suizo. Los tópicos, aunque tengan muy mala prensa y provoquen alergia a cualquiera que quiera escribir de forma un tanto original, contienen una gran parte de verdad. Ver competir al corredor suizo es pensar en una máquina de precisión. Realiza movimientos técnicos, como pueden ser las distintas manipulaciones que se encuentran a lo largo de una carrera de esprint en las zonas de transición, a gran velocidad, además desprendiendo una apariencia de facilidad y tranquilidad apabullante. A menudo, pasa que los corredores que hacen las manipulaciones más rápidas también son los que desde fuera parece que las hagan de manera lenta. Porque, en realidad, no se trata de mo-
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ver de forma muy enérgica todas las partes del cuerpo, que da la falsa impresión de alguien que va muy rápido, sino de hacerlo de forma eficiente con los movimientos precisos. Arno es seguramente el corredor que de forma más sólida y constante hace las maniobras más rápidas. En lo puramente físico, también vemos que cuando se desplaza con los esquís en los pies no parece que lo esté haciendo de forma muy costosa a nivel energético, ya que, en este aspecto, también desprende elegancia y serenidad. A pesar de compartir reinado con Oriol en esta disciplina, el perfil deportivo de Arno se limita solamente a los esprints. Él sí que es un súper especialista de la disciplina. Desde muy joven, ya empezó a dominar en las carreras de esprint, tanto que cuando en 2019 debutaba en la categoría sénior, siendo su primer año de sub23, ya ganó el Campeonato del Mundo de esprint disputado en la localidad suiza de Villars-sur-Ollon. Pero, al contrario de a Oriol, no lo hemos visto brillar en carreras de distancia, como las verticales o individuales. Hoy en día, ya no compite en dichas disciplinas, centrando así todos sus esfuerzos en los esprints. Ni siquiera la prueba de relevos entra en la composición del equipo suizo. Su organismo se centra en ese esfuerzo de tres minutos a máxima intensidad. En este espacio tan corto de tiempo, la expresión facial de Arno transmite serenidad, tanto yendo primero como cuando tiene que ir persiguiendo. Da la falsa impresión de no estar dándolo todo.
DOS ESTILOS
A pesar de ver esta igualdad en el palmarés de los últimos tres años entre Oriol y Arno, sí que vemos que la balanza se decanta un poco más hacia el lado de Cardona. Al final, Oriol ha sido el vencedor de los tres últimos campeonatos, la carrera más importante de cada año y allí donde no se puede fallar, en el día “D” y
en la hora “H”. También hemos visto que pocas han sido las veces en las que Arno ha ganado de tú a tú a Oriol. Solamente, en el esprint de la Copa del Mundo de Flaine del año 2022, y en el de Noruega y Val Martello del año pasado, Arno ha sido capaz de vencer a Oriol en la final cuando el duelo es cara a cara. Las otras veces que Oriol no ha vencido y sí lo ha hecho Arno han sido finales en las que Oriol no estaba por enfermedad, había quedado eliminado con anterioridad o había tenido algún tipo de problema técnico que le impidió exprimirse al máximo. Desde fuera, todo parece muy fácil. Por esta razón, este juicio hay que medirlo en su justa medida. Pero sí que puede ser verdad que, analizando los lances de carrera, da la impresión de que cuando Oriol le coge la delantera al corredor suizo, mentalmente ya lo tiene ganado. Igual es por otro tópico gastado que dice que la mentalidad suiza es sinónimo de perfección, solidez, exactitud y poca flexibilidad para adaptarse y crear un guion alternativo de carrera para sacar la rabia y el instinto y poder así ganar. Las veces que Arno gana lo hace después de imponer su ritmo y guion de carrera, yendo primero desde la salida. Por esto, quizás, también da esta sensación de aparente facilidad y elegancia.
CADA UNO HACE SU CAMINO
Oriol, por instinto, capacidad, adaptación y resistencia, mientras que Arno, por elegancia, solidez y precisión, han llegado al mismo sitio con estas ocho victorias para cada uno durante el amplio período de tiempo de casi tres años. A pesar de la obsesión de las personas por querer objetivizar, medir y controlar todo el factor humano, estos dos grandes deportistas pueden llegar al mismo sitio de formas muy distintas. Y mientras esto sea así, el deporte practicado por humanos seguirá siendo mucho más atractivo que el de cualquier máquina o algoritmo, por perfecto que sea.
FRENEY 40L
Mochila unisex con capacidad para 40 litros, excepcionalmente ligera, diseñada para actividades de larga duración en la montaña. Con espalda muy transpirable, el fácil acceso a su interior desde los laterales, sus bolsillos perfectamente ubicados, el soporte para bastones y la posibilidad de contar con sistema de hidratación, la hacen realmente cómoda y muy fácil de usar.
HIGHLIGHTS
Material: Nylon | Poliéster.
Transpirabilidad en la espalda: Alpina Back Contact System.
Acceso directo al interior desde los laterales.
Bolsillos laterales.
Riñonera con bolsillos.
Tensor de pecho.
Cintas de compresión lateral.
Soporte para bastones.
Acceso a sistema de hidratación.
Funda para la lluvia.
Silbato de emergencia.
Peso: 1.110 gramos.
22 HØURS | ARCTIC DREAMLINES
JAKOB & MATTHIAS WEGER
VÍDEO: MAMMUT
CULTURA
EL ESQUÍ EN LA PANTALLA
Texto por Kissthemountain
El devenir de nuestras vidas tiene mucho en común con la actividad en la montaña.
LA MONTAÑA AL RESCATE DE LA FRUSTRACIÓN
La frustración es uno de los sentimientos más complicados de gestionar para el ser humano. Es la causante de la decepción que experimentamos cuando tenemos un deseo o una necesidad que por distintas circunstancias no logramos satisfacer. Puede llegar a sumirnos en un estado cercano a la ira. Saber gestionarla es algo que los padres tratan de inculcar a sus hijos cuando esta se presenta. No es fácil. Son muchas las ilusiones y expectativas generadas que pueden romperse repentinamente, o poco a poco, algo que puede llegar a ser incluso más decepcionante. Imaginad que una familia lleva tiempo planificando una semana de vacaciones en la montaña o en la playa. Hace ya tiempo que adquirió sus vuelos y reservó el alojamiento. El momento marcado en el calendario parece no llegar nunca. Hasta que, por fin, un día se encuentran camino del aeropuerto. Esa familia duerme en el hotel reservado y al despertar comprueba que esas previsiones meteorológicas que trataba de obviar se hacen realidad. El viento y la lluvia no les permiten realizar las actividades que con tanta ilusión habían planificado. La frustración hace acto de presencia. Pero los padres saben que es importante saber lidiar con ella y de esta manera enseñar a sus hijos que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Esa familia alquila un coche y se dedica a recorrer la zona para
EL ESQUÍ EN LA PANTALLA
conocerla, algo que no habrían hecho si la estación de esquí hubiera estado abierta o si las condiciones para pasar días en la playa hubiesen sido óptimas. Cambian su mentalidad y sorprendentemente disfrutan de una semana que no olvidarán jamás.
Jakob y Matthias Weger han pasado el invierno en sus Alpes con más pena que gloria. Las consecuencias del temido y amenazante cambio climático han hecho que la temporada de esquí haya sido realmente mala. Se encuentran en su casa guardando todo el material hasta la próxima temporada cuando reciben la llamada de Krister Kopala avisándoles de que una gran tormenta de nieve se aproxima a los Alpes de Lyngen, en Noruega, a 350 kilómetros al norte del círculo polar ártico, al territorio del white out, del blanco nuclear, del silencio más absoluto, de las montañas más empinadas, de las aristas más afiladas y de las líneas de esquí más expuestas. La belleza del norte del norte. No lo dudan. Las montañas, en este caso lejanas, han venido en su ayuda para hacerles superar esos sentimientos de frustración generados por la mala temporada. Siempre hay esperanza.
La película presentada por MAMMUT hace unos meses y que hoy os traemos a estas páginas es un compendio de belleza y superación. El paisaje salvaje, alejado de la civilización, sometido a los caprichos de una meteorología tan cambiante que puede convertir en muy peligroso un día que está transcurriendo con total normalidad, es el protagonista de un film que muestra la determinación de estos dos hermanos que han venido a sus dominios con la intención de hacerse con líneas pro-
EL ESQUÍ EN LA PANTALLA
pias de un sueño: Artic Dreamlines Pero no todo sale de la manera en la que estaba previsto. O quizás, sí. Los momentos de exaltación ante los retos que van superando son a menudo rotos por el poder de la naturaleza.
TOMASTINDEN
Un día recibimos la invitación de un amigo experto navegante para que pasemos la jornada en su velero. Quiere enseñarnos al fin esa pequeña isla de la que tanto nos ha hablado y que se encuentra a poco más de dos kilómetros de la línea de costa. El tiempo es perfecto. El viento sopla lo suficiente para que el velero se mueva con agilidad, pero no moleste ni haga peligrar la travesía. Tras pasar el día en la única playa de la isla, volvemos a subir a la pequeña embarcación para regresar a la península. Entonces, repentinamente, el tiempo empeora, agitando tanto el mar que incluso el rostro de nuestro amigo muestra señales evidentes de preocupación. Nos pide que nos pongamos los chalecos salvavidas. Tras más de dos o tres horas de gran lucha, entramos en la seguridad del puerto. La calma ante la incertidumbre ha hecho que superemos esta nada agradable situación.
Jakob y Matthias Weger comienzan la ascensión del Tomastinden con la intención de dibujar sus primeras líneas sobre la nieve de los Alpes de Lyngen. Su estado es bueno, pero las altas temperaturas indican que la situación puede cambiar en cualquier momento al transformar el oro blanco en hielo. Tras horas de ascenso, llegan a la
EL ESQUÍ EN LA PANTALLA
cumbre, desde la que inician un bello descenso tras ponerse el sol. Entonces, justo en la parte final del mismo, en la zona más expuesta, donde una caída no está permitida, aparece el temido hielo. Una situación realmente compleja y peligrosa hace acto de presencia. La tensión se palpa en el ambiente. Tras varias horas de lucha, a las 03:00 de la mañana, al fin, entran en la seguridad del coche. La calma ante la incertidumbre ha hecho que superen esta nada agradable situación.
XAVIER DE LE RUE LINE
Tras esos momentos complicados, los dos hermanos del Südtirol deciden dejar pasar unos días esperando que el cielo les regale más nieve, mientras se dedican a pescar y a disfrutar de la experiencia que este recóndito lugar del mundo les ofrece. Finalmente, el ansiado momento llega y las precipitaciones hacen que las montañas se cubran de una nueva capa de nieve polvo perfecta para disfrutar de esas líneas de ensueño que han venido a buscar. Eligen un couloir excepcionalmente bello. Tras un ascenso con porcentajes de inclinación extremos, alcanzan el punto desde donde podrán dar rienda suelta a su creatividad. Es la conocida como línea Xavier de Le Rue. Se suceden en ese momento los minutos más extremos en el metraje de esta película. Pasajes angostos por donde apenas caben sus tablas o esquís, pendientes que transitan por no fall zones, lugares donde una caída no está permitida, nieve que no deja de caer y que en ocasiones limita la visibilidad a justo la necesaria para poder
EL ESQUÍ EN LA PANTALLA
EL ESQUÍ EN LA PANTALLA
progresar, silencio absoluto sólo roto por el crujir de la nieve y por sus gritos de emoción al saber que están viviendo lo que son probablemente los mejores momentos del año.
STORE JAEGERVASSTINDEN
Dicen que las cosas más luchadas son aquellas que más se disfrutan en la vida. Son las que conseguimos tras haber pasado por períodos de muchas dudas en las que las complicaciones iban apareciendo, haciéndonos temer que en lugar de acercarnos al ansiado objetivo nos alejábamos de él. Nadie salvo nosotros mismos confiábamos en que el éxito pudiera aparecer finalmente. Éramos conscientes de su dificultad y sabíamos que necesitaríamos una gran dosis de suerte para que lo soñado se convirtiera en realidad. Pero, también, la experiencia nos decía que la determinación y la resistencia podían tener su premio.
Jakob y Matthias Weger piensan que su viaje a los Alpes de Lyngen quizás ha terminado ya. Las complicadas previsiones meteorológicas así parecen indicarlo. Aun así, deciden esperar unos días más. Entonces, en esos pronósticos aparece una remota posibilidad de que se abra una ventana de buen tiempo. Corta, pero real. Se dirigen entonces a Store Jaegervasstin-
den y comienzan a ascender con unas condiciones terribles de visibilidad, en donde manda ese fenómeno conocido como white out, un cóctel de nieve y niebla densa que hace que sólo veamos un intenso blanco que no permite distinguir siluetas de rocas u otros accidentes propios de la montaña salvo que estemos a pocos metros, incluso centímetros, de ellos. Pretenden estar en la cima a las 18:00 horas, momento previsto para que se abra esa ventana de buen tiempo. A pocos metros de la cumbre, deciden parar. Las condiciones son realmente malas y peligrosas. Cavan una cueva para mitigar el frío intenso que penetra en sus huesos. Cinco horas más tarde, a las 23:00, gracias a una especie de sexto sentido que les dice que el sol de medianoche puede aparecer en cualquier momento, prosiguen su camino hacia la cima. Entonces, justo al llegar, el cielo se abre mostrando la tremenda belleza de lo que les rodea. Es el momento de ajustar sus botas y recoger la experiencia que han venido a buscar y que tanto merecen. Es su premio por la constancia y la determinación. Por no haberse rendido cuando hubiera sido lo más lógico.
El devenir de nuestras vidas tiene mucho en común con la actividad en la montaña.
Por los momentos que nos hacen
Cuando estás al límite, haciendo realidad una visión y respaldado por horas de preparación, ¿cómo te moldeará este momento? Construida sobre la base de cinco generaciones de herencia del montañismo Eiger Extreme y diseñada junto con el esquiador profesional Jérémie Heitz, la colección Eiger Free ha sido creada para apoyar las ambiciones más salvajes de freeride en las grandes montañas en el terreno alpino más técnico, permitiendo al mismo tiempo una total libertad de expresión, sea cual sea el lienzo de la montaña.
