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A galeguidade de Rodolfo Prada

III. “A galeguidade” de Rodolfo Prada

El traslado de Rodolfo Prada a Buenos Aires en 1918 -por decisión del Banco Anglo-Sudamericano, propicia que pueda coincidir con un clima intelectual muy próximo a sus ideales, y como consecuencia, pronto comienza una ferviente actividad galeguista que ya no abandonaría hasta el final de sus días… Su predicamento político y su infinita labor a favor ”da Nosa Terra” todavía perduran hoy en día con toda la vigencia.* Nada más llegar a Buenos Aires se integra en el grupo de emigrantes de “Acción Gallega”, que, entre otras muchas cuestiones, defiende los derechos agrarios de los cientos de trabajadores gallegos del campo. Funda, junto a otros compañeros, la “Casa de Galicia”, la primera entidad gallega de emigrantes, de la que llegó a ser elegido secretario. En 1919, junto a otros dos ourensanos, Julio Davila y Luis López, impulsa la “Asociación Protectora de la Real Academia Galega”, de la que también fue secretario, y nombrado miembro correspondiente de la “Real Academia Galega” por su fundador y entonces presidente, Manuel Murguía.

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* (Información recogida en su mayoría de “GALICIA DIXITAL”, en su sección “Galegos”)

Manuel Murguía, insigne precursor del galeguismo, fue el fundador y presidente de la “Real Acadamia Galega” desde su fundación en 1906, hasta su fallecimiento en 1923. Estaba casado con la poetisa Rosalía de Castro, fallecida con anterioridad en 1885.

En los años veinte, Rodolfo Prada desarrolla una ingente actividad periodística en la capital. Crea y dirige la revista “Acción Gallega”, y funda el “Ateneo de Cultura Gallega”. En 1924 comienza a colaborar en el diario “Correo de Galicia”, periódico del que llegará a ser redactor jefe y copropietario años después. En su primera década en Buenos Aires, no había actividad galeguista en la que Rodolfo Prada Chamochín no participase de forma decisiva, a menudo ocupando puestos preminentes. En 1931, se le presenta la oportunidad de un atractivo viaje a Galicia que terminaría por marcar su futuro. En su condición de presidente del grupo

de Buenos Aires -que de hecho se presentaba en el acto para adherirse al nuevo partido-, acude a Pontevedra a la fundación del “Partido Galeguista”.

Pontevedra, 7 de diciembre de 1931. Fundación del “Partido Galeguista”. De espaldas, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao. Entre los presentes en el acto, Rodolfo Prada Chamochín. Es aquí cuando conoce a los principales intelectuales y líderes gallegos del momento, como Alexandre Bóveda, Vicente Risco, Otero Pedrayo… y en especial, a Alfonso Daniel Rodríguez Castelao. Nacía entonces la profunda amistad y mutua admiración que se profesarían Castelao y Rodolfo Prada durante el resto de sus vidas. Al regreso a Buenos Aires, se reafirma como uno de los principales activistas de la “Organización Republicana Galega Autónoma”, que presidirá entre 1936 y 1937. Un año antes, en 1935, visita Montevideo e imparte una conferencia, “Encol da nosa Galiza”, que sustentará toda la acción galleguista en Uruguay.

Cuando en España se produce la sublevación militar fascista del 18 de julio de 1936, Rodolfo Prada desarrolla una incesante actividad de oposición al golpe en la “Federación de Sociedades Gallegas de Argentina”, con colaboraciones habituales en el “Xornal Galicia” . De inmediato, comprende la gravedad de la situación, y participa en el “Comité de Apoyo al Frente Popular”. Durante la Guerra Civil fue líder del “Grupo Galeguista” de la capital bonaerense. En 1938, fue elegido secretario del “Centro Gallego” de Buenos Aires, dentro de la candidatura que presidía José Neira Vidal. Se consigue así que la mayor entidad emigrante del mundo, con cerca de casi 100.000 socios, no fuese acaparada por los franquistas.

Buenos Aires, años cuarenta. El “Centro Gallego”, que en esa década llegó a tener casi cien mil asociados. Desde ese puesto, un año después, gestionaba la llegada de los exiliados de la Guerra Civil española, fundamentalmente profesores, algún médico, exalcaldes, escritores… que habían conseguido

librarse del asedio franquista, y tal vez salvar la vida con su huida. Su hijo Alberto contaba que en esa época acostumbraba a compartir su cuarto con gente exiliada…

Julio, 1940. Revista del “Centro Gallego” en el “Día de Galicia”.

A partir de aquel primer encuentro en Pontevedra, Rodolfo Prada mantiene con Castelao una continua y relevante correspondencia de índole política que se prolongaría hasta el fallecimiento de éste en 1950.

