revista zona de ocio 11

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Directorio C o nse j o E di t o r i a l

Dra. Olivia Domínguez Dra . Lui sa Paré Dr. Vidal El ías Dr. R ubén Morante Sra. Carmen Titita Hernández A rq. Lui s Gi l Sr. Guillermo Bouchez Gómez Dra. Lilia América Albert R ebeca Bouchez Gómez

D ir e cto ra

Fer nando Escobar Sánchez César A . Velázquez Croda R odr igo A . Ser rano A r reola

Coordinación de Diseño

Marianne Decorme Bouchez

Coordina d o ra We b

C o l a bo ra d o r es d e e ste n ú m er o Olivia Domínguez Pérez Manuel Montoro Francisco Beverido Rebeca Bouchez Gómez Xánath Caraza Sebastian Found Guadalupe Williams Linera Eva Muñoz Ledo

Editorial Los bosques del planeta son vitales para la salvaguarda del clima tal como lo conocemos, es por ello que en el presente número de Zona de Ocio nos unimos a los eventos que la Organización de las Naciones Unidas ha previsto para el Año Internacional de los Bosques 2011 con el lema “Los bosques para las personas”. La lucha contra el cambio climático es también contra la deforestación y degradación, y por ello se vuelve indispensable concientizar a la población de que las superficies forestales son el sustento del planeta, debido a los beneficios económicos, socioculturales y ambientales que proporcionan. El lector encontrará el interesante artículo sobre los bosques y el agua de la doctora Guadalupe Williams Linera, investigadora destacada del Inecol, y agradecemos la participación de Xánath Caraza con su poema “Árboles de la niñez”. En otras temáticas recomendamos el artículo de Francisco Beverido D., titulado “Manuel Montoro, sembrador de teatro”, que presentamos en virtud de que el 8 de mayo del 2010, el maestro Montoro recibió de la Universidad Veracruzana el Doctorado Honoris Causa por su trabajo en beneficio del teatro en México y en nuestro estado. Y finalmente damos la bienvenida como colaboradora a la periodista especializada en temas gastronómicos a nivel mundial Eva Muñoz Ledo, quien nos envía desde Cuernavaca, Morelos, su texto “Madre Tierra”, importante reflexión sobre el movimiento Slow Food en el mundo. Agradecemos a los lectores su interés por nuestra revista. Rebeca Bouchez Gómez

Publicación bimestral gratuita Zona de Ocio, cultura, arte, medio ambiente, cocina y turismo. www.revistazonadeocio.com, informes revistazonadeocio@gmail.com Año 02 N.11 Mayo - Junio 2011. Xalapa, Veracruz, México. Registro en trámite Los contenidos son responsabilidad de los autores. Impreso en los talleres de TEMPERA, Azueta 215 A, Centro, Xalapa, Ver. Agradecemos el apoyo de nuestros patrocinadores. Registro sic - conaculta / 2011

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Contenidos 3

Macuiltepetl: una reforestación posible. Olivia Domínguez Pérez

4-5

Mensaje del Día Mundial del Teatro 2011 de una gran mujer de teatro: Jessica A. Kaahwa. Manuel Montoro

6-7

Los jóvenes marcan su territorio. Anatxu Zabalbeascoa. El país semanal.

8-10

Manuel Montoro: sembrador de teatro. Francisco Beverido

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El museo Soumaya. Investigaciones Zona de Ocio

12-13

Leonora, un retrato de cuerpo entero. Yanet Aguilar. El Universal.

14

Recuperan obras de Salvador Ferrando y Alberto Fuster. Redacción AZ / Xalapa

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Museo de Arte Contemporaneo de Xalapa. Rebeca Bouchez Gómez

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Árboles de la niñez. Xánath Caraza

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Ilustración de Sebastian Found

18-19

Vivienda: más que un derecho, una mercancía. Liliana Alcántara. Diario AZ

20-21

Un oasis en la terraza. Pilar Gómez Centurión. El País semanal

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Bosque para la protección del agua. Guadalupe Williams Linera

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Pueblos mayas sucumbieron por colapso ambiental. Redacción AZ

24

Ecología + gastronomía = ecogastronomía. Con los pies en la Tierra. Terra Madre. Eva Muñoz Ledo

25

Los alimentos biológicos: respeto por el medio ambiente natural. Investigaciones Zona de Ocio

26

Las propiedades del café. Investigaciones Zona de Ocio

27

De Cantón a Xalapa, un poco de historia. Investigaciones Zona de Ocio

28-29

Del Mesón de las Araucarias al Hotel Xalapa. Rebeca Bouchez Gómez

30

Hacia el 25 aniversario del ivec 1987 - 2012. Convocatoria a los foros regionales

31

Hay Festival en octubre. Rebeca Bouchez Gómez

32

El último tren de mulas en Xalapa

c u lt u r a

arte

medio ambiente

cocina

turismo


Macuiltepetl una reforestación posible

O l i v i a D o m í n g u e z Pé r e z

¿Sabían ustedes que Xalapa, la capital del estado, se extiende sobre terreno volcánico cuya cúspide está ubicada en el Parque Ecológico Macuiltepetl? En tiempos prehispánicos se erguían cinco cerros. En la cumbre más alta, según la cosmología totonaca, moraban los dioses y era un lugar paradisiaco. Con la llegada de la civilización occidental se transformó la exuberante vegetación de los bosques cercanos, pues la nueva población necesitó tablas, vigas y alfajillas para construir los tejados de las casas de cal y canto. El tiro de gracia fue la llegada de la industrialización, y el mismo fenómeno que impactó a los bosques de Pacho azotó las faldas del Macuiltepetl. Al ingresar al parque, los visitantes podemos observar una cancha de futbol sobre una planicie de regulares dimensiones, que es la boca de un cráter que tuvo su actividad volcánica hace 30 000 años. Según un plano topográfico de 1895 elaborado por Carlos Rivera por encargo de uno de los propietarios, hay tres hondonadas más y el documento muestra las curvas de nivel pero sin vegetación; mientras que en otro de 1869 se pueden apreciar residuos del bosque cerca del cráter. En el plano de 1895, elaborado en una escala de 1:4000, se observa que el cerro tiene tres propietarios —Pedro Nogueira tiene la mayor parte, y Manuel Acosta y Cipriana Méndez, dos fracciones cerca de las laderas que daban hacia el este—. Sin embargo para la época postrevolucionaria, con base en un plano de 1922 conservado en el archivo de William K. Boone, aparecen las fracciones de Méndez y Acosta, y la posesión de la cúspide a favor del gobierno estatal y federal, mientras que las faldas del cerro son propiedad de Colección Boone-Canovas

los hacendados Lucas Martín, Juan Ramírez, Manuel Nava, Margarita Teoba y Joaquín Fernández, cuyos intereses están vinculados con la ganadería. Además, al sur se encuentra el Lazareto municipal. Las extensas tierras de la familia Pasquel, ubicadas al norte, fueron afectadas por la reforma agraria y convertidas en el ejido de San Miguel del Soldado y de Progreso Macuiltepetl. Existen fotografías de la década de los veinte que muestran un cerro completamente deforestado. Seguramente por la preocupación de los que practicaban el deporte del automovilismo se construyó un camino de terracería espiral que sustituyó al viejo sendero de herradura que llegaba a la cúspide. Muchos de ellos, además de pertenecer a la Cámara de Comercio, eran miembros de la Junta de Mejoras y se preocuparon por reforestar la antigua morada de las deidades prehispánicas. Pero fue hasta la década de los cuarenta cuando el proyecto se concretó en un programa para sembrar casuarinas, eucaliptos y encinos, además de plátanos, aguacates y cítricos. Precisamente Boone dio como dos fracciones a los herederos de Ramírez que hoy integran la colonia Aguacatal, Macuiltepetl norte y Laderas de Macuiltepetl. La humedad se recuperó gracias a la reforestación a pesar de las lozas de cemento que circundan al cerro. Ahora, quienes viven en la zona tienen la fortuna de contemplar la reserva natural, y disfrutar de un microclima donde aún hay bruma que desciende hacia el río Sedeño. Este es un modelo de reforestación que afortunadamente está protegido por la legislación y los amantes de la naturaleza, y es una clara muestra de los buenos resultados que pueden obtenerse. Colección Boone-Canovas


M a n u e l Mo n t o r o

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a celebración del Día del Teatro es un ref lejo fiel del inmenso potencial que posee el arte escénico para movilizar comunidades y tender puentes. ¿Hemos pensado alguna vez que el teatro puede ser una herramienta muy poderosa para la paz y la reconciliación de los pueblos? Mientras las naciones gastan inmensas sumas de dinero en misiones de paz, en zonas de conf lictos bélicos por el mundo se presta muy poca atención al teatro como una alternativa personalizada para la gestión y solución de conf lictos. ¿Cómo pueden los ciudadanos de la madre Tierra alcanzar la paz universal, si los instrumentos que se emplean para lograrlo provienen, en general, de poderes externos y represivos? El teatro reconforta sutilmente el espíritu humano, presa del miedo y la desconfianza, transformando su propia imagen y abriendo un mundo de alternativas para el individuo y, por tanto, para la comunidad. Otorga significado a la realidad diaria, mientras fortalece para enfrentar un futuro incierto. Puede participar en temáticas de política social de forma sencilla y directa. Al ser integrador, el teatro también presenta experiencias capaces de corregir las ideas erróneas preconcebidas.


Debemos reconocer al teatro, entre otras manifestaciones artísticas, como una herramienta eficaz para abordar y analizar situaciones de conflicto y de paz, siempre que se incorpore a la vida diaria de las comunidades.

El teatro es un medio probado de progreso y defensa de las ideas que mantenemos, y por las que estamos dispuestos a luchar cuando no se respetan, de forma colectiva. Para anticipar un futuro de paz, debemos usar medios pacíficos que ayuden a comprender, respetar y reconocer las aportaciones de cada ser humano. En pocas palabras, el teatro es ese lenguaje universal a través del cual podemos promover mensajes de paz y reconciliación. Permitiendo a cada participante comprometerse activamente, el teatro puede hacer que muchos individuos modifiquen ideas preconcebidas y, de esa forma, ofrece al ser humano la oportunidad de renacer, para tomar decisiones basadas en el descubrimiento de nuevas y posibles formas existenciales. Debemos reconocer al teatro, entre otras manifestaciones artísticas, como una herramienta eficaz para abordar y analizar situaciones de conf licto y de paz, siempre que se incorpore a la vida diaria de las comunidades. En la búsqueda de transformación social y reforma de las comunidades, el teatro se realiza incluso en áreas devastadas por la guerra y entre poblaciones que sufren pobreza y enfermedad crónica. Hay un número creciente de temas, historias y anécdotas donde el teatro ha sido capaz de movilizar con éxito audiencias para provocar la toma de conciencia y atender a víctimas de horribles traumas de postguerra. Plataformas culturales como el Instituto Internacional del Teatro, que tienen como objetivo consolidar la paz y la amistad entre los pueblos, ya están en marcha desde hace mucho tiempo. En este nuestro momento histórico y conociendo el poder del Teatro, sería un error permanecer callados y permitir a los que empuñan armas y lanzan bombas aparecer como los pacificadores de nuestro mundo. ¿Cómo pueden esas herramientas de alienación ser también instrumentos de paz y reconciliación? Los convoco, en el Día Mundial del Teatro, a ref lexionar sobre esta posibilidad y proponerlo como herramienta universal de diálogo, transformación y reforma social. Mientras las Naciones Unidas gastan

enormes cantidades de dinero en misiones de paz en todo el mundo a través del uso de las armas, el teatro es una alternativa espontánea, humana, menos costosa y mucho más poderosa. Aunque tal vez el teatro no sea la única y válida respuesta para conseguir la paz, debemos estar seguros, reitero, de su fuerza como una eficaz herramienta en las misiones de paz. Jessica A. Kaahwa. Dramaturga, actriz, directora y maestra de teatro. Originaria de Uganda, África. Autora del mensaje para el día Mundial del Teatro 2011. Es respetada internacionalmente por su trabajo humanitario. Erudita brillante. Ha sido galardonada con numerosas becas y premios para continuar sus investigaciones y trabajos de campo utilizando el teatro y los medios como una fuerza constructiva así como para mejorar la salud y las condiciones en las zonas de conf licto. Autora de más de 15 obras de teatro, y como directora se recuerdan sus montajes de El Rey Lear, de William Shakespeare, y Madre Coraje y sus hijos, de Bertold Brecht. También es reconocida su calidad como actriz. Jessica Kaahwa es una gran defensora de los derechos humanos, así como del buen gobierno y del desarrollo. Levanta su voz, de manera inf lexible, por la igualdad de género y la comunicación, tanto en la paz como durante los conf lictos, en diversas regiones del continente africano. También ha orquestado varias iniciativas nacionales e internacionales utilizando al teatro para impulsar el desarrollo, y continúa su investigación sobre las múltiples aplicaciones del arte escénico en todas las facetas de la sociedad. Ha conducido talleres de entrenamiento para organizaciones nacionales e internacionales y para múltiples instituciones de educación superior. Cree firmemente en “enseñar haciendo”. Sus acciones humanitarias incluyen también el establecimiento de un centro para niños huérfanos en su granja de Uganda, donde pasa mucho de su tiempo libre trabajando con los niños para que recuperen un sentido de pertenencia y seguridad.


