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Heredero de Castelao
V. Heredero de Castelao
A partir del fallecimiento de Castelao, Rodolfo Prada será el referente entre los miembros de la “Irmandade Galega” y del “Consello de Galiza”. Como tal, interviene junto a Luis Seoane y Núñez Búa, en la edición de “As cruces de pedra na Galiza”, obra de Castelao que finalizó en Buenos Aires poco tiempo antes de su muerte, ejerciendo además como su albacea -muere sin dejar testamento- por voluntad expresa de la viuda Virxinia Pereira.
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“As cruces de pedra na Galiza”, publicada por Editorial Nós en enero de 1950, a los pocos día del fallecimiento de Castelao. Se trata de un estudio detallado de la historia, significado y tipología de los cruceiros gallegos, así como de otras cruces de piedra.
En el año 2000, el Museo de Pontevedra organizó una exposición conmemorativa de “As cruces de pedra na Galiza”, en la que se presentaban los manuscritos, borradores llenos de correcciones que el autor fue introduciendo con el paso de los años, además de las ilustraciones originales.
Cruceiro de San Roque de Melide (A Coruña), considerado el más antiguo de Galicia. Carlos Valle, director del museo, explicaba que aunque algunas de las tesis de Castelao sobre el origen y expansión de los cruceiros podían ser discutibles con los conocimientos actuales, la obra consiguió que los intelectuales, hombres de la cultura y de la historia, etc., “pensaran en estas obras como monumentos, cuando antes apenas estaban dignificadas.”
Calvario dos Vilares, en Guitiriz (Lugo).
Cruceiro con baldaquino da Santísima Trinidade, en Baiona (Pontevedra)
El tío Rodolfo quedó como depositario de un sinfín de pinturas, bocetos, dibujos, manuscritos, cartas, publicaciones… fruto de los diez años de estancia de Castelao en Buenos Aires (1940/50). En su último viaje a Galicia en 1963, siguiendo lo que a él le parecía la voluntad del maestro, entregó un maletín a su sobrino-nieto, Gonzalo Rey Lama, con estas palabras: “Leva dentro moita historia recente da “Nosa Terra”. Ti que es persoa estudiosa e amante de Galiza, arranxa esta maleta con moito amor e fai co seu contido aquelo que xulgues mellor…”
Gonzalo Rey Lama (Vigo, 1936 / Santiago, 2013).
Pero se sospecha que una parte importante de sus escritos y dibujos, que denunciaban los hechos que estaban ocurriendo en España por entonces, permanecieron en Buenos Aires. El tío no quiso traer nada que pudiese comprometer a nadie, incluso al portador del encargo. En aquellos años, aún gobernaba Franco.
También Rodolfo Prada estará detrás de dos viajes de Ramón Otero Pedrayo a Buenos Aires en 1947 y 1959, a fin de activar el proyecto de la “Historia de Galicia” que don Ramón dirigía. Será sufragado y editado por la Editorial Nós, propiedad de Manuel Puente, en la que Prada tiene una importante participación.
“Historia de Galiza” de Ramón Otero Pedrayo. Los dos primeros volúmenes se editaron en Buenos Aires por la Editorial Nós; el tercero, en Galicia.
En 1953, Rodolfo Prada pronuncia en el “Centro Gallego” de Buenos Aires una interesante conferencia sobre Antolín Faraldo, y a partir de aquí, se hacen frecuentes sus intervenciones en fechas señaladas: los aniversarios del plebiscito del primer Estatuto de Autonomía de Galicia, en los 25 de julio, “Día de Galicia”, en los aniversarios de la muerte de Castelao…
Publicaciones de las conferencias de Rodolfo Prada. La primera publicación, a la izquierda, corresponde a una conferencia en Montevideo, en 1935, como miembro de la “Academia Galega”, y editado por la “Irmandade Galeguista de Montevideo” . La segunda, en el centro, es el Discurso que, representando al “Partido Galeguista”, pronunció en México en 1944, con motivo del “Homenaje al Presidente Lluis Companys”, organizado por el “Consell Nacional de Catalunya” . La tercera publicación, a la derecha, corresponde a la conferencia que impartió sobre Antolín Faraldo, en julio de 1953, en el “Centro Gallego” de Buenos Aires.