“La Voz de Galicia”, 6 de diciembre del 2006. El diario coruñés ofrece la noticia del descubrimiento de un feixe de cartas de Castelao. Ésta dirigida a Rodolfo Prada y sin fecha, podría enmarcarse entre 1936 y 1937, poco antes de su exilio en América. Es Rodolfo Prada el que realiza todas las gestiones precisas para que Castelao pueda establecerse como exiliado en Argentina en 1940. Había

abandonado España en 1937, en un periplo que lo llevó por un tiempo a Cuba y Nueva York. Desde su llegada a Buenos Aires, donde Rodolfo lo alberga en su propia casa durante los primeros días de estancia, se consolida entre ellos una sólida amistad. La principal figura del galleguismo convierte a Rodolfo Prada en su persona de confíanza. A partir de ese momento, el ourensano de Os Peares ejecutará todas las acciones ideadas por Castelao para que la capital argentina pase a ser el centro de la resistencia política y cultural en el exterior durante tres frenéticas décadas. En 1941, Rodolfo Prada funda el “Centro Orensano” de Buenos Aires, después de unificar varias sociedades de la provincia de Ourense, que por entonces estaban divididas por comarcas, concellos, grupos diversos… Dirige “El Orensano”, el periódico de la entidad, al tiempo que prosigue con sus colaboraciones en “A Nosa Terra” y “Opinión Gallega”. “A Nosa Terra”, fundado en 1916, se publicaba por entonces en A Coruña, y era el órgano de prensa de las “Irmandades da Fala” * . Colaboraban en él la mayoría de los intelectuales galeguistas de la época, entre ellos el rotulista y dibujante Camilo Díaz Valiño, vilmente fusilado en Poio (Pontevedra) por las topas franquistas en 1936, junto a Víctor Casas, el director del periódico, y nueve republicanos más.

*. “Irmandades da Fala”: organización de ideología nacionalista gallega, en funcionamiento de 1916 a 1931, que desarrollaba actividades políticas y culturales, sobre todo en defensa, exaltación y fomento del gallego.

En 1933, la publicación se traslada a Pontevedra, convirtiéndose en el ideario del “Partido Galleguista”. “A Nosa Terra” desaparece como consecuencia del golpe del 36, y no volverá a publicarse hasta dos años después en Buenos Aires. Allí continuaría viendo la luz periódicamente hasta 1972. Cinco años más tarde, la cabecera reaparecerá en Galicia, hasta su cierre definitivo en 2011.

A Coruña, 25 de Julio de 1929. Portada de Camilo Díaz Valiño, galeguista asesinado en 1936 por los franquistas. Es el padre de Isaac Díaz Pardo, eminente artista, industrial y uno de los grandes pensadores gallegos de la posguerra. El hijo pasó trece años en Argentina, donde creo, junto a Luis Seoane, la industria cerámica La Magdalena.

“A Nosa Terra” publica la histórica edición del 28 de junio de 1936. El pueblo gallego vota “SÍ” al autogobierno de Galicia con una mayoría absoluta. La Guerra Civil dejaría en suspenso su ratificación en las Cortes.

Buenos Aires, años cuarenta. El periódico “el Orensano”, publicado por el “Centro Orensano” y dirigido por Rodolfo Prada.

Rodolfo Prada habilitó un despacho para Castelao en el “Centro Orensano”, con lo que la institución pasaba a ser sin género de duda referencia del galeguismo en Sudamérica.

“Centro Orensano” de Buenos Aires, fundado por Rodolfo Prada Chamochín en 1941. En la primera planta, balcón de la derecha, se encontraba el despacho de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, en el que trabajó desde su llegada a Buenos Aires hasta su fallecimiento.

El “Centro Orensano” es la primera entidad que denuncia la ejecución de Alexandre Bóveda, y el primer lugar donde se celebra el “Día da Galicia Mártir”.

“Centro Orensano” de Buenos Aires, 17 de agosto de 1945. Celebrando el “Día dos Mártires Galegos”. Presentación del busto de bronce de Alexandre Bóveda -galleguista fusilado por el franquismo en 1936-, y del cuadro de Castelao “A derradeira leición do mestre”, obsequio de su autor al centro. Entre las autoridades presentes, se encuentran Rodolfo Prada, Castelao y los principales dirigentes de la “Irmandade Galega”.

En 1938, Hernán Quijano publica “Galicia Mártir - Episodios del terror blanco en las provincias gallegas”, ilustrado con láminas del álbum de Castelao “Galicia Mártir, estampas por Castelao” , que se editó en 1937 durante su estancia en Valencia, con una dedicatoria muy especial “Aos galegos que andan polo mundo”. Al parecer, Hernán Quijano es el pseudónimo que utilizó el artista y galeguista Luis Seoane.

Valencia, febrero de 1937. “Galicia Mártir”, de Castelao, con una colección de estampas terroríficas de la Guerra Civil, y una especial dedicatoria en su primera página.

“Galicia Mártir-Episodios del terror blanco en las provincias gallegas”, editado en 1938 en Buenos Aires, y obra de Hernán Quijano, pseudónimo que utilizó Luis Seoane. Ilustrado con láminas de Castelao de su álbum “Galicia mártir”.

“Evadidos”,“El paraíso fascista”, “Todo por la patria, la religión y la familia”

“Los mártires serán santos” “Antes muerta que ultrajada”

“Para que levanten el puño” “Matáronle un hijo”

“Castigo menor” “Entierran cadáveres, entierran simientes”

Esta obra de Castelao, “A derradeira leición do mestre”, era en principio una estampa más de su album “Galicia Mártir” Estampas por Castelao”. A petición de Rodolfo Prada, Castelao la reprodujo en este imponente cuadro con el que obsequió al “Centro Orensano” en 1945. En 2018, la Xunta de Galicia consiguió recuperarlo temporalmente, y estuvo expuesto al público en la Cidade da Cultura de Santiago de Compostela y en la Deputación Provincial de Ourense. Es un exponente bien clarificador del terror sufrido en Galicia durante la Guerra Civil, en la que los maestros, especialmente, fueron vilmente asesinados.