A n a t x u Z a b a l b e a s c o a . E l Pa í s s e m a n a l (n ú m . 1 8 0 4 d e l 2 4 d e a b r i l d e 2 0 1 1 )

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arlos Javier Rodríguez Jiménez era profesor de educación física en el instituto Pedro de Valdivia de Villanueva de la Serena (Badajoz). Había hecho estudios sobre la humanización de los espacios urbanos y creía que los deportes y las actividades no competitivas como el hip-hop o el skate podían ayudar a entender y educar a los jóvenes. “Ellos necesitan hacer deporte. Pero no que exista un ganador y un perdedor. Lo importante es que suden espontáneamente sin tener que alcanzar un resultado”, cuenta hoy desde el despacho de consejero de los Jóvenes y del Deporte que ocupa desde 2007. Fue Rodríguez quien, con cuatro compañeros, presentó en 2006 un proyecto pionero: Factoría Joven. Se trataba de que los mismos jóvenes diseñaran los espacios para su ocio que estaban dispuestos a mantener. Hoy está sentado al otro lado de la mesa negociadora. “Los colectivos que se reunían conmigo me ven al otro lado. Yo mismo me veo al otro lado”, cuenta. Extremadura es la única comunidad con una consejería que lleva ese nombre, “de los Jóvenes y del Deporte”. El “joven” es un individuo entre 14 y 34 años, y las “factorías” que van levantando por la región quieren convertirse en su lugar en la ciudad. En Mérida, no lejos de la consejería, están de estreno. Los arquitectos José Selgas y Lucía Cano han transformado la nueva Factoría Joven en un reclamo para la celebración de la juventud y la vida en común. El edificio ligero de policarbonato es como un porche colorista abierto a la ciudad. La primera impresión es que pone de buen humor. Se inauguró a comienzos de la primavera y muchos de los 19 000 jóvenes que viven en Mérida ya han pasado por ahí. Con todo, y por vistoso que sea el nuevo edificio, la clave de esta iniciativa es más el cómo que el qué. “Importa el método participativo y colaborador en la concepción del proyecto”, explica el consejero. Y los arquitectos lo corroboran: “Es el edificio más simple que hemos hecho. Nos hemos limitado al papel de “oído cocina”: tres salas de actividades de 75 metros cuadrados y tres almacenes de 25, más oficinas, más

aseos, más zona de skate, más rocódromo, más teatro al aire libre, más un muro para grafitis, ¡oído cocina! Que las piezas puedan usarse independientemente ¡oído cocina! Que haya zonas exteriores de sombra y protegidas de la lluvia, ¡oído cocina! Que cueste menos ¡oído cocina! Que tenga luz por la noche para poder usarse con libertad de horarios, ¡oído cocina! Muchos proyectistas desconfían de la participación de los colectivos en la toma de decisiones. Consideran que obstaculizan el diseño y el trabajo, y que suelen retrasar las obras. “Aquí no ha sido un problema. Ha sido la solución”, resalta el consejero. “Los colectivos ya venían ‘llorados’. Les decíamos hasta dónde podían llegar. Todo el mundo ha sabido ceder”. Cuando convocaron el concurso de ideas avisaron de que el proyecto podría ser modificado por los colectivos. Esa iniciativa es pionera en la región. “Y está siendo identificada como buenas prácticas por la Unión Europea”, explica el consejero. Desde que presentaron el proyecto, durante la presidencia española de la Comunidad Europea, no han dejado de llegar a Extremadura políticos de otros países y de otras regiones para conocer las instalaciones. La apuesta por los colectivos es pragmática. Busca solucionar problemas escuchándolos. Las Factorías Jóvenes quieren “humanizar las calles de las ciudades; el hormigón ocupa mucho espacio”, cuenta Rodríguez. Por eso, los lugares para ubicarlas son parcelas amplias junto a espacios verdes. El edificio colorista, extravagante, ligero y resistente de Mérida es una gran marquesina apoyada en las salas. “Abierta a todo el que quiera acercarse hasta allí. Nuestra intención ha sido que no exista filtro alguno para nadie”, explican los arquitectos. Está en el barrio de la Corchera, elevado un metro y medio, “para no tener que tocar el sensible sustrato histórico de la ciudad”, aclaran. Una zona antaño no residencial y alejada del centro, por encontrarse más allá de las vías del tren, pero que hoy es un pulmón junto al río Albarregas. “No es un barrio tradicional”, explica el consejero. Ha crecido con servicios como un velódromo, las dependencias de la Administración o


el instituto Albarregas. Pedro Marcos, director de ese instituto, vecino de la Factoría Joven, asegura: “En el instituto pensamos que la educación es algo más que la mera transmisión de conocimiento. Hay que inculcar valores como la convivencia, el trabajo en equipo y el respeto por la diferencia. Las actividades de la Factoría Joven encajan en este planteamiento educativo. Está por ver la aceptación a largo plazo, pero el primer indicio es que los jóvenes sí lo usan”. A pocos metros de su centro, la Factoría bulle. Se ha convertido en lugar de encuentro. Entre 300 y 400 jóvenes la visitaron los primeros días. “Hoy son unos 150 diarios, pero ya no son visitantes, son usuarios”, explica Antonio Fernández Collado, que era electricista y ahora es uno de los cuatro dinamizadores que trabajan allí. Con el pelo largo y los pantalones bajos, no aparenta sus 30 años. Parece que el lugar contagia. ¿A todos los jóvenes les interesa el skate y los grafitis? Se hicieron muchas encuestas. De las conversaciones con las entidades juveniles de Plasencia, Mérida, Badajoz o Cáceres se dedujo que algunos prefieren actividades reposadas. “En Cáceres, por ejemplo, habrá un observatorio astronómico y una sala de aeromodelismo”, cuenta el consejero. Flexibilidad, dedicación, diálogo e ilusión. La voluntad es grande. Y el presupuesto, pequeño (1.2 millones de euros). El consejero lo reconoce: “Los arquitectos se han implicado a fondo. Es un proyecto innovador y contagia entusiasmo”. Selgas y Cano reciclaron material de la Administración. “Como no había un duro, reciclamos viejos muebles de las oficinas de la Junta de Extremadura. Propusimos que los pintaran los chavales con los colores que ya se encontraban en el edificio y como les diera la gana. 80% de ellos son reutilizados y también lo es la mesa de la sala de ordenadores, que es lo único que diseñamos nosotros usando las tablas de los palés de embalaje del policarbonato que le sacamos de regalo a la constructora”, cuenta José Selgas. Él y su socia, Lucía Cano, están de acuerdo en que este es un proyecto que aporta beneficios en otros aspectos: “No vivimos del aire, sino de otros proyectos que en conjunto nos permiten ir tirando. Extremadura trabaja con otros precios, pero tienes libertad absoluta para trabajar y eso es lo que nos importa. Cuando empezamos ya sabíamos que económicamente iba a ser una ruina”. A la pregunta sobre el modelo para el diseño, el arquitecto responde que tenía claro lo que no quería seguir: “El Modelo, con mayúscula, porque el proyecto no quiere ser un edificio, sino un conjunto sin referencias arquitectónicas, urbano, de encuentro, de paso, de estancia y muy visible”. Con

todo, Selgas y Cano se muestran también críticos: “El problema que le vemos al edificio es la gestión. Un movimiento de colectivos urbanos, libres, rebeldes y protestones no puede estar gobernado por el gran padre Junta de Extremadura, que puede acabar espantando al conejo, que necesita campo libre. No se puede fumar ni beber, hay horarios, hay edades, hay mucho cartel… Pero, en fin, eso no es competencia nuestra”. El grafitero May (Ismael Acedo Maillo) discrepa. Desde el colectivo Exprex On, y junto a otros grupos, lleva cinco años colaborando con las diversas Factorías. En la de Mérida pintó un muro que ha ido repintando gente sobre el grafiti anterior. “Defendemos el grafiti legal como creación para una buena sociedad y como actividad para la gente joven. Es como coger a la gente que va pintando por la calle y llevarla por el buen camino”, asegura. “El mal camino es muy simple: el morbo de lo ilegal del inicio. Pero hoy es más fácil pintar en Mérida que en el Bronx. Allí ya nadie pinta ilegalmente”, insiste. Y cuenta su propio caso: “Nos hemos tragado la etiqueta del pasado. Tengo 36 años. Empecé con 15 y, a esa edad, el vecino no dejaba ni que su hijo se juntara conmigo. Un grafitero era visto como un delincuente”. Al día de hoy, May da talleres a los hijos de sus vecinos. “Ya que ha habido una lucha y nos hemos implicado, la oportunidad debe ser para quien busca aportar a la sociedad.” Cuenta el consejero que si algo tienen claro es que “antes de intervenir hay que escuchar”. “Es la única manera de que esto sea algo que les pertenece a ellos y lo cuiden como si fuera propio”. El programa parece apaciguar rivalidades y convivencias. En el Parlamento autónomo fue fácil defenderlo, aunque no en todas las localidades donde se está instalando gobierna el psoe. “Todos lo ven como un activo. La propuesta trasciende el signo político. A l estar muy apoyada socialmente, ha conseguido el consenso”, explica el consejero. Por primera vez, la Administración, en lugar de dotar con una instalación para que los colectivos la ocupen, la diseña hablando con los colectivos y a partir de sus necesidades e inquietudes. El hoy consejero Carlos Rodríguez tuvo la idea con cuatro compañeros, pero se quita importancia: “La idea sale de la gente joven. Nosotros simplemente la hemos escuchado. Mis alumnos demandaban espacios de ‘quedada’ en la ciudad”. En Mérida, Cáceres y Plasencia ya los tienen.