THIBAULT MAGNIN
PLASMANDO SU ARTE EN EL FREERIDE
EMBAJADOR
Thibault Magnin inaugura una nueva temporada en su carrera como esquiador. Tras un exitoso palmarés en el freestyle, una disciplina que no deja de lado, ha dado un paso importante al formar parte, por primera vez esta temporada, del Freeride World Tour, donde espera poder mostrar su creatividad y llevar a la alta montaña trucos hasta ahora inéditos más propios del freestyle. El hispanosuizo, embajador de la marca ALPINA, habla con nosotros sobre sus expectativas para esta nueva aventura, su paso por los Juegos Olímpicos de Beijing en la disciplina del freestyle y su forma de entender el esquí. Para él, como nos dice, esta es una temporada de aprendizaje. Con suerte, quizás encuentre esa línea en la que aplicar grandes trucos nunca vistos hasta ahora en las emblemáticas caras del FWT.
K K
issthesnow: Buenos días, Thibault. Estás por Andorra ahora, ¿no? Me dijeron que hace unos días andabas por Suiza
Thibault: Sí, llegué ayer. No paro de moverme. He estado dos semanas en Suiza, ahora en Andorra y mañana ya me voy a Canadá para la próxima competición del Freeride World Tour, en Kicking Horse [Esta charla se mantuvo el 8 de febrero, días antes de la segunda parada del FWT en Canadá, en la que Thibault se hizo con una 15ª posición].
K: Imagino que vas con tiempo para poder reconocer el terreno y entrenar por allí.
T: Vamos un par de días antes para ver todo y, sobre todo, por el jet lag. No quiero estar muy cansado el día clave.
K: ¿Qué haces por Andorra? ¿Es por entrenamiento o por algún compromiso con patrocinadores?
T: Tengo una casa aquí donde suelo pasar la temporada.
K: ¿Cómo está de nieve? Vi el otro día que,W salvo en las cumbres más altas, hay mucha escasez.
T: Hay poca nieve. Es horrible. Todo está marrón. El Pirineo está regular. A ver si se arregla para la segunda parte de la temporada. Cada año
nieva más tarde. Esperemos que marzo sea un buen mes.
K: Thibault, es muy frecuente que esquiadores de alpino, en un momento dado, se interesen por el freeride, probablemente en busca de algo más de libertad en su performance alejándose de las pistas domesticadas y de las estrictas reglas de la disciplina más de alpino. Es el caso de, por ejemplo, Sybille Blanjean, por decirte un nombre que también está vinculado, como tú, a ALPINA, de quien eres embajador. Tu caso es diferente. Vienes del park, del freestyle. ¿Cómo es la transición y por qué la realizas?
T: Además de freestyle, siempre he hecho freeride. Creo que es un poco la continuación lógica en la carrera de un freestyler. La idea es traer a la montaña, al freeride, los trucos que hacemos en los parques. En mi caso, junto a la trayectoria en freestyle, he hecho un par de eventos de backcountry, que es como una mezcla de las dos disciplinas. Siempre me ha llamado la atención. Me gusta mucho hacer mis trucos y dar rienda suelta a mi creatividad fuera de los snowparks Por eso, he decidido virar hacia el
freeride y descubrir también este mundo, diferente al del freestyle.
K: Las dos disciplinas tienen el término "free" en su comienzo. Aún así, ¿encuentras algo más de libertad creativa en el freeride? Aunque quizás más que por la creatividad, sea por el hecho de que no estás en un parque, sino que el terreno de juego es la montaña en su conjunto, donde tú mismo eliges la línea a seguir. ¿Hay algún componente de esta libertad en el atractivo que encuentras en el freeride?
T: Es como dices al 100%. Las dos disciplinas tienen el término “free” e implican mayor libertad. En cada una de ellas, elegimos nuestra línea, pero sí es cierto que en el freeride la libertad es mayor porque la eliges en la montaña, entre las múltiples opciones que hay. En un snowpark, igual hay sólo dos o tres líneas por las que optar, y todos hacemos los mismos trucos. Definitivamente, en el freeride, la libertad da un paso más allá. También, está el atractivo de no saber cómo te vas a encontrar la nieve. Sólo hay una ronda, mientras que en el freestyle tenemos dos o tres y, además, podemos entrenar pre-
viamente a la competición en el mismo recorrido, algo que no ocurre en el freeride, donde sólo tienes una oportunidad. Los días anteriores puedes visualizar tu línea, pero realmente no sabes si el salto que tienes en mente será posible o no de ejecutar, dependiendo de cómo esté la nieve... Hay muchos factores que hacen la experiencia en el freeride mucho más extrema. K: En el freestyle, puedes entrenar exactamente en el circuito donde vas a competir e imagino que saldrás ya con la previsión de qué trucos vas a hacer. Los tienes ya plenamente definidos en la cabeza. En el freeride, en cambio, aunque tengas algo previsto tras el estudio de la línea, imagino que os veis obligados a dejar mayor espacio a la improvisación. ¿Es así?
T: Exactamente, Juanmi. En el freeride, hay mucho espacio para la improvisación y la intuición cuando sales del portillón. Claro que tienes tu línea pensada y muy estudiada, con puntos de orientación en la montaña para saber dónde estás exactamente, pero hay mucha improvisación porque nunca se sabe el estado de la nieve que puede ser diferente al que esperabas. Esto influye mucho en comparación con el freestyle, donde tienes todo preparado para cada módulo. En el freeride, donde pensabas que el lugar era bueno para hacer determinado truco, te puedes encontrar que hay poca nieve o que está muy dura. Hay que ser muy reactivo e improvisar bastante si las condiciones no están como pensabas.
K: Creía que todo se tenía mucho más previsto, pero entiendo lo que me dices. Las condiciones de la nieve cambian de un día para otro e incluso por horas.
T: También depende mucho de la posición en la que te toca salir. Si antes que tú lo hacen muchos otros riders, igual el salto que quieres hacer ya tiene marcada la línea. Es diferente hacer un truco en nieve polvo o sobre la que ya ha pasado gente. Influye mucho. La elección de la línea sí que debes tenerla al 100% clara cuando sales del portillón, porque de otra manera te pierdes. Hay que tener referencias, como árboles o rocas, para saber por dónde debes ir exactamente.
K: Te puedes desorientar. Son paredes muy salvajes y, aunque se
"Además de freestyle, siempre he hecho freeride. Creo que es un poco la continuación lógica en la carrera de un freestyler. La idea es traer a la montaña, al freeride, los trucos que hacemos en los parques. En mi caso, junto a la trayectoria en freestyle, he hecho un par de eventos de backcountry, que es como una mezcla de las dos disciplinas. Siempre me ha llamado la atención. Me gusta mucho hacer mis trucos y dar rienda suelta a mi creatividad fuera de los snowparks. Por eso, he decidido virar hacia el freeride y descubrir también este mundo, diferente al del freestyle".
baje cada año por la misma cara, la montaña es muy cambiante. ¿Puedes llegar a perderte en la pared?
T: Sí, es muy fácil que esto ocurra. Cuando visualizamos con los prismáticos, la cara siempre la vemos desde abajo, pero al cam-
CHARLAS EN LA CIMA
biar el punto de vista, desde arriba, las rocas y los obstáculos naturales no se ven igual. Hay que tenerlo todo previamente muy claro. Para mí, viniendo del freestyle, eso es lo más difícil en este primer año en el Freeride World Tour.
K: Este año, en tu primera aparición en el FWT, he leído que puedes aportar algo diferente, más basado en la velocidad y en trucos no vistos hasta ahora en el mundo del freeride. ¿Qué puede aportar Thibault a esta disciplina?
buen salto para hacerlos realidad. Por eso, mi objetivo este primer año es coger experiencia e intentar hacer unos saltos que tengo en mente. Con eso sería feliz. Me gustaría hacer un doble backflip con mi estilo y alguno otro más técnico del freestyle, pero es muy difícil encontrar el sitio bueno para hacerlos.
K: Una cosa es la teoría, lo que imaginas, y otra lo que te encuentras cuando estás allí.
T: Eso es.
K: Quizás te suene un poco raro esto que te voy a contar. Últimamente pienso mucho en que el freeride es como una mezcla entre dos artes clásicas. Por un lado, la pintura, porque, al fin y al cabo, dibujas tus líneas sobre el lienzo blanco de la nieve. Por otro, creo que tiene algo de danza, porque al final el movimiento del cuerpo y el equilibrio es muy importante. Si profundizo un poco más, quizás más que con la danza, tenga que ver con la gimnasia artística, una disciplina a la que creo que te dedicaste un tiempo. ¿Qué piensas de esto?
"En el freeride, hay mucho espacio para la improvisación. Claro que tienes tu línea pensada y muy estudiada, con puntos de orientación en la montaña para saber dónde estás exactamente, pero hay mucha improvisación porque nunca se sabe el estado de la nieve. Esto influye mucho en comparación con el freestyle, donde tienes todo preparado para cada módulo. En el freeride, donde pensabas que el lugar era bueno para hacer determinado truco, te puedes encontrar que hay poca nieve o que está muy dura. Hay que ser muy reactivo e improvisar bastante si las condiciones no están cómo pensabas".
T: Lo que quiero y creo que puedo aportar es creatividad y la habilidad que tengo para hacer los trucos del freestyle. Sería genial poder trasladarlos al freeride. Me gustaría dar una visión diferente. Cada uno de los riders tenemos la nuestra propia. Ojalá pueda encontrar esa línea que me permita mostrar mi creatividad para hacer los trucos que tengo en mente y que no se han hecho aún en el FWT. Pero, claro, es muy difícil dar con un
T: He hecho gimnasia artística y creo que es una base muy buena para los trucos, para saber dónde estás en el aire y poder así perfeccionarlos. También, hice esquí alpino durante cinco años cuando era más joven. Eso también me ayudó muchísimo para tener una buena base de esquí, tanto para el freestyle como para el freeride.
K: Entiendo que la gimnasia artística te ha ayudado en cuanto al control
CHARLAS EN LA CIMA
de tu cuerpo y a la orientación cuando estás en el aire. ¿Es así?
T: Exactamente. En el freeride quizás no tanto, más en el freestyle. Y eso de dibujar la línea sobre la nieve, lo veo como tú, como un arte. Cada uno plasmamos la nuestra en la nieve. Eso es muy bonito.
K: Un gran artista en esto es Jérémie Heitz con quien compartes la mitad de tu nacionalidad [Thibault tiene la doble nacionalidad española y suiza]. Él lo ha llevado todo al extremo. Dibuja líneas utilizando incluso luces para iluminar la trazada. Es un deporte, pero se acerca muchísimo al arte.
T: Sí, es así. El freeride puede ser una forma artística. Cada uno tiene un estilo y una visión diferente de su esquí. Esa diferencia es lo bonito. Tienes toda la montaña para elegir dónde y cómo dibujar esa línea.
K: La temporada pasada te hiciste con el Red Bull Infinite Lines de backcountry. Tu palmarés en la disciplina del freestyle es impresionante, aunque me imagino que sobre todo destacarás tu participación en los Juegos Olímpicos de Beijing 2022, en Big Air y Slopestyle. ¿Qué tal es cumplir el sueño olímpico? ¿Qué esperas para Milano Cortina d’Ampezzo 2026?
T: La verdad es que participar en unos Juegos Olímpicos siempre había sido un sueño. Haberlo hecho realidad en Beijing fue algo inolvidable. Lo soñaba desde pequeño y hacerlo, representando a España, fue increíble, a la vez que un reto muy duro porque 11 meses antes de la cita, me lesioné los cruzados de la rodilla. Los médicos me decían que no iba a
poder participar. Luché mucho y al final lo conseguí. No pude entrenar como me habría gustado, pero sólo haber estado allí, después de todo el esfuerzo, es algo que nunca olvidaré. Espero poder participar en Milano Cortina d'Ampezzo 2026. Sería también un sueño. Y no olvido que quizás en 2030, el freeride puede que también sea olímpico [Risas].
K: El esquí de montaña ya ha entrado, con pruebas quizás un poco domesticadas, como el esprint y los relevos. Imagino que por cuestiones de retransmisión televisiva, ya que no es fácil hacerlo con una prueba individual. El freeride, en cambio, sí que se puede televisar bien, con un resultado espectacular. Debería estar en 2030.
T: Eso espero.
"Ojalá pueda encontrar esa línea que me permita mostrar mi creatividad para hacer los trucos que tengo en mente y que no se han hecho aún en el
FWT.
Pero, claro, es muy difícil dar con un buen salto para hacerlos realidad. Por eso, mi objetivo este primer año es coger experiencia e intentar hacer unos saltos que tengo en mente".
K: Me ha gustado eso que me has dicho antes de que este primer año en el Freeride World Tour, aunque tienes mucha ilusión por plasmar tu esquí con tu estilo, lo consideras un año de aprendizaje. ¿Qué balance haces tras la prueba de Verbier y qué crees que puede ocurrir en Kicking Horse?
T: El inicio de la temporada del circuito este año no ha sido el habitual al
vidad y hacer algunos trucos grandes. Eso espero. También sé que la cara de Canadá es corta en comparación a otras y que no deja espacio para muchos saltos, igual uno o dos, pero bueno... Es mi primera vez en Kicking Horse y tengo ganas de seguir viviendo la temporada del FWT.
K: ¿Qué tal el ambiente entre los freeriders? Se habla mucho de que se generan vínculos fuertes de amistad. ¿Es comparable al ambiente en el freestyle?