En la práctica, Rodolfo Prada será el secretario político y ejecutivo de la “Irmandade Galega”, nombre con el que Castelao decide llamar al “Partido Galleguista” durante el exilio. Como tal, hace un extenso viaje por toda América entre 1943 y 1944, buscando apoyos para la causa Castelao confía a Prada la publicación de su ensayo político “Sempre en Galiza”, considerado como la Biblia del galleguismo. Prada consigue que lo edite el “Centro Orensano ”, para lo cual funda “Ediciones As Burgas”. En un solemne acto celebrado en el centro el 2 de abril de 1944, se hace entrega a Alfonso Daniel Rodríguez Castelao del primer ejemplar de “Sempre en Galiza”.

Buenos Aires, 2 de abril de 1944. Bajo el busto de Alexandre Bóveda, Rodolfo Prada Chamochín hace entrega a Castelao del primer ejemplar de su libro “Sempre en Galiza”, editado por el “Centro Orensano”,

Durante la Guerra Civil, Rodolfo Prada Chamochín recibe una oferta profesional de los Andreu, familia catalanista conservadora, para encomendarle abrir en Argentina una delegación de su laboratorio. Al final de la contienda, los anarquistas toman Barcelona y confiscan la sede central de la farmacéutica de los Andreu. Es entonces cuando “Laboratorios del Doctor Andreu”, que seguía funcionando en Buenos Aires, empieza a extenderse por Sudamérica, evitando así su desaparición. Con tal motivo -Rodolfo había abandonado el banco-, empieza a viajar por el continente como gerente y hombre de confianza de los Andreu en la zona. En esos viajes de trabajo, aprovecha para contactar con las comunidades gallegas de los países que visita, de tal forma que se hizo profundo conocedor de la América gallega, hasta acabar reorganizando el galeguismo de aquellos lugares por los que pasaba.

La crema pectoral y las famosas pastillas del Doctor Andreu para curar la tos se vendieron por medio mundo.

Como consecuencia de aquellos viajes, Castelao le hace llegar un escrito para acreditar su representación y absoluta confianza -“no irmán Rodolfo Prada”- en todas las gestiones relacionadas con el movimiento galleguista que realizase en los países que visitaba.

Escrito de Castelao dirigido a Rodolfo Prada, en el que corroboraba su representación ante el galeguismo de los países que recorría en sus viajes de trabajo: Uruguay, Chile, Perú, Cuba, México…

Daniel Rodríguez Castelao trata de organizar un gobierno de Galicia en el exilio, bautizado con el nombre de “Consello de Galiza”, tal y como tienen Cataluña y el País Vasco, pero surgen discrepancias con galeguistas del interior -residentes en Galicia-, como Ramón Piñeiro, Fernández del Riego y Gómez Román, entre otros. En 1948, Rodolfo Prada realiza un viaje clandestino a Galicia para resolver este desencuentro y limar asperenzas con los galleguistas menos afines con los planes de Castelao. Aunque no es seguro, podría tratarse del mismo viaje que hizo ese año, en el que visitó a la familia, recorrió Galicia de punta a punta… y efectivamente, se entrevistó en secreto con muchos personajes de la política gallega.

Buenos Aires, 1946. Xuntanza del “Concello de Galiza”. Daniel Rodríguez Castelao y Rodolfo Prada Chamochín, en los extremos de la fotografía.

Durante las décadas de los cuarenta y cincuenta, nace “Galeuzca” (Galicia, Euskadi y Catalu-

nya), organismo creado para coordinar las acciones del “Consello de Galiza”, el “Gobierno Vasco ” y la “Generalitat de Catalunya ”. Rodolfo Prada es uno de sus principales impulsores, y como representante de la delegación gallega, participa en el homenaje que el “Consell Nacional de Catalunya” tributa a Lluis Copanys, evento que tuvo lugar en México el 15 de octubre de 1944.

Montevideo, 1945. Alfonso Daniel Rodríguez Castelao pronuncia un entusiasta discurso en un acto de “Galeuzca”.

La mayoría de las actividades culturales y políticas que los galeguistas celebraban en Buenos Aires, tenían casi siempre como escenario el “Centro Gallego” o el “Centro Orensano”. En ellos se tejía toda la estrategia a desarrollar en defensa de los interes de Galicia.

Buenos Aires, 1948. Acto inaugural de la exposición del “Libro Galego”, con la presencia de Alfonso Daniel R. Castelao, Rodolfo Prada, Basilio Álvarez… junto a las autoridades del “Centro Gallego”.

Durante estos diez años que Castelao pasó en Buenos Aires, Rodolfo Prada se encargó de venderle sus cuadros por la capital, y gracias a las influencias con la colonia gallega y a la buena posición que ocupaba en la sociedad bonaerense, conseguía proporcionarle unos ingresos necesarios para vivir. También se sospecha, que muchas veces, cuando no se vendían, él que los compraba era el mismo Rodolfo.