Antolín Faraldo (Betanzos, 1823 / Granada 1853). Escritor y periodista, fue el precursor del rexurdimento de Galicia, y participante e impulsor de la fracasada Revolución Gallega de 1846 contra el centralismo. Murió a los 31 años, y dejaría el inicio del pensamiento galeguista en la defensa de Galicia como país
A mitad de la década de los años cincuenta, el tío Rodolfo comienza a escribir en algunas publicaciones de Galicia. Poco a poco va haciendo llegar las noticias sobre la comunidad gallega en Buenos Aires. En “La Voz de Galicia”, bajo pseudónimo, como tenía que ser por su acostumbrada discreción, destacaba en una ocasión el arraigo y relevancia que la colonia gallega había alcanzado en Argentina. Las narraciones -prohibido el uso de la lengua gallega por entonces- tenían que ser en castellano.
“... el Centro Gallego de Buenos Aires se instalaría definitivamente en un monumental edificio de cinco plantas situado en pleno centro de la capital. En la década de los cincuenta, alcanza el enorme caudal humano de más de 100.000 asociados, que lo llevarían a convertirse en el máximo exponente de la colectividad gallega en Sudamérica...” “... el Centro Ourensano se encuentra también en el corazón de la capital, justo enfrente del Centro Gallego, y durante una década, fue el hogar espiritual del patriota, artista y mítico pensador gallego, Alfonso Rodríguez Castelao. Desde que llegó a Buenos Aires en 1940 procedente de Nueva York, hasta su muerte en el año l950, pasó casi a diario por sus salones, impartiendo su ideario gallego entre los ourensanos, trabajando en afanes políticos, culturales y artísticos, y dejando profunda huella de su paso por el Centro. A su “pasamento” le dedicaron una sala especial, auténtico Museo Castelao, donde se exhiben multitud de obras y recuerdos del intelectual gallego. Enmarcadas a lo largo de las paredes, se pueden ver todas las estampas del famoso álbum “NÓS”, editado en Madrid en l931, y las del otro álbum, “Negros”, editado lujosamente por Galaxia en Vigo. Hay una reproducción a gran tamaño, hecha por el propio Castelao, de su estampa “A
derradeira lección do mestre”, y una hermosa acuarela representando a un “Gaiteiro”, obsequio suyo al Centro.
Estampas de Castelao de su álbum “Negros”.
“En vitrinas, celosamente cerradas, se exhiben la mascarilla y el vaciado de la mano derecha que, a las pocas horas de su muerte, le tomó el escultor compostelano Domingo Maza; y se pueden contemplar sus libros “Sempre en Galiza”, “As cruces de pedra na Galiza”, así como otras muchas obras. Pieza valiosa de la Sala–Museo es la magnífica talla de madera de la cabeza de Castelao, realizada por el citado Domingo Maza...”
Dos estampas del “Álbum Nós”, de Castelao. La primera lleva al pie el mensaje del artista: ¡Cánto pesa e cómo fede!
“... El Centro Gallego constituye el gran exponente cultural, asistencial y representativo de una población gallega que pasa de las 300.000 almas en Buenos Aires. Y naturalmente, con el
transcurrir de los años, ha adquirido un peso relevante en la capital, tanto en el terreno social como en el económico, el cultural y también en el político. Podría decirse, sin miedo a exageraciones, que constituía la sede del Gobierno de la Quinta Provincia de Galicia ubicada en Buenos Aires...” “... en el piso primero se encuentran el Ins-
tituto Argentino de Cultura Gallega, y el gran
Salón-Teatro, que lleva el nombre de Castelao, con
300 butacas y una enorme actividad cultural.”