"La verdad es que participar en unos Juegos Olímpicos siempre había sido un sueño. Haberlo hecho realidad en Beijing fue algo inolvidable. Lo soñaba desde pequeño y hacerlo, representando a España, fue increíble, a la vez que un reto muy duro porque
11 meses antes de la cita, me lesioné los cruzados de la rodilla. Los médicos me decían que no iba a poder participar. Luché mucho y al final lo conseguí. Espero poder participar en Milano Cortina d'Ampezzo 2026. Sería también un sueño. Y no olvido que quizás en 2030, el freeride puede que también sea olímpico".
cancelarse Baqueira-Beret y Andorra. Tenía muchas ganas de empezar ahí, porque es en casa, con la familia, amigos y todos los que me apoyan. Y, más que nada, porque son caras que se adaptan más a mi estilo. Verbier es la más dura de todas, donde se hace la final. Es la más extrema, técnica y peligrosa. Cuando anunciaron que empezábamos allí, me sentí un tanto intimidado. Mi primera experiencia sería demasiado intensa. Pero estoy contento. Esquié bien, aunque fue una lástima que me cayese en la última roca, donde a muchos otros riders le ocurrió lo mismo. La nieve era muy dura y la recepción muy difícil de aguantar. Me quedo con el lado positivo, que siendo mi primera prueba en el FWT, en este sitio tan mítico, esquié muy bien y con confianza. He mostrado que mi esquí está ahí. La pena es que no logré puntuar. A Kicking Horse, voy con la intención de planchar mi ronda, sentirme feliz con mi esquí, enseñar un esquí potente y rápido, poder traer mi creati-
T: El ambiente entre todos los riders en el FWT es increíble. Es como una gran familia. Soy nuevo, pero rápidamente me he sentido muy bienvenido. Es bastante similar al freestyle, donde la gente también es muy agradable, pero en el freeride se vive de una manera más intensa. Todos estamos mucho más cerca porque no vamos en equipos o federaciones, sino que cada uno viaja solo y se junta con los otros riders. A Canadá, por ejemplo, viajo con los suizos y algunos americanos. Es una relación mucho más cercana, sin las ataduras de selecciones y equipos. Aquí, todos estamos en el mismo hotel, por ejemplo.
K: ¿Hay tiempo para tomar unas cervezas?
T: Sí, claro [Risas].
K: Te acabas de vincular con la marca de relojes ALPINA. Es más que centenaria e imagino que será especial para ti.
T: Para mí, es un honor poder representar a esta marca y formar parte de la familia ALPINA. Hay otros deportistas que me inspiran mucho. Es una
CHARLAS EN LA CIMA
marca que respira excelencia y eso me motiva a dar lo mejor de mí para representarlos de la mejor manera posible en el FWT. Es increíble sentir su apoyo. Me motiva mucho para lo que viene.
K: Y unir tu nombre de alguna manera a los de Max Palm, Victor de Le Rue, Sybille Blanjean... Sentirte parte de esta comunidad debe de ser algo grande también. Imagino que son gente que admiras.
T: Sí, son gente que admiro y también amigos. También está Markus Eder, que es uno de mis ídolos, al venir del freestyle y haber revolucionado el freeride. Eso me inspira mucho. Me identifico mucho con su esquí. Estar con ALPINA me da mucha confianza para seguir dando lo mejor de mí en este nuevo paso en mi carrera.
K: Thibault, que tengas mucha suerte. Te estaremos siguiendo. Espero que puedas demostrar todo tu esquí durante esta temporada.
T: Muchas gracias, Juanmi.
K: Un abrazo fuerte.
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FISIOLOGÍA
HISTORIA DE LA NUTRICIÓN DEPORTIVA IV
LOS RETOS ACTUALES
LO LARGO Y ANCHO DE LOS TRES CAPÍTULOS EN LOS QUE LLEVA
A
MOS VERSANDO SOBRE LA HISTORIA DE LA NUTRICIÓN DEPORTIVA, HEMOS VISTO CÓMO ESTA HA IDO EVOLUCIONANDO EN FUNCIÓN DE LAS NECESIDADES DEL CUERPO
HUMANO SOMETIDO AL ESFUERZO
Por Marc Pinsashfísico detectadas por la ciencia. Por un lado, históricamente, se ha buscado la periodización de los nutrientes durante el ejercicio para dotar al organismo de la energía necesaria para su mejor rendimiento. Y, por otro, ha existido la suplementación entendida como una serie de estrategias para restituir los nutrientes que se han gastado durante el ejercicio. En ambos ámbitos, la ciencia y la tecnología han evolucionado suministrando a los deportistas productos que cada vez han permitido afinar más las necesidades del cuerpo en cada momento. También, se ha puesto el foco en lo que había que comer fuera de entrenamientos y competiciones para optimizar el rendimiento físico. En este sentido, vemos cómo lo que hacemos en el día a día con nuestra alimentación permite acceder a una nueva dimensión de la nutrición deportiva, entendiendo el cuidado y el entrenamiento de nuestro sistema digestivo como una acción holística de todo nuestro cuerpo y vida. Por esta razón, hablamos de una revolución total en el sentido en el que lo que comemos, cómo lo comemos y en qué momento, lo hacemos de forma transversal como una variable más a tener en cuenta durante los entrenamientos, al mismo nivel que las pulsaciones, el tipo de series o los metros de desnivel que incorporamos a nuestras rutinas. Y hablamos de revolución total porque comer, ya sea durante el entrenamiento o después, es una acción cotidiana que llevamos a cabo al menos cinco veces al día y que además afecta a nuestros hábitos más arraigados, ya que implica replantear nuestra forma de comprar, de cocinar y, finalmente, de nutrir al cuerpo.
ENTRENAMIENTO DEL SISTEMA DIGESTIVO
En estos últimos años, el entrenamiento del sistema digestivo -básicamente estómago e intestino- está abriendo una nueva dimensión en la nutrición deportiva con el objetivo de aumentar el rendimiento físico en competición, en la calidad de los entrenamientos que podemos llevar a cabo o en la recuperación de los esfuerzos. El entrenamiento del sistema digestivo es un proceso de adaptación del mismo para acostumbrar al estómago y al intestino delgado a tolerar mayores volúmenes de fluidos y cantidades de comida ingeridas durante el ejercicio, así como mejorar su absorción. Todo ello se hace avanzando en los hábitos en torno a la comida y a la bebida durante el ejercicio, para optimizar la recuperación del deportista, minimizar el riesgo de lesiones, mejorar el estado metabólico del cuerpo y dotar al mismo de más y mejor energía para utilizar en función del esfuerzo que realice. Se trata de aplicar los principios del entrenamiento -progresividad, individualización, continuidad, sobrecarga, reversibilidad, especificidad y recuperaciónen la organización de la comida y la bebida a lo largo de los entrenamientos para llegar a la competición con la certeza de poder absorber cantidades mayores de energía. Una adecuada pauta -en la cantidad y calidad de comida o bebida y en el momento en el que tomarla- a lo largo de todos los meses de entrenamiento y durante el día de la competición permitirá no sufrir problemas gastrointestinales en la ingesta necesaria para no entrar en déficits que pongan en riesgo el buen rendimiento físico o la salud del deportista. Para poder llegar a este objetivo final, es necesario este entrenamiento, dada la multiplicidad de factores que existen durante un ejercicio de alta intensidad y duración que pueden limitar el adecuado funcionamiento del sistema digestivo.
ENSAYO Y ERROR
En este nuevo paradigma que se está abriendo en los últimos años en el campo de la nutrición deportiva, la teoría va detrás
de la práctica. Si bien la literatura científica describe multitud de mecanismos teóricos que podrían explicar o fundamentar una cierta “teoría del entrenamiento digestivo”, aún falta mucho por investigar y poder sacar así conclusiones universales. En este sentido, la práctica del día a día llevada a cabo por preparadores, por nutricionistas o por los deportistas, a partir de la propia experiencia y del ensayo y error, van resultando en posibles hipótesis que tendrán que ser corroboradas con futuros estudios. Por esto, es un campo casi virgen en el que profundizar para encontrar soluciones que mejoren el rendimiento y la salud de los deportistas. Aquí, enlazamos con la visión de la nutrición que se centra en cuidar el sistema digestivo para que el organismo pueda rendir desde una visión más holística de la performance deportiva.
SALUD PARA RENDIR
De la misma forma que antes de entrenar el físico hay que estar en un buen estado de salud, tampoco podremos preparar el sistema digestivo sin antes asegurarnos de su buen estado y cuidado. Este, también, es un campo con un gran margen de estudio, sobre todo en lo que hace referencia a la flora intestinal. Cuidar nuestro sistema digestivo nos permitirá llevar a cabo estrategias nutricionales más ambiciosas en cuanto a la cantidad de comida y bebida que podamos ingerir durante el ejercicio y, más importante aún, absorber correctamente lo que comamos. De nada nos servirá hacer una suplementación muy afinada con productos de alta calidad, o buscar los alimentos óptimos para reponer los nutrientes de un
determinado sustrato energético, si luego no pasan a nuestra sangre. La flora intestinal es la responsable de esto, pero también de protegernos frente a infecciones y de luchar contra patógenos a través de nuestro sistema inmunológico. En el estudio de la flora, la ciencia aún anda a oscuras con muy pocas certezas y muchas incógnitas, pero nadie duda de que es el gran ámbito de estudio en el que indagar para encontrar respuesta a muchos de los desajustes que suceden en los distintos sistemas del cuerpo humano. Por esto, un deportista que entrena mucho y que está muy en forma, pero que enferma de forma recurrente, no podrá tener un desarrollo a medio y largo plazo correcto. Además, esto será señal de un mal funcionamiento de su organismo a nivel sistémico, por lo que resulta de vital importancia explorar en sus hábitos alimentarios para ver qué puede estar sucediendo, e intentar llevar a cabo estrategias nutricionales que permitan conducir el cuerpo a un estado general más saludable y duradero. Esta visión, en la que se entiende que en el organismo todo está interaccionado y donde la mirada se pone más en el medio y largo plazo que en la presente temporada, también es un cambio de concepción que obliga a deportistas y preparadores a mirar un poco más allá, tomar en consideración la globalidad de la vida del atleta y adoptar una visión más larga en medio de la inmediatez que nos ha tocado vivir.
ALLÍ DONDE AVANZAREl cuidado del sistema digestivo y su entrenamiento son ámbitos que, a pesar de conocer algunos mecanismos teóricos, no deja de ser un terreno en el que aún hay que explorar mucho más para mejorar la salud de los atletas y optimizar su nutrición. No queda otra que, a partir de lo que ya nos ha descrito la ciencia, experimentar sus posibilidades para ponerlas en práctica. Luego, medir los avances, controlar los errores y aciertos y sacar nuestras propias conclu-
siones para poder mejorar. Así ha avanzado la ciencia de la nutrición deportiva a lo largo del tiempo. Ahora, toca entender el cuerpo en su globalidad y, así, enlazar el entrenamiento físico con el nutricional. Con esta mirada en la que distintos ámbitos de conocimiento se dan la mano, se puede evolucionar para seguir rompiendo límites.
Queremos dar las gracias a la marca nutricional de referencia, 226ERS, por su incansable investigación para encontrar los productos que nos ayudan a alimentar nuestros sueños, y por haber apoyado esta serie de artículos sobre la historia de la nutrición deportiva que os hemos ido presentando en la sexta temporada de Kissthesnow.
MILLET TOUR DU RUTOR EXTRÊME ALTITOY MILLET &
ECOSISTEMA MILLET. MOTIVOS PARA SOÑAR
Texto por Marc
PinsachViajamos en el tiempo. Estamos en 2004, en un instituto de secundaria de un pueblo a medio camino entre el Pirineo y la Costa Brava. Allí, un estudiante, debutante en el esquí de montaña, en su agenda de instituto, luce las fotos de quien él considera una leyenda vestida de MILLET, aunque para el resto de alumnos y profesores sea un total desconocido. El protagonista de estas fotografías es Stéphane Brosse. Sus actividades, que hacen soñar a ese joven estudiante durante las largas horas de clase, se llevan a cabo en las laderas boscosas de la Pierra Menta, en los glaciares de la Patrouille des Glaciers, en las aristas de la Mezzalama o en los altos picos del Valle de Aosta, en el marco del Millet Tour du Rutor Extrême. Son las carreras que iniciaron el circuito de La Grande Course, al que, unos años más tarde, también se unió la Altitoy Millet. Pero, sobre todo, son las carreras que, con sus imágenes espectaculares en un medio montañoso de gran envergadura técnica y natural, y en unos recorridos de enorme desafío físico y mental, han hecho soñar a muchos de los que han empezado a hacer carreras de esquí de montaña.
TERRENOS DE JUEGO | ESQUÍ DE MONTAÑA
PLENA SATISFACCIÓN
Primero, uno va al instituto, ve la agenda y sueña con poder participar un día en alguna de estas carreras para experimentar ese sentimiento contradictorio de deseo y miedo al verse subido en alguna de esas aristas tan sobrecogedoras. Luego, esa misma persona va deslizándose con los esquís de montaña mientras imagina cómo de satisfactorio debe de ser el abrazo con tu compañero al cruzar sus líneas de meta, unos lugares en los que todo el mundo está feliz, algo que no siempre ocurre en otras carreras. Lo cierto es que, después de superar un nivel de esfuerzo físico, técnico y mental tan exigente, con la recompensa de unos paisajes tan bonitos y genuinamente salvajes, el hecho de terminar ya es una enorme satisfacción, aunque el resultado no esté a la altura de lo que uno soñaba. En esta felicidad, también influye la convivencia en total armonía entre profesionales y amateurs, algo característico de estas pruebas de La Grande Course y, por supuesto, del Millet Tour du Rutor Extrême y de la Altitoy Millet, protagonistas de este artículo.
EL LEGADO DE MILLET
Las fotos pegadas en la portada de esa agenda que hacían soñar a este joven estudiante con carreras de esquí de montaña, generalmente, eran protagonizadas por Stéphane Brosse. El francés, en sus victorias en la Pierra Menta, en la Mezzalama, en la Patrouille des Glaciers, en el récord del Mont-Blanc o en el de la travesía Chamonix-Zermat, iluminaba el mundo de la piel de foca de competición mientras añadía prestigio y reputación a la marca francesa.
TERRENOS DE JUEGO
Millet. De la mano de Brosse, se ponía en lo más alto del mundo del esquí de montaña, como ya lo había hecho en su día en el del alpinismo, cuando Louis Lachenal y Maurice Herzog alcanzaban la cima del primer ochomil hollado por el hombre, el Annapurna, con una mochila de la marca francesa. Pero más allá de las victorias o de los récords, fue sobre todo el prestigio, el respeto o el charme, como dirían los propios franceses, lo que dio el estilo elegante y señorial de Stéphane Brosse a la marca con la “M” en su logotipo. Además, Brosse y Millet, en perfecta unión, codo con codo, como ya se hiciera en el pasado con tantos otros alpinistas, empezaron a desarrollar prendas específicas para esta visión más atlética del esquí de montaña. Son unos productos que, hoy en día, también son usados por los corredores más punteros de las disciplinas olímpicas tan alejadas de los recorridos de La Grande Course. A pesar de que Stéphane Brosse ya no esté entre nosotros, Millet sigue apostando fuerte por el esquí de montaña, dando continuidad a esta tradición. Lo hace de la mano de grandes campeones, como la francesa Emily Harrop, seguramente la corredora más polivalente del momento, o de otros esquiadores con los que desarrolla productos que son usados en carreras como las de La Grande Course, y también, siendo parte como espónsor principal de algunas de ellas, como es el caso del Millet Tour du Rutor y la Altitoy Millet.