La Estrada, 1912. Boda de Castealo con Virxinia Pereira.

Entre ese feixe de cartas que mantuvieron los galeguistas entre sí, y que fueron aparenciendo poco a poco con el tiempo -recopilados sus contenidos y publicadas en el libro “Laio polo irmán ausente”, de Xesús Alonso Montero-, encontramos una entre Rodolfo Prada y Ramón Otero Pedrayo, y otra recibida de Francisco Fernández del Riego, que nos aclaran dudas anteriores. En la primera carta, de noviembre de 1946, Rodolfo da cuenta de las pocas noticias que tenía de ”nuestro hermano mayor Daniel”, ya que cuando llegó a Buenos Aires de regreso de Galicia, él se había ido un mes antes de viaje a París. Sin noticias de sus actividades, su esposa Virginia nos informó que había caído enfermo con una afección al hígado, que lo tuvo postrado en cama varias semanas. En el segundo escrito, de diciembre del mismo año, Francisco Fernández del Riego, le escribe a Rodolfo: “Nos place mucho que la estancia de V. y de su mujer haya sido agradable. Con la alegría que no desconoce, le recibiremos de nuevo en el próximo viaje que proyectan.”… Estas dos cartas confirman el viaje clandestino a Galicia de 1946, que tuvo que hacer por deseo de Castelao para cortar asperezas, limar diferencias, aunar voluntades… con los galegistas del interior -que así les llamaban en Buenos Aires a los que permanecían en Galicia-, Fernández del Riego, Ramón Piñeiro, Gómez Román… En la carta de Fernandez del Riego, menciona el proyecto de un nuevo viaje de Rodolfo Prada a Galicia, que es precisamente el conocido de 1948. Queda bien patente por estas cartas, que Rodolfo Prada fue en aquellos momentos embajador

de plena confianza de Castelao, y la persona más indicada para llevar adelante esa misión tan delicada. El de Os Peares, de carácter afable, poco de figurar, siempre en segunda fila, pero riguroso y trabajador, hombre de paz, resultaba un gran negóciador, como ya lo había demostrado en sus múlriples viajes por Montevideo, Chile, Cuba, México…

En Vigo, 2006, Xesús Alonso Montero publica “Laio polo irmán ausente”, una recopilación de las cartas que han mantenido los galeguistas en el exilio y los del “interior”, rediriéndose en este caso a los que se mantenían en Galicia.

Llama la atención en estas cartas, el hecho de que la mayoría están escritas como en clave, evidentemente tratando de escapar de la censura franquista. Hablan de la gerencia en los negocios, la discrepancia de algunos socios, el capital del negocio se va acrecentando, asuntos jurídicos, Consejo de Administración… siempre ambientando los escritos con criterios industriales y comerciales. En alguna ocasión las cartas se llegaban a enviar a Buenos Aires desde Portugal.

Francisco Fernández del Riego, pocos años antes de su fallecimiento en Vigo en 2010. En un escrito de Rodolfo desde Lima a Ramón Otero Pedrayo, marzo de 1947, en galego como casi todos, le informa que la salud de Daniel ”non anda alá moi ben”. Anda, empleando sus mismos términos, “facendolle tolerías o corazón”. Dolorosamente, sí que va perdiendo la vista. También le cuenta una noticia grata. El ”Centro Gallego” casi tiene decidido editar el libro “Cruces de Pedra” de Castelao, y se espera que la

edición sea con la categoría que merece tan magnífica obra. A partir de finales de 1946, la salud de Castelao va empeorando poco a poco, Su acostumbrada actividad política empieza a decaer paulatinamente, a pesar de que nunca fue consciente de la grave enfermedad que acabaría con él. Los médicos se lo ocultaron, y su carácter festeiro y optimista siempre confiaba en una rápida recuperación que nunca se dio. Su esposa Virginia tampoco estaba informada. Rodolfo Prada estuvo a su lado hasta el último momento, y se erigió en el enlace que daba noticias de Castelao a Galicia, sobre todo a través de Ramón Otero Pedrayo y de Francisco Fernández del Riego.

Ramón Otero Pedrayo. En mayo de 1949, Rodolfo le escribe a Otero Pedrayo una larga misiva, informándole con todo

detalle acerca de la gravedad de la salud de Daniel. Un emocionante escrito que da cuenta del inmeso amor y admiración que le guarda, y el profundo dolor que lo sobrecoge. “¡O noso Daniel váisenos, está ferido de morte por un neoplasma no pulmón direito!”. Virginia, su mujer aún no sabe nada. “¡Con que celo e abnegación o coida! É unha santa esposa. ” La alarma por el estado de salud de Castelao, se extendió rápidamente por Galicia. Las cartas entre Xosé Núñez Búa, Ben-Cho-Shey, Filgueira Valverde, Florentino L. Cuevillas, Gómez Román, Iglesias Alvariño, Ramón Cabanillas, Valentín Paz Andrade… sobre todo con Otero Pedrayo -receptor de las noticias de Rodolfo Prada-, se repitieron durante unos meses hasta su fallecimiento. En septiembre de 1949, Rodolfo dirige un escrito de varias páginas a Otero Pedrayo, en el que explica “a anguria cotidián de istar no cerne do tráxico e irreparabel esmorecer de noso benquerido Daniel”…”imos tendo concencia da inorme perda que vai a representar pra os amigos, pra galeguidade, pra patria nosa, o seu pasamento”… “¡A escuridá vén e vén a botarse riba de nós…! El 7 de enero de 1950, se recibe un telegrama de Rodolfo Prada. “Nuestro Daniel, gravísimo” Fallecía en el Sanatorio del Centro Gallego de Buenos Aires a las once de la noche, tras una larga agonía.