Manuel Montoro: sembrador de teatro 2010 Doctor honoris causa por la Universidad Veracruzana

Fr a n c i s c o B e v e r i d o

Noches blancas, s/f

La Ley de Creón, 1984

© Archivo

© Archivo

ctru

rector español que llegaba del Teatro de las Naciones de París a hacerse cargo de la Compañía Profesional de la Universidad, la cual Marco Antonio Montero había dejado hacía poco más de un año. Esa audición, si la memoria no me falla, fue al mismo tiempo la primera lectura de la obra con la que este nuevo director iniciaría su trabajo. Era una de las obras más destacadas de la dramaturgia universal del siglo xx, la obra de uno de los autores más importantes de ese siglo, cuyo tema era el amor por la libertad y por la patria incluso por encima del amor personal entre individuos. Así pues, la puesta en escena era, de algún modo, además de la presentación de este director, una ofrenda de simpatía, un regalo que él presentaba hacia el espacio que lo recibía, no sólo un país, no sólo un estado o una ciudad, sino una institución en particular: la Universidad Veracruzana. El director era Manuel Montoro. La obra: Mariana Pineda de Federico García Lorca. En el papel estelar estaría Ana Ofelia Murguía acompañada por Juan Allende. En el reparto estaban también Manuel Fierro —a quien ya había visto como “Claudio” en Hamlet y como el “portero” de Macbeth—, María Luisa Castillo —“Ofelia” en Hamlet —, Raúl Velázquez, Guadalupe Balderas y una jovencísima María Rojo, salida no hacía mucho del Teatro fantástico de Enrique Alonso, “Cachirulo”, que me había acompañado durante toda mi infancia. Se hizo la primera lectura y se me asignó el papel de “Alegrito”, el jardinero del convento que acompaña a Mariana en el tercer acto. Debo confesar que

ctru

Conocí a Manuel Montoro a mediados de 1966. Para esos años yo había iniciado ya mis incursiones en el teatro. Había participado como actor en una puesta en escena, con muchos otros de mis compañeros de la secundaria (en aquel entonces la “Antonio” era secundaria) y había tenido la osadía de “dirigir” un par de obras, además de asumir de manera casi automática las funciones de maestro de ceremonias en las actividades de la escuela. También había tenido la fortuna de conocer a Fernando Salmerón, a Sergio Galindo, a Emilio Carballido, a Marco Antonio Montero y a Jorge Godoy — director y subdirector, respectivamente, de la Compañía de la Universidad—, a Raúl Quijada —el actor principal—, a Manuel Fierro, a Guadalupe Balderas y a muchos más. Entre todos ellos conocí también a Adolfo Domínguez, director del f lamante Teatro del Estado, a Juan Herrera Cisneros, subdirector-administrador, y al rector Fernando García Barna. Me había tocado no sólo ver sino estar en los ensayos de algunas obras, entre ellas El relojero de Córdoba con Ana Ofelia Murguía y Carlos Fernández (que recién habían llegado de La Habana) y Un hombre contra el tiempo dirigida por Héctor Ortega y en la que participaban Manuel, Guadalupe , Quijada, Lucía Crespo, María Luisa Castillo, Roberto Reséndiz, José Antonio Salmerón y Marcelo Díaz de Salas, entre otros. A mediados de 1966 recibí una llamada personal de Adolfo Domínguez. Imagínense la emoción para un joven de 17 o 18 años, en segundo año de preparatoria, recibir una llamada de una personalidad como don Adolfo y citarme a una audición con un di-


Homenaje a Manuel Montoro estaba satisfecho, pero no contento. Joven, impulsivo y ambicioso como todo adolescente, no era el papel que yo esperaba hacer, el que pensaba que me tocaría. Pero tampoco tenía por qué desaprovechar esa oportunidad y haría lo que se me encomendara lo mejor posible. Por razones que desconozco (nunca pregunté ni nadie me enteró del chisme), hubo alguna dificultad y, después de un par de semanas, me llamó el director para informarme que había un cambio en el reparto: en lugar del “Alegrito” del tercer acto yo tendría que ocuparme de “Fernando”, el papel que yo había esperado, el del joven enamorado de Mariana que, ante las circunstancias, está dispuesto a ofrecer su vida por ella aunque ella se confiese enamorada de alguien o de algo más. Tengo otra confesión que hacer: el trabajo no fue fácil. Yo tenía más entusiasmo que conocimientos, más ganas de hacer las cosas que preparación para hacerlas. Para quienes no la conozcan, la obra —dice Lorca— es un “romance en tres actos” escrita en verso. Aunque yo tenía casi la edad del personaje, en escena daba más joven, pero lo difícil era el verso. En un texto en verso uno no puede improvisar, no puede cambiar una palabra poco conocida por otra más familiar. Hay que añadir además la poesía de Lorca, donde cada palabra tiene no sólo un significado preciso sino otros más subyacentes. La confesión es ésta: uno de los peores momentos, cuando estuve a punto de “tirar la toalla”, fue ensayando mi última escena del primer acto. Mariana encarga a Fernando que lleve una carta suya a don Pedro, un guerrillero escondido en la sierra que es, además, el verdadero amor de Mariana. Justo antes de salir, ella se preocupa por él y le encarga tener cuidado. Fernando, ya en la puerta, hace acopio de todo el valor que puede encontrar, tratando de sobreponerse al hecho de que ella lo rechazara y le hubiera confesado su amor por otro, por un proscrito, y le responde rematando una cuarteta. Se trata de una frase que tuve que repetir muchas veces en ese ensayo. En cada caso había algo mal y había que repetirla de nuevo. En resumen, la exigencia y el reclamo de “¡No! ¡Repítela!” me hicieron llorar ahí, en el foro, frente a todo mundo. Ese contratiempo no fue suficiente para separarme del teatro. No sólo llegué al estreno y seguí toda la temporada, sino que hasta hoy sigo arriba del escenario e incluso, en este momento, estamos trabajando juntos una vez más en un proyecto nuevo que se estrenará pronto.

Manuel Montoro dirigió otras cinco obras más en aquella primera etapa en Xalapa con la Universidad Veracruzana. La dupla Montoro-Barclay se volvió, desde ese momento, sinónimo de calidad escénica. La segunda obra sería una comedia mexicana, una obra poco conocida de un autor famoso: El pequeño caso de Jorge Lívido de Sergio Magaña. No estuve en ella pero la seguí de cerca. Después vendría una de las comedias más divertidas y más populares del barroco italiano: La posadera de Carlo Goldoni con María Rojo, Rocío Sagaón, Guadalupe Balderas, Juan Allende, Raúl Velázquez y Marcelo Díaz de Salas, entre otros. Luego, El zoológico de cristal de Tennessee Williams, otra vez con María Rojo, Juan Allende y Guadalupe Balderas. Y enseguida, en pleno 1968, otra obra importante por el texto mismo y por el momento en que la llevamos a escena: El triciclo de Fernando Arrabal. En aquella ocasión éramos sólo cuatro actores en escena: María Rojo, Juan Allende, Marcelo Díaz de Salas y yo. Por último, como despedida de aquella primera etapa, una deliciosa y divertida puesta en escena de teatro infantil: Pluft, el fantasmita de María Clara Machado, con Liliana Abud como “Maribel”, Carlos Cruz como “el pirata” y Guadalupe Balderas como la “señora fantasma”. El talento y la capacidad creativa de Montoro quedaban de manifiesto a cada paso y no sólo por la diversidad del repertorio, que el público xalapeño había seguido con atención a lo largo de su desarrollo. Para los que estábamos dentro, la atención al texto y el cuidado en la lectura se volvieron indispensables. A ello hay que añadir la precisión: en el gesto, en la posición en el escenario, en el tono e inf lexión de cada palabra y de cada frase y, por supuesto, en la profundidad de la lectura: descubrir siempre qué hay detrás del texto, qué debe informarse al espectador además de las palabras que se pronuncian. Esa profundidad en la lectura, esa precisión en el texto, en el gesto, en el tono, que nunca se desbordan, que nunca caen en la exageración, se convertiría, en el “sello de fábrica” de Manuel Montoro y quedaría manifiesto en cada una de sus producciones posteriores, muchas de las cuales merecerían premios de la crítica especializada a lo largo de los años: El cambio de Paul Claudel; Fuentevaqueros sobre textos de García Lorca; El cerco de Numancia de Cervantes con la Compañía Nacional de Teatro; Días felices de Samuel Beckett y luego, en el Teatro Milán: Emigrados de Slawomir Mrozec;


Los acreedores de Strindberg; Fue una historia de amor de Lauzier; Sacco y Vanzetti de Rola y Vincenzoni; Medea de Eurípides; Los últimos de Gorky; La ley de Creón de Olga Harmony hasta que la naturaleza interrumpió ese trabajo. Ése en particular, porque la labor de Montoro no podría haberse detenido, así que seguiría con Jardín de invierno de Julieta Campos y Son pláticas de familia de Rafael Solana. Y más tarde, su vuelta a la Compañía de la Universidad para presentar El día que Monalisa dejó de sonreir de Guillermo Schmidhuber; Nuestro pueblo de Thornton Wilder, y una nueva versión de Pluft, el fantasmita y, recientemente, La hija de Lucifer de William Luce, Yerma de Lorca y Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre. Si esta lista no fuera suficiente, podríamos mencionar, así sea de paso, que varios de los actores y actrices de teatro más importantes de nuestro país han pasado por sus manos y que algunos de ellos, incluso, se han constituido en sus “actores de cabecera” o al revés, que él se ha constituido en su “director de cabecera” cuando de teatro se trata: María Rojo y Ana Ofelia Murguía, Claudio Obregón, Salvador Sánchez, Mabel Martín, Beatriz Sheridan… entre otros muchos. Ya esa trayectoria es importante (e impresionante, a pesar de los títulos que se me han escapado), pero hay todavía otra trayectoria más, igualmente importante y que ha significado también una serie de aportes al teatro mexicano: Manuel Montoro no es sólo un director talentoso, es también un excelente maestro. Su propia formación, su capacidad y su habilidad docentes le han permitido alimentar la necesidad de formación y de expresión de muchos jóvenes. No puedo menos que reconocer que la necesidad del rigor en el manejo del texto y en el manejo de la escena que son parte de mi trabajo se deben a su enseñanza, si bien en ese caso se trata de una enseñanza en la práctica, “sobre las tablas”, y no en un aula. Pero tampoco se ha limitado a eso. Además, su etapa como maestro encargado de la cátedra de Dirección en la Universidad Nacional Autónoma de México; muchos xalapeños y veracruzanos no podemos olvidar que a él se debe la creación de los Festivales de Teatro Universitario donde algunos, como Ernesto Bautista, Enrique Pineda, Miriam Cházaro, Juana María Garza y yo comenzamos. Festivales en los que participamos algunos cientos de estudiantes y que además contribuyeron a la formación de otros miles más como espectadores de teatro. El trabajo minucioso de asesoría que desplegaron Montoro y Barclay en aquellos cuatro festivales, entre 1967 y

1971, desde la elección del texto hasta las características de la iluminación, los acabados de la escenografía y del vestuario, pasando por las acciones y los matices del personaje, todo eso contribuyó en gran medida a enriquecer, no sólo nuestro conocimiento del teatro, más aún: nuestra comprensión del mundo y de la vida, nuestra capacidad de asombro y de disfrute por todas y cada una de las cosas con las que nos enfrentamos cotidianamente. No en balde el número de espectadores fue aumentando geométricamente de un festival a otro hasta rebasar la capacidad que entonces tenía la sala grande del Teatro de Estado (200 butacas más de las que tiene ahora), hasta casi desbordarse literalmente por las ventanas. Hay que recordar que para aquella “puesta en escena de despedida”, la primera versión de Pluft, el fantasmita, el reparto se integró con algunos de los participantes más destacados de esos festivales: Carlos Cruz había acaparado el primer pre mio de actuación masculina en tres de ellos, Liliana Abud había merecido el de actuación femenina en el último. A raíz del cambio de gobierno las circunstancias se volvieron “poco favorables” para las actividades culturales en general (y no sólo las artísticas) y las limitaciones, sobre todo económicas, se magnificaron al punto de hacer desaparecer la compañía. Su “resurrección” —cual “Ave Fénix”— no sucedería hasta cinco años más tarde cuando llega a la rectoría de la Universidad Roberto Bravo Garzón, a quien se debe también la iniciativa del Teatro Milán. Manuel Montoro, en resumen, ha sido un maestro, un creador en el más amplio sentido de la palabra, alg uien que se ha acercado a nosotros para ofrecernos algo de lo más placentero y hermoso que puede tener esta v ida y que no tiene nada que ver con los satisfactores materiales que parecen constituir la única opción y el único objetivo del hombre en este momento. ento. Como buen sembrador, Manuel Montoro ha ido prodigando su semilla como maestro y como ejemplo de una manera amable, generosa, desprendido sería el término más justo. Además de su amor por el teatro, lo más valioso ha sido que nos ha enseñado a apreciar la manera como el teatro ref leja la v ida, como se entrelaza con ella, como nos permite una v isión más clara para compren-derla, para apreciarla, para disfr utarla a través de un gesto, de una palabra, de un detalle en apariencia insignif icante. Y por si f uera poco nos lo ha ofrecido con la franqueza y la sinceridad con que un amigo nos ofrece su mano; ante eso, no nos queda otra cosa que ex tender la nuestra y decir: “gracias, Manuel ”.