ALTITOY MILLET DE LOS PIRINEOS
A la Altitoy, también podríamos llamarla Primenta. Sus organizadores, después de estar en muchas ediciones de la Pierra Menta disputándola y posteriormente ayudando a trazar las etapas, quisieron llevar al Pirineo francés, a las laderas del Pic du Midi de Bi-
TERRENOS DE JUEGO | ESQUÍ DE MONTAÑA
gorre, la esencia y el espíritu de la carrera de Arêches-Beaufort. En la Altitoy, a lo largo de las dos etapas que la componen, se recorren las aristas más atractivas, las laderas más empinadas y los picos más emblemáticos de la zona en un desnivel considerable de más de 2.000 metros en cada una de ellas. Los corredores atraviesan profundos valles para descubrir una montaña salvaje y solitaria que vive ajena al estrés de las estaciones de esquí, de los picos más mediáticos del Pirineo o de las tan famosas carreteras que en verano son visitadas por miles de ciclistas. A pocos metros de todo esto, hay lugares, por los que circula la carrera, que permiten vivir el Pirineo en su versión más genuina y atractiva, en su lado más salvaje y alejado de la vida. También en la Altitoy, hay algo de la Zegama Aizkorri. Gran parte de la organización está compuesta por vascos que llevan allí el espíritu de la famosa carrera de trail. En la Altitoy, se siente ese ambiente en el que deportes tan poco populares para el gran público, de golpe, son vividos con intensidad y conocimiento por gran cantidad de aficionados. Por esta razón, también es una carrera con una gran popularidad, con gran afluencia de participantes y con un ambiente muy sano y genuino. Zegama es Zegama, la Pierra es la Pierra y la Altitoy es la Altitoy. Con esto queda todo dicho.
MILLET TOUR DU RUTOR, UN GIGANTE A LA SOMBRA
A finales del mes de marzo, cuando la primavera ya empieza a hacerse sentir en el fondo de los valles, se disputa en el de Aosta, durante tres días, el Millet Tour du Rutor Extrême. El Rutor está a medio camino de muchas cosas, y seguramente en ese punto intermedio recae todo su atractivo. Por un lado, es una carrera entre el invierno y la primavera. Cierto es que en los valles como en el que se encuentra la localidad de Arvier, que ejerce de centro neurálgico, ya brilla el verde, pero aún
el invierno se hace sentir en altitudes más elevadas. Esto implica que el Tour du Rutor no sea ni una carrera de primavera, como la Patrouille o la Mezzalama, ni una de invierno, como las que se disputan a lo largo de toda la temporada. Esta característica hace que también sea la carrera a nivel técnico más compleja. Tenemos tramos por debajo de los 3.000 metros con aristas, laderas y bosques típicos de las carreras de esquí de montaña que se disputan a lo largo de todo el invierno, pero también, como pasa en la Mezzalama y la Patrouille, se hace una pequeña incursión a la gran altura y a los glaciares. Cuando se sube a la cima del pico Rutor, se superan de largo los 3.000 metros y se cruzan tramos de glaciar. Como en la Pierra Menta, la acumulación de esfuerzos en recorridos que superan los 2.500 metros de desnivel positivo en cada una de sus etapas, implica un desafío físico de gran envergadura. Pero, seguramente que el Tour du Rutor, por su carácter más alpino, a diferencia de la Pierra Menta, es una carrera más limpia. Aunque el ambiente montañoso es de mayor espectacularidad, con cimas más imponentes y salvajes, hay menos emboscadas, y las bajadas son un poco más francas. Ese ambiente de alta montaña lo da la existencia mayestática del Mont-Blanc, situado a pocos kilómetros de distancia, que hace que las montañas donde se disputa el Millet Tour de Rutor adopten un carácter anónimo a medio camino de estos gigantes blancos y los verdes valles. Pero lejos de ser un problema, el hecho de estar a la sombra de estas montañas mucho más mediáticas configura la verdadera esencia del Rutor y de estos valles. En ellos se respira la tranquilidad que no hay en Courmayeur o en Chamonix. Los pueblos aún guardan una arquitectura muy característica, con modestas construcciones muy integradas en el paisaje, que, a diferencia de en otros lugares de los Alpes donde la madera es la protagonista, tienen la piedra de un gris glaciar como principal material de construcción, ofreciendo un paisaje moldeado por
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la mano del hombre muy genuino. La vida natural y salvaje discurre ajena a la atracción que ejercen las montañas más conocidas que se encuentran en el Valle de Aosta, como el Gran Paradiso, el Monte Rosa, el Cervino o el propio Mont-Blanc. Y al mismo tiempo, la presencia tan cercana de estos gigantes proporciona una gran belleza a quienes se suben a las montañas que, como las del Tour de Rutor, son cercanas y ofrecen una perspectiva única. Es el caso de la impresionante pared sur del Mont-Blanc, con su granito de color naranja, que puede contemplarse desde la cima del pico Rutor.
EL ANZUELO DEL DESEO
Cada carrera de La Grande Course tiene unas señas de identidad que las hacen únicas e imposibles de comparar. Sus recorridos son fruto de un paisaje natural y humano que los convierten en genuinos despertando nuestro deseo de adentrarnos en ellos para empezar ese viaje que nos lleva a descubrir los límites del propio cuerpo y los escondites de vida que hay en cada uno de estos maravillosos valles.
Desde unas fotos de papel pegadas a una agenda, a las cimas más altas del esquí de montaña de competición. Motivos para soñar.
TERRENOS DE JUEGO | ESQUÍ DE MONTAÑA
GRANDES JORASSESPREMIÈRE HIVERNALE
Face NordDirectissime de la pointe Walker Charles Dubouloz, Symon Welfringer, Clovis Paulin
Cinco días.
Cuatro noches. Una primicia.
«Hacía tiempo que le echaba el ojo a esa línea, ¡me atraía! Le hablé a Clovis de ella y luego a Symon. El trío se formó. Es algo más que una simple mezcla de conocimientos de alpinistas. Por encima de todo, es una historia de amistad y pasión común. »
Charles DuboulozTexto por KisstheSnow
¿Estoy haciendo lo suficiente?
¿Estoy haciendo demasiado?
¿Estoy haciendo las cosas bien?
¿Estoy actuando de manera incorrecta?
El diccionario de la RAE arroja varias definiciones del término “confianza”. En sus dos primeras acepciones, se entiende este concepto como la “esperanza firme que se tiene de alguien o algo” y la “seguridad que alguien tiene en sí mismo”. A simple vista, son definiciones claras y sencillas que no deberían dejar dudas sobre su significado. Sin embargo, la confianza, tanto hacia los demás como hacia uno mismo, puede que sea una de las relaciones humanas más complejas que existe. Cuando la proyectamos hacia los demás o son otras personas las que lo hacen hacia nosotros, se dice que para conseguir la confianza de alguien se necesita mucho tiempo y perderla es sólo cuestión de un instante. En cuanto a la confianza que tenemos en nosotros mismos, podría ser algo similar. Un día estamos en lo más alto y tenemos por tanto una confianza excepcional en nosotros mismos, y al día siguiente, de golpe, por determinadas circunstancias, la perdemos y nos sumimos en la más tremenda oscuridad.
Pero la complejidad no termina con el par de ejemplos que hemos dado. Va mucho más allá y parece que se mueve en una carretera de dos sentidos. Cuando las personas que te importan confían en ti, por un extraño mecanismo mental, la confianza en uno mismo crece. Si un grupo de personas piensan que eres bueno en algo y por tanto confían en ti para la consecución de un objetivo, automáticamente, comenzamos a confiar en nosotros mismos de tal manera que ese propósito se acerca aún más. Si por el contrario, sintiendo una gran confianza en nosotros mismos, alguien comienza a dudar de nuestra valía para algo, es normal, por muy fuertes que seamos, que
AAMODT KILDE
repentinamente la confianza que tenemos en nosotros decaiga. Es, como decíamos, una relación muy compleja. Y si esta la llevamos al deporte de élite, todo se magnifica. Más aún, si ese deporte es el esquí alpino en el que la diferencia entre el éxito y el fracaso en una competición la marcan décimas o centésimas de segundo.
ALEKSANDER AAMODT KILDE
Aleksander Aamodt Kilde es miembro de la selección noruega de esquí alpino, del Team Telenor Alpine Norway Su palmarés lo convierte en uno de los grandes de la historia. Entre sus mayores logros, cuenta con dos medallas olímpicas en Beijing 2022, y otras dos en el Campeonato del Mundo de Esquí Alpino de 2023 celebrado en Courchevel y Méribel. También, en Copa del Mundo, consiguió hacerse en 2020 con el Gran Globo de Cristal (Overall), contando además con dos más en la disciplina de supergigante (2016 y 2022) y otros dos en la de descenso (2022 y 2023). Cuando pasen muchos años y algún estudioso del deporte analice la figura de Aleksander, estos serán los principales resultados que vea. Pero detrás de estas medallas y títulos, hay mucho más. En enero de 2021, tras haber conseguido hacerse con el Gran Globo de Cristal de la Copa del Mundo del año anterior, entrenando en la estación austriaca de Hinterreit, se rompió el ligamento cruzado anterior. Las crónicas de los periódicos deportivos de los días siguientes hablaban de que el noruego había perdido todas las opciones de revalidar su título. Sin duda, era una gran pérdida, pero nada comparable a
la de la confianza en uno mismo. Una lesión de este tipo puede dar al traste con la carrera de cualquier deportista, más si uno es esquiador alpino. Las dudas sobre si es posible volver a ser el de antes se ciernen oscuras sobre el lesionado. Son muchos los ejemplos de esquiadores que han tenido que poner fin a sus carreras deportivas por esta lesión. El destino puede ser cruel. Aleksander Aamodt Kilde pasó de tener la mayor de las confianzas en sí mismo a sentirse en manos del destino y de la suerte. Es difícil llegar a lo más alto una vez. ¿Y hacerlo dos veces?
EL PODER DEL EQUIPO
Tras diversas intervenciones médicas y un gran período de rehabilitación y recuperación, un día, Aleksander Aamodt Kilde volvió a ponerse unos esquís. Se dice de todos los deportes que son muy injustos. Cuesta prácticamente una vida entera llegar a alcanzar el estado de forma óptimo y perfecto, aquel que al esquiador noruego le valió para hacerse con el palmarés antes descrito, y, sin embargo, unos meses de parón hacen que la misma caiga hasta los infiernos. Desconozco las sensaciones de Aleksander tras realizar su primer descenso sobre la nieve. Imagino que por un lado se vería feliz por sentirse de nuevo esquiador, pero, por otro, seguro que pensaría que volver a ser el de antes supondría una odisea de dimensiones incalculables. ¿Y ahora, qué? Todas las dudas surgidas durante su proceso de recuperación se acrecentarían. No era sólo volver a ser físicamente el de antes. ¿Quién arregla el estado mental? ¿Y si recaigo en la lesión? ¿Y si fuer-
zo demasiado la máquina y mi rodilla se resiente? ¿Y si simplemente ya no puedo esquiar tan rápido? ¿Y si…?
Existen los psicólogos deportivos. Seguro que pueden ayudar a perder el miedo a recaer. Marcarán pequeñas metas hasta llegar a la definitiva. Pero, hay algo más importante: la confianza en uno mismo. Y como decíamos en el segundo de los párrafos de este artículo, la auto confianza se alimenta de la confianza que los demás tienen en ti. Y, aquí, entra en juego el poder del equipo, tal y como puede verse en el vídeo que Helly Hansen hace para ayudarnos a reflexionar sobre este tema, el poder del equipo noruego de esquí alpino del que la marca fundada en 1877 es socia y proveedor de prendas para el esquí.
Aleksander habla de una montaña rusa de emociones en la que de alguna manera, llevándolo al campo de un parque de atracciones, no se monta solo, sino que le acompañan todos los miembros de la selección noruega entre los que están Jesper Saltvik Pedersen, Thea Stjernesund y Henrik Kristoffersen, de quienes también encontrarás vídeos al final de este artículo. En las propias palabras de Aleksander, pasó de las alturas más altas a las depresiones más bajas, no sólo como atleta, sino también como persona. Sólo tenía la opción de, apoyado por su equipo, luchar para tratar de volver a lo más alto del podio. Y entonces es cuando surgen las cuestiones con las que abríamos estas líneas: “¿Estoy haciendo lo suficiente? ¿Estoy haciendo demasiado? ¿Estoy haciendo las cosas bien? ¿Estoy actuando de manera incorrecta?”. Preguntas cuyas respuestas son muy complicadas cuando la confianza en uno mismo ha sido bombardeada por el infortunio de esa gran lesión. Sólo la excepcional per-
ESQUÍ ALPINO
sonalidad de un campeón y el apoyo de un equipo pueden hacer que esa auto confianza vaya escalando los peldaños necesarios para que sólo una temporada después Aleksander consiguiese dos medallas olímpicas y dos globos de cristal en supergigante y en descenso.
LA CONFIANZA DE HELLY HANSEN
Ya que estamos hablando de confianza, es un buen momento para recordar que Helly Hansen no sólo tiene la del Team Telenor Alpine Noruega, sino que cuenta además con la de más de 55.000 profesionales del mundo del esquí, entre los que están esquiadores de distintos equipos, grupos de rescate en la montaña y en el mar y ski patrollers, como os contamos en el capítulo pasado de esta revista en la figura de Hannah Baybutt. Y esta confianza corre de nuevo en dos direcciones. Por un lado, estos profesionales se sienten apoyados por Helly Hansen, pudiéndose centrar en sus objetivos mientras se saben protegidos por productos de altísima calidad. Por otro, el feedback sobre sus chaquetas, pantalones, medias capas o capas base que cada año obtiene de ellos les llena de confianza para seguir innovando y desarrollando en mundos tan extremos y complicados como el de la montaña.
Confiar en algo o en alguien puede ser en muchos casos un acto de fe. En otros, es consecuencia de saber que ese algo o alguien está poniendo todo lo que está en sus manos para hacernos las cosas más fáciles. Y eso, en la montaña, tiene un valor incalculable.