IV. El entierro de Castelao

La categoría personal, intelectual y el liderazgo indiscutible de Alfonso Daniel R. Castelao en el mundo galeguista, se ve reflejada con absoluta fidelidad en el grandioso entierro de sus restos mortales en Buenos Aires. No hay palabras suficientes en el diccionario para poder describir con exactitud el inenarrable ceremonial que le dedicaron los gallegos de la capital. Tan sólo las imágenes pueden ayudar algo a definir los impresionantes actos fúnebres celebrados en su honra. El emocionante entierro de Castelao en enero de 1950, ha quedado sellado para siempre en la historia de Argentina. Rodolfo Prada, “seu irmán” -como el mismo Castelao lo consideraba, se convertiría en un testigo único, y el más fiel relator de los emotivos acontecimientos acaecidos alrededor do pasamento del gran maestro. Presente a su lado en la última década de su vida en Buenos Aires, en la lenta enfermedad que le acosaría en los tiempos finales, presente en su lenta agonía en el hospital del “Centro Gallego” , en todo el solemne y emocionante ceremonial celebrado, receptor de las numerosas y sentidas misivas de Galicia y del resto del mundo… y albacea, al fin, de su trascendente herencia intelectual y política. Luego lo iría relatando a los gallegos y a sus seguidores de todo el mundo con la emoción a flor de piel, y precisamente sería de Rodolfo Prada, de quien llegarían las noticias que se conservan en la historia de Galicia, por entonces, ocultas y borradas por el régimen franquista.

<<De inmediato empezaron a recibirse muestras de honda y sincera conmoción que el fallecimiento de Castelao producía en la colectividad entera, en todos sus círculos, en todos sus sectores. Enseguida los directivos del “Centro Orensano” y del “Centro Gallego” en Buenos Aires reclamaban para sus sedes el correspondiente velatorio y el hacerse cargo del entierro. Fue difícil y delicado tomar una decisión -cuenta Rodolfo Prada a Otero Pedrayo en una largísima carta un mes después. Por un lado, el corazón nos inclinaba por el “Centro Orensano”, que fuera su hogar espiritual desde que llegó a Buenos Aires. ”A súa mañífeca xente o agarimaron e o respaldaron afervoadamente”. Por otro lado, la cabeza y el interés patriótico nos decía que el “Centro Gallego” era el indicado. En su sanatorio le habían atendido desde el primer momento de su enfermedad hasta el último instante, ofreciéndole siempre los máximos esfuerzos médicos y atenciones posibles. Allí murió, y allí se tenía que realizar el embalsamamiento del cadáver -por deseos de Castelao, que debido a disposiciones legales no se podía hacer antes de las veintecuatro horas de su muerte. Por otro lado, el “Centro Gallego” era la mayor institución de la emigración en América -85.000 asociados-, y la más representativa de la entidad gallega en el mundo. Nos decidimos por éste, máxime cuando los directivos se ofrecieron a organizarlo todo de acuerdo con nosotros. En la programación de las honras, sería en cambio el “Centro Orensano” el organizador: su corona floral ocupaba un lugar preferente; su presidente fue el primero en la lista de presidentes de las principales entidades gallegas

que portaban el féretro; al salir el entierro, la comitiva se desplazó con el ataúd hasta la puerta de su sede social, donde recibió el homenaje de los orensanos, y el secretario leyó un emotivo discurso en gallego, mientra las mujeres lanzaban una lluvia de flores desde los balcones del “Centro Orensano ” . “¡Foi algo apoteósico!”. El impresionante acto fúnebre llamó la atención, y conmovería a esta gran urbe que es Buenos Aires. Desde aquí partió el cortejo fúnebre hacia el cementerio, ante una muchedumbre que paralizaba el tráfico de la Avenida Belgrano. La carroza mortuoria que transportaba el cadáver, era seguida por una docena más de carrozas, en las que se acumulaban todas las ofrendas florales recibidas. Ya en el Cementerio de La Chacarita, aguardaba una multitud que acompañaría la última estapa del camino hasta el “Panteón Social del Centro Gallego” . En sus archivos se pudo leer: "É intención da nosa colectividade eiquí radicada, enviar os restos do ilustre patriota a Galiza, cando alí non campe o réxime de barbarie e opresión das liberdades da nosa terra.", tal como fue la última voluntad de Castelao. Por la capilla ardiente instalada en el “Centro Gallego”, con la bandera de Galicia a media asta, habían desfilado las mayores autoridades de la República Argentina, e incluso algunas de Uruguay, además de los cientos de gallegos que hasta altas horas de la noche pasaron a despedir a Castelao. Las entidades gallegas en Buenos Aires enviaron tal cantidad de ofrendas florales, que se hizo imposible colocarlas en la sala mortuoria, de forma que muchas se tuvieron que ubicar por los pasillos y en el hall de entrada del edificio social. >>

“Sagrada bandeira galega envolvendo seu corpo… Sagrada terra galega prestándolle agarimos… Con tan doce compañía, Castelao sereo no sono de pra sempre…” (Fotografía y pie de foto de “A Nosa Terra” de Buenos Aires).

