Detrás de un
Tutú
FOTOREPORTAJE Angie Katherine Garzón Hernández Asignatura FOTOPERIODISMO Programa COMUNICACIÓN SOCIAL 2013-II
© Katherine Garzón
Ángela es una bailarina de ballet de 36 años. Su vida estuvo marcada por una familia conservadora que le inculcó los valores mas estrictos y tradicionales, lo que la empujó a ver el mundo de una manera distinta. La presión de ser una “niña perfecta” la llevó a conocer el arte del ballet, aquella danza de la que participan niñas delicadas, de figuras extraordinarias y de gran talento
© Katherine Garzón
La decisión de continuar en el ballet marcaría drásticamente su vida, pues sus papás no estaban de acuerdo, pues que querían una hija con formación profesional dentro de una carrera de ‘‘oficina’’, algo que para ella no iba a ser agradable, pues ya había encontrado su verdadera vocación en la danza. Su obsesión fue creciendo tanto, que ensayaba día y noche en busca de ser “una de las mejores bailarinas que se haya conocido en la historia”.
© Katherine Garzón
Sus padres enfrentaban una dura decisión, apoyar a su hija en lo que le gustaba o dejarla a la deriva. Al final, el amor de padres pudo más que el orgullo de llevar el apellido a una carrera convencional. Con el apoyo de sus padres, Ángela siguió asistiendo intensamente a las clases de ballet y en complacencia con ellos, decidió empezar la carrera de historiadora, que finalizó pero nunca ejerció. Comprobando una vez más que su vocación era el ballet.
©Katherine Garzón
Con el pasar del tiempo, su mayor preocupación era que el ballet no le sirviera mucho en su vida real y económica, la supervivencia en un mundo consumidor ocupaba sus pensamientos las 24 horas del día y aunque amaba la danza, debía ser realista en el sentido de que quizás no le diera para sobrevivir. Su padre al ver que ella era tan buena bailarina le propuso que montara una escuela de ballet, lo que Ángela pensó era una idea descabellada.
© Katherine Garzón
Entre susto y esperanza, decidió después de una larga reflexión, montar su propia escuela. Era consciente de que iniciar no seria fácil, pero tenia confianza y seguridad en si misma y sabia que sus conocimientos acerca de este arte eran sólidos. Tomar las riendas de su vida y compartir sus saberes eran ahora sus prioridades.
© Katherine Garzón
Hasta la fecha, Ángela se dedica a formar niñas y jóvenes en el ballet y aunque no esperaba que su vida tomara ese rumbo, disfruta al máximo su profesión en la que descubrió que ser directora de “Casa Danza” la llenó como persona y además la ayuda a volver realidad el sueño de ser bailarina a muchas niñas y jóvenes.