BORN COMPETITOR RECORD BRE AKER
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La equipación y la experiencia son el secreto de los esquiadores del Team Telenor Alpine Norway para ser los primeros en llegar a las pistas y a la meta.
SNOW FLEX
Crampón de 10 puntas específicamente diseñado para adaptarse mejor a la estructura de las botas de esquí de montaña. El particular diseño de las puntas confiere a la herramienta un excelente agarre en todo tipo de nieve: las delanteras, de gran superficie, dan mejor sustentación incluso en nieve profunda; mientras que las cuatro traseras actúan como elementos de retención ortogonales que ayudan durante la fase de descenso.
HIGHLIGHTS
Equipado también con barra de ajuste flexible que permite su uso con botas no rígidas.
2 solapas colocadas en el talón que garantizan un posicionamiento preciso de la bota, incluso en las tallas más pequeñas.
Versión automática con un enganche especialmente diseñado para botas de esquí de montaña y botas cramponables.
Versión semiautomática para botas con encaje de crampón posterior.
Versión clásica para facilitar el calzado de cualquier tipo de bota, con o sin inserciones de crampones mediante anchas correas de soporte en material polimérico.
Estructura en aleación ligera anodizada con puntas frontales amplias que permiten un excelente empuje frontal en la nieve.
4 puntas de retención verticales para descender pendientes.
ANTIBOTTS rígidos fijados con remaches.
2 barras de regulación de acero incluidas.
Bolsa de transporte incluida.
590 gramos (versión automática y semiautomática) | 490 gramos (versión clásica).
Distribuido
JÉRÉMIE HEITZ
THE ART OF FREERIDE SKIING
Texto por KisstheSnow
En la sexta temporada de Kissthesnow, estamos presentando en cuatro actos la historia del esquí de montaña entendido en su máxima acepción, esa que incluye el esquí de travesía, el skimo de competición y, por supuesto, el freeride y el esquí extremo. En este número que tienes en tu pantalla, encontrarás el cuarto acto que recoge el estado de estas disciplinas del esquí en el siglo XXI, la época de la dictadura de la imagen, en donde manda el soy visto, luego existo por encima del pienso, luego existo. Ya no es suficiente con hacer las cosas por muy complicadas que estas sean; ahora, es necesario ejecutarlas con cierta estética para enseñarlas al mundo entero. Y en el mundo del esquí extremo, o el del freeride llevado a la alta montaña, existe un maestro absoluto, una referencia convertida en icono. Hablamos, por supuesto, de Jérémie Heitz, un habitual en las páginas de esta publicación.
EL CÓMO POR ENCIMA DE EL QUÉ
El esquiador suizo de SCOTT, aunque también hace lo contrario, realiza gran parte de su actividad en la montaña en caras que ya han sido esquiadas. Uno de sus más ambiciosos proyectos, La Liste, al que han seguido algunos otros igual o más extraordinarios, recoge el descenso de 15 de las cumbres de más de 4.000 metros de su patio de recreo, los Alpes. Son montañas a las que el ser humano ya se ha enfrentado con tablas de esquís en sus pies. Por algunas de esas caras ya habían descendido los pioneros Sylvain Saudan, Jean-Marc Boivin
o Pierre Tardivel hace muchos años, cuando el esquí extremo comenzó a tomar la relevancia que le ha llevado hasta nuestros días. El valor de la performance de Jérémie no está en el qué, sino en el cómo. Es decir, para él no basta con subir a las cumbres y esquiar desde allí para tacharlas de una lista, sino que la forma de hacerlo importa. La esencia de su proyecto no es únicamente demostrar que es capaz de esquiar por paredes de tal porcentaje de inclinación que una caída no está permitida por sus consecuencias fatales, sino hacerlo con una estética especial unida a velocidades endiabladas que en algunos casos superan los 100 km/h, en pocos giros, cuando un esquiador extremo más convencional lo haría empleando un gran número de virajes y con un control absoluto de la velocidad.
MÁS ALLÁ DEL FREERIDE
Las cosas ocurren por algo. La performance de un fuera de serie como es Heitz viene marcada por su evolución, que como el propio término implica es el resultado del paso de los años aprendiendo a gestionar situaciones complicadas y extremas en la montaña. Jérémie, como todos, tiene un pasado. Seguro que de pequeño practicaba esquí alpino en su cantón suizo de Valais. Y también tengo la certeza de que un día, fruto de su carácter inconformista, comenzó a probar esa disciplina llamada freeride que tiene en el Freeride World Tour la máxima escena en la competición. En 2014, 2015 y 2016 brilló en este circuito. Esta disciplina, la del freeride, tiene en la composición de la palabra
que utilizamos para referirnos a ella el término “free”, libertad. Está claro que los freeriders que compiten encuentran mayor libertad en cuanto a la composición de sus líneas de bajada y a los trucos que emplean para el gozo de los espectadores que un esquiador de alpino, pero también es cierto que a la hora de obtener una puntuación u otra, los jueces evalúan distintos aspectos. Y esto, al fin y al cabo, son normas. Y las normas restringen la libertad. El freeride es libre, pero no tanto. Seguramente, este fue uno de los motivos que hicieron que el esquiador suizo buscara otras motivaciones en su esquí que le llevaron al mundo del esquí extremo. Eso sí, aplicando conceptos del freeride convencional como la velocidad y la fluidez. El resultado es que Jérémie no es ni un esquiador extremo más preocupado por el qué que por el cómo, ni un freerider que se somete a normas de evaluación. Heitz es la suma de las dos. Jérémie Heitz es la perfección en el esquí de pente raide, ese que afronta bajadas en las que la inclinación de la pared supera en muchos casos los 50°.
AÚN HAY MÁS
Pero eso no es todo, amigos. Aún hay más. Jérémie es un hijo no sólo de su época, sino incluso adelantado a ella. No le basta con realizar los descensos más extremos de un esquí llamado extremo. Y no hablamos únicamente de la velocidad endiablada y de sus giros amplísimos. Heitz no sólo tiene una técnica perfecta y una confianza absoluta en lo que hace y en el material que lleva. Es un artista visual. En sus ví-
deos juega con la estética como nadie. ¿A quién se le ocurriría si no emplear elementos estáticos de iluminación o incluso situar estos en las espátulas de sus esquís convirtiéndolos en móviles, como hizo en el descenso nocturno del corredor Luisin en Les Marécottes? ¿En qué imaginación cabe colorear la nieve buscando un efecto visual no visto hasta el momento? Es posible que tras él lo hayan hecho otros esquiadores con gran voluntad estética. Lo desconozco. En cualquier caso, él fue pionero y las imágenes de sus descensos y de sus líneas han quedado para siempre impresas en las retinas de quienes las han presenciado. Jérémie Heitz es también único.
¿Y AHORA, QUÉ?
El inconformismo puede ser entendido como una virtud. Las personas que lo poseen tratan siempre de dar un paso más allá para superarse. En todo momento andan buscando la mejor forma de hacer las cosas. Y esto puede hacer que la virtud se transforme en una maldición cuando se tiene de forma obsesiva. Esto que acabo de escribir puede ser aplicado a las personas normales. Seguro que algunas de ellas tienen que recibir tratamiento psicológico para superar el inconformismo y poder así vivir de una forma más relajada, sin tanta auto exigencia. Pero Jérémie Heitz no es una persona normal. Por esto, sea para él una virtud o una maldición, bienvenida sea.
NACIDO EN LOS ALPES
NO SHORTCUTS
Hecho por y para Jeremie Heitz, el nuevo PURE 109TI la última novedad de la familia PURE. Una capa progresiva de titanio que permite un rendimiento más directo y receptivo, mientras que el núcleo de madera de doble potencia asegura un paseo suave y facilita la navegación en cada giro.
BENJAMIN RAICH RETROSPECTIVAS
CHARLAS EN LA CIMA
No todos los días se tiene la oportunidad de hablar con una persona que ha ganado cuatro medallas olímpicas, dos de ellas de oro en los Juegos Olímpicos de Turín 2006, tras más de 20 años ligado al mundo de la competición. Es para Kissthesnow todo un honor poder traer a sus páginas a Benjamin Raich. Hablamos con él sobre la vida tras la competición y sobre los difíciles momentos en la decisión de retirarse y los posteriores. Viajamos también a esa cita olímpica que consagró más si cabe al esquiador austríaco, ahora vinculado a la tecnología del BOA Fit System® aplicado a las botas de esquí alpino con la que está plenamente vinculado y por la que piensa que pasa el futuro de este deporte.
K K
issthenow: Hola, Benjamin. Muchas gracias por atendernos. Es un placer y un honor tenerte en las páginas de esta revista. Tu palmarés deportivo, labrado tras casi 20 años en el mundo de la competición, es realmente espectacular. Seguro que me dejo muchos de tus logros, pero sí que me gustaría destacar tus dos medallas de oro olímpico en Turín 2006 y otros dos bronces en Salt Lake City 2002, tus dos campeonatos del mundo en Bormio 2005, tu general en la Copa del Mundo en la temporada 2005-2006 y tus 36 victorias en pruebas de la Copa del Mundo. Fueron muchos años al más alto nivel. Desde tu retirada, ha pasado ya el tiempo suficiente para que aparezca ese sentimiento llamado nostalgia. ¿Cómo lo llevas? ¿Echas de menos la competición?
Benjamin: Es una buena pregunta para empezar. Siempre he tenido un buen equipo y estoy muy contento con cómo ha ido mi carrera. Hubo muchos éxitos, lo que significa que tengo mucho que agradecer a distintas personas, empezando por mi familia, mis entrenadores y las asociaciones de esquí. Por
supuesto, todos fueron piezas muy importantes para mi éxito. Pero hay más gente, como entrenadores, fisioterapeutas o preparadores de fuerza que también me gustaría nombrar. Siempre hace falta un buen equipo para poder celebrar éxitos así. Diría que he competido durante mucho tiempo y que estoy muy feliz de haber comenzado una nueva etapa en mi vida. Ahora, soy emprendedor y eso es algo bueno. Es bonito cómo era el pasado, pero soy alguien que vive el presente, mira hacia el futuro y trata de gestionarlo en consecuencia. K: En el mundo del deporte en general, no sólo en el esquí, la retirada es siempre algo complejo y difícil, tanto en el momento en el que se toma la decisión como posteriormente, cuando al pasar unos días, uno puede sentir cierto vacío. Esta pregunta va sobre el difícil momento en el que se toma
la decisión. En tu caso, ¿por qué estuvo motivada? Imagino que fue una cuestión de motivación más que física. También, aunque lo desconozco, pudo influir tu situación familiar. ¿Puedes hablarnos de esto?
B: Al final, la resignación la tienes que sentir tú mismo. Celebré mi cumpleaños número 30 y a partir de entonces mucha gente me preguntaba si dejaría de competir pronto. Hay que encontrar el momento adecuado para hacerlo, para parar, ya sea con una victoria olímpica, un título de campeón del mundo o incluso con una derrota. Tienes que intentar sentir por ti mismo cuándo es suficiente o si todavía hay tiempo para continuar y perseguir tus objetivos. Afortunadamente, la decisión la pude tomar por mí mismo. Al final, lo dejé porque ya estaba cansado y llevaba mucho tiempo practicando
CHARLAS EN LA CIMA
este deporte. Pienso que fue un momento adecuado para parar. El principal motivo por lo que lo hice no fue por los entrenamientos. Podía entrenar duro y todavía quería entrenar. Esa no fue la razón. Se trataba más bien de las carreras que, después de casi 20 años en la Copa del Mundo, se volvieron muy duras y en donde no lograba reunir la tensión necesaria, especialmente en pruebas difíciles con malas condiciones. Porque, si quieres ganar, tienes que ir más allá de tus límites en malas condiciones de visibilidad o de pista, por ejemplo, y eso me resultaba cada vez más difícil. Otro motivo importante fue que ya no podía establecer mis objetivos con tanta precisión. En otras palabras, ya no tenía grandes objetivos en mente y eso no era bueno.
K: Esta pregunta sí que va referida al momento posterior a la retirada. Muchos deportistas de élite, acostumbrados a sus rutinas de entrenamiento, viven momentos complicados y les cuesta adaptarse a una nueva vida. ¿Fue difícil para ti? Sé que pronto empezaste a colaborar con la televisión austríaca en la retransmisión en directo de las pruebas de Copa del Mundo. Imagino que es una bonita forma de mantenerte vinculado a tu deporte. B: Sí, no es fácil. Al fin y al cabo, has estado haciendo algo durante mucho tiempo y de repente termina. En mi caso, durante 20 años, en los que eres un profesional y sabes lo que tienes que hacer cada día para conseguir un objetivo. Y entonces,
eso desaparece. Tienes que ver qué puedes hacer, cómo puedes llenar el día y también encontrar la emoción que necesitas. Ciertamente, eso no es fácil para todos, aunque no diría que fuera muy difícil para mí. En primer lugar, estaba feliz con lo que tenía. Después de todo, vivo en el presente y en el futuro, y no mucho en el pasado. Intento vivir el aquí y el ahora y crear algo nuevo. Ese era mi objetivo. Nuestro hijo nació exactamente el mismo año en el que me retiré, algo que también me animaba porque tenía más tiempo para estar con él. Todavía hoy, trato de dedicar mucho tiempo a mi familia y a nuestros hijos. Eso es importante. Tam-
"Hay que encontrar el momento adecuado para hacerlo, para parar, ya sea con una victoria olímpica, un título de campeón del mundo o incluso con una derrota. Al final, lo dejé porque ya estaba cansado y llevaba mucho tiempo practicando este deporte. Podía entrenar duro y todavía quería entrenar. Esa no fue la razón. Se trataba más bien de las carreras que, después de casi 20 años en la Copa del Mundo, se volvieron muy duras y en donde no lograba reunir la tensión necesaria, especialmente en pruebas difíciles con malas condiciones".
bién tenía varias empresas antes, cuando estaba en activo. Con mi retirada, pude dedicar más tiempo a ellas y a desarrollar más estos proyectos. Por supuesto, esa es otra forma de pasar el día. En principio, simplemente he continuado con lo que estaba haciendo antes.