“... El resto de las plantas se destina por completo a sanatorio, con 400 camas...” “... El vestíbulo del Centro Gallego está presidido por los bustos de Rosalía Castro y Alfonso Rodriguez Castelao. En sus dependencias se pueden admirar las valiosas obras de arte que adornan las paredes, cuadros de grandes pintores gallegos, como Sotomayor, Laxeiro, Maside, Castelao, Díaz Pardo, Colmeiro, Seoane, Souto, Minguillón, Pesqueira... insignes artistas que, en su paso por Buenos Aires, dejaron huella para la historia en el más carismático lugar de la Galicia en Sudamérica...”
“Centro Gallego” de Buenos Aires. En el hall, el busto de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao preside la entrada. Detrás, las banderas de Galicia, de Argentina y del “Centro Gallego” .
El tío Rodolfo, hombre culto e inteligente, fue un galeguista moderado y conciliador, no independentista, y siempre en lucha por el Estatuto de Autonomía de Galicia, que ya había sido aprobado por los gallegos en referéndum. Cuando se estaba a punto de legalizar en las Cortes españolas, estalló la Guerra Civil, y de inmediato, el gobierno franquista echaría abajo el proyecto. Y no solo ésto, sino que persiguiría brutalmente a sus creadores y seguidores.
“Estatuto de Galicia”. Portada de Camilo Díaz Baliño.
Cartel del referéndum de la Autonomía de Galicia a favor del SI, obra del artista compostelano Camilo Díaz Baliño. Fue el “Partido Galeguista” el principal impulsor del Estatuto de Autonomía de Galicia. Se venía luchando por él desde hacía varios años, y al fin, después de referéndum del 28 de junio de 1936 con un amplio SÍ de los gallegos, se encontraba en trámites en Madrid para presentarlo antes las Cortes para su definitiva aprobación.
A Coruña, junio de 1936. La prensa gallega da cuenta de la intensa propaganda a favor del Estatuto de Galicia.
El ilustrador de los carteles del Estatuto de Galicia, Camilo Díaz Baliño, hombre polifacético y de enorme valía, fue político, escritor, pintor, artista gráfico, intelectual galeguista… Carteles, portadas de publicaciones, ilustraciones suyas… acompañaban habitualmente toda clase de actividades en defensa de Galicia. Fue asesinado por los golpistas en Maside, el 14 de agosto de 1936, apenas al mes de iniciarse la Guerra.
Santiago, 1935. Camilo Díaz Baliño (Ferrol, 1889 / Maside, 1936), con su hijo Isaac Díaz Pardo. El padre fue asesinado por los golpistas en 1936, al comienzo de la Guerra Civil. El hijo, con quince años en la fotografía, sería un afamado pintor, ceramista, promotor industrial… y destacado pensador galeguista.
El tío Rodolfo llegó a conocer a Camilo Díaz por sus trabajos en las publicaciones y carteles galeguistas, y tal vez porque hubieran coincidido en Pontevedra en la fundación del “Partido Galeguis-
ta” en 1931. También viajó a Buenos Aires un par de veces por sus trabajos de escenografía, y lo natural es que se viera con los galeguistas emigrados… y por lo tanto, con Rodolfo Prada. Al que también conoció personalmente fue a su hijo Isaac Díaz Pardo, que paso trece años en Buenos Aires. Llega en 1955 y enseguida entra en contacto con la intelectualidad galeguista exiliada. En esos años, junto al artista Luis Seoane, fundaría la fábrica de cerámica “La Magdalena”. María Elena Prada, la nieta que vivió con los abuelos en Buenos Aires hasta los doce años, recuerda visitar la fábrica con el abuelo. Al ver el plato de Sargadelos en nuestra casa de Baiona, con la estampa de la vieja fábrica, la reconoció al momento.
Plato de Cerámica de Sargadelos. Fábrica “La Magdalena”. Decorado “Armaña”, inspirado en un mosaico romano que se conserva en el Museo de Lugo. (Foto Picuca Marínez)
Isaac Díaz Pardo fue una persona muy querida en la familia por su relación con el tío Rodolfo. Incluso llegó a realizar algún trabajo artístico en una de las obras de la empresa constructora familiar, el “Cine Ronsel” de Vigo.