Abierto desde el 29 de marzo 2011 Inv e s t i g a c i o n e s Z o n a d e O c i o

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l pasado 29 de marzo abrió sus puertas el Museo Soumaya, el cual fue construido en los terrenos que ocupó una antigua fábrica de llantas en la calle Miguel de Cervantes Saavedra entre Ferrocarril de Cuernavaca y Presa Falcon en la colonia Ampliación Granada, a la entrada de la Plaza Carso, muy cerca de la colonia Polanco en el poniente de la Ciudad de México. El recinto resguarda “una de las diez o posiblemente doce mayores colecciones creadas por un hombre en el mundo”, expresó el día de la apertura el museógrafo español Alejandro Massó. La colección —bajo la custodia de la Fundación Carlos Slim— propone un diálogo entre el espectador y el arte desde el siglo xvi y en especial de los siglos xix y xx, y está conformada por más de 60 000 obras. Cada sala ocupa un nivel del edificio con un diseño único, y más de 7 000 metros cuadrados se destinan a la exposición que ahora presenta el sitio. El museo es imponente por fuera. Llama mucho la atención el diseño del edificio integrado por seis pisos circulares, del arquitecto Fernando Romero, y cuya construcción tardó cuatro años. La fachada fue creada con 16 000 hexágonos de aluminio y el efecto da la idea, en sus 47 metros de altura, de una gran colmena plateada. El museo y la Plaza Carso forman parte de una reconversión urbana de zonas industriales, tal como fue planteado para Plaza Loreto o Peña Pobre por el Grupo Carso en el Distrito Federal. “Desde su inauguración el museo ha recibido a más de 3 000 personas diariamente que atiborran las seis salas; la gente recorre de un lado a otro las salas sin un orden establecido, pues no hay cédulas de sala ni secciones establecidas.” Opina la periodista Judith Amador Tello. La escultura El pensador de Auguste Rodin (18401917) recibe en el vestíbulo a los visitantes. Frente a esta obra se colocó el mural Naturaleza muerta (Sandías) que Rufino Tamayo realizó en 1954 en el Sanborns de la calle de Lafragua y Paseo de la Reforma. Dos obras de distintos autores, manufacturas, estilos épocas y temas.

A opinión de la crítica e historiadora del arte Teresa del Conde, la colección es ecléctica. Ella la conoce desde que comenzó a exhibirse en los museos Soumaya de las Plazas Loreto y Cuicuilco en la Ciudad de México. La reconocida crítica de arte Raquel Tibol, quien en su conferencia sobre Rosa de Luxemburgo en el auditorio del museo, recordó que ha querido aclararle al propietario de la colección que haber reunido esa cantidad de obras en pocos años “no es una virtud y lo digo en su recinto y felicitándolo por lo mucho que ha hecho”. En entrevista con Carmen Aristegui, comentó lo que le diría a Slim: “Así no se compra arte, no se compra arte en muchas cantidades. Un buen coleccionista, digamos Carrillo Gil, Marte R. Gómez, Andres Blaisten, va buscando cada pieza hasta con lupa, con documentación, hasta que da con ella. El señor Slim compra por lotes, se acerca a las casas de subastas y compra lotes, y subrayó: así no se compra arte, el arte hay que amarlo, hay que hacer un proyecto y no mezclar, no se puede mezclar”. El propio director del museo Alfonso Miranda, alumno de Teresa del Conde, declaró hace tiempo a la prensa que la compra de la obra se hacía en subastas públicas a través de un comité. La colección de la Fundación Carlos Slim es una de las de mayor relevancia en el ámbito artístico internacional con 16 clasificaciones del arte, entre las que destacan: los grandes maestros europeos, los artistas novohispanos, los representantes de la escuela mexicana de pintura, y los iniciadores del movimiento de la Ruptura en la década de los cincuenta del siglo xx.


Leonora, un retrato de cuerpo entero Entrevista con Elena Poniatowska, escritora y periodista Ya n e t A g u i l a r . E l Un i v e r s a l .

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os ojos negros de Leonora Carrington aún centellean a los 93 años, pero sus manos ya no crean. Esa mujer que desafió a su padre —un magnate inglés de la industria textil—, enloqueció de amor por el pintor alemán Max Ernst y siempre ha evitado las entrevistas, es la protagonista de Leonora, la nueva novela de Elena Poniatowska, con la que la periodista y narradora obtuvo el Premio Biblioteca Breve 2011. Si antes la narradora y periodista noveló la vida de Tina Modotti en Tinísima y relató la lucha del líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo en El tren pasa primero, ahora se dio a la tarea de contar la historia de su amiga, Leonora Carrington, la pintora surrealista que llegó a México en 1942, de la mano del poeta Renato Leduc. Las 598 páginas de la novela no le bastaron para contar la vida de esa “loca inglesa” que al lado de Max Ernst conoció a todos los exponentes del surrealismo; atestiguó la Segunda Guerra Mundial y fue recluida “por locura” en un manicomio de Santander, España. Mientras la rodean sus libros y pasan por entre sus pies Monsi y Vais —los dos gatos que le recuerdan al amigo muerto—, Elena Poniatowska recrea la vida de Leonora, su amiga desde los años sesenta. Habla de las conversaciones que han tenido, nunca entrevistas ni grabadora, porque “a la Carrington no le interesa eso ni las decenas

de libros que analizan sus pinturas y sus escritos”. Poniatowska sabe que a la pintora, mitad inglesa y mitad irlandesa, tampoco le interesará leer esta novela que ha publicado Seix Barral, porque Leonora ya es una leyenda. “No es pudor, eso ya la rebasó hace mucho, a ella le interesa más hablar de otras cosas que de ella misma, ella se conoce a sí misma o no sé, a lo mejor no, pero el tema de su vida no es yo, yo y yo.” Leonora Carrington hablaba más antes que ahora, cada vez es más silenciosa, no le gusta hablar de ella, ni las preguntas directas, pero si un tema le interesa siempre responde. Luego de las lecturas y conversaciones, ¿quién es Leonora Carrington? Es una mujer extraordinaria, una gran pintora, pero además de pintora es escritora; ha escrito muchos libros, algunos han sigo traducidos al español por Agustí Bartra; tiene un gran sentido del humor, un sentido del humor muy inglés; ella es mitad irlandesa por su madre Maurie y mitad inglesa por su padre Harold Carrington, y luego aquí en México se casó con un judío, Chiki Weisz, que le dio dos hijos, Gabriel, filósofo y poeta, y Pablo, médico patólogo que vive en Estados Unidos y pintor; heredó el talento de su madre.


¿Cómo fue surgiendo Leonora? Es un poco el resultado de muchas pláticas. Yo la veo con cierta frecuencia y cuando no la veo la extraño. A lo largo de los años me ha platicado mucho, pero también se han escrito muchísimos libros en inglés sobre ella. La que más escribió sobre los surrealistas fue la crítica de arte Lourdes Andrade, quien murió atropellada por un coche en Chilpancingo. Ella dejó interrumpida su tarea y yo pretendí continuar con lo que había hecho Lourdes Andrade, no porque sea crítica de arte ni mucho menos, sino porque quería abordar la vida de Leonora. Ellas eran muy amigas; Lourdes solía salir a caminar con Leonora por Álvaro Obregón, que es la avenida que más le gusta a Leonora porque tiene faroles traídos de Europa en tiempos de don Porfirio. ¿Cuánto hay de hechos y vivencias reales en la novela y cuánta ficción? Hay un montón de cosas inventadas; otras que son reales que ella me contó; otras tomadas de libros que leí; pero yo no puedo decir que es una biografía porque no tengo la formación de la academia y no sé poner pie de página ni la explicación de dónde saqué las cosas; me cuesta mucho trabajo, quisiera hacerlo o aprender a hacerlo pero no lo he hecho nunca, quizás aprenda en los años o meses que me quedan de vida. ¿Cuál fue el periodo más complicado al novelar la vida de Leonora? Lo más importante es ser leal a la intimidad; no decir algo que yo sé que a ella le molestaría, o no decir algo que no esté publicado; no revelar secretos porque todos los tenemos y no queremos hablar de ellos. Lo que sí hay de nuevo es que ella se enamoró de Renato Leduc, un gran poeta mexicano, el poeta del soneto “El tiempo”, donde hablaba de la dicha inocua de perder el tiempo, amar a tiempo y deshacerse a tiempo. Ella se enamoró de él y Renato Leduc la trajo a México en los años de guerra. Ella llegó en el 42, después de estar en Nueva York. Por él, Leonora está en nuestro país y es parte de nuestra historia, y nuestro país le rinde tributo; uno de esos tributos es la novela.