CHARLAS EN LA CIMA
Traté de fijarme metas, de ver cómo podía alcanzarlas y marcarme un camino. Y trabajar en todo lo que surgía cada día. Por supuesto, todo el tema del patrocinio y esponsorizaciones se ha mantenido. También está mi trabajo en televisión y ORF [Compañía de Radiodifusión Pública de Austria], que juega un papel importante. Sigo presente allí y eso también es importante no sólo para mis partners, sino para mí, porque esquiar con mi pasado es algo que me entusiasma. Este también es un objetivo que se ha logrado de manera muy agradable y adecuada.
K: Ha pasado ya mucho tiempo desde tus medallas de oro en eslalon y
para siempre guardados en nuestra memoria. ¿Es así?
"Has estado haciendo algo durante mucho tiempo y de repente termina. En mi caso, durante 20 años, en los que eres un profesional y sabes lo que tienes que hacer cada día para conseguir un objetivo. Y entonces, eso desaparece. Tienes que ver qué puedes hacer, cómo puedes llenar el día y también encontrar la emoción que necesitas. Ciertamente, eso no es fácil para todos, aunque no diría que fuera muy difícil para mí. En primer lugar, estaba feliz con lo que tenía. Después de todo, vivo en el presente y en el futuro, y no mucho en el pasado. Intento vivir el aquí y el ahora y crear algo nuevo. Ese era mi objetivo".
eslalon gigante de los Juegos Olímpicos de Turín 2006. No obstante, me gustaría que viajaras mentalmente al pasado, concretamente a la ceremonia de entrega de trofeos para que nos contaras qué recuerdos tienes de ese momento y nos dijeras qué pasaba por tu cabeza. Son momentos que no se olvidan y que quedan
B: Por supuesto, están muy presentes, así que puedo recordar muy bien lo que pasó en aquel entonces. Creo que lo organizamos todo muy bien. Sólo es posible ganar los Juegos Olímpicos cada cuatro años, y eso no es nada fácil. Hay que estar en buena forma durante esa temporada y en el momento exacto. Es necesario tener al equipo en buena forma; todo tiene que funcionar para que encaje a la perfección. Sin embargo, también necesitas cierta holgura. Planifico muchas cosas e intento organizarlas en consecuencia, pero, al final, hay que estar relajado para que todo suceda. Afortunadamente, lo logré, aunque el comienzo no fue perfecto. No estuve bien en supergigante. Iba camino del oro en la combinada y fallé, lo que implicaba una mala posición de salida para el resto de la carrera. Sin embargo, mantuve la calma y lo conseguí. Emocionalmente, es posible que este haya sido mi mayor éxito en eslalom gigante. Ya tenía dos medallas en Salt Lake, pero esta era mi primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. Cuando lo logras, es increíble. También hay que decir que los Juegos Olímpicos son un gran acontecimiento en todo el mundo. Todos quieren lograrlo y todos lo reconocen y reaccionan cuando se ha conseguido algo en los Juegos Olímpicos. Esta entrevista es un ejemplo más. K: Hablemos de tu relación con BOA. ¿Cómo es? ¿Actúas sólo como embajador o participas en el desa-
CHARLAS EN LA CIMA
rrollo de modelos de bota de esquí alpino con el BOA Fit System?
B: Sin duda, es una muy buena relación. Ha pasado un tiempo relativamente largo. Hablamos por teléfono por primera vez en 2015, y creo que hicimos nuestras primeras pruebas con mis botas de competición en enero de 2016, justo después de mi retirada. Sin duda, fue una buena decisión. Al principio hicimos bastantes pruebas, porque el objetivo era trasladarlo todo a las botas de esquí alpino. Funcionó bastante bien. Por supuesto, tuvimos que prepararnos mucho para adaptar todo el sistema. Es una alianza bonita y emocionante. Están muy motivados para hacer cosas nuevas en BOA, abiertos a experimentar, y eso encaja perfectamente con mi forma de entender las cosas. Por eso, es una asociación muy buena. No se trata sólo de una colaboración exterior, sino también interior. Siempre estoy involucrado en el desarrollo, doy mi opinión y pruebo el material.
BOA Fit System® es realmente una ventaja competitiva. ¿Qué nos puedes contar de esto?
B: Conozco el sistema BOA desde hace mucho tiempo. Lo he usado en mis zapatillas de ciclismo al menos 15 años. Siempre me entusiasmó, y también en las botas de esquí, porque el sistema simplemente cierra muy bien y proporciona un muy buen ajuste, es decir, una buena conexión con la bota y, por tanto, también con el esquí, y eso es muy importante para tener sensibilidad y un buen control en el giro. La conexión con la bota combinada con la sujeción del talón se ha realizado perfectamente. Al final, las carreras tienen que ver con el rendimiento. Ese tiene que ser el objetivo. Ahora, corresponde a los fabricantes de calzado y a los atletas comprender el sistema. BOA lo hace todo en
"Sólo
es posible ganar los
Juegos Olímpicos cada cuatro años, y eso no es nada fácil. Hay que estar en buena forma durante esa temporada y en el momento exacto. Todo tiene que funcionar para que encaje a la perfección. Afortunadamente, lo logré. Ya tenía dos medallas en Salt Lake, pero esta era mi primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos".
K: Ya hemos publicado algún artículo en esta revista sobre los beneficios del BOA Fit System® para las botas de esquí alpino. Distintos estudios científicos demuestran determinadas ganancias en términos porcentuales en distintos aspectos del esquí. Las mejoras de este sistema de ajuste son grandes para la práctica de otras disciplinas deportivas como el trail running o el ciclismo, pero intuyo que para un deporte como el esquí alpino, en el que las plazas de podio se dilucidan por centésimas de segundo, contar con el
términos de rendimiento, ajuste y manejo. Sólo hay que saber implementarlo correctamente en el calzado de competición. Entonces, puedes tener una ventaja en rendimiento sobre el sistema convencional. Eso es esencial para el atleta.
K: Más allá de los números y de los porcentajes, nos gustaría que nos contaras tu experiencia cuando practicas esquí alpino con botas
CHARLAS EN LA CIMA
equipadas con el BOA Fit System®. ¿Qué sensaciones diferentes te aporta?
B: Es un hecho que puedes realizar ajustes extremadamente precisos. Así que realmente puedes controlar que la bota esté cerrada al milímetro. El microajuste es excepcional. Como dije antes, la conexión con la bota es muy importante para tener una buena sensación en la nieve. Este "talón bloqueado" significa que la carcasa no se cierra con presión desde arriba, sino que se cierra superpuesta. Esto es algo extremadamente importante y también muy cómodo. Me da una sensación perfecta para el inicio del giro. Todos los componentes están muy bien pensados y funcionan perfectamente.
K: Practico esquí alpino algunas veces por año, pero mi deporte principal es el trail running. Después de probar el BOA Fit System®, pienso con total sinceridad que el futuro del calzado para este deporte estará ligado a este sistema de ajuste. ¿Crees que el futuro de las botas de esquí alpino pasa por el BOA Fit System®?
"Conozco el sistema BOA desde hace mucho tiempo. Lo he usado en mis zapatillas de ciclismo al menos 15 años. Siempre me entusiasmó, y también en las botas de esquí, porque el sistema simplemente cierra muy bien y proporciona un muy buen ajuste, es decir, una buena conexión con la bota y, por tanto, también con el esquí, y eso es muy importante para tener sensibilidad y un buen control en el giro. La conexión con la bota combinada con la sujeción del talón se ha realizado perfectamente. Al final, las carreras tienen que ver con el rendimiento. Ese tiene que ser el objetivo".
B: El futuro está definitivamente en este sistema BOA. Es algo totalmente nuevo y tienes que entenderlo ahora y estar abierto a ello como atleta, probarlo y luego intentar implementarlo. Hay muchas posibilidades para hacer esto y al final se obtienen muchas ventajas.
K: Muchas gracias, Benjamin. Es todo un honor haber charlado contigo.
B: Gracias a vosotros.
HISTORIA DEL ESQUÍ DE MONTAÑA EN 4 ACTOS
ACTO IV
SIGLO XXI.
ESQUIANDO AL RITMO DE LA IMAGEN
Texto por Marc Pinsach
Quienes se dedican a diseccionar lo más sustancial de cada época dicen que la revolución del nuevo milenio viene del poder de la información, la imagen y la tecnología, no solamente por haber cambiado materialmente la manera en la que vivimos, sino sobre todo por cómo todo ello ha contribuido a nuestra forma de ser y de pensar. Si la modernidad se caracterizó por el cogito ergo sum de Descartes –pienso, luego existo–, la posmodernidad está marcada por la dictadura de la imagen: soy visto, luego existo. Quizás por esta razón nuestra civilización está llegando al colapso, pues, en vez de pensar antes de hacer las cosas, estamos más pendientes de que nos vean. En fin, ya dijo Chesterton que “todas las civilizaciones decaen cuando olvidan las cosas más obvias”. Veremos cómo evoluciona este mundo en el que todos sentimos que nuestro día a día está marcado por este nuevo paradigma en el que ser visto es más importante que pensar. Lo vemos tanto en las situaciones más cotidianas como en el mundo del esquí de montaña.
LA IMPORTANCIA DEL ESTILO
El poder de la estética ha marcado a la nueva generación de esquiadores de montaña que desafían las laderas más empinadas. El esquí extremo, hasta el fin del pasado milenio, era una actividad que se centraba en hacer alpinismo con unos esquís en los pies. Esto implicaba que lo importante era simplemente bajar toda la ruta sobre las tablas, a ser posible sin caerse. Hacer más o menos giros, la estética de la línea, la velocidad del descenso o el estilo del esquiador no eran lo más importante. Pero el nuevo milenio inaugura un nuevo paradigma. El poder de la imagen obliga a los esquiadores a hacer rutas que queden testimoniadas en fotografías y vídeos espectaculares que atraigan la atención del público y, en consecuencia, de los sponsors que puedan apoyar estas carreras deportivas. También, el deporte, gracias a varios factores, ha podido evolucionar hacia la importancia de la estética en el descenso. Los materiales han mejorado, la información circula a gran velocidad y la capacidad técnica y física de las nuevas generaciones han permitido que el esquí extremo se haya aproximado a la frontera con el freeride, pero con peligros objetivos en forma de grietas, seracs y barreras rocosas en las que despeñarse, propios de la alta montaña. Asimismo, hay que recordar que estas nuevas generaciones se encuentran con el hándicap
de vivir un momento en el que las grandes montañas, las más accesibles y las más mediáticas ya están muy explotadas. No tienen un terreno virgen para explorar como fue en el caso de Saudan, Boivin o Tardivel. Por el peso de la imagen y la importancia de la comunicación, por los nuevos materiales, por la técnica y el físico y por la necesidad de reinventar lo conocido, una vez que el qué ya está explotado, importa el cómo.
LAS LÍNEAS
DE LAS NUEVAS GENERACIONES
En 1999, después de esquiar el Denali, Andrew McLean y Mark Holbrook pensaron que el siguiente paso lógico era descender alguna pared en el Himalaya. Un amigo les abrió un libro con la fotografía de la cara sur del Shisha Pangma y les dijo: “aquí está la línea que queréis esquiar”. Hubieran podido ir al mediático Everest que muchos otros estaban intentando descender desde la cima, pero para ellos era más importante la estética y la calidad del descenso. A pesar del final trágico de la expedición, en la que murieron dos de sus integrantes, inauguraron una nueva forma de entender el esquí extremo.
Vivian Bruchez es uno de los esquiadores más creativos que hay en unos Alpes sobre explo-
rados. Siempre anda buscando nuevas líneas que nadie más podría imaginar como esquiables, enlazando las debilidades blancas en las paredes de granito rojo. Por esto, ha desarrollado su técnica particular llamada dry ski con la que puede desescalar con unos esquís en los pies y así unir y dar continuidad a las líneas que imagina en su cabeza. Uno podría pensar que es una técnica absurda que además daña el material, pero tiene toda su lógica. Primero, por elegancia, pues el descenso es más fluido, sin las manipulaciones de quitarse y ponerse esquís, y segundo, por rápidez, ya que buscar lugares donde colocar protecciones, instalar la cuerda y recogerla pueden tomar más tiempo que utilizando esta técnica si uno tiene la pericia. Durante estos últimos años, Vivian Bruchez, en el Mont-Blanc, Paul Bonhomme, con sus aperturas en los Aravis, de gran dificultad y compromiso, Roberto y Luca Dallavalle, en los Dolomitas, Hervé Dégonon, en los Ecrins, o los británicos Ben Briggs y Tom Grant, en Nueva Zelanda, entre otros, han llevado al máximo la dificultad en los descensos, donde imaginar la línea es la primera mitad del camino, mientras que el despliegue de técnica y aceptación de un alto compromiso es la otra parte. Estos últimos años, un nombre se ha hecho un hueco en el olimpo de esquiadores extremos. El polaco Andrezj Bargiel, con tan sólo 30 años, ha conseguido ser el primer esquiador en descender desde la cima del K2. Antes, ensayó su arte en los descensos del Manaslu, el Shisha Pangma y el Broad Peak. Subió al K2 sin hacer uso del oxígeno artificial y no se quitó los esquís en todo el descenso que hizo, en una primera parte, a través de la ruta de los Abruzzos, para luego afrontar el punto clave del descenso por la travesía Messner, y terminar, como no podría ser de otra manera, por la via polaca: una cita con la historia y con una pendiente constante, extrema y sin tregua desde la segunda cima más alta de la Tierra. Hoy solamente quedan el Dhaulagiri, el Nanga Parbat, el Makalu y el Kangchenjunga sin haber sido esquiados desde sus cimas. Pero, por suerte para las nuevas generaciones de esquiadores, las líneas que se pueden dibujar son infinitas.