El presidente y secretario del “Centro Orensano” haciendo guardia en el velatorio de los restos mortales de Castelao. (Fotografía y pie de foto de “A Nosa Terra” de Buenos Aires).

<<El galleguista Perfecto López había llegado de Galicia tres días antes de la muerte de Castelao -comenta Rodolfo Prada en el mencionado

escrito, para hacernos entrega de un saco de tierra gallega, que manos de irmáns, espallaron sobre su cuerpo envuelto con la bandera de la patria, después de ser embalsamado por el doctor Sánchez Guisande. Fue una escena de enorme emoción. >>

“Irmáns galeguistas espallando sobor do corpo de Castelao terra da patria que trouxera de Galiza don Perfeuto López uns días antes de morrer o esgrevio guieiro”. (Fotografía y pie de foto de “A Nosa Terra”). El primero por la izquierda, Rodolfo Prada.

Componentes del “Consello de Galiza”, directivos del “Centro Gallego”, director del Sanatorio y dirigentes de la “Irmandade Galega”, haciendo guarda de honor al cadáver de Castelao. (Fotografía y pie de foto de “A Nosa Terra” de Buenos Aires)

Buenos Aires, 8 de enero de 1950. La capilla ardiente de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao en el “Centro Gallego”, recibió la visita de cientos de gallegos en la capital argentina.

“O velatorio dos restos de Castelao na amanecida do día oito de xaneiro”. (Fotografía y pie de foto de “A Nosa Terra”)

<<Cuenta también, que a lo largo del mes siguiente al fallecimiento de Daniel, fueron llegando cartas desde París, Londres… desde Madrid, Monforte, Coruña, Ourense, Vigo, Santiago, Pontevedra … desde Puerto Rico, La Habana, EE.UU., México, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Brasil, Montevideo… desde Cataluña, el País Vasco… Todas expresaban el dolor por la pérdida. >> “Loito na galeguidade”, titulaba Prada su artículo necrológico en “Opinión Gallega”, que finalizaba con “¡Fóisenos Castelao! ¡Viva Castelao!”

“Velatorio. No salón principal do “Centro Gallego”, xentío atristurado desfiando diante do túmulo. Frores e máis frores pra Castelao” . (Fotografía y pìe de foto de “A Nosa Terra”)

Buenos Aires, “Centro Gallego”, 8 de enero de 1950. La capìlla ardiente de Castelao movilizaría a todos los gallegos en la capital.

La capilla ardiente y el posterior entierro hasta el Cementerio de La Chacarita, congregaría a todos los gallegos de Buenos Aires.

“Carrozas cas ofrendas frorales no grande acompañamento do cadáver de Castelao”. (Fotografía y pie de foto de “A Nosa Terra”)

Los telegramas de condolencia comenzaron a llegar desde todos los puntos de Galicia y Sudamérica, y Rodolfo Prada fue su principal receptor:

Das irmáns de Castelao: "Agradecidísimas cariñosos cuidados ustedes entrañable hermano y a toda la colectividad por póstumo homenaje. Abrazos". TERESA y JOSEFINA. Rianxo, 16-1-50.

De Mons. Dr. Fernando Quiroga Palacios: "Al testimoniarle íntima condolencia por fallecimiento Castelao, ruego Altísimo concédale eterno descanso".

ARZOBISPO COMPOSTELA. Santiago de Compostela, 12-50. Da Academia Galega: "Academia Gallega asóciase duelo Galicia fallecimiento ilustre valor literario Castelao". PRESIDENTE CASAS. Coruña, 11-1-50. Da Universidade de Compostela: "Envío sentido pésame fallecimiento insigne Castelao". RECTOR UNIVERSIDAD. Santiago Compostela, 13-1-50. Do Patronato Rosalía Castro: "Ruégole asuma representación Patronato Rosalía Castro actos sepelio Castelao, honra Galicia, transmitiendo profunda condolencia su viuda y colonia gallega. Salúdale.

LUIS IGLESIAS, Presidente. Santiago Compostela, 9-1-50. Do Centro Gallego da Habana: "Apenados profundamente noticia fallecimiento Castelao en vuestro Sanatorio, reciba pésame este Centro extensivo familiares extinto". CAYETANO GARCÍA LAGO, Presidente. Do Museo de Pontevedra: "Recibida noticia fallecimiento Castelao, vocal fundador Museo, Patronato eleva preces sufragio alma artista". FONTOIRA, Presidente. FILGUEIRA, Director. Da coletividade galega de New York: "Noticia fallecimiento Castelao llena de congoja toda colonia gallega New York. Rogámosle extienda nuestra sentida condolencia viuda. Favor envíen ofrenda floral adecuada personalidad con siguiente inscripción: Casa Galicia de Unidad Gallega de Nueva York a su primer y único Socio Honorario. Envíen factura. España y Galicia han perdido uno de sus más queridos hijos". RAMÓN SEIJO, Presidente. Unidad Gallega de U.S.A. New York, 8-1-50. Do Presidente do Goberno Vasco: "Profundamente impresionados fallecimiento gran patriota Castelao, en nombre propio y Gobierno Vasco reciba Consejo Galicia sentido pésame". JOSÉ ANTONIO AGUIRRE. París, 9-1-50.