Más tarde, Picuca Martínez -esposa de quién ésto escribe, trabajó en la “Galería de Sargadelos” de Vigo durante más de cuarenta años. Entre Isaac y ella hubo un trato especialmente afectuoso. Picuca le llevaba roscón relleno o lengua de gato en sus visitas -era muy dulceiro-, y él le correspondía enseñándole todos los sentires de la galeguidade desde tiempos de su padre.
Figura de Castelao en cerámica de Sargadelos, reproduciendo una famosa caricatura de si mismo. Al lado, una pieza de la colección de ciegos, en recuerdo de Castelao. Isaac Díaz Pardo se marcó un objetivo claro en su ideario galeguista: “Lembrar os mortos, e levar a cabo os soños polos que os mataron”. Se propuso recuperar la memoria histórica de Galicia, y su mejor herramienta fue Sargadelos.
Isaac Díaz Pardo (Santiago, 1920 / A Coruña, 2012), en la fábrica de Sargadelos de Cervo (Lugo), fundada por él, junto a su amigo, pintor y galeguista Luis Seoane, en 1968. Isaac Díaz Pardo fue un referente cultural, artístico e industrial de la Galicia de los últimos cincuenta años.
Después de la guerra, nuestra familia, muy católica de siempre, mantenía serias dudas sobre la religiosidad del tío Rodolfo. Ligado en sus ideales a los galeguistas de la diáspora, y por lo tanto del bando “rojo”, parecía que tal vez se mostrase en contra de la Iglesia Católica. En la contienda, el clero se alineó con el dictador, y en consecuencia, los republicanos hubieron de luchar contra curas y monjas como un enemigo más. Pero no es menos cierto que en no pocas ocasiones, los curas escondieron a los “rojos”, e incluso los ayudaron a escapar. En lo referente a los intelectuales galeguistas -a pesar de las falsedades que el Gobierno vertía sobre ellos en este sentido-, no sólo eran católicos la mayoría, sino que señalaban a la religión cristiana como un signo de identidad del pueblo gallego. En una de las “Noticias bonaerenses”, años sesenta, que el tío Rodolfo enviaba con puntualidad a la prensa gallega, hacía mención de la Iglesia de Santiago Apóstol en Buenos Aires con motivo de la visita de los periodistas gallegos a la Argentina, Gonzalo Rey Alar -padre del que esto escribe, entre ellos.
“... seguidamente se trasladaron a la iglesia parroquial dedicada al Apóstol Santiago, de bella arquitectura románica. Los recibió el R.P. Luis Villamarín Saavedra, único sacerdote no argentino que dirige una parroquia en Buenos Aires. Es una excepción concedida por el Cardenal-Arzobispo de la capital argentina en consideración a las virtudes y méritos que se dan en el citado sacerdote gallego, de quien cabe destacar que fue el celebrante de la primera misa en gallego que se dio en América, poco después del transcendental acuerdo del II Concilio Vaticano sobre la liturgia en lenguas vernáculas.”
A partir del fallecimiento de Castelao, Rodolfo Prada pasó a ser la figura más relevante del galeguismo bonaerense. Mantiene el “Partido Galeguista”, la actividad en el “Centro Orensano” sigue con la pujanza acostumbrada, y su labor en el “Instituto Argentino de Cultura Gallega” -localizado en el “Centro Gallego”- continúa adelante. Su nombre incluso se barajó como presidente preautonómico a finales de los años setenta -tras la muerte de Francisco Franco y la transición democráticapara volver del exilio -tal como Josep Tarradellas en Cataluña-, pero al final se eligió a Xosé Quiroga. Tampoco Rodolfo Prada era lo suficientemente ambicioso para obstentar cargo tan importante.
A principios de los años cuarenta, Rodolfo Prada Chamochín, comienza a realizar por Sudamérica continuos viajes profesionales con los “Laboratorios del Doctor Andreu”, que aprovechaba para mantener contactos con los grupos galeguistas de los países que visitaba: Montevideo, Chile, Cuba, México, Perú…