PENDIENTE Y VELOCIDAD
Sylvain Saudan fue apodado el esquiador de lo imposible. Han pasado 50 años y lo que parecía imposible y utópico en el mundo de la montaña ha dejado de serlo para pasar a ser algo normal y habitual. Parece que los tiempos han cambiado y ya no existen muchas utopías dentro y fuera de la montaña. En el esquí de pendiente, no es ninguna quimera imposible e inalcanzable bajar el corredor
Gervasutti, el couloir Spencer o el Ober Gabelhorn con unos esquís. Estos descensos eran utopías para quienes pensaban bajarlos esquiando medio siglo atrás. Saudan y otros rompieron un muro y pusieron los límites mucho más allá con sus esquiadas imposibles. Para volver a poner en la vanguardia del esquí extremo estas rutas, alguien tenía que darle la vuelta explorando el estilo. Estos descensos forman parte de los proyectos que el esquiador suizo Jérémie Heitz ha ido realizando agrupados en varias versiones de La Liste. Los descensos que conforman estos proyectos, recogidos en brillantísimos documentales, como no podría ser de otra manera en la era de la imagen, han sido históricamente parte de la cultura alpinística. Heitz, en sus proyectos, los acerca al mundo del esquí. Incorpora la cultura, la filosofía, la estética y la manera de esquiar del freeride al mundo de la montaña. Hace este tránsito a partir de sus orígenes como esquiador del Freeride World Tour, un evento que su esencia está en dibujar una buena línea en vertientes que han sido revisadas y aseguradas por parte de la organización. Es decir, la performance no consiste sólo en bajar por la cara de una montaña, sino en cómo se hace a partir de unos parámetros que puntúan unos jueces. Heitz lleva la forma de esquiar propia del freeride, centrada en la estética y la espectacularidad, a la alta montaña, un mundo centrado por razones obvias en moverse de un punto a otro de la manera más segura posible en este ambiente salvaje y peligroso lleno de grietas, seracs, paredes de rocas o aludes, sin haber sido previamente purgadas. En ningún caso, esto supone bajar a 100 kilómetros por hora en encadenamientos de amplios giros, como hace Jérémie Heitz.
CAMINO HACIA EL ORDEN OLÍMPICO
Desde el inicio del nuevo milenio, la competición ha visto cambiar completamente su cara. Los esquiadores de montaña de competición siguen llevando mochila, utilizando pieles de foca, superando desnivel con la técnica del talón libre y descendiendo con la del esquí alpino. Pero, a
HISTORIA | ESQUÍ DE MONTAÑA
pesar de mantener estos signos de distinción genuinos que los diferencian del resto de deportes de nieve y que permiten, al mismo tiempo, reconocer esta disciplina a lo largo del tiempo, es innegable asumir que el esquí de montaña de competición ha cambiado por completo. El equipamiento de los esquiadores ha evolucionado, pero ha sido sobre todo el poder de la imagen y de la audiencia, al que se ve sometido el deporte si quiere entrar a formar parte del programa de unos Juegos Olímpicos, lo que ha cambiado por completo el formato de las carreras y, en consecuencia, la preparación de los deportistas. Es el caso de las modalidades esprint y relevos mixtos, pruebas que han entrado en el programa olímpico respondiendo a esa necesidad de ser vistos para poder existir. Son pruebas cortas que permiten captar la atención del espectador intermitentemente en la sobresaturada oferta de entretenimiento de la pantalla del siglo XXI. Al mismo tiempo, para poder generar estas imágenes, se han llevado las pruebas a sitios más aptos para ser filmados y accesibles al público, y se han tenido que domesticar, acotar y objetivizar las carreras para adaptarlas a las normas que impone el COI. En resumidas cuentas, la evolución del esquí de montaña de competición a lo largo de los últimos 20 años ha respondido a esta voluntad de formar parte de unos Juegos Olímpicos: desde la creación de unos campeonatos del mundo, una copa del mundo, una estructura federativa, un reglamento que permitiese una igualdad de oportunidades entre los rivales, una formación de árbitros, hasta la invención de la disciplina del esprint, todo ha sido para un día llegar a los Juegos Olímpicos de Milano Cortina d’Ampezzo 2026. Afortunadamente, un camino ha quedado inalterado y sigue su evolución más arraigada en la tradición en una multitud de carreras más clásicas y tradicionales que siguen captando la atención cada año de un gran número de practicantes.
REVOLUCIÓN DEL CARBONO
La Pierra Menta, la Mezzalama o la Patrouille des Glaciers, y tantas otras carreras similares, no han sufrido una revolución tan drástica, como sí ha ocurrido en las pruebas del circuito de la Copa del Mundo, que han pasado a ser mucho más cortas, con multiplicación de formatos competitivos -desde la carrera vertical hasta los relevos pasando por los esprints-, cercanas o dentro de las estaciones de esquí, y, sobre todo, sin la modalidad de equipos. Estas últimas carreras, que en la historia del esquí de montaña eran algo irrenunciable y secular por el hecho de competir en cordada más clásica del alpinismo, han quedado fuera de los Juegos Olímpicos y con una presencia muy testimonial en el circuito federativo.
También ha habido una revolución copernicana en el material. De hecho, el que va a usarse en los Juegos Olímpicos tiene su origen, no muy lejano, en lo que se inventó durante la primera década de este milenio en esas carreras que durante aquellos años reunían a los mejores esquiadores del mundo. Hay que destacar que, por entonces, el material disponible en el mercado, si bien se vendía como apto para la competición, no estaba pensado para ir rápido, sin evoluciones muy destacables. Para la subida, era material pesado y poco maniobrable; para bajar, no ofrecía garantías de rigidez. Por esto, durante aquellos años, el material evolucionó de forma radical. La historia se aceleró y en pocos años cambió más que en las dos o tres décadas anteriores. Los productos que hoy están en el mercado no son muy distintos de lo que los corredores inventaron de forma casera en sus casas o en la noche antes de una carrera en la habitación del hotel. Entre los más ingeniosos de todos los corredores de aquellos años de inicio de siglo, estaba el corredor francés Pierre Gignoux. Este ingeniero, que trabajaba en Rossignol haciendo fijaciones de snowboard y era una de las promesas emergentes de las competiciones de esquí de montaña, empezó a probar nuevos materiales y mecánicas para hacer sus botas. En el taller de su casa, comienza a hacer cañas de fibra de vidrio y a probar nuevas palancas para las botas llevándolo a la competición. Muchas de estas probaturas, junto a su depurada técnica, le sirvieron para ganar carreras. Pero, muchas otras veces -y esto, sus rivales, que siempre veían con envidia las ligeras y frágiles botas que llevaba en los pies, no lo mencionaban- se rompían y le dejaban fuera de juego. Después de muchas pruebas y de ganar la Pierra Menta en 2001 y en 2003, para su récord al Mont-Blanc, en poco más de cinco horas desde Chamonix, consigue crear unas botas sólidas y de sólo 680 gramos, cuando las más ligeras del momento pesaban bastante más de un kilógramo. Sigue trabajando y finalmente en el año 2006 sale al mercado y para todo el público la primera bota en carbono que pesaba 500 gramos, casi la mitad de los modelos de competición de las marcas de referencia, y con unas prestaciones de movilidad para la
subida y rigidez para la bajada sin parangón. Esto, rápidamente, hizo que todos los corredores quisieran competir con estas botas ya que significaba ir con un material que daba unas sensaciones completamente distintas a las que estaban acostumbrados. Como siempre, el reglamento iba por detrás y, durante el primer año, los que competían con las botas de Pierre tenían que lastrarlas, pues la federación internacional ponía un límite de peso de 900 gramos. La evolución y el progreso nunca se pueden frenar y, al año siguiente, esta absurda norma se cambió y todas las marcas tuvieron que ponerse a trabajar desde cero para ofrecer un producto a la altura de lo que un humilde ingeniero había conseguido crear en el garaje de su casa.
MÁS ATLETAS Y MENOS MONTAÑEROS
Pierre Gignoux, a pesar de representar ese tipo de esquiador de montaña de competición más clásico que competía en carreras salvajes, alpinas y por parejas, también responde a la evolución y la mentalidad de un deportista de alto nivel que quiere llevar al máximo su performance. Rebajar gramos es buscar la forma de poder ir más rápido, como también lo es conocer el cuerpo o experimentar con métodos de entrenamiento. La revolución en los materiales que inició Gignoux la han recibido las nuevas generaciones de deportistas que querrán ir a unos Juegos Olímpicos y que competirán con un material heredero directo de lo que inventó la generación de Pierre. Muchos de estos nuevos esquiadores siguen siendo montañeros que, aparte de prepararse para la competición, son buenos escaladores o alpinistas que sueñan con ganar una Pierra Menta. De hecho, las carreras de formato clásico siguen concentrando la mayor cantidad de esquiadores en una mezcla de corredores
populares y parte de la élite que combina el circuito de la Copa del Mundo con estas carreras clásicas. Ahora bien, es innegable afirmar que, entre la élite, este tipo de carreras, a diferencia de lo que había pasado durante toda la historia, ha ido perdiendo peso. Igual se mantiene un sentimiento romántico y un tanto folclorizado alrededor de ellas, pero allí donde los deportistas se expresan a nivel competitivo buscando su mejor versión como esquiadores de montaña es en el circuito federado de la Copa y los Campeonatos del Mundo, donde cada fin de semana se reúnen los mejores. Antes, lo habitual era que quien empezaba a hacer carreras soñase con ganar un día la Pierra Menta o una carrera del estilo, y antes de hacer competición hubiese recibido una formación de montaña clásica, por lo que la frontera entre la competición y las otras actividades en la montaña era más porosa, y grandes corredores como Brosse, Greco o Profit también eran excelentes alpinistas o esquiadores de pendiente. Actualmente, sigue existiendo este perfil de esquiador de montaña de competición, pero entre las nuevas generaciones también hay quienes han llegado a las carreras directamente, sin pasar por una formación clásica de montaña, y no tienen la Pierra Menta idealizada. Podríamos afirmar que se está desarrollando un perfil que se prepara mucho más con una filosofía de atleta, en entrenamientos muy programados, acotados y enfocados a buscar un beneficio a nivel de rendimiento, más que aquel otro que busca adaptarse al monte y fluir. Subirse a la cima ya no es tan importante como terminar bien una serie. Todo ello viene condicionado por el formato competitivo que habrá en los Juegos Olímpicos y que atrae la atención de muchos de los corredores de hoy. Si la carrera de las Olimpiadas fuese una prueba individual o por equipos, de una duración de más de dos horas y con pasajes técnicos y de alta montaña, seguramente que la preparación de los deportistas no habría cambiado mucho. Al
final, se impondría la necesidad de dominar las claves de la montaña y de pasar muchas horas en ella para poder ir incorporando una infinidad de técnicas que permiten adaptarse a las múltiples situaciones que uno puede encontrar. Pero como en los Juegos Olímpicos las dos carreras que se van a disputar, el esprint y los relevos mixtos, son muy cortas y se realizan en un circuito domesticado, acotado y con poca variabilidad, se impone un entrenamiento mucho más centrado en buscar la velocidad y la potencia.
¿SEGUIREMOS ESQUIANDO?
Hasta aquí esta historia del esquí de montaña en cuatro actos. Cada uno de ellos ha estado marcado por un signo distintivo del momento en el que vivía la sociedad que, como no puede ser de otra forma, termina traspasándose al esquí de montaña. Como deporte vivo y arraigado en la cultura, palpita al ritmo que lo hacen las sociedades de cada etapa de la humanidad. Seguramente que el quinto acto de esta historia del esquí de montaña, que está por escribirse, no vendrá marcado por algún pensamiento colectivo que condicione el comportamiento de la sociedad y que termine por impregnar el esquí de montaña, sino que será el del cambio climático. En un deporte tan relacionado -y dependiente- de la naturaleza, las laderas por las que podamos deslizarnos en un futuro dependerán de los enigmas que nos tiene planteado la evolución del clima. Veremos si podremos seguir generando nuevas experiencias a partir del gozo de deslizarse encima de unos esquís, o si nos tendremos que conformar con el recuerdo en nuestras mentes de todos los sitios por los que hemos esquiado y que tanta felicidad nos han proporcionado.
BAQUEIRA – BERET
Texto por KisstheSnow
UN HASTA PRONTO
El pasado 20 de enero, la organización del Freeride World Tour lamentaba la cancelación de la que iba a ser la prueba inaugural de la temporada. Baqueira Beret, el escenario superlativo en el que los riders han cabalgado durante los últimos dos años las empinadas paredes del exuberante Baciver en perfecta comunión con los miles de fans congregados a las faldas de la montaña, presentaba unas condiciones idóneas para la práctica del esquí recreacional y de competición en pistas, pero fuera de estas, la falta de acumulación de nieve en algunas zonas podría comprometer la seguridad de los atletas durante sus ya de por sí arriesgados descensos dibujando líneas imposibles entre formaciones rocosas.
El FWT es una competición sujeta siempre a los dictados repentinos de la naturaleza. A lo largo de los años, los cambios de escenario o cancelaciones de última hora han sido variables que han estado presentes en todo momento en aras de la seguridad de los atletas. Sin ir más lejos, la finalísima que se debía disputar la temporada pasada en el mítico Bec des Roses de la estación suiza de Verbier, allá donde todo comenzó 30 años atrás, corrió la misma suerte que la prueba con la que estaba previsto arrancar esta temporada.
Ambos casos no son más que una muestra más de lo complejo que es siempre organizar una competición de estas características en un medio tan exigente como la montaña invernal, esa a la que los habitantes de la Val d’Aran profesan un enorme respeto y rinden homenaje cada día en su quehacer diario. Se trata de una comunidad que ha sabido interpretar como ninguna otra en España el culto al freeride, esa disciplina del esquí
TERRENOS DE JUEGO
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que se aleja del entorno de seguridad que brindan las pistas balizadas para descubrir y experimentar sensaciones que van más allá de lo descriptible en unas líneas de texto. Mientras que en otros lugares del país los clubes y escuelas priorizan la enseñanza de las disciplinas tradicionales del esquí, en Baqueira Beret el freeride tiene un lugar especial en los centros de formación en los que los ídolos de los jóvenes no son otros que el legendario Aymar Navarro o la emergente figura de Abel Moga. Es el caldo de cultivo ideal para sostener en el tiempo un deporte que tiene ya las miras puestas en una cita olímpica que no tardará en llegar. Mientras tanto, el Freeride World Tour y Baqueira Beret mantendrán su colaboración para llevar a cabo el Baqueira Beret Pro en los años venideros. La estación de la Val d’Aran y de les Valls d'Àneu ha ganado rápidamente notoriedad como uno de los destinos más destacados en el calendario gracias a su diverso terreno fuera de pista y al vibrante ambiente generado por la multitud de espectadores que acuden al evento anualmente.