Dos galegos de Chile: "Gallegos Chile aterecidos de pena muerte nuestro Presidente, ilustre repúblicano Castelao, gloria inmortal de Galicia delegamos usted representación sepelio” . PICALLO, GARRIDO, JUSTO, VIDAL, PÉREZ, IGLESIAS, VÁZQUEZ, ETC. Santiago de Chile, 8-1-50. Da Hermandad Gallega y Unión Social da Habana: "Verdadero pesar noticia fallecimiento ilustre Castelao. Enviamos nuestro más sentido pésame a todos sus familiares y a Galicia por tan irreparable pérdida". JOSÉ BUJÁN, Presidente. Habana, 12-1-50. Do Centro Gallego de Caracas (Venezuela): "En nombre Centro Gallego Caracas ruégole transmita a familiares, Consejo de Galicia y entidades galleguistas gran pesar por fallecimiento nuestro insigne Castelao". SILVIO SANTIAGO, Presidente. Caracas, 9-1-50. Da colectividade galega de Rio de Xaneiro (Brasil) : "Interpreto sentimiento gallegos Rio Janeiro sin distinción credos políticos enviamos conmovidas condolencias fallecimiento Castelao, pérdida irreparable Galicia, grande hijo. Rogamos transmitir pésame su esposa. Asociámonos homenajes esa colectividad” . BALBOA, SERGIO GOMES, RUIZ, GARCÍA, FREIRE, CASTILLA, LUIS GARCÍA. Rio de Xaneiro, 9-1-50. Da Irmandade Galega de Mendoza: "Ante la muerte del gran Castelao, verdadera encarnación del alma de Galicia y preclaro conductor del pueblo gallego, Irmandade Galega de Mendoza suma su dolor al de todos los gallegos libres del mundo y tributa fervientes homenajes al caudillo inmaculado cuyo nombre recogerá la historia como ejemplo de purísimo y fecundo patriotismo y a quien la patria gallega venerará por todos los siglos con la gratitud que debe a su inmortal espíritu, fuente caudalosa de ideales galleguistas". ISIDRO RODRÍGUEZ, Secretario. Mendoza, 9-1-50.

Do centro Republicano Hespañol de Santiago de Chile: "Centro Republicano Español y yo compartimos emocionadísimos su inmenso dolor pérdida gran ciudadano y gran amigo". GERMÁN VIDAL,Presidente. Santiago Chile, 11-1-50. Da Coleitividade catalán de Chile: "Centre Catalá representant cataláns Santiago Chile adhereix profundament emocionats sentiment pobla gallg del traspas figura senyera Alfonso Castelao, president Consell Galicia". GRATACÓ, President; ESTEVE, Secretari. Santiago Chile, 9-1-50. Da Irmandade Galeguista de Montevideo: "Con profundo dolor trasmite a usted el testimonio del más sentido pésame por la sensible pérdida que acaba de sufrir". IRMANDADE GALEGUISTA. Montevideo, 8-1-50. De esgrevias persoalidás portuguesas no eisilio: "Prof u n d a mente penalizados falecimento Castelao rogamos nosso nome a familias transmitir D. Virginia sua admiravel companheira expressao nossa dór e saudade enviando ao mesmo tempo a V. Excia. Irmandade Galega e demócratas espanhois em nome de demócratas portugueses nossa fraternal solidaridade pela perda que todos acabamos sofrer". RICARDO SEARA, JAIME CORTESAO, JAIME MORAIS, SARMENTO PIMENTEL, MOURA PINTO. Rio Xaneiro, 11-1-50.

Da Casa de Galicia de Montevideo: "Casa de Galicia de Montevideo se asocia muy sinceramente a su profundo dolor ante la pérdida ir reparable de su querido esposo, Socio Honorario de esta Casa en la que nunca será olvidada esa gran figura gallega que se ha llamado en vida Alfonso R. Castelao". MARCELINO RAMOS, Presidente. JUAN V. CASTRO, Secretario. Montevideo, 9-1-50. Do diputado galego o ex-presidente do Consello de Ministros da República Hespañola, Don Manuel Portela Valladares: "Corazón chora con vostede e Galiza perda gran galego". PORTELA VALLADARES. Bandol (Francia), 1950.

<<Telegramas como éstos se recibieron a cientos -relata Rodolfo Prada, y en todos ellos se expresaba el inmenso dolor que embargaba a los galeguistas y a los políticos con los que se relacionó Castelao. >>

“Presidentes das sociedades galegas conducindo o cadeleito de Castelao ao Panteón. Os dous primeiros: a esquerda don Manuel Puente, presidente da “Irmandade Galega”; a dereita, don Lisardo Rodríguez pol-a “Federación das Sociedades Galegas”. (Fotografía y pie de foto de “A Nosa Terra” de Buenos Aires).