¿Renato Leduc la salva? Creo que uno se salva a sí mismo, nadie te salva, algunas personas creen que la salva la religión, la virgen de Guadalupe. Ahí están todos los exvotos que dicen por ejemplo: “Gracias porque mataron a 35 y a mí no me pasó nada”. Lo que sí creo es que Renato Leduc le hizo un bien porque la trajo a este país, pero ella aquí ya no fue feliz porque descubrió al Renato Leduc periodista que se la pasaba en la redacción del periódico, en la cantina o en los toros los domingos porque era amigo de los grandes toreros de la época, como El Califa, de Gaona; él quiso mucho a Leonora, y si ella pudo seguir montando a caballo en México, por el Paseo de la Reforma, fue gracias a los caballos que le prestaba Gaona. Al poco tiempo chocaron entre sí y entonces ella se encontró con un grupo de artistas con el que se sentía muy a gusto y era muy afín, era el grupo de Remedios Varo, Benjamin Péret, Gunther Gerzso. ¿Esa niña que trepaba en Tártaro, su caballo de madera, sabía de su fuerza y rebeldía? Es muy difícil que uno tenga una imagen de sí mismo y que conozca su fuerza, lo cierto es que Leonora sí le dijo a su padre: “Yo tengo algo en mí que no voy a dejar que nadie destruya”; le dijo también que no aceptaba un matrimonio convencional ni por conveniencia y que ella se iba a París porque se había enamorado de un hombre casado, era Max Ernst. Se va pero no rompe del todo con su familia, su madre siempre está allí… Su madre nunca la soltó. Fue una madre extraordinaria; ella le compró su departamento en París y luego su casa en St. Martin d’Ardeche. Luego vino a México y le ayudó con su bebé. Yo creo que en el fondo su madre estaba muy orgullosa de ella, porque reconocía en Leonora lo que quizá ella quiso hacer; la madre pintaba tapas de cajas para vender en fiestas de caridad. Pero quien de veras comenzó a pintar en serio y durante horas enteras, muy trabajadora, constante y apasionada fue Leonora. Yo creo que si uno se pregunta cuál es el gran amor de Leonora, la respuesta es su pintura y sus hijos, aunque también sus animales. Creo que a ella le duele más ya no pintar o que no le salga una pintura, que un animal. Habría que preguntárselo a ella. ¿Cómo era la relación con su padre? El padre es bien importante. Es como un ser antagónico y muy raro porque ella siempre está despotricando contra su padre, eso es verdad, no es un invento novelístico, pero a la hora en que nace su primer hijo ella le pone Harold Gabriel; su marido le dice: “Por qué le vas a poner así, si tu padre te desheredó”, y ella no cede, insiste en que se tiene que llamar Harold; eso es muy significativo de la importancia y el peso de su padre. Ella dice tantas veces: “Odio a mi padre, odio a mi padre”, pero todos sabemos que el odio y el amor están así, juntos. ¿Qué tiene en común Leonora con Max Ernst? Tienen mucho en común; él fue su maestro. Él le enseñó, la enamoró y la amó. Ella también se enamoró de él con locura; creo que ella siguió el camino de Max, aunque habría que preguntarle a los historiadores de arte, a gente como Raquel Tibol, si la consideran o no surrealista, porque ella al final de cuentas lo que hizo fue pintar su mundo celta, el mundo de los sidhes, esos hombrecitos que viven debajo de la tierra y la acompañan siempre. Sus historias están ligadas a toda la cuentística celta. ¿Era una mujer seductora? Era mucho más que seductora. Era una especie de ser del cual uno hubiera querido apropiarse para que en la vida le fuera mejor y trajera suerte. Era un ser absolutamente único. Leonora es una mujer de la que se enamoraron muchísimos hombres porque era un portento, es un portento todavía. ¿Con una vida difícil? Ella ha vivido cosas que nosotros no hemos vivido: estar en un manicomio, vivir la Segunda Guerra Mundial. No fuimos testigos de bombardeos, no vimos a los alemanes entrar y tomar Francia. Ella tuvo todas esas vivencias que son reales. ¿Una mujer de convicciones? Leonora es feminista; defiende siempre a las mujeres; con quien ataca a las mujeres ella se pone como una tigresa y es capaz de devorar al atacante. Adora a los animales, pero cuando fue madre no hubo nada más importante que sus hijos.


Recuperan obras de Salvador Ferrando y Alberto Fuster Redacción AZ / Xalapa

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nce obras de los pintores tlacotalpeños Alberto Fuster y Salvador Ferrando serán intervenidas por el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) del Instituto Nacional de Bellas Artes (inba), como parte de la recuperación del patrimonio artístico afectado en las pasadas inundaciones de la Perla del Papaloapan, informó el subdirector de Artes y Patrimonio del ivec, Jorge Duarte Bouchez. Cuatro de estas importantísimas obras ya fueron trasladadas a la Ciudad de México para su intervención por los especialistas, tres cuadros de Alberto Fuster y el retrato Mi abuela jarocha en traje de novia, óleo de Salvador Ferrando, ubicada en el museo dedicado a la memoria de este pintor tlacotalpeño. Cabe destacar que el acervo patrimonial referido, propiedad del inba, se entregó en calidad de comodato al gobierno del estado de Veracruz entre 1976 y 1980, y actualmente se encuentra bajo resguardo del Instituto Veracruzano de la Cultura (ivec) y la Casa de Cultura de Tlacotalpan, gracias a las gestiones que hizo en su momento el promotor cultural, historiador y cronista de Tlacotalpan, el arquitecto Humberto Aguirre Tinoco, quien también es director fundador de la Casa de Cultura de Tlacotalpan, del Encuentro Nacional de Jaraneros y de la recuperación arquitectónica de esta ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad. Para coordinar las acciones de rescate del acervo artístico se realizó una reunión de trabajo con la participación de autoridades federales, estatales y municipales. Entre los asistentes se contó con el alcalde local, Hilario Villegas Sosa; Gabriela Gil Verenzuela, directora del Cencropam-inba y, en representación del director del ivec, Félix Báez Jorge, el subdirector de Artes y Patrimonio, Jorge Duarte Bouchez, acompañado por Magali Herrera, directora de la Casa de Cultura y las Artes Agustín Lara. En este encuentro

se establecieron los mecanismos para el traslado paulatino de cada una de las once obras artísticas a los talleres de restauración del inba, las cuales no tiene daños directos o considerables, aunque las condiciones ambientales alteraron los soportes y la capa pictórica en cada caso. Diez de estos cuadros de gran valor artístico se encuentran en la Sala de los Rebeldes de la Casa de Cultura y las Artes Agustín Lara de Tlacotalpan, entre los cuales, los dos primeros en atenderse son El juicio de París y Prometeo encadenado, piezas en gran formato cuyas dimensiones superan los dos metros. El Cencropam-inba, en colaboración con el ivec, mantendrá informada a la comunidad artística y a la sociedad sobre el proceso de la restauración y tiempo de intervención de las obras, y también garantiza su permanencia en una adecuada exhibición, con características museográficas adecuadas en la Sala de los Rebeldes. Entre otras tareas encomendadas a la subdirección de Artes y Patrimonio del ivec, en el marco de las acciones promovidas por Báez Jorge y acorde con la política cultural del gobernador Javier Duarte de Ochoa, destaca la promoción e inserción de los diferentes espacios culturales en el área de inf luencia correspondiente a cada caso, así como un reconocimiento estatal y nacional para los mismos. Los centros culturales Las Atarazanas (proyecto Museo del Carnaval), Casa Principal, Jardín de las Esculturas y Galería de Arte Contemporáneo ubicados en Veracruz y Xalapa, los teatros de La Reforma y del Estado, en las mismas ciudades; así como la Casa Museo Agustín Lara, Museo de Arte del Estado de Veracruz, en Boca del Río y Orizaba, y la Fototeca de Veracruz Juan Malpica Mimendi, son los recintos con que cuenta el ivec, y al interior de los cuales se aplican procedimientos orientados a la mejora continua en beneficio del público usuario y la comunidad artística y cultural.


Museo de Arte

Contemporáneo de Xalapa Rebeca Bouchez Gómez

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alapa necesita del esfuerzo y voluntad de todos los sectores para que en este inicio de la segunda década del siglo xxi, logre ser la Ciudad de la Cultura y las Artes y consolide su vocación histórica. Los tiempos indican que es momento de ser optimistas y la esperanza resurge con los cambios. Así que relanzo un proyecto para el desarrollo de la ciudad que queremos y merecemos. Dicen que soñar no cuesta nada, y como muchos otros xalapeños o avencindados en esta hermosa ciudad —entre ellos Myra Landau, que hoy vive en Jerusalén, Marie Louise Ferrari (q.e.p.d.), Leticia Tarragó, que en muchas reuniones sobre cultura ha hecho pronunciamientos claros sobre esta propuesta; Bernal Lascuráin, Víctor Loyo, Gerardo Morales Berman, Luis Gil, Vidal Elías, Rubén Morante, Rocío Sagaón, Salvador Cruzado, Camila Borrel, Celso Arrieta, Carmen Ortiz, Estela Jara, Billy Barclay, Manuel Montoro, Pepe Maya, y Pablo Platas— que coinciden con la iniciativa que hemos hecho desde hace más de quince años, propongo la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Xalapa. Campañas van, campañas vienen, y ya hemos tenido muchas reuniones con las autoridades municipales y estatales donde algunos humanistas, artistas plásticos, visuales y fotógrafos, promotores, gestores y mediadores culturales insistimos en la necesidad de que Xalapa cuente con un Museo de Arte Contemporáneo, pues tenemos un acervo importante de obras de arte de mediados del siglo xx hasta nuestros días en las bodegas de instituciones públicas, privadas y seguramente entre algunas familias, las cuales se encuentran en lugares y espacios que favorecen su deterioro y ponen en riesgo su valor patrimonial. El año pasado, en una reunión con el doctor Javier Duarte de Ochoa sobre cultura y arte, convocada por Fundarte, a. c., la Asociación Civil Cultura en Semilla insistió nuevamente en la puesta en marcha del proyecto en Xalapa, donde, al igual que en otras ciudades del estado de Veracruz, viven y trabajan estupendos artistas plásticos, visuales y fotógrafos, arquitectos y diseñadores que podrían participar donando una obra de su autoría. La selección y curaduría para el fondo de donaciones del mac Xalapa serán los aspectos más importantes para considerar como parte del futuro acervo, y será el capital semilla de su fundación. Xalapa tiene hoy en día un enorme potencial de fortalezas y oportunidades que no han sido consideradas para ubicarla en el aún inicio del siglo xxi como la Ciudad de la Cultura y las Artes, dejando atrás la Atenas Veracruzana, la Ciudad de las Flores, etc. Debemos pensar y ser más contemporáneos, globales y universales, estar al nivel de las ciudades importantes de nuestro país como la Ciudad de México, Puebla, Guadalajara, Monterrey, Oaxaca y Mérida, entre otras, las cuales desde hace años tienen Museo de Arte Contemporáneo. Entonces, Xalapa ¿por qué no? ¿Qué fuerzas extrañas logran que nuestra ciudad no avance como lo hacen otras ciudades de México? Se ha iniciado una nueva administración estatal y un nuevo ayuntamiento; es una buena oportunidad para la creación del museo. Además de que en la zona sur-poniente cerca del Centro Histórico hay espacios susceptibles de

Ritmo Continuo - Myra Landau

ser ut i l izados pa ra el desa r rol lo del proyec to a rqu itec tón ico y con el lo la reac t ivación de la zona pa ra el desa r rol lo socia l, económ ico y c u lt u ra l, como fac tor que se su me a la i n f raest r uc t u ra t u r íst ica de nuest ro mu n icipio. A la fecha he contado con el respaldo de autoridades estatales como la Secretaría de Turismo, Cultura y Cinematografía, por instrucciones del señor gobernador Javier Duarte de Ochoa, así como también he recibido atenciones por parte de los diputados locales y federales, quienes al conocer la iniciativa han manifestado su valioso apoyo para que Xalapa pueda tener en los próximos cuatro años un Museo de Arte Contemporáneo. Una vez que el proyecto tenga un avance más significativo lo presentaremos al Ayuntamiento xalapeño. La propuesta es amplia e incluyente y tiene el interés de que el proyecto respalde el resurgimiento de la zona sur-poniente de la ciudad, tal como fue la propuesta en los años cincuenta, cuando se diseñó y construyó la avenida Ávila Camacho, el Teatro del Estado Ignacio de la Llave y posteriormente, en los años setenta, el Hotel Xalapa. Creemos que es importante promover el desarrollo de polos comerciales y culturales en las zonas que son parte de la historia del municipio para crear nichos de oportunidad. El Museo de Arte Contemporáneo de Xalapa deberá ser también un detonador social y económico que beneficie a los xalapeños por ser también un atractivo turístico más de nuestra ciudad.


Los años pasan y siguen ahí, cual gigantes silenciosos. Guardianes de los caminos, sombra de los parques. Testigos discretos de los jardines, del paso del tiempo, de las generaciones, de los rumores de la ciudad. Origen del hule en su salvia blanca, hojas ovaladas de texturas verdes. Guirnaldas de pascle los adornan, sombras húmedas a su alrededor, constancia del trópico. Liquidámbares de cortezas moteadas, troncos curveados que alcanzan el cielo, fortaleza de hojas a sus pies. Árboles de minúsculas flores violetas, de flores anaranjadas cual campanas vivientes y delicadas que llenan los caminos de alfombras tropicales. Testigos silenciosos del paso del tiempo, gigantes de raíces profundas, de cabelleras enaltecidas, guardianes de la ciudad. Compañeros discretos de niñez, juventud, madurez. Sombras húmedas del trópico. Gigantes de cortezas eternas.

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Poesía


Autor: Sebastian Fund TĂŠcnica: Agua fuerte-Agua tinta Medidas: 12x12 cm Fecha: 2009

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Vivienda: más que un derecho,

una mercancía Liliana Alcántara. Diario AZ

El derecho a la vivienda no debe entenderse como el derecho a cualquier vivienda sino a una digna y adecuada. Teresa Paniagua. Cuarta visitadora de la CNDH

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u casa es un lugar peligroso y contaminado. Lo que debería ser un hogar confortable y seguro, es un cuarto de 1.50 por 1.50 metros, endeble, improvisado a la orilla de un río de aguas negras; maloliente por los desechos que lo circundan; con insectos, cucarachas y ratas que se pasean con osadía y un pasillo de salida a punto del derrumbe. Así tratan de vivir Ilda Piña de la Cruz y sus tres hijos, en un terreno igual de escabroso que comparte con otras cuatro familias, la de su suegra y sus tres cuñadas. El ruinoso paisaje que rodea a la vivienda de Ilda está situado en el barrio de Jalalpa de la delegación Álvaro Obregón, en el D. F., donde al menos 2 millones de habitantes —dice la Sociedad Hipotecaria Federal y el Centro de Investigación y Documentación de la Casa— viven de forma precaria y en hacinamientos. Desde hace 16 años, estas cinco familias mexicanas decidieron establecerse ahí ante su incapacidad económica de adquirir una vivienda nueva en un lugar más accesible o al menos, sin riesgos latentes. En el reporte “Estado de la vivienda en México 2010”, ambos organismos citados señalan que en todo el territorio nacional 8 946 725 familias —es decir, dos de cada 10 hogares según el inegi— viven en condiciones de hacinamiento, o en casas construidas

Medio ambiente

con materiales precarios. En ese informe, elaborado con estadísticas del propio gobierno mexicano, se reconoce que 70% de las familias tiene dificultades para adquirir una vivienda con sus ingresos disponibles, lo que quiere decir que necesariamente tienen que endeudarse para cubrir esa necesidad básica. Pero 20% de las familias más pobres ni siquiera puede acceder a créditos. Detalla que los estados con más crisis en vivienda son Baja California, Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Veracruz. De acuerdo con un documento del Banco Interamericano de Desarrollo (bid), para sustentar un crédito al gobierno de México en julio de 2010, “la demanda por atender se concentra en sectores de menores ingresos y rurales o semiurbanos, a los que, sea por precio, por dificultad de verificar ingresos, o por ubicación geográfica, los actores de mercado y las instituciones públicas de vivienda no están atendiendo suficientemente”. Agrega que las Sofoles y bancos “apenas se han adentrado en el mercado de ingresos menores a siete salarios mínimos”, y aunque los programas del Infonavit y Fovissste llegan a familias de menos ingresos, las exigencias de formalidad laboral como asalariados limitan su alcance, por lo cual, para atenderlos, el papel de la shf es crucial. Los especialistas consideran un fracaso la política nacional de vivienda, pues critican que sea considerada una mercancía y no un derecho de la población. “Dejar que el mercado por sí mismo haga las cosas ha creado muchos problemas. Los subsidios para vivienda ahora son pocos y los desarrolladores privados hacen lo que les da la gana. La disminución del control del Estado en esta materia ha sido negativa para el país”, dice Martha Schteingart, investigadora de El Colegio de México. “Estamos ante un fracaso total en política de vivienda porque no hay viviendas para quienes más las necesitan y las que hay disponibles son caras y no cumplen con los mínimos estándares de calidad, son pequeñas, con servicios limitados y alejados de los centros urbanos”, dice René Sánchez, coordinador del Consejo de la Defensa de la Vivienda.


La desgracia El artículo 4 de la Constitución señala que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”. Pero Infonavit —encargado de construir vivienda de interés social para los trabajadores del sector privado— reconoce que ese derecho es limitado. Cuando Ilda se casó y llegó con su esposo y una ilusión a la delegación Álvaro Obregón, su suegra, quien ya ocupaba el terreno en los linderos del río Santa Fe, le ofreció como casa uno de los chiqueros donde criaba puercos. Vivió bajo el techo de lámina durante cinco años hasta que su esposo pudo construir con ladrillo el cuarto de metro y medio que habita con su familia en la actualidad y en donde nacieron sus tres hijos. Pero vivir en esas condiciones y en ese lugar le ha traído pura desgracia. Hace 14 años, una inundación hizo que el río barriera con las casuchas de la orilla y provocó la muerte de su cuñado. El hombre quiso proteger el inmueble con piedras pero cayó y se golpeó en la cabeza. Hace una semana, su esposo fue víctima de la delincuencia de la zona que, como dice Ilda, merodea por todos lados, igual que la basura y la fauna nociva. Su pareja, de 38 años de edad, quien conducía un taxi pirata, fue a dejar a algunos de sus amigos a su casa, pero a unas cuadras del barrio, un asaltante lo apuñaló en el pecho y murió. Y así vive en su hogar. Ahora viuda; víctima de la delincuencia, atendiendo como puede las infecciones recurrentes de sus hijos, preocupada por las lluvias que vendrán y que podrían envalentonar al río. Cada vez que sus hijos quieren ir al baño los tiene que jalar de la ropa porque tienen que salir de su cuarto y pasar con precaución por un pasillo estrecho por donde da vértigo, pues al asomar un poco la cabeza se ve la barranca, rocas, basura, animales muertos y las aguas negras. Vive así porque no tiene otra opción.

Derecho para pocos Desde 2003, el entonces relator especial de Naciones Unidas sobre una Vivienda Adecuada, Miloon Kothari, advirtió, después de una visita a México, que el país enfrenta importantes problemas en el sector de la vivienda. Desde entonces, el representante de la onu estimó que el país necesitaba 750 000 viviendas nuevas para satisfacer la demanda de crecimiento poblacional. “México ha puesto en marcha varios planes hipotecarios de vivienda, pero la mayoría han estado orientados hacia los empleados de ingresos medios del sector estructurado, lo que prácticamente ha excluido a los pobres que están empleados en la economía informal, 40% de la población”. La investigadora Martha Schteingart coincide: “Se ha hecho muy poca vivienda para los pobres y desde finales de los noventas y principios del 2000 se empezó a construir mucha vivienda pero para la población que gana más de cuatro salarios mínimos. Tampoco hay suficientes programas de mejoramiento y por eso los sectores más desprotegidos tienen que autoconstruir sus casas en terrenos irregulares, alejados y en zonas de riesgo”. Estadísticas preliminares del Consejo Nacional de Vivienda (Conavi) señalan que en 2010 se construyeron 370 424 casas habitación. Sin embargo, el referido informe sobre vivienda 2010, apunta que la demanda anual es de 750 000 viviendas en promedio, según el número de matrimonios inscritos en el Registro Civil. De acuerdo con el Conavi, se estima que para 2030 habrá un déficit de 20 millones de viviendas, 7.2 millones por mejoramiento, 1.7 millones por rezago básico y 11.3 más por demanda de vivienda nueva debido al crecimiento de la población.

Altos precios Quienes tienen una relación laboral en el sector formal de la economía también padecen. “Los créditos se encarecieron, pero además, las casas ahora están construidas con materiales de mala calidad para reducir los costos de producción y se localizan en zonas alejadas, lo que ocasiona un desgaste en la calidad de vida de los habitantes, por el tiempo que tardan en recorrer esas grandes distancias”, asegura Schteingart. René Sánchez, coordinador del Consejo de Defensa de la Vivienda, dice: “Ninguno de los nuevos desarrollos cumple con los estándares de calidad. Por eso es que en Ciudad Juárez hay por lo menos 200 000 casas abandonadas y la gente está haciendo lo mismo en Tabasco, Oaxaca, Estado de México, Sonora, Coahuila y Jalisco. Ilda espera recibir algún apoyo gubernamental para hacer frente a su nueva vida. “Ni siquiera pido una casa nueva, sólo ayuda para mejorarla y que mis hijos no vivan en el peligro.”

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Un oasis en la terraza Pilar Gómez Centurión. El País semanal (núm. 1801 del 3 de abril de 2011)

E

s la primavera. Los días son cada vez más largos y apetece vivir en la terraza. Pero antes hay que convertirla en un lugar habitable. El mejor punto de partida es olvidar las ideas preconcebidas y tratar este espacio como lo que es: una habitación al aire libre, tan confortable como el resto. Un espacio útil, funcional y, de ser posible, íntimo y encantador como un jardín secreto. Lo primero tiene que ser necesariamente dotarla de una infraestructura adecuada: un suelo antideslizante y que filtre el agua de la lluvia; enchufes e interruptores aislados de la humedad y, si es posible, una toma de agua. El siguiente paso debe ser aislar el espacio visualmente con paramentos verticales. Las celosías de hierro o madera filtran la luz y sirven de soporte a los tallos de las plantas trepadoras. También hay que prever alguna zona de sombra, que se puede establecer colocando un toldo de lona o una pérgola que, igual que las celosías, se podrá cubrir con trepadoras. Y hay que actuar paso a paso, con lógica, porque lo importante no es tanto el espacio como aprender a sacarle el máximo partido.

Elegir las plantas Aquí entran en juego muchos factores. El clima: temperatura, humedad y el viento. La orientación: si es sombría o soleada. También es importante tener en cuenta el peso que la estructura puede soportar. Lo más sensato es elegir las plantas en función del tiempo que uno va a poder dedicarles. Las flores de temporada, por ejemplo, necesitan más cuidado que los arbustos. Valorar el lugar Significa conocer con detalle sus características y peculiaridades. Lo primero, medir el espacio disponible; confirmar la orientación y comprobar la cantidad de sol que recibe a lo largo del día; la incidencia del viento si es un piso alto o esquinado; el funcionamiento de los desagües y tomas de agua; la presencia de elementos estructurales indeseables que sea preferible ocultar: chimeneas, tuberías, antenas, o que se puedan incorporar al proyecto: ventanas, columnas, etc.


Decidir el uso que le vamos a dar Al menos, el prioritario. Este punto será tanto más importante cuanto más pequeño sea el espacio, puesto que la terraza se presta a diferentes actividades como tomar el sol, organizar comidas y cenas familiares, recibir a los amigos, cultivar plantas. Lo más probable, sin embargo, es que no haya sitio para todo, así que nos veremos obligados a elegir si preferimos una mesa grande o una tumbona. Definir un estilo No existen fórmulas universales, pero cuanto más reducido es el espacio, más importante es no sólo ordenarlo, sino dotarlo de un estilo que le proporcione unidad y coherencia. Los puntos de referencia deben ser el entorno y la casa, de forma que la terraza quede integrada como una prolongación del interior. El camino más seguro consiste en establecer un nexo de relación entre todos los elementos, sean suelo, paredes, muebles o macetas. Hay que elegir con cuidado cada elemento, pero combinados con cierta audacia, compensando con ingenio la falta de espacio. La mejor tierra La tierra de cultivo, además de contener sustancias nutritivas, debe tener una textura ligera que permita la aireación de las raíces y ser lo suficientemente esponjosa como para absorber y retener el agua de riego sin encharcarse. Debe estar desinfectada y libre de semillas, pero mantener también una vida orgánica activa, por lo que su esterilización debe haberse realizado de forma selectiva. La tierra de tipo universal es adecuada para cualquier planta, ya que tiene un ph neutro, está desinfectada y enriquecida con abonos químicos u orgánicos. Puesta a punto Las jardineras necesitarán en esta época una limpieza a fondo y quizá una poda ligera para eliminar las ramas secas o dañadas por el frío. La tierra seca y apelmazada de las primeras capas se debe sustituir por tierra nueva, y es muy práctico colocar encima algún tipo de acolchado, por ejemplo, cortezas recortadas o arcilla expandida, que protegerán las raíces del calor y del frío y ayudarán a conservar la humedad. Las pequeñas macetas vacías se pueden ir llenando con las primeras flores de temporada: anémonas, bellis, caléndulas, cinerarias, para crear algunos puntos de color. Prever el mantenimiento Es el momento de instalar un sistema de riego por goteo que permitirá ahorrar agua y programarlo en vacaciones. También hay que pensar en el tipo de plantas que se van a colocar y dónde. Y ¡cuidado con las jardineras y macetas! Deben estar firmemente sujetadas.

Es ta do Prósper o

Distribuir el espacio Antes de iniciar las obras de infraestructura, hay que decidir dónde debe ir cada elemento: toldo o pérgola, interruptores, enchufes, toma de agua, celosías, maceteros, fuente.

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Guadalupe Williams Linera

E

l agua es preciosa y enormemente importante para la vida. Recordemos cuando el agua surgía de veintenas de manantiales en Xalapa (recuerdo el pozo que teníamos en la casa del barrio de Techacapan) y los arroyos no se secaban. Hagamos una analogía entre mi pozo y nuestro bosque de niebla: la lluvia llega al piso del bosque goteando por el dosel desde las copas de los árboles, y cuando hay niebla, toca los árboles con musgos y epífitas, se condensa y se forman gotas de agua de niebla. La cantidad de agua adicional y neblina captados por los árboles del bosque de niebla está entre 4% y 35% de la precipitación total, lo que representa unos 100 mm y más de 800 mm adicionales de agua por año. Aún en la época de sequía, los bosques de niebla proveen un gran aporte de agua a la hidrología local y regional. Se ha utilizado una metáfora llamada efecto esponja, para explicar cómo el agua es retenida, principalmente, en el suelo del bosque. El modelo dice que si el suelo se considera como una esponja con una capacidad ilimitada, entonces puede absorber cualquier cantidad de lluvia, previniendo inundaciones y soltando lentamente el agua almacenada, además de que provee un flujo a los ecosistemas localizados más abajo durante la temporada seca del año. Una vez que un bosque se deforesta, el efecto esponja se pierde, el agua no se infiltra a los mantos freáticos y el riesgo es que se reduzca el flujo de agua durante la estación seca. Los bosques que incluyen los arroyos y ríos que vienen del Cofre de Perote y los manantiales y afloramientos de agua deben estar protegidos y los dueños deben recibir una compensación por pago de servicios hidrológicos para la conservación, restauración y mantenimiento de la seguridad del suministro de agua a la ciudad.

Medio ambiente


Pueblos mayas sucumbieron por colapso ambiental Redacción AZ

E

l colapso de la civilización maya, tanto en las ciudades del preclásico como del clásico, se debió a la depredación ambiental por la excesiva tala, deforestación y daños al sistema agrícola, aseguró el arqueólogo estadounidense Richard D. Hansen. “Se trató de un colapso y no de un abandono, porque el segundo es temporal; en tanto que el primero representa un abandono a largo plazo y la destrucción del sistema social y económico que mantiene a un Estado, como ocurrió en dicha región”, indicó el experto en una conferencia magistral durante la inauguración del III Congreso Internacional de la Cultura Maya. El arqueólogo y ambientalista de la Universidad Estatal de Idaho afirmó que las ciudades del periodo preclásico (1000 a. C. - 150 d. C.) fueron las más grandes del mundo en cuanto a su volumen, incluso las de mayor población en Mesoamérica. Afirmó que este periodo comienza a estudiarse y se reconocen sus valores a partir de recientes investigaciones, y que de esta zona ubicada en la frontera entre Guatemala y México, “aún queda mucho por descubrir”. Precisó que estas ciudades se “ubicaron en la Cuenca Mirador-Calakmul, una región asentada en ambos lados de la frontera entre México y Guatemala, específicamente en Campeche”. Hansen, quien dirige el proyecto de investigación Cuenca Mirador en Guatemala, que incluye los sitios el Mirador, Nakbé, Wakná, Tintal y Nacchtum, en Guatemala, señaló que la caída de estas ciudades se registró en el periodo Preclásico Tardío, hacia 150 d. C. debido a la excesiva explotación de los recursos naturales. “Fue similar a lo ocurrido a finales del periodo Clásico (300-900 d. C.), en ciudades como Palenque, Copán y Tikal, a causa del daño ambiental derivado de la excesiva tala para la quema de cal y la producción de estuco con el que se recubrían los edificios”. Precisó que el “consumo conspicuo de los recursos naturales causó deforestación y daños en el sistema agrícola, lo que impidió cultivar la suficiente cantidad de alimentos para mantener a una población que para esa época llegaba alrededor de un millón de habitantes en toda la Cuenca.” Hansen dijo que esta conclusión es producto de 30 años de estudio de la cuenca, durante los cuales recolectó evidencias arqueológicas, como polen, isótopos, cerámica y lítica, que le han permitido comprobar la agresión ambiental. Por su parte, el arqueólogo Alfredo Barrera, del Instituto Nacional de Antropología e Historia de Yucatán, afirmó que la civilización maya tuvo diversos procesos, “tomando en cuenta que fueron varios colapsos y varios desarrollos los que ocurrieron en esa área, y no sólo uno como se veía hasta hace poco y se enfocaba al periodo clásico”. El III Congreso Internacional de la Cultura Maya, que reunió a más de 200 especialistas, se celebró en marzo en Mérida Yucatán.

cortesía


Ecología + gastronomía = ecogastronomía

en la Tierra Terra Madre Con los pies Ev a M u ñ o z L e d o

“H

a aumentado poderosamente el sentimiento de que todo lo que toca al planeta es esencial”, ha declarado al diario francés Le Monde Maurice Lévy, presidente de Publicis, tendencia que citó entre las principales causas de la crisis que atraviesa el sector automotriz en el mundo. “El consumo estilo Kleenex, el desperdicio, pertenece al pasado para dejar el lugar a un consumo mucho más selectivo, basado en la noción de durabilidad.” La resonancia del mensaje, dicho por un magnate del mundo de la publicidad (representa al cuarto grupo mundial), viene a sumarse a las voces que claman y reclaman nuevas formas de producción, de consumo, en fin, un nuevo humanismo, una de las corrientes de fondo de este incipiente siglo xxi. Los valores que se renuevan pasan hoy por la vida cotidiana: el pan recién horneado, un fruto del huerto, agua limpia, aire puro. Aspiraciones a un mundo más real y auténtico, una manera de reanudar los vínculos con las raíces. Tres grandes temas que abarcan esta inquietud actual —salud, seguridad alimentaria y medio ambiente— son el motivo de existir de Terra Madre, el encuentro más importante del planeta en torno a las comunidades del alimento, que se celebra cada dos años en Turín, Italia (la próxima edición será en 2012). Dichas comunidades están integradas por agricultores, granjeros, pescadores, artesanos, distribuidores, cocineros, estudiantes, investigadores y, desde luego, consumidores, cuyo leitmotiv es la conservación y el respeto por la Tierra, así con mayúscula, y la fórmula clave: economía local. Ecología + gastronomía = ecogastronomía Terra Madre es una iniciativa de Slow Food —asociación internacional fundada en 1986 por el italiano Carlo Petrini— que, a la vez de pregonar el placer por el alimento, reivindica el derecho al disfrute por parte de todos con un sentido de responsabilidad, en defensa de la biodiversidad. Un concepto que Slow Food —con más de 100 000 miembros en 130 países—, ha llamado ecogastronomía. Si bien Terra Madre ha logrado convocar a un número creciente de participantes que se reúnen cada dos años (suele haber más de 7 000 personas, 1 652 comunidades del alimento, provenientes de 153 países), lo que cuenta es el sistema de redes que ha logrado tejer con el objetivo de proteger la biodiversidad como un recurso vital de la economía.

Al respecto Petrini, líder incontestable de la galaxia Slow Food, considera que la forma libre y espontánea en que las comunidades se van conformando es una de las fortalezas del movimiento. “Lo que se llevan a sus casas después de cada encuentro es un bien inestimable: el saber que no están solos. No tenemos la fuerza para estructurarnos y tal vez así sea mejor, este es un movimiento austero; la biodiversidad implica autonomía, expresen sus opiniones con su gente y escúchenlas.” Con los pies en la tierra La economía local está conformada por las granjas y agricultores que proveen alimentos de calidad para la comunidad, cultivan el paisaje y dan vida al campo. Es una forma de reanudar vínculos sociales disueltos en la agricultura industrial que tan dañina ha resultado para el tejido social. Vandana Shiva, vicepresidenta de Slow Food Internacional, india de origen, científica por vocación, ecologista por convicción y todo un personaje entre los altermundialistas, asegura que 35% del cambio climático está relacionado con la industria y la agricultura globalizada debido a los recursos energéticos que consume en el transporte, empaque, refrigeración y almacenamiento. “Los fertilizantes químicos están matando nuestros suelos, creando zonas muertas en los océanos y acabando nuestra atmósfera”, ha dicho Shiva, y se refiere a la agricultura orgánica como “la única que trae riqueza a nuestros suelos y devuelve la vida al aire”. “Abajo el argumento de que lo orgánico se dirija a un mercado de ricos”, declaró Petrini, “la calidad es un derecho de todos, que nadie se sirva de la agricultura para transformar el alimento de calidad en un lujo, agricultura orgánica es lo que los campesinos han hecho desde siempre”. En este esquema, no hay estandarización, ni contaminación, ni miseria; al contrario, favorece la salud, la diversidad, el intercambio, la conservación de la memoria, el progreso, estimula la participación de la gente y con ello la democracia. Este es el valor de la economía local. Heeni Hoterene, una maestra maori nativa de Aotearoa, una isla en el Pacífico sur, durante su intervención en el evento de Terra Madre al que tuve la oportunidad de asistir, resolvió así la esencia del encuentro: “Se trata de ocupar nuestros propios recursos, alimentar a nuestra propia familia, eso es libertad. ¿Qué es lo más importante del mundo? Las personas, las personas, las personas”.


Los alimentos biológicos:

respeto por el medio ambiente natural Inv e s t i g a c i o n e s Z o n a d e O c i o

Cortesía

¿Q

ué son los alimentos biológicos? Son frutas, verduras y cereales que se cultivan con semillas no modificadas genéticamente ni cultivadas con pesticidas o abonos químicos.

La agricultura bio también opta por métodos de producción artesanal, más naturales: rotación de cultivos, reciclaje de las materias orgánicas, respeto de las estaciones, etc. La carne, el pescado, los huevos y la leche son fruto de crianzas en las cuales el uso de hormonas para el crecimiento y harinas animales no biológicas está totalmente prohibido. Además, los antibióticos se utilizan sólo en determinadas ocasiones y los animales deben disponer del espacio suficiente para vivir de un modo decente.

En cuanto a los productos bio transformados (lácteos, galletas, platos preparados) la normativa impone que estén elaborados por lo menos con 95% de productos procedentes de la agricultura biológica. No contienen ni organismos genéticamente modificados ni productos químicos, aditivos alimenticios ni conservantes. Las ventajas de una alimentación bio • El respeto por el medio ambiente natural y animal: la agricultura biológica es uno de los eslabones más fuertes del desarrollo sostenible pues reduce la contaminación relacionada con los pesticidas y los nitratos. • La ausencia de sustancias tóxicas: al consumir productos bio no deberemos preocuparnos de si comemos o no organismos genéticamente modificados, restos de abono o pesticidas porque no los contienen. • Un sabor más pronunciado: al no estar manipulados, las frutas y verduras recuperan su sabor original. Algunos inconvenientes de los productos bio son: • Los elevados precios: el respeto de las buenas prácticas agrícolas tiene un coste que los agricultores deben recuperar, como es lógico, en los precios de venta de sus productos. Por eso lo bio es de 20% a 30% más caro que los productos normales. Sin embargo, su difusión en mercados, cadenas de distribución, marcas de distribuidores, etc. tenderá a una reducción progresiva de los costes. • Menos tiempo de conservación: al tener menos químicos conservadores, tienen menor caducidad. • Un sabor más pronunciado: lo cual puede ser una ventaja para algunos pero un inconveniente para otros, porque por ejemplo el pan elaborado con harina completa tiene un sabor particular que no gusta a todo el mundo. Lo mismo sucede con los lácteos. Consumir productos bio debe ser sobre todo una decisión en favor del medio ambiente.

Cortesía


Las propiedades del café Inv e s t i g a c i o n e s Z o n a d e O c i o

L

os profesionales de la salud admiten las propiedades bené-

El consumo

ficas del café, ya que es un producto natural que ayuda a prevenir algunas enfermedades, mantener en forma la me-

de esta extracción puede prevenir

moria y acrecentar el rendimiento físico y mental. El consumo de esta extracción es recomendable para la salud y puede prevenir

enfermedades

enfermedades neurodegenerativas. Por otra parte, el café contiene cuatro veces más componentes benéficos para la salud que otras bebidas de origen natural y por la cantidad de antioxidantes puede

neurodegenerativas

influir en el retraso del proceso de envejecimiento.

El café: Provee energía. Es efectivo contra el asma y las alergias. Disminuye el riesgo de desarrollar cáncer, mal de Parkinson, diabetes, cirrosis y alzheimer. Reduce la depresión. Despierta el sentido de alerta, la concentración y la memoria a corto plazo. Reduce el dolor de cabeza. Evita la creación de coágulos sanguíneos. Es un potente antioxidante. Es diurético. Es una excelente fuente de potasio, magnesio y fluoruro. En el estado de Veracruz el mejor café se cultiva en la región de Coatepec, que incluye varios municipios colindantes como: Xico, Teocelo, E. Zapata y Xalapa.


De Cantón a Xalapa,

un poco de historia Inv e s t i g a c i o n e s Z o n a d e O c i o

E

l libro La persecución de los chinos en México de la historiadora Flora Britto, investigadora de El Colegio de México, narra cómo la mayoría

de los chinos llegó a México a finales del siglo xix, para trabajar en las minas o en la construcción del ferrocarril en condiciones casi de esclavitud, al ser perseguidos, víctimas de discriminación. El Diario Oficial del 18 de febrero de 1877 decía: “Los chinos se distinguen sobre todo por su inteligencia (…), son sumisos y tranquilos (…), para la mecánica son muy aptos y tienen especial predilección por los ferrocarilles (…). Y además, por tres o cuatro pesos al mes un chino trabaja en la construcción de cualquier camino o edificio”.

Debido a que en 1882 se prohibió la inmigración de chinos a los Estados Unidos por el sentimiento en su contra que afloró en la depresión económica de 1870, la inmigración se dirigió a nuestro país. Muchos llegaron en barco y otros cruzaron la frontera. Por otro lado, el gobierno de Porfirio Díaz pretendía atraer inmigrantes que construyeran los caminos del progreso, sudor y manos baratas para hacer posible la modernidad, concluye Flora Britto sobre la cita del órgano oficial del gobierno mexicano. Este periodo terminó cuando se abolieron las leyes racistas a principios del siglo xx.

Los inmigrantes chinos llegaban solos. Eran jóvenes decididos a trabajar y ayudar a sus familias en China, “(…) entre los estados a donde llegaron están Zacatecas, Chihuahua y Sonora, donde el entonces gobernador Plutarco Elías Calles apoyó la creación de los comités antichinos”, afirma el escritor Jose Luis Trueba Lara. En la ciudad de Xalapa se establecieron con negocios de comida, como el Café de Chinos en la calle Principal, el Café Estadio en la esquina de la calle de la Amargura (hoy avenida Revolución), por la calle de Cayetano Rodríguez B., donde están los campos de futbol americano y un gimnasio, abajo de la clínica 11 de imss, los cuales se integraron a la actividad económica y social de la capital del estado. Antonio Wing Lung llegó a Xalapa durante el periodo posrevolucionario de los años veinte y se casó con Josefa Morales, originaria de Carrizal, Veracruz. Poco tiempo después nació su hija María Reyna Juliana Wing Morales; sus abuelos paternos, según el acta de nacimiento, son Yam Ton y Toi Sin, originarios de Cantón, China, y por el lado materno, Miguel Moales y Bibiana Guzmán de Carrizal. Reyna habla de su padre a pesar de que don Antonio murió cuando ella apenas tenía siete años de edad y lo describe como un hombre trabajador, amoroso, comprensivo y que en el trabajo siempre manifestaba alegría. Estableció el Restaurante Azteca en la calle Principal, hoy conocida como Juan de la Luz Enríquez, en un local de una antigua casona (donde hoy está el Pasaje Tanos); su restaurante se dio a conocer por la calidad de la comida y la calidez de su propietario. Hoy su hija Reyna, su nieta Yolanda González Wing y sus nietos Roberto y Renata Pérez Gonzalez reviven la historia del abuelo Antonio Wing Lung y su viejo restaurante y abren las puertas del nuevo Restaurante Azteca en la calle de Úrsulo Galvan 105 y con el lema “La sazón de antaño con la salud del presente”.

Cortesía


Del Mesón de las Araucarias

al Hotel Xalapa Rebeca Bouchez Gómez

H

ace más de medio siglo, en el contexto del auge económico que provocó el aumento del precio del café a nivel mundial, un grupo de cafetaleros xalapeños y coatepecanos decidió hacer una

importante inversión y crear un hotel en los terrenos de la loma de San Pedro, cerca de la barranca y manantial del Chorro de San Pedro, hoy conocido como Los Tecajetes, donde existió la finca Amada Elena de la familia Tamborrel (óleo del pintor xalapeño Carlos Rivera, 1924).

El nuevo hotel, denominado Mesón de las Araucarias, tuvo un diseño arquitectónico de vanguardia en la época. La vista principal de sus habitaciones y zonas de recreo daría a los jardines con sus tres hermosas araucarias, y hacia el poniente se hubiera podido observar el Cofre de Perote y más al sur el Pico de Orizaba. El hotel ubicaría a Xalapa como un destino turístico relevante en el estado de Veracruz, pero el proyecto se suspendió y el edificio a medio construir quedó en el abandono. En el año de 1976, la administración del licenciado Rafael Hernández Ochoa con el licenciado José Luis Lobato Campos como director del Instituto de Pensiones, adquirió el Hotel o Mesón de las Araucarias del grupo de los exportadores de café, e iniciaron casi de inmediato las obras de reconstrucción y las adecuaciones necesarias. En la nota periodística se asienta: “El Hotel Xalapa, con la propuesta de confort, elegancia y servicio, habrá de


revolucionar el concepto que sobre la hotelería provinciana se tenía. Seguramente será uno de los mejores del estado de Veracruz, pues se localiza en una de las mejores zonas de Xalapa”. La inversión inicial fue de 30 millones de pesos, con un crédito que el ipe recibió de Fonatur. En esa época calcularon que los ingresos anuales por hospedaje y servicios serían de cinco millones de pesos. Los servicios que ofrecía fueron: 134 habitaciones, restaurante, cafetería, lobby bar, piscina con servicio de bar, centro nocturno, salones para eventos, el área para comercios, y dos cines, el Carmela Rey y el Claudio Estrada, en homenaje a los artistas veracruzanos. En la inauguración acompañaron al licenciado Rafael Hernández Ochoa el secretario de Turismo, arquitecto Guillermo Rosell de la Lama en representación del licenciado José López Portillo, presidente de México; funcionarios, empresarios y destacadas personalidades de la capital. Con la inauguración del Hotel Xalapa se cumplió el viejo anhelo de cambiar por completo la imagen de la hotelería provinciana. A más de 30 años de su inauguración, el Hotel Xalapa es sin duda un ícono en la hotelería veracruzana. La administración actual ha decidido que a partir del presente año tendrá una importante renovación integral para recuperar el lugar que se merece y que todos los xalapeños queremos.



Hay Festival en octubre Rebeca Bouchez Gómez

Hay Festival of Literature B r e c o n B e a c o n s N a t i o n a l Pa r k Po w y s , G a l e s , R e i n o U n i d o Photo: Finn Beales

X

alapa será sede del festival internacional Hay Festival of Literature & Arts, considerado como el Woodstock de la mente, el cual se llevará a cabo del 6 al 9 de octubre del presente

año y será el escenario para entregar un reconocimiento más al escritor veracruzano Sergio Pitol, Premio Cervantes de Literatura 2005. El festival que en el presente año cumple 25 años tiene su origen en la ciudad inglesa de Hay-on-Wye en la frontera con Galia, hoy conocida como “La ciudad de los libros”, y se ha realizado en países como Italia, Brasil, Colombia, España, además de que el año pasado se realizó con gran éxito en nuestro país, en la ciudad de Zacatecas.

El Gobierno del Estado de Veracruz, a través de la Secretaría de Turismo, Cultura y Cinematografía, y de su titular, la licenciada Leticia Perlasca Nuñez, firmó ya el convenio de colaboración con la Embajada del Reino Unido y con los organizadores del festival. Por otra parte, la Universidad Veracruzana dará su total respaldo para el desarrollo de dicho evento, además de que propuso vincularlo con la Cátedra Carlos Fuentes. La directora general de Hay Festival, Lindy Cooke, resaltó que el objetivo es lograr un diálogo e intercambio personalizados sin tanta tecnología, que hace más impersonal las relaciones humanas, artísticas y culturales. En Xalapa el Hay Festival reunirá a importantes personalidades de la literatura, cine, medio ambiente, artes visuales, música, matemáticas y periodismo, en charlas, talleres, proyecciones de películas, documentales y conciertos, los cuales se realizarán en sedes como el Museo de Antropología de Xalapa, el Teatro del Estado Ignacio de la Llave y El Ágora de la ciudad; y algunos irán al Puerto de Veracruz.

Servicio para banquetes, eventos sociales, académicos y empresariales

Cortesía

Pacho Nuevo, mpio. de Emiliano Zapata, Veracruz (228) 822 91 11 mmoolick@prodigy.net.mx


Archivo Zona de Ocio. Tr e n d e m u l a s e n la plazuela del carbón principios del siglo xx

El úl ti m o tre n d e mulas e n Xalapa Agradecemos los comentarios de nuestros lectores

Hola señora Rebeca: Hace unos días visitaba con una amiga el pueblo de Xico, y me encontré con un marcha en contra de la construcción de un Walmart que, para mi sorpresa, se piensa construir en la entrada al pueblo. Al platicar con algunas personas de la marcha, me enteré de que las obras estaban detenidas por indicaciones del inah, pero que pensaban retomar las actividades en estos días. Me impresionó mucho ver en la marcha a varias señoras comerciantes, algunas amas de casa con mandil y bolsa del mandado, así como varones de edad avanzada —con todo el derecho que tienen— que pedían que no se lleve a cabo la construcción de un Walmart en su pueblo. Es un tema grave que considero puede ser difundido a través de este medio y estoy seguro de que usted podrá transmitir este mensaje de la mejor manera. Saludos, Javier Rodríguez García

Querida Rebeca: Mil gracias por el precioso número de Zona de Ocio dedicado al Museo de Antropología de Xalapa. Ya lo hemos platicado: el espacio y el patrimonio que resguarda nos trasciende. ¡Qué fortuna contar contigo y con el trabajo de calidad que realizas al frente de esta publicación! ¡Enhorabuena y felicidades! Con afecto, Sara Ladrón de Guevara

El último tren de mulas en Xalapa




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