BAQUEIRA BERET. ESCENARIO NATURAL
Tuc de Costarjàs, Tuc deth Dossau, Tuc de Baciver, Cap de Baqueira, Tuc de la Llança, Cap de la Peülla… 170 kilómetros de pistas, 1.110 metros de desnivel, 2.273 hectáreas de área esquiable, un escenario natural infinito… Baqueira es Baqueira. Montañas que dibujan un horizonte de cuento y despliegan un lienzo blanco con un poder de atracción irresistible en sus faldas. Naturaleza salvaje en la que trazar líneas inverosímiles una y otra vez con los esquís en una especie de mantra roto tan sólo por el intenso crujir de la
TERRENOS DE JUEGO | ESQUÍ
nieve bajo los pies y los deslumbrantes rayos de sol sobre el rostro.
Más allá del freeride, Baqueira Beret es un espacio sorprendente. La estación cuenta con 114 pistas distribuidas a lo largo de los sectores de Bonaigua, Baqueira, Beret y el más nuevo de Baciver, donde se dan la mano esquiadores de todos los niveles, estilos y disciplinas. Sus 36 remontes, con capacidad para 62.000 personas a la hora, garantizan un ágil acceso a todas las zonas y posibilitan una larga jornada de esquí sin necesidad de pasar dos veces por el mismo itinerario. Las fuertes pendientes para esquiadores expertos de Gerber, Cigalera, Muguet o Craba se suavizan en Pla de Beret para acoger a todos aquellos que quieren adentrarse en el siempre excitante mundo del esquí. Del mismo modo, los dóciles descensos de Argulls, Pla de Baqueira, Ta Beret o Blanhiblar dan paso a los más exigentes de Dossau, Saumet, Mirador o La Peülla y conviven con los espacios habilitados como SnowPark, Boardercross, Stadium de Slalom, FunPark, Ski Kronos, el circuito de esquí nórdico y el de conducción sobre nieve. Opciones para todos los gustos y públicos enmarcadas en un grandioso paisaje nevado nacido del mito de Pyrene siglos atrás.
Y es que Baqueira no decepciona. Impulsada por Luis Arias Carralón y Jorge Jordana de Pozas y con la inversión inicial de mucha gente de la Val d'Aran, dio sus primeros pasos como centro de esquí en 1964 con la inauguración del primer telesilla de la estación. El amor por este deporte arraigó profundamente en este rincón del Pirineo cata-
lán desde el primer momento. 60 años después, la estación se encuentra entre las mejores de Europa y no deja de invertir en mejoras continuas para asegurar un servicio óptimo a los usuarios temporada tras temporada. Este año abrió sus puertas tras la reordenación de varios de sus trazados y la creación de tres nuevas pistas que daban como resultado la ampliación hasta los 170 kilómetros esquiables. Del mismo modo, llevó a cabo una inversión significativa en sistemas de producción de nieve para mejorar la eficiencia en el consumo de electricidad y agua y cubrir con nieve producida hasta el 60% de esos 170 kilómetros. Gracias a la tecnología actual, el consumo de electricidad por cada metro cúbico se ha reducido en un 48% en comparación con los niveles de hace una década. Por otra parte, han apostado por la digitalización para agilizar los tiempos de espera en puntos críticos como la restauración, el parking Telecabina, las reservas de material o la recarga de BaqueiraTICKET y BaqueiraPASS. También, han habilitado La Choza como nueva opción gastronómica en pistas y han concluido la renovación del Hotel Montarto, el primer hotel situado a pie de pistas de la estación que abrió sus puertas en el año 1972.
La dificultad agudiza el ingenio. La vida en los valles alejados de las grandes urbes y zonas industriales siem-
pre fue difícil. La Val d’Aran no sería una excepción y Baqueira Beret es un reflejo de ese ingenio materializado en una decidida apuesta por el esquí como motor de desarrollo. A la par que la estación se ha ido posicionando como un referente en Europa, bajo su influencia, diferentes iniciativas públicas y privadas han ido surgiendo en respuesta a distintas necesidades alrededor del mundo de la nieve. Dos de estas nos han llamado la atención por la pasión desbordante de sus promotores: Centre de Lauegi d’Aran y HUSTA
Centre de Lauegi d’Aran
Montse Bacardit, Ivan Moner y Jordi Gavaldá transpiran sensatez en todo momento. En la montaña salvan vidas. Nada más y nada menos. Si trabajasen por dinero, posiblemente no se dedicarían a esto. Su motivación no es esa. Jordi trabaja desde 1990 como técnico de nieve y aludes en la Val d’Aran. Ivan inicia su carrera en la nivología en 1997 en el Institut Cartogràfic en Barcelona y, a raíz de la crisis de aludes de 2003 en Aran, se une a Jordi para dar forma a lo que será el Centre de Lauegi. Montse da un giro a su carrera en 2011 para convertirse en nivóloga, haciendo converger su naturaleza científica y su pasión por las montañas y la nieve, aportando un perfil más científico al equipo, con la idea de potenciar la investigación aplicada. Los tres forman un equipo sin fisuras volcado en el estudio diario de las condiciones nivológicas existentes en la zona para la realización de la predicción de aludes más precisa po-
sible. No te los encontrarás en una oficina confortablemente sentados junto a una estufa un día invernal. No. Te los cruzarás con sus esquís haciendo hasta 1.500 metros de desnivel positivo analizando sobre el terreno el manto nivoso en distintas zonas para posteriormente emitir un boletín de peligro de aludes diariamente a las 17:00, con actualización a las 08:00 si es necesario, o para elaborar un comunicado de peligro de aludes dirigido a los gestores de las carreteras, o, posiblemente, en labores de control de aludes con el sistema Daisybell para mitigar el peligro. Y todo ello, a pesar de la tensión que conlleva la actividad, con una sonrisa en el rostro en todo momento y una profesionalidad absoluta.
HUSTA
Xavi, Dani y Quim irradian energía e ilusión por un proyecto innovador en un mercado en el que las grandes multinacionales marcan las pautas. El esquí que un día dos locos de la montaña soñaron. Un esquí que se adapta a ti y no al revés, de madera, hecho a medida de manera artesanal, sin comprometer las más altas prestaciones introduciendo tecnología punta en el proceso, con carácter propio. David contra Goliat, el pequeño frente al poderoso. La historia que nos recuerda que, aunque tengamos todo en nuestra contra, siempre habrá posibilidades de salir triunfante. Y ellos lo van a hacer porque, entre otras muchas virtudes, pocos esquís en el mercado atraen la mirada de los esquiadores como lo hacen unos HUSTA. Ingeniero
y profesor de esquí, Xavi es el cerebro del proyecto, la parte tecnológica y analítica que desarrolla y mejora procesos sin cesar. Carpintero amante de las maderas sostenibles de proximidad, Dani es el corazón de esta idea, el prodigio artesano que transmuta sorprendentemente las materias nobles. Ingeniero y apasionado de los deportes al aire libre, Quim es el contrapeso necesario en todo proyecto, la visión, la experiencia, la sabiduría, la gestión profesional al más alto nivel. Desde una borda, la antigua carpintería de Salardú, su centro de operaciones, destilan fervor y buen hacer en cada par de esquís que fabrican a mano, combinando maderas sostenibles que ofrecen un rendimiento excepcional con tecnología diseñada y fabricada a medida para este proyecto por ellos mismos. Aprendieron a esquiar antes que a andar y lo que los mueve no es otra cosa que la pura esencia de la nieve, la montaña y el esquí. Su alma queda impregnada en cada HUSTA que nos calzamos y su espíritu nos acompaña en cada viraje.
Ander
SUPERGIGANTE
Mintegui
RETRATOS
Texto por Juan Pérez-Landaluce
Hay esperanza para la velocidad. Otra de las jóvenes promesas del esquí español, Ander Mintegui, da muestras del trabajo realizado durante estos últimos años en nuestro país. Corredor completo, aunque cada vez más con tintes de velocista, viene de proclamarse subcampeón del mundo júnior en la modalidad de supergigante durante el Campeonato del Mundo de Esquí Alpino disputado recientemente en la estación de Portes du Soleil. Charlamos con un deportista que está haciendo historia impulsado por aquellos que le rodean.
Hace poco te proclamaste subcampeón del mundo júnior de supergigante. Es, sin duda, un muy bien inicio de temporada, recogiendo lo sembrado hasta ahora.
Sí, está siendo una gran temporada y estoy muy contento. La pretemporada la enfocamos principalmente al entrenamiento para pruebas de velocidad con la esperanza de conseguir buenos resultados. Esperábamos estar en el top-10, pero el podio era bastante exigente. Estar ahí me alegra enormemente y me da confianza para seguir adelante con la vista puesta en el verdadero objetivo, que no es otro que el de ser competitivo en la Copa del Mundo. Todos los integrantes del equipo nacional tenemos esto en mente y resultados así nos animan a verlo como algo factible.
¿Qué tal ves al resto del equipo nacional, a tus compañeros y rivales?
Todos están esquiando muy fuerte, logrando situarse entre los 50 mejores del mundo en al menos una de las disciplinas. Aleix Aubert está codeándose incluso con gente mayor que él. Es algo increíble que nos da mucha fuerza a los demás para mejorar no sólo en la disciplina en la que consideramos que somos mejores, sino también en el resto. Veo un futuro prometedor para todo el equipo, tanto para la gente de mi edad como para los mayores. Aingeru Garay está en la Copa de Europa con un top-30 perfectamente
consolidado; Albert Ortega acaba de lograr el mejor resultado de un esquiador español en un gigante de Copa del Mundo desde 1973; y Juan del Campo y Quim Salarich están esquiando a un nivel altísimo, obteniendo grandes resultados entre los 30 mejores del mundo de eslalon.
¿Cuánto margen de mejora crees que tienes?
Creo que aún me queda bastante camino que recorrer. Las pruebas de velocidad suelen celebrarse siempre en las mismas pistas, donde el trazado, al fin y al cabo, permanece inalterable año tras año. Aquellos esquiadores que suman más experiencia conocen muy bien donde está la dificultad en el trazado, donde se puede generar más velocidad… Y yo estoy aún empezando y con mucho margen de mejora en ese aspecto. Por otra parte, a nivel técnico, aunque he notado una mejora increíble durante esta temporada, todavía tengo mucho por hacer, tanto en las disciplinas de velocidad como en las más técnicas.
¿Planeas enfocarte hacia alguna especialidad a corto plazo?
Ahora, estoy afrontando todas las disciplinas, desde el descenso hasta el eslalon, siendo competitivo y obteniendo puntos bastante buenos en todas ellas. Sí es verdad que en las de velocidad estoy dando un paso adelante y tengo la sensación de que empiezo
a especializarme un poco más ahí. Posiblemente, a futuro, tenga que dejar a un lado el eslalon y centrarme en velocidad y gigante. El eslalon es una disciplina muy diferente a las demás y es difícil compaginar todos los entrenamientos, pues se hace muy duro. ¿Cómo te ha afectado la irregular temporada de nieve en la península?
Es una pena la poca nieve que hemos tenido en esta primera parte de la temporada en España. Obviamente, esto afecta a los entrenamientos, aunque en mi caso suelo salir más hacia Italia y entrenar allí. No obstante, la situación en toda Europa está siendo similar y hemos podido apreciar escasez de nieve en la mayoría de las estaciones. En general, ha llovido bastante en la mayor parte de Europa y esto ha acabado teniendo un impacto negativo en la cantidad de entrenamientos. La velocidad, por ejemplo, es una especialidad que necesita mucha pista para poder entrenar adecuadamente, y no se está dan-
do el caso de poder hacer entrenamientos largos de estas disciplinas en las estaciones. ¿Cómo cuidas tu estado emocional? ¿Crees que se le está dando toda la importancia que tiene?
Yo he tenido muchos altibajos. Tiempo atrás, trabajé con un psicólogo para corregir ciertos aspectos. Lo dejé y veía que me costaba enfocarme en lo que debía, prestando mucha atención únicamente a los resultados. Recientemente, he vuelto a trabajar con uno de ellos. Creo que los deportistas como nosotros, que entrenamos mucho tiempo solos al practicar un deporte muy individual, necesitamos a alguien que nos apoye en este sentido, que nos enseñe a ver las cosas de otra manera y nos ayude a ser mejores no ya sólo en la parte física y técnica, sino mentalmente. Al fin y al cabo, en muchas ocasiones, no logras el resultado no tanto porque no estás entrenado bien, o porque técnicamente no eres tan bueno como los demás, sino por-
RETRATOS
RETRATOS
que te has atascado mentalmente. Y, en estas situaciones, el psicólogo puede ayudarte a alcanzar tu máximo rendimiento.
Pasas muchos días fuera de casa conviviendo con el equipo. ¿Cómo es esta situación para ti?
La verdad es que estoy bastante acostumbrado a ello. Desde pequeño, he viajado mucho y siempre lo he sabido llevar. Ahora, me toca una etapa en la que estoy esquiando o compitiendo sólo por Europa al estar Adur Etxezarreta, que hace velocidad como yo, lesionado. En general, he de estar solo bastante a menudo, pero es algo que no llevo nada mal. Me gusta estar con mis compañeros y aprovechar al máximo el tiempo cuando estoy con ellos. Valoro mucho esos momentos de soledad que me hacen apreciar más aún el tiempo que paso en casa con mi familia, mi novia o mis amigos.
Vienes de familia esquiadora e involucrada en la gestión de la competición. Imagino que tus logros le deben algo a ella. Mis padres siempre han estado vinculados al mundo de la nieve. De hecho, hacían snowboard y se cambiaron al esquí al ver que era mucho mejor [Risas]. Bromas aparte, mi hermano, que ahora tiene 24 años, ha estado compitiendo a nivel FIS hasta los 23. No llegó a formar parte del equipo nacional, pero sí logró participar en eventos relevantes como las Universiadas, competir con equipos privados como Orsatus o hacerlo para equipos universitarios en Estados Unidos. Él ha sido un ejemplo a seguir para mí. Siempre quise ganarle e intentar ser mejor que él. Los hermanos pequeños quieren hacer lo que hacen los mayores. Hace unos años, se dio la oportunidad de competir contra él. En aquella ocasión, conseguí vencerle y eso tuvo un significado enorme para mí: ganarle era un sueño, y, sobre todo, hacerlo significaba que estaba mejorando yo. Él siempre ha estado ahí apoyándome, al igual que mis padres, que han venido a todos los eventos, o mi novia, Mariana, con su familia. Eso ayuda mucho y me anima a seguir adelante, no ya por el simple hecho de estar o no involucrados en esto, sino por confiar en mí y querer que lo haga bien.