<<Luego fueron llegando cartas procedentes de Galicia, España, Francia, Portugal, Sudamérica… que llegaban dirigidas al “Consello de Galiza”, al “Centro Gallego, al “Centro Orensano”… y más de una a mí personalmente. >>

DE M. SERRA MORET PRESIDENTE DO PARLAMENTO CATALÁN NO EISILIO Sr. Rodolfo Prada. — Buenos Aires. Mi querido amigo: Ignorando la dirección del Consejo de Galicia al cual quería yo expresar mi profunda pena por la muerte de Castelao, siento necesidad de escribirle a Vd. a riesgo

de importunarle y robarle el tiempo que necesita para atender a sus múltiples ocupaciones. Discúlpeme, amigo Prada, pero me parece que Vd. como ninguno, ha de comprender mi estado de espíritu y la exigencia tenaz de comunicar mi angustia a alguno que esté fraternalmente identificado con aquella alma inmensa que no ha desaparecido ni puede desaparecer y que velará por los siglos los sueños de reivindicación y de libertad de la dulce Galicia que Castelao supo de mano maestra esculpir en sus portentosos bocetos de la "Galicia Mártir". La pérdida de Castelao es verdaderamente irreparable. No hay forma de hacer otro Castelao, porque era materia pura, translúcida, como un desprendimiento solar, iris original y único de una patria dolorida, fecundada y en tránsida espera de rendir su fruto milagroso. De Castelao puede decirse que no nació ni murió; pasó por los espacios como una estrella de rumbo fijo y es posible que reaparezca otro día con la misma pompa y la misma grandeza. En los mundos que está ahora visitando, dejará la profunda estela de su paso y asombrará con su finura, su gravedad, su imposible materialidad; tanto había de espíritu y de levadura etérea en el hombre extraordinario. La maravilla de su palabra, de su escritura, de su lápiz, de cuanto ennoblecía con su tacto, queda en nosotros en el pasmo de ese portento que tuvimos el privilegio de conocer y de tratar. ¡Cuántas veces he recordado nuestras entrevistas, aquellas reuniones de Galeuzca, que sellaban en torno a la gran figura la solidaridad de nuestros pueblos! ¡Cómo evoco las horas vividas en ese Buenos Aires, discurriendo sobre el pasado, vislumbrando un futuro, siempre con la sensación de una clara fraternidad, promesa de porvenir fecundo! Siento que esta carta tenga tonos de lamento y depresión. Vd. sabe que no es mi estilo, pero la pérdida de Castelao es para mí un lúgubre anuncio y un hito impasable. En mi solitaria lucha, Castelao era

realmente un sostén, y sin escribirnos, sin necesidad de contactos frecuentes, era el monumento visible a distancia, guía segura para seguir ganando conciencia para los pueblos ibéricos, de sus posibilidades, de su superación, de su destino. Ojalá el recuerdo de Castelao sirva para conservar la flor delicada de Galeuzca, flor que ha de llegar a ser simiente y fruto. Debemos juramentarnos a que así sea. Le ruego salude en mi nombre a Villaverde, Alonso Ríos y a los buenos amigos gallegos, con quienes he compartido horas de plenitud y de acción. Perpignan, 6 de marzo de 1950.

“No cimiterio. Xentío diante do “Panteón do Centro Gallego” escoitando os discursos no acto de inhumar os restos de Castelao”. (Fotografía y pie de foto de “A Nosa Terra” de Buenos Aires).

Placa que luce en el “Centro Gallego” en homenaje a Castelao.

Buenos Aires, 1949. En la biblioteca del “Centro Orensano” tomó la última fotografía de Alfonso Daniel R. Castelao. se

En España, al recibirse la noticia, el Gobierno de Franco emitió un comunicado a todos los medios informativos:

”Fallecido en Buenos Aires el político republicano y separatista gallego Alfonso Rodríguez Castelao, se advierte lo siguiente: la noticia de su muerte se dará en páginas interiores y a una columna. En el caso de incluir una fotografía, esta no deberá ser de ningún acto político. Se elogiará únicamente del fallecido sus características de humorista, literato y caricaturista. Podrá destacarse su personalidad política siempre y cuando se mencione que aquella fue errónea y que se espera de la misericordia de Dios para el perdón de sus pecados. De su actividad literaria y artística no se hará mención alguna, ni de su libro “Sempre en Galiza” ni de los albums de dibujos de la Guerra Civil. Cualquier omisión de estas instrucciones dará lugar al correspondiente expediente.”

Al más puro estilo franquista, la infamia y la mentira siguieron persiguiendo a Castelao hasta después de muerto. El líder del galeguismo representaba todo lo relacionado con la aprobación del estatuto -que el mismo gestionaba en Madrid ante las Cortes cuando estalló la guerra-, y la legalidad republicana de la autonomía gallega. No por casualidad se convierte en el primer Presidente de “Consello de Galiza” en el exilio. Prueba de ello, es la pompa con la que se realiza su entierro, “como un jefe de estado”, tal como se refirió la prensa argentina de la época. Esto es lo que teme el franquismo: su legitimidad republicana, su jefatura del gobierno gallego y liderazgo indiscutible de toda la comunidad antifranquista gallega en el exilio.

Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, en uno de sus primeros actos políticos a su llegada a Buenos Aires. Salón Prince George´s Hall, el 18 de agosto de 1